Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer.

Dejo nota al final!


"Y es que... para escribir de amor, tienes que estar enamorado o con el corazón roto y no sé cuál de las dos es peor".

Charles Bukowski.

Capítulo 1: La primera impresión es importante

Nunca voy a recordar cuándo fue la primera vez que lo conocí.

Ni siquiera me acuerdo del primer recuerdo que él tiene de mí.

Suena como un trabalenguas pero es cierto: Edward y yo nos conocimos antes de conocernos realmente. ¿Será por eso que NADIE se imaginó que terminaríamos conviviendo por un tiempo? Dos conocidos pueden llegar a ser cercanos, eso no es lo extraño, lo extraño fue el contexto en el que nos hicimos tan cercanos.

El primer recuerdo que tengo de Edward Cullen fue a principios de otoño en el 2015.

Ese día mis padrinos me pidieron que "cuide" a mis primas el fin de semana que ellos habían viajado. En sí mis primas no necesitaban que las cuide sino que las acompañe; la mayor, Angela, tiene casi mi edad y la segunda, Jessica, es menor por unos cuatro años.

Era sábado y de lo poco que recuerdo, estaba soleado y mi ropa ese día era un polo de rayas blancas y azules y un buzo negro más zapatillas. Nada del otro mundo, nada como para salir de casa y ese día supuestamente estaría solo en casa de mis padrinos.

Pero no, Jessica me dijo que habían planeado salir a comer con su tío y que estaba invitada porque su tío "era genial". También me mencionó que su carro era increíble… algo que sinceramente no me interesaba pero cuando lo vi, sí, era un bonito carro. Y se veía muy caro.

Jessica y Angela Cullen me presentaron a su tío Edward. Físicamente se veía más joven pero en ese entonces Edward tenía 44 años y yo 20. Mi primera impresión (al menos la que recuerdo) fue basada en estereotipos, no voy a negarlo, pero era probablemente porque en ese momento algo en mí sintió que había conocido a alguien especial.

Edward traía puesta una camisa rosada y un sweater marrón sobre los hombros, abajo tenía unos jeans. Se veía como una persona sana y que cuidaba de sí misma. Estaba soltero o al menos no estaba casado porque no traía aro. Aparte de esos detalles, su manera de ser era muy amigable pese a que estaba conversando con tres chicas menores, una de ellas una casi desconocida.

"Debe ser gay", pensé casi convencida de que lo era, "ningún hombre soltero de su edad es tan carismático y buena onda con las mujeres. Si resulta ser gay, me encantaría ser su amiga". Edward inspiraba confianza y era muy fácil conversar con él. No había conocido a ningún hombre heterosexual de su edad con esas cualidades. "Tiene que ser gay". Si alguien quería apostar, yo daba todo mi dinero de que esa teoría era cierta.

No recuerdo exactamente lo que conversamos, solo que Jessica, quien era más cercana a su tío (padrino), hablaba más con Edward y nos hacía ser parte de la conversa también. Ella se sentía muy cómoda y en confianza con él, por lo que mi sospecha de que Edward no era heterosexual me parecía más certeza que duda.

La tarde pasó amena. Edward me pareció muy interesante y buena onda. Después de ese día, Edward y yo coincidimos en algunos eventos familiares: cumpleaños, misas, etc. Jessica era prácticamente nuestro medio para comunicarnos porque ambos éramos muy cercanos a ella, entonces nuestras primeras conversaciones tenían que ver con ella hasta que poco a poco empezamos a hablar de cosas que a ambos nos gustaban o simplemente conversar de algo que pasaba en las veces que nos veíamos.

Para entender la complejidad de lo que ocurría, aquí va un resumen del árbol genealógico donde Edward y yo no compartimos sangre ni apellidos, por ende no somos familia, pero tenemos familiares en común:

-Mis padrinos son la hermana de mi mamá y su esposo.

-Su esposo (mi padrino) es un Cullen, primo mayor de Edward.

-Edward es tío de Angela y Jessica, padrino de esta última.

Por ser ahijada de mis padrinos, me consideraban como una hija. Debo admitir que por un tiempo eso me agradó, ambos se preocupaban por mi bienestar y me trataban súper aunque conforme iba creciendo me seguían viendo como una niña.

Ese era el contexto donde todo lo que sucedía con Edward resultaba extraño para la mayoría. Ya no era solo el tema de la gran diferencia de edad sino la familia que teníamos en común. Incluso al inicio me dijeron que podía llamarle "tío"... felizmente eso me resultó incómodo porque en sí no era familiar mío. No era nada mío.

