Compañera de Juegos.
Las vacaciones para Yugi no fueron tan solitarias como este esperaba. Todavía continuaba atendiendo la tienda de juegos de su abuelo, pero las cosas cambiaron desde aquella ocasión que su amigo Joey le pidió cuidar a su hermana. Acabó entendiéndose bastante bien con Serenity y ella se divirtió tanto que prometió volver a visitarlo. Y eso fue justamente lo que hizo.
De este modo, las visitas de Serenity al Kame Game se hicieron recurrentes a lo largo de las vacaciones y, casi sin darse cuenta, habían pasado varias semanas. Día tras día, ella y Yugi pasaban las tardes juntos, probando distintos tipos de juegos y divirtiéndose bastante.
Serenity se había convertido en su compañera de juegos, una compañía muy grata, pues el chico disfrutaba tenerla cerca, pasar tiempo a solas con ella y probar toda clase de sus juegos favoritos junto a ella. En algunas ocasiones, también venía Joey y se quedaba a jugar Duel Monsters con ellos, pero con frecuencia tenía cosas que hacer y los dejaba solos.
Debía admitir que se sentía bien jugar solo por diversión, sin tener que preocuparse por "salvar el mundo" en situaciones potencialmente mortales que involucren Artículos del Milenio o Juegos de las Sombras. Nada de eso, simplemente divertirse con una amiga, jugando sus juegos favoritos sin ninguna preocupación. Era un sentimiento que casi había olvidado con sus múltiples aventuras.
La propia Serenity había mejorado notablemente en los distintos juegos que le gustaban. A los pocos días, ella decidió formar su propio Deck de Duel Monsters en lugar de seguir jugando con el de Yugi, convenciendo a Joey de que le compré varios sobres de cartas en la tienda del abuelo. Siguiendo los consejos tanto de Yugi como de su hermano, ella consiguió construir un monte bastante equilibrado y resultó ser muy hábil en los duelos.
También solían jugar algunas partidas del Monster Fighter, donde Serenity le comentaba lo mucho que había practicado junto a Alti, derrotando a su hermano en todos los encuentros que tuvieron en casa. El propio Yugi estaba sorprendido de que su amiga consiguiera dominar todas las técnicas especiales de Alti.
Sin embargo, si había algún juego en el que Serenity parecía tener un talento natural, ese sería sin duda el Capsule Monsters. A menudo Yugi se sorprendía y la elogiaba por las técnicas que usaba en ese juego de ajedrez con monstruos. Dominó muchas técnicas complejas y ya jugaba como toda una profesional, al punto de que al propio "Rey de los Juegos" se le hacía difícil seguirle el ritmo.
Pero entre todo ello, también tuvieron algunos momentos tristes…
-Prepárate, Yugi. Utilizó mí Cuerno de la Luz para incrementar los puntos de ataque de mi Diosa del Capricho hasta los 3500 puntos. Con eso es más que suficiente para que mi Diosa del Capricho destruya a tu Bestia de Gilfer, y mi Arquera Roja podrá atacar directamente tus puntos de vida.
-Esa fue una buena estrategia, Serenity. Fortaleciste bastante a tu Diosa del Capricho… Pero olvidaste mi carta boca abajo.- Yugi sonrió mientras revelaba su carta y dejaba a Serenity con los ojos abiertos por la sorpresa.- Activo mis Cilindros Mágicos, que protegerán a mi Bestia de Gilfer y te regresarán tu propio ataque. Me temó que te quedaste sin puntos de vida.
-Cielos, no es justo. Creí que finalmente había logrado ponerte contra las cuerdas con la habilidad especial de mi Diosa del Capricho.- La chica hizo un puchero, para luego comenzar a reírse junto a Yugi.- Muy bien, ahora juguemos CapMon. Estuve preparando una jugada que no vas a poder contrarrestar.
En aquella ocasión, ambos se encontraban jugando en la sala de la casa de Yugi. Tenían muchos juegos preparados y estaban pasando un buen momento, divirtiéndose juntos. Yugi acercó su tablero de Capsule Monsters y estaba a punto de repartir las capsulas, cuando un pequeño sonido virtual llamó la atención de Serenity.
-Oh, discúlpame un momento, Yugi.- Se levantó la chica.- Ya es hora de alimentar a Shizu2.
La joven sacó el Digital Pet que Yugi le había regalado durante su primera tarde de juegos y en su interior, la mascota pixeleada saludaba de lo más contenta, mientras su dueña la alimentaba.
Y es que Serenity había puesto mucho empeño para cuidar a "Shizu2", su Digital Pet, pidiéndole ayuda a Yugi para alimentarla y ayudarla a crecer, al punto de que incluso la habían hecho evolucionar. Criarla había sido realmente divertido para ambos y la chica se encariñó con su mascota virtual, que realmente parecía viva al otro lado de su pantalla.
-Adelante, mi pequeña. Come todo lo que quieras y luego podremos jugar un poco.- Le dijo Serenity a su mascota.
Por un instante, Yugi se quedó mirando conmovido como su compañera de juegos cuidaba y mimaba a su Digital Pet. Se veía realmente tierna cuando la veía así…
-Oye Serenity, voy a la cocina por algo de comer.- La interrumpió Yugi.- Nosotros también debemos alimentarnos.
-Claro, Yugi. A decir verdad tengo un poco de hambre.
De esta manera, el de pelo puntiagudo se retiró del lugar, dirigiéndose a la cocina por algo de cenar. Estaba un tanto pensativo, pues esta era la primera vez que Serenity visitaba su casa en lugar de simplemente quedarse jugando en la tienda del abuelo. Y eso no era lo único que lo ponía nervioso…
-¿Yugi?- El chico fue sacado de sus pensamientos cuando llegó a la cocina y escuchó la voz de su madre.- ¿Qué sucede, hijo? ¿No deberías estar con la invitada?
-Oh, no te preocupes, mamá. Solamente vine por algo de comer.- Aclaró Yugi.
-¿Ya les está dando hambre?- Preguntó su madre.- Si me esperas un poco puedo cocinarles algo. No quiero que esa joven piense que somos malos anfitriones.
-No es necesario, Ma.- La calmó el chico, mientras sacaba algunas cosas del refrigerador.- Estaremos bien con un vaso de leche y unas cuantas galletas.
-Está bien, hijo. Pero si se les ofrece cualquier cosa, no dudes en pedirlo.- Le dijo con una sonrisa en el otro.- Después de todo, ha pasado un tiempo desde la última vez que tuviste una pijamada.
Y eso era lo que ponía un tanto nervioso a Yugi, esta no era una visita cualquiera: Serenity pasaría la noche en su casa. Claro, el duelista ya había tenido pijamadas con sus otros amigos, como Joey, Tea, Tristán, Miho, Bakura o incluso Duke, sin embargo, sería la primera ocasión en que pasaría la noche con su nueva compañera de juegos.
Al principio les costó convencer a Joey para que diera permiso, pero este confiaba en Yugi y en cuanto le contaron la razón por la que querían hacer la pijamada, este terminó cediendo.
-¿Lo tienes todo en orden? ¿Ya tienen listos sus sacos de dormir?- La voz de su madre nuevamente interrumpió sus pensamientos.
-Así es, Ma. Todo está en orden.- Contestó el chico.
-Solo traten de no quedarse despiertos hasta muy tarde. No me gusta que te trasnoches.- Recomendó su madre.- Y traten de no hacer muchos destrozos, no queremos que la casa quedé como en tu última pijamada.
Yugi suspiró un tanto avergonzado. La última vez que Joey y Tristán fueron a pasar la noche en su casa, terminaron peleándose con sus almohadas y causaron algunos destrozos. Su abuelo y su madre los regañaron en aquella ocasión… Afortunadamente, Serenity era mucho más calmada que su hermano y eso parecía tranquilizar un poco a la madre de Yugi.
-Estaremos bien, Ma. No nos quedaremos hasta muy tarde.- Yugi terminó de poner la comida en una bandeja y, tras despedirse de su madre, emprendió el camino de vuelta a su sala.
Una vez que finalmente llegó, vio a Serenity con una sonrisa nostálgica y ojos llorosos, mientras observaba fijamente el Digital Pet donde se encontraba su mascota virtual, Shizu2. En ese momento, notó que el dispositivo virtual ya no emitía ningún sonido y recordó la triste razón por la que habían organizado está pijamada en primer lugar.
-¿Serenity?
-Ya se fue, Yugi.- Le dijo ella, intentando contener lágrimas que salían de sus ojos.- La batería no aguantó más…
Tal y como le había advertido cuando se lo regaló, las mascotas virtuales no podían durar para siempre, estaban programadas para desaparecer una vez que se cumpla su ciclo de vida. Desafortunadamente, los veintiún días finalmente se cumplieron y la batería del Digital Pet estaba por llegar a su límite.
