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CON LOS HUESOS
rotos
O1
"It's a curse and it's growing; you're a pond and I'm an ocean.
All my emotions feel like explosions when you are around,
and I've found a way to kill the sound"
Blossom estaba comprometida hace ya seis meses con "el amor de su vida", un chico, más bien, un hombre con el que llevaba saliendo desde el ultimo año de escuela. Siete años de novios y ahora, se casarían en seis meses. Habían escogido una fecha estratégica: el equinoccio de primavera. El 20 de marzo se llevaría a cabo la boda de ambos. No sucedía nada interesante ese día, solo el cambio de estación, pero para Blossom era un día inmensamente especial, porque para ella, la primavera era la mejor estación del año... Al mismo tiempo, caía 20 de marzo, una fecha que ella, secretamente, guardaba con sumo cuidado y aprecio dentro de su corazón. Nadie lo sabía, solo ella, y realmente prefería que fuera siempre así.
En otro lado de la vereda, Brick aguardaba pacientemente el día de la boda de su amiga. Mordía su labio con resignación, en silencio, sonriéndole a aquella chica que le brindaba tanta alegría como le fuera posible. Él fue testigo de cómo nació la relación entre ella y ese hombre, a quien, en realidad, no conocía mucho, solo lo había visto, pero todo lo que llegó a saber de él, fue por la boca de Blossom. Sí, ella le había contado toda la historia, él solo la escuchaba con mucha atención. Es que ellos se conocieron justo así; se vieron, se hablaron, y listo. El contacto visual que cambió la vida de Brick para siempre aparecía justo al momento en que la veía otra vez... o cada que pensaba en ella.
Brick salió de su incertidumbre luego de que escuchara el sonido de unas tuercas cayendo al piso. Se dio cuenta de que el auto rojo ya estaba completamente brillante, que ya no había rastro de cera, que no era necesario seguir puliendo. Si seguía así, habría desgastado la pintura. Sonó la campana que indicaba la hora de comer. Suspiró y se dejó caer sobre una de las bancas. Sus compañeros de trabajo se fueron a los camerinos para lavarse las manos antes de comer, mientras que él se quedó ahí, quieto, tratando de ordenar sus pensamientos. La verdad es que también quería descansar y disfrutar del silencio del taller. Bueno, silencio a medias, porque la radio seguía encendida, Elvis seguía cantando "Hawaiian Sunset", pero el volumen había descendido a tal punto que parecía solo música de ambiente.
—¿Todo está bien?
Brick abrió uno de sus ojos y vio que ya habían llegado sus hermanos. Butch, que trabajaba en la vidriería que quedaba a un par de calles más arriba, y Boomer, que todavía traía el pañuelo blanco amarrado en su cabeza, que trabajaba en el restaurante a unos metros del trabajo de Butch. Vio que traía una bolsa de papel, claro, siempre les llevaba parte de la comida que sobraba. El restaurante prefería dársela a él y a sus hermanos que botarla.
—Sí —respondió Brick—, todo bien. Solo estoy un poco cansado y algo mareado.
—¿Comiste algo a media mañana? —preguntó Butch.
—Sí.
—¿Azúcar? —intervino Boomer.
—Sí —respondió con algo de cansancio. Pero ante la mirada acusadora de su hermano menor, se retractó—. No.
—Ahí está, idiota —refunfuñó el rubio—. Te bajó el azúcar.
La verdad es que Brick había pasado una mala noche, y es que desde que Blossom dijo esas palabras, su mente ha sido un verdadero caos. El mundo de Brick estaba patas arriba. De a poco, sentía que él se estaba rompiendo. Se iba a poner de pie, pero se mareó, Butch le sostuvo desde el hombro y le acarició la mejilla, le estaba dando cierto ánimo. Escuchó que Boomer le decía un suave "ten" y le extendía algo. Brick se quedó atento a esa pieza de chocolate que le estaba extendiendo su hermano. Se fijó en sus manos, estaban algo sucias. Les dijo que le esperaran, se fue a lavar lo más rápido que pudo, incluso si sus hermanos le reprochaban que no debía pararse hasta que se sintiera mejor. Lavó sus manos y su rostro, luego fue al encuentro con Butch y Boomer, y este último seguía con la pieza de chocolate en su mano.
—Te demoraste un siglo —dijo Butch.
—Fueron menos de cinco minutos —se defendió Brick—. Venga, no perdamos más tiempo y vayamos afuera a almorzar.
—Espera, primero te comes el chocolate —insistió Boomer.
—¿Estás de coña?
—Que te lo comas.
