Hola a todos. Muchas gracias por su compañía en este fic que salió casi de la nada, pero que he disfrutado mucho de trabajar. Como pueden ver les dije que esta historia en concreto no iba a tener un largo tiempo de espera. Esto debido a que no quiero una acumulación de trabajos.
Antes de empezar quiero aclarar unos puntos sobre este mundo. Este es una versión semi-medieval de nuestro mundo, es decir tiene la parte de los ejércitos y los castillos. Pero incluyen varios elementos que dan cierta modernidad pero para lo que era la Belle Époque, que es el segundo periodo histórico que alimenta este mundo. Otra cosa, es que aquí no hay países, solo los territorios mencionados se los podría considerar así. Lo demás son ciudades.
Aclarado esto veamos este capítulo y lo que nos trae.
Sin más trámite. Comencemos
Canción de bronce y hierro - Capítulo 2
Voluntades
Todavía estaba todo oscuro, el sol ni siquiera había salido cuando la puerta de la habitación de Loan se abrió para dar paso a su madre quien ya estaba vestida.
Ese día era un viernes feriado y por lo tanto estaba todo un fin de semana libre para poder ir a visitar los pueblos se los señores que le eran leales a los Loud. Pero en esta oportunidad la visita tenía una razón familiar.
La pequeña estaba dormida con casi toda la colcha en el suelo y con la sabana envuelta a su alrededor como si de una momia se tratara. Todo aquello era debido a un desorden del sueño que causaba que no pudiera quedarse quieta y terminara de formas que ni sus padres, tías o hermanos podían entender.
En una oportunidad esta fue invitada para dormir en la cama de Liena junto a ella y Rochelle. Ella acepto más que nada por no querer oponerse a su tía Leni. Pensaron que todo iría bien, pero a mitad de la noche término por patear fuera de la cama a sus dos hermanas mientras gritaba dormida que alguien se alejara de ella. Cuando se lo contaron a Lori, esta dijo que no entendía el porqué de estas pesadillas.
Lisa fue la que dijo que quizás los miedos de su madre fueron transmitidos a la mayor de aquella generación producto de tanto exceso de cuidado.
- Loan… Loan hija despierta.
Pero esta seguía dormida.
- Vamos amor. Literalmente es hora de irnos.
- Déjame dormir – contesto esta.
- Podrás dormir en el viaje. Pero ya tienes que cambiarte – dijo Lori mientras giraba a Loan para sacarla de aquel nudo que tenía.
- ¿A dónde vamos? – dijo sentándose.
- Iremos con tu abuela y con tu tía Lily.
- ¿Irán Bobby y Reina?
- Lo siento. Pero ellos son muy jóvenes para salir al aire libre. Se quedaran con su madre aquí en el palacio.
- Entonces no voy – dijo volviéndose a echar y a cerrarlos ojos – Odio los viajes, son muy molestos y esa carreta donde viajamos me causa dolor de cabeza.
Aquello era algo casi habitual en ella. No le gustaba salir de la cama por nada y siempre costaba convencerla. El problema estaba en que esas eran situaciones diarias, los viajes ya eran otra cosa para una niña que no quería salir de las murallas.
- Vamos Loan. Tienes que venir con nosotros. Tu abuela te ha extrañado mucho.
- La abuela nos odia.
No era cierto. Pero tampoco era mentira sabia Lori. María, la madre de Ronnie Anne y Bobby amaba a sus nietos. Lo mismo era con la madre de Paz y la de Carol.
Pero su madre no era muy cariñosa con sus nietos en el sentido de que siempre los evitaba cuando iban. Los saludaba y les preguntaba cómo estaban, pero notaba que lo suyo era como si llegara de visita un familiar que solo veía de tanto en tanto y cuya relación familiar estaba muy lejana.
- Sabes que eso no es verdad. Es solo que tiene sus formas de demostrar cariño. Además vas a poder ver al bisabuelo Albert. ¿No quieres verlo?
Eso hizo que se sentara de nuevo. Albert a diferencia de su hija, amaba a sus bisnietos y les tenía un cariño que era único. Siempre les regalaba bolsas con dulces y monedas, y los llevaba por todo su pueblo mientras les contaba anécdotas de su vida. Este era uno de las pocas razones por las que Loan podía subir a la casa móvil en la que iba con sus hermanos.
- Si quiero.
- Entonces tienes que salir de ahí y vestirte como se debe – dijo Lori mientras la ayudaba a salir de la cama.
Más tarde esa mañana. Christopher y Alenki salieron del hotel en donde se habían hospedado para ir a ver a su amigo. Lo hubieran hecho antes, pero tardaron unos días en realizar esa labor debido a que estaban haciendo turismo y revisando lo que la gente decía con respecto a los mensajes del Rey Louis.
