Los personajes pertenecen a Kishimoto, yo solo los tomo prestado con el fin del entretenimiento.
¡Hola mis queridos lectores ¿Cómo están?! Espero que muy bien, realmente esta vez ha pasado una eternidad, tengo tantas cosas que contarles.
Así que les hago un resumen rápido: Empecé el nuevo semestre en la universidad (obviamente online) me está terminando de acomodar, cuando contraigo COVID. No salí, ni nada de ello, solo tuve la mala suerte de que un familiar, que es trabajador esencial, lo contrajera. Por ende yo y toda mi familia, debimos sacar fuerzas y afrontar esta fea enfermedad.
Cuídense ¡enserio! El virus ataca tu zona más débil. Por suerte yo y mis allegados contábamos con la primera dosis de la vacuna, así que pudimos sobreponernos, pero tomo más tiempo y por ende también que me atrasara en mis estudios.
Recién ayer empecé a retomar mi "rutina", así que vamos con calma, paso a pasito, que aún me canso solo de teclear.
Pero (lo bueno es que siempre hay un pero) quería traerles algo y revisando mis notas viejas encontré una pequeña historia que sinceramente había olvidado. La pulí un poco ¡Y aquí esta!
Si está bien o mal, eso siempre se lo dejo a ustedes. Pero deseo de corazón que lo disfruten… Nos leemos abajo.
Besos anti estrés... II
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"Desde hoy, yo Hanabi Hyuga, hija del Hiashi Hyuga, asumo el cargo como líder de este clan, comprometiéndome a hacer honor a los shinobis que estuvieron antes que yo. Dirigiré el clan, hasta que mis hijos estén aptos para sucederme y salvaguarde en todo momento su honor"
Hanabi suspiró, lo había hecho, ya no había marcha atrás. Era oficial.
Mantuvo la mirada en el cuadro que mostraba a su primo, mientras los miembros del consejo se retiraban.
–Hanabi.
Una dulce voz la trajo devuelta.
–Nee-sama.
Hinata le sonrió con una mezcla de orgullo y cariño.
–Felicidades Hyuga-sama. –le dijo e hizo una leve reverencia.
–¡Nee-sama! –evoco un puchero y Hinata agrandó su sonrisa. Ahora que estaban solas, la seriedad de Hanabi se diluía, volviendo a ella su actitud risueña y extrovertida.
Hinata miro a su hermana todavía intenta procesar lo sucedido. Era increíble que la mujer que ahora se le avergonzaba, antes se hubiese plantado de forma autoritaria y segura contra el consejo.
…
"El clan Hyuga ha cambiado, las enseñanzas que yo recibí en mi niñez no son las más aptas, para liderar estos tiempos".
...
Los viejos habían alzado la voz, pero Hanabi se mantuvo inmutable.
…
–Como líder asumo la responsabilidad de mi puesto y eso requiere que no solo haga mella de los logros que se tiene como clan, sino que también reconozca sus errores. –miro el cuadro del prodigio y todos lo notaron. –Yo conozco bien la línea de sucesión y no reniego de ella. Más como Shinobi de Konoha solo tomo el puesto mientras el verdadero líder, descansa."
…
–No deberías avergonzarte Hanabi-chan. Lo hiciste bien y estoy segura que él estaría orgulloso.
Ambas hermanas miraron la foto del prodigio.
–¿Tú crees?
–Estoy segura.
Hanabi sonrió y luego en silencio prendieron las velas de la ofrenda. …
…
–Nee-sama.
– ¿Si?
– ¿Has visto a Konohamaru?
–Lo vi en la entrada, antes de pasar a la reunión. –hizo memoria. – ¿Se pelearon?
Hanabi la miro confundida.
– ¿Qué? ¿Por qué preguntas?
–Bueno es que se lo notaba distraído, lo saludé pero creo que no me escucho. ¿Está todo bien entre ustedes?
Hanabi tenía la cabeza gacha más cuando la alzó una sonrisa traviesa llenaba sus labios.
–Nunca estuvimos mejor.
•~•~•~•~•
Hanabi soltó el tercer suspiro en menos de diez minutos. Sus ojos vagaban por los pasillos, sin éxito.
–¿Kono-chan dónde estás? –se quejó.
Durante todo lo que duro la ceremonia el Shinobi había permanecido como un espectador, ya que al no ser oficial su compromiso el lugar a su lado estuvo ocupado por su padre.
Pero eso no impidió que lo viera, como dijo su hermana, Konohamaru estaba distraído, incomodo, con la mirada esquiva cada que ella lo veía y hasta con un rubor en las mejillas.
Se mordió el interior de la boca e infló el cachete contrario.
Debían hablar, tal vez se había excedido con él.
–Cuando lo encuentre me disculpare. –se dijo a si misma.
Continúo su busquedad entre los antiguos pasillos del complejo Hyuga, deteniéndose solo por unos segundos para reverenciarse ante los miembros que la felicitaban.
Ser líder sería un trabajo duro, pero mientras Konohamaru confiara en ella, sentía que podía hacerlo. Sonrió, porque aún sin verlo su solo recuerdo la llenaba de una inmensa confianza y calidez.
Siguió caminado otro rato, hasta que un sonido le llamo la atención.
–¿Qué es eso?
Era ronco, tosco, casi como una tos mal disimulada pero... Afilo su oído y abrió sus ojos asombrada al reconocerlo ¡Era Konohamaru!
Pego el oído a la puerta, del cuarto que servía de despensa de alimentos, solo para comprobar su sospecha. Konohamaru estaba ahí adentro ¡Konohamaru estaba gimiendo ahí adentro!
Sintiendo la ira bullir en su interior, sus ojos adoptaron de inmediato el Byakugan y entonces abrió la puerta de un movimiento brusco dispuesta a terminar con la vida de la mujer que tenía las manos encima de su prometido.
Pero la imagen dentro de la pequeña y estrecha habitación, no fue la esperada.
–Kono-chan
El rostro le enrojeció en segundos.
Konohamaru al igual que ella, estaba paralizado, con el rostro acalorado, la respiración agitada y su mano sosteniendo su miembro erecto y desnudo.
–Hanabi
Entonces el jounnin despertó. Con movimientos torpes y erráticos intento subirse los pantalones, pero el sonido seco de la puerta al cerrarse, lo detuvo.
Con los pantalones aun desabrochados, pero ya cubriendo el motivo de su deseo, miro a la mujer agarraba un pequeño hilo y lo tiraba, activando la lamparita del cuarto.
Antes la oscuridad había fomentado su deseo, pero ahora verla a Hanabi con aquella escasa luz iluminándole el rostro… era sin duda mucho mejor.
–Kono-chan tú… –se calló.
Él volteo el rostro avergonzado
–Konohamaru. –Volvió a llamarlo, ahora acercando el rostro, hasta que sus narices se rozaron. –Ko-no-ha-ma-ru. –deletreo suavemente.
El jounnin sentía como la sangre se le agolpaba más y más en el rostro.
–¡No me mires así kore'! –finalmente desistió.
–¿Así cómo?
Él le mantuvo la mirada y entonces ella sonrió traviesa, burlona. Konohamaru chasqueo con la lengua, Hanabi agrando su sonrisa y entonces después de un largo silencio, el jounnin finalmente exploto.
–¡Esta bien kore', tu ganas! –le grito para después murmurar entre dientes. –Me estaba tocando kore'. –admitió avergonzado. –Pero ¡pero es tu culpa kore'! –intento excusarse acusándola.
– ¿Mía? –abrió y cerró los ojos, evocando un aire inocente que no tenía.
– ¡No intentes engañarme kore'! Es culpa tuya y de tus juegos, que yo acabara así de… –trago con fuerza. –Así de… –bajo la cabeza avergonzado, incapaz de terminar.
–¿Así de qué? –se regodeo Hanabi.
Él la miro con el ceño fruncido.
–¡No me hagas decirlo kore'! Ya sabes a lo que me refiero.
Ella sonrió de forma sugestiva y ladeo el rostro para susurrarle al oído. –¿Así de duro Kono-chan?
El jounnin trago con fuerza y asintió. Ella se separó, solo para verlo a los ojos.
–Tienes razón. –le reconoció. –Si no te hubiera provocado, no estaríamos ahora aquí.
–Hanabi.
Podía sentir como ella deslizaba la mano por su torso, hasta llegar al agarre que mantenía sus pantalones arribas.
–Konohamaru. –su mano cubrió la de él. –Como líder que soy, es mi deber aceptar las consecuencias de mis actos. –lo miro a los ojos con un haz de lujuria en ellos. –Déjame a mí.
Él soltó y entonces la tela cayó dejando un manchón oscuro y arrugado sobre el piso.
… …
El miembro no estaba erguido completamente, la tarea de Konohamaru se había visto interrumpida a la mitad.
–¿Aun no te corriste?
–No kore', yo estaba cuando…
–Entiendo, yo me encargo Konohamaru. –le sonrió. –Lo resolveré.
–Hanabi vamos a otro lado kore', alguien podría entrar.
Ella lo miro con una ceja alzada.
–Eso no pareció importarte antes.
–Porque estaba solo kore', pero tú eres el centro de atención, sino te encuentran…
–Shhh… –le puso un dedo en los labios. –Piensas como siempre demasiado, Kono-chan, solo déjate llevar ¿Sí?
–Hire.
Vio como ella se agachaba, su rostro quedaba a la altura de la hombría desnuda. No era la primera vez que lo hacían, conocían el placer que generaba el toque del otro en sus cuerpos, pero sí era la primera vez en un lugar así, encerrados, arriesgados a que alguien los viera y encontrara a la recién nombrada líder masturbando a un hombre, su prometido, pero aun hombre ajeno al clan.
Una situación vergonzosa, descara y tan excitante.
Hanabi se centró en la tarea, como si nada más captara su atención. Tomo en su mano la hombría, la piel estaba caliente, sudada, lo miro y sin dejar de hacerlo apretó con fuerza.
El bufo, soltó un quejido, el primero en presencia de ella.
–Ha pasado tanto tiempo.
–Es que… –ahogo un quejido. –Estuviste ocupada con… –respiro agitado. –La ceremonia.
–Lo sé y gomen por ello Kono-chan. –siguió acariciándolo. –Te descuide pero no volverá a pasar ¿sí? –se mordió el labio. –Estas duro, pero no lo suficiente. Tendremos que trabajar en ello, honorable nieto.
Comenzó a mover la mano, proveyó al cuerpo tenso de un masaje. Arriba abajo, maravillado aun como su mano no alcanzaba a rodear completamente el miembro del jounnin. Grueso, viril, grande, nadie pensaría que el honorable nieto dejaba su torpeza de lado en la intimidad, y caía tan bajo en sus deseos, que estos lo motivaban a encerrarse con el solo objetivo de tocarse.
–Hanabi. –escupió, llevo una de las manos a la estantería y se aferró a ella como sostén.
La mujer aumento el ritmo de la caricia, rápido y más rápido. Atrás quedaba el primer toque tímido y curioso, el tiempo solo liberaba la pasión y excitación propia de ella.
–Está creciendo. –dijo ella viendo como lo flácido desaparecía y solo se tornaba más tenso en su agarre. –Kono-chan…
Ella lo llamo, él la miro con los ojos brillantes, ella sonrió traviesa, aparto la mano y ante los ojos grande de él acerco su rostro a la hombría y soplo.
Soplo la punta, dio un aire fresco en la piel acalorada, era un juego, ella le gustaba torturarlo y él era demasiado adicto a su toque, la dejaba hacer y deshacer a voluntad.
La lengua de ella apareció, escapo de la prisión de sus labios y con Konohamaru temblando de anticipación, ella le dio la primera lamida.
–¡Kuso! –insulto al aire, el agarre en la estantería se afianzo.
La lengua de Hanabi bajo sedosa y mojada por todo el largo de la hombría de su amado, repitió el camino de ida y vuelta unas tres veces, antes de llegar a la punta y para desquiciar más al jounnin tomarlo en su boca.
–¡Hanabi!
La boca de ella hacia maravillas, intentando que entrara la mayor cantidad de él en ella. La Hyuga movía la boca, dejando a la vista pedazos del miembro erecto que rápidamente volvía a ocultar cuando lo cubría.
–Más, más kore'.
Ella se aferró, con ambas manos sujeto el trasero de Konohamaru, el gruño ante su toque, ella tomo fuerza y ante los ojos lloros de él, lo envolvió por completo, tomo toda la extensión de su miembro y lo retiro lentamente sin dejar de mirarlo a los ojos.
Una vez llegado a la punta Hanabi succiono, succiono con fuerza sacando el primer rastro de líquido pre seminal y se apartó.
–Recién empezamos. –se pasó la lengua por los labios. Mientras su mano volvía a retomar las caricias largas. –Aún hay mucha tensión, en especial aquí.
–No ¡kuso!
–¿No qué?
–Yo…
–Ves Kono-chan, estas tan tenso que ni hablar puedes. Relájate, deja salir todo ese estrés que te provoque.
Acerco su boca, pero esta vez no se centró en lo largo de su miembro, el tronco quedo para después atendido ahora solo por sus manos, la glande, la piel que bajaba y dejaba a la vista la punta enrojecida y mojada de su miembro, recibía la presión de sus pulgares. Caricia, arriba, abajo y presión, arriba, abajo y presión. Una tortura apasionante, Konohamaru sentía el sudor colarse en su sien.
–Ha… Hanabi. ¡Dios!
La boca de ella encontró un nuevo lugar, ambas bolsas, huevos, donde el semen se formaba caliente esperando salir. Ella lo tomaba, succionaba, lo estiraba y soltaba, una y otra y otra vez, atendía cada parte de su miembro.
Las piernas le temblaron, estaba erecto y tan duro que resultaba doloroso.
–Más, más kore'. –rogo y ella se apartó con una sonrisa.
–¿Qué quieres Kono-chan?
Él la miro con los ojos nublados, incapaz de formular palabra.
–¿Quieres que pare? –detuvo sus manos.
–No. –tartamudeo, sentía la garganta reseca.
–¿Entonces?
Él miro, los ojos azules volaron por el cuerpo de ella hasta encontrar el destino deseado.
–¿Aquí?
Él asintió.
Hanabi desanudo su kimono, la tela cayo por sobre sus hombros hasta dejar a la vista sus senos. Pechos turgentes de piel blanca coronados por un peso rosado, no eran exageradamente grandes pero tampoco podían pasar como una talla normal.
–Bien… –dijo tomo sus propios senos entre sus manos y envolvió al miembro erecto entre ellos.
–Oh kami, eso se siente bien kore', muy bien.
Hanabi masajeaba sus propios senos, haciendo prisionero a la hombría de su prometido que por momento se hundía en un naufragio de piel tibia y por otro asomaba la cabeza enrojecida y mojada por la propia excitación.
–No puedo dejar que manches mi ropa Konohamaru, lo notaran.
El gemía, soltaba sonidos roncos inentendibles, mientras ella hablaba.
–Así que… –Hanabi vio el momento en que la punta se asomaba y con fuerza lo tomo en su boca.
–¡Mierda Hanabi!
Ella succionaba mientras que con sus manos seguía presionando los senos, como si buscara expulsar al visitante de entremedio de ellos.
–Sigue.
Succiono, la lengua caliente lo envolvía como una manta mojada de saliva.
–Sigue kore'.
La piel de ella sudaba, la de él también. El lugar entre sus senos estaba caliente, asfixiante, suave.
–¡Sigue Hire!
Las manos abandonaron el borde de la estantería y ahora se enredaron en el cabello café, marcando un ritmo. Hanabi dejo de lado la atención de sus senos, finalmente el miembro era liberado en su prisión para someterse a una mucho más estrecha y mojada.
Ella lo miraba con ojos brillantes, mientras engullía el miembro en su boca, se podía oír los jadeos de él, el ahogo de ella. La saliva ya se escurría de los labios de la Hyuga, Konohamaru solo cerraba los ojos y marcaba el ritmo, más rápido, pasional. Más sucio, más exigente.
–Tómalo. –decía completamente fuera de sí. –Tómalo todo kore'
Sus caderas se movieron, ella jadeaba con él y entonces... Hubo tanto, demasiado que de pronto todo se tornó blanco.
Un flash blanco y puro, un momento en que las neuronas del jounnin se desconectaron y el semen salió disparado. Escucho a Hanabi soltar un gritito, pero cuando bajo la cabeza para verla con los ojos ido, la vio.
La Hyuga tenía los ojos cerrados y podía notarse como tragaba cada gota de la esencia que él había derramado.
Tembloroso Konohamaru dio dos pasos hacia atrás y se apoyó contra la estantería. Hanabi dio el último trago, antes de finalmente abrir la boca.
El semen fresco aun podía verse en la comisura de su boca, con uno de sus dedos y de forma sensualmente natural, la mujer lo limpio y elimino con la lengua.
–¿Mejor?
–Si kore', eso fue... –tomo una gran bocanada de aire buscando reponerse. –Increíble. –escupió.
Hanabi sonrió descarada, coqueta. Se levantó, le guiño un ojo y encaró hacia la puerta.
–Konohamaru... –vio de reojo como él se vestía. –Seguiremos luego ¿Sí?
–Hai... –suspiro y vio como la kunoichi salió del pequeño cuarto como si nada.
Amaba estar estresado, porque siempre contaría con ella para calmarlo.
¿Continuara?
Y eso fue todo por ahora, podría decirse que es un one-shot "suciamente romántico" (inauguro este género) realmente me sorprendí cuando lo encontré, debo ser mas organizada con mis historias, pero tampoco lo lamento porque pude disfrutarlo como una lectora más y eso me pone muy contenta.
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Antes de irme, les dejo un "apartado publicitario" (hoy estoy creativa armando espacios)
Para los que leen "Señales" (los amo, los extraño y sufro horrores no escribir) vi todos sus comentario, me pusieron muy feliz, les responderé a todos ¡Se los prometo! pero antes de reorganizar mi cabeza (después de semejante capitulo) les digo que pueden entretenerse leyendo la serie de ones-shot "Dos niñeros, una nieta" de mi historia "El habanero sangriento VS El ogro"
¿Por qué? Porque esa historia servirá de flash back sobre lo que vendrá en Señales.
Así que si están curiosos, siéntanse libres de leerla más con un fin… ¿informativo? Mejor digamos darle más color al cuadro, suena menos serio.
Bueno eso es todo, espero lo hayan disfrutado y me digan que opinan.
¡Nos leemos cuando el COVID se aburra completamente de mí!
