La Pareja Original de Saint Michael's
Capítulo 1
Las afueras de la ciudad – 1920
Cualquiera que haya crecido en un campo rural alejado de la ciudad y el resto del mundo como yo, te dirá que la vida en la ciudad es muy difícil, que por eso todos los que nacen fuera se quedan a vivir allí para siempre, puede que ese sea el caso para muchos, aunque para mí nunca lo fue.
Alejados de Tokio y el resto de las ciudades de Japón, nuestro valle es una hermosa pradera junto a un río, lleno de pastos verdes y naturaleza, donde los problemas del mundo no nos incumben en lo absoluto y nuestros días consisten en trabajar la tierra, cultivar y vivir el día a día.
Todos en el valle se conocen y son muy amables el uno con el otro, y aún entre ellos, yo siempre conseguí destacar.
Mi madre dice que desde el momento en que nací, di la impresión de ser una chica bastante alegre, activa y llena de energía, cosa que no tarde en demostrar por lo cual me llamó Viviana.
Desde que tengo memoria siempre me ha encantado correr, gritar, bailar y sobre todo me encanta correr tan lejos del valle como pueda y ver que tan lejos puedo llegar.
Al principio ocasionaba que todos en el pueblo se preocuparan, pero al ver que siempre volvía a casa se dejaron de preocupar.
Todos excepto mi mamá, quien preocupada una vez me preguntó.
– ¿Por qué te gusta tanto salir y alejarte tanto como puedes?
La verdad es que en su momento no supe que responderle, así que simplemente le dije que me gustaba salir y ver los paisajes, ya que estos nunca eran iguales y siempre se esfumaban en cuestión de minutos, especialmente mis favoritos, los atardeceres.
Le comenté que desearía que existiera un modo de poder conservar aquellos paisajes más allá de mi memoria y fue entonces cuando mi mamá tuvo la mejor idea que haya tenido, no solo para hacer que me quedara en casa e involucrarme más en las actividades del pueblo, sino que además, me presentó al primer amor de mi vida.
Con lienzo, pintura y pincel en mano, pronto demostré tener un talento único que solo se veía una vez en la vida, algunos incluso me llamarían una verdadera prodigio de la pintura.
Tan pronto como tracé mi primera línea, comencé a pintar los más bellos y conmovedores paisajes que cualquiera en el valle hubiera visto jamás, y no solo eso, ayudé a los comerciantes haciendo pequeñas pinturas y anuncios para sus negocios, ayudé en la escuela haciendo pinturas para ayudar a las maestras e incluso me invitaron a participar en pequeños concursos regionales donde siempre quedé en primer lugar. Todos en el pueblo estaban orgullosos y sabían que me esperaba algo grande.
Por supuesto que mis momentos favoritos de la semana, seguían siendo los días en que me podía alejar del pueblo y pintar para mí sola.
En verdad esos momentos eran los que más me encantaban, pero al mismo tiempo siempre que veía al sol ocultarse, de alguna manera me sentía… sola, como si aún hubiera algo que debía hallar… y sentía que en el valle, jamás lo iba a encontrar.
Esa sensación perduró en mi hasta mi primer año de preparatoria, cuando participé en un concurso de pintura donde unas maestras de una escuela particular de la ciudad me vieron y al terminar el concurso, se acercaron y me ofrecieron una beca completa para irme a estudiar y pintar en la escuela de esa ciudad.
Por supuesto que acepte de inmediato y cuando pregunte cuál era el nombre de esa escuela… ese lugar era Saint Michael's.
Estación de Tren – 1920
Unos días después tenía todo listo para mi mudanza y el pueblo entero me despidió con una sonrisa.
A la mañana siguiente mis padres y hermanas me acompañaron a la estación más cercana donde también me despidieron orgullosos y estando paradas frente al tren, mi madre me dijo las palabras que no olvidaría durante todo el transcurso de mi carrera.
– Tienes una gran sonrisa Viviana, úsala como tu mayor fuerte y recuerda que, sin importar que pasé, "Una gran sonrisa en el rostro siempre ayudará a quien lo necesite". Cuídate mucho hija – me besa en la frente.
