La esperanza de un futuro prospero esta a contra reloj y, para un niño, su futuro era resplandeciente, mucho más si consistía en una sola respuesta. Delicadamente se sentía abrumado por un sonido que resoplaba, resonante y constantemente, bruscos movimientos que chocaban contra la madera del barco lo hacían embelesarlo; perdido en sus pensamientos, observo la sombra tortuosa que emergía de lo alto, quebrando su camino, un sentir de lágrimas silenciosas lo vacilaban y al mismo tiempo se sentía perdido como la tierna paloma que abandona su arca.
Un gemido del viento estruendoso perturbo sus ojos, sentía al viento golpeando frio y gélido, la bruma pólvora roja remilgo sus parpados y, recordó, al ver las añoradas tierras conquistadas por Inglaterra, Francia y otros, una carta de su padre que le dejo en su partida con estrictas instrucciones.
Mi querido hijo
Atravesarás muchas millas entre el campo y el mar, arribaste listo y sin daño a tu destino deseado, porque, en efecto hijo, se que llegaras con regocijo; aun me pregunto, ¿Cómo sonaban mis palabras lentas y plenas en aquel corazón que ha venido a salvarme del odio y dolor, y confortarme con su amor?. Aunque para ti, dicho amor o palabras, son las más cotidianas, para mí, son el solsticio que persevera en mis días de melancolía.
El nombre de "taciturno" siempre estará contigo, al menos para mí, porque cuando mi querido hijo llegue a nuestras nuevas tierras conquistadas, pasaras a ser muy proverbial. Éxito, es lo que deseo en tu estadía y, para corroborar dicha artimaña, la Tía de tu amiga, tiene un hermano y el te proveerá de cobijo y alimentación, sé que te parecerá extraño, pues es un pirata, pero es muy reconocido y tiene el apoyo del presidente de Estados Unidos, James Madison, debo mencionar que, conoció a Benjamín Franklin, uno de tus mas grandes influyentes, aunque su fallecimiento fue hace poco, sigue dando aportes y descubrimientos para las siguientes generaciones y quiero que seas parte de ellas. Además su sucesor, Thomas Mifflin, estará al tanto de todo lo que necesiten, en efecto, estarás en Pensilvania, será un buen lugar para que conozcas dichas tierras.
Es una calumnia para mi, hijo, que tomes esta decisión tan apresurada y, por supuesto que comprendo tus esfuerzos por crecer tus riquezas, aunque mi herencia es de solo 20,000 libras esterlinas, no me parece benevolente, insisto. Aun así, si para ti es conveniente tomar tierras del otro lado del mundo para vivir con ella, estaré fatigoso por tu ida perpetua; sin embargo, tendrás un precioso recuerdo aquí en tu natal Inglaterra.
Que tu vida prevalezca mi ser más querido.
Regocijado por tan tiernas palabras, descendió poco a poco del barco, observando las penumbras de aquel lugar, no era tan distinto, el ambiente era sobrio y le faltaba vida, era extraño, cualquiera podía contemplar el numeroso reverdecer que, inundado de casas de madera y ladrillo adornados de un color blanco, esto hacia una llamarada al verde de la flora, estructuras homogéneas y figuras geométricas puntiagudas hacían remarcar mas que era conquistado por el imperio Europeo; un gran campo de césped rodeado de arboles de diferentes frutos y colores también adornaba las construcciones, pero nada era como él pensaba que seria.
-¡Te encontré!-. Exclamo un hombre de alta estatura y un sombrero bastante extraño para el niño.-¡Vaya, de verdad te pareces a tu padre!, según las características que me dio mi querida hermana. La rama familiar puede sorprenderte-. El niño no parecía exclamar ninguna expresión, pero estaba seguro que tenía que seguir su plan sin importar si aquel hombre era o no un pirata.