Brick le miró con pereza, pero Boomer no parecía estar dispuesto a ceder; tampoco quería hacer problema con algo tan ridículo como un trozo de chocolate. Lo recibió y sostuvo aquella pieza entre sus dedos unos segundos antes de partirlo por la mitad. Por alguna razón, el sonido del chocolate partiéndose se le hizo familiar.
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Blossom revisaba la lista de los invitados totales y los que les habían confirmado la asistencia, así como también, revisaba los nombres de aquellos que declinaron. Se lamentaba por estos últimos, obviamente le gustaría compartir aquel hermoso momento con todos los que consideró, pero ella también comprendía que se trataban de situaciones que no se podían controlar y que, bueno, ya estaría la instancia en que vería a esos colegas y familiares. Luego, pasó a revisar las fotos del recinto que habían apartado Buttercup y Bubbles. Agradecía tener la ayuda de sus hermanas, así solo tendría que esperar por el gran día. La tarea que tenía Blossom era lucir hermosa y descansada en ese día, claro, además de elegir el tipo de banquete y el relleno del pastel de bodas.
Miró el anillo en su dedo una vez que dejó los papeles sobre la mesa y comenzó a jugar con él, girándolo y girándolo. Sonrió y se imaginó el tipo de alianza que tendría en su mano izquierda una vez la declararan oficialmente casada ante la ley. Mordisqueó su labio con cierto temor y volvió a revisar la lista, esta vez para buscar un nombre en específico. Leyó "Brick" y su sonrisa se ensanchó incluso más. Él había confirmado su asistencia, así como sus hermanos. La alegría que le brindaba saber que contaría con su compañía en aquel día tan importante le llenaba el corazón, además, ansiaba incluso más la llegada de ese día.
De pronto, bajó la mirada, y si bien quería seguir sonriendo, un recuerdo le vino a la mente y le rompió un poco el momento de pura ilusión que había estado experimentando. Su novio, su prometido, Bud, estaba alterado, pasaba sus manos frenéticamente por su cabello y bufaba con suma pesadez.
"—¿Cómo es posible que quieras invitar a esa gente? ¡Ellos no están a nuestra altura! —le reclamó.
—Nosotros tampoco somos millonarios —le respondió, tratando de mantenerse calmada ante su agresividad.
—No, Blossom no lo digo por eso —se apoyó en la mesa y pasó a llevar un poco la taza de café que se había servido—. Sé que el dinero no hace a una persona.
—¿Entonces?
—Ellos son marginales —dijo, y si bien estaba más calmado, sus palabras sonaban duras—. Siempre andan sucios, no tienen sentido de la decencia. ¿Tengo que recordarte cuando ellos arruinaron mi presentación en la universidad porque se les ocurrió ir a ofrecer una fiesta en el campus? ¿Recuerdas lo drogados y borrachos que estaban?
—Yo los vi felices.
—Es porque eres amiguita de esos —murmuró despectivamente.
—De ser así, ¿por qué invitamos a Susie? Es tu ex, ¿no?
—¿Qué tiene que ver Susie con esos marginales?
—No lo sé —se encogió de hombros—. Sentí que debía nombrar a un tipo de invitado que no me cuadrase. A ti te molestan mis amigos sucios, pues a mí me molesta la presencia de tu ex.
—No compares a mi ex con esos tipos. A diferencia de ti, yo no tuve mucho problema con el roce social. Ella es una amiga ahora".
Agitó su cabeza como si así disipara los recuerdos. Se puso de pie y pensó en tomar un baño de tina. Una vez estuvo solamente con su albornoz rosa, se dirigió al baño y dio el agua. La bañera empezaba a llenarse, mientras que ella ponía un poco de música de ambiente a volumen bajo, luego tomaba su caja de donde sacó una bomba de baño. Sin dudarlo, tomó aquella que sabía que era de "fragancia marina". Algo que, en general, le causaba cierta gracia, es que la gente sabía que su color favorito era el rosa, por ende, le regalaban todo, absolutamente todo de ese color. Sin embargo, y para la sorpresa de muchos, el aroma a fresas ya había dejado de ser su favorito.
Ahora, la fragancia marina era la tendencia en sus sales de baño, aunque trataba de no usarla siempre, no porque no quería que se acabaran sus reservas, sino porque no quería arruinar su amor por aquella exquisita fragancia. No quería perder el amor por la esencia que le recordaba a sus momentos de paz con Brick. Apretó sus labios y cortó el agua. Se quitó el albornoz y se metió al agua caliente luego de dejar caer la bomba. Sintió un pequeño golpe contra el borde de la tina una vez que ella lo tomó. Se miró la mano y se dio cuenta de que no se había quitado su anillo de compromiso. Se la quedó mirando unos segundos y se la quitó. No es momento de eso, quería disfrutar un momento consigo misma. Se sumergió en el agua un poco, hasta que su cuello quedó completamente bajo el agua y parte de su barbilla. Tenía los ojos cerrados, disfrutaba del momento y de la fragancia.
