Lincoln Loud llevaba casi un mes desaparecido, y todos en la casa Loud estaban deprimidos. Es por eso que el recibir aquella llamada llenó a la familia de un sentimiento de esperanza.
Lori, quien había contestado la llamada que venía desde la estación de policía, había sido la primera en recibir la noticia. Ésta esperó a que el oficial al otro lado colgara para poder estallar de la emoción; según lo que había querido escuchar, los detectives habían encontrado a Lincoln.
Fue corriendo a la habitación de sus padres a informarles sobre la llamada. Éstos, como era de esperarse, se levantaron rápidamente y corrieron a la camioneta.
Lori estaba a punto de subir al auto cuando su padre la detuvo. La tomó del hombro y le dijo:
-Debes quedarte en casa Lori-.
-¡¿Por qué?!-. Preguntó Lori un poco enfadada.
-Nosotros iremos a la estación de policía. Mientras no estemos, tú estás a cargo-. Le dijo su madre.
-¡Yo quiero ir!-. Replicó Lori.
-¡LO SIENTO JOVENCITA, PERO DEBES QUEDARTE Y CUIDAR A TUS HERMANAS!-. Contestó su padre levantando la voz.
De mala gana, Lori se quedó en la casa; se despidió de sus padres y entró a ésta.
Ya dentro, se dio cuenta de algo:
Todo estaba extrañamente calmado.
Todo estaba en orden. Nadie estaba haciendo nada. Todas se encontraban dentro de sus habitaciones haciendo algo distinto, pero procurando no hacer ruido.
Leni se encontraba haciendo un abrigo de color naranja para cuando Lincoln regresara.
Luna se encontraba componiendo una canción de rock. Estaba segura de que a Lincoln le encantaría.
Luan no se encontraba en la casa, pues al parecer estaba en un show de comedia. O al menos eso creían todas.
Lynn estaba practicando sus movimientos de lucha para poder golpear amablemente a Lincoln cuando éste regresara a casa.
Lucy se encontraba escribiendo un poema sobre cómo se había sentido después de la desaparición de su hermano.
Lola y Lana estaban haciendo dibujos de su hermano para cuando esté regresara. Eran imágenes de momentos que habían pasado con él.
Lisa por otra parte, estaba en su cuarto trabajando en un experimento, con la diferencia de que éste estaba progresando lentamente, ya que no tenía ningún sujeto de prueba dispuesto a cooperar en su investigación.
Lily simplemente estaba durmiendo en su cuna mientras vestía una camisa color naranja como las que usaba Lincoln. Aunque no pudiera hablar, ella también extrañaba a su hermano mayor.
Lori, quien estaba hablando con su novio Bobby antes de que el oficial llamara, ahora se encontraba en la habitación de su único hermano, pensando en lo que haría cuando esté regresara.
-¡Ya sé!-. Dijo animada. -¡Lo llevaré a la tienda de cómics y le compraré todos los que él quiera! Literalmente será la mejor sorpresa del mundo-.
El señor y la señora Loud acababan de llegar a la comisaría. Estaban bastante emocionados. El recibir noticias sobre su hijo los había llenado de felicidad.
Desde que su hijo había desaparecido, ellos no eran los mismos. Estaban preocupados, irritables, y muy tristes; además de que ninguno de los dos había podido dormir bien.
Acababan de salir del auto y estaban a punto de entrar a la comisaria. El señor Loud estuvo a punto de abrir la puerta, pero se detuvo. Un pensamiento había comenzado a invadir su mente.
-Todo estará bien, no te preocupes-. Dijo la señora Loud mientras ponía su mano en el hombro de su esposo.
Él sólo se limitó a sonreír y finalmente abrió la puerta para dirigirse hacia la comisaría acompañado de su esposa.
Dentro de la estación todo parecía estar bastante tranquilo. Había algunos oficiales caminando por la estación, pero en general no había mucho movimiento.
Cerca de la puerta se encontraba el detective Fernández, quien los había estado esperando. Tenía un semblante triste y parecía estar bastante decaído.
-Ustedes deben ser los Loud-. Dijo el detective. -Siganme, es por aquí-.
Los señores Loud siguieron al oficial por un pasillo que daba hacia el área de interrogatorios. El oficial se detuvo en la puerta que daba a esta área, y antes de entrar, se detuvo y dijo:
-Señores Loud. Antes de entrar, debo decirles algunas cosas. Primero: hemos encontrado a su hijo-.
-¡¿Encontraron a Lincoln?! ¡¿Dónde está?! ¡¿Podemos verlo?!-. Preguntó Rita bastante emocionada, interrumpiendo al oficial.
El agente respiro profundamente y dijo:
-Señora, lo que voy a decir no es fácil. Hemos encontrado a su hijo, pero... Ya no está con nosotros-.
Al escuchar eso, la señora Loud se derrumbó. Era como si sus piernas hubieran perdido toda la fuerza que tenían.
Cayó al suelo de rodillas mientras lloraba desconsoladamente.
Por su parte, el señor Loud seguía de pie, pero tenía la mirada perdida. Era como si la noticia hubiera apagado su cerebro.
-Señor Loud-. Lo llamó el detective, haciendo que el padre de la familia Loud dirigiera su mirada hacia él. -Esas no son las únicas noticias que tenemos respecto al caso de su hijo-.
-¿A qué se refiere?-. Preguntó.
-También hemos encontrado a la asesina de su hijo-. Finalizó el detective.
¡¿QUIÉN ES ESE DESGRACIADA?! - Preguntó el hombre, quien tenía una expresión de odio en el rostro. -¡EXIJO QUE ME DIGA QUIEN FUE!-.
El detective le hizo una seña al señor Loud para que lo siguiera.
Detrás de la puerta estaba otro pasillo que conectaba a varias salas, donde comúnmente se practicaban los interrogatorios. Eran en total seis cuartos, pero en estos momentos sólo una habitación estaba siendo utilizada.
Éstas habitaciones estaban conformadas por dos salas, una contigua a la otra. En una de las salas se situaba al sospechoso para que un oficial le interrogara, y en la otra, un grupo de policías observaba todo a través de un vidrio polarizado.
Ambos hombres entraron a la habitación desde donde se podía observar al sospechoso.
-Ésta es la persona que asesinó a su hijo-. Dijo el detective, mientras apuntaba a la persona que se encontraba a través del espejo.
¡¿QUÉ MIERDA ES ÉSTO?! ¡¿UNA MALDITA BROMA?!-. Preguntó el patriarca de los Loud con un enojo incalculable.
-Lo siento señor Loud, pero esto no es una broma. Esa persona es, según la evidencia que hemos reunido, la asesina de su hijo-.
-¡ESTO ES IMPOSIBLE! ¡ELLA NO PUEDE SER LA ASESINA!-. Decía el hombre, mientras señalaba a la chica que se encontraba sentada en la otra habitación.
-Lo siento señor Loud, pero las pruebas son irrefutables. Luan Loud es la responsable del secuestro y asesinato de su hijo... Lo siento-.
El señor Loud se quedó congelado durante unos instantes. Era demasiado para procesar. Salió de la sala y caminó hacia la puerta.
Afuera de ésta, se encontraba su esposa llorando profundamente, al punto de que su maquillaje se había corrido.
Se sentó a su lado, la abrazó, y comenzó a llorar.
