Hola Gente Hermosa de GoT!Vi con alegría que algunos me dieron un visto bueno para continuar con esta idea. Sin embargo, me puse un poco nerviosa al ver que quizás tengan una expectativa algo alta para esta historia. No quiero decepcionarlos. Cómo sea, comencemos...
"Sansa Stark"
Despertar fue horrible. Su cuerpo se sentía pesado, húmedo en varios lugares y no podía evitar tener su estomago revuelto por las náuseas, el olor a enfermedad no ayudaba. Apenas logro abrir ligeramente los ojos. ¿Donde estoy? Supuso que estaba en la otra vida cuando las oraciones de alguien llamo su atención y la vio allí, sentada a su lado. Catelyn Tully Stark. Su madre. Su hermosa y perfecta madre se encontraba sentada y rezando a su lado.
—… Madre…
Al principio no podía decir nada, el nudo en su garganta y la resequedad del mismo evito que pudiera hablar de inmediato. Cuando por fin pudo llamar a la mujer a su lado, su voz salió rasposa y ronca pero logro su cometido. Catelyn no tardó en fijar su vista en ella. De inmediato me vi en vuelta en los abrazo de mí madre, sentir esa seguridad de hace tantos años la hizo sollozar y acompañar a su madre que se encontraba llorando y agradeciendo a los Dioses su recuperación. Después de estar entre lágrimas y sollozos se separaron, su madre de inmediato grupo por el maestre Lewin.
El maestre llego poco después para que nos separemos nuevamente y revisarme, tras decir que el peligro había pasado, y que solo necesitaba una noche de sueño reparador, procedió a darme leche de amapola. Volví a cerrar los ojos por el sueño que me consumía.
...
Me desperté en medio de la noche, más limpia y liviana que hace unas horas. Mire a un lado con un poco de sorpresa la no encontrar a mí madre pero supuse que al estar fuera de peligro ya no necesitaba cuidarme tanto. Con un poco de esfuerzo me levanté para observar mí antigua habitación, suspiré encantada al ver cosas que creí perdidas hace mucho tiempo. Mí mirada se volvió borrosa, otra ronda de lágrimas caían por mis ojos, tape mí boca para que mis sollozos y risa no salieran demasiado fuerte. Estaba tan feliz. Su madre esta viva, también su padre y sus hermanos. Arya no es una asesina. Bran es solo un bebé pero podrá caminar dentro de poco. Robb es solo un niño de siete años y muy vivo. ¡Rickon! su dulce y salvaje hermanito vendrá más tarde pero volverá a ella.
"Tenemos que protegerlos, nuestra familia"
Un furioso jadeo salió de sin poder contenerlo. Fueron varias voces que se mezclaron en esa oración, todas con distinta entonación pero el mismo fuerte sentimiento de protección. ¡Las otras Yo!. Casi se había olvidado de que no solo ella volvió, sino muchas más.
Sin ninguna manera de saber si me responderían, comence a hablar en mi mente— ¿Hola? ¿Están ahí?
Como respuesta llegaron varias risas burlonas y resoplidos, tambien creí escuchar murmullos de si era la adecuada para el trabajo. Gire los ojos molesta por estas últimas.
— Bien, ahora es momento de pensar en como avanzar desde aquí ¿Alguna sugerencia? Que ninguna involucre decir la verdad sobre nuestra situación. Un dolor de cabeza me asalto tan solo después de hacer esa pregunta, sabia que era mala idea tener a tantas yo en un solo lugar. Las sugerencias iban y venían, muchas con mucho merito, otras precipitadas o demasiado sospechoso.
"Conseguir información, reforzar los lazos con Robb, Jon y Arya, mostrar a padre mas madurez" Esas fueron las ideas que la mayoría estuvo de acuerdo, eso me incluye, sin embargo hubo una Sansa que tambien dio un punto de vista muy diferente.
No estaba segura de haber escuchado bien. ¿Que tenia de malo su Septa? Le había dolido ver su cabeza en una pica cuando el maldito bastardo de Joffrey la llevo a ver la cabeza de su padre.
— No entiendo. ¿Como sacar a Septa de nuestro alrededor nos ayudara en las cosas?
Pude escuchar a otras haciendo el mismo cuestionamiento.
"Necesitamos a nuestra hermana, Arya, de nuestro lado. Septa Mordane es una persona que interfiere con eso"
Las exclamaciones de varias fueron de entendimiento. Ella por supuesto también lo entendió. Cuando era niña, Septa la alababa demasiado, Arya solo recibía criticas y continuas comparaciones entre nuestras habilidades en cosas femeninas, siendo yo la que sobresalía. Fue una de las cosas que alejo a las dos como hermanas. Suspiró sabiendo que eso tendría que cambiar, si quería a Arya, tendría que ser menos una dama del Sur y más una mujer del Norte.
— Muy bien. ¿Todas estamos de acuerdo? Septa Mordane será quitada del juego. —tras varias discusiones con una que no querían seguir este plan, lograron convencerlas que era lo mejor— ¿Cómo lo hacemos? No podemos simplemente ir con Padre y exigirle menos clases con Septa. Madre no lo permitiría.
"Dejemos eso para otro día, alguien esta en la habitación"
Sorprendida parpadeó lentamente y levanto la mirada hacia la puerta. De inmediato me quedo atrapada en unos hermosos ojos grises, los cuales siempre se mostraban melancólicos.
— Jon...
...
Pasaron varios minutos en silencio. Jon me miraba como si lo hubieran sorprendido robando u haciendo algo malo. Le mandé una sonrisa suave y le hice unas señas para que se moviera más cerca y así poder hablar.
—Ven Jon, acércate.
Su rostro cambio con una rápida sonrisa, rápidamente se metió en la habitación y se sentó en la silla cerca de la cama. Por un momento me olvidé que él era solo un niño y no el hombre del que me enamoré. Muchas Sansa's no sabían si eso era algo bueno.
—¿Estás bien, Sansa? Lady Stark no me dejó venir a verte.
Por supuesto, madre esta tratando de que Jon y yo nos acerquemos, lo cual fue algo bueno antes ya que eso hizo más simple sentir amor por él, y no verlo como mí hermano.
—Ya estoy mejor, Jon, ¿Te quedarías conmigo? No quiero estar sola.
"Bien. Mantenlo cerca, que vea que lo necesitas a pesar de lo que diga madre. Él te quiere, no importa lo que digas o hagas."
A veces se preguntaba si estaba bien tener a unas Sansa's que se rebajaban a la manipulación de otras personas y su propia familia con bastante facilidad.
"Yo tuve pude encerrar un León en una jaula de lealtad solo a mí. Jugué con los sentimientos de la Reina Dragón por Jon y gané la independencia del Norte. Jon es mío y yo soy suyo, nada más importa. Jon, mí manada y el Norte son míos para proteger, y jugaré lo que haga falta."
Hice una mueca incomoda al escucharla decir eso. Todavía no creo estar preparada para jugar con mí familia, sin embargo, nadie más que yo podrá hacerlos sus peones en este juego. Es ganar o morir. Los Stark vivirán.
—Me quedaré un rato pero no creo que a Lady Stark le guste verme aquí.
A todas se le encogió el corazón al verlo tan dispuesto a cumplir su capricho apesar de estar asustado por lo que dirá su madre. Ella no va a permitir que su madre le reclamé nada a Jon. Ella alcanzó su mano y entrelazó sus dedos, el pobre de Jon la miro con una cara de absoluta sorpresa.
—No pasa nada, yo me ocuparé de madre —trato de tranquilizarlo con una sonrisa— Ahora cuéntame qué pasó en el tiempo que estuve enferma.
Después de esa pregunta Jon hablo tanto como nunca lo escucho en ninguna de sus vidas (según las otras Sansa's). Se enteró que él y Robb comenzaron sus entrenamientos con espadas, que Arya se cayó en el barro y que su madre no la dejo salir afuera un día entero, que Bran está balbuceando mucho. También se enteró que Padre los llevo a su primera ejecución y que cuando volvieron ella ya estaba en cama enferma. Jon también confesó que él se quedó en la puerta de su habitación hasta tarde para verla pero que su madre lo despedía sin importar nada de lo que decía. Sansa se sentía tan mal cuando el bajaba la cabeza cada que nombraba a su Lady Madre, también le dolió darse cuanta que tenía lágrimas apenas resistidas cuando le contó que ella le dijo que no quería a un bastardo cuidando de su hija. Ella, con el apoyo de todas, lo atrajo a un abrazó feroz, o tan feroz como podía conteste pequeño cuerpo.
—Te amo Jon —le susurro al oído— Siempre te quiero a mí lado no importa que.
Jon apenas le pudo devolver el abrazo cuando alguien abrió la puerta de su habitación y dejó escapar un grito indignado. Sansa no necesitaba ver quien entró al lugar y al sentir a Jon rígido entre sus brazos, él también sabía quien era.
—¡Suelta a mí hija en este momento sucio Bastardo!
Sansa nunca se sorprendió tanto.
