CHATNOIR, AYÚDAME-solicitó Ladybug desde los cielos mientras daba saltos para distraer al bebé.
Voy en tu rescate, mi lady-dijo Chatnoir luego de salir de su sorpresa. Si bien no podía dejar de pensar en lo que había descubierto tampoco podía dejar que su amada compañera de aventuras saliera herida por su ineptitud.
Se impulsó con su bastón para poder distraer al bebé de atacar a Ladybug. Ella se ocuparía de pensar un brillante plan para vencerlo y evitar que los estudiantes de esa escuela salieran heridos.
Ambos empezaron a revolotear cerca de el bebé con saltos para llamar su atención. Lo primero a realizar sería alejar al bebé de la escuela.
¿No te gustan los gatos?-preguntó Chatnoir haciendo tintinear el cascabel que tenía en su traje. Eso atrajo la atención del pequeño gran villano que estaba bajo los malvados efectos de Hawkmoth.
Eso es Chatnoir, llévalo más lejos de aquí. Podríamos atraparlo entre unos edificios-dijo Ladybug al ver que el niño ahora seguía el tintineo del cascabel. Chatnoir se desplazaba mas lentamente con saltos mientras el niño intentaba atraparlo.
Ladybug se apresuró a intentar acercarse al niño, sospechaba que el akuma podía estar en su brazalete. Al menos allí estaba la última vez, al aproximarse a intentar romperlo el niño la atrapó con una de sus manos.
MI LADY-gritó Chatnoir al ver que la había atrapado. Notó que el niño estaba presionando su cuerpo con su mano. Podría lastimarla, probablemente él no podía medir bien su fuerza dado que era un bebé, aún era muy joven.
Suéltala-dijo Chatnoir golpeando los dedos del niño con su bastón, rápidamente el niño intentó interceptarlo a él también con su otra mano.
Al recibir el golpe del bastón de Chatnoir el niño comenzó a llorar. Al parecer se había enojado ya que no podía atrapar al escurridizo héroe vestido de gato.
Ladybug comenzó a moverse desesperadamente intentando librarse de la mano del infante mientras que el mismo seguía intentando atrapar a Chatnoir mientras lloraba.
CHAT, ROMPE SU BRAZALETE- ordenó Ladybug entre gritos. El portador delmiraculous gatuno volteó a verla. Inmediatamente se dispuso a hacer lo que le había dicho.
Se acercó ágilmente a la mano que sostenía a ladybug para poder acceder al brazalete que el bebé tenía en su muñeca.
CATACLISMO-vociferó antes de tocar el brazalete. El accesorio se hizo cenizas en cuanto entró en contacto con su mano, pero ningún akuma salió de él.
Chatnoir miró confundido lo que había pasado un segundo hasta que fue golpeado brutalmente por la otra mano del niño.
Lo lanzó varios metros lejos de allí haciéndolo impactar en un edificio. Luego, arrojó a Ladybug también en la misma dirección que a él, tal vez ella estaba herida. El bebé la había presionado con fuerza cargando de presión su cintura.
¿Estas bien, mi Lady?-preguntó Chatnoir preocupado en cuanto pudo incorporarse.
Los dos habían chocado con la pared de un edificio y habían caído al techo de otro edificio menos alto. Ladybug permaneció en el suelo unos segundos más que él, aparentemente se había hecho daño.
Perdóname, me equivoqué y no encontré el akuma-dijo la portadora del prodigio de la catarina algo frustrada. Chatnoir se acercó a ella y se agachó para verla en el suelo, al parecer no solo estaba herida, sino también muy desanimada.
No pasa nada, mi lady. Lo resolveremos. Solo necesitamos un plan y encontrar el akuma, luego tu podrás capturarlo y todo estará bien-dijo Chatnoir con tranquilidad. Aunque veía que el bebé seguía haciendo destrozos necesitaba calmar a su compañera.
Soy un fracaso, soy la peor guardiana de los miraculous que haya podido existir. Ni siquiera puedo desakumatizar un bebé y además casi me rompe las costillas-dijo mientras tocaba su abdomen, al parecer le había hecho daño al presionar su cuerpo.