Sintiéndose responsable por haberle regalado el aparato, y debido a que ella no quería pasar ese momento sola, ambos acordaron la pijamada, con el objetivo de que Yugi acompañé a Serenity durante los últimos instantes de vida de su mascota. Ella no quería pasar sola por el dolor que conllevaba despedirse de su Shizu2, mientras la alimentaba por última vez, antes de que la pantalla se apagara para siempre.
-Yo…- Dijo con una voz llorosa y temblorosa.- Te quiero dar las gracias, Yugi. Gracias por haberme regalado el Digital Pet y darme la oportunidad de conocer a mi Shizu2… Parecía tan viva al otro lado de la pantalla… Creo que ahora comprendo cómo te sentiste con tu U2.
-Lo lamento, Serenity. De haber sabido que te pondrías tan triste…- El chico intentó disculparse, pero fue interrumpido.
-No te disculpes, Yugi. Yo te estoy agradecida.- Aclaró Serenity.- Es cierto que estoy triste por decirle adiós a mi pequeña mascota, pero… Creo que valió la pena. Por fin supe lo que se siente tener realmente una mascota, cuidarla y verla crecer. Creo que eso me ayudó a crecer también y ser más responsable. Nunca olvidaré esos felices recuerdos.
-Serenity...
-¿Sabes? Quizá suene tonto, pero… Realmente me encariñé con Shizu2.- Admitió la chica, frotándose algunas lágrimas de sus ojos.- Más que una mascota, era una compañera, que me escuchaba y entendía, realmente parecía estar viva… De verdad la voy a extrañar.
Al escuchar las palabras de su amiga, Yugi no pudo evitar sentirse identificado. Pero extrañamente, no le recordaba a la situación que tuvo que pasar al despedirse de U2, su antiguo Digital Pet.
En lugar de eso, le recordó otra despedida que había tenido que afrontar, una que todavía no superaba del todo. Le recordaba la despedida de su compañero, su otra mitad, uno de los amigos más cercanos que había tenido, uno que lo conocía de verdad, lo protegía y lo ayudaba a crecer. Aquel que prácticamente era una parte de sí mismo y gracias al cual nunca estaba solo… Y a quien tuvo que dejar ir al lugar al que pertenecía en una dolorosa despedida.
Quizá eran situaciones muy distintas, pero al ver a Serenity, con ganas de llorar mientras veía su Digital Pet sin batería, supo que el sentimiento era similar. Comprendiendo a su amiga, sabía exactamente como confortarla por la despedida de su mascota, por lo que avanzó lentamente, acercándose a ella.
-Yugi… ¿Qué…?- Serenity no pudo terminar de hablar, pues fue tomada por sorpresa ante un repentino abrazo de parte de su amigo. En un principio, la joven no sabía cómo reaccionar ante los sentimientos que cruzaban por su cabeza, era un abrazo firme y confortable, pero estaba confundida.
-Puedes desahogarte, Serenity. Yo estoy contigo.- Le dijo Yugi con voz firme y decidida.
-Gracias…
La chica finalmente devolvió el abrazó y comenzó a llorar sin contenerse sobre el hombro de Yugi, quien le acariciaba la cabeza para tranquilizarla. Así pasaron los minutos, hasta que finalmente ella sacó toda la tristeza que tenía guardada y dejó de llorar. Aun cuando estaba más calmada, Serenity no se movió, por alguna razón, aquel abrazó la hacía sentir cómoda y segura. Simplemente se quedaron abrazados y en silencio, sin prestarle atención al paso del tiempo.
…
Aquella experiencia solo consiguió acercar aún más a Serenity y Yugi. Los días pasaron y la chica ya parecía haber superado la partida de su Digital Pet, aunque todavía la recordaba con mucho cariño.
Sus visitas al Kame Game todavía eran frecuentes, sin embargo, Yugi la había notado un tanto nostálgica y distraída los últimos días. Siendo que el chico buscaba constantemente juegos que ella no conocía para sorprenderla y que sus tardes de juegos no se vuelvan repetitivas, pensó que esa era una buena manera de animarla. Por lo cual, le había preparado una sorpresa.
-¡Este tablero es fantástico! ¿Qué vamos a jugar aquí?- Preguntó Serenity con considerable emoción en su mirada.
Lo que había frente a ella era un extraño tablero cuadriculado con varias casillas, las cuales simulaban el suelo de una mazmorra, además de una figura humanoide en cada extremo, las cuales tenían tres corazones en su torso. Era un tablero un tanto más grande del que Yugi y Serenity solían usar para jugar al CapMon, además de que había varios dados de símbolos extraños que llamaron la atención de la chica. Ella parecía muy emocionada por probar un juego nuevo e intentaba descifrar como funcionaban.
-Te va encantar, Serenity. Este es un tablero de Dungeon Dice Monsters, un juego de estrategia con dados. De hecho, fue nuestro amigo Duke quien inventó este juego.- Añadió Yugi, sorprendiendo ampliamente a su acompañante.
-No sabía que Duke había inventado un juego.- Expresó pensativa.
-Es un juego popular, pero la tienda Black Crown tenía la exclusividad en las ventas, así que no estaba disponible en esta tienda. Por suerte, pude convencer a Duke de que me presté un tablero para que juguemos.
Serenity observaba el tablero con bastante curiosidad, mientras que Yugi sonreía tímidamente. En realidad, convencer a su amigo Duke no había sido tan difícil, en cuanto le comentó que necesitaba el tablero para enseñarle el juego a Serenity, este cedió de inmediato.
-¡Estoy emocionada, Yugi! Parece un juego muy complejo.- La chica se volteó a observarlo.- ¿Cuáles son las reglas?
-Verás, el Dungeon Dice Monsters se trata de un juego de estrategia que simula los clásicos calabozos. Cada uno de nosotros estará representado por un Dungeon Master y podremos invocar monstruos, pero el primero en recibir tres ataques es el que pierde.
-Entonces, estás figuras representarán nuestra vida y debemos protegerlas…- La joven observaba con interés una estatuilla de un payaso con tres corazones en el pecho.- ¿Y de dónde salen los monstruos?
-Salen de los dados.
-¿De los dados?- Preguntó confundida.
-Déjame explicarte. Lo primero que debes hacer es escoger tus dados, pues hay más de 500 distintos, cada uno con un tipo y habilidad distinta. Eso sí, debes tener en cuenta el nivel de los dados, pues los de alto nivel pueden ser difíciles de convocar.- Decidió añadir cierta aclaración que se "olvidaron" de darle la primera vez que le explicaron las reglas del juego.
-Los colores y patrones de los dados son diferentes.- Señaló Serenity.- ¿Cuáles se supone que debo elegir?
-Puedes tomar en cuenta los colores de los dados, cada color es un tipo de monstruo distinto. Los rojos son dragones, los verdes son bestias, los blancos son hechiceros…
-¡Entonces elegiré los rojos! Me gustan los dragones.- Declaró sonriente al tiempo que recogía los dados que le llamaban la atención.
-También te recomiendo añadir algunos negros, tienen habilidades mágicas especiales.- Sugirió Yugi.
-¿Habilidades especiales? Muy bien, tomaré unos cuantos dados negros para mi formación.
-Ahora debemos insertar los dados en el tablero y este los ordenará, por lo que podremos tomar los tres primeros dados que salgan y utilizarlos en cada turno.
Serenity hizo lo que su amigo sugirió y en unos pocos minutos, ya tenían su tablero listo para jugar una partida de Dungeon Dice Monsters.
-Muy bien, allá voy.- La joven sacó los tres dados que le proporcionó su tablero y los arrojó con entusiasmo.- ¿Qué significa lo que me salió?
-Esas son crestas de invocación, con ellas podrás convocar un monstruo. Lo único que debes hacer es poner tú dado en el tablero y este se dimensionará creando un camino.
-Está bien, allá voy.- Serenity sujetó uno de sus dados rojos y lo puso encima del tablero.- ¡Dimensiona el dado!
En cuanto Serenity depositó el dado sobre el tablero, este se abrió, formando un camino rojo, mientras que de su interior se podía apreciar la figura de un dragón redondo con dos cabezas. La chica estaba realmente contenta al ver que pudo invocar un monstruo desde su dado.
-¡Sorprendente! Los monstruos de verdad están dentro de los dados.
-Ese es el Grifo de Dos Cabezas, sacaste un buen monstruo en tu primera tirada.- La felicitó Yugi.- El objetivo del juego es mover a tus monstruos a través de ese camino rojo para atacar mis puntos de corazón.
-¡Ya lo entiendo! ¡Es como el camino de un verdadero calabozo!
-¡Ahora es mi turno!- Yugi sacó sus dados correspondientes y los arrojó.- ¡Adelante, dados! ¡Rueden!
De ese modo, continuaron disfrutando de una partida de Dungeon Dice Monsters. Y aunque Yugi mantenía una clara ventaja, Serenity se defendía demasiado bien para ser una principiante y sacaba algunas jugadas bastante interesantes.
-¡Ahora que el camino está despejado, uso mis crestas de ataque con mi Grifo de Dos Cabezas para impactar a tu Dungeon Master!- Ordenó Serenity.- ¡Qué bien! ¡Finalmente conseguí quitarte un punto de corazón!