"¿Te encuentras bien?"
Sonrió al escuchar la voz de Brick diciendo la frase que lo empezó todo.
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Blossom miraba la hora en el reloj de su mesa de noche luego de haber dejado el libro de Suzuma a un lado. Faltaban cinco para las diez de la noche. Había querido salir, pero quedó tan relajada del baño que solo pudo dejarse caer en su cama, con suerte sí se puso la camisola, y retomó la lectura de aquel problemático libro. Tomó su móvil, que ya se había cargado lo suficiente, y vio que tenía un mensaje de Bud. Lo abrió.
"Llegaré temprano mañana", ponía y adjuntó una foto en el avión. Él había tenido que viajar a otro estado por asuntos de trabajo, ella se alegraba de que ya estuviera de vuelta. Lo extrañaba, sí, pero en ese momento, ella extrañaba otra cosa, y eso era dar una caminata nocturna. ¿Hace cuánto no lo hacía? Hace no mucho, en realidad, solo dos días desde su último paseo. Se dejó caer sobre las almohadas una vez más y suspiró pesado. Ella quería hacer visitas eternas, esa era la verdad, sin embargo, sabía bien que no podría ser así, y que, tarde o temprano, debía decir "adiós". No podía evitar ese momento.
Miró la hora nuevamente, esta vez desde su celular. Eran las diez.
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Brick mantenía sus manos en los bolsillos, miraba las luces de la ciudad y trataba de armar constelaciones señalándolas con el dedo índice. Chasqueaba la lengua, y es que le era difícil concentrarse cuando tenía miles de cosas dándole vueltas en la cabeza. Había salido a caminar para despejar su mente, pero parecía que no estaba funcionando. Quizás porque se le había ocurrido ir al lugar donde él y Blossom se reunían. Claro, en ese momento, se dio cuenta de que ella no estaba, es más, también se dio cuenta de que lo único que él estaba haciendo era buscarla a ella, no dejar en paz su mente.
Escuchaba atentamente el agua de la fuente. Solo era el agua corriendo, no había mayor profundidad en ella, no obstante, él sentía que le estaba hablando. Con cada segundo que pasaba, sentía que se estaba burlando de él, diciéndole que era un patético por estar esperando ahí. Se sintió estúpido por un momento. ¿De verdad una fuente le diría que es un merluzo? Era ridículo. Ojalá nadie le escuchara, le tratarían de loco y eso sería un problema. Pero se pensaba un idiota, ya que seguía escuchando insultos provenir de la ridícula fuente. Sabiendo que no había nadie a su alrededor, dijo en voz alta:
—Cállate. Incluso si ella no viene, aquí estoy yo.
—"Ella se va a casar" —escuchó y se volteó violentamente hacia la fuente.
—¡Tú...! —Brick frunció el ceño y dejó mucha voz con tan solo pronunciar ese pronombre.
—¿Yo?
Cuando miró a su izquierda, vio a una extrañada Blossom que inclinaba un poco su cabeza y se aferraba a la correa de su bolso. Brick sacudió su cabeza y frotó su sien y soltó un suspiro.
—¿Yo qué? —insistió ella.
—No, tú nada —le respondió una vez alejó su mano de su cara—, pensé que... —pero la voz no le salió, eso frustró un poco a Blossom.
—¡Dime! No te quedes callado —parecía pataleta de niña pequeña.
—Es que creí que había un idiota merodeando, ya sabes, un asaltante —procedió a mentir—, y debo ser precativ... —pero luego frunció el ceño extrañado—. Espera, ¿tú qué haces tan tarde por estos lugares?
—La pregunta podría hacértela a ti, ¿no crees? —se quiso defender y se apoyó en el barandal para mirar a la ciudad.
—Yo vivo cerca —respondió Brick posicionándose a su lado.
—Y yo tengo vehículo.
Guardaron silencio. El sonido de la fuente era la única sinfonía que los acompañaba en ese momento. Las luces de la ciudad se hacían más gruesas cada vez que cerraban sus ojos. Esa noche, la luna era nueva, se había escondido para no ser la atracción principal entre ellos. Blossom sintió un pequeño calor en su estómago, bajó la vista a sus zapatos, luego miró el perfil de Brick. Era guapo, tenía pecas en sus pómulos, sus ojos eran algo pequeños... Dejó de mirarle para prestarle atención al paisaje. Pero la verdad es que no quería estar en silencio mientras estuviera compartiendo un momento con él. Pensó en una pregunta rápida para hacerle.
—¿Ya tienes traje para mi boda?
—No —respondió algo rápido.
—¿Y qué esperas?
—¿De verdad te parece correcto que vaya?
Brick pronunció aquellas palabras con cierta vergüenza, más bien, parecía algo de remordimiento, estaba dudando. Su cuerpo se había recogido un poco, seguía con las manos sobre la baranda, pero sus hombros habían ganado cierta altura.
—¿Por qué no? —se apresuró a decirle ella—. Quiero que todas las personas importantes en mi vida compartan dicho momento conmigo.
Blossom había volteado todo su cuerpo hacia él. Brick hizo lo mismo. La diferencia de altura entre ambos era casi una cabeza. No dijeron nada. Esta vez no solo el sonido del agua les acompañaba, también los grillos y el sonido de las hojas de los árboles al ser movidas por el viento. Brick acercó una mano hacia la frente de la chica y le arregló un mechón, luego, le posicionó la yema de su dedo índice en el entrecejo. No le decía nada, solo la miraba. Había hecho aquello antes, algunas otras veces cuando Blossom entraba en su modo caprichosa, sin embargo, en esta ocasión ella tenía los ojos llorosos.
"No puedo dejar de llorar", recordó la primera frase que ella le dijo.
—Vas a ir, ¿verdad? —preguntó Blossom, Brick seguía manteniendo su dedo en el entrecejo.
—Sí, iré. Si me quieres ahí, estaré —murmuró él.
¿No había dicho algo así antes? Vaya, tal vez Brick experimentó cierto déjà vu.
—Te quiero ahí —afirmó Blossom.
—Vale —dejó de tocarla.
—Hablo en serio.
—Lo sé.
—¿Me lo prometes?
—Te lo prometo —tomó una gran bocanada de aire, y cuando exhaló, le sonrió con calidez—. Quiero ver cómo, en verdad, floreces como una de las flores más hermosas de toda la ciudad.
—Qué poeta —le comentó ella para evitar que se diera cuenta de su sonrojo.
—Trato de dar la mejor impresión.
—¿De verdad crees que floreceré?
Brick le tomó las manos y las estrechó entre las de él. Le estaba dando cierto calor. Ese es el contacto más cercano que ha existido entre ambos, al menos, el más frecuente. Ella agachó la cabeza y luego volvió a verle a él.
—¿De verdad crees que floreceré?
—Está en tu nombre —le respondió con suma seguridad.
Blossom sintió ciertos escalofríos. No apartó la mirada de los ojos de Brick hasta que él, con lentitud, dejó ir sus manos. Una suave brisa se hizo presente entre ambos, y el sonido de la fuente pareció incrementarse. No se dijeron nada, solo se miraron, ella sonrió con entusiasmo, él la admiraba con la misma expresión que lo hacía usualmente. Volvieron a mirar al lago y esperaron a que algún tema de conversación naciera entre ambos. No fue muy duro esperar para hablar de la pronta llegada de la primavera...
Pero, ¿por qué de pronto ambos sintieron tristeza?
"Esto es una maldición y está creciendo; eres un estanque y yo soy un océano.
Todas mis emociones se sienten como explosiones cuando tú estás alrededor,
y ya encontré una forma para matar el sonido"
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Sript, vale, tío, tuve buscar esa canción porque no la conocía, y al escucharla, me reí porque es demasiado preciso. Hace tiempo no como chorizo con tomate, años, en realidad, y no, no sabe mal, de hecho, recuerdo que el sabor era bastante rico, pero hay formas de prepararlo y con salsa de tomate industrial no queda bien, de hecho, es hasta muy ácido y te puede dar dolor de estómago, jajaja. Espero que parte de tus preguntas se hayan aclarado con este capítulo, jajaja, si no, no te preocupes, el próximo dará más información. Con respecto a los crackships, tengo mis preferidas a pesar de que me gustan todas, jajaja, Blossom y Boomer o Buttercup y Boomer, pero de momento no he pensado escribir de ellos, quizás porque tengo muchas ideas para los ships "principales". ¿Y a ti? Gracias por leer y por comentar. ¡Saludos!
perlapuccabf, ¿son tus favoritos? Espero que no te duela mucho. ¿Masoquista? Eso no es bueno ): Jajaja, gracias por leer y comentar.
Hasta el lunes. Recordad que podéis pasaros por mi perfil de instagram (soymariposamonarca) para saber el momento exacto en el que publique o si hay algún cambio con la publicación. Es una cuenta abierta, no es necesario que me sigáis.
Saludos,
Mariposa.