Si estas cansada yo puedo apoyarte hasta que estés mejor. Por favor mi Lady, yo confío en ti -dijo ChatNoir con seguridad. Su tono era dulce, esperaba que su hermosa compañera lo escuchara, ella era todo menos un fracaso- Tu eres la mejor portadora que se ha visto, eres responsable, justa y fuerte. Además de que eres muy hábil y sabes cómo hacer planes complicados para desakumatizar personas.
Lo siento Chat-dijo Ladybug con una mirada triste. Chatnoir la abrazó suavemente mientras intentaba animarla-No quiero dejarte solo en esto, es que he estado muy ocupada. Tanta preocupación hace que sienta mucha presión.
Lo entiendo, mi lady. Ven, te ayudaré a ponerte de pie y resolveremos esto juntos-dijo sonriente mientras la cargaba en brazos para ayudarla a levantarse. Seguramente una vez que ella usara su amuleto encantado eso podría sanar sus heridas.
Ladybug lo miró de reojo con una media sonrisa, su compañero era muy dulce cuando se lo proponía. Siempre parecía tener las palabras justas para poder animarla.
Hay que pensar, creo que tiene un chupete en el cuello-dijo Chatnoir mirando en dirección al bebé gigante. El mismo se encontraba en la ciudad caminando y buscando cosas para poder jugar. Tal vez Hawkmoth no podía hacer que el niño los buscara a ellos ordenándoselo.
Ladybug miró hacia donde Chatnoir le decía, el gran bebé tenía un chupete que estaba colgando de su cuello como si fuera un collar. El akuma podría estar allí.
¿Quieres que lo distraiga mi Lady?-preguntó Chatnoir interesado.
Espera, ya has usado tu cataclismo. Deberíamos hacer que tu kwami coma para que lo puedas usar otra vez. Te transformarás pronto-dijo Ladybug con racionalidad.
De acuerdo, pero no veas-dijo Chatnoir a modo de broma, Ladybug le sonrió por la broma. Le agradaba mucho que él pudiera estar calmado aunque la situación estuviera sobrepasándolos.
Su gatuno compañero se escondió tras una chimenea para quitarse la transformación y alimentar a Plagg. Ladybug miró la chimenea con cierta curiosidad ¿Quién sería aquella tierna y atenta persona que la acompañaba en todas sus batallas?
¿Vas a darme queso?-preguntó Plagg interesado al salir del anillo negro. Adrien le sonrió al escucharlo y solo le acercó un trozo de queso que llevaba consigo. Solía cargar un poco por si algo así sucedía.
Come rápido, necesito transformarme otra vez. Prometo que te daré más cuando terminemos Plagg-dijo Adrien con amabilidad. El pequeño kwami de tez oscura devoró el queso casi de un bocado, se había quedado muy hambriento luego de colaborar en la transformación de su portador.
Ladybug miró la trayectoria que el bebé akumatizado estaba realizando. Ya se había alejado bastante de allí, esperaba que Hawkmoth no lo lastimara ahora que no los estaba persiguiendo. Dudaba de que le fuera sencillo controlar a un bebé que ni siquiera podía hablar.
Plagg, las garras-dijo el adolescente detrás de la chimenea. Adrien se transformó en su alter ego heróico nuevamente para poder seguir con su misión del día. Salió de detrás de la chimenea en cuanto estuvo listo para luchar otra vez- A tus servicios mi Lady, ya afilé mis garras.
Ladybug rió al oírlo ¿Por qué nunca se había fijado en lo simpático que podía ser su compañero felino? Sus chistes de gatos podían ser graciosos a veces.
Chatnoir le sonrió al notar que la había hecho reír con lo que había dicho, no había nada que lo hiciera más feliz que ver a su amada Ladybug sonreír.
Hay que apresurarnos, creo que está buscando cosas con las qué jugar. Si no lo detenemos podría herir a alguien-dijo Ladybug con algo de prisa. Chatnoir asintió al oírla-Yo intentaré distraerlo y tú intenta alcanzar su chupete con tu cataclismo, si todo sale mal usaré el amuleto encantado.
Entendido, nos vemos allá mi lady -dijo el superhéroe vestido de negro con una sonrisa. Ambos se acercaron velozmente a donde estaba el gran bebé, el mismo estaba intentando alcanzar un autobús que estaba repleto de personas.
Hola bebé-dijo Ladybug fingiendo un tono infantil al pasar por la frente del infante. Lo había hecho con el impulso de su yoyó mientras Chatnoir buscaba el momento justo para acercarse al cordel del que colgaba su chupete.