-Debo admitir que me tomaste por sorpresa, Serenity.
-Sí, pero no debo confiarme. Todavía estoy en desventaja por culpa de tu ninja que me quitó dos puntos de corazón… ¡Pero ahora sí se viene la remontada!
El adolescente de cabello puntiagudo observaba embelesado como Serenity se alegraba y festejaba por su pequeña victoria. Ciertamente le gustaba verla sonreír, y le alegraba que conseguir el tablero de Dungeon Dice Monsters haya valido la pena.
-Me alegra verte tan feliz, Serenity.- Admitió en voz alta, dejándola un tanto confundida.
-¿Qué quieres decir?
-Es solo que estos últimos días estuviste algo… pensativa y distraída. Parecías un tanto triste, así que pensé que probar un nuevo juego te animaría.
-Gracias, Yugi. Eso es muy dulce.- Se sonrojo la joven.
-¿Por qué estabas tan distraída, Serenity?- Preguntó finalmente.- ¿Es algo con lo que puedo ayudarte?
-No es nada, es solo que…- La joven suspiró y finalmente decidió confesar.- Esta es la última semana de vacaciones, Yugi. Cuando terminé voy a tener que volver a casa de mamá y ya no podré visitarlos tan seguido…
Esta declaración tomó a Yugi como un balde de agua fría en la cabeza. Era cierto, Serenity vivía con su madre, bastante lejos, y la única razón por la que pudieron jugar por tanto tiempo y conocerse mejor, es porque ella vino a Ciudad Domino para pasar las vacaciones con su hermano. El final de las vacaciones, implicaría que ella ya no tiene ningún motivo para quedarse en la ciudad, ambos tendrían que volver a sus respectivas escuelas y sus tardes de juegos llegarían a su fin.
-Perdóname, Serenity. No me había dado cuenta de esto.- Al pensarlo, Yugi también se puso triste. No quería que sus tardes de juegos lleguen a su fin, no quería separarse de Serenity por tanto tiempo, disfrutaba bastante de su compañía.- Pero… Si de verdad se van a acabar las vacaciones, entonces debemos aprovechar cada segundo y disfrutar al máximo nuestro tiempo juntos.
-¿Nuestro tiempo juntos?
-Así es, vamos a crear buenos recuerdos juntos y cuando llegué el momento de despedirnos, no tendremos nada de qué arrepentirnos.- Declaró decidido.
-Igual que con mi Digital Pet.- La joven soltó una pequeña risita.- ¿Cuál es el plan, Yugi? ¿Cómo aprovecharemos nuestro tiempo?
-¿Un plan? Pues…- Yugi se había puesto un tanto nervioso. En parte por no tener un plan al haberse dejado llevar por el calor del momento, y en parte porque Serenity solía tener ese efecto en él.- Debemos divertiros al máximo, así que… Si estás libre el fin de semana, podríamos vernos para pasar el rato o algo así.
-¿Pasar el rato? Pues no tengo nada que hacer el sábado. ¡De acuerdo, Yugi! Estoy feliz de aceptar tu invitación. ¡Será una cita muy divertida!- Declaró contenta.
-¡¿Una cita?!- De pronto, el Rey de los Juegos se puso más rojo que los dados con los que estaban jugando, mientras que Serenity solamente lo observaba riéndose de forma divertida.
Aquello lo había tomado por sorpresa. ¿Acaso acababa de invitar a salir a su amiga, sin siquiera darse cuenta? Ahora sí que estaba nervioso y no sabía que decir o cómo actuar a continuación. Estaba perdido en su mente, entre pensamientos y sentimientos confusos… Hasta que el sonido de los dados lo interrumpieron. Aparentemente, Serenity no estaba para nada nerviosa y había regresado a jugar con una sonrisa en el rostro.
-¡Qué bien! ¡Conseguí dimensionar un raro dado negro!- Celebró Serenity.- ¡Ahora voy a ver cuáles son sus habilidades mágicas especiales!
Yugi observó una vez más a su compañera de juegos, mientras ella continuaba divirtiéndose en el Dungeon Dice Monsters y solamente suspiró. Ya se preocuparía más tarde por su "cita" o cualquier otra cosa. De momento, lo mejor sería disfrutar al máximo todo el tiempo que les quedé y divertirse juntos.
…
Yugi no tenía mucha experiencia con las citas. De hecho, sus dos anécdotas que más se acercaban a una cita terminaron de las formas más atípicas posibles: jugando un juego de las sombras contra un terrