¡Hola! Feliz semana gente bonita del FF, estoy de vuelta y esta vez estoy tomándomelo todo con calma, sin apresurarme, y espero que eso se note en esta nueva historia y hablando de la historia, les pido mil disculpas, porque al subir el capitulo pasado no me di cuenta de que FF hizo lo que le dio su gana y me cambio varias palabras… perdoooon.

Como siempre nos vemos abajo, al final de este cap.

Gracias infinitas a quienes le han dado una oportunidad a esta nueva historia, los amo.

Ni Ranma ½ ni Los juegos del hambre me pertenecen.

Sin más por el momento, espero que disfruten.

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2. El tren

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Ranma

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No pasa mucho tiempo hasta que la puerta de la elegante habitación en el palacio de justicia en la que me han metido se abre, son mi madre y mi hermana que corren a abrazarme apretándome con sus delgados brazos.

Ranko no ha parado de llorar desde que Hinako dijo mi nombre lo sé porque es imposible no notar sus ojos hinchados y su carita enrojecida de tanto sollozar. No sé qué decirle para hacerla sentir mejor, no hay nada que yo pueda hacer porque he tomado una decisión.

El hecho de que yo no volveré es un tema que me reservo sólo para mí.

- ¡Promételo Ranma! – dice mi hermanita con desesperación - ¡promete que ganaras y que volverás!

- ¿Aunque eso signifique que Akane muera? – suelto sin pensar porque me parece egoísta lo que Ranko está pidiéndome, después de todo si no fuera por ella, sería otra la historia, yo y mi hermanita habríamos sido los tributos este año, y aunque en teoría el hecho de que yo no regresaría con vida no cambia, no puedo más que sentirme en deuda, una inmensa deuda con la hija del panadero.

- Yo… lo siento Ranma, lo siento no pensé en eso, en lo que Akane hizo, solo he pensado en ti…

Los enormes ojos de Ranko dándose cuenta de la magnitud de mis palabras me hacen callar, soy un idiota que no piensa en lo que dice, la abrazo con fuerza pidiéndole disculpas, inundándome de su dulce aroma porque no volveré a impregnarme en él, ni podré volver a sentir la calidez de su abrazo nuevamente.

-Escúchenme bien - digo un poco más calmado – mamá tendrás que ser valiente e ir al quemador de ahora en adelante para vender tus plantas medicinales (Ukyo seguirá surtiéndotelas) y los quesos de Ranko. No debes temer – digo al ver los ojos aterrados de mi madre – es gente buena, aunque no por eso debes ser confiada, Ukyo te enseñara a que puestos ir, con que gente hablar. Peque, debes ser fuerte, nada de lágrimas, te prometo que intentare ganar, – digo mordiéndome la lengua por la mentira, pero sé que es lo único que logrará calmarla.

-El tiempo ha terminado.

Dice secamente un agente de la paz en el mismo instante en el que ha entrado, alejando a mi hermana y a mi madre de mí, siento que las manos me pican por romperle la cara, pero eso solo les acarrearía problemas a ellas y ahora yo no estaré para protegerlas, así que solo aprieto los puños clavándome las uñas en las palmas de las manos.

La soledad me golpea, porque me estoy dando cuenta de lo que esto significa, son las últimas palabras que les he dicho y son las últimas palabras que me dicen ellas a mí, porque no volveré a verlas, ni a escucharlas, porque de ahora en adelante me he quedado solo, con un solo objetivo en mente.

La puerta vuelve a abrirse y Ukyo entra por ella y al igual que mi hermana y mi madre, ella también me abraza, siento su cuerpo vibrar y sé entonces que también esta llorando, aunque mucho más disimuladamente que Ranko.

-Tienes que volver – me dice sin soltarme de su abrazo, con la voz amortiguada por mi hombro izquierdo, – sabes cazar – me mira a los ojos, soltándome por fin y alejándose unos pasos, - eres fuerte y ágil, no será muy diferente de lo que hacemos en el bosque, solo no lo pienses demasiado, estoy segura de que puedes ganar y así podrás regresar a mí.

-Ukyo…

-No digas nada, no me importa si no estas dispuesto a casarte conmigo solo por la promesa de unos viejos, lo único que necesito es que vuelvas a casa, con vida. Solo concéntrate en ganar, dales lo que quieren, un buen show y no te preocupes por tu familia, yo les ayudare en todo lo que pueda, lo sabes.

