Varios años después a los terribles sucesos que atormentaron a la raza humana, un pequeño grupo decidió establecer una base en la tranquila aldea de Walschbronn, donde con la ayuda de varios cazadores que se asentaron ahí se dedicaron a proteger y cuidar en el anonimato a sus habitantes. Pero no siempre podían protegerles de los problemas

El caos reinaba en aquella oculta aldea cuando un grupo de aldeanos se reunían, asustados ese mismo día con el alcalde en su oficina con la intención de conseguir respuestas . Un par de días atrás, encontraron los cadáveres de varias personas en las cercanías del pueblo y establecieron un toque de queda con la intención de proteger a sus ciudadanos.

El poblado era humilde con casas construidas de madera y roca, mientras que los mas afortunados poseían incluso hasta la opción de tener un establo para caballos.

Hace un tiempo les llegó noticias de que en el poblado que tenían mas cercano a unos veinte kilómetros bosque mas adentro, habían desaparecido jóvenes y otros cadáveres habían sido encontrados con marcas en el cuello. A partir de ese momento comenzaron a llegar noticias sobre seres de la noche que se alimentaban de los mas jóvenes del poblado.

No se preocupaban dado que estando perdidos en el bosque se sentían al principio seguros... hasta que encontraron la primera victima.

―¡¡ESTO ES UNA COMPLETA LOCURA!! ―Una mujer rubia se escuchaba por encima del bullicio que producían los gritos de las personas ahí reunidas― ¿COMO SE SUPONE QUE VA A ESTAR SUCEDIENDO OTRA VEZ ESO?¡QUE VA A PASAR CON MI HIJA! ¡¿ACASO TAMBIEN ESTA CONDENADA QUE LE MATEN COMO UN ANIMAL?!

―Madre por favor, tranquilícese...

Un joven se aproximó hacia la mujer y le puso las manos en la espalda con la intención de tranquilizarla un poco. El alcalde del poblado intentaba llamar a la tranquilidad a la gente, pero no lograba conseguirlo mientras que la mujer del alcalde se encontraba consolando a la familia de la persona encontrada fallecida.

Una adolescente entró al sitio de reunión y nada mas hacerlo todos se giraron a mirarle; el mas serio fue el mismo alcalde, quien le miró completamente enfadado.

―¿Donde estabas metida? ― se levantó de su asiento y se dirigió muy enfadado a la chica― sabes perfectamente del toque de queda Daliah, ¿Que hacías sola ahí fuera?

―Me encontré un hombre que acababa de llegar cuando salía de la casa de Tia Jacky.

El hombre se llevó una mano a la cabeza y mientras tanto ya cansado de los gritos de la otra mujer y del resto de vecinos no pudo mas y dio un grito.

―SE ACABÓ ― los miembros del poblado que se habían reunido ahí se quedaron en silencio y le miraron fijamente; centró su mirada en la mujer mas escandalosa―Señora Summers, no tiene porque preocuparse por su hija... tanto ella como los demás jóvenes del poblado estarán a salvo, eso tiene que tenerlo muy en claro.

―No me importan los demás jóvenes, yo quiero que mi hija se encuentre a salvo... ¿Me entiende?

La adolescente enfadada se acercó hasta el joven rubio que estaba junto a su madre y después miró muy enfadada a esta.

―¿¡Y SU HIJO Y LOS DEMAS NO TENEMOS DERECHO A VIVIR O QUE DESGRACIADA?!

La mujer le miró ofendida y muchísimo mas furiosa

―¡¿QUE TE CREES MOCOSA?!

―Daliah... no ― El rubio miró apenado a la chica.

―No Nath, no me sale de las narices dejarlo estar...― se puso en frente de la madre del chico― ¿ACASO PIENSA QUE LA UNICA QUE MERECE LA PENA VIVIR ES LA MAL CRIADA DE SU HIJA? Llámeme loca, pero lo normal seria que quisiera mas vivo a su hijo, dado que la otra no da palo al agua.

La mujer completamente hecha una fiera levantó la mano para ir a darle una bofetada a la joven, cuando el alcalde se puso entre medio de la mujer y su hija.

―¡Daliah! Luego hablaremos en casa tu y yo... ― miró a la mujer esta vez serio― Metase en corregir a sus hijos si quiere, pero en los míos me ocupo yo. ¿queda claro?.

El joven rubio agachó la cabeza y la chica se acercó hasta el poniéndole un brazo en la espalda intentando animarlo un poco, por su parte la madre de este mirada indignada al alcalde bajo la atenta mirada del resto de poblado.

―¿Me esta diciendo que va a dejar pasar esta deshonra a mi persona delante de la mayoría de los vecinos?

― No lo veo como tal, ya todos los del poblado conocen la personalidad de mi hija, señora Summers...―La madre de la adolescente se aproximó en cuanto vio las intenciones de la rubia y se colocó junto a su marido.

―Señora Lavigne eso se debe a la pésima educación que le dieron, y no pienso dejar que mi hija sufra por su culpa.

La castaña mayor dio un paso hacia delante pero un joven que se encontraba junto a ella le detuvo. Nathaniel al ver como se volvía a tensar el ambiente decidió ponerse junto a su madre para intentar arreglar lo que habia hecho y de esta forma , marcharse con su madre antes de que pasara algo mas grabe

―Lo.. que mi madre intenta decir es, que esta demasiado preocupada como para lograr tranquilizarse, no se lo tomen en cuenta por favor.

―Nath, deberías dejas de proteger a tus padres― Daliah se acercó a este y le empezó a susurrar en el oído― ..toda la aldea sabe como es, si no les han desterrado es porque no quieren poneros en peligro a ti y Amber.

La madre del joven miró a su hijo y después a la mujer castaña que estaba frente ella.

―Jillian Lavigne ... digna mujer de su marido, no sabe cuando debe hablar ni las formas ... ¿ves? Nathaniel si sabe como comportarse de forma respetuosa...vayámonos hijo, veremos que cara pone tu padre cuando se entere de esto

Una de las mujeres que se encontraban mas cerca de la puerta, se apartó para dejar pasar a la señora Summers. En Walschbronn esa familia era muy conocida, al igual que en el resto de aldeas mas cercanas dado que eran los comerciantes mas prospero.

Cierto era que se podría considerar como los mas poderosos, pero de igual forma eran los mas ― decir odiados seria decir mucho― molestos; se sabia de hacia tiempo que el hijo varón de la familia era el encargado siempre de procurar dejar a los padres en buen asunto, dado que sus progenitores tenían un carácter demasiado molesto.

Un día su mejor amiga Daliah descubrió que el padre le usaba de foco para sacar su frustración y al comentárselo al Líder del poblado ― que era su padre― la tensión con esa familia se aumentó , ya que era una idea que desaprobaban todos en la aldea... para desgracia de Nathaniel se descubrió cuando apareció el primer cadáver, por lo que no pudo el alcalde Lavigne hacer nada para evitarlo... por el momento.

En el momento que la Señora Summers y su hijo iban a salir del edificio, un hombre con gabardina negra y sombrero negro entró al interior del edificio, ―quedando en medio del camino― Este de forma respetuosa al ver que querían salir, se levantó el sombrero un poco en señal de respeto y después se fijó en el joven que salia junto a su madre.

Una vez que se marcharon los Summers, varias familias se despidieron de su alcalde y poco a poco se fueron retirando, la reunión habia comenzado a medio día y las mujeres iban a regresar a sus casas para comenzar sus labores del hogar; confiaban plenamente en su alcalde, y si decían que no tendrían que preocuparse mas que seguir el toque de queda para seguir a salvo, lo seguirían a rajatabla ― puesto que desde el momento que habían comenzado con una hora a partir de la que no podían salir, no habia vuelto a suceder ninguna desaparición mas― y Debian aprovechar las horas de sol de las que poseían, daban gracias de que su pueblo se encontraba aunque en medio de un bosque, estaban ubicados en un enorme claro.

La joven miró a su padre y después señaló al hombre que acababa de entrar.

―Papá, este es el hombre que te decía antes.

―Supongo que usted es Christopher Lavigne ... es un placer ― el desconocido extendió la mano hacia el padre de la adolescente bajo la atenta mirada de la esposa y el otro hijo de estos.

―¿Nos conocemos?

El hombre de la gabardina sonrió mientras se quitaba el sombrero y dejaba su cara al descubierto, dejando al aire una cabellera pelirroja y una sonrisa amplia

―Tan solo han pasado un par de años desde que dejó de tener contacto con mi maestro y yo salí de esta aldea... aunque si es verdad que no es que habláramos tampoco mucho.

La morena miró al recién llegado y se quedó pensativa un rato.

― Disculpame, pero con las cosas que han pasado ahora mismo no caigo.

― No importa..― sonrió― mi maestro me ha mandado para que os ayude con el problema que tenéis con los vampiros.

La adolescente se acercó a su madre y miró al extraño.

― Cuando salí de casa de Tia Jacky, llegó este hombre y entró tranquilamente a su casa... quizás se conozcan.

Jill miró a su hija y después al hombre de ojos verdes.

― Puede ser, quien sabe...

― ¿Voy a preguntar a la Tia Jacky?

― No te preocupes Tyler, si tu tia lo conoce no creo que tarde en informarnos.

Mientras le empezaba a explicar la situación Chris al hombre, la puerta se abrió de golpe dejando entrar a un niño de a penas 6 años al interior de la estancia y dirigirse corriendo hacia donde se encontraba el hombre pelirrojo; Jill fue a atraparlo antes de que llegara hasta el hombre pero este ya lo habia cogido en brazos mientras sonreía, dejando sorprendidos a Jill y Chris.

―Ian no M... ― apenas pudo terminar de hablar la mujer dado que el niño gritaba feliz.

―¡Tioo! ¡¡Mamá no me dijo que venias!!

Chris miró confundido a el pequeño y después al pelirrojo, pero antes de que pudieran llegar a decir nada ninguno, una joven rubia de pelo largo y estatura media llegó al edificio también y saludó a Chris y Jill.

― Espero que mi hermano no os halla interrumpido la reunión tia Jill...

―¿Emily? ...― Chris miró a su sobrina sorprendido.

― Cuando llegó a casa Ian y escuchó decir a mi madre que habia llegado el Tio Ryan, salió disparado y hasta que pude atraparlo... ― la niña se acercó hasta su hermano en brazos del hombre de ojos verdes y le dio una colleja― Maldita sea, casi nos das un susto a mama y a mi, idiota.

―Y mas con lo que corre el enano...― Daliah miró a la chica rubia y después al hermano pequeño de esta― Os llevasteis el lado deportista de la familia, porque ni yo ni mi hermano somos capaces de correr tanto.

La rubia se encogió de hombros y sonrió mirando a Tyler.

― la culpa es de Tio chris, os pasó el lado pesado de los Lavigne ― Ambas primas comenzaron a reír bajo la mirada de Jill quien le estaba costando mantenerse seria.

El niño de pelos cobrizos reía mientras el hombre pelirrojo comenzaba a ponerle el sombrero que tiempo antes habia tenido colocado sobre la cabeza, encima de la pequeñita del chico. El mayor Lavigne observó al hombre y entonces abrió los ojos como platos.

―Espera, ¿Ryan Coleman?

El pelirrojo asintió mientras sonreía.

―Si, el que se fue con Barry... estuve un año con el y después me fui con un cazador de Criaturas llamado Van Helsing.

Como si de un flasazo se tratara Chris entendió enseguida lo que habia ocurrido, por lo que hizo un gesto a Daliah y le hizo salir de la habitación junto a sus primos y su hermano.

Torció el gesto y se cruzó de brazos mientra miraba hacia la puerta de donde habían estado antes metidos.

― ¿A que demonios acaba de venir esto? ― dijo visiblemente molesta.

― Es obvio, no quieren que sepamos que es lo que ocurre. Seguro que es algo peligroso.

― Tyler, ¿no piensas que dejándonos así de repente en la calle es mas peligroso dado las cosas que están pasando?

― De todas formas nos están protegiendo...

―¿Pero de que? No nos dejan salir por la noche, algo tiene que haber peligroso en el bosque.

― Mi madre me dijo de pequeña una vez, que por la noche salen criatura que se dedican a atraer sobretodo a las chicas para llevárselas y atacarles cuando están distraídas ― Emily se acercó más hacia ella, a su hermano pequeño― Aunque siempre me he preguntado porqué no me a pasado nunca eso de que me intentaran raptar.

Daliah miró a la rubia y después señaló la fuente que se erguía en medio de la plaza principal del pueblo; Caminaron los cuatro hasta sentarse junto a la fuente y siguieron su charla.

― Emily, hay algo que siempre me he preguntado...―Daliah le miró curiosa y después a Ian― ¿Y vuestro padre? Esta claro que la ultima vez que lo debisteis de ver tu madre y tu fue hace 6 años... pero donde esta todo este tiempo?

La rubia miró a su hermano quien se habia puesto a jugar con el agua de la fuente.

― Según mi madre, tiene un trabajo que ocupa mucho tiempo y que por razones de seguridad no puede estar con nosotros... ―miró a Daliah― aunque estoy enfadada con mi madre, sigo pensando que me oculta algo... aunque si en verdad lo hace por protegernos se lo agradezco.

Tyler miró a su prima y después miró hacia Ian.

― Es una lastima que tan pequeño y no halla podido conocer a su padre todavía.

―si... eso es lo que mas me molesta... Incluso yo que tengo dieciséis años apenas he visto a mi padre un par de veces.

― Y yo me quejaba porque mi padre era un estricto del control... anda ¿Ese no es el hijo del tio Soyer? ―Daliah señaló hacia donde se encontraba un joven de apariencia de diecisiete años y cabellos rubios que iba cargado con tres trozos grandes de tronco y se dirigía hacia el cobertizo que tenia con su padre― Me sigo sorprendiendo cuando le veo cargar con cosas tan pesadas.

Emily sonrió y miró a Ian.

― Eso es porque no habéis visto a mi hermano... mi madre grita como histérica cuando le ve intentando levantar los trozos de leña que corta para la chimenea.

Los tres jóvenes comenzaron a reír incluido El pequeño ian que le hacia gracia verles reír.

Después de un rato hablando los jóvenes fuera, observaron como salían de la alcaldía los mayores y el joven llamado Ryan se acercó a Daliah sonriendo. Ian saltó desde donde estaba hasta los brazos del pelirrojo mientras este hablaba con la adolescente.

― Daliah, ¿podrías hacerme el favor de llevarme a la casa de tu amigo? Hay algo de lo que me gustaría hablar con el.

Asintió de forma dudosa y después de despedirse de sus primos y de que el pelirrojo dejara al niño en el suelo, salieron directos a la casa de los Summers.

Se encontraban en la estación fría, eso hacia que el paisaje se viera mas bonito, pero a la vez que el ambiente se viera mas frio de lo normal debido a la nieve. Los arboles estaban cubiertos de nieve y en cuanto se acercaron al marco de la casa de los Summers, notaron un par de rosales muertos por el frio.

"¿ni siquiera se molestaban en cuidar las flores? Que asco de padres"― Pensó para si la castaña.

Después de llamar a la puerta, un hombre de avanzada edad abrió la puerta, el pelirrojo saludó respetuosamente y preguntó por el joven muchacho, quien al poco rato apareció por la puerta sorprendido de ver a su amiga ahí junto al hombre misterioso.

― ¿Ocurre algo Daliah?

― El tio de Emily quería hablar contigo ― señaló al pelirrojo haciendo que el joven rubio se sorprendiera mas.

― ¿El tio de Emily? ¿Él?

La castaña asintió y esta vez habló el hombre.

― Parece raro, pero si.. hace muchos años que no estoy por el pueblo por eso no me reconoces ― sonrió mientras le tendía la mano― Mi nombre es Ryan y me gustaría hablar con tus padres y contigo sobre un tema importante, si no te molesta.

El joven completamente confundido asintió sin dudarlo mucho y después les invitó tanto a Daliah como a el a entrar; antes de dar un paso, Ryan se giró hacia Daliah y le detuvo dejando a esta confusa.

― Escucha Daliah, sera mejor que regreses a casa... no creo que este tu padre tranquilo sabiendo que va a anochecer y estas todavía en la calle...― antes de que la joven protestara le puso una mano sobre la cabeza a forma de tranquilizarle― ...El toque de queda estará a punto de ser, ves a descansar a casa.

― ¿Porqué estáis los adultos tan misteriosos? Yo también quiero saber que pasa Ryan...

Nathaniel observó a su amiga entristecido, siempre se habían ayudado mutuamente y en esos momentos podía entender la incomodidad de Daliah. Los adultos mentían a sus hijos ocultándoles lo que ocurría en realidad a su alrededor y sabia que era frustrarte para todos― aunque el no era tonto y sabia que tenia que ver con lo que habia pasado en el pueblo no muy lejano a su casa y los extraños asesinatos, dado que se habían repetido en los cuerpos que habían encontrado en los alrededores― Se acercó a Daliah y le abrazó.

― No quiero preocupar a tus padre y aunque me gustaría ayudarte diciendo que puedes pasar aquí la noche, estoy seguro de que mi madre lo impediría― dijo Nath apenado― así que por favor Daliah, ten cuidado cuando regreses a casa... y te prometo que mañana te cuento lo que ocurrió al final.

― Mas te vale, sino me enfadare contigo Rubio...

Nathaniel asintió mientras que Ryan también abrazó a la adolescente.

― Lo siento de veras, pero no tengo ganas de que tu padre me mate antes de que os halla podido ayudar.

― Ya lo se... mi padre es demasiado gruñón.

― Chris da miedo, no es gruñón ― después de la tensión, Ryan logró que Daliah riera antes de salir por la puerta; al poco de que la chica saliera de la casa, Ryan siguió a Nathaniel hasta el salón en donde se encontraba la hermana y los padres del chico, volvió a saludar y se colocó en el marco de la puerta― Buenas tardes señor... y Señoras.

El hombre de pelo negro como el carbón le indicó para que se sentara a la vez que el anciano que habia abierto en primer lugar la puerta principal , llegaba con una bandeja llena de tazas de te y pastas. Ryan aceptando la amabilidad se sentó y después miró al joven que se iba junto al anciano para dejar lo sobrante en la cocina.

― Dígame caballero... ¿A que debemos su cordial visita? ― la señora Summers fue la primera en hablar.

― Coleman, mi señora ...― sonrió mientras volvía su mirada al la matriarca y después al patriarca― Venia para pedirles que me dejaran a su hijo como aprendiz.

Toda la familia ― incluido Nathaniel que acababa de salir de la cocina justo a tiempo de escuchar la conversación ― observaron sorprendidos al invitado.

― ¿Aprendiz?

El rubio miró sorprendido a Ryan y este le devolvió la mirada sonriendo.

― ¿Porqué precisa de mi hijo como Aprendiz? Ya tiene demasiado trabajo en la empresa familiar..― el hombre de pelo oscuro cogió una taza de té y comenzó a beber tranquilamente― ¿Que le hace pensar que lo dejaré ir con un desconocido?

― Estoy al tanto de sus buenos y prósperos negocios, mi señor... y supongo que usted también habrá escuchado hablar de mi maestro Van Helsing.

El padre de Nathaniel que se encontraba bebiendo un poco ignorando lo que le iba diciendo Ryan, dejó de beber y miró fijamente al pelirrojo ― quien por dentro se aguantaba las ganas de reír por seguir manteniendo la cara de poker― , después observó a su mujer y esta le miró igualmente durante un buen rato; Nathaniel miró a sus padres y después se fijó como su hermana le miraba.. ninguno de los dos entendía que estaba pasando. Después de un rato mirándose fijamente, El señor Summers mandó a retirarse a sus dos hijos.

Amber subió junto a su hermano al piso superior, en donde tenían los dormitorios y ahí le siguió hasta su dormitorio, en donde se sentó en la cama junto a el.

― ¿Que piensas que querrá ese hombre?

― No tengo ni idea, pero la cara que pusieron nuestros padres... parece que conocen a ese tal Van Helsing...

Amber puso sus ojos azules sobre el espejo que tenia su hermano en frente de la cama y se miró en el reflejo junto a su hermano por un momento.

― Cr...¿Crees que Papá y mamá dejaran que se te lleve?

― No sabría que decirte... ya sabes como son.

La joven rubia miró a su hermano y asintió con la cabeza,mientras que este le pasó el brazo por la espalda abrazándola mientras sonreía.

― Amber, deberías dejar de comportarte como si no te importara nada mas que tu misma... ya sabes que hay gente a la que le molesta ese comportamiento.

― Debo mantener las apariencias Nath, ya lo sabes ...

― Si... nuestro padre tiene demasiado mal genio

― Aunque con quien la toma es contigo...― Amber le miró triste.

― Prefiero que sea conmigo que contigo y madre..

La chica sonrió un poco entristecida cuando comenzaron a escuchar unos pasos acercarse, al tiempo que los Mellizos se levantaban de la cama y se ponían a mirar hacia la puerta, llegaba el padre de ambos y miraba directamente a Nathaniel.

― Preparate un costal de ropa, vas a acompañar al señor Coleman durante unos días.

No dijo nada mas... simplemente tal cual habia subido volvió a bajar.

Nathaniel se dio la vuelta y de unos cajones saco un poco de ropa para meterlo en una mochila de piel, una vez que terminó de montar la mochila se paró enfrente de su hermana mientras sonreía a pesar de tener ojos tristes.

― Al menos solo es un par de días, ¿No?

Amber abrazó con fuerza a su hermano mientras evitaba por todos los medios ponerse a llorar. El rubio le devolvió el abrazo y le dio un beso en la frente.

― No te preocupes, regresare a casa te lo prometo.

― Temo mas por las cosas que te vallas a encontrar por el camino,¿Saliendo fuera del toque de queda? Quien sabe que cosa tan terrible es la que provocó los asesinatos.

― Tendré Cuidado...

― Ten...― la chica se quitó el collar que tenia puesto y se lo entregó a su hermano― Recuerda que tienes que regresar para devolvérmelo.

El joven sonrió.

― Lo haré.

Se separó de su hermana y con paso decidido comenzó a bajar por las escaleras, seguido con la mirada por Amber― quien habia recuperado su cara de poker y observaba como se alejaba su hermano, fingiendo indiferencia― y por la Señora Summers quien se encontraba junto a su marido en un costado de la puerta principal junto a Ryan.

Cuando repararon en la presencia de Nathaniel bajando las escaleras dejaron de hablar entre ellos y la Señora Summers se acercó a despedirse de su hijo. El señor Summers por su parte, hizo un gesto con la cabeza hacia su hijo en señal de despedida y el chico hizo lo mismo hacia el; Ryan se habia colocado de vuelta el sombrero y se encontraba despidiéndose de la hermana del joven mientras abría la puerta.

Miró a Nath y al tiempo que habría la puerta le hizo un gesto para que saliera.

Después de despedirse, el rubio salió del calor de su hogar y su hermana que le quería para terminar en la calle , con un par de cosas y un desconocido como único equipaje.

― Bueno Nathaniel, bienvenido a la libertad...― Ryan le dio una palmada en la espalda mientras sonreía― Tranquilo, ya me lo agradecerá por estos días de relajación.

Y emprendieron la salida hacia el interior de lo mas profundo del bosque.

El invierno por fin se marchó dejando tras de si un paisaje completamente nevado y una aldea un poco mas tranquila. El sol se alzaba tímidamente por el horizonte marcando el inicio de una nueva jornada laboral. Igual que cualquier día, el alcalde salió junto a su hijo nada mas aparecieron los primeros rayos de luz en dirección al bosque.

Se repartían en grupos para ir a recoger madera, el temporal frio habia estropeado varios edificios de madera y tenían que aprovechar ahora a repararlos antes de que se pusieran peor. Daliah despertó incomoda, llevaba mucho tiempo sin poder descansar y ese día no tenia pinta de darle una tregua; se levantó de la cama y se puso una bata sobre su camisón para salir de la habitación.

La humilde morada de los Lavigne era de una sola planta, un pequeño pasillo comunicaba los tres dormitorios al salón y en este se encontraba una pequeña sala que era Comedor y Cocina. El espacio era para cuatro, por lo que cuando hacían reuniones familiares tenían que mover las cosas del salón - O acudir a casa de su tia, quien siempre estaba encantada de tenerles ahí - para de esa forma, lograr un par de metros y conseguir estar varios mas.

La castaña bostezó y se dirigió a la cocina para ver si encontraba algo de desayunar, su madre no parecía estar por la casa, por lo que supuso se habría marchado a trabajar. Por su parte no tenia nada de intención de quedarse toda la mañana ahí encerrada, sabia perfectamente que su padre y Tyler hasta la noche no regresarían ... - Y con suerte su madre a la hora de comer estaría por ahí también, pero no estaba del todo convencida - Por lo que decidió que en cuanto desayunara saldría de visita a casa de su tia... lo único que esperaba era que se encontrara en casa, no como algunas veces que iba y solo estaban sus primos dado que la madre se habia salido al bosque a realizar sus escapadas matutinas.

―Voy a vestirme, ya me aburro de estar aquí...

Para desayunar se habia cogido solo un trozo de pan, la chica era propensa a perder el apetito cuando no dormía bien, por lo que fue de nuevo a su habitación; se colocó un vestido azul cómodo y después se cubrió los hombros con una mantilla blanca - Regalo de su tia el día de su doceavo cumpleaños - Que le llegaba hasta la altura de las rodillas.

En cuanto salió de la casa una corriente de aire le sacudió desde los pies a la cabeza. Tenia el pelo suelto que le llegaba hasta la mitad de la espalda, no veía necesidad de recogérselo por ahora dado que no tenia pensado salir de la aldea, por lo que dejó que el aire lo meciera a gusto.

Llegó a la plaza principal de la aldea y observó como un grupo de habitantes se habían reunido y estaban arreglando la iglesia deteriorada por el temporal. Subido sobre uno de los andamios que habían preparado vió a un hombre de pelo corto y castaño, sonrió y se acercó hasta ahí sonriendo .

―¡TIO SOYER!

El nombrado se giró con cuidado de no caer y vió como la chica se iba acercando; sonrió y después de terminar de colocar un pilar bien, bajó con cuidado y abrazó a la adolescente cuando se le vino encima.

―Cuanto tiempo sin verte Daliah, ¿que tal estas pequeña?

―¡¿cuando regresaste? - La chica se separó y le miro sonriendo.

―Tampoco estuve fuera mucho tiempo, Que fueron...¿ dos meses? - el hombre sonrió mientras veía a la pequeña ponerle morros.

―Te fuiste con la tia Jacky el mismo día, y ella regresó al día siguiente... ¿Como no querías que me preocupara?

El castaño se encogió de hombros.

―Jackeline hace las cosas a su manera, ya sabes como es... mientras que yo necesité mucho tiempo para trabajar ella lo hizo mas rápido.

Daliah asintió, sabia que en eso tenia razón su tio pero al menos se alegraba de que estuviera a salvo.

―Y... ¿Que viste por allí? ¿como es el bosque? - La chica sonrió entusiasmada mientras un joven de cabellos rubios y ojos verdes se aproximaba a ellos.

―Padre... el Señor Akerman dice que a este paso tendremos terminada la capilla para la tarde, aunque dudo que la madera sea suficiente.

Soyer le palmeó la espalda al joven.

―Tranquilo Matthew, ya sabes que ese viejo loco Abraham le gusta decir todo por adelantado... es imposible que en la tarde lo tengamos hecho, hasta mañana al medio día no podremos dejarla terminada.

―Es lo que le dije... seguramente tendremos que ir a recoger mas madera si queremos terminar de colocar pilares para seguir con las paredes... - El rubio se cruzó de brazos exasperado y fue cuando se fijó en la morena; avergonzado descruzó los brazos y la abrazó - Perdona Daliah, no te habia visto.

Soyer miró a su hijo mientras reía.

―¿En serio no la viste llegar? Se puso a llamarme a gritos.

―Suelo hacer esas grandes entradas ... - Sonrió Daliah mientras le devolvía el abrazo al joven - No pasa nada, ya veo que estáis ocupados.

Los jóvenes se separaron y el castaño observó lo que habia dicho su hijo; Un par de troncos se encontraban sobre la nieve del suelo, y al observar la capilla pudo ver como todavía faltaban por cambiar otros tres. Suspiró y se llevó una mano a la cabeza.

―Genial, si hay que utilizar madera para los contrafuertes y para las paredes, con eso no nos llega... Chris hasta la media noche no vuelve, por lo que necesitamos recoger leña ahora si o si.

Matthew miró a su padre y después a Daliah; volvió a mirar a su padre y asintió.

― Ir avanzando lo que podáis, me voy a acercar al bosque a coger un par de troncos... ademas tenia que ir de todas formas esta tarde o nos quedaríamos sin leña para la noche.

―¿Quieres que te ayude Matt? - Daliah miró suplicante al rubio, pero se entristeció en cuanto vio a este negar con la cabeza.

―Te lo agradezco pequeña, pero no te preocupes ... - Le revolvió el pelo con cariño - ya tengo a alguien que me va a ayudar.

La adolescente no pasó por alto la mirada que se hicieron padre he hijo en cuanto este dijo aquello.

―Tener cuidado Matthew, y ya sabes que en el bosque hay que andar con ojo. Voy a avisar a Abraham, haber si consigo que entre en razón de que no somos brujos y necesitamos materiales para terminar el trabajo.

―Lo se padre, siempre me lo recordáis... Lysandro me recuerda a ti cada vez que le veo y digo que voy al bosque, cuando les dije que parecía mi padre a los colegas se rieron y con razón.

Padre he hijo comenzaron a reír, mientras que la morena se quedó confusa mirando a ambos sin entender.

―¡ SEÑOR NIVANS! ¡VENGA AQUI RAPIDO!

Una voz sorprendió a los tres haciendo que dieran un pequeño bote en el suelo; el nombrado se despidió de los jóvenes - No sin antes abrazar a la pequeña Lavigne y a su hijo - y volvió junto a los aldeanos a trabajar. Una vez se quedaron solos los jóvenes, Daliah miró a su primo mayor curiosa.

―¿Quien es Lysandro?

―Un amigo, Cuando al bosque se refiere me recuerda a mi padre... - el chico de ojos verdes sonrió y dio un pequeño golpe en el brazo de Daliah - ¿a donde ibas? Te acompaño hasta donde tengas que ir y después iré a recoger la madera.

―¿Pero no te esperará quien te va a acompañar a recogerla?

Matthew sonrió.

―No te preocupes, solo tengo que avisarle cuando valla a entrar al bosque.

―Iba a Casa de Tia Jacky, pero si tienes que marcharte puedo ir sola sin problemas ... - la castaña vió como el rubio se ponía pensativo y después le asentía.

―Creo que vi a la Tia Jackeline salir antes del amanecer después de hablar con mi padre... - Al ver la cara de decepción de la adolescente, levantó las manos para evitar que hablara - Pero... no tardará en regresar, seguramente a eso del medio día ya halla regresado.

―Me encanta como los adultos dicen que es peligroso entrar en el bosque y es lo único que parecen saben hacer...

Matthew pasó un brazo por los hombros de la castaña y le atrajo hasta el, abrazándola según comenzaban a caminar en dirección a la casa de Jackeline Lavigne, o como algunos aldeanos la llamaban... la rara del pueblo.

La casa de la hermana del alcalde era de dos plantas mas un pequeño establo junto al edificio, varios de los miembros de la aldea se preguntaban el como podía tener ella una casa tan elegante mientras que su hermano - Siendo el alcalde - tenia una casa simple mucho mas humilde... La señora Summers era de la persona que mas solía criticarle por ello, aunque los que conocían a la Lavigne sabían perfectamente que ignoraba sus comentarios ponzoñosos.

Conforme se iban acercando al edificio, Daliah observó como su tia ya habia empezado a plantar nuevas flores y que las que la nieve no habia tapado en ningún punto su preciado jardín y se encontraba tan perfecto como antes de empezar el invierno; cierto es que las plantas invernales empezaban a marchitarse, pero las nuevas que crecían iban ocultando las que perecían.

"Menuda diferencia con la estúpida mujer que tiene de madre Nath"

Matthew se quedó mirando un pequeño arbusto que habia en el suelo y se agachó para observarlo, la castaña se acercó curiosa.

―Parece que la tia a decidido volver a intentar plantar Fresales... Me pregunto cuanto duraran esta vez cuando Ian vuelva a descubrirlos.

―¿No hizo dos años de que se empachó? - Daliah miró riendo a Matt y este se unió a sus risas.

―Si, y recuerdo como se puso de enfadada la tia Jacky... casi lo mata por devorar el pobre arbusto hasta la saciedad.

Mientras ambos rieron la puerta principal de la casa se abrió, saliendo de su interior una joven rubia que al verles se quedó sorprendida.

―Daliah, Matthew ¿Que hacéis aquí?

―Estaba acompañando a la pequeña Daliah, esta sola en casa y quería haceros una visita.

―Hola Emily, ya me dijo Matt que la tia Jacky habia salido - Sonrió a la rubia y esta señaló detrás de ellos.

―Es cierto que mi madre salió al alba, pero ya regresa.

Tanto la castaña como el rubio se giraron y vieron como de entre los arboles comenzaba a salir una figura femenina; vestida con pantalones negros ajustados, corsét rojo oscuro y camisa blanca bajo este - Con tacones negros, cinturón con funda de espada y mochila a su hombro - y el pelo recogido en lo que parecía una coleta alta, Jackeline se acercó al grupo de chicos sonriendo feliz.

―Valla, Menudo recibimiento ¿Seguro que no me fui por varios meses y ya es mi cumpleaños? - La mujer abrazó a su hija que le habia ido a saludar y después abrazó a Daliah .

―No te esperaba tan temprano madre... - Emily le cogió la mochila a su madre a pesar de que esta le indicaba que no hacia falta.

―Acabé antes de lo que esperaba... ¿Y tu hermano?

―Como lo dejaste... Sigue durmiendo.

Matthew saludó a la pelirroja y después de despedirse de las tres se marchó al bosque por donde rato antes habia aparecido la madre de su amiga. Jackeline miró como se iba el chico y miró curiosa a Daliah.

―¿Aun no terminaron con la iglesia?

―Necesitan un par de troncos mas, el tio Soyer dice que van a estar ocupados con eso hasta mañana mínimo.

―Valla... bueno, pasemos a dentro - la mujer miró tanto a su hija como a su sobrina con una ceja enarcada-- ¿Ya habéis desayunado?

Ambas chicas se miraron, sabían que dijeran lo que dijeran les iba a obligar a desayunar, por lo que simplemente negaron y entraron después de ella al interior de la casa.

El interior de la casa estaba muy decorado.

Nada mas entrar desde la puerta principal daba a una pequeña sala que hacia de recibidor y unía dos habitaciones amplias, a la derecha de entrar por la puerta principal se encontraba un comedor - Con suelo de madera y una mesa de mármol - en el que podrían caber perfectamente hasta quince personas sentadas perfectamente, y incluso podrían sobrar para dos personas mas. A la izquierda nada mas entrar por la puerta principal;Se encontraba el Salón principal en donde aparte de estar la chimenea de piedra, con una ventana que tenia una preciosa vista en primer plano del bosque - y del jardín que cuidaba con tanto cariño la pelirroja - y unos sofás colocados de forma que no desentonaba con la decoración de la casa.

En esta misma sala se encontraban las escaleras que subían hacia el piso superior y una habitación que se unía al salón mediante el marco de la puerta que era abierto. Otra forma de llegar hasta el Comedor era mediante esa pequeña habitación, ya que era la empleada para la cocina y a la mujer le gustaba tener formas de llegar a los sitios directa. En la misma cocina, habia otra puerta que daba al exterior y desde ahí podían ir hasta donde tenían colocado el baño y el establo, mientras a pocos metros un rio que circulaba por esa zona.

Las chicas acompañaron a Jackeline hasta la cocina y comenzaron a ayudarle a sacar las cosas al comedor para desayunar. Cuando ya tenían todo preparado, las tres se sentaron en el comedor y comenzaron a desayunar tranquilamente.

En las paredes del comedor habían colgados varios retratos familiares: Jillian y los Hermanos Lavigne cuando Jackeline era pequeña; los Abuelos de Emily he ian; Emily sola con su madre... Jackeline adolescente con Matthew en brazos... una en la que salían Tyler y Daliah juntos y la ultima era una foto de la pelirroja junto a sus dos hijos.

Siempre que iba a casa de su tia se preguntaba como podía tener tantos retratos en una sola habitación, pero lo que mas le avergonzaba era el retrato que tenia de toda la familia junta encima de la chimenea.

― Una pregunta tia...

Jackeline miró a la morena mientras terminaba de comerse la tostada que se habia preparado con mermelada.

―¿Si?

―¿Sabes cuanto tardará en volver mi madre? Se que mi padre y mi hermano llegaran tarde, pero no se a donde a ido mi madre... - Daliah miró fijamente a su vaso.

―Creo que vi a la tia Jill salir detrás de Tyler y el tio chris - Emily miró a Daliah intentando recordar.

"Genial, ¿se van todos sin avisarme? Que responsables dejando a una niña sola... orgullo de padres, di que si... - Daliah miró decepcionada hacia su vaso.

―No te preocupes Daliah, estoy segura que pasaría algo y por eso tu madre tuvo que salir con prisa.

Todavía se sorprendía cuando su Tia acertaba exactamente con lo que pensaba en cada momento, hacia tiempo que decidió pensar que debia ser un don que tenia o algo porque cuando le preguntaba simplemente le decía que tenia un buen oído.

―Me molesta que no me lo digan, ¿sabes? - La chica miró triste a la mujer, quien se habia levantado y estaba empezando a recoger lo que habia estado utilizando.

―¿Sabes? En ocasiones las personas empleamos métodos que en su momento creemos lo correcto para proteger a nuestros seres queridos, puede que no sea lo convencional pero en ese instante es lo mas seguro... - La mujer miró hacia una de las ventanas que daba hacia el porche delantero y sonrió - ... digamos que, es la forma que tienen de mantenernos alejados del peligro aunque causen dolor a sus seres queridos.

Daliah un poco curiosa por saber que miraba su tia dirigió la mirada al mismo sitio que habia estado mirando segundos atrás su tia; le pareció ver una figura detrás de los arboles mas cercanos a la casa, pero en cuanto parpadeó desapareció. ―"¿Que demonios fue eso?

Jackeline carraspeo y dejó de mirar por la ventana para llevar las cosas a la cocina.

―Bueno chicas, cuando terminéis de desayunar dejar las cosas en el fregadero ... - Se soltó la coleta dejando caer su larga melena rojiza hasta la cadera y cogió un balde que tenia lleno de ropa - Voy a lavar la ropa así que Emily, te encargo el despertar a tu hermano en cuanto acabéis... de los platos me encargare yo ¿Esta bien?

―No te preocupes Madre, yo me encargo del cerdito Vietnamita - La rubia rió mientras la mujer negaba con la cabeza sonriendo.

―Dios mio... - Después miró a la morena sonriendo - Tu no te preocupes Daliah, puedes quedarte aquí el tiempo que quieras... y no regresan hoy te puedes quedar en una de las habitaciones de invitados que tenemos arriba.

En cuanto terminó de hablar la mujer salió por la puerta de la cocina que daba al exterior y fue directa al rio. Daliah miró a su prima y vió que ya habia comenzado a recoger, por lo que decidió hacer lo mismo que ella y el intentar quitarse la duda que le acababa de salir al observar por la ventana.

―Oye Emily...

La rubia le miró con sus ojos Ámbar curiosos mientras dejaba las cosas en el fregadero y buscaba el jabón para fregar las cosas , Ignorando se esta forma lo que habia mencionado la pelirroja de que se encargaría ella después .

―¿Que ocurre?

―Antes... cuando la tia estuvo mirando por la ventana... tuve curiosidad por saber que miraba y... creo que vi a alguien mirando directamente hacia aquí.

La rubia miró sorprendida y a la vez preocupada a su prima.

―¿Como que viste a alguien?

―No lo se, fue un segundo... así que no estoy segura de lo que vi, en cuanto parpadeé desapareció...

―¿Pudiste ver como era al menos?

―No... solo vi una figura.

―Bueno, seguro que fue alguna sombra del bosque... hay veces que a Ian le ocurre lo mismo, así que no te preocupes - La adolescente sonrió tranquilizadoramente.

―Por cierto, ¿No dijo la Tia que se encargaría ella de eso? - Daliah señaló los platos mientras Emily los fregaba.

―Mi madre se pega el día entero haciendo cosas, por que haga yo las tareas de casa y deje que descanse no me importa que se queje por que no le hago caso... - La joven se puso a reír - ¿Podrías subir a despertar a Ian?

Daliah asintió y se dirigió al piso superior.

Hacia tiempo que no habia estado en esa parte de la casa... La ultima vez habia sido cuando ella tenia cinco años - y ya habían pasado de eso nueve años - y estaba todo muy cambiado ; un amplio pasillo con varias mesitas a cada lado y candelabros era la decoración. Recordaba que la habitación principal estaba en el lado izquierdo de aquel pasillo y que era la única puerta que tenia un colgante en el marco de la puerta , nada mas subir las escaleras habían dos puertas en frente y al girar la vista hacia la derecha podía observar otras dos.

―¡¡ ES LA PUERTA QUE ESTÁ JUNTO A LA DE MI MADRE!! - La voz de Emily se escuchó provenir desde la cocina.

―Menos mal ... no tenia muchas ganas de ir abriendo al azar puertas.

Se acercó a la que estaba mas cercana a la habitación de la Tia Jacky y antes de entrar miró curiosa hacia la puerta con el pequeño colgante sobre el marco. Le invadía una curiosidad tremenda el observar como tenia la pelirroja decorada la habitación, por lo que se aproximó con curiosidad hasta esta y con cierto temor dirigió la mano al pomo sin atreverse a abrir la puerta.

―Demonios... ¿Y si le molesta?

―¿Que haces aquí Daliah?

Daliah se debatía internamente en si debia entrar o no cuando le asustó una voz a sus espaldas. Soltó de forma brusca el pomo y cuando se giró para saber quien le habia descubierto y vió al pequeño Ian que se estaba frotando los ojos.

―Eh...I..iba a despertarte pequeño dormilón, pero no sabia donde estaba tu habitación - Se agachó un poco para estar a la altura del niño y vió como este le miraba ya despierto mientras sonreía divertido.

―Ya... lo que querías hacer era ver el cuarto de mi Mamá.

―¿Q...que? ¡No! - la morena quería que se le tragara la tierra, "¿como demonios este niño puede ser tan listo?" - Es una coincidencia en serio.

―No pasa nada, si querías verla solo haber entrado sin temor. --Comenzó a reír y pasó junto a su prima.

El pequeño de cabellos rojizos se acercó hasta la puerta de su madre y la abrió sin ningún problema, salió corriendo hacia la cama y se lanzó sobre esta.

Cuando la chica entró un poco cohibida no pudo mas que sorprenderse.

La cama de madera oscura se alzaba en el centro de la habitación con una preciosa cortina de terciopelo roja a su alrededor y bajo los pies de esta habia una alfombra muy elegante con tonos negros y dorados. Estaba muy iluminado con dos grandes ventanales uno que daba a la parte delantera de la casa y el otro a la trasera.

Unos candelabros de plata se encontraban en las esquinas de la habitación mientras que en las cómodas que estaban colocadas junto a la cama, se encontraban un pequeño candelabro y un par de retratos.

Junto a la puerta de entrada habia un precioso armario hecho con madera de abeto y un tocador con un gran espejo redondo sobre el , se hacia hueco junto al armario. Lo que mas le extrañó a la morena, fue que habia otra pintura en esa habitación en la que salia su tia junto a una chica rubia que no habia visto nunca.

Se acercó a ver ese cuadro y cuando lo hizo Ian salió de la cama y se colocó junto a ella mientras le tiraba del vestido un poco. Daliah miró al chico y se dio cuenta que le estaba clavando sus pequeños ojos azules mientras sonreía.

―¿La conoces? - el pequeño negó con la cabeza.

― Creo que era amiga de mi Mamá... alguna vez suele venir de visita.

―Pero eso ya es conocerle - Daliah sonrió.

―No se su nombre... - Miró un poco avergonzado al suelo.

―Tranquilo, esta bien.

Ian cogió de la mano a Daliah y le llevó hasta el cabecero de la cama de su madre, esta sorprendida miró al chico completamente extrañada.

―¿Que haces?

―¿Quieres ver una cosa muy rara?

Mientras el pequeño se metía por debajo de la cama de su madre la morena le observaba sin entender nada. Unos segundos después, ian salió de debajo de la cama con un cuadro sobre sus pequeñas manos.

―¿Porque la tia tiene un cuadro ahí metido? - Daliah ayudó al pequeño con el cuadro y se quedó observándolo.

― No lo se, por eso es raro.

El pequeño sonrió y Daliah observó detenidamente el cuadro.

Un hombre apuesto de complexión atlética y rubio vestido con ropas elegantes negras, y sentado sobre lo que parecía ser un trono.. Lo que mas le llamó la atención era el color de los ojos de aquel hombre, Un color ámbar rojizo que parecía liquido al observarlo fijamente. La castaña se quedó confusa mirando el cuadro... Era casi como si le estuviera observando. Torció el gesto.

"¿Donde he visto antes esa mirada?"

El sol se alzaba marcando el medio día cuando los cansados trabajadores pararon para poder descansar durante un tiempo y comer con calma. Una vez consiguieron los troncos que les quedaban para cambiar los pilares de la iglesia, el trabajo fue mucho mas fluido.

Jackeline se encontraba terminando de preparar la comida mientras su sobrina y su hija se habían dirigido a mirar junto al pequeño de la familia los peces que habitaban en el fondo del rio. Una vez preparó la mesa salió sonriendo a la puerta trasera.

―VENGA CHICOS, ¡A COMER!

La mujer fue al fregadero y comenzó a lavarse las manos mientras iban llegando los jóvenes.

―Lavaros las manos y sentaros a la mesa.

―¡SI!

Una vez que ya se habían preparado fueron sentándose a lo largo de la mesa por donde la pelirroja habia colocado platos para cada uno. Daliah se puso junto a Emily y enfrente de ellas se pusieron Jacky con Ian.

Fueron comiendo tranquilamente y en silencio cuando a ian se le partió el plato por golpearle sin querer con el tenedor. Daliah dio un bote asustada mientras que madre he hija le miraron serias.

―¿Otra vez enano? Madre te dijo que tuvieras cuidado.. ya es el tercero esta semana.

Daliah miró sorprendida a la rubia.

―¡¿El tercero?!

―Jo! A sido sin querer! - Ian comenzó a sollozar -

―No pasa nada cariño, hay muchos mas ... - Jackeline suspiró mientras acariciaba la cabeza de su hijo intentando consolarlo - Pero esperemos que no se vuelva costumbre ¿Si?

El pequeño miró a su madre y al ver que le sonreía sonrió triste.

―Bueno, ¿habéis terminado de comer? Emily saca el postre, yo recogeré la mesa.

―¿Puedo ayudar en algo? - la castaña miró a su tia y esta le negó con la cabeza mientras sonreía - Me gustaría ayudar, me sabe mal estar sin hacer nada.

―Cariño, eres nuestra invitada aprovecha y disfruta - Jackeline le guiño un ojo y se fue con los platos que todavía quedaban vivos a la cocina.

Emily se acercó al oído de su prima.

―Me manda a por el postre... para que no vuelva a fregar.

Ambas chicas comenzaron a reír; Emily entró a la cocina riendo y quedaron en el comedor Daliah e Ian. La morena al ver que este todavía seguía mirando triste a la mesa le estiró la mano y le comenzó a dar golpecitos en la mano, el pequeño al ver eso levantó sus tristes ojitos azules y miró a su prima.

―¿Sabes? No estés triste, si se rompe un plato es porque esta muy viejo - Le sonrió - Seguro que ni siquiera lo tocaste y ya se rompió.

―¿D...de verdad?..

―Por supuesto... en casa me pasa constantemente... "Dios, ¿tres platos en menos de una semana? ¡Pero que fuerza tiene este niño por favor!"

Una vez que terminó de fregar, Jacky salió con una bolsa de la cocina y junto a ella Emily llevaba una bandeja con pastelitos, que colocó sobre la mesa. Comenzaron a comer pastelitos y Daliah reparó en la bolsa.

―¿Que es eso tia?

Emily miró a su madre mientras daba mordiscos a su postre, actuaba indiferente pero también estaba curiosa. Jackeline por su parte sonrió y metió la mano en su interior, sacando tres pequeños paquetes que colocó sobre la mesa - dejando completamente confusos a los pequeños.

―¿Esto?... nada, solo un par de cosas que me dieron...Una para Emily... otro para Ian. Y el ultimo para ti Daliah.

Los tres miraron sorprendidos los paquetes que les acababa de dejar a cada uno delante; Daliah miró a su tia completamente sorprendida.

―¿Para mi? - el ver que su tia le asentía sin explicarle nada mas le dejó muy perdida - ¿Y esto?

―Un regalo - La mujer sonrió y miró como su hija le miraba fijamente.

"No me digas Madre... ¿Esto es porque mi cumpleaños está próximo?" - la rubia puso sus ojos ámbar sobre el paquete y después sobre su madre quien le miró asintiendo con la mirada.

―Si y no Emily... - Jackeline miró como el pequeño ian comenzaba a romper el papel de envolver y sonreía feliz al ver lo que habia dentro - Mas bien, son regalos sin mas... el de tu hermano es para que no se siente tan mal por romper cosas...

El pequeño terminó de romper el papel y al abrir la caja sacó un colgante con un anillo enganchado en la cadena y un pequeño plato de porcelana; Sonrió mirando a Daliah y señaló el plato.

―¡ES VERDAD! ¡EL PLATO ESTABA VIEJO Y AHORA SALIÓ UN PLATO BEBÉ!

Jackeline y Emily miraron a Daliah y esta sonrió al pequeño.

―Te lo dije.

―Emily abrió el suyo sin mucha gana, y de su interior sacó una nota y un pequeño puñal de plata con un grabado en su filo.. - La rubia se guardó la nota y enarcó una ceja mirando a su madre, esta por su parte se encogió de hombros. "¿Que demonios es esto Madre?."

La mujer negó con la cabeza y después miró a Daliah sonriendo expectante.

―¿Quien nos envía los regalos ? ― La castaña miró curiosa su caja intentando averiguar la forma de abrirlo sin romper el papel de envolver.

―¿Porque piensas que no a podido ser idea mía Daliah? - Jacky puso morros y se cruzó de brazos; estaba claro a quien habia salido el pequeño Ian mas parecido.

―Bueno, no se... - La joven abrió la caja rompiendo el papel dado que se habia cansado de intentar no hacerlo, cuando por fin pudo ver lo que habia en el interior. Al abrir la caja vió dos sobres en su interior. Uno estaba con su nombre y el otro le sorprendió al ver que estaba escrito el nombre de su Primo Matthew; miró a su tia y vió que esta se habia sorprendido también - ¿Y eso?

―Regalos dobles, tachan - Jackeline sonrió y se incorporó de la mesa - Si no vais a comer mas, voy a recoger esto para la cena, en cuanto terminéis lavaros las manos y podréis ir a jugar.

Daliah no era tonta y sabia que su tia habia usado el mismo método que solía usar cuando quería librarse de explicarle algo a sus padres, no por algo el mayor Lavigne se dedicaba a recordarle que era igual que su tia cuando era pequeña, por lo que decidió no seguir preguntando.

Emily se habia ido con ian a dejar el plato en la cocina y después lo acercó para que se lavara los manos, mientras tanto la morena seguía sentada en el comedor observando el regalo doble - como lo habia auto denominado su tia - ; Cogió el paquete que tenia su nombre y lo abrió con cuidado.

Una nota pequeña se encontraba al rededor de lo que parecía ser una pulsera plateada con un pequeño colgante con forma de estrella. Miró la pulsera durante un tiempo y después abrió la carta, en cuanto la leyó se quedó muchísimo mas sorprendida de lo que ya estaba.

"Se que no nos conocemos, pero necesito que me hagas este pequeño favor,

Hazle llegar el otro sobre a la persona que esta nombrada

es importante,

no te preocupes y si alguna vez necesitas ayuda simplemente dilo.

Y acudiré sin falta.

PD: La pulsera puedes quedártela, me parecía demasiado mal

el pedirte un favor sin regalarte nada y yo tengo muchas."