El pueblo para ese entonces estaba dividido. Una parte quería prepararse para una guerra mientras que la otra decía que simplemente debían ignorar todo lo que aquel decía y esperar a que se le pasara. En lo que ambos coincidían, era en que aquella situación era causada por obra de sus gobernantes.
Tras transitar por las calles de Ciudad Real, llegaron a una librería. Esta no era como las demás, sino que era el negocio más caro de este tipo pues el material que vendía era uno muy lujoso. Solo los lectores más cultos y de dinero asistían a ese lugar para conseguir obras que eran consideradas de colección, no eran los libros comunes que salían de una máquina y se vendían en masa. Esos que ocupaban sus estantes eran ediciones raras y costosas de conseguir.
Además el dueño de aquel negocio podía pagar una buena cantidad de dinero por obras antiguas que estuvieran en buen estado. Todo eso era la razón por la cual en el lugar solo había cuatro personas incluida la recepcionista y el sujeto de la seguridad.
- Buenos días. ¿Se encuentra el Doctor Simmons? – pregunto Alenki.
- Sí está. ¿De parte?
- Somos unos amigos de Oregón, queríamos pasar a visitarlo y de paso hablar de algunos temas – dijo Christopher.
- Como muchos. Déjenme ir a preguntarle si es que puede recibirlos – dijo para luego marcharse y regresar con un – Dice que puede verlos. Acompáñenme por favor.
Fueron a la parte de atrás de la tienda en donde pasando un patio estaba una oficina en la que dentro de vitrinas se podían ver libros que eran verdaderas antigüedades y que valían una fortuna con facilidad. Dentro de esta, estaba un hombre de unos cincuenta años con lentes, vestido con una camisa blanca, un saco de vestir azul y unos pantalones blancos. Este estaba sentado en un escritorio mirando un antiguo ejemplar de La araucana.
- Disculpe la interrupción. Estos eran los señores que querían verlo.
- Ya los estaba esperando. Descuide señorita, ellos son mis amigos – dijo poniéndose de pie.
Los tres se acercaron para saludarse con un abraso demostrando que se conocían de bastante tiempo.
- Me alegra de verlos otra vez – dijo el librero.
- Lo mismo Arthur. Tiempo sin vernos amigo – dijo Christopher.
Arthur Simmons era un profesor de literatura en la universidad de Ciudad Real. Conocido en el círculo de amantes de las obras literarias por su amor a coleccionar piezas de gran valor y de llevar aquel negocio que era visitado por muchos de sus alumnos los fines de semana, incluida Lucy quien de vez en cuando iba con su hija Lupa de apenas un año.
Este, conocía a aquellos dos de uno de sus tantos viajes en busca de material para coleccionar.
- Siéntense mis amigos. ¿Quieren algo de tomar? Debió de ser un viaje cansado.
- No tanto. Es una ventaja de tener una amiga que abre portales. Pero te aceptamos jugo si es que tienes – dijo Alenki.
- Para tu suerte tengo unas botellas de jugo de pera – dijo abriendo pasándole unas botellas.
- Gracias – dijo Christopher mientras recibía un destapador.
- Y cuéntenme. ¿Qué los trae por aquí?
- Vinimos por lo que pasa con el Rey Louis – dijo Alenki.
Aquello hizo que su amigo cambiara el gesto a uno de seriedad.
- Veo que las noticias vuelan.
- Tenemos fuentes en todas partes. Es la ventaja de ser los dueños del comercio.
- Pues temo que las noticias tienen razón. Lo que hace el rey de Midland, es agitar el avispero. Puede que el Rey Lincoln haya logrado poner a casi todo el mundo de su parte. Pero con todo el mundo me refiero únicamente a la gente de esta ciudad. Los demás reyes lo ven como un loco que no es de fiar.
- Bueno. Es que…
- Lo que hizo Lincoln fue una cosa que nadie ha hecho – dijo Christopher completando las palabras de su amigo – Ni siquiera las tribus nativas tienen esas prácticas.
- Y eso causo malestar en los otros gobernantes al ponerse por sobre estos al compararse con un dios. No crean que todo se queda en malestar y ya. Todos nuestros vecinos están preparando sus espadas por si un día nuestro rey pierde el control de forma definitiva.
- Yo también tendría mis cuidados en situaciones así – dijo Christopher.
- Lo cual nos lleva al Rey Louis. El acogió a todos los que se negaron a vivir en la ciudad tras el anuncio del Rey Lincoln de casarse con sus hermanas. O bueno su padre y él.
