Esta historia es sin multas de lucro, Little Witch Academia no me pertenece y solo ocupo sus personajes y mundo con la aleta de entretener. Todos los derechos reservados para estudio Trigger. Por favor apoya el material original.

—Diálogos—

Pensamientos—

Hechizos, maldiciones o encantamientos—

Lecciones de vida.

Diana abrió los ojos con pesadez, la cabeza le martillaba tan fuerte, como si un millón de hechizos le hubiesen golpeado, sentía un dolor sordo en todo el cuerpo, los ojos le dolían y tan solo intentar enfocar le costaba a tal grado que no podía mantener los ojos abiertos por mucho tiempo, todo estaba tan borroso, no distinguía nada a su alrededor. En su intento por levantarse intento colocar uno de sus brazos como apoyo, supo que algo estaba muy mal cuando noto que no "sentía" el brazo, trato de enfocar su extremidad, su sangre se volvió helada cuando no la "vio", ¡su brazo! ¡su brazo izquierdo ya no estaba!, las conexiones nerviosas de sus cerebro por fin hicieron "Click" y fue cada vez más consiente del fuerte dolor que dejaba de ser sordo. Lo que ella suponía era el muñón resultado de su terrible trauma, quemaba como si un cuchillo al rojo vivo la hubiese rebanado. Rodo sobre si misma con fuertes gemidos, quedo recostada hacia arriba, aun tenía su brazo derecho sujetando su cercenado apéndice izquierdo, por mucho que este le ardiera.

Aun así, se negaba a llorar, soltaba lastimeros gemidos, pero tenía que levantarse, no podía quedarse aquí, donde fuese que estuviera, cerro fuertemente los ojos de nuevo, al menos por unos minutos mientras intentaba que las cosas cobraran sentido, el brazo derecho y pierna izquierda ardían como el infierno, su pierna derecha estaba solo ligeramente mejor, aunque no había reparado demasiado en esta, el sonido comenzaba a llegarle de a poco, escuchaba solamente el viento y como si algo se quemara, ¿Dónde estaba? ¿Cómo llego aquí? ¿Qué sucedió? Estaba demasiado desorientas y adolorida para entender la situación, por mucho que intentaba ser fuerte el dolor era mucho mayor, el sistema nervioso estaba recuperando su función y gradualmente sentía cada vez más el tremendo daño físico que tenía, quiso dar un grito, pero salió más como un audible gemido.

Abrió los ojos nuevamente y estos comenzaban a adaptarse de apoco a la luz, lo primero que pudo observar fue el cielo gris, las nubes parecían que traerían una tormenta, giro la cabeza a su derecha, se encontraba en una enorme ladera, a su alrededor había una cantidad de escombros metálicos y fuego, ¡un montón de fuego! Mismo que amenazaba con esparcirse por todo el prado verde que, al no estar seco, hacía que este tardara ligeramente un poco más en avanzar. Una punzada de dolor la hizo volver a cerrar los ojos y soltar un gemido, miro nuevamente lo que "era" su brazo izquierdo, se sentía horrorizada, su extremidad estaba cercenada por arriba del codo, la sangre que brotaba estaba formando un charco que en cualquier momento la haría perder la conciencia para posteriormente morir, el muñón resultante daba una imagen que no se describiría mejor que carne molida. Con todas las fuerzas que podía reunir apretó el muñón para intentar parar la sangre que brotaba, había perdido contra las lágrimas y lloraba abiertamente, miro el resto de su cuerpo, aún conservaba sus piernas, pero la pierna izquierda estaba completamente chamuscada y la derecha estaba en una posición que cualquier contorsionista experto diría imposible, virtualmente estaba invalida.

Vio movimiento junto a ella y asustada por el acecho de algún animal en su momento más vulnerable, trato de mover su maltrecho cuerpo para encarar a su posible amenaza. Fue un error ya que al mover su cuerpo, todo el dolor la recorrió nuevamente, pero al menos no era algún animal, era una escoba, con una mirada más detalla, distinguió a la escoba legendaria que se encontraba en un deplorable estado, el mango estaba visiblemente astillado e incluso se veía que la punta había sido destruida, la cola había perdido mucha densidad con sus cerdas/plumas, era evidente que el fuego también la había alcanzado. Se movía lentamente en su dirección, y el que esta temblara en su travesía a ella, le quedo claro que ya nunca podría correr igual.

Recordando de apoco, el misil, la persecución una explosión… ¡Akko!

—Ak... ko— Diana susurro, no podía articular palabras sin que su garganta la lastimara, pero no importa, si ella sobrevivió Atsuko también debió sobrevivir, y si ella estaba tan dañada entonces la pobre niña japonesa debería estar peor, debía encontrarla — A… ko.

Dolía, pero tenía que ir por ella, cuando la escoba alcanzo su posición, colocándose en la hierba aun lado, soltó su herido muñón, con toda la fuerza de voluntad (más que física) ella rodo sobre la escoba que le esperaba.

Una vez posicionada en medio del palo tratando proporcionar la distribución de su peso, la escoba comenzaba a elevarse lentamente del suelo, alzarse mediante el vuelo de la escoba era mucho peor de lo que imagino, las piernas colgando, la sangra cayendo, quizás solo estaba un metro y medio del suelo, pero sentía que ella era mero peso muerto.

—Es… espera— cada silaba hacía que la garganta le quemara casi tanto como el ardor de su pierna —Akko, por favor

Esperaba que su mensaje fuera lo suficientemente claro para que la escoba lo entendiera, pero en vista de cómo había actuado en este día, le decía que quizás la escoba tenía algo parecido a una conciencian. Acertó, cuando la escoba lentamente avanzada por los alrededores, era evidente que el misil había explotado y por todos lados habían caído los restos, miraba por todo su alrededor, pero el humo dificultaba un poco la búsqueda, debes en cuando tosía un poco (algo que describiría como un desgarro desde su pecho) por lo que intentaba rodear, comenzaba a marearse, sentía mucho frio, los estragos de la pérdida de sangre comenzaban a lograr hacer el efecto que temía, pero ni siquiera el pensamiento de la muerte la detendría siempre que hubiera un posibilidad de que Akko estuviera viva.

Girando alrededor de uno de los escombros más grandes alcanzo a divisar algo, le pidió a la escoba ir en esa dirección era… ¡era la vara brillante!

Si la vara estaba cerca, Akko también debería. Cuando estuvo a unos metros noto el color de la vara, estaba negra, pero no parecía ser por los estragos del fuego, de hecho, no se veía quemada, solo que su color se había perdido y ahora tenía una tonalidad oscura, la escoba bajo lo suficiente para que Diana pudiera tomar con su única mano la vara y esta se sentía, ¿Mal? ¿Sucia? Diana soltó de inmediato la vara, algo se sentía horrible con ella, no se preguntó más cuando a unos metros recargada sobre un montón de escombros veía "algo", trato de visualizar mejor, era cabello, ¡un cabello marrón!

—¡Akko! — Le importaba una mierda el dolor o mareo, era Akko, obligo a la escoba a ir un poco más rápido, no era una gran distancia entre la vara y el cabello marrón de Akko. La emoción era peligrosa en este momento, su corazón latería ligeramente más rápido y con eso la segregación de sangre haría que su dañado muñón "fluyera" mas, pero no importaba, ahí estaba Akko.

La mancha marrón estaba cada vez más cerca, la escoba no se atrevía a volar demasiado alto, por lo que "decidió" rodear cada escombro, cuando por fin llego, la propia escoba se detuvo de golpe, hasta ese objeto cuyo raciocinio era meramente básico y que propiamente no tenía sentimientos "entendía" la horrible situación.

Diana no había sentido tanto horror, ni siquiera cuando entro hace tanto años a la habitación de su madre para descubrir que nunca más volvería hablar con ella.

Abrió los ojos tanto que sentía como si estos fueran a salir de sus cuencas, la boca seca y un horrible temblor la invadió muy independiente a la falta de sangre, allí en frente de ella, encontró un cuerpo completamente quemado, desmembrado por la parte de en medio y al rostro le faltaba poco más del lado derecho al cráneo. La mano de Diana temblaba cada vez más, la falta de aire ya estaba asfixiando sus pulmones y ella comenzó a negar con la cabeza vehementemente.

Diana Cavendish grito tan fuerte que sintió literalmente como sus cuerdas bucales se dañaban

—¡Joven Ama!— escucho a alguien gritar en su oído —¡Ama Diana, despierte!

Una sacudida hizo que la horrorosa escena en frente de ella desapareciera, todo se volvió negro por un pequeño instante. Ya no estaba en la ladera, se encontró alumbrada por una luz horrible de tungsteno, miro a quien la había traído de vuelta a la realidad de esa horrible pesadilla.

A su derecha estaba Anna, mirándola con una preocupación dibujada en todo el rostro.

—Oh Señorita… — no se atrevía a preguntar, sabia cuál era el sueño que le aquejaba a la Cavendish recostada en este frio cuarto de hospital, habían pasado dos semanas desde que las dos chicas del equipo rojo, Yanson y Manbavaran la encontraron junto al cuerpo que se identificó como Atsuko Kagari por la prueba de los registros dentales que se mandaron a solicitar desde Japón.

Diana comenzó a llorar, su ritmo cardiaco aumentaba cada vez más, los equipos médicos empezaron a tintinear y arrojar alarmas de advertencia, paso un minuto para que una enfermera entrara a la habitación, sin prestar atención a la ama de llaves que se veía desesperada, libero una dosis de sedantes, la chica de la habitación 303 cada vez que despertaba era demasiado abrupta, generalmente se le tenía que sedar a pesar de su precaria condición, podía estar consciente, hace una semana recobro la conciencia, su estado era malo, no, malo era poco, "deplorable y casi muerta" era una mejor descripción. Cuando el equipo rojo la encontró estaba a punto de morir, si no hubiera sido por una poción revitalizante en conjunto a un espíritu del fuego que cauterizo su herida, Diana nunca hubiera lograr llegar al hospital más cercano y terminaría acompañado a Atsuko Kagari en la eternidad de… bueno lo que pase a las personas que mueren horriblemente.