Tras despedirnos, abordé el tren que me estaría llevando hacia una nueva vida, un nuevo lugar y un futuro que no podía imaginar, lejos de todo aquello que siempre había conocido.
Ahora mientras me siento emocionada con mi maleta, pinturas y diario en mano, me pregunto que clase de nuevas aventuras viviré en aquel lugar, aquella ciudad llena de personas y edificaciones que nunca antes he visto, en una nueva escuela rodeada de chicas de la alta sociedad y refinadas. Me pregunto si me aceptarán y que tan rápido haré amigas.
Estoy tan ansiosa por llegar que no creo poder disfrutar siquiera de este viaje en tren a la ciudad – ¡Es la primera vez que viajo en tren por si no lo he mencionado! – sea como sea, daré mi mejor esfuerzo y haré sentir orgullosa a mi familia de mí.
Y además tal vez, solo tal vez, encontraré aquello que tanto he estado buscando.
Casa de Viviana – Un mes después
El sol entra por la ventana y me pega directo en los ojos, haciéndome despertar poco a poco.
– ¿Ah...? ¿Qué...?
La mañana llega antes de lo esperado y en cuanto veo el reloj sobre la pared, me doy cuenta que…
– ¡AAAH! ¡Voy tarde otra vez!
Levantándome tan rápido como puedo, voy corriendo al baño a lavarme la cara y empiezo a arreglarme para la escuela.
Baño rápido, cabello pelirrojo-castaño en dos coletas amarradas a los lados, ropa interior, camisa y falda colocadas y por supuesto, el toque final de todas las chicas de Saint Michael's. El clásico uniforme tinto con un moño al frente y otro en la parte trasera.
Me miro orgullosa rápido al espejo con el hermoso uniforme que he estado usando durante el último mes y salgo corriendo de casa despidiéndome de la familia con la que me he estado hospedando.
– ¡Me voy! ¡Nos vemos en la tarde!
Apenas alcanzó el último transporte que me dejaría casi en la entrada de Saint Michael's.
– Tan solo espero que "ella" no me vea.
Saint Michael's 1920 – Minutos después
La última campanada antes de iniciar clases resuena en el gran edificio de la escuela y apenas logro cruzar la entrada antes de que la cierren.
– ¡Diablos, tarde otra vez! Tengo que ser rápida.
Corro por el patio exterior pasando por la estatua de la virgen quien recibe a todas las estudiantes que vienen a estudiar día a día y consagrarse aprendiendo, siempre bajo la devoción a Dios, y entro a la escuela.
Cambio mis zapatos a la entrada y me dirijo a mi salón en el primer piso del nuevo edificio recién construido.
– Excelente, realmente voy a lograrlo.
Estoy realmente cerca de llegar a mi salón, cuando…
– ¡Tú, la pelirroja! – "Diablos" – Llegas tarde otra vez.
– Grrrr…
Otra vez "ella", de cabello azul oscuro y largo, ojos violeta, pechos grandes y figura perfecta, era la imagen viva de una señorita perfecta, la representante de clase cuyo nombre todavía seguía sin saber.
Aparte de su físico, a la fecha solamente sabía que era una estudiante de Saint Michael's de grado superior y que estaba encargada de regañar a quienes llegaban tarde a su salón (en este caso a mí).
– ¡Ya te he dicho que me llamo Viviana! – me volteó a reclamarle.
– Como sea, ¿no has aprendido en tu mes estudiando aquí que la puntualidad es algo fundamental para cualquier estudiante de Saint Michael's? Además, no deberías hablarle así a una estudiante de grado superior.
– Grrr…
– Es la tercera vez que llegas tarde esta semana Viviana-san y solo es el tercer día.
– Lo sé, es solo que…
– Sin excusas, si continuas llegando tarde en lo que queda del semestre, no me quedará más remedio que reportarte y entonces tu beca de excelencia estará en riesgo.
– ¡¿Qué?! ¡Pero si tengo las mejores calificaciones de mi clase!
– Sin excusas, en Saint Michael's nos tomamos la puntualidad muy en serio, Viviana-san, espero que lo entiendas pronto. Buen día a ti.