El bebé intentó capturarla mientras ella hacía piruetas cerca de él colgando su yoyó de los edificios. Parecía estar comenzando a molestarse por no poder atraparla ya que se movía muy rápido.
En uno de sus movimientos tomó el hilo del yoyó de ladybug haciéndola caer. Ella se incorporó como pudo e invocó a su amuleto encantado, necesitaba algo que hiciera que sacara la vista de ellos al menos un momento.
El bebé había estado bastante atento a sus ataques, no sería sencillo que Chatnoir pudiera llegar a su pecho sin salir lastimado.
AMULETO ENCANTADO-gritó Ladybug, el niño se distrajo con la resplandeciente luz mágica que salió de la punta de su yoyó. Pronto, un pato de hule considerablemente grande, rojo y con motas cayó del cielo.
Ladybug notó que eso había captado la atención del niño, ya que ahora intentaba atraparla para obtener el juguete que traía con ella.
ChatNoir se dirigió impulsado por su bastón para acceder al pecho del niño, de donde colgaba su chupete.
CATACLISMO-vociferó, se encontraba deseando que su compañera estuviera bien mientras caía hacia el chupete. Lo hizo cenizas inmediatamente y en esta ocasión una mariposa oscura salió de ellas.
La akumatización del niño se deshizo al instante y el gato negro se dirigió a atraparlo. Ya que estaba cayendo de una gran altura ahora que había perdido su tamaño al ser liberado del akuma.
Es hora de terminar con la maldad-dijo Ladybug antes de lanzar su yoyó en dirección al akuma. Lo atrapó rápidamente y lo purificó al instante.
Luego, cayó de rodillas al suelo, realmente había salido lastimada en esa ocasión.
Mi lady ¿Estas bien?-preguntó Chatnoir acercándose a ella con el bebé en brazos. Esperaba que tuviera la fuerza suficiente para reparar el daño de la ciudad.
Si, solo me duelen las costillas-dijo Ladybug, recibió la ayuda de Chatnoir para levantarse.
Déjame ayudarte con esto-dijo Chatnoir tomando un extremo del juguete que portaba los colores del disfraz de su compañera. Ambos lo lanzaron mientras la heroína de las coletas gritaba las palabras mágicas para repararlo todo.
¡Miraculous Ladybug!-expresó la superhéroe. Afortunadamente, el poder de su miraculous curó el dolor que sentía debido a la batalla.
Ladybug miró cómo la ciudad era reparada con cierta tristeza. Se sentía como si hubiera fallado, la presión había podido afectarla más de lo que hubiera deseado.
¿Puedes llevar al bebé a su casa? No me siento muy bien-dijo Ladybug como petición a su compañero.
Él asintió con una mueca de preocupación, notaba que su amiga tal vez estaba más afectada por las circunstancias de lo que parecía.
Si, yo me encargo. No te preocupes-dijo Chatnoir, vio a Ladybug alejarse de allí. Él también optó por irse para dejar al bebé con su madre.
Una vez que la encontró y dejó al infante con ella decidió desplazarse a un lugar seguro para transformarse de nuevo. Debía volver pronto a su casa, aunque no estaba feliz de haber dejado irse a Ladybug sola en ese estado.
¿Otra vez? Luego de esto quiero una bandeja llena de Camembert- dijo Plagg con cansancio. Tres transformaciones en un día eran agotadoras.
Es solo por hoy Plagg, quiero asegurarme de que Ladybug esté bien. Te prometo que tendrás tu queso-dijo Adrien con una mirada preocupada. Plagg cedió, aún no sabía que Adrien ya sabía la verdad.
De acuerdo, pero solo lo haré porque tienes otro pedazo de queso-dijo Plagg antes de comerse el otro trozo que su portador le daba. Luego de engullirlo, Adrien volvió a transformarse otra vez.
Buscó a su lady en su versión civil. Habían demorado bastante en derrotar ese akuma. Así que ya empezaba a anochecer, seguramente ella estaba cerca de allí. Dudaba que se hubiera ido muy lejos para volver a su apariencia normal.
Patrulló en las cercanías buscando a Marinette esta vez. Quería verla, necesitaba saber si ella se encontraba bien. Se había quedado muy preocupado por el bienestar de su amada compañera de aventuras.
