Fragmento 2

Mientras se acercaba descuidadamente al nuevo pasabocas de todo el instituto para el mismo la mujer por alguna extraña razón resultaba vagamente familiar, sobre todo por esa timidez forzada, una vez cerca de ella quiso colocar una mano en el hombro femenino cuando la mujer giro sobre sus talones repentinamente quedando sorprendida

- Que sucede? – pregunto incrédula mirando al joven, él tenía una profunda mirada azulada y un cabello oscuro bastante largo, era poco común ver a un hombre con el cabello tan largo

-Oh nada especial, quería ayudarte a llevar tu almuerzo – insistió arrebatándole la bandeja de comida

- ¡No-no es necesario! – exclamo fuerte sintiendo todas las miradas del cafetín en ellos, incluida la de sus amigos

- ¿acaso será la nueva conquista de Bankotsu? – susurraba una chica de baja estatura cerca de ella, "no, no, no" pensó asustada persistiendo al joven que no le permitía tomar de regreso su comida

-Por favor regrésamela – suplicaba desesperada – no me gusta llamar la atención del lugar y todos nos están mirando … -susurro en reproche

-Bah, déjate ayuda mujer necia ¿Qué difícil puede ser eso?

-Yo no pedí tu ayuda – chillo tropezando con Bankotsu y cayendo juntos al suelo, desparramando toda la comida y manchando su nuevo uniforme "genial, que tonta eres Kagome" miraba desanimada su alrededor, el primer día en el instituto era como la misma mierda, suspiro levantándose y marchándose del lugar, había tenido suficiente – lo siento – susurro apenas audible para el muchacho

Una vez que la mujer salió de la cafetería seguida de todas las miradas la carcajada de sus compañeros inundo el lugar, sobre todo la de Miroku y Koga

- ¡Ustedes mal nacidos! ¿¡de que se ríen!? – bromeo poniéndose de pie, su camiseta estaba hecha un asco y al sentirse el objetivo de todas las miradas del lugar regreso el gesto molesto - ¿Qué ven? El espectáculo se acabó, no estoy de humor para bromas de nadie – luego de soltar la amenaza el cafetín siguió con su rutina como si nada acabara de suceder "esa mal nacida"

-Dártela de don Juan – se burlaba Miroku – parece que no es la típica damisela a la que se le caen las bragas cuando te ve Bankotsu

-Maldito Miroku – abrazo a este por el cuello regalándole unos puños a su cabeza

En la soledad del patio de la escuela pudo quitarse la camiseta quedando con una ligera camisilla de tirantes que tapaban su cuerpo, el lugar estaba lo suficientemente solitario para descubrirse un poco mientras lavaba la camiseta en un bebedero de agua. Su uniforme apestaba a salsa de pasta y odiaba eso, "remover esta mancha será complicado, es mi único uniforme, que mala suerte" pensaba enfadada sacudiendo la húmeda camiseta

-Genial Kagome, una camiseta manchada y mojada, que día más maravilloso – pronunciaba sarcásticamente para sí misma

-Yo diría lo contrario – una ronca voz logro erizarle hasta el vello de la espalda y la congelo durante un segundo para girar el rostro y encontrarse con un chico bastante alto recargado en el desgastado muro de cemento de brazos cruzados

- ¿Quién eres? – pregunto curiosa, esa escuela estaba llena de personajes extraños

-Deberías buscar cubrirte si no quieres ser el objetivo de todos – dijo despreocupado mirándola, esos ojos dorados la sorprendieron por un instante, nunca en su vida había visto una mirada tan fría como esa, ni si quiera podía compararse a la del chico que estropeo su almuerzo

-No has respondido mi pregunta – Respondía Kagome avergonzándose al darse cuenta de su estado colocando la mochila frente a ella cubriéndose, se sentía indecente en esos momentos

-No es necesario, descuida – respondía separándose de la pared donde estaba reposando minutos atrás

-¿pero…

-Vi lo que sucedió en el cafetín – comento con esa gutural voz, es que le ponía los pelos de punta, encendía todas sus alarmas

-¿vienes a burlarte de mí también? – dijo molesta y desanimada, la mujer tenía una mirada bastante transparente

-No, simplemente hemos coincidido … - contesto alejándose del lugar como si no tuviese un gramo de preocupación, siguiéndolo con la mirada pudo detallar que no solo era alto, él era dueño de unos ojos color de oro y su cabello era singularmente plateado, estaba recogido en una cola de caballo y caía grácilmente por su espalda, ¡llegaba casi a los glúteos!

-Joder que estoy mirando! – se reprendía a sí misma colocándose la mojada camiseta, quedaban unos minutos antes de ingresar a clases y podía aprovechar el sol del mediodía para secar un poco su maltrecho uniforme.

-¡Kagome! – escucho su nombre y vio en la dirección de donde la llamaban, su compañera de aula estaba corriendo hacia ella – cielos, toda la escuela habla de ti ¿estás bien?

-Sí, descuida – respondía sorprendida

-Bankotsu y su grupo son unos bandidos, tienen la escuela a su merced, no los soporto...bueno en realidad solo a Miroku – dijo rápidamente Sango sentándose a su lado y dejando a Kagome fuera de lugar

-¿Eh?

-Disculpa, es una larga historia, pero, para resumir, Bankotsu es el chico popular de la escuela, junto a Inuyasha, Koga, Sesshomaru y Miroku son las caras masculinas más deseadas en este lugar – conto mientras Kagome la miraba con desinterés - ¿estás bien?

-Perdóname, es solo que he pasado por mucho – Sango la miro confundida por un momento y aclaro – el día ha sido duro, no todos los días empiezas la escuela con mal pie – sonreía fingidamente

-Regresemos a los casilleros, puedo prestarte una camiseta para que reemplaces la tuya mientras – guiño un ojo jalándola consigo, Kagome sonrió ante ese gesto.

A pesar de ir junto a una enérgica Sango era frustrante soportar las miradas y comentarios de los estudiantes alrededor, quería ser invisible por un segundo y parece que su plegaria había sido escuchada ya que la zona de los casilleros estaba maravillosamente libre de personas

-Toma esto Kagome – entregaba sango la camiseta cerrando su casillero – debería quedarte, creo que mi talla de… – comparo ambos bustos divertida y avergonzada – parece ser un poco distinta a la tuya – este comentario acabo sonrojando furiosamente a la mujer y divirtiendo a Sango que le dio la espalda exclamando la premisa de que regresaría al salón y la esperaría

-Ella, me agrada… - murmuro Kagome viendo a la mujer marcharse apretando la camiseta provisional contra su regazo sonriendo para darse la vuelta y chocar con algo ligeramente macizo para su gusto que para el colmo termino sujetándola de un brazo para evitar que cayera – lo siento – dijo rápidamente acariciando su nariz para encontrarse con unos ojos vagamente familiares

-¿Qué me ves? – interrogaba de mala gana el muchacho soltándola como si de una propia bacteria se tratase

-Tch! – siseo caminando a un lado del muchacho, suficiente tenia para soportar una niñería, estaba cansada de todo

-Vaya, parece que no eres tan tímida después de todo – provoco el muchacho logrando detener a la pelinegra

-Disculpa ¿Nos hemos visto antes? – soltó Kagome, ese hombre tenía unos ojos del color del sol, pero a diferencia de los que había visto, estos desprendían una energía feroz y usaba una gorra ¿quién en su sano juicio utiliza una gorra en la escuela?

-De haberme visto antes créeme que recordarías mi nombre – dijo lascivamente mirando a la mujer de pies a cabeza

-Que creído eres – finalizo la conversación marchándose del lugar al baño de mujeres, dudando sobre como una sola persona podía ser tan diferente en cuestión de horas, eso la extraño de sobremanera, pero sacudiendo la cabeza para despejar sus pensamientos apresuro el paso; deseaba cambiarse, regresar al salón y marcharse al fin al único lugar donde conseguía toda la paz que no tenía.