La intervención fue delicada, el diagnostico de los doctores era terrible, Diana había tenido lesiones como cerebral traumática, el brazo izquierdo había sido sometido a una amputación transhumeral, es decir una amputación en el área del brazo la cual separa el hueso del húmero a una altura media, cercenando la mita del bíceps y obviamente tríceps, la pierna izquierda estaba mucho peor de lo que se creía originalmente, había una gran cantidad de tejido con quemaduras de tercer e incluso cuarto grado, por lo que aún se valoraba si hubiese que amputar dicha extremidad, la pierna derecha si bien también tenía quemaduras, su daño era por una fractura completa, se había roto en cuatro partes, fue intervenida de inmediato, 8 tornillos de titanio habían sido puestos alrededor del fémur y la tibia, no estaba tan mal, con tratamiento quizás podría recuperar la movilidad de al menos un 80%, el resto del cuerpo no estaba mejor, Diana tuvo hemorragias internas, quemaduras a lo largo del cuerpo y un pulmón colapso durante la intervención. "Un milagro que este vida" fue lo que uno de los cirujanos había dicho en cuanto salió del estado crítico.

Durante esta semana las cosas no fueron baratas, la familia Cavendish no contaba con los recursos suficientes, Darly tuvo que tomar decisiones difíciles, el Estado no iba a pagar las lesiones de Diana "asumiríamos responsabilidades" fue lo que el malnacido de Paul Hanbridge, le dijo cuando en el conjunto de los representantes del gobierno habían venido hablar con ella. Darly podría tener "fricciones" por su sobrina, pero la amaba (muy a su manera) era la hija de su hermana y nunca había sentido tanto orgullo como cuando miro a Diana enfrentarse a un monstruo. Quizás Diana la odiaría por sus decisiones, pero si a cambio obtenía los recursos para salvarla, lo habría hecho de nuevo, la hacienda Cavendish había sido hipotecada, en conjunto de varios artículos mágicos vendidos a precios de ganga, pagaría todo lo que costara el tratamiento y recuperación de su sobrina. Anna ni siquiera protesto.

Había pasado un mes, desde que diana había salido de terapia intensiva, sus movimientos eran muy limitados, su pierna izquierda fue "salvada" y se hicieron trasplantes de piel sacados de otras partes "buenas" de su cuerpo, aun con eso, la piernas estaba tan dañada por las quemaduras en los músculos y tendones que nunca podría usarla al cien por ciento sin causarle problemas, era constantemente limpiada para evitar una infección, su pierna derecha presentaba una buena recuperación ya que Diana había estado en estado catatónico retardado desde que se había estabilizado (Lo cual era una especie de mejora a sus arranques de histeria constantes) Anna la acompañaba día y noche, pero Diana había dejado de reaccionar a su presencia, ni a la de nadie realmente.

Diana no recibió visitas las primeras semanas, lo cual, por su estado físico y mental, era normal, sus crisis eran constantes, sufría terribles pesadillas una y otra vez, siempre rememorando la persecución en escoba, el plan de destruir el misil, fallando, explotando y finalizando con su encuentro con el cuerpo destrozado de Akko, se consideró mantenerla sedada o inducirla a un coma controlado, sus arranques eran demasiado problemáticos y más de una vez se rasgó los puntos. Pero después de esas dos primeras semanas si bien aún tenía las pesadillas, podría despertar sin armar un alboroto, al menos la mayoría de las veces.

Cuando las visitas fueron permitidas, Darly no creía que fuera una buena ideas, no quería que Diana fuera vista en un momento tan deplorable, estaba en un peor estado al que sufrió su difunta hermana y odiaba el recuerdo de sus últimos días, la cabeza de la familia tan débil no hizo más que desmoronar la imagen del apellido Cavendish al menos desde su percepción, eso era algo que no quería para su sobrina, Darly como la tutora legal de Diana no era ajena a los logros y el estado de "Reina abeja" de Luna Nova, si bien la institución estaba en decadencia, en el circulo social mágico aún tenía cierto prestigio y ella le encantaba pavonearse de los logros de su sobrina en las cenas con el resto de damas de la socialité mágica y círculos sociales que tanto adoraba, por lo que si permitía que sus compañeras la vieran en el estado que se encontraba, la imagen de una Cavendish perfecta se perdería para siempre.

Tuvo que ser persuadida increíblemente por Anna, la cual le recordaba que Diana estaba así por un acto de valentía, no por una enfermada como la ama Bernadette, ni siquiera Darly la había ido a ver una sola vez por temor (algo que nunca reconocería) de ver el paralelismo de Diana y su madre, así que después de un mes de platicas y conflictos con la antigua ama de llaves, accedió solo bajo estrictas condiciones para que su sobrina fuera visitada.

Las primeras que atendieron al llamado fueron sus compañeras de equipo, Hanna y Barbara, ambas habían preguntado incesantemente por Diana durante el último mes, acudirían a la directora Holbrooke, cada uno de los días a preguntar ¿Dónde estaba? ¿Cómo estaba? ¿Por qué estaba? Siempre recibían la misma respuesta, "la señorita Cavendish se encontraba bien y siendo tratada", nunca fueron suficientes estas respuestas, habían acosado al equipo rojo y verde constantemente, pero la sombría aura de tristeza que las aquejaba (y el hecho que Amanda las amenazo si seguían molestándolas) hicieron que se abstuvieran de intentar conseguir respuestas de las niñas, Hanna y Barbara eran conscientes de que quizás aun con sus talentos mágicos que (desde su criterio) era superior del resto de alumnas y solo superadas por los dotes mágicos de Diana, se sentían como "algo" para rellenar, no es que tuvieran baja autoestima, solo que era difícil no sentirse como un personaje secundario después de ver los videos en la red de la persecución en escoba que Diana, el equipo rojo y verde había hecho para detener al misil que según las fuentes oficiales y noticias dijeron, fue lanzado por un "hacker" que usurpando los sistemas de defensa de la nación, lanzo dicho artefacto bélico y estas siete valientes brujas habían detenido, eran "héroes" para el ojo público. Ellas no estaban celosas, ver a las cinco brujas deambular como zombis y varios rumores de que se les veía llorando en varios momentos del día, dificultaban el hecho de querer tener la atención que recibieron los primeros días, pero aun con eso Hanna y Barbara se preguntaron porque no fueron parte de este sequito que Diana dirigido, ¿Por qué no fueron llamadas a esta importante misión? ¿No confiaba Diana en ellas? ¿O es que ni siquiera las tomaba como aptas para algo así?

No eran ciegas, desde que Atsuko Kagari entro a la escena, poco a poco ellas habían sido relevadas en la vida de Diana, y el lugar que ellas tenían fue ocupado por la niña asiática, no, no era eso, les costó mucho admitirlo pero la verdad es que posiblemente la gran diferencia fue que Atsuko era amiga de Diana, una verdadera, no un par de aduladoras que la seguían más como perritos a sus pies que por el hecho de realmente quererla, se sintieron mal cuando Akko fue la que robaba su atención, se sintieron peor cuando ellas que la conocían de años no pudieron ni siquiera hacerla vacilar o reconsideras su decisión sobre abandonar la escuela y la tonta en solo dos días logro traerla de vuelta en su escoba, pero ahora se dieron cuenta lo cercanas que esas dos eran mientras ellas a lo mucho se dirían sus conocidas.

Se prometieron que no perderían a Diana, si bien no le quitaría su amistada con la tonta del colegio, se comprometieron a ser verdaderas amigas, aunque claro en este momento seguramente Diana y Akko estarían fortaleciendo su lazo ya que seguramente estaban siendo "tratadas" juntas, la japonesa tampoco estaba en el colegio. Quizás habían llegado a tomarle un poco de cariño (de una manera poco convencional) y estaban ligeramente preocupadas por el estado de Atsuko, no se atreverían a preguntar a las cinco brujas por lo anteriormente expuesto y la directora Holbrooke simplemente decía que "esperaba" se encontrara bien, el reflejo de sus lentes nunca permitía ver la expresión de sus ojos. En busca de respuesta se acercaron a la maestra Úrsula, que ahora usaba el cabello Rojo.

Fue realmente impactante saber que ella era en realidad Shiny Chariot, callo un poco en la gracia para el resto del alumnado y si no fuera porque su clase era obligatoria, el siguiente semestre muchas hubieran abandonado esa asignatura. Nadie demostraría abiertamente su desagrado por un miembro del profesorado, incluso la maestra Finnelan había puesto detenciones al escuchar un insulto por un grupo de niñas de tercero dirigidas a la profesora Du Nord, era claro, las profesoras apoyaban a su colega, ellas por el contrario detestaban a Shiny Chariot, pero creían que Úrsula era una profesora competente en su asignatura, torpe, sí, pero competente. Solo que no eran realmente cercanas a ella, por lo que tardaron unos días en saber cómo podrían abordarla para preguntar.

No era un secreto que el rumor general decía que las maestras Callistis (ahora Du Nord) y Croix habían estado involucradas en todo este tema del misil, el hecho de que la voz que narro el evento fuera el de su maestra no dejaba mucho espacio a la duda y que solo dos días después el consejo de seguridad mágica irrumpiera la escuela y fuera directamente al laboratorio de la profesora Croix para desmantelarlo solo hecho más leña al fuego. Ese mismo día la maestra Croix fue puesta en manos de la seguridad nacional, la maestra Chariot la acompaño en calidad de apoyo, pidiendo algunos días de descanso. Por lo que estuvo fuera del colegio una semana, realmente no sabían que sucedía, pero esto era gigante, solo un recordatorio más de que esto era algo del conocimiento de unos pocos, un círculo al que ellas no estaban invitadas.

Cuando la profesora regreso, se le miraba decaída, ojerosa, sus clases fueron menos, ¿competentes? Era difícil describir, daba sus clases conforme al temario, pero parecía una mujer veinte años más vieja que distaba mucho de la joven maestra, muchas veces se detenía en plena catedra, incluso una vez escucho que en una clase de segundo se detuvo mientras escribir en la pizarra y soltó en llanto, se escuso el resto del día.