Ahora ya sabía quién era ella, se detuvo a pensar unos segundos en el techo de un edificio.
Marinette, la chica tímida que no podía articular más de dos palabras en su presencia era aquella hermosa superheroina que rondaba en sus sueños.
¿Quién creería que Ladybug podría ser alguien así? Aquella segura, hermosa y valiente muchacha de coletas que siempre salvaba el día. Había estado en contacto con ella todo ese tiempo sin haberlo notado. Habría jurado que si se hubiera cruzado con Ladybug en su vida personal sería capaz de reconocerla, pero no fue así.
Se sintió un tonto por algunos segundos ¿Acaso no era obvio? Sus hermosos ojos del color del cielo, su oscuro cabello y aquellas adorables coletas. La respuesta era demasiado evidente.
Miró nuevamente la calle buscando al alter ego de su preciosa catarina. Gracias a las luces que comenzaron a encenderse dada la llegada de la oscuridad pudo verla caminando sola. Al parecer se dirigía a su casa.
No sé qué me pasa. No sé qué hacer-dijo Marinette para sí misma.
Siguió caminando por las solitarias calles de París. Se sentía sola, triste y perdida. Si bien sabía el camino a su casa no veía claro su rumbo.
No sé dónde estoy-dijo la chica de coletas nuevamente. Miró la desierta calle de la ciudad del amor como si fuera un lugar que jamás había visto antes.
Sintió un sonido metálico a lo lejos que se acercaba. Al notarlo, el miedo se apoderó de ella. Después de todo, a pesar de ser la portadora del miraculous de la catarina, también era una jovencita sola en una calle de Francia.
Apresuró el paso al sentir que el sonido se acercaba más y más retumbando en los rincones vacíos de los edificios silenciosos.
Pronto, el sonido estuvo tras ella, lo que sea que se acercaba tan velozmente, produciendo ese sonido constante, la había alcanzado.
Volteó para ver qué la perseguía, pues había empezado a correr. Notó unos felinos ojos color esmeralda que ahora la observaban con atención. El dueño de esos orbes verdes se acercó a ella con una sutileza gatuna.
Disculpa Marinette, no quise asustarte-dijo Chatnoir al llegar a ella. Marinette suspiró al notar que quien se había acercado a ella era su compañero de batalla. Realmente se había asustado- No deberías andar en las calles a esta hora sola, puede ser peligroso- aconsejó.
Se me hizo algo tarde para regresar a mi casa-dijo Marinette como excusa. No estaban tan lejos de la panadería Dupain-Cheng, pero tardaría un poco en caminar hacia allí.
¿Estas bien? Te ves algo triste-dijo Chatnoir intentando ayudarla-Si quieres puedo llevarte a tu casa, llegaremos en un parpadeo- sugirió.
Es que aún no quería ir a mi casa. No he tenido un día fácil ¿Sabes? Quería tener algo de tiempo a solas para poder pensar-dijo con tono melancólico. Chatnoir se dispuso a caminar con ella, no le parecía correcto dejarla sola en la calle.
Si quieres puedo acompañarte en silencio. Siempre es mejor atravesar la tristeza con compañía de alguien-dijo como ofrecimiento. Marinette lo miró sorprendida, no esperaba que fuera tan amable con ella.
De acuerdo, de todas formas siempre me pierdo cuando ando sola-dijo Marinette, solía ser una chica algo despistada cuando no era Ladybug.
Ambos caminaron algunos minutos en silencio hasta que solo estuvieron a una calle de la casa de ella. Marinette no parecía sentirse mejor aún, su expresión lucía decaída.
¿Quieres contarme que te sucede? Tal vez hablar de eso te ayude, no se lo contaré a nadie. Palabra de gato-se ofreció. Marinette le sonrió al escuchar lo último que había dicho.
No puedo contártelo, creo que ese es uno de mis problemas. Nunca podré dejar de ocultar lo que me pasa, nadie puede saberlo- dijo Marinette con una mueca triste, Chatnoir se acercó a abrazarla. Tal vez su sugerencia solo la había puesto más triste.
Lo siento, no quise incomodarte Marinette-dijo como disculpa. Marinette correspondió su abrazo, definitivamente él era un buen amigo.
Tu abrazo me hizo sentir un poco mejor ¿Podrías llevarme hasta mi habitación? No quiero que mis padres sepan que estoy triste- solicitó la chica de coletas intentando no contagiar su desánimo al chico disfrazado se gato.