- Todo aquello lo puso en un punto clave. No solo es el que acoge a la gente sin hogar, sino que también es el que está ante una persona que se ha declarado ser Dios – dijo Alenki.
- Exacto. Él si se lo tomo como algo personal, de la misma forma en que buena parte de su ejército sueña con volver a casa. Algo va a pasar tarde o temprano. Aquí o allá.
- Pues las calles se ven muy tranquilas por ahora – dijo Christopher.
- Hay debates en cafés y restaurantes. Pero nada más dijo Alenki.
- Que no te engañe su estado – dijo Arthur – Esta ciudad puede estar en pie de guerra en cosa de horas. Nuestro rey tiene decenas de miles de hombres en la ciudad. Gente que recuerda como nos salvó la vida de aquel ejército de saqueadores. Ganaría si hay una guerra con otra ciudad. Y a diario los fanáticos de Midland quieren dar la perfecta excusa.
- Pues en ese caso no le veo lo malo. Es decir, tú vives aquí. Estas en el bando ganador.
Arthur se lo quedo mirando fijamente mientras terminaba de tomar su copa y la dejaba en la mesa.
- Las cosas no son tan simples. Una vez que empieza el derramamiento de sangre. Es muy difícil que esta se detenga.
- Entonces debemos de hacer que haya paz – dijo Alenki.
- Las cosas no son tan fáciles. Ustedes puede que sean una autoridad en un territorio muy extenso, pero ese territorio y esa influencia tiene sus límites y esos terminaron hace ya muchos kilómetros. Además, no creo que sus otros amigos estén interesados en venir hasta aquí.
Todo aquello era verdad. Su hogar estaba muy lejos y las razones de la Confederación para intervenir estaban contadas con una mano.
- ¿Entonces qué? – pregunto Christopher - ¿Nos quedamos sin hacer nada?
- Pues yo les sugeriría ir a otra parte. No con el rey porque ese se fue de viaje bien temprano. Y menos con esos consejeros que tiene que solo sirven cuando esta él. Vayan con las autoridades que realmente tienen influencia.
- Eso significa querido amigo – dijo Alenki con una sonrisa – Que debemos visitar a tu amor platónico.
Lejos de la ciudad estaban los Loud avanzando por el camino con rumbo a su destino. Estos salieron mucho antes de que saliera el sol para llegar más temprano al pueblo de su abuelo. Esto debido a que aquella casa rodante en la cual iban sus hijos y las hermanas menores, sumada a las carretas de carga que traían y a los numerosos jinetes que les daban protección, ocasionaban que avanzaran despacio, aún más que otras caravanas que tenían la misma cantidad de gente y de carretas.
En sus propios caballos iban Lori, Leni, Luna, Luan, Lynn y Lincoln. Estos iban con sus espadas y con sus escudos puestos pues si bien iban bien acompañados, les gustaba estar preparados ante alguna eventualidad no deseada. Viajar en solitario por así decirlo les permitía tratar temas que no querían tratar con sus hijos y en ocasiones con sus otros hermanos. Tema como el que menciono Loan a su madre esa mañana.
Lincoln tras escuchar aquello, recordó cómo era la relación que tenía este con su madre desde que ella se fue de la ciudad y se llevó a su hermana menor. Las cosas entre Rita y sus hijos eran por decir de forma sencilla. Tensa.
Si a la gente de la ciudad le cayó como un balde de agua fría el hecho de que Lincoln tomara como esposa a Lori y posteriormente a su amiga de la infancia. Para su madre fue como si le tiraran una piedra. Estuvo en el primer matrimonio de Lincoln, pero según decían muchos era como si la obligaran a ver algo que no le gustaba.
Cosa que era verdad, pero que acepto por el simple hecho de que nada podía hacer, ya no era la reina oficial y su papel era menos que un adorno. Aun así, estuvo durante todo el embarazo de Lori y en el nacimiento de su nieta. Pero el segundo matrimonio de Lincoln fue lo último que pudo resistir.
- Ella es una gran mujer Lincoln y no se merece esto, de la misma forma que tus hermanas tampoco.
- Pero mamá. Ellas…
- Por favor. No uses ese monologo que tus enviados repitan como loros. Lo de ustedes no es amor. Y se bien que no vas a parar con Ronnie Anne. Por lo que me llevo a Lily conmigo a vivir con tus abuelos.
- ¡No puedes hacer eso! – grito Lincoln – ¡Ella es nuestra hermana y tenemos derecho a verla!
- Puedes verla si vienes a visitarla. Pero nunca dejare que hagas lo mismo que le harás a tus hermanas.
- ¡No pienso hacerle daño a Lily! ¡Nunca la lastimaría!
- Eso dices ahora. Pero las cosas cambian y tú hijo, ya no eres el niño que vi crecer.
Esas palabras de su madre le seguían taladrando el alma cada día pese a los años transcurridos. Él se decía a si mismo que lo que sentía por sus hermanas era amor verdadero, amor que de la misma forma sentía por sus hijos diera igual cual fuera su madre. Pero en momentos como ese, se preguntaba si estaba haciendo las cosas bien y si aquello era suficiente.
Por su parte Lori, quien estaba preocupada por las amenazas de aquel rey vecino. Avanzaba pensando en las medidas que bien podría tomar en caso de que algo pasara, algo de fuerza mayor que requiriera de movilizar a todos sus ejércitos y de preparar las defensas de la ciudad. Pensaba en ello hasta que Leni la regreso a la realidad.
- ¿Todo bien Lori? – dijo Leni quien avanzo hacia ella montando su yegua.
- No. O al menos en parte – dijo Lori quien ante Leni no tenía secretos tras años de estar juntas.
- ¿Qué es lo que pasa?
- Me preocupa que pueda pasar algo malo otra vez.
- ¿Algo malo como ese ejército que vencimos hace diez años?
- Si. Pero a eso súmale lo que me paso hace nueve años.
Leni recordó ese momento que fue uno de los más duros que paso su familia. Pero también lo que significo en realidad. Y es que no todos podían aceptar las decisiones que ellos tomaron. Una decisión cuya repercusión fue sentida por ella no solo en ámbito político o religioso, sino también por parte de su hija.
Cuando se descubrió que Liena no iba a poder hablar nunca, Lisa le dijo que quizás eso era debido al origen endogámico de la pequeña. Cuando ese dato llego a la gente, muchos dijeron que aquello era una cosa que cualquiera sabría y que tarde o temprano podría llegar un monstruo o un loco. Cuando esa información llego a Midland los fanáticos religiosos que antes vivían en Ciudad Real declararon que ese era un castigo de Dios o de los dioses.
- Entiendo que estés preocupada. Pero pensar tanto en ello no te hará ningún bien – dijo Leni.
- Lo sé. Pero por más que intente pensar en otra cosa no dejo de creer que algo malo esta por pasar.
Leni comprendió que su hermana mayor tenía fuertes razones para temer. Ella también tenía miedo, pero su especialidad además de la ropa y la moda. Era el dar apoyo y confianza a quienes lo necesitaban. A veces era con la gente que trabajaba con ella y esta vez tenía que dársela a su hermana.
- Ya antes nos hemos enfrentado a grandes enemigos, nos ha tocado superar crisis y nos hemos visto en muy malos momentos en lo personal. Pero ya has visto cómo es que poco a poco fuimos saliendo adelante. Lo hicimos por nuestro pueblo y lo haremos por nuestros hijos. Pase lo que pase al final todo saldrá bien – dijo Leni dando esperanzas a su hermana.
- Sí – dijo convencida – Puede que tengas razón.
- Nos detendremos aquí para desayunar – indico Lincoln.
El grupo se puso a un lado del camino. El lugar era un espacio rodeado por árboles espesos que estaban a ambos lados del camino. Todos bajaron tanto del carro como de sus monturas y fueron cada uno a lo suyo mientras esperaban a que instalaran el toldo y las sillas y mesas para comer.
Loan estaba un tanto nerviosa de estar en ese lugar, pues esa vez no tenía a la gente que la cuidaba. Por lo cual, sin saber qué hacer, tomo una almohada y se hecho a dormir hasta que todo estuviera listo.
Toby, el hijo mayor de Lincoln de nueve años, era un niño de cabello negro corto que se parecía bastante a su tío, el cual estaba jugando con una espada de juguete imaginando que estaba en medio de una batalla.
Un poco más lejos estaban Liena y Rochelle, ambas de ocho años quienes buscaban flores entre los árboles. Liena era casi un calco de su madre a su edad, teniendo únicamente un cabello rubio que estaba a medio camino del blanco de su padre.
Ella debido a su discapacidad, se comunicaba por medio de señales manuales. Rochelle por su parte, era igual a Ronnie Anne, solo que más calmada. Esta tenía que andar con muletas pues había desarrollado desde muy joven un problema en las piernas. Aunque lejos de generar lastima, ambas eran muy capaces para su edad y vivían una vida igual a la de sus pares.
Sola y sentada al pie de un árbol estaba Lyra de siete años. Una niña de cabello castaño largo que era hija de Luna, y se parecían un montón, destacando el amor la música, con la diferencia que su hija prefería la música clásica, además de un mayor apego a la religión, soliendo leer libros con historias cristianas como el que tenía en mano en ese momento.
El grupo más grande lo integraban las hijas de Luan, Lynn y Lucy. Las cuales eran Liby de tres años y Lacy y Lupa de uno respectivamente. Las dos primeras tenían el cabello castaño, mientras que la tercera tenía el cabello blanco de su padre. Estas se encontraban sobre una colcha al cuidado de sus madres mientras jugaban con unos cubos de madera.
Los que eran totalmente opuestos eran Lemy y Lyle. Ambos eran los segundos hijos de Luna y Leni respetivamente, siendo este último el mayor por un año, teniendo dos y el cabello igual al de su hermana. Dedicándose a mirar con curiosidad como es que ponían todo para el desayuno. Mientras que Lemy quien tenía el cabello castaño, era cuidado por Luna mientras andaba corriendo de un lado a otro persiguiendo abejas o mariposas.
Pese a los soldados que estaban a su alrededor vigilando, toda la escena era una similar a la de cualquier otra familia. Lincoln observo la escena y se sintió tranquilo de que todos sus esfuerzos hubieran dado frutos en lo que a proteger a su familia se trataba.
En cuanto vio a su hijo mayor jugando con su espada, decidió que era buen momento de saltarse algunas reglas.
- Bueno Toby. Creo que es buen momento de que aprendas algunas cosas en esto de las espadas.
- ¡¿Me enseñaras a pelear?! – pregunto emocionado.
- Sí. Pero que tu madre no se entere – dijo tomando su espada en su vaina.
Toby inmediatamente tomo una postura como las que siempre vio en los libros, poniendo la espada en una posición baja.
- No uses una guardia baja. Debes de sujetar la espada con ambas manos y levantarla por sobre la cabeza – dijo mientras los dos hacían lo mismo – Y la bajas con fuerza y rapidez.
Ambos lo hicieron bloqueando sus espadas haciendo que el menor se emocionara pues sentía que acababa de aprender algo de verdad.
- ¡Muy bien hijo! Aprendes rápido. Ahora veamos si puedes bloquear más de esos.
Si bien el palacio de los Loud era el centro de mando de toda la ciudad. El ministerio era el lugar donde todas sus órdenes eran recepcionadas para ser ejecutadas, era el sitio en el cual pese a su nombre, funcionaban diversas instituciones como lo eran la defensa, la tesorería y la planificación de obras. Era el lugar a dónde Christopher y Alenki habían ido. Al llegar, encontraron un lugar atestado de gente que iba y venía con documentos, planos, folios de gran tamaño y con bolsas llenas de monedas de oro, plata y cobre. Pese a que estos eran importantes en sus tierras, ahí lo único que podían hacer era esperar como cualquier otra persona común. Cuando finalmente les llego su turno dieron una suerte de documento con el cual pidieron ver a quienes estaban a cargo.
Luego de un rato llego un grupo de soldados con armaduras de color aguamarina quienes los llevaron hasta una sala en donde estaba Nataly con un hombre de unos treinta y dos años con el cabello plateado y una armadura aguamarina y negra, el cual traía un sable en la cintura. De la misma forma en que Nataly estaba ahora con una armadura blanca y roja a través de la cual pasaban sus dos largas alas blancas, y llevaba una espada.
- No esperaba verte nuevamente, Arcángel Rojo – dijo Nataly.
- Nataly. Me alegra verte de nuevo– dijo este intentando mantener una postura tranquila.
La razón por la que a Christopher lo llamaban así, era porque este también era un alado al igual que Nataly, solo que este al ser un arcángel podía lanzar rayos de sus manos los cuales eran de color rojo al igual que las alas de este.
- Teniente Alexander Ivanisevic.
- Senador Alenki.
Tanto Nataly como Alexander eran figuras de autoridad. Nataly era la máxima autoridad de la fuerza aérea de Ciudad Real y Alexander, era el teniente de los ejércitos de la reina Leni. Si bien aquello no sonaría para estar al mando de una ciudad se de una jerarquía se trataba. Su peso en torno a capacidad de mando los ponía incluso por sobre el consejo de Lincoln.
- No esperábamos que vinieran así de improviso. Pero considerando su naturaleza imagino que eso es normal.
- Ya nos contaran aquello. Pero por favor siéntense y hablemos dijo Alexander.
- Vinimos porque las noticias que nos llegan son preocupantes. Una guerra podría afectar a mucha gente y no solo a dos ciudades – dijo Alenki.
- Y por si lo preguntas no estamos de lado de nadie. En el mapa se ve que estamos muy lejos – agrego Christopher.
- ¿Les preocupa la paz o sus negocios? – pregunto Alexander.
- Lo primero. Una guerra movida por ideales religiosos sea cuales sean es algo que puede afectar a todos.
- Un efecto domino – dijo Nataly.
- Correcto. Por años hemos mantenido la paz entre cristianos y helenistas en nuestros dominios. Pero el Rey Louis da esa razón para empezar una guerra. Sabemos que él respeta a todos los grupos. Pero en esta vida es fácil sacar las cosas de contexto y causar mucho daño.
- Y esa es la razón por la que estamos aquí. No nos importan los motivos que da ese rey y nos importa un pepino si el Rey Lincoln se mete con su hermana, su amiga o una piñata.
- ¡Christopher! – le llamo la atención su amigo.
- Estas hablando de nuestro rey – dijo Alexander viéndolo seriamente – Uno con el que derrame sangre por lo que realmente me importa. Mi ciudad. Mi gente. Mientras el defienda al pueblo tiene mi completa lealtad.
- Y la reina Lori tiene la mía. Ha sido la mejor amiga que he tenido y me da igual con quien se haya casado – dijo Nataly.
- Eso es algo que admiro – dijo Alenki poniendo paños fríos – Yo quiero lo mismo que ustedes, proteger a la gente por más que nuestro nombre indique otra cosa. Por favor, déjennos intentar buscar una solución a esto para frenar algo que no debe de ocurrir.
- ¿Cómo que? ¿Planear un golpe de estado? – pregunto Alexander con sarcasmo.
- Sí.
Todos enmudecieron ante esa respuesta.
- Estás loco Alenki. Jamás nos dejaran hacer esa locura – le dijo Christopher.
- En momentos como este, una cosa así es lo mejor que se puede hacer. El príncipe Reinaldo es alguien con ideas bastante opuestas a su padre y que ha seguido el camino de su abuelo en cuanto a pactar alianzas con otras ciudades. Si lo ponemos como rey esto se termina.
- Coincido con tu amigo. A veces es necesario eliminar a uno por el bien de los demás – dijo Alexander con una sonrisa.
- Si así evito perder a jóvenes en el campo de batalla estoy de acuerdo – dijo Nataly.
- En ese caso partiremos de inmediato y…
En ese instante alguien abrió la puerta con un papel en la mano y se lo entrego a Alexander quien a duras penas podía soportar la ira que daba el contenido de aquel mensaje. Nataly lo vio también y se la vio como si algo la hubiera golpeado.
- ¿Qué es lo que ocurre? – pregunto Alenki.
- Me temo que tu plan llego tarde amigo. La guerra ha comenzado.
Al lado del camino los Loud estaban desayunando tranquilos, el espacio que habían preparado estaba lleno de todo tipo de comida que cualquiera lo hubiera separado para pasar todo un fin de semana en un lugar. Mientras algunas estaban comiendo estaban de vuelta en sus actividades. Sea como sea, ese era un momento en el cual todos estaban tranquilos y ajenos a todo lo que eran obligaciones y demás problemas.
Por su parte, Lincoln y Toby estaban repitiendo los ejercicios cuando un ruido atrajo la atención de todos he hizo que miraran a su alrededor. Fue entonces que empezaron a llover flechas y saetas.
Todo se volvió un caos mientras que las Loud intentaban proteger a sus hijos de aquellos disparos y sus hombres eran alcanzados por aquellos proyectiles.
- ¡Lleven a los niños al centro y formen un círculo para protegerlos! – ordeno Lincoln al tiempo que protegía a Toby con su escudo y recibía una flecha en el brazo.
El principal grupo que todavía estaba comiendo pronto fue rodeado por sus arqueros y por soldados a pie quienes protegían a Lucy, Lana, Lola y Lisa, de la misma forma que a Loan, Liby, Lyle, Lacy y Lupa. Lori tras ver que su hija ya estaba bien protegida, se subió a un caballo y se lanzó contra los tiradores espada en mano siendo muerto su caballo en cosa de segundos y terminando en el suelo. Leni logro llegar a donde estaban Liena y Rochelle, las cuales estaban abrazadas detrás de un árbol y poniéndolas a sus espaldas las hizo retroceder mientras tenía un escudo para protegerlas. Luna cargo a Lemy, trepo a su montura y con rapidez fue hacia Lyra a quien levanto con una mano y los llevo a donde estaban los demás.
- ¡Muerte al rey del pecado! ¡Muerte al falso dios y su estirpe!
El grito vino de un jinete que encabezaba una carga de varios soldados a caballo que llevaban la armadura roja y plateada de Midland. Al verlo, Lincoln supo que el minimizar aquellas palabras de preocupación de Lori era un error. Un error que estaba por costarle caro, pero que no iba a permitir que pasara. Dejo a Toby junto a los demás, se arrancó la flecha del brazo al tiempo que desenvainaba su espada.
- ¡Lana, Lola y Lisa! ¡Tomen sus armas y defiendan a los niños junto a nuestros hombres! - Lana saco su hacha larga, Lola un arco y Lisa por su parte estaba curando a uno de los heridos pues lo suyo no era la lucha - ¡Soldados protejan a mis hijos con sus vidas!
- ¡Si! – fue el grito de estos.
- ¡El resto tome sus armas y acaben con esos asesinos!
Lori quien ya estaba de pie logro conseguir otro caballo, tomo su espada y junto con Luna quien tenía un hacha en sus manos se lanzó a la carga contra aquellos jinetes mientras que guiaba a sus hombres. Lori mato a uno pero vino otro con el cual cayo producto del impacto. Los dos se levantaron pero ella fue más rápida y lo partió a la mitad tomando su escudo y pudiendo enfrentar con más facilidad y menor riesgo a sus oponentes. Luna se bajó del caballo tras tumbarse a un enemigo, pues le iba mejor peleando a pie y le reventó el pecho de un hachazo a uno que intento enfrentarla con una lanza para después dirigirse hacia donde estaban unos jinetes desmontados.
Lincoln por su parte cabalgo contra los tiradores logrando acabar con un par con la ayuda de Luan quien luchaba a pie espada en mano. Estos dejaron sus arcos y ballestas y sacaron hachas y martillos y atacaron a la comediante pensando que sería fácil de vencer, cosa que demostró ser mentira pues los años de experiencia la habían preparado para eso.
En el centro de la batalla, los príncipes estaban aterrados por aquella situación, salvo por Toby quien abrazaba a Rochelle y a Loan dándoles valor en ese momento.
- ¡No tienen por qué temer, los hombres de nuestros padres son los más valientes que existen!
- ¡Díselo a esos que intentan matarnos! – le grito Lyra.
A su alrededor únicamente veía las espaldas de los lanceros y arqueros que los protegían de cualquier jinete que intentara acercárseles. De la misma forma que Lola les disparaba a estos, el problema era que no lo hacía bien pues nunca le gusto entrenar tanto como al resto y eso hacía que fallara la mitad de los tiros. Cerca de ellos estaban Leni quien si era mejor arquera y le acertaba a todos sus blancos, y Lana quien era una máquina de matar y hacía pensar dos veces a quienes querían enfrentarla.
En cuanto todos los tiradores estuvieron muertos Lincoln se dio vuelta y fue a ayudar a Lori y a Luna, acabando con dos jinetes y buscando al que inicio la carga, el cual llego para enfrentarlo.
- ¡Nunca debiste intentar lastimar a mi familia!
- ¡Tu familia es una creación del pecado y de la lujuria maldito incestuoso!
Los dos chocaron sus espadas y se mantuvieron parejos en cuanto a su capacidad de pelea. Ambos querían dar el golpe final pero ninguno lograba conseguirlo, uno tras otro estos se dieron y poco a poco aquel oficial lograba la ventaja a causa de la pérdida de sangre producto del disparo que Lincoln había recibido.
- Los dioses me sonríen este día.
- Eso es lo que piensas – dijo Lincoln para hacerle después un corte en el cuello al caballo.
Este se vino abajo dejando atrapado al oficial quien estaba aplastado por el peso del animal.
- El rey te derrotara.
- No. Yo lo hare – y con una estocada rápida termino con la vida de su enemigo.
La batalla termino ahí mismo. El balance oficial fue de doce soldados muertos y unos diez heridos. Además de que la casa rodante estaba quemada.
- ¡¿Lincoln estas bien?! – dijo Lisa mientras intentaba curar a su hermano.
- Estoy bien Lisa. Esto no es más que un rasguño.
- Tonterías. Puedes sufrir una infección muy seria por eso.
- Tranquila. Atiende a nuestros hombres, ellos te necesitan más.
- Está bien. Pero después me encargare de ver esa herida – dijo tras vendársela únicamente.
Sus hermanas - esposas estaban con sus hijos por lo que este fue con Toby y Rochelle, tras ver que estaba todo bien con ellos y felicitar a su hijo por su valor. Pronto, llegaron más soldados pero por suerte estos usaban la armadura anaranjada de su ejército, los cuales estaban ahí para comunicarles malas noticias. Los grupos de comerciantes habían sido atacados por los hombres del Rey Louis y habían masacrado a decenas de inocentes.
Al oír aquello las Loud querían volver, pero Lincoln dio la orden de que subieran a los heridos a caballos y que llevaran a los muertos a Ciudad Real. Esa ciudad podría protegerse muy bien, pero el pueblo donde su abuelo, madre y hermana vivían era otro asunto. Por lo que partieron con rumbo a ese lugar.
Lejos y entre los restos de una caravana estaba un hombre alto, con una espesa barba castaña y un cabello largo del mismo color, el cual tenía puesta una armadura roja y plateada con el grabado de un águila en el pecho, la cual estaba cubierta de sangre.
Este avanzaba con una espada ensangrentada mientras que a su alrededor se observaban los restos de una matanza, sus hombres mataban a los heridos y a los pobres que no pudieron escapar a tiempo.
- ¿Qué fue lo que te hicimos? – dijo un hombre que estaba sentado contra una carreta volteada y que estaba con una herida de lanza.
- Nada. Pero cometiste el error de vivir en la ciudad de un rey pecador que tomo como esposas a sus hermanas.
- Esa fue decisión suya. No tenemos nada que ver con eso.
- En realidad sí. Al quedarte en esa ciudad hicieron de la vista gorda y pecaste con omisión. Lamento que este haya sido el resultado, pero debiste irte de Ciudad Real hace mucho.
- El rey se vengara por esto - dijo el comerciante de forma desafiante.
- Cuento con ello – dijo para luego clavarle su espada.
- Majestad. Emboscaron al Rey Lincoln pero escapo tras vencer a nuestros hombres.
No importa. Así tendré el gusto de acabar con su vida de forma personal.
Y así llegamos al final de este capítulo. Espero que les haya gustado y que se hayan entretenido mucho con él.
En esta oportunidad hemos podido ver como las cosas ahora si se han salido de control y por poco se saldan con la familia Loud. En los próximos capítulos veremos cómo es que esta guerra no declarada se va extendiendo y cuáles serán sus consecuencias.
Ahora pasemos a los saludos.
Montana Hatsune: Me alegra que te gustara el inicio de esta historia. Con respecto al contexto arquitectónico de Ciudad Real, sí, me base bastante en "Desembarco del Rey". Sobre Lincoln en batalla, hay que admitirlo, de no ser por eso jamas se hubiera podido casar con sus hermanas. Esa participación y esa muestra de valor le compraron muchos puntos. No me base en La batalla de Aguasnegras, si no en Es Sitio de Valencia, una de las batallas del CID.
Con respecto a su unión matrimonial con sus hermanas y el nacimiento de sus hijos, era obvio que no serían bien vistas por cristianos y helenistas. Cosa que aquí tome un poco nuevamente. Por cierto muy buena referencia.
Espero te haya gustado la aparición de Alexander y espero haberlo puesto de una forma adecuada, no trabajo con el mismo desde hace ya un buen tiempo.
Andres: Espero que este capítulo te haya atrapado más y que te haya gustado. Muchas gracias por estar en este fic también.
Luis Carlos: Gracias. Crear mundos no es fácil pero a la larga es divertido si sabes poner límites. La idea en si de un Lincoln siendo un rey y teniendo múltiples hijos con sus hermanas no es nueva, la diferencia es que intente darle un contexto más cerca de la realidad y por eso no hay muchas cosas de fantasía aquí.
Por otra parte, espero que las aclaraciones que di al inicio sirvieran para responder tus preguntas, pero si tienes una que otra duda, no dudes en dejármela.
: Imposible rechazar esas historias basadas en el concepto de Canción de Hielo y Fuego, y más si tienen relación con The Loud House. Cosa que admito es difícil de trabajar. Me alegra que te haya gustado el inicio.
Con respecto a tus dudas, espero que la explicación que di fuera de ayuda para explicar el contexto en el que se encuentra este mundo.
Con respecto a la actitud de Lincoln. Pues sí, este no es el que nosotros conocemos en la serie, es buena gente y todo, pero digamos que ha cambiado y su misma madre lo ha podido ver. Con respecto a los otros hijos que dejo, esto lo puse porque siempre me gustaron los fanarts de los hijos de Lincoln fuera del grupo familiar, muchos son divertidos.
Con respecto al trauma a Loan, la verdad es que no lo pensé mucho, pero imagine que esa causa sería suficiente para generar que Lori se comportara de esa forma y causara más daños que beneficios en su hija.
Espero te haya gustado este capítulo.
Ya llegados aquí. Les agradezco su compañía en otro capítulo y espero tenerlos en el siguiente.
Nos vemos.