Spoiler alert: para invierno de ese año ya chateábamos casi todos los días.

Con el tiempo estuve viendo a través de fotos que Edward y yo nos habíamos cruzado en distintas ocasiones (por la familia que compartimos) mucho antes que esa salida de otoño.

La más antigua según los récords: en el quinceañero de Angela. Edward estuvo ahí por lo que vi en las fotos pero no recuerdo haber puesto dos segundos de atención en su existencia. Él tampoco lo recuerda. La otra vez fue años después en un show donde mi madrina y primas fueron invitadas. El espectáculo consistía en unas danzas donde la hermana de Edward, Alice, participaba y las había invitado. Mi tía me llevó ya que mi padrino no pudo asistir. De esa noche no recuerdo casi nada, mucho menos de Edward, pero hasta nos tomaron una foto junto con mis primas y tía. Increíble mi falta de memoria; él tampoco se acuerda de ese momento pero al menos su edad puede ser una excusa. Yo no tengo razón para olvidarme de esos momentos pero probablemente mi cerebro no los tomó como algo importante.

El primer recuerdo que tiene Edward de mí es de apenas unos meses antes de esa salida con mis primas. En mi cumpleaños número 20. Que tampoco recuerdo. Mierda. Solo hay una foto de ese momento: Edward cargando mi torta mientras me cantaban "feliz cumpleaños". Yo le confesé hace un tiempo que no recordaba nada de ese cumpleaños, y él riendo me dijo que esa vez apenas conversamos. Aún así es el primerísimo recuerdo que tiene conmigo y me dijo que la primera impresión que tuvo de mí fue buena. "Por eso las cosas fluyeron, ¿entiendes?" me dijo una vez cuando me comentó sobre ese día.

Es curioso que no recuerde esos momentos que se deberían considerar importantes en una relación de amistad, amor, o lo que sea. Desde un inicio Edward estuvo presente en varios momentos (no importantes, tal vez) de mi vida, no fue un extraño que me crucé por la calle en distintas ocasiones. Lo que me molesta de ese hecho es que por más que lo intente, no puedo recordar, pero si me preguntas lo que comí en uno de los tantos almuerzos que tuvimos después de esas "primeras veces", lo recuerdo claramente.

El cerebro es traidor y caprichoso a la hora de almacenar recuerdos. Podemos recordar detalles estúpidos e insignificantes mientras nos matamos en recordar palabras o el tiempo que compartimos con alguien importante. O peor aún, recordamos con lujo de detalles momentos que queremos borrar de nuestra memoria. Si fuese fácil guardar recuerdos como guardamos fotos en el celular, todo sería mejor... Siempre y cuando se puedan borrar cuando queramos.

Ahora quiero recordar todo lo que he vivido con Edward para al fin poder ordenar a mi cerebro que se olvide de él. Así como no recuerdo mi cumpleaños o los quince de mi prima, quiero que no recuerde nunca más los increíbles momentos que he pasado con Edward en todo lo que voy de mis veintes. Debe haber alguna manera de olvidarlo y espero que esta funcione. No sé qué estrategia usó él para ordenar a su cerebro, pero al parecer a Edward le ha sido fácil olvidarse de mí.


Primer capítulo :) Lo escribí la misma noche que el prefacio pero me tomé unos días en editar ortografía y esas cosas. Aviso que en capítulos futuros habrá lemon y advertencia sobre temas delicados como depresión y ansiedad. Me gustaría saber qué les parece o cómo ven este peque fic! Prometo poner más diálogo, solo quería que este cap sirva como una intro para lo que vendrá a futuro :)

Adelanto:

Edward me miraba desde su asiento. Todos estaban abrazándose y deseándose la paz. Yo traté de ignorarlo pero mi celular vibraba con el mensaje que me había mandado. "La paz esté con usted", me había puesto. Me sonrojé al pensar que éramos los únicos "pecadores" burlándose de la misa por chat. "Si te deseo la paz pero no te conozco, ¿es sincero o no?" fue su siguiente mensaje, "¿Es obligatorio abrazar a gente para desearle paz?". Quise lanzarle el celular por la cabeza. "Basta", le contesté. "Me iré al infierno", me escribió divertido. "Nos vemos ahí" le dije antes de apagar mi celular.