Al tiempo de insinuarle algún comentario, pocamente absurdo, al mayor, observo barcos aproximándose a tierra firme, eran diferentes al resto, un mecanismo extraño, como una rueda con escamas que parecía girar en una sola dirección, poco a poco se fue acercado sin dejar de observar como las brisas frágiles del agua que caían en su lugar apaciguadas, tan gélida, como suaves caricias a la fuerte madera del barco. Pronto el gran pirata se le acerco, miro la tierna vanidad con la que observa cada detalle de sus barcos y hablo.
-Veo que te gusta esta nueva mecánica de barcos. Al ser un niño lleno de tan pocas experiencias y lleno de ambición, resultaras un prodigio en esta rama que poco a poco va embelleciéndose-.
-¿Cuánto ha tomado para renovarse una maquina tan potente?-. Se acerco aun mas, mirando minuciosamente cada estructura.
-Debo atribuírselo a mi gran amigo Robert Fulton, el gran creador de "Los Barcos a Vapor", un gran ingeniero e inventor. Desafortunadamente estos días no ha estado tan bien de salud-. Se sentía abatido y bastante preocupado por su querido amigo y continuo.-Mi gran amigo Fulton, ha presentado mucha tos últimamente, pero presiento, si usted me lo permite, que apostar por su buen juicio y carácter, se alegrara de conocer a alguien tan inteligible a la ingeniería o a la ciencia-. Pronto recordó algo que lo dejo mudo por un instante y rio. –Me temo que no nos hemos presentado, disculpe mi intromisión por contar mi aprensiva situación, pero me demandaba contarle lo antes dicho, ya que me comentaron que es un prodigio. Una vez más perdone mi intromisión. ¿Cuál es su nombre?-.
-Evitémonos las presentaciones, no es necesario saberlo, es preciso que me lleve-. Callo, pues en aquellos barcos emergían estruendosos gritos y gemidos sollozos; atónico al ver palidecer aquellas personas al horror que estaban por presentarse en sus presagios. Lamentaba ver esas tristes miradas que se aferraban a una vida libre, arrancaron su felicidad por unas migajas de pan, destrozaron sus pieles a golpes y látigos, sus cabellos que parecían delicados y preciosos, eran destruidos y arrancados con facilidad.
Todo era desolador y lo apreciaba a simple vista, sus dulces miradas pedían plegarias a su señor DIOS para que terminara con este castigoso atentado, sus llameantes expresiones que no podían salir a la luz los terminaba quemando por dentro y aquella sangre derramada les ardía, les quemaba, pues aquel látigo era tan ardiente que, al chocar con la piel fresca, rompían en llanto."Ya no mas, por favor", decía un chico de piel tersa de chocolate, los labios gruesos y bien definidos, y aquella mirada de expresión dolida, no ayudaba a ponerle fin a tan infame tortura; dichas palabras no eran suficientes, es más, era el principio para sus dueños y era el final para ellos. El principio de un final.
-¿Qué se supone que están haciendo?-. Pregunto el joven estupefacto por tan tortuosa escena.
-Hemos exportado a esclavos y repartirlos a los dueños, pero hay algunos que no acatan órdenes-. Con un semblante serio se acerco a sus compañeros.
-¡Oye tú!-. Exclamo.-¿Cómo te llamas?... Olvídalo, no me interesa. Debes estar atento a atacar mis indicaciones, de lo contrario, me temo que tú serás el siguiente-. Escuchar aquella expresión, le fue suficiente para el joven para comprender a lo que refería. No hacía falta ver su rostro.-No maltrates la mercancía, todos deben tener su derechos y sus obligaciones, y tu mi amigo, no lo estas ejecutando como deberías. Estamos en un territorio donde hay ley, no la desafíes, por lo menos, no enfrente de tu amo. ¡Imbécil!-. Tomo la camisa de su subordinado y con un rostro exigente lo soltó con desdén, provocando que este callera con brusquedad al suelo con un rostro de pánico. El pirata se acerco al chico con un rostro de vejación.
-Pequeño joven, si me lo permite, le ordeno que quite esa expresión de su rostro. No estamos en su palacio, donde todo está a la orden del día por y para usted-. Un rostro sínico es lo que percibía el joven, rápidamente recobro la compostura, cambio su expresión contrariada. –Aquí las cosas, se deben controlar y todos ellos deben obedecer. Si alguien se equivoca tendrá que ser castigo, la responsabilidad no solo cae en el esclavo, también a su dueño. Debemos conseguir el orden, tanto tiempo nos ha costado y, para aburridas penas de los españoles que no quisieron este territorio, tenemos que aumentar la demanda de nuestro territorio. Además-. La tensión era tan fuerte; loco, frenético, en estado de locura es lo que se reflejaba en sus ojos, pero al mismo tiempo orgullos de sus argumentos. No pudo seguir, pues el joven tomo la palabra, ignorando lo dicho.
-Debo solicitar el permiso de alcalde de la cuidad o, que usted me autorice conocer, inevitablemente, todo lo relacionado a las tierras de este lugar, tanto las que tiene Inglaterra, Francia, Alemania, entre otros y, sobre todo, solicito la autorización, a la brevedad posible, de una audiencia personal con el presidente-. El joven siguió su camino, no le causo la menor importancia que aquel pirata no le siguiera el paso, solo quería que obedeciera.
-Su frivolidad me deja .-, pero vayamos con más calma, primero debemos llegar con el alcalde, él nos ha reservado una habitación en su morada-. El joven acepto en excelentes términos, no obstante, las tinieblas que oscurecían sus ojos seguían presentes.
Apenas se podía describir el remordimiento y, al saberlo, no quería corromper su postura por arrebatos absurdo si esto podía, con un coloquio, resolverse de una manera civilizada. Sin prestar atención a sus sentimientos, su mirada cambio entrando en un estado de éxtasis muy inquietante, perturbando al flamante pirata y hablando con mayor violencia, algo que él no esperaba, pero el joven no se quedaría tranquilo hasta que se haya puesto en evidencia absoluta, sin importar si es en un lugar público o privado; resultaba desventajoso que se conociera públicamente los modales descuidados e imprudentes del Tío de su gran amiga, mejor dicho, desventajosos ya han sido. La arrogancia y el desasosiego que ha provocado en él, un interés por destruir todo aquello que, alguna vez, su pueblo, el padre de su tan amada amiga y generación tras generación, han teniendo un muestrario de sujetos lastimosos que los han mantenido a distancia de su país regente, de su familia que los espera devuelta.
-Se equivoca usted si cree que permitiré que su obsequiosidad justifique sus actos tan repudiables ante mis ojos-. Lo miro desafiante.- ¿Cree que esto es beneficioso para nosotros?, ¿Cree, usted, que no se revelaran?, ¿Cuánto tiempo cree que aguantaran todos sus maltratos y arrebatos?. Usted es tan veleidoso-. Dijo con sosiego. –Yo no tengo que quejarme de ninguna injuria de estos acontecimientos, ni de los males particulares, sino generales. ¿Cree que mi deploro ineludible es por solo por este acto?, de ser así, es de reconocer que su débil mente no es capaz de percibir que un momento se repite y no solo en específicos actos, sino en toda índole. Su volatilidad desenfrenada, la desfachatez y el desprecio de toda moderación que lo caracteriza afecta la categoría de nuestras tierras bajándola a niveles impensables, pero ¡CLARO!, ustedes creen que es muy ventajosa la oportunidad y que es nuestra responsabilidad guiar a estas almas perdidas, porque apuesto al diez mil millones por ciento que cree tener todo el derecho de aplastar a cualquier alma que no ha crecido en nuestra tierras principales, que no son hijos de Dios y que es, una vez más, nuestro deber de guiarlas al bien.
Esto elevo el ego y la arrogancia de su "amigo", la imprudencia lo justificaba, pero era innegable que todo esto iba a repercutirlo más adelante, pues aquella persona que lo alababa, estaba comenzando a despreciarlo, catalogándolo como arrogante y con poco carácter de ambición. Una turbación de emociones incontrolables estaban marcando mas su rostro acercándose apresuradamente a aquel niño de carácter frívolo, sus escleróticas estaban ligeramente enrojecidas y las gotas de sudor se evaporaban por el calor de su cuerpo, los puños estaban sintiendo la presión en la carne por las uñas un tanto maltratadas, llenas de lodo y mugre, y con su espalda exageradamente recta, miro al joven niño con un sentido de inferioridad contestano lo siguiente.
-Pequeño niño insolente, date el gusto que eres un prodigio para la sociedad, porque sabes muy bien que los niños como tú no son nada, su opinión no es válida-.
-En tu vida social sí, pero donde vivo, mi opinión si importa-. Exclamo.
-Aprenderás, paulatinamente, que esto, en esta vida y en este lugar, así tiene que ser-. Dijo hilarante. -Seguramente, para que hayas ejecutado la decisión de tomar un barco hasta aquí, es porque estas cansado de ver palacios, quizás de pensar que no eres dueño de un territorio propio, quizás de no tener tan buenas alfombras con un bordado esplendido y de cortinas de satén o seda preciosa, pero ya no vives en Inglaterra, estas en un territorio que ha sido conquistado y poco a poco ha sido independiente, forjando alianzas y creando leyes nuevas. Te falta mucho por aprender. Aquí empezaras a construir sus tierras y si no te apresuras, dejaras que, tu frivolidad sea tu peor enemigo. Un plan que promete ser deleitoso en todas sus partes, jamás podrá tener éxito-. Con eso concluyo, retirándose para reincorporarse de inmediato al alcalde de la ciudad, pues aun les falta un gran camino por recorrer.
Por su parte, el joven tomo la resolución prudente de estar perfectamente tranquilo y desembarazado, y vaya resolución demasiadamente necesaria, pero muy difícil de guardar; no parecía satisfecho por tales "acontecimientos", daba la razón de que tenía mucho que aprender, pero también él, era como un juego de "estire y afloje" y para estar equilibrados tenían que estar de acuerdo en cuanta fuerza o, en su caso, qué tanta dureza de pensamientos se proporcionaba, lógicamente pensó que él saldría perdiendo, pues su amigo tenía todas las de ganar por su muy ventajosa oportunidad, la experiencia. Temía que le dijera algo a su favor, el mismo se maravillo por su falta de compostura, le parecía repulsivo, infame, tanto, al grado de desesperarse por todas las insinuaciones tan soberbia y esta idea perduro durante el camino, olvidándose de los pastizales en lo que se cruzaban, el hermoso atardecer que estaba por venir y los cantores pájaros que se paseaban por doquier, ni siquiera el golpeteo resonante al subir los escalones para entrar al tren lo hicieron entrar en contacto con la bella naturaleza, hasta que el traqueteo de la maquina y el ruido incesante que provenía del cuarto donde quemaban el carbón para su avance, empezó a salir vapor logrando alterar de felicidad a todos los pasajeros. Observo con cuidado, desde la ventana, el verde pastizal y las montañas que parecían figuras geométricas, llego a pensar, ridículamente, que si su amiga viera esto, pensaría que aquello blanco que tiene en la cima de la montaña era producto de las nubes derretidas por el agobiante calor, provocando, misteriosamente, que cayeran en la montaña, un tanto parecido a una fuente de chocolate, un liquido espeso que llego a cubrir casi por totalidad a las montañas. Ineludiblemente se sintió compungido, recordando la aversión de la decisión que tomo, tal vez no le pareciera congruente y decidiera no dirigirle la palabra o, en su defecto, esperaría con emoción una respuesta; quería tener el acertamiento a la segunda opción, estaba ansioso por recibir una respuesta y sobre todo, responderle.
El gran hombre observo al niño, como parecía embriagado en sus pensamientos, sueltas y vagas sonrisas aparecían cada tanto, quería disuadirlo, pero debía admitir que era un encantador niño, sus mejillas rosadas que traspasaban esa blanca piel y aquellas manos que parecía que le sudaban un poquito, adopto, con cautela, un acercamiento, provocando un gran desconcierto al niño.
-¿Qué sucede?-.
-Absolutamente nada. Solo te vi muy absorbido en tus pensamientos, pareciera que, estuviste a punto de regocijarte de risa y quería saber cuál era la razón-.
-No es algo que te aclame como merecedor del conocimiento-.
-¡Oh vamos!, solo es una pregunta. Siempre que veo a alguien con una pintoresca sonrisa, muy parecida a la tuya por cierto, es porque existe un motivo muy importante y, para mi suerte, con mi gran capacidad de intuición, declaro que es por una chica-. Traslucido de una transparencia de hábil confianza respondió.
-Te parece justo que, después de tu desplante y arrogancia, sea correcto que cuente de mi vida personal a alguien que no cumple con mi ética -. Le pareció muy tajante su confianza.
-¿Crees que no se de ti?-. Lo miro con interrogantica y el joven le dirigió la mirada. – Mi hermana me dijo que tu pequeña aventura es por su sobrina, muy amiga tuya y, que siempre convivieron juntos. Sin pirata dirigió su mirada al frente reincorporándose cómodamente a su asiento. -Sin derecho alguno, el esposo de mi querida hermana fallecida, te despojo de todo contacto de sus hijas, principalmente de la menor. Lamento que tales circunstancias hayan hecho que nos conozcamos y, conozco a mi sobrina, es muy sensible aunque no lo parezca; aun así, me parece, personalmente, muy divertido conocerte en estas circunstancias-. Rio y joven parecía desconcertado, sus facciones se arrugaron exageradamente, le parecía repulsivo su forma tan irónica de terminar.
-No es por ella-. Al fin contesto.
-¿Crees que aceptare esa respuesta?-. Cruzo de brazos. –De verdad que, te falta mucho por conocer este mundo. Estate tranquilo, ella seguro respondió tu carta y, muy seguramente en estos días llegara su respuesta-. Sonrió victoriosamente.
-¿Cómo te atreves a estar muy seguro de ello?-. Interrogo.
El aclamante pirata solo rio sin cesar, el niño por su parte, solo siguió observando por la ventana, ignorando toda provocación. Concebía el hecho de que, su padre y la madre de su querida amiga, los querían en una unión matrimonial, extrañamente, quería que su riqueza fuera compartida por ellos y no por su marido, pensó que, quizás, en algún momento su amiga, con el tiempo, se sumergiría en los acontecimientos que hicieron que su madre tomara esa decisión y, tal vez así comprendería mas o podría preguntarle al hombre que tiene a su lado, pero sabía que no era el momento, quería obtener su confianza y, con el tiempo, que fuese un aliado más.
Aquel camino largo por el tren había terminado, bajando con apresurados pasos, la noche los asechaba y era evidente que tenían que tener mucha mas precaución, pero un chillido de un caballo acercándose los altero para mirar atrás, observando un carruaje que los esperaba para llegar con el alcalde.
-Lamento llegar tarde, pero el alcalde los espera en su morada-. Abriendo las puertas del carruaje, ambos hombres subieron, dudosos de sobre manera, el pirata se encontraba preocupado ya que no era hora de visitas y al contrario de joven niño, se encontraba nervioso, esperanzado de encontrar una respuesta de su amiga. Ambos llegaron a su destino, aquella morada contaba con un espacio amplio y una fuente en el centro como decoración, como también, un camino de piedras incrustadas en el suelo para guiarlos a la entrada de la casa. Dentro de la morada fueron recibidos por los sirvientes del lugar, dejándolos con instrucciones específicas de donde dormirían a qué hora podrían recibir una cita para hablar con el alcalde, pues dichas horas demandaba que sería por la mañana el recibimiento.
Cuando el joven niño se disponía a cerrar la puerta, le pregunto a la sirvienta si había recibido una carta para él, ella respondió que no, pero en llegado caso se lo informaría, esto dejo un poco contrariado al joven, pero decidió esperar mañana, tanto para recibir la carta y el alcalde como para escribirle otra carta.