Por eso era tan difícil querer hablar con ella, pero, querían saber de Akko (y esperaban que también les hablara de Diana) por lo que cuando finalizo su clase decidieron quedarse al último, nunca habían llegado tarde a ningún periodo, pero siempre había una primera vez para todo, y si consiguen, aunque sea un poco de luz en esta situación bien podrían pagar una detención. Decidieron que el mejor plan seria ser directas y sin rodeos, pero ninguna quería ser quien preguntara.

—Pro… Profesora— fue Barbara la que había hablado en primer lugar, con gran alivio para Hanna.

—Oh, niñas, en que puedo ayudarles— la profesora sonreía, pero realmente no parecía que deseara sonreír, parecía más que forzaba una mueca de lo que seguramente la maestra pensaría era una cara amable, se sentía mal.

—Bien nos preguntábamos… — continuo Barbara sin saber cómo proseguir, la falsa cara de agrado de la muestra las había desarmado y el ensayo que habían practicado para preguntar algo que seguramente era delicado fue olvidado.

—¿Akko está bien?— Bien ahí estaba, Hanna decidió hablar sobre el elefante en la habitación, la cara de la maestra perdió la falsa sonrisa y solo tenía un rostro que seguramente rompería a llorar en cualquier momento, pero ellas no habían llegado hasta aquí para detenerse.

—No… No sé cómo contestarles, no pensé que fueran cercanas— No era un secreto la animosidad de ambas niñas para con el bufón de poco talento que era Atsuko, pero las cosas entre ellas habían mejorado. La profesora había girado la cabeza para mirar hacia otra dirección.

—Ella trajo a Diana de vuelta, profesora— Hanna decidió que la honestidad sería la mejor estrategia— Al menos creo que eso merece que reconsideremos nuestra actuar con ella.

—Ella… ella— Esta vez la profesora se cubrió la boca con la palma de la mano derecha, la boca de Hanna se había secado de repente y una horrible sensación de dolor en el estómago se le había formado.

—Profesora, creo que no se encuentra bien— esta vez fue Barbara la que interrumpió, Hanna la miro preguntándose qué hacía— Y creo que la estamos importunando, lamentamos mucho esto, será mejor que nos vallamos.

Barbara tomo la muñeca de Hanna y la jalo a la salida, esto estaba mal, no recibieron una respuesta.

—¡Wow!, vamos, espera Barbara— Hanna le exclamo cuando habían avanzado lo suficiente para estar cerca de su siguiente clase —No nos dijo nada.

—Hanna, la hicimos llorar— Bien, si, lo hicieron, Hanna no era idiota, pero aun así quería escuchar una respuesta y no un monosílabo— Hanna no sé qué respuesta nos hubiera dado, pero estoy muy segura de que no quiero escucharla.

Con eso Barbara dio la vuelta y siguió su camino. Hannah se quedó en medio de un pasillo desierto, mirando nuevamente la dirección del camino que daba hacia el salón de la profesora Du Nord, dio un par de pasos nuevamente con ese rumbo, antes de detenerse y revalorar. Por primera vez Hannah sopeso lo que tal vez las lágrimas acompañadas de una respuesta no dada por parte de su maestra podrían significar, quizás tampoco quería saber la respuesta. Dio media vuelta e intentaría alcanzar a Barbara nuevamente, quizás la maestra Finnelan será indulgente si solo llega diez minutos tarde.

Fueron unos días después cuando se les dio la noticia de que podrían visitar a Diana, escuchar noticias reales (no solo comentarios simples) les causaba alegría, pero no llegaron como lo hubieran imaginado.

Fueron traídas a la oficina de la directora Holbrooke, llamadas en conjunto del resto del profesorado, era un poco intimidante estar reunidas en conjunto de todo el personal docente y los equipos Rojo y Verde, Barbara permitió echar un vistazo al resto de las brujas de su edad, sus compañeras se veían horribles, quizás nunca habían sido más que simples compañera, pero hasta ella se sentía mal de verlas en un estado tan miserable.

Amanda nunca había sido el sinónimo de la pulcritud, pero nunca había visto tan desalineada a la chica, podría jurar que su uniforme estaba lleno de manchas de lo que podría ser algo bastante desagradable, los últimos días ella había estado en su escoba volando por los alrededores de la academia, rozando con el limite del bosque de Arcturusque, aunque estaba rodeado por el sello que impedía el ingreso al mismo, varias veces escucho de los estudiantes que Amanda intentaba volar muy cerca de la línea ley de entrada, así que sumando dos y dos determino que esas manchas eran insectos que habían chocado en sus sumamente numerosas horas de vuelo.

Jansminka se veía ligeramente más delgada, ahora que la miraba detalladamente la niña que siempre tenía una sonrisa en el rostro, ahora tenía una expresión neutra, quizás raramente había reparado en la niña alemana, pero no había un solo recuerdo que tuviera de ella sin algún tipo de comida en las manos, incluso los profesores le habían permitido ingerir alimentos en clase (quizás por saber que sería una pérdida de tiempo discutir con ella sobre el tema) así que era una imagen bastante chocante no verla llenarse la cara con algún tipo de golosina, pero, ahora que la miraba de cerca, pudo apreciar que incluso su peculiar sonrisa no estaba, el verla ahí, simplemente con sus clásicos ojos cerrados, sin siquiera poder decir que tenía los ojos perdidos, ciertamente era desesperanzador.

Conztance por otro lado se veía mejor que sus compañeras de equipo, estaba más limpia que Amanda y en mejor estado físico que Jansminka, claro, si se le miraba de cerca, sus ceño fruncido venia acompañado por unas grandes ojeras, lo que indicaba una falta de sueño, eso explicaba los ojos rojos de cansancio, lo que llamaba la atención era el pequeño robot que siempre la acompañaba, este demostraba lo que quizás era el verdadero estado de su dueña, no entendían cómo funcionaba, pero, el robot se miraba con la cabeza gacha, los hombros estaban caídos y si no fuera porque su chasis era recto, Barbara juraría que estaría encorvado. Mirando su "cara" parecía tener surcos de aceite seco que debían haber salido del equivalente a sus "ojos" y por la cantidad de aceite en su cuerpo y piernas era evidente que el robot derramo mucho aceite.

Y por último el equipo Rojo, tanto Hannah como Barbara intentaron mirar lo menos posible a Lotte y Sucy, ellas ciertamente nunca fueron amigas, ni siquiera conocidas, eran compañeras de curso y solo eso, pero mentirían si no reconocían el tener una dolorosa empatía al verlas. Lotte era la peor, su mirada si se podía ver perdida, cabello desarreglado, ojos cansados, su uniforme estaba apenas presentable y por la cantidad de arrugas en él, indicaba que la niña lo había intentado alizar con algún hechizo pero no funcionó muy bien Sucy por otro lado estaba pálida, lo que sería difícil de reconocer ya que esta siempre tenía un extraño tono pálido, esto era diferente, quizás decir que estaba más blanca que gris, era una forma amable de describirlo, su cabello estaba enmarañado y sus ojos podrían rivalizar con los de Conztance, quizás se veía mejor que Lotte, pero solo por muy poco, eso sí, su uniforme era un desastre, tenía una gran cantidad de manchas por lo que suponía eran pociones en toda su ropa, se veía que ni siquiera intento arreglarse cuando fue llamada, la expresión desinteresada gritaba el querer estar en cualquier otro lado.

La directora Holbrooke miro a todos en la pequeña oficina, antes de decidir que era hora de comenzar con la directiva, pero esto era difícil, mucho muy difícil y ni siquiera con casi cuartenta años de docencia tenía idea de cómo abordar estos temas tan severos, por lo que suspiro y este parece tan buen momento para comenzar como cualquier otro.

—Bien, veo que estamos todos— La directora realmente no sabía iniciar, por lo que quizás el tema más importante era el mejor— Como sabrán, después del… — se tomó un segundo para aclarar la garganta — Incidente, me alegra decir que Madam Cavendish, nos ha reportado que Diana se encuentra estable y fuera de peligro.

Esto callo como un balde de agua helada para Hannah, ¿fuera de peligro? ¿Por qué rayos estaba en peligro en primer lugar?

—¡¿Esta bien?!— Fue Lotte la que interrumpió, se escuchaba preocupada.

—Diana se encuentra recuperándose, gracias a su intervención en conjunto a la señorita Manbavaran — Entonces si sabían algo, ¿por qué no se les había dicho nada tanto a Barbara como a ella?, ¡eran su equipo!— Madam Cavendish me pidió nuevamente agradecerles por salvar la vida de Diana.

Cada palabra solo las hacía sentir mucho más desplazadas, incluso compartieron un pensamiento, parece que tanto Hannah como Barbara solo habían sido traídas por cortesía y no por ser relevantes.

—Ahora puedo decirles, que se está autorizando un horario de visitas y creo que lo mejor sería que sus amigas…— Cuando la directora dijo "amigas" no pudieron evitar sentir que no se referían a ella o a Barbara, ¿cuáles amigas? ¿ellas? ¿los equipos verde y rojo? Esto último quizás era lo acertado ya que todo el tiempo Holbrooke se dirigía a ellas y nunca hacia donde estaba Barbara o Hannah, ella ya entendía cuál era su lugar dentro de todo esto, pero recalcarlo no era necesario.

—Directora — Fue Sucy la que tomó la palabra, su expresión desinteresada no había cambiado mucho, por lo que realmente todos se preguntaron si realmente había hablado — Las pertenencias de Akko…

Parece que la temperatura de la habitación había detenido al menos diez grados, la tensión aumento. La cara de Amanda se contrajo en un ceño fruncido, Lotte ahogo un gemido y podían jurar que el robot volvería a derramar aceite por sus ojos.

—Las cosas de la señorita Kagari— parecía que la directora no sabía que decir sobre el tema expuesto— Serán embaladas para su transporte, los padres de Atsuko no habían podido contactarse ya que el traslado de…— por un momento la directora cerro los ojos, luchando con lo que sea que tenía que decir y al final lo saco como un susurro— El cuerpo se complico

Cuerpo…

Hannah y Barbara no escucharon nada más sobre la conversación después de lo último dicho por la directora, estaban seguras de que se hablaron sobre protocolos y algo referente a un permiso, pero realmente se había desconectado de la realidad.

Una semana después, el abogado de los Cavendish asistió a la escuela, se les entrego un contrato de confidencialidad, un acuerdo de no divulgar nada referente a lo que vieran o escucharan en la visita.

Se les ofreció a Hannah y Barbara la primer visita, no sabían si fue por parte de los profesores o si fue una decisión por parte de los otros dos equipos, realmente no hablaron con sus compañeras, ya que todas parecían encerradas en sus propios asuntos, así que gustosas aceptaron la "amable" invitación de encontrarse con Diana

Después de una hora y media de explicarles los términos y condiciones del contrato de confidencialidad, junto a la que se les designo como la representante ya que sus padres no podían estar presentes a la hora de firmar un acuerdo (y aun no tenían edad legal para adquirir una responsabilidad jurídica) la profesora Finnelan en conjunto de la directora Holbrooke que sería la representante de sus otras compañeras, aceptaron lo pactado, y si bien no entendían porque tanta "formalidad" les emocionaba el tener la oportunidad de poder ver a Diana, poder hablar con ella y quizás, con suerte, demostrar que eran más que un par de seguidoras y realmente ser llamadas amigas.

Pero al parecer las cosas nunca salen lo planeado.

Fueron trasladadas mediante una línea ley que si bien debía ser la ruta usada para llegar al pueblo St. Michael, ya que la línea ley de Luna Nova daba directamente en esa ubicación, al parecer después de los sucesos de misil, varias líneas fueron abiertas, por lo que la línea de la escuela ahora podía conectar hacia otras ubicaciones aledañas, la escuela se encontraba en la Isla de Man, la línea ley más cercana estaría en Whitehaven, una zona costera del Reino Unido, si bien el viaje gracias a la línea se redujo considerablemente, el viajar grandes distancias por vías mágicas era demasiado agotador.

Hicieron aun así dos viajes más sobre las líneas, la primera las llevo a Cambridge que a palabras de Barbara fue una tortura, algo que Hannah secundaria fácilmente, tuvieron que esperar veinte minutos en la terminal para poder orientarse (y no sacar su desayuno) el ultimo traslado fue ligeramente mejor, y duro mucho menos, llegando por fin a Londres, lo demás fue (gracias a las nueve) un viaje en taxi, ambas conocían Londres, ya que habían crecido en Hampstead, sus familias no se encontraban en la ciudad, por lo que una parada rápida para ver su antiguo barrio no estaba en los planes.

Cada vez se sentían más ansiosas, ¿Cómo comenzarían la conversación? No es como llegar y decir: "Hey Diana, ¿Cómo estás? Lamentamos lo de Akko… " sí claro, eso sonaría perfecto para iniciar una conversación del té.

El problema era que ahora que sabían el lugar que tenían en todo esto, realmente se sentían tan ajenas a Diana, nunca habían tenido problemas para hablar con ella, pero en los últimos días habían sido dolorosamente conscientes de que sus platicas solo eran cuestiones académicas y ocasionalmente un cumplido a sus habilidades, pero no recordaban una plática real, ¡diablos! Ellas habían conocido a Diana desde que eran niñas pequeñas, junto con otras niñas de nobles familias mágicas y no podían recordar ni una sola conversación significativa, no sabían ni siquiera su color favorito de la niña… Bien Barbara juraba que era el rojo, ya que una vez escucho diciendo a Diana que este color le traía alegra, era raro, Hannah siempre creyó que era el azul, pero bueno ¿Qué podría saber ella?

El trayecto en taxi fue inesperadamente corto, en cuanto se dieron cuenta ya se encontraban aquí— ¿ Hospital Saint Thomas?— pregunto Hannah en cuanto bajaron del auto, conocían el hospital, ella fue ingresada aquí cuando la operaron de las amígdalas, era un lugar conocido realmente, era considerado uno de los mejores hospitales de Europa.

En cuanto entraron al enorme edificio sentían que las manos les sudaban, pero ellas querían ser mejores compañeras y "amigas" iban a darle todo su apoyo a Diana, este momento, la profesora Finnelan las acompañaba en conjunto del representante legal de los Cavendish, mismo hombre que les pidió esperara en el lobby, era agobiante la espera.

—¿Señoritas? Es por aquí— fueron escoltadas por parte del abogado el cual había hablado con uno de los médicos o eso pensaba Barbara del hombre con bata, quizás preguntando si ellas ya podrían pasar a ver a Diana, realmente estaba muy nerviosa para prestar atención, ver a tantas personas y todo el lugar la ponía demasiado incomoda.

Fueron dirigidas hacia el elevador, la profesora tuvo que quedar en la planta baja ya que la autorización de la visita solo era para máximo dos personas, el doctor les explico que Diana si bien no estaba en peligro, su condición era delicada, por lo que si no respondía de manera "fluida" era normal, les dio indicaciones básicas, era obvio que el contacto físico está prohibido, no podían tocarla de ninguna forma, no podían pedirle que estuviera de pie y si se encontraba dormida, entonces la visita terminaba, lo mejor en su condición es el mayor descanso que pueda tener, eso solo sirvió para que ambas niñas se sintieran más ansiosas.

Cuando llegaron al piso donde estaba la habitación de Diana, reconocieron a su ama de llaves Anna, si es que no les fallaba la memoria, esto lo confirmaron cuando la extrita mujer se les acerco a saludarlas, le indico al doctor que Diana había despertado hace un par de horas y que seguía negándose a hablar con ella, eso no le gustaba a ninguna de las niñas.

—Jóvenes señoritas, creo que no es necesario recordarles que lo que verán no puede ser comentado con nadie— el tono de voz de Anna era demasiado estricto, les recordaba un poco a Finlandia— Asimismo recordarles que la señorita, si bien no se encuentra en las mejores condiciones… — El rostro de la mujer mayor se endureció— Pero quiero que sepan, que ella no dicho nada en los últimos días, por lo que agradecería que no la presionen si es que no quiere hablar, solo, por favor, no olviden que sigue siendo la misma Diana.

Las palabras cripticas de la ama de llaves habían sido más como un favor que alguna advertencia escondida, era muy claro que la mujer estaba sumamente cansada, el pelo y uniforme la delataban, si la propia Diana no le había hecho hincapié en la apariencia de quien era una representante de la antigua y noble casa Cavendish, entonces quizás la niña rubia está en peor condición de la que suponían en un principio. Respiraron hondo antes de ingresar a la habitación, no sabían que esperaba dentro de ese cuarto, pero ellas apoyarían a su amiga, juraron que la ayudarían a levantar ese ánimo.

Ellas no estaban ni remotamente preparadas para poder ayudarla.

En cuanto entraron se congelaron, la boca estaba abierta y la garganta se sentía dolorosamente seca, quizás los ojos no estaban fuera de sus cuencas, pero se estaban resecando porque no podían parpadear, de repente les costó poder respirar nuevamente.

Frente a ellas conectadas por varias sondas, electrodos y envuelta en vendas, se encontraba Diana, maltrecha y evidentemente delgadas su piel (la poca que podían ver) estaba llena de costras y lo que parecía cicatrices por quemaduras, sus ojos azules estaban manchados por inyecciones de sangre, su rostro tenía una enorme mancha morada y ciertamente estaba hinchado, su larga cabellera rubia había desaparecido, ella no era calva, pero ciertamente se lo habían cortado casi todo, su cuello tenía también manchas negras de lo que se les explico después eran quemaduras, Barbara miro el resto de su cuerpo, ahogando un pequeño grito que salió en forma de un gemido reprimido cuando NO vio el brazo izquierdo de la niña en la cama, sus ojos se abrieron más (si eso era humanamente posible) pequeñas lagrimas se formaron en la comisura de sus ojos cuando entendieron que su brazo fue "cortado", reviso instintivamente las otras extremidades, su brazo derecho estaba envuelto en gasas y vendas, solo podía ver sus dedos, y realmente también se veían maltrechos por las quemaduras, la pierna derecha estaba rodeada de un extraño aparato metálico con varios círculos que conectaban con lo que parecían tubos en toda la pierna derecha, dios santo ¡eran tubos saliendo de la pierna! Y su pierna izquierda también estaba envuelta en gasas y vendas, la poca piel expuesta se encontraba claramente quemada en grandes zonas negras y rojas, pústulas de dichas quemaduras se veían dolorosas y se preguntaron si realmente no sufría dolor en este momento.

Barbara giro la cabeza al no soportar más la visión de Diana, Hannah ni siquiera lo resistió y salió corriendo de inmediato, ¡por las nueve! Quería seguirla, el aire en sus pulmones se le había escapado, se dio cuenta ya que no estaba respirando, Barbara estaba tan agobiada, que no sabía que hacer, se sentía como una estatua, ¡No, ella lo juro!, Juro que apoyaría a su compañera y quizás todo dependía en dar el primer paso… Literalmente.

Miro nuevamente a Diana y camino lentamente a la silla que estaba junto a ella.

—Ho… Hola Diana, yo quiero que sepas, que estoy aquí…— Diana ni siquiera reparo en ella, tenía una mirada muerta directa al techo, parpadeando ocasionalmente — Te ayudare a salir de esta, lo prometo.

La determinación de Barbara era mucha pero internamente quería salir corriendo como lo hizo Hannah.

Corrió hasta el baño más cercano, no estaba muy lejos, llego jadeando, podía sentir como se hiperventilaba, ¡hacía calor, mucho calor! ¡¿Por qué de repente el baño se hacía más pequeño?!

Se acerco al lavamanos, abriendo el grifo tan rápido que por un momento pensó rompería la llave de este. Junto sus manos (que no había notado lo temblorosas que estaban) ahuecándolas para poder llenarlas de aguas y arrojársela a la cara… una… dos… tres… ¡al diablo con eso! puso directamente la cara debajo del grifo.

—¿Joven England?— Hannah saco la cara del lavamanos, negándose a mirar hacia la voz de la ama de llaves. Estaba demasiado avergonzada para mirar a quien sea a la cara.

—Oh Anna, no te vi ahí— Por las nueve, su voz sonaba tan temblorosa — Yo necesitaba tomar un poco de aire…

La ama de llaves se mantuvo estoica, quizás y solo quizás le daba demasiada peso a los hombros de la joven, de ambas jóvenes en realidad, sentía un poco de culpa, pero desde la visita de la niña asiática pudo ver lo que un amigo podía hacer, todo esto parecía una buena idea hasta hace unos cinco minutos.

—Señorita England ¿Se encuentra bien?— conocía a ambas chicas desde pequeñas, siguiendo siempre a Diana y ciertamente no mentiría diciendo que esta situación le sorprendió, esperaba que no pasara, pero no la culpaba.

—Cla… Claro, estaré de nuevo ahí— Hannah miro por fin a la ama de llaves, le agradaba Anna, había sido como su propia nana cada vez que ella y Barbara visitaron la hacienda Cavendish, pero esta vez se miraba más ¿Severa?

—Quizás no sea lo mejor, señorita— Bien ahora si había conseguido toda la atención de la niña— Joven heredera, creo que es bastante claro que la señorita Diana, debe tener todo el apoyo posible, ella es la que esta postrada en una cama— No quería ser tan dura con la pobre chica, pero toda la impotencia que había acumulado en los últimos días gritaba por salir.

—Yo… yo lo sé ¿De acuerdo? Yo soy consciente — Eso sonó más como un susurro.

—Si es así, entonces agradecería señorita que no reaccionara como si la chica herida fuera usted— Bien era una táctica dura, pero una mano firme ayudaba debes en cuando.

La ama de llaves dio media vuelta para dejar sola a la niña, aun con la cara húmeda, sumida en sus pensamientos. Para cuando Hannah se dio cuenta de lo rara que debía verse en medio de un baño con la cara mojada, dio un fuerte suspiro, conto hasta diez y creyó que era momento de ser alguien de utilidad… para variar.

Barbara intento tener algún tipo de conversación y al ver que Diana solo producía leves sonidos (más por una respiración pesada) decidió que tal vez presionar no era la mejor opción, pero en este punto seria feliz con solo una señal del reconocimiento de su existencia, Diana no parece tener intención de cumplir con eso. Era difícil no sentirse incomoda, los últimos veinte minutos parecían horas, la situación era difícil de sobrellevar o incluso entender que ocurría, si les hubieran dicho algo sobre la situación de Diana, si tan solo las hubieran preparado para saber a lo que se enfrentaban, quizás Hanna no habría huido tan rápido.

—¿Sabes? Todas en la escuela esperan tu regreso— y no era mentira, Diana hacía mucha falta a la escuela, es como si se sintiera vacía y sumando la "ausencia" de Akko, también se sentía fría— Durante las primeras semanas, lo único que se hablo fue de ti…— Barbara tomo un momento para saber si debía proseguir, no quería que fuera lo que hubiese pasado atormentara a Diana nuevamente pero no sabía si debía continuar

—Y de Akko— Barbara se sobresaltó ligeramente de su asiento, cavilo tanto que nunca noto la puerta volviéndose abrir para que Hanna entrara nuevamente— Son heroínas, Diana, tu, Manbavaran, Yanson, O nell, Antonenko, Amalie Von Von Br… Ehh, bueno Constanze y por su puesto Akko— Dijo el nombre como un susurro, Hanna no lo noto, pero Barbara si, Diana había abierto ligeramente más sus ojos cuando sonó el nombre de la niña japonesa— El mundo las ama, muchos reporteros fueron vistos en el pueblo, no pudieron llegar a la escuela por su puesto, pero eso no impidió que esperaran los fines de semana para poder buscarlas a ustedes — Hanna se había acercado y coloco su mano en busca de apoyo en el hombro de Barbara—Las llaman las "Nuevas Nueve brujas" aunque no sabemos quiénes son las otras dos.

sonó algo amargo eso último, pero después de tantas veces que tuvieron que repetir al poblado estudiantil que tanto ella como Barbara no había participado en la carrea del misil, entendieron que ellas dos no eran parte de esta "nueva generación" de brujas dotadas.

Aun así, Hanna se percató el cómo Diana parecía mover ligeramente las cejas, tal vez si logro captar su atención, quizás iban por el sendero correcto— Lo increíble es que ahora Atsuko es reconocida como un miembro del circulo mágico, ¿puedes creerlo? realmente la niña siempre tuvo potencial, sólo no lo notamos como tu…

Hanna se permitió por fin empezar a sacar los sentimientos que guardo durante las últimas semanas, quería enmendarse con Diana por ser una pésima amiga, con las demás niñas por ser menos empática por su perdida, pero deseaba con todo su ser, poder arreglar las cosas con Akko, por lo insultos, por las peleas… Por ser una horrible persona.

—Oh Hanna— ahora Barbara se sentía contagiada por los sentimientos al aire de su amiga y al igual que Hanna sabía, ya nada se podía hacer, lamentarse cuando no queda otra cosa por hacer, siempre le pareció un poco hipócrita, pero nuevamente, esta situación era demasiado para niñas de su edad.

—Yo, Diana— se sorbio la nariz, por muy asqueroso que para alguien en su posición social le fuese recriminado, quería decirle a Diana, enmendar un poco de los errores que ahora le pesaban en los hombros— Nosotras, sabemos que… que bueno, realmente no somos las mejores amigas que te mereces, pero estamos aquí, en este momento, y estaremos el día de mañana y pasado y dentro de una semana y un mes… —De repente no controlaba sus palabras y estas solamente se desenvolvían cada que abría la boca— y si nos dejas, por el resto de nuestras vidas, para poyarte, ayudarte, sacarte a delante si crees que ya no puedes, porque… Bueno, porque eso hacemos las amigas y Diana, tú eres nuestra mejor y más querida amiga.

Dijo con todo el sentimiento que pudo expresar, se quedaron con ella unas horas más, detallándole las últimas semanas hasta que la enfermera les indico que las horas de visita habían terminado.

En todo este tiempo Diana nunca mostro otra reacción alguna.

Úrsula Callistis o su nombre real Chariot Du Nord, se despertaba con un terrible dolor de cabeza, ella se volvió a quedar dormida en la esquina de su habitación, estaba haciendo eso últimamente, por alguna razón no podía conciliar sueño en su cama, tampoco quería recostarse en ella, simplemente no se sentía "bien".

Habían pasado unos meses desde los sucesos del misil, meses desde que su mundo se había destrozado, se sentía miserable, culpable y eso explicaría por qué buscaba nuevas formas de autocastigarse, dormir en el suelo era una de ellas, bañarse con agua fría era otra, llorar hasta la media noche era su favorita, y era porque al llorar, realmente no la consolaba, no, llorar le recordaba como día a día la situación actual no era más que su culpa, suya y de Croix, pero al menos ella estaba cumpliendo un proceso Judicial, uno en el que se declaró culpable, Chariot contrato al mejor abogado que podía conseguir, para llevar el proceso y si bien ella entendía porque se declaró culpable, aun así le dolía en el alma verla sometida y perdiendo su libertad, al menos si ella estaba libre podrían ser miserables juntas. Bien no era un engaño, odiaba a Croix, era tan culpable como ella por la pérdida de su preciada estudiante, pero aun así amaba a Croix como su vieja amiga, su antigua compañera o ciertamente como su ex pareja sentimental.

No quería ahondar en eso, el pasado en el pasado, lo que importaba ahora era el presente y aquí estaba, temblando debajo de un chorro de agua helada, llego a la ducha sin siquiera notarlo, pero ya estaba aquí, bien podría quedarse en esta agua helada unas horas y morir de hipotermia, eso la haría feliz, aunque sería un desperdicio de agua y ella viniendo de Francia, creía fielmente que cuidar el agua era necesario.

Tendría que buscar una nueva forma de castigarse hoy, era un día sin clases y ella se sentía particularmente creativa, sabia de algunos hechizos de usos "médicos" que cortaban y curaban la piel, usados en el medioevo para amputaciones o cortes de trozos gangrenados, ella podría rebanar algunas partes de su cuerpo, un corte por aquí otro corte por allá, aunque dudo si era algo que serviría, ella ya había comenzado a cortase así misma con su abridor de cartas, solo que ya no tenía el mismo efecto, su piel comenzaba hacer "callo" y su resistencia a ese dolor en particular se hacía cada vez mayor, no, cortarse dejo de sonar tan atractivo para ella, podría ser que quizás usara sellos de gravedad, sii, los sellos con los que ella entrena, runas grabadas en sus brazos y sus piernas para que estas pesaran mucho más, había aprendiendo a entrenar su cuerpo después de su "accidente" (rabieta) con la luna, su antiguo maestro le enseño nunca usar los sellos en otra parte que no fueran sus extremidades, por ejemplo en el cuello se lo rompería, en la espalda la desequilibraría y terminaría en el suelo con fracturas en cervicales y en el pecho la asfixiaría, eso ultimo sonaba como algo que podría usar, un "accidente" seria perfecto, los sellos podrían ser lo suficientemente tardados para darle esa dulce agonía que sabía merecía.

Pero no importaba, sabía que hoy no sería el día que terminaría con su miseria, no, eso solo es la salida fácil, castigarse es lo único que debería hacer, aún tiene crimines que pagar, castigos que cumplir, cosas como el perdón o redención no era algo a lo que podría aspirar, no los tenía ni los necesitaba, eso quedo claro después de la reunión con los padres de Akko, se hicieron cargo de que ella no tuviera dudas de lo pésima tutora que había sido.

Era algo que ni la propia Akko sabia, en el momento en el que había sido asignada como su pupila (por petición de la propia Chariot) también asumió su tutela legal dentro del país, era un trámite de rutina y más común de lo que se piensa, muchas estudiantes eran oriundas de lugares como América, África y Asia, miles de kilómetros de sus familias por lo que se les asignaba un tutor legal, Chariot al ser la más joven entre sus colegas, no había tenido la "fortuna" de ser aun tutora, hasta que Atsuko y Susan Manbavaran habían llegado a la academia.

La reunión fue horrible, por decir lo menos, nunca tuvo el valor para ver a la familia de Akko a los ojos, el padre de Akko, era un hombre de cabello negro y evidentes rasgos asiáticos, cuyas marcas de expresión en el hombre que apenas entraba a los 40, si acaso, delataban una persona que normalmente debería tener una constante sonrisa en el rostro, ahora se le veían una expresión endurecida, las bolsas en los ojos indicaban una falta se sueño bastante clara. Su ingles no era el mejor, por lo que mucho de lo que se platicó ese día en conjunto de la directora, fue traducido por la propia Chariot, ya que ella era versada en el idioma japones, después de todo había hecho varias presentaciones como Shiny Chariot en Japón. La madre de Akko, una versión casi igual a ella (lo que pudo ser la propia Akko) se veía hecha un desastre, y quien sería una mujer hermosa de bellos ojos almendrados y sedoso cabello lacio, se miraba pálida con ojos enrojecidos seguramente por el constante llanto.

Chariot no puede recordar mucho sobre la apariencia o detalles acerca de los padres de Akko, durante la reunión, constantemente ocultaba su mirada debajo de su sombrero. Mucho de lo que se dijo ese día fueron maldiciones, groserías y una que otra amenaza, todo por parte del señor Kagari, la señora Kagari por otro lado, se limitaba a hipar debes en cuando, soltar algunos lastimeros gemidos aquí y allá, no los culpaba, uno era un hombre herido con la peor forma de lastimar a un padre, una herida que se genera por la impotencia de no poder proteger a su princesa, lo que realmente la había hecho sentirse peor que mierda fue el final de la conversación por parte de la madre de su alumna.

—¿Usted era Shiny Chariot? — fue un susurro por parte de la madre de Akko y por un momento todos en la habitación guardaron silencio— Ella… Ella mandaba cartas cada semana, ¿sabe?— hizo una pausa por el hipo y voz entrecortada— hablaba mucho de la profesora Úrsula y lo buena que era con ella— La mujer comenzó a llorar mientras era sostenido por su esposo— Me sentía celosa… porque ella decía que la miraba como a otra mama… dijo que yo era su "Oka-san" pero que usted era "su Madre bruja"

Chariot comenzó a llorar, llevo una mano a la boca para evitar soltar gemidos casi tan lastimeros como la de su emisora de aquellas palabra.

—¿Por qué…?— esta vez su voz era un evidente reclamo—¿Por qué no la protegió?

Esas preguntas se las hacia todo el tiempo, ¿porque no protegió a Akko como debía? Protegerla de Croix o el acoso, sobre todo sabiendo el motivo de la deficiencia mágica en la niña, prefirió trabajar en su arrepentimiento, en vez de ayudarla, encaminarla para descubrir su verdadero potencial, no, ella prefirió enseñarle como una maestra, lo hizo por culpa, no por vocación, Akko era tan parecida a ella, pero nunca se permitió ser sincera con la niña hasta esa noche y supo que, si hubiera abordado todo esto de diferente manera, quizás todos sería diferentes.

Es por ello que era su culpa, claro, los hilos de los últimos eventos habían sido movidos por Croix, pero cuando supo sus planes, no la detuvo, no, le permitió seguir, lo real de todo esto, es que si ella realmente hubiera querido, podría haberla detenido el mismo día en el que irrumpió en su laboratorio buscado a Akko, ella ni siquiera libero sus sellos de gravedad y Croix lo sabía, solo prefirió no hacerlo y eso fue de manera consciente, porque por mucho tiempo que hubiera pasado, la verdad es que Chariot aun amaba a Croix, aun la hacía sentir temblores en las piernas y cada vez que Croix quería algo, Chariot se lo daba, este fue un ejemplo perfecto, Croix quería ocasionar un desastre de proporciones nucleares y Chariot se lo dio, casi envuelto para regalo y el precio que pago había sido su preciosa estudiante.

Chariot callo en cuenta que desde el día de la reunió con los padres a de Akko, comenzó a "castigarse", como ahora, miro a su pierna expuesta siendo rasgada, usaba su varita para realizar un corte limpio, generalmente se usan encantamientos o pociones analgésicas para evitar dolor, pero ¿Por qué quería evitar el dolor en un castigo? Al principio había funcionado, pero ella ya no sentía el mismo dolor, pronto tendría que cambiar sus métodos por algo más "efectivo"

Chariot se recostó sobre su sillón, mientras pasaba la varita para generar otro corte, su expresión casi no reflejaba molestia, hoy en un par de horas ella junto a otros del personal docente irían para visitar a Diana, primer fueron sus compañeras de equipo, eran las que habían usado los permisos para verla.

Así es como fue informada sobre el estado actual de la joven heredera, ¡excelente!, más peso sobre sus adoloridos hombros, metafóricamente hablando. Siempre pensó que alcanzar la madures era algo que eventualmente llegaría con la edad, ya sabes, ese pensamiento de que un día despiertas, miras al mundo con los lentes de adulto y comienzas a tomar decisiones importantes que dictan tu vida, ahora, desde cierta perspectiva, esa "visión" que tenía sobre lo que significa ser adulto, le dictaba que ella no lo era, porque fracaso en cada parte de su vida.

La mujer a la que ama se encuentra encerrada y posiblemente enfrentándose a una condena muy larga, la estudiante que miraba de cierta manera como una hija y que el sentimiento era reciproco murió, por culpa de su negligencia como "madre", sumemos a la estudiante estrella y tal vez el miembro más importante para la vida escolar de la institución, encontrándose convaleciente y en deplorables condiciones, postrada en una cama de hospital, ese hecho no era menos importante en su vida, cuando decidió ser profesora juro que protegería a sus estudiantes y que daría todo por ellos.

Fracaso como mujer, como educadora y como madre, si se suma todo, da como resultado que fracaso en la vida.

Pero ya lo sabía, incluso desde antes de que todo ocurriera, Chariot no era tan lista, eso no era un secreto, pero tampoco era idiota, era bastante consciente del cómo su vida era un fracaso desde el "incidente" a la luna. Solo quería comenzar por algún lugar para empezar a reducir el peso de sus acciones, puede que la visita del día de hoy podría ayudar, con suerte, solo que bueno, siendo sincera le aterraba más enfrentar a Diana que a los padres de Akko, por alguna razón era demasiado aterrador el pensamiento, tenía que desestimar sus miedos (al menos intentaba hacerlo) ella necesita afrontar sus errores y comenzar a enmendarse, no como perdón, sino porque es lo que se debe hacer.

Curo sus heridas con hechizos sanadores, se vistió e hizo una nota mental de no olvidar usar pantalones y camisas de manga larga a fin de esconder las cicatrices resultantes de sus "sesiones", el maquillaje y ella nunca fueron sinónimos precisamente, claro, usaba rubor y quizás un poco de rímel en las pestañas, eso era que dominaba muy bien ya que los usaba repetidamente en sus presentaciones o posiblemente en citas románticas con Croix, y, su uso no era precisamente un habito adquirido, hasta ahora, puesto que lo usaba constantemente para ocultar las ojeras y su piel razonablemente deteriorada, se miró al espejo una vez que su preparación había sido terminada, su imagen reflejaba aun con el maquillaje, lo que realmente era, una persona demacrada y cansada, ella era hermosa, lo sabía, pecaba de vanidad, pero siempre le molesto un poco tener que haber ocultado su cabello rojo por el azul cuando decidió desaparecer como Chariot Du Nord, sabe que tiene "atributos" físicos (como su cabello) que ciertamente llamaban la atención y ver a los padres de los niños mirándola de manera muy poco "inocente" en sus presentaciones la llegaron a incomodar, pero entendía hasta cierto punto que era lo que miraban, ahora ella no podía observar nada de eso en el reflejo que estaba de frente, y eso puede le gustara de una manera retorcida.

Llego a las puertas de la escuela, no fue la primera ni tampoco la última, llego y se acomodó junto a sus colegas, por supuesto que no irían todas las maestras, alguien tenía que cuidar el castillo, y la profesora Peaces solicito el quedarse para vigilar a los estudiante, aun así una buena parte del personal iría como visita al apoyo de la joven prodigio, tendrían unos minutos con ella, y tratarían de verificar si la niña podría asistir en el futuro al colegio, la extrañaban y la profesora Finnelan estaba constantemente verificado como "adecuar" el castillo para la niña.

La última en llegar fue la profesora Badcock, Samantha se había disculpado con sus colegas argumentado algo sobre las detenciones programadas para el día o algo así, realmente no le prestaba atención a la mujer, tiende hacerla dormir con sus diatribas.

Salieron del castillo rumbo a Londres, cosa que no era ni remotamente grato, puesto que se sentía un poco avergonzada por tener que viajar de pasajera en la escoba del Holbrooke, pero Chariot ya no podía volar, esto era algo parecido a cómo debía sentirse Akko, cada vez que tenía que ser pasajera de sus amigas, para una bruja volar es tan natural como caminar y de alguna forma el no poder hacerlo era equivalente a ser una especie de invalida, poseía cierto grado de impotencia por ello.

El viaje aunque fue pesado, para su fortuna no fue un gran problema, tal vez tenía mucho tiempo que no viajaba grandes distancias, pero no era un problema, se había acostumbrado cuando realizo un viaje por el mundo, atravesando las líneas ley que aún quedaban en ese momento, ahora muchas líneas parecían haberse abierto y se estudiaba por qué estas "nuevas" líneas aparecieron, así como del motivo para que la magia comenzara a resurgir, incluso las niñas de la escuela habían indicado que mientras se encontraban en las afueras del pueblo cercano al colegio, podían realizar hechizos sin problema, quizás el poder mágico no era tan fuerte como el que se canaliza mediante la piedra filosofal, pero aún era considerablemente mayor que hasta hace unos meses, no era difícil deducir cual fue el detonante, los sucesos del "misil Noir" (como fue nombrado en los medios), y, este "resurgimiento" de la magia, estaban estrechamente relacionados, el ¿Cómo? o ¿Por qué? era la incógnita.

El viaje en su opinión no estuvo tan mal (dentro de lo razonable), lo terrible era el destino, y al estar frente del hospital confirmo que no estaba ni remotamente preparada, no entraba aun y ya sentía las piernas temblando, el hecho de que nunca se sintió cómoda en hospitales, no era realmente el motivo por el cual se sentía nerviosa, no es que los detestara, solo que había pasado tanto tiempo en su juventud dentro de la enfermería, que cualquier cosa que se le relacionara le generaba rechazo. Esta era una de las pocas veces en la que venía como visita y no como paciente.

Al entrar podían apreciar un lobby bastante cuidado, ella permitió que Finnelan y Holbrooke se encargaran de notificar su visita, mientras Chariot y el resto de sus colegas esperaban pacientemente en los asientos delante del recibidor, se sentía cada vez más nerviosa, el cuello de su camisa le comenzaba a apretar, si bien eran brujas todas y respetaban la tradición, el ir en público mostrando sus túnicas o vestidos pertenecientes a un estatus mágico, no era precisamente bien visto entre la sociedad mágica, era un poco irónico, las brujas se vestían como "brujas" en fiestas y reuniones de la comunidad mágica, pero era muy normal que en situaciones "coloquiales" estas usaran ropa tan casual como cualquier otra, miro a sus compañeras y si bien Finnelan o Samantha eran un poco más tradicionalistas de la "vieja escuela" ella en conjunto por ejemplo de Holbrooke, pasarían por personas mundanas cualquier día de la semana.

Vio a una mujer de avanzada edad llegar hacia la directora, su aspecto de matrona inglesa no era precisamente desapercibido, incluso le recordaba a Finnelan, por la apariencia y lo familiar que parecían ser tanto maestra como matrona, dedujo que era el ama de llaves de la familia Cavendish, escuchado sobre ama de llaves, una mujer de aspecto severo y un porte recto y diciplinado que la hacía verse casi como una estatua, bueno esta persona encajaba muy bien con la descripción. Hablaron unos momentos hasta que la Directora en compañía de ambas mujeres se acercaron.

—Profesoras, me gustaría presentarles a Madame Anna, la ama de llaves de la familia Cavendish— la mujer en reconocimiento inclinó ligeramente la cabeza mientras cerraba los ojos

—Es un placer conocer a quienes han ayudado a guiar a la joven Ama— Dijo a modo de saludo, sin duda era alguien sumamente diciplinado— No obstante, pediré su completa cooperación para que esta visita sea lo más agradable y cómoda para ella no está en la mejor disposición en este momento y ser molestada no puede ser tolerado. confió en que no habrá problemas ¿Cierto?

Oh esta mujer era aterradora, Chariot hizo la nota mental de no caer en su lado malo, ahora estaba nerviosa e incómoda con la presencia de la ama de llaves. Las visitas se turnaron en periodos cortos de minutos en una y una, las primeras evidentemente fueron Holbrooke y Finnelan, cuando regresaron la directora se veía con ojos rojos y aunque trato de ocultarlos debajo de las gafas, Chariot sabía que, si algo había logrado romper a la directora, entonces las cosas eran mucho peores de lo que creyó.

Una a una fueron pasando, Chariot siempre trato de mantenerse al final, dejando que casualmente sus compañeras tomaran el relevo de las visitas y con cada una que se iba y regresaba, la ansiedad y los nervios, aumentaban, llego al punto de que mirar las expresiones de dolor por parte de sus compañeras, mujeres adultas que tenían años de experiencia y creía que podrían con lo que las está esperando arriba, la descolocaba de sobremanera, por lo que la ansiedad paso a ser miedo, Chariot Du Nord estaba aterrada de enfrentar los resultados de sus errores.

—¿Estas bien querida?— No había notado a Miranda acercarse— Te entiendo un poco ¿sabes?, pero deberías calmarte, respirar hondo y dejas que las cosas fluyan

Miranda era una bruja poderosa, Chariot siempre supo que si se llegaba a enfrentar a ella, perdería indudablemente, la directora sabia aspectos mágicos que ella apenas empezaba a comprender, era excelente en cada aspecto de enseñanza dentro de la escuela y no tenía su puesto solo porque era la más vieja entre todo el personal docente, también era una mujer sumamente sabia, siempre fue una guía y sentía que era la única persona que no la juzgaba, quizás sus colegas no lo dirían en voz alta, pero sabía que la opinión estos habían cambiado desde la revelación de quien era en realidad y era un hecho que la culpaban en cierta medida por la situación de Diana y Akko, cosas que tenían razón.

—Te diré algo Úrsula, creo que es tiempo de que empieces a ver lo que "hay" y no lo que hubiera sido— comento a modo de reflexión mientras ponía la mano sobre la suya— Yo sé el peso que llevas sobre tus hombros y también se la impotencia de haber perdido a seres amados, de alguna u otra manera, pero aún hay quienes te necesitan, justo aquí ahora y que requieren de tu más sincero apoyo.

Oh, sin tan solo pudiera tener la fuerza y solides de esta mujer, pero no, la verdad es que ella aún era una niña, una niña entrando en los treinta, pero una niña al final del día, y, no sabía como afrontar situaciones de adultos, porque nunca lo a sido realmente.

—Directora— Comenzó— Usted sabe que mi nombre no es "Úrsula" ¿Por qué lo sigue usando?

Miranda la miro por un par de segundo, antes de soltar una ligera risa— Lo siento, lo siento— se disculpaba mientras se recomponía— Oh cariño, siempre supe quien eras.

—¡!— La expresión en su rostro debió decirlo todo, ya que miranda decidió continuar.

—¿Sabes que vi hace unos años, cuando llegaste a mi oficina buscando empleo?— era un pregunta retórica ya que no le dio oportunidad de responder— Tuve un golpe de nostalgia, recordé la primera vez que viniste a mi oficina, habías explotado el salón de la maestra Morphist ¿Recuerdas? Oh esa mujer era una santa, pero lograbas sacarla de sus casilla…

Miranda miro hacia el horizonte, recordando historias de su antigua estudiante— Venias a mi oficina casi todas las semanas y las profesoras siempre me pedían que reconsideraba tu estancia, algo que evidentemente nunca hice y es porque vi potencial— Regreso a mirarla— Conozco a muy pocas personas que rivalizan con el amor que tú le tienes al aprendizaje de la magia, en este momento solo puedo pensar en alguien— Su ojos se nublaron por la tristeza, no se necesitaba ser un genio para saber de quien se refería— Creo recordar que en esos meses fue cuando yo misma le pedí a la señorita Meredies que fuera tu asesora personal, bueno, creo que ustedes hicieron más que repasar lecciones, eh— Chariot tuvo la suficiente vergüenza para al menos sonrojarse por la implicación—Y te diré querida, que llevo más tiempo siendo maestra y directora del que debería, como y conozco a todas mis alumnas, incluso yo misma le di clases a varias de tus colegas, ¿Crees que nunca notaria que no existía una "Úrsula Callistis"?

—¿Por qué me contrataste?— en retrospectiva, si era un poco tonto que ella fuera contratada sin al menos una sospecha por parte de la directora, ahora realmente se pregunta porque ella estaba como una educadora más.

—Porque veía vocación en ti, lo vi cuando eras estudiante y aun lo veo, cuando entraste en la escuela vi el futuro de la magia y educación, no me arrepiento— Dijo firmemente—Y ahora tienes que escucharme Chariot, es cierto, perdiste a una estudiante, y duele, ese dolor posiblemente te acompañe el resto de tu vida, pero ahora, en este momento exacto, otra te necesita y sé que no nos podemos rendir con nuestros estudiantes, por más difícil que sea la situación, porque somos educadoras, es nuestro trabajo forjarlos para que su futuro sea el mejor.

Samantha había bajado, al igual que todas bajaban, afligida. Era el turno de Chariot— Ve querida, tu estudiante espera— fue lo último que escucho por parte de su directora, junto algunos murmullos por parte de sus compañeras a las cuales no prestaba atención.

Chariot tomo un segundo para levantarse y se dirigió al elevador, con las piernas temblado con cada paso y un horrible picor en los ojos, sus lentes se empañaron un poco por las lágrimas que empezaban a salir, ella no merecía palabras de consuelo como las que su directora le dio, pero las necesitaba para tomar valor. El ascenso fue tan dolorosamente rápido, Anna se encontraba esperando por la siguiente y última visita, Chariot no tenía intensión de entablar una plática con la matrona, así que solamente la siguió a la habitación, le agradeció, tomo un fuerte respiro y entro.

Si Chariot necesitaba un motivo para realmente sentirse miserable, este se le había concedido, oh no… no, no, no… Su respiración se cortó, sus parpados se abrieron tanto que casi podía ver por encima de sus gafas, se sentía mareada, la respiración se le escapo y olvido como respirar.

Eres una adulta, eres una adulta, eres una adulta… no era precisamente un mantra, pero en su mente lo repitió al menos una docena de veces, pasaron al menos 5 minutos hasta que decidió que era momento de enfrentar el aquí y ahora.

—Ho-Hola D-Diana…— Nadie podría culparla por el incesante tartamudeo, vamos Chariot, adulta—Yo, creo que esta reunión debió ser antes.

Y debió ser la primera visita, tendría que haber venido antes, como una visita real y no una que parecía más "protocolaria".

—Diana, Lo lamento— Bien, ya está, era hora de sincerarse, y si la niña no diría nada, entonces todo esto debía salir ella— Lamento lo que te paso, lamento mucho que esta situación haya sido el resultado de mis herrores…

Diablos, las lágrimas corrían libremente, ¿se podría morir deshidratada por llorar? Tenía fuertes sospechas que ella seria la prueba de que ocurrirá.