Chatnoir acató lo pedido inmediatamente y ambos se balancearon en su bastón hasta el balcón de Marinette.
¿Estarás bien? Puedo quedarme contigo un rato si quieres-dijo Chatnoir-Tengo buenos chistes que seguramente no has escuchado antes.
¿Sabes por qué no llegué más rápido a mi casa antes?-preguntó Marinette. Parecía que quería contarle algo de lo que le pasaba.
Chatnoir negó con su cabeza, si bien sabía por Ladybug todo lo que la afligía también quería escucharla como Marinette.
Es que me sentía perdida, tantas cosas en mi cabeza estos días hicieron que sintiera que era otra persona. Como si lo que yo soy no fuera suficiente-dijo Marinette con algo de nerviosismo.
La presión de ser Ladybug, también ser la guardiana de los miraculous y además la demanda de su propia vida personal habían hecho que sintiera que perdió su esencia. Como si hubiera olvidado quién era ella.
Marinette, nunca debes sentir que no eres suficiente-dijo Chatnoir- Tú eres maravillosa por lo que tu eres. No importa lo que los demás esperen de ti, lo que importa es lo que tu creas de ti-aseguró.
Marinette le sonrió al escucharlo, él era alguien que le agradaba tener cerca. Tal vez comenzaba a ver a Chatnoir como algo más que un amigo que cuenta chistes malos.
Gracias Chatnoir-dijo Marinette con tono dulce. Se acercó a agradecerle con un abrazo, después de todo él la había abrazado primero antes.
De nada, Marinette-dijo Chatnoir correspondiendo el cálido abrazo del alter ego de su lady. Sentir que la había ayudado al menos un poco lo tranquilizaba.
Esa chica definitivamente era Ladybug, podía sentirlo. Era aquella chica de traje rojo con motas que se había robado su corazón.
Miró a Marinette de cerca en cuanto ella se separó ligeramente del abrazo que acababan de darse. Se veía muy hermosa sin su antifaz, sus ojos azules brillantes lo hacían perderse, en ellos se escapaba de su propia realidad.
Posó suavemente su mano en la cintura de Marinette, ella solo lo miraba fijo y expectante. Bajó su mirada a sus labios rosas, sentía que suplicaban ser besados por él.
Guiado más por el instinto que por la razón se acercó lentamente a los labios de ella para unirse a ellos en un suave y tierno beso.
Aquel momento lo habían sentido transcurrir en cámara lenta. Tal vez era la magia que se percibía en aquella noche parisina estrellada que los cubría. Marinette no se resistió, en cuanto había sentido esos verdes ojos gatunos sobre ella no pudo más que sentirse atraída por ese chico con disfraz negro cuya identidad desconocía.
Luego de ese primer beso que era suave y delicado como una caricia le siguió otro lleno de necesidad. Otro beso repleto de consuelo, de tranquilidad y confianza.
Tal vez luego se volverían locos pensando en lo que estaban haciendo, pero momentáneamente sintieron ese pequeño encuentro como algo único. Como algo que solo les pertenecía a ellos y que ni siquiera la catástrofe más grande podría arrebatarles.
Lo siento Marinette, no quiero separarme de ti-dijo Chatnoir en cuanto ambos se separaron de aquel largo y ansiado beso que habían compartido.
Tampoco yo, no sabía dónde estaba. Pero ahora ya lo sé-dijo Marinette con una sonrisa.
El superhéroe le devolvió la sonrisa y unió su frente a la de ella para admirarla de cerca. Nunca se habría imaginado que eso podría llegar a suceder, pero se sentía completamente embelesado por la presencia de Marinette.
Gracias por estar conmigo, lo necesitaba-dijo la chica de las coletas con dulzura. Chatnoir volvió a besarla en cuanto terminó de hablar. Estaba muy feliz de ver a su lady sonreír otra vez.
Fin.
Twoshot terminado! Creo que la parte final me quedó algo más empalagosa de lo que esperaba, pero me puso algo insegura que en la primera parte de este capítulo hubiera tantas partes de aventura.
Espero que este pequeño fic haya sido de su agrado, muchos gracias a quien lo haya leído hasta el final.
Nos leemos pronto.
Nieblaneit0r.
