Harry era un buen auror, de eso no tenía duda. Siempre regresaba casi ileso de todas sus misiones, aún las más peligrosas dónde todos, menos él, salían con heridas de gravedad.
Por eso Kingsley siempre lo enviaba a esas misiones. Ahora se encontraba en una de esas misiones junto a Ron y otros aurores, perseguían a un grupo de mortífagos que estaban prófugos. Los habían encontrado hacía apenas unos días y ahora estaban vigilándolos.
De repente uno de ellos se dió cuenta de su presencia y no dudó en atacarlos, Harry y sus compañeros no dudaron en contraatacar, pero no era fácil, esos mortífagos sabían pelear.
Harry no pudo esquivar ni protegerse de uno de los hechizos que le provocó una gran cortada en el abdomen, pero aún así se defendía.
―Ahora que no tienes a tu guardaespaldas no eres tal valiente, eh Potter―dijo uno de ellos en forma de burla. Harry no sabía de que hablaban, pero no se iba a detener a preguntarles, podría hacerlo cuando los capturaran. ―¿Qué pasa Potter? ¿Acaso no sabías de tu guardaespaldas?
Tal vez la expresión confundida de Harry hizo que se diera cuenta de que no sabía de lo que le hablaban
―¿Crees que eres tan bueno como para nunca lastimarte?, De no ser por "ese" ya estarías muerto hace mucho.
Harry se sentía aún más confundido, pensaba que tal vez lo estaban diciendo a propósito para que se distrajera, entonces vió aquel rayo de luz verde pasar justo al lado suyo, dándole a uno de sus compañeros
―Avada Kedavra―No pudo reaccionar a tiempo, se lo merecía, no debió distraerse.
Pero en ese momento alguien se interpuso, solo pudo ver algo blanco rodearlo y ponerse enfrente de él para recibir la maldición, sintió como el peso caía sobre él y cuando volteó a ver quien era se sorprendió al ver a Draco, tenía unas alas saliendo de él que rodeaban a Harry, como protegiéndolo. Pero no podía articular ninguna palabra.
Sin saber el porqué comenzó a llorar, sintió un dolor desgarrador y sentía como su magia se sofocaba.
—Draco...—dijo con tristeza, el dolor era muy fuerte, las lágrimas no dejaban de salir. Vió como le lanzaban un hechizó y perdió el conocimiento, cinco días después, Harry despertó en San Mungo, tenía unas vendas que rodeaban su abdomen, ya no dolía mucho pero no podía moverse.
De repente entró Ron a la habitación y se sorprendió al verlo despierto.
―Amigo, pensé que tardarías más en despertar. Te hicieron una cortada muy profunda―. Harry solo sonrió a su amigo y él le devolvió el gesto, pero notaba que estaba preocupado por algo, quería preguntar el porqué, pero no podía. ―Hay un problema―comenzó a decir después de un silencio, ―interrogamos a los mortífagos, entre ellos el que te dijo sobre... alguien cubriéndote. Dijo que Malfoy había estado protegiéndote y curándote con su propia magia desde hace años.
―¿Qué...?―dijo Harry con voz muy bajita, puesto que no podía hablar bien.
―Interrogamos a Narcissa Malfoy y ella reveló que Malfoy era un veela, por eso siempre estaba protegiéndote durante la guerra y las misiones. Hasta hace unos días, cuando él se interpuso y fue asesinado en tu lugar.
Harry se sintió aterrado, ya sabía que Malfoy era un veela, pero no sabía que durante todos esos años, él... lo había protegido. Pero... eso significaba... que... se había sacrificado por él.
Pasó años alejando a Malfoy, y al final le había salvado varias veces.
Había escuchado sobre los veelas cuando Malfoy se le había declarado en quinto año.
Los veela amaban incondicionalmente a su pareja, los protegían de todo e incluso... arriesgaban sus propia vida por su pareja. La culpa comenzó a invadirlo, pero antes de que pudiera preguntar Ron soltó otra cosa:
―Hay otro problema, Narcissa Malfoy escapó de Azkaban hace dos días―Ron le pasó el periódico del Profeta.
"Narcissa Malfoy ha escapado de Azkaban"