—… Me rompe el corazón, ver todo lo que ocurre, perdí a mi compañera, perdí mis ganas de seguir adelante, porque también la perdí…

En sus miseria Chariot no noto, como el dedo indicen de Diana, aquel que aún estaba libre y ligeramente en mejores condiciones que el resto de la mano, dio un ligero movimiento.

—La realidad es que esto es mi culpa, ¡yo debí detener a Croix!— Tal vez no debería de levantar la voz, ¡pero al demonio todo, necesitaba esto!— ¡Yo debí decirle a Akko quien era yo! no debí dejarla sola cuando se enteró— La voz se entrecortaba, estas cosas ya las sabia, todo era real, pero nunca lo había dicho en voz alta— Nunca debí dejarlas partir de una misión suicida, yo debía protegerte… a las dos.

Se odiaba así misma por tantas cosas, la luna, Croix, Diana y por supuesto Akko, cometer errores es normal, pero hay una gran diferencia entre cometer errores y "joderlo" monumentalmente, un error nunca debería dar como resultado que un prodigio se quedara parcialmente invalida o que una niña inocente y maravillosa perdiera la vida, estos nunca debieron ser el cobro por sus fallos.

—¿Quieres saber que es lo más triste de todo esto?— en medio de su catarsis, su lengua parecía sincerarse — Que no puedo redimirme de ninguna manera, lo que me mata es la culpa, siempre hago las cosas por culpa— Sus pensamientos cada vez más cavilaban en terrenos peligrosos, si su actuar es por culpa, entonces ¿Realmente lo lamenta?— Dios, daría mi vida para poder hacer que tú y ella estuvieran bien.

Y no era una mentira, ella gustosa entregaría su vida a cambio de que la niña asiática regresara, incluso si fuese solo para darle la salud a esta niña empotrada en una cama. Chariot miraba hacia el suelo, lo que no le permio ver los ojos de Diana, como estos cobraron vida, primero fue un movimiento, después un ligero brillo para que al final las pupilas se dilataran reaccionando a la luz de la habitación.

—Quisiera decirte que todo estará bien, que buscare como solucionar todo, pero… — las lágrimas se habían acabado, su voz dejo se sonar como un lamento para simplemente escucharse vacía, derrotada— Pero es mentirte, yo no sé cómo solucionar las cosas, no sé cómo ayudarte a ti ni a nadie.

Chariot, miro sus manos temblorosas cerrarse en puños de frustración, golpeando ligeramente sobre sus rodillas, sintió que decir algo más seria redundante, no había nada más que decir y se sentía un poco agotada de su diatriba, suspiro pesadamente, debía darle a Diana espacio para el descanso y no tenía nada más que decir en este momento.

—Espero que te recuperes Diana, de corazón, quisiera ser para ti, lo que no fui para Akko, pero eso solo confirma la pésima maestra que soy.

Se levanto lentamente y se acercó a la puerta, sincerarse no había servido de mucho, pero al menos se permitió disculpar con alguien a quien hizo daño, Chariot creyó por un breve momento que tal vez, este era el primer paso para una posible redención y poder corregir un poco el mal que realizo.

Durante años Chariot Du Nord recordara este momento exacto, este segundo en que la experiencia de los años le enseño una de las lecciones más importante que ha aprendido: "La vida puede ser una perra".

—De… vuel…— Chariot escucho a su espalda como un ligero susurro, casi ronco. Con la mano aun en el pomo y la puerta semi abierta, volteo preguntándose si había escuchado realmente bien.

—¿Diana?— Miro en dirección de la cama donde se encontraba inerte la niña, espero un segundo hasta que escucho de nuevo un sonido ligeramente gutural de la pequeña Cavendish.

—Devuelve… mela…— Nuevamente lo repitió, y esta vez Chariot realmente vio sus labios moverse, la emoción de querer salir corriendo a buscar por un doctor y reportar una señal de conciencia de la niña murió cuando esta empezó hablar con voz más fuerte, pero seca— Akko… devuélvemela… es tu… culpa.

Si bien la voz se escuchaba ronca y era evidente que le costaba hablar, Chariot comenzó a acercarse a la niña, las maquinas que la monitoreaban comenzaron a tintinear un poco, sabía muy poco de equipo médico, pero estaba segura de que la máquina que se encargaba de monitorear su corazón no debía de sonar erráticamente.

—Me la quitaste— Su mano "sana" se movió y el rostro inexpresivo empezó a juntar sus cejas en una mueca—Fue tu culpa

Chariot se congelo dónde estaba, por un momento un escalofrío le recorrió la espalda, un augurio de una mala señal una muy mala señal.

—¡Tu!— Por fin la niña grito, los aparatos empezaron a tintinear de manera errática, y empezaron a temblar, sí, eso seguro no tenía que pasar— ¡Fue tu culpa, me la quitaste!— Diana comenzó a ponerse erguida lentamente, pero sin quitarle la mirada. Si la niña sentía dolor, nunca lo demostró— ¡Vienes a aquí a lamentarte por tus errores!

Chariot dio un paso hacia atrás, esto era tan fuera de lugar, esta era Diana, mal trecha, sin un brazo, con el resto de extremidades envueltas en férulas, vendas y gasas parecía que intentaría ponerse de pie, Chariot intento superar su asombro para evitar que la niña no se lastimara, quería ir con Diana, evitar que esta se lastimara queriendo encararla, pero la mirada de furia que le daba, la congelo en su lugar, insegura de que hacer, miro como los aparatos electrónicos empezaron a moverse de sus posiciones y sonar arrojando alarmas, la cama comenzó a estremecerse visiblemente como si el colchón imprevistamente tuviera vida, las cortinas de la habitación se alborotaban, parecía que un viento muy fuerte las moviera.

—¿Liberación… mágica?—Cuando Chariot aprendió de combate mágico, conocía las diferentes maneras de la liberación mágica sin varita, sellos, runas, círculos mágicos o artículos como bastones, cartas mágicas o armas que canalizaban el mana de la magia, incluso los artículos electrónicos eran capases de ser combinados con la magia, pero todas estos "medios" tenía algo en común, su función primaria, ser la extensión del Mago o Bruja para demostrar sus poderes y habilidades, por eso en el estudio de la teoría mágica básica, se enseña que sin el "medio conductor" la magia no puede transcribir la realidad, mientras que los hechizos y canticos mágicos moldeaban la realidad, el medio conductor era quien la transcribía, pero en el mismo estudio de la teoría mágica, dicta que era virtualmente imposible que el hechicero en cuestión pudiera "expresar" su magia sin el "medio", para ello, la teoría dicta que el lanzador tendría que tener un poder mágico tan grande que este pudiera ser expulsado por el "cuerpo" y esto solo haría que el poder consumiera al portador, magos tenebrosos intentaron ser quien pudiera poseer esta clase de poder y la historia demostró el terrible error que era aspirar a tal poder. Pero aquí estaba, viendo en carne propia una liberación mágica, las maquinas explotaron, escucho como el personal médico corría hacia la habitación, intento voltear para escapar, se sentía aterrada por lo que esto significaba, pero la sorpresa no permitió moverse de su lugar

—¡Tu!— Su atención volvió a centrarse en la niña que se miraba enfurecida, la niña aparentaba estar de pie, pero mirando a sus piernas estaban… ¡oh por Morgana y toda la magia! Estaba flotando, la niña estaba suspendida unos centímetros en el aire, miro nuevamente su rostro, sus ojos, sus ojos cambiaron de su azul normal a un rojo.

Un rojo intenso.

—¡Maldita sin vergüenza!— El grito sonó gutural y Chariot sintió como si una pared la hubiera envestido de frente, salió disparada con tanta fuerza que escucho madera romperse, ¿Rompió la puerta?, no estaba segura, ya que todo ido a negro.

Chariot confirmo esta lección tan importante.

"La vida es una perra"

¿Hola qué tal?

Lo se y lo siento, dije un mes y véanme, publicando cuatro meses después, quisiera decir que tengo una excusa y si bien la tengo, no quisiera aburrirlos con los detalles, pero en mi defensa, y sé que realmente no le va a importar a nadie, pero en serio soy una persona muy ocupada en el mundo real, ya saben, trabajando de día y muchas veces de noche, entregando proyectos y reportes, nadie dijo que la vida adulta sería difícil, pero ahora que las responsabilidades tocan la puerta, bueno, no las puedo dejar esperando.

Ahora, sobre la historia, se que este capítulo podría sentirse "lento" para algunas personas, comparado con el prólogo, lleno de acción y batallas, este fue ciertamente tranquilo y bastante depresivo, y si, es apropósito, la protagonista de la historia está muerta, por supuesto que su perdida afectara a todo su mundo, por eso estamos introduciendo las bases de la historia. En el prologo me permití darles una probada de lo que tengo planeado mas adelante, y a modo de retrospectiva es bueno entender como Diana se corrompió, cada villano tiene un porque de existir y Diana no es diferente, por eso vean estos capítulos introductorios como la calma antes de la tormenta.

Ahora también quise introducir mas personajes y sus perspectivas, digo sabemos el final feliz, pero en el multiverso, no todos los finales fueron felices y me permitiré explorar diferentes "perspectivas"

Por eso aun sigo en la búsqueda de ese Beta, que sea bueno y caritativo. Porque en serio, podría adelantar las entregas teniendo a esta alma buena y caritativa.

Se que estás ahí, Beta Reader con tiempo y dedicación para ayudarme con este proyecto, y te voy a encontrar, Varón de la cerveza… ¡Digo, Beta! ¡Beta Reader!

Ahora me encantaría responder a los miles de comentarios que estoy seguro me dejaron pero que Fanfiction no me muestra para evitar un aumento en mi ego.

Si, seguro debe ser eso…

Pero el comentario que si me dejaron será respondido aquí:

RukiaJr-chan: Bueno aquí está la continuación, agradezco mucho tu mensaje, y es pero desfrutes la lectura.

Quiero agradecerles por las lecturas, seguimientos y reviews, espero sea de su agrado y nos veremos en el siguiente capítulo, que, si Kami quiere, será en menos tiempo que cuatro meses… espero, quizás, tal vez… ehh, no prometo nada.

Hay nos solemos.