La chica se da la vuelta y justo cuando se esta por retirar.
– ¡Espera!
– ¿Uh?
Voltea para verme un tanto confundida.
– ¿Alguna vez me darás siquiera tu nombre?
Piensa su respuesta antes de responder, y seria me dice.
– ¿Todavía no lo has averiguado?
Sin mas respuesta, se da la vuelta y continua su camino al piso superior.
– Esta chica…
Entrada de Saint Michael's – Hace un mes
La conocí desde el primer día que llegué, al parecer era alguien cercana a la presidenta del comité estudiantil ya que dio el discurso de bienvenida a las estudiantes del primer año cuando la presidenta no pudo asistir... o al menos eso pienso, me quedé dormida parte de la ceremonia.
Al día siguiente en el primer día de clases ya formales, llegue tarde ese día y por supuesto, ella estuvo ahí para detenerme.
– Lo… lo lamento, yo…
– Sin excusas, eres la chica becada de las montañas ¿no es así?
– Así es, me llamo Viviana-san, yo…
– Bueno, ahora estás en Saint Michael's, si deseas continuar con tus estudios aquí, será mejor que esto no se vuelva a repetir ¿esta claro?
– Uh… sí, ¿senpai…?
Ella se sonroja, un poco avergonzada cuando lo digo, pero pronto continua.
– Así es, ahora dirígete a tu salón de inmediato y que nadie te vea llegar tarde, ¿de acuerdo?
– Sí, claro – comienzo a caminar a mi salón, cuando… – Por cierto senpai, ¿Cómo se llama?
Sin voltear a verme me dice…
– Pronto lo averiguaras.
Ha pasado un mes desde entonces y sigo sin tener idea de quien es esa chica, en todo caso si lo que dice es cierto, eventualmente lo averiguare.
Aparte de ella, desde que ingrese a Saint Michael's mi experiencia ha sido realmente buena, y aunque hasta ahora todas han sido amables conmigo y me orientan cuando no se algo de la ciudad, debido a mis costumbres de pueblo y actitud bastante extrovertida, he tenido algunos problemas para hacer amigas y... francamente aún me siento algo sola.
No, no pienses negativamente, recuerda lo que mamá dijo, "una sonrisa en el rostro siempre ayudará a quien lo necesite".
Sacudo mi cabeza y mostrando mi mejor sonrisa, respiro y me dirijo al salón.
Salón de Arte – Más tarde ese día
Llega la última clase del día y con ello, llega también mi momento favorito del mismo, la razón por la que me habían becado y había logrado llegar a Saint Michael's, la clase de arte y pintura.
– ¡Por fin! – alegre.
Sentadas en nuestros lugares, la maestra se dirige cordialmente a nosotras.
– Muy bien alumnas, para la clase del día de hoy trabajaremos en conjunto con algunas alumnas del segundo año, por favor denles la bienvenida.
Al momento en que entran todas las ven asombradas, pero nadie las ve más asombradas que yo, sobretodo al notar a una persona en particular… Ella.
– ¡Oh!
Cabello largo de un azul muy oscuro amarrado en una sola coleta, ojos violeta, de pechos grandes y figura perfecta, sin duda era la misma chica que me detenía todas las mañanas por llegar tarde.
"¡¿Entonces no es una chica de tercer año?!", seguía siendo un año mayor que yo, pero nuestro rango no era tan diferente después de todo.
De inmediato ella me reconoce y se da la vuelta ignorando mi mirada.
Las chicas de segundo año toman asiento y la maestra continua su clase.
"Es la primera vez que la veo después de la mañana, tengo tantas cosas que preguntarle".
Me acercó a la chica sentada junto a mi y le susurro.
– Disculpa, ¿sabes quién es aquella chica sentada justo allí? – apuntándola.
– ¿No lo sabes? Ella es…
– Chicas, por favor presten atención a la clase.
– Lo sentimos – rayos, tan cerca de descubrirlo.
La clase continua así por 15 minutos y la chica y yo continuamos intercambiando ciertas miradas misteriosas, como incitándonos, retándonos una a la otra por demostrar quien era superior.