Estas ultimas palabras que me ha dicho me sacuden, Ukyo podrá tener defectos igual que todos, pero definitivamente es mi mejor amiga, la quiero y me duele en el alma saber que ya nunca más la veré, así que sin más yo también la abrazo, y ya no me importa si mal interpreta mis intenciones porque, aunque sea por esta vez, seré yo quien la envuelva entre mis brazos.

-Quiero pedirte un favor más – le digo sin soltarla de mi abrazo, apoyando la barbilla en su hombro.

-Lo que quieras, - dice con la voz ahogada.

-Sé que será un poco difícil, pero si intuyes que estoy próximo a…morir en la arena, - la siento tensarse en mis brazos, - no la dejes verlo… a Ranko.

Hace el intento por separarse de mí poniendo sus manos en mi pecho empujándome, intenta apartarse y reclamarme por lo que le acabo de decir, me conoce bastante bien y si le he dicho esto ella definitivamente sabe porque, por fin la suelto y ella me mira con un atisbo de reproche y de indudable tristeza, acaricia mi mejilla y el borde de la quijada con ternura, tomándose su tiempo y me besa en la comisura de los labios dejando un sabor salino por las lágrimas que ha derramado, y yo se lo permito, porque no habrá una próxima vez.

-Lo imagine – dice apartándose y siento la ausencia del calor que me envolvía unos segundos atrás, no oculta el dolor en sus palabras ni en su rostro. Su actitud ha cambiado, ahora se retira de mí, y la siento alejarse cada vez más con cada palabra que sale de sus labios, – pero eres egoísta, estas dispuesto a sacrificarte por alguien que ni siquiera te ha mirado una sola vez como tú lo haces con ella, por alguien que no sabes si lo merece, alguien que no tiene ni idea de lo que es vivir como nosotros. Estas dispuesto a dejar a su suerte a tu hermana y a tu madre por ella.

Mí silencio es suficiente respuesta para ella, pero es que no lo entiende, no sabe el vínculo que me une a Akane.

Y así como entro se fue sin esperar a que hiciera el intento por decirle algo más, sin esperar a que el agente de la paz viniera por ella.

No estoy seguro de que esperaba de Ukyo, era lógico que no estaría feliz, era lógico que iba a molestarse conmigo, porque conozco sus sentimientos, me lo dijo hace poco más de un año, y supongo que ella guardaba la esperanza de que yo le correspondiera, pero al igual que hoy, ese día ella también supo interpretar mi silencio, me conoce tan bien que sabía que he observado a la hija del panadero por años, supo sumar dos más dos y se dio cuenta antes que yo, de que estaba enamorado de Akane. Ya me lo había dicho en forma de burla muchas veces antes, y yo solía decirle que estaba equivocada, cosa que la hacía alegrarse, aunque en mi interior sabía que ella tenía razón, que yo estaba perdido por la chica del cabello azul.

Sus palabras me han dolido y estoy un poco en shock, es por eso que ver que alguien más a entrado a la habitación y yo no me he percatado casi me causa un infarto.

Es el panadero, Soun Tendo, no se acerca mucho a mí, pero no deja de verme con determinación y algo de pena… creo, no se identificar muy bien los sentimientos de las personas que no son cercanas a mí.}

-Muchacho, - dice quedándose callado unos segundos antes de continuar - yo conocí a tu padre, lo respetaba y tú te pareces mucho a él, fue un buen hombre, - dice acercándose a mí y poniéndome una de sus fuertes y callosas manos sobre mi hombro, dándome incluso un pequeño apretón -, era amigo de mi difunta esposa, - eso me sorprende porque no tenía ni idea. – Yo sé porque mi hija hizo lo que hizo, - se aparta de mi dándome la espalda unos segundos antes de darse la vuelta y continuar hablando – y la entiendo, pero no estoy preparado para perderla – me dice con intensidad y se lo que está pidiéndome sin que lo haya dicho.

-Ella volverá – le digo sin un atisbo de duda en mis palabras, mirándolo a los ojos – daré mi vida a cambio si es necesario.

-Par de muchachos estúpidos – dice por fin con una voz que se mezcla entre un jadeo y un resoplido – lo sé muchacho, sé que lo harás por qué me doy cuenta de más cosas de las que la gente piensa. - Y entonces lo sé, sé que él sabe lo que siento por su hija, y no puedo evitar enrojecer -nunca te avergüences de tus sentimientos – me dice con intensidad, - pero ten en cuenta, que ella es complicada, si intentas entenderla te carcomerás los sesos muchacho, no me malinterpretes, es una niña buena, es mi hija y la amo con mi vida. Solo, confía en ella por qué es mucho más capaz de lo que piensas, no pienses que le eres tan indiferente como piensas, por qué lo que hizo lo hizo por…

El agente de la paz que acaba de entrar no lo deja terminar de hablar, sin mediar ninguna palabra más, el panadero se despide de mí, dejándome más confundido de lo que ya estaba.

Me pregunto cómo estará ella después de lo que me ha dicho su padre, la incertidumbre de saber por qué lo hizo me pica cada vez más, y mi vanidad me dice que probablemente lo haya hecho por mí, pero desecho esa idea de inmediato por qué simplemente es absurda e imposible.

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Caminamos lado a lado. Nos han sacado por una puerta trasera del edificio de justicia, me imagino que para evitar a la muchedumbre que consigo ver entre las cámaras de los reporteros y que sigue de pie en la plaza casi en un completo silencio, no se han marchado, siguen ahí de pie observándonos a la distancia, cosa rara, porque en otras cosechas después de que se llevan a los tributos, para que se despidan de sus familias, la multitud se dispersa, aliviados de no ser ellos, aliviados de que no sean sus hijos.

El recuerdo de la señal que nos hicieron durante la cosecha me inunda de orgullo, estoy consciente de mi inminente muerte, pero si de algo estoy seguro es que será luchando, le daré a la gente el mismo respeto que me han demostrado hoy, le demostrare a todo Panem que el doce es más que minas y carbón, mi distrito es miserable en muchos sentidos, pero hoy me han hecho sentir dichoso, a su manera se han parado delante del Capitolio y le han dicho, nos has matado de hambre, nos has arrebatado a nuestros niños, nos has sometido a golpes y nos has intimidado con tu violencia, pero hoy no haremos lo que demandas de nosotros, hoy no demostraremos felicidad, no celebraremos el sacrificio de otros dos jóvenes de nuestro distrito, les infundiremos aliento a nuestros tributos de la única manera en que podemos hacerlo, con nuestro silencio y nuestra presencia hasta el último momento.

Nunca se había visto algo así en el distrito 12, lo sé a pesar de mi corta vida, y también sé, que no ha sido por mí, ha sido por ella, porque se que ofrecerse como tributo no ha sido para arrebatarle la gloria a mi hermana como dijo Hinako, desconozco sus motivos, pero es innegable, lo siento en mi interior, fue por algo mucho más noble y digno de recordar y yo descubriré el motivo antes de morir.

Su mano roza accidentalmente la mía, y eso llama mi atención, inclino mi cabeza solo un poco y la observo de reojo, esta llorando, lagrimas saladas se deslizan libremente por sus mejillas, ni siquiera se ha molestado en limpiarlas, pero su rostro no refleja tristeza sino furia, sus ojos resplandecen por las lagrimas y centellean de ira, no se que rayos pasa por su cabeza y la duda me ataca sin piedad, ¿y si lo hizo en realidad por lo que dijo Hinako? ¿Y si ella en verdad quiere riqueza y gloria? ¿Y si…? no, eso no es posible, porque yo se quien es Akane Tendo, es una chica amable, centrada, tierna, valiente, graciosa, que regala una dulce sonrisa aun al más asqueroso ser del distrito, porque es buena, tantos años de observarla a la distancia lo atestiguan.

No, Akane sería incapaz de hacerlo por motivos tan mezquinos.

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Nunca he subido al tren, porque como casi todo aquí a excepción de morirte de hambre esta estrictamente prohibido a menos que seas un agente de la paz. Es aún más lujoso que el palacio de justicia, acabados de maderas finas, mobiliario de cristal y acero, recubierto de terciopelo, incrustaciones de oro y me atrevería a decir que, de joyas preciosas, tecnología de punta en cada habitación con la que solo soñaríamos en el distrito, claro si esas cosas fueran de alguna utilidad, antes de preocuparnos por llenar el estómago.

Tanta opulencia me causa nauseas, tanto despilfarro en vanidades me causa indignación, pero no hay nada que pueda hacer, sé que mi entrecejo esta fuertemente apretado, me dan ganas de destrozar este vagón.

-Siéntanse con la confianza de comer todo lo que quieran, - dice Hinako con su voz chillona y una mirada de condescendencia.

Es ahí cuando por fin veo de lo que habla, nos ha dirigido al vagón comedor, donde hay varias mesas de distintos tamaños con lo que parece cientos de platos distintos de comida, un banquete con platillos que jamás he visto, fuentes a reventar que parecen mentira, jarras de cristal con líquidos de colores y una especie de cesta de delicado tejido a rebosar de finos panes diminutos, estoy seguro que de un bocado puedo comerme al menos unos tres o cuatro.

Sentados a la mesa no puedo dejar de observar discretamente a Akane, ve todo con una mirada de asombro, como si ella también estuviera tan hambrienta como yo, de no saber que es la hija de un comerciante y que seguramente no ha pasado hambre ni un solo día de su vida, creería que es alguien de la veta al igual que yo.

-Es un soplo de aire fresco ver que ustedes si saben comer con educación, usando los cubiertos – dice nuestra escolta con alivio y mirándonos con aprobación - los tributos del año pasado usaban las manos como animales, me causaron nauseas, - finaliza haciendo gestos de disgusto como si nada.

Tofu solo la observa con desagrado mientras da un trago más a la botella de lo que sea que está bebiendo, pero por el olor no es algo ligero, huele peor que l que bebe Cray el jefe de los guardias de la paz, un tipo asqueroso y alcohólico que no hace más que mirar con lascivia a las jóvenes desnutridas de la veta que no tienen más opción que venderse para poder comer.

El sonido de los cubiertos cayendo estrepitosamente en la mesa hace que todos observemos a Akane, ella ha sido quien soltó la cuchara con la que comía su sopa refinadamente, tiene esa determinación y una chispa divertida en su mirada que me hace sentir mariposas en el estómago, unas mariposas macho, vigorosas y agresivas, muy de hombre diría yo.

Así que sin más ella toma el plato de sopa con las manos y empieza a beber directamente, luego toma un pan y se lo come entero masticando con la boca abierta, sin dejar de mirar a Hinako ni un momento, para después seguir comiendo con las manos una pierna de pavo, ensuciándose la cara en el proceso, y limpiándose con el mantel.

¿Se puede amar más a esta chica?, pienso ya sin recato alguno, porque he decidido dejar de negármelo.

La imito dejando a un lado los cubiertos y comiendo con las manos como un salvaje, zampándome todo lo que tengo a mi alcance con una sonrisa.

-No comas demasiado o te sentirás enferma – le digo a Akane en un susurro, porque la veo comer sin ningún reparo, porque es muy delgada y creo que, aunque sea de la parte privilegiada del distrito no está acostumbrada a comer estas cosas al igual que yo.

Ella me mira y asiente con una pequeña sonrisa – tienes razón, supongo que me he emocionado un poco con tanta comida deliciosa – y mientras habla su rostro se empieza a ver un poco verde, - creo que he comido demasiado, pero es que todo se ve tan delicioso y tenía tanta hambre que no conseguí ser prudente, - me mira risueña a pesar del color verdoso de su rostro.

Es la primera vez que le hablo sin sentir que me tiembla la voz, y mi corazón se descontrola un poco, los nervios me inundan y después de eso ya no digo nada más, no porque no quiera sino porque siento como si mi lengua fuera de plomo, soy incapaz de hablar, aunque quiero decirle tantas cosas, preguntarle muchas más, pero no sé cómo hacer para que mi boca responda a la orden que mi cerebro le grita y eso me molesta, odio esta parte de mí que no sabe cómo relacionarse con los demás.

Me observa con curiosidad, como esperando que le diga algo más y después de unos minutos resopla y, sin esperar más y haciendo gala de unos pésimos modales como dice la del cabello rosado, se levanta de la mesa y le exige que le muestre donde puede descasar.

-Vaya chica ¿no? – dice un muy borracho Tofu viéndome divertido – y tú estás loco por ella – no es una pregunta, es una afirmación, - deberías de aprovechar tus últimos días de vida y conquistarla, llevártela a la cama y gozarlo – su estruendosa risa resuena por el vagón, como si fuera algo gracioso, desternillándose como un idiota, como si yo fuera a permitir que siga hablando así de ella.

Así que solo puedo hacer una cosa después de lo que ha dicho, unos minutos después me marcho buscando a Hinako para que me diga donde dormiré dejando atrás a mi mentor con la nariz sangrante y carcajeándose como si le hubiera dicho algo muy gracioso él muy estúpido en lugar de haberle dado un puñetazo en la nariz. Me marcho y lo dejo con su miseria, batiéndose en su vomito y en ron, es un imbécil y decido que probablemente no me ayudara en nada para que Akane salga con vida de los juegos.

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Al día siguiente, me levanto aturdido, por unos segundos no sé dónde estoy y luego el peso de los acontecimientos me cae encima como una loza, estoy en el tren con rumbo al Capitolio, con rumbo a los juegos del hambre, con rumbo a mi inminente muerte.

Ella está sentada en el comedor hablando con toda confianza con nuestro mentor, estoy molesto, si ella supiera la de barbaridades que me dijo anoche no creo que estuviera tan sonriente, pero no soy un chismoso, a demás no creo ser capaz de hablar con ella más de dos frases sin verme como un tonto.

Se ha cambiado la ropa al igual que yo, se ha puesto un vestido verde bosque con un cinturón que acentúa su fina cintura y que le llega apenas por encima de las rodillas, se ve encantadora. Esta de espaldas a mí y no se ha dado cuenta de mi presencia aún, así que me dedico a observarla, nunca había estado tan cerca de ella por tanto tiempo, los dedos me pican porque no hay nada que me gustaría más que acariciar su cabello, de ese azul tan profundo que parece negro.

Ansioso camino a su lado antes de que el subconsciente me delate y termine acariciando su cabello y olfateándolo como un maldito acosador.

Después de hablar con nuestro mentor sobre estrategias en la arena o más bien dicho de sus burlas hacia nosotros, de sus miradas cómplices con Akane que me molestan profundamente (y casi me hacen volver a partirle la cara), luego de que nos hiciera pararnos quietos mientras nos escrutaba con su mirada y terminar diciendo que quizá teníamos una posibilidad por ser agradables a la vista, estar en forma y no ser unos críos, se ha marchado sin decirnos nada más mientras murmuraba para sí mismo. Llegamos al Capitolio, es colosal, pulcro, moderno y frío.

Lleno de gente estrafalaria e igual de ridícula que Hinako, me siento más lejos de casa nunca, extraño más a mi familia de lo que creí que lo haría.

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Me han separado de Akane, y me han llevado a una habitación llena de botellas, potes de cremas, espejos y todas esas cosas que usan los estilistas me han arrancado la ropa, y estoy tan sorprendido por la rapidez y eficiencia de mis estilistas, que no sé cómo les permití hacerlo, nunca había estado desnudo delante de nadie desde que tenía como 7 años y fue delante de mis padres, me alivia que para ellos al parecer no soy una persona desnuda delante de ellos, sino una especie de lienzo en blanco…o en sucio según sus palabras, los escucho decir frases de desagrado y lastima por el estado de mis manos, de mi cabello, de mi piel, bueno en general de mí, tooodo mi yo.

Luego de que me lavaran, rasparan, tallaran y untaran en múltiples ocasiones con menjurjes olorosos por todo el cuerpo por varias horas, y de que me negara en redondo a que cortaran mi cabello, ahora estoy en una habitación blanca, sin más mobiliario que una camilla metálica donde estoy sentado como vine al mundo, desnudo de pies a cabeza, con el cabello suelto descansando en mi espalda y causándome una terrible sensación de impotencia, sintiéndome completamente a merced de estas personas que sé que están ahí afuera, con sus miradas lascivas y sus manos lujuriosas, porque me han hecho sentirme sucio en muchos sentidos solo con mirarme.

Y no hablo del equipo de preparación que se ha encargado de dejarme la arrancarme tres capaz de piel, sino de otros que entraban de vez en cuando al lugar donde me estaban preparando, hombres y mujeres que ingresaban con el pretexto de supervisar y que no se inmutaban cuando los sorprendía observando mi cuerpo desnudo, al contrario me sonreían de una manera que me hacía hervir la sangre de indignación y más al imaginar que Akane estaba pasando por lo mismo que yo, que estas personas sin escrúpulos también la veían de la misma manera.

Pasados unos minutos ha entrado una mujer, no es tan estrafalaria como la mayoría lo son aquí, su piel es oscura y hermosa, su cabello es corto, rizado y rubio, tiene los labios pintados de un color granate muy oscuro y unas largas pestañas que le rosan las mejillas, aparte de eso no parece tan extravagante, camina sobre unos tacones bastante altos, enfundada en un sencillo y ajustado vestido negro.

Luego de hablar con ella y de decirme su nombre, Portia, me doy cuenta de que en realidad no es como los demás sin importar su apariencia, sus palabras me han hecho sentir confiado, sus ojos jamás me vieron como los otros, no me miro como a un trozo de carne sino como a una persona, como a un niño, me dijo que este era su primer año junto con su compañero y amigo Cinna que es el estilista de Akane, me dijo que ellos expresamente habían pedido nuestro distrito luego de ver la cosecha de este año y luego dijo que haría todo lo posible para que la gente no se olvidara de mí, para que se aprendieran mi nombre y para que obtuviera patrocinadores.

Estoy agradecido, no me ha vestido tan ridículo como creí que lo haría, es común que a nuestro distrito los vistan con trajes bastante grotescos que simulan el uniforme de los mineros, pero hoy ella me ha dicho que de las minas se obtiene el carbón y del carbón, fuego. No me ha dicho nada más por el momento a excepción de que estaremos deslumbrantes, mi compañera de distrito y yo, la verdad me ha hecho sentir un poco más tranquilo, si eso me ayuda a salvar a Akane.

Aunque aquí caminando al lado de ella, entre los carros, los caballos, estilistas de otros distritos y sus propios tributos, no puedo más que sentirme confundido, ¿cómo es que vamos a estar deslumbrantes con estos sencillos monos negros de cuerpo entero? Cuando todos a nuestro alrededor sí que están deslumbrantes, con sus trajes brillantes y extravagantes, en algunos casos con incrustaciones de piedras preciosas.

Akane me observa junto al carro que nos corresponde, el que tiene esos impresionantes caballos azabaches, a pesar de ir vestida igual que yo se ve extraordinaria, con un maquillaje ligero y el cabello atado en una alta coleta dejando su rostro al descubierto a excepción del flequillo que enmarca sus bellos ojos y cubre su frente.

Cinna su estilista está a su lado, y al igual que Portia, me provoca confianza, aunque no estoy seguro del porqué. Ambos me sonríen y eso ocasiona que yo también lo haga, es una situación absurda pero ya qué más da.

Nuestros estilistas nos han explicado de que va esto del mono negro, nos han enseñado donde esta el interruptor que iniciara las llamas del fuego falso.

Hemos subido a nuestro carro y sin que nadie nos lo diga nos hemos tomado de la mano, por fin me siento seguro sujetando su mano, sintiendo su calidez, su proximidad, su cuerpo rozando el mío y al voltear a verla, no puedo más que sonreír porque ella también lo ha hecho, porque a su lado, se que soy capaz de todo y entonces a la vez, iniciamos la chispa y nos prendemos en llamas.

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Continuara…

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¿Y qué tal les pareció? Sí ya se dieron cuenta ahora solo escribí la parte de la narración de Ranma, pero es que creo que, a partir de aquí, así será, iré alternando la narración entre los dos.

Una disculpa enorme por los errores ortográficos que se me hayan escapado.

Y ya casi para terminar gracias a:

Ranma84: Espero este capítulo te haya gustado, saluditos.

Lana Winter: Gracias espero te haya gustado este segundo cap. Saluditos.

Lucitachan: ¡Gracias hermosa! Te regreso tus emojis de ojitos de corazón super recargados con todo mi amorsss. Y que te digo, también este es uno de los fandoms que más me gustan que bueno que no soy la única loca, XD. Saludines.

SARITANIMELOVE: Hola chica, ¡gracias! Ojalá este capi te haya gustado, saluditos.

Kaysachan: ¡Holis bonis!, que gusto saber de ti, de una de mis escritoras favoritísimas de la vida, TQM, gracias por tus palabras me haces sentir espeshial, y sí, yo también ya extrañaba andar por estos rumbos, saludos enormes y un super abrazo bella.

P.D. Me saludas al team ;)

Sin más por el momento me despido, bye, bye.