—Clyde, ¿Estás despierto? —Dijo en un susurro.

El joven moreno lentamente abrió sus pesados párpados, encontrándose con el resto de Lincoln observándolo y monstrando reloj ya cargado.

—Clyde, no puedo dormir, realmente necesito usarlo otra vez, tengo demasiada curiosidad.

—¿Qué? Pero tu abuelo dijo...

—Lo sé —Lo interrumpió. —, ¿Pero como se supone que ayude a la gente si ni siquiera sé cómo funciona a la perfección esta cosa?

Clyde se sentó en su cama y mientras se ponía los lentes lo pensó un poco, de hecho, Lincoln tenía un buen punto, tranquilamente un robot como los que habían aparecido horas antes podrían venir junto a uno del tamaño de un edificio, pero esta vez Lincoln apenas sabría cómo usar a dos de ellos en vez de gran parte de los aliens de ese reloj.

—Muy bien —Dijo mientras se calzaba. —, pero habrá que alejarnos, si tu abuelo nos ve, tal vez te castigue por desobedecerlo.

Lincoln sonrió de oreja a oreja y levantó a Clyde de la cama de un pequeño tirón del brazo.


Lincoln se la pasó todo el camino con una sonrisa en el rostro, Clyde, aún medio dormido seguía pensando en cómo le pareció una buena idea salir en medio de la noche cuando cualquier criatura peligrosa podía estar acechando... claro, lo tranquilizaba un poco el hecho de que tenía un amigo con una especie de arma... pero la idea de que sea Lincoln le daba un poco de pánico. De repente el niño de cabellos blancos se detuvo y presionó el botón para que la parte superior se levante.

—Veamos... —Lincoln giró una, y otra vez el anillo buscando a un alien que le interese. —. El que parece lobo... no. El hada... tampoco...

De pronto al girar se volvió a escuchar ese zumbido molesto que sonó cuando Lincoln se transformó en Gax..

—Oye, ¿Qué le sucede a esa cosa? —Preguntó Clyde mientras tapaba sus oídos.

—No es el reloj, es Gax —Respondió mientras mostraba el ícono de color amarillento del alien. —, ese sonido ocurre cuando aparece en la pantalla, es el único de los diez aliens que tiene esta cosa que hace eso... sí, también los conté —Dijo cambiando al alien con cabeza puntiaguda, acabando con el sonido. —. Oye, este no se ve tan mal.

—¿Y no te has puesto a pensar que es algo extraño que Gax sea el único que haga eso? —Preguntó con cierto tono de intranquilidad. —. Mirá, Lincoln, yo ya pienso que ese reloj es peligroso, pero pienso aún más que ese pulpo tiene algo extraño.

Lincoln bufó. Le parecía una tontería el hecho de que algo tan genial pudiese ser peligroso o extraño según Clyde, tal vez simplemente estaba exagerando, o tal vez tenía razón, pero a Lincoln le importaba poco. Sin pensarlo presionó el botón del reloj, ocasionando el destello verdoso una vez más. Clyde miró con molestia cuando el destello terminó.

—¿Qué se supone que hace este? —Preguntó Lincoln mientras veía sus puntiagudas manos que se separaban en tres garras, se vio en un pequeño charco, tenía un rostro azul con un casco qie terminaba en punta, y tenía piernas del mismo color que su cara, también sus pies tenían una pequeña rueda en la suela. —. Bien... es delgado, así que dudo que pueda golpear como Gax... ¿Tu qué opinas?

—Opino que deberíamos volver... momento, ¿Por qué tuve que venir cuando no haré diferencia alguna?

—Porque eres mi amigo y quería que... —Lincoln intentó dar un paso y rápidamente se resbaló por las ruedas de sus pies cayendo de cara. Con algo de dificultad trató de apoyarse de su rodilla para levantarse, pero volvió a caerse nada más piso con la rueda de su suela. —. Este alien... ¡Es un maldito inútil! ¿Por qué no elegí al de los cuatro brazos? Oye, ayúdame a levantarme. —Dijo extendiendo su mano con garras hacía Clyde.

Clyde se acercó y lo tomó del antebrazo al ver que no podía tocar sus filosas manos para levantarlo. Ya en el suelo, "Lincoln" se tambaleó hasta apoyar su espalda contra un árbol cercano a él.

—¿No estás preocupado? —Preguntó Clyde

—¿De qué?

—De esos robots —Respondió sentándose frente a Lincoln. —. Quiero decir, no hay que ser un genio para darse cuenta que venían por... eso —Dijo apuntando al pecho de su amigo dónde estaba el reloj. —. Si vinieron esas cosas por ese reloj entonces vendrán más.

—Y si vienen más, usaré a Gax y volveré a destruirlos...

—Lincoln, entiende —Interrumpió Clyde con preocupación. —, si esa nave huía aquí es porque no hay nada en ese reloj que pueda contra lo que sea que está buscando conseguirlo, tienes que deshacerte de esa cosa lo más rápido posible...

—¡¿Y perder lo único que podría hacer que mi verano no sea tan aburrido?! —Gritó levantándose del árbol, pero esta vez se mantuvo de pie. —. ¿Sabes qué? Empiezo a pensar que estás celoso.

—¿Celoso? Lincoln solo estoy preocupado por...

Lincoln no lo escuchó, solo comenzó a caminar con sus ruedas antes de sentir una fuerte brisa en su rostro justo cuando empezó a caminar. Paró al instante al tener esa sensación, miró atrás para ver a Clyder y se sorprendió. Estaba al menos una calle de distancia del niño moreno.

—Pero... solo caminé tres o cuatro pasos, ¿Cómo es qué...? Espera.

Lincoln lo intentó otra vez para confirmar sus sospechas. Corrió y en medio segundo ya estaba frente a Clyde. Esa brisa fuerte que sintió en su cara era solamente viento, y eso se debía a...

—¡Super velocidad! —Dijeron ambos al mismo tiempo.

—¡Viejo, tengo a un alien super veloz, ¿No es esto increíble?!

De pronto, Lincoln se dió media vuelta y se agachó para estar a la altura de Clyde.

—Eh... ¿Qué estás haciendo, Lincoln?

—¿No es obvio? Súbete a mi espalda, vamos a intentar hacerlo otra vez.

—Eh... no lo sé, ¿Qué pasa si me caigo a esa velocidad?

—No te pasará nada, no vas a caerte —Dijo, y de pronto un visor de color azul apareció para cubrir su rostro. —. No sé cómo explicarlo, pero sé lo que estoy haciendo.

Con algo de desconfianza, Clyde asintió y saltó a la espalda del alien rodeando de cuello con sus brazos para sostenerse bien. Lincoln se puso de pie y comenzó a correr con Clyde a su espalda. Era difícil de explicar para él, podía ir tan rápido que podría tranquilamente estar en la próxima ciudad en un santiamén para él, pero a la vez podía ver todo lo suficientemente lento como para ver los árboles frente a él así poder hacerse a un lado. Dió una pequeña mirada abajo para darse cuenta que no estaba corriendo, sino que se estaba deslizando con sus ruedas, era como ir en patines, cosa que no había hecho casi ni una vez, pero sentía que él iba así toda su vida. De pronto se detuvo al salir del bosque, y se agachó un poco para bajar a Clyde, intentando aguantar su risa al ver que su cabello estaba para atrás por el viento.

—Retiro lo dicho, este alien es de todo menos un inútil. Solo fue un segundo y aún así...

Antes de terminar la frase el símbolo en su pecho comenzó a parpadear de rojo y la luz del mismo color cubrió el cuerpo del alien, volviendolo un humano otra vez. Lincoln al darse cuenta de que dejó de ser un alien miró su reloj. Rojo, nuevamente.

—¿Cuánto tiempo crees que tarde en volver a recargarse?

—Ni idea —Respondió acomodándose el peinado y tosiendo a causa de un insecto que se debió haber tragado. —. Pero creo que pasaron diez minutos cuando te destransformaste en Upgrade y te hiciste Gax, así que tal vez ese sea el tiempo de recarga... por cierto, ¿Cómo vas a llamar a ese?

—A ver... el sonido de sus ruedas fue como una aceleración... acelerar... ¡XLR8!

—Eh... ¿Accelerate? —Preguntó entre una corta risa.

—No, X-L-R-8, ¿Qué te parece? —La sonrisa en Lincoln se desvaneció en casi un santiamén, comenzó a oler con más atención y sintió una ligera sensación a humo. —. Oye, ¿Algo se está...?

—¿Quemando? Yo también lo estoy sintiendo. Creo que viene del pueblo.

Los dos niños voltearon atrás, el pueblo cercano al bosque solo estaba a cinco minutos del a pie, y aún así estaban viendo una pequeña nube de humo salir de ahí entre varias casas.

—Hay que ir. —Dijo Lincoln comenzando a caminar.

—¿Estás loco? —Cuestionó Clyde, jalandolo del brazo, nervioso por pensar que podrían salir lastimados.

—No, pero si hay gente que puede salir lastimada y yo tengo esto —Le mostró a Clyde su reloj con una expresión de seriedad. —, entonces tengo que hacer algo al respecto. —Agregó soltandose del agarre de Clyde.

Clyde miró a Lincoln correr hacia el pueblo, y este maldijo por primera vez en su vida, pese a que decir "pamplinas" no se le podría considerar un insulto. Miró atrás, preguntándose si el abuelo de Lincoln estaría despierto, buscando a ambos, o si Lisa se habría desvelado revisando uno de los robots que Lincoln destruyo convertido en un pulpo. Suspiró, dándose cuenta que de hecho no le quedaba otra que seguir a su amigo.


Lincoln llegó al pueblo y lo primero que vio es a una multitud rodeando un edificio en llamas, el lugar parecia ser un complejo departamental de cuatro pisos. Lincoln tragó saliva y se dirigió a un callejón, y en vez de internar transformarse comenzó a respirar con pesadez, asustado.

—¿Lincoln? —Preguntó una voz que entraba al callejón, y era Clyde, acercándose a él. —. ¿Por qué no entraste aún?

—Yo... —Miró su muñeca y el reloj estaba en verde. Pero no podía dejar de temblar al dirigirse al botón para activarlo, él quería pero no podía porque... —. Tengo miedo... ¿Y si termino muerto? Cuando estaba cerca de la fogata ya tenía mucho calor, ahí dentro yo...

—¡Lincoln, ya reacciona! —Gritó tomando de los hombros a su amigo, y señaló al edificio en llamas. —. Ahí hay gente atrapada y los bomberos no parecen llegar aún, tu puedes...

—¡Tu no estabas de acuerdo con venir aquí!

—¡Pero tú sí, y mírate ahora! —Gritó con más fuerza. —. Yo también estoy asustado, también estoy temblando, pero tú puedes hacer algo, puedes ser un héroe, como Ace, pero si no lo haces entonces esa gente...

Lincoln miró al edificio, aún podía escuchar algunos gritos de auxilio, pero el no podía hacerlo, estaba asustado. Rápidamente pensó en lo que dijo Clyde, el aún puede hacer algo, ¿Pero y si los bomberos llegan ahora? Sacudió la cabeza sabiendo que no lo harían a tiempo, así que miró el reloj, y sin pensarlo, presionó al botón.

—¡A la mierda! —Maldijo, girando el anillo para elegir al alien, aún temblando. —. ¿A cuál elijo? ¿Upgrade?

Clyde negó con la cabeza.

—No creo que pueda hacer algo.

—Bien... ¿Gax?

—¿Con lo que debe pesar eso? Tal vez tumbes el edificio al pisar la segunda planta... ¿Qué me dices de generar un tornado con la velocidad de XLR8? No, tal vez...

—Tal vez termine llevándome por delante a la gente con ese tornado —Interrumpió, aún girando el anillo. —, voy a tener que hacer un tiro al azar.

Lincoln se fijó bien en los que tenía frente a él. ¿El hada? Negó con la cabeza, parecía muy pequeño para poder hacer algo. Miró uno que parecía una pelota. ¿De qué serviría eso en un incendio? ¿El lobo? ¿Los perros le temían al fuego? Al pasarlo, miró uno que le llamó la atención, tenía cuatro alas y era robusto en la zona del torso. Presionó el botón pensando que era mejor que nada, y se transformó.

—Viejo... ¿Qué es esa cosa?

Clyde miró a un ser jorobado, encapuchado y con varias mantas de color azul que lo cubrían, o eso era lo que el pensaba, hasta que esas mantas de abrieron revelando ser cuatro alas en la zona de su espalda. La criatura era de color azul cómo sus alas, con varias manchas cian al rededor de sus brazos, con unos grandes tienes en su boca y unos enormes ojos verdes. Y por último, el símbolo del reloj se ubicaba en su cintura, en vez del pecho como los anteriores aliens.

—Eres una... ¿polilla?

—Algo así... —Dijo en un susurro que se escuchó demasiado fuerte para Clyde. —. ¿Cómo... se supone que lo vaya a llamar...?

—Brr... hace frío... —Dijo frotándose los brazos fuertemente. —, parece que tú lo estás provocando.

—¿Yo...? Hmm... Frío... Big... Chill... Big Chill, me gusta... —Dijo, junto a loque parecía ser una sonrisa incomodó a Clyde.

—Es un alien de frío, es conveniente, ¿Puedes volar?

Lincoln asintió, comenzando a elevarse para emprender vuelo. Rápidamente se dirigió al edificio en llamas, e ignorando las miradas de la gente, entró por la ventana del primer piso, rompiéndola. Rápidamente se levantó del piso, cubriéndose con sus alas, sorprendido, viendo que pese a ser un alien de frío, aguantaba muy bien el calor extremo. Miró a su alrededor, y pese a no verse afectado físicamente, se estremeció al ver el campo enrojecido que había probado el incendio.

—¿Hola...? ¿Hay... alguien...? —Preguntó, subiendo lentamente las escaleras.

—¡Aquí arriba! —Gritó una voz femenina desde el segundo piso.

Lincoln comenzó a correr en dirección al segundo piso, al llegar corrio hacia la puerta de los gritos y giró la perilla. Nada.

—¡Oye... la puerta está cerrada... ¿Puedes abrirla...?!

—No puedo... estoy atrapada en...

—¿Hola...? ¡¿Estás ahí...?! —Gritó. Pero los gritos había cesado. Comenzó a empujar la puerta, pero nada. Al ver que pareció llegar tarde, se estremeció, arrodillándose contra la puerta y empezando a sollozar en voz baja. —. Oh... Dios... no...

De casualidad, levantó la cabeza, y se sorprendió al ver que algunas de sus respiraciones habían convertido a pequeños trozos de la puerta en hielo. Rápidamente se levantó del suelo, y pensando que tal vez no todo estaba perdido, exhaló y con todas sus fuerzas su aliento, soltando una gran brisa azúl que congeló toda la puerta. Al terminar, se hizo para atrás y echando carrera atravesó la puerta, entrando. Ahí vio a una mujer, aplastada por un par de escombros del techo, rápidamente se acercó a ella y cuidadosamente con sus garras la sacó a la chica de ahí, levantandola a su altura. La cubrió con sus alas y saltó por la ventana. Antes de caer, con sus alas intentó planear un poco para amortiguar la caída. Dejó a la chica en el suelo, frente a la multidud, quienes lo miraban sin decir nada, pero sintiendo miedo de su apariencia.

—¡Monstruo! —Gritó un hombre que parecía de mediana edad, quien dio un paso hacia atrás al recibir la mirada de la criatura.

—No... —Dijo con algo de dificultad la mujer en el suelo. —. Él me... ayudo...

—¡Por favor... alguien... ayudela... necesita atención médica...!

Rápidamente se acercaron unos paramédicos con una camilla, dudando al principio por la apariencia del alien, pero levantando a la chica al ver que dio un paso atrás.

—¡Escuchen... ¿Aún queda alguien ahí dentro?! —Preguntó Lincoln, aún nervioso.

—¡Mi hija Madison! —Gritó el mismo hombre que lo llamó "monstruo". —. Está en el último piso, por favor...

Lincoln no quiso escuchar más. Rápidamente tomó vuelo y comenzó a subir hasta el último piso, entrando por una ventana.

—¡¿Madison...?! ¿Estás ahí...? Tu padre te está buscando...

Pero no había respuesta. Antes de salir, vio un objeto extraño que le pareció familiar, así que lo tomó. Finalmente, salió de ese departamento al ver que no había señales de la niñaz y entró en otro, que parecía arder aún más que el resto. Se acercó a un cuarto cerrado y al ver que tenía decoraciones de niña, rapidamente entró, dándose cuenta de que había una pequeña niña abrazando un oso de peluche en una esquina. Lincoln se acercó a la niña, agachándose a su altura y tocando su hombro para que se de cuenta de su presencia. Madison levantó la cabeza y al ver a la polilla gigante comenzó a chillar y hacerse para atrás.

—¡No, espera... vengo a ayudar...! Tu padre te está buscando...

Al escuchar lo de su padre, Madison se detuvo y lo miró, aún con lágrimas en los ojos y con mocos saliendo de su nariz.

—¿Pa... papá...? —Preguntó, limpiándose la nariz con su manga y dejando de llorar.

—Así es... —Respondió. —. Y necesito que vengas conmigo para verlo, pero tienes que ser valiente para salir... ¿Eres valiente...?

La niña asintió, secándose las lágrimas.

—Sí... sí lo soy...

—Perfecto, bien hecho, Madison... —Dijo levantandola para cargarla. —. Ahora necesito que te tapes la cara, o podrían lastimarte algunos pedazos de vidrio.

Madison asintió y se tapó la cara con sus pequeñas manos. Lincoln tomó carrera, con la niña en los brazos saltó por la ventana, y finalmente, haciendo lo mismo que con la otra chica, amortiguó la caída con sus alas. Al estar seguro, se acercó al hombre, quien tomó a la niña para abrazarla lo más fuerte que pudo.

—¡Oh, dios, Madison, creí que...! —De pronto, miró al alien, con gratitud y algo de vergüenza por haberlo llamada monstruo. —. Gracias... te lo agradezco...

Lincoln sólo asintió, antes de volver a tomar vuelo y sobrevolar el pueblo. Antes de irse, bajó al callejón, viendo a Clyde para acercarse a él.

—¿Y bien, Lincoln?

—Date la vuelta, nos vamos, empiezo a sentir que voy a transformarme. —Dijo poniendo de espaldas a Clyde y tomándolo de los brazos para volver a sobrevolar el pueblo con él.

—¡Wow! —Dijo, viendo la gran vista del pueblo. —. ¡Esto es incre...¡ ¡Oh, Dios, voy a vomitar!

—¡No en mí... espera a llegar al bosque...! —Gritó, algo asqueado. —. Pero poniéndonos serios... necesito hablar contigo...

—¿Pasó algo...? —Preguntó, aún estando maravillado por las vistas.

—Te lo diré cuando lleguemos...

Siguieron volando por un rato, viendo el lugar. Era divertido para Lincoln, así que sonrió, pero esa cara se borró rápidamente. ¿Y si algún día esto terminaba? No pensaba que el reloj le duraría para siempre, era obvio que tendría algún dueño, iba a suspirar, pero se retractó al ver que tenía a Clyde frente y podría congelarle la cabeza con su aliento. Finalmente llegaron a la entrada del bosque, y nada más bajar, la luz en el cinturón de Lincoln parpadeó en rojo, convirtiéndolo en humano otra vez.

—Vaya, eso fue...

.

—Lincoln, eres un héroe —Dijo Clyde sin más, sin expresión alguna, sin ningún tono característico. —. Salvaste a esa gente, tu solo, con ese reloj...

Lincoln no respondió al respecto. Miró detrás de sí, al pueblo, queriendo sonreír. Pero solo tuvo una cara de angustia.

—¿Sucede algo? —Preguntó Clyde.

—Sí —Respondió casi al instante. —. De hecho, sí pasa algo. —De su bolsillo sacó un chip, pasandoselo a Clyde. —. Lo tomé en el edificio en llamas, esos robots que destrocé siendo Gax lo tenían, uno de ellos estaba retrasado y se habrá estrellado en el edificio cuando debió hacerlo en el bosque... Clyde, yo... no soy ningún héroe. Esas dos chicas casi mueren porque yo tengo este reloj... Diablos...

Se sentó, apoyado en un árbol, y Clyde se dirigió a él, con una cara de preocupación.

—¿Qué crees que hubiera pasado si yo, o Lucy hubiéramos atrapado ese reloj en vez de tí? —Preguntó.

—¿Qué clase de pregunta es esa, Clyde?

—No hubiéramos ido al pueblo. Pero tú sí, porque querías ver el reloj aún más. O si hubiéramos salido Lucy o yo para verlo, tampoco habríamos elegido a XLR8 y no nos habríamos dado cuenta del incendio. Esos robots iban a venir hagamos lo que hagamos. Pero tú si eres un héroe, Lincoln, por favor no digas lo contrario.

Lincoln lo miró por un momento, antes de volver a bajar la mirada, pero esta vez, empezó a soltar unas pocas risas. Clyde hizo lo mismo para animarlo.

—Eso me ayudó. Gracias.

—Y que lo digas, hermano —Mencionó, extendiendo su mano a él, a lo que Lincoln la tomó para levantarse. —. Ahora vámonos, aún nos queda tiempo para dormir un poco, con suerte todos están dormidos.

—Cierto... diablos, además hay que levantarse temprano, Lisa va a analizar con más a detalle uno de esos robots y tendré que estar ahí por si se necesita el uso del reloj.

Y así, ambos comenzaron a caminar, sin tener idea de lo que vendría los días siguientes, ni del infierno que se desataría pronto.