"Esta chica, ¿quién se cree que es?"
Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando la maestra vuelve a hablar.
– Ahora chicas, saquen sus pinceles de sus maletines, llegó la hora de pintar.
¡Por fin! No importa que tan superior se crea esta chica, le iba a demostrar que yo no era ninguna inferior a ella.
Por un segundo nos vemos a los ojos antes de empezar a pintar y sin decir nada, ambas decimos que de ninguna manera íbamos a perder contra la otra.
La maestra da inicio al tiempo de pintura y entonces comenzamos a pintar.
Ambas pintamos totalmente concentradas, perdidas en nuestro trabajo, haciendo nuestro mejor esfuerzo por superar a la otra, pero entonces me doy cuenta…
"No puedo pintar así".
Siempre que me pongo a pintar, lo hago con un aire de serenidad, tranquilidad y alegría, jamás con una actitud de ganar o superioridad.
He dejado que esta chica se meta tanto a mi cabeza… no puedo dejar que también se meta con mi arte, que francamente… es lo único que me define.
Avergonzada y sin decir nada, dejo la pintura de lado y poso el pincel sobre mi lugar.
La chica se da cuenta y al ver que he dejado de pintar, se me queda viendo confundida por mis acciones.
Finalmente el tiempo de clase termina y tan pronto como la maestra sale, las chicas del segundo año salen con ella.
Mientras la chica misteriosa se retira del salón, voltea a ver brevemente la pintura que estaba haciendo… y en cuanto la ve se queda asombrada.
Sonrojándose, se da la vuelta aparentemente molesta y sale del salón.
– Por fin…
Curiosa por ver lo que aquella chica ha pintado, me dirijo a su lugar y al ver su pintura…
– ¿Eh?
Era una pintura aceptable, pero de ninguna manera al nivel o calidad de cualquiera que haya visto en los concursos de arte a los que había asistido.
"¿Gané…?"
– ¡Gané! – salto de alegría.
Feliz por mi victoria – tanto personal como contra ella – regreso a mi lugar y comienzo a recoger mis cosas antes de retirarme casa, cuando…
– ¿Viviana-san?
Me volteo, la chica a la que le pregunté quien era la otra chica.
– ¡Ah, hola amiga! ¿Qué pasa?
– Oh, solía quería decirte que aquella chica, la que me preguntaste quien era durante la clase, bueno, ella… – me dice quien es
– ¡¿QUÉEEEEE?!
Entrada de Saint Michael's – Atardecer
Aquella chica cuyo nombre acabo de descubrir, esta a punto de dejar la escuela cuando…
– ¡Kaguya-sama!
De inmediato ella se detiene sorprendida y me voltea a ver mientras recupero la respiración por haber corrido para alcanzarla.
– Presidenta del consejo, representante de clase, heredera de la honorable familia Kaguya, ¡tú eres Kaguya Luna-san!
Aún mas sorprendida me mira y una vez ha recuperado la calma, continua.
– Veo que por fin te has dado cuenta.
– ¡Eres la estudiante más popular y famosa de toda la escuela!
– Bueno, yo no…
– También eres el cuadro de honor, la estudiante prodigio de la escuela, ¡aquella a quienes todas admiran y desean ser como tú!
– Yo… – un tanto enojada – no soy quien tú dices.
– ¿Uh? – sorprendida.
– Mi nombre es Luna-san, eso es todo lo que deseo ser. Ahora que lo sabes, procura no llegar más tarde a clase, de lo contrario…
– ¡Tampoco eres la encargada de la puntualidad de esta escuela!
– ¡¿Eh?!
– Pregunté que si en verdad eres representante de tu clase, presidenta del consejo y demás, ¿Cómo es que habías terminado como encargada de la puntualidad? Pero al parecer no existe ninguna encargada de puntualidad. ¿Por qué me detienes todas las mañanas entonces?
– Yo… eh…
Se sonroja, por primera vez la veo intimidada.
Por unos momentos me quedo viendo a Luna y por primera vez, veo que es una chica realmente hermosa, perfecta en todo sentido y aún así… se sentía intimidada, ¿por mí?
Sintiéndome mal por ponerla en esa posición, me tranquilizo y…
– Discúlpame – reverencia.
– ¿Eh? – confundida.
– Lamento haberte hecho sentir incómoda y... lamento hacerte pasar por tantos problemas por mi impuntualidad.
– Uh...
Se me queda viendo confundida. No tiene idea de como responder. Sin esperar su respuesta, continuo.
– ¿Sabes? la vida en la ciudad ha sido muy difícil desde que llegué – pequeña pausa – Allá en mi pueblo, las personas son siempre amables, alegres y siempre están dispuestas a brindarte una mano, de entre todos allí, ellos siempre dijeron que yo era la más alegre y carismática de todos. Sin embargo, aquí yo…
"¿Por qué le digo estás cosas? Todo aquello que he estado tratando de ocultar, se lo estoy diciendo ahora a ella, ¿Por qué?"
Bajo la mirada para que Luna no me pueda ver así, cuando…
– ¿Sabes? Creo que tu pintura es muy hermosa.
– ¿Uh?
Volteo a verla y veo que me esta sonriendo. Una pequeña sonrisa en su rostro avergonzado. Es la primera vez que la veo sonreír.
"Esa sonrisa… esa sonrisa…"
Todos en el pueblo siempre decían que yo tenía la sonrisa más hermosa que se haya visto jamás, pero si me lo preguntaran a mí… jamás había visto una sonrisa tan hermosa como aquella.
– Tienes un gran talento para la pintura.
Le sonrío de vuelta y le digo.
– Y aún así, tu pintura apenas estaba arriba del promedio.
– ¡¿Qué?! – sorprendida – ¡¿Cómo te atreves a…?!
Ve que le estoy sonriendo.
"Una sonrisa en el rostro siempre ayudará a quien lo necesite".
De ninguna manera lo dije para ofenderla, de alguna manera supe que si le decía eso, la haría sonreír más.
Viendo que estoy bromeando con ella, Luna empieza a reír y puedo ver más de su sonrisa.
"¿Qué esta pasando? De repente siento el deseo de hacerla reír más, y así poder ver más de su sonrisa. Deseo verla más, quiero estar más con ella, es la primera vez que he sentido algo como esto, entonces…"
– Presidenta del consejo, quiero decir, Luna-san.
– ¿Uh? – Hago reverencia frente a ella y…
– ¿Te gustaría pintar conmigo?
– ¡Ah...! ¿Yo? – asiento.
– A decir verdad he tenido muchos problemas para hacer amigas desde que llegué y pienso que tu tienes más que decir de lo que solamente aparentas en tu exterior. Me encantaría llegar a conocerte, así que… ¿qué dices? ¿te gustaría pintar uno de estos días conmigo?
Luna no dice nada, sorprendida. Empiezo a pensar que quizás he malinterpretado la situación, cuando…
– En verdad eres una chica rara.
– ¡¿Eh?! – sorprendida.
– Viviana-san, ¿verdad?
Sonriendo, Luna me ofrece su mano y se la doy de vuelta con otra sonrisa.
– Así es.
– Encantada de conocerte – me sonríe de vuelta.
Dándonos la mano, el sol se pone tras nosotras y crea el mejor paisaje que ninguna de nosotras haya visto jamás. Tan solo puedo imaginar cuan bella pintura pudiera haber hecho con ese atardecer. La primera de muchas sonrisas que intercambiaríamos juntas.
Esa fue la primera vez que realmente conocí a Luna, aquella con quien compartiría tantas cosas y se volvería la persona más importante en mi vida.
Mi compañera de aventuras, mi mejor amiga… mi novia, Luna.
Hasta aquí el capítulo! Si llegaste hasta aquí y aún tienes interés de ver como continua esta historia, muchas gracias por adelantado!
Espero les haya gustado el capítulo y daré mi mejor esfuerzo para hacer justicia a la historia que tengo planeada para estas dos, la cual apenas comienza y en el siguiente capítulo me enfocaré en contar un poco más de Luna y su pasado.
Hasta entonces y de mientras nos estaremos leyendo! c:
