¡Hola! Espero que se encuentren muy bien, agradezco enormemente que se tomen el tiempo de leer estas pequeñas historias.
Con respecto a ciertos comentarios desagradables que recibí, solo puedo decirle a la persona que los envió que no sé qué situaciones haya vivido o viva para que tenga tanto rencor dentro de su corazón y que le deseo mucha luz y paz.
¡Muchas gracias Allie Mcclure ya Annasak2 por las porras y por los consejos! Jeje.
Pues bien, en otras cosas más amables, pasemos a la segunda canción, que tiene una vez más como protagonistas a mi pareja favorita, espero la disfruten
La cabina fotográfica
Esa noche había una gran algarabía en la colina Funbari, la feria había llegado y proporcionaba una infinidad de oportunidades.
Yoh y Anna recorrían el lugar intentando decidir en qué gastar su dinero. Era una decisión difícil, ya que solo podía permitirse derrocharlo en una sola atracción o juego.
- ¿Quieres…? - comenzó la pregunta el joven chamán mientras señalaba el carrusel.
- No, a eso no, solo das vueltas como tonto- le cortó tajante su rubia acompañante.
- ¿Y sí…?
- No- fue nuevamente interrumpido- te dan vértigo las alturas y lo sabes- lo miró de reojo- No voy a arriesgarme a que me vomites encima.
Yoh suspiró resignado y coloco sus manos en los bolsillos de su abrigo, continuaron su recorrido por la feria.
- ¿Entonces que…? - se animó a decir, pero fue nuevamente interrumpido por su prometida.
- Ahí- se detuvo y señalo una cabina de fotos que estaba a unos cuantos pasos de ellos- Quiero entrar ahí- pronunció decidida.
El joven castaño hizo una cara de extrañeza que no pasó desapercibida por la itako.
- ¿Tienes alguna objeción? - le preguntó amenazante mientras se cruzaba de brazos y sus ojos tomaban el brillo y la forma de los de un lince dispuesto a atacar.
- No… no… para nada - balbuceó asustado mientras movía sus manos enérgicamente. Por experiencia propia sabía que era una sentencia de muerte llevarle la contra.
Entraron a la cabina, era un lugar muy reducido, así que sus cuerpos estaban bastante cerca. Yoh sudaba frío, Anna permanecía inmutable.
La mano de la chica colocó las monedas en la rendija y entonces sucedió…
Un flash, dos, tres, cuatro.
Y entre tanto, ella se reía por lo bajo al ver la cara de sorpresa de su acompañante que no tenía ni remota idea de que estaba pasando y de dónde provenía tanta luz.
Se veía tan adorable con esa cara llena de confusión, que Anna no lo resistió, en un rápido movimiento tomó con sus dos manos las mejillas de su prometido, lo giró con suavidad para que quedará frente a ella y sin miramientos, lo beso en la boca.
Yoh puso sus ojos como platos debido al asombro para después cerrarlos y corresponder a la invasión suave y dulce de los labios de su prometida, así como disfrutar de los fuegos artificiales que le explotaban placenteramente en la cabeza.
Cuando terminó la irrupción de flashes, se separaron, sonriéndose con complicidad. Salieron de la cabina y Anna recogió la serie de fotografías, las observó con detenimiento y corto dos.
- Me quedaré con estas- expresó mientras las guardaba con cuidado en el bolsillo de su abrigo- Puedes tener las demás- le dijo pragmática y le extendió el resto.
Yoh las tomó mientras soltaba su risa tan característica, ella le soltó un codazo en las costillas, pero él continúo riendo.
Ambos regresaron a la pensión en silencio, sonrojados y con una sonrisita tonta adornándoles los labios.
Después de todo fue dinero bien gastado.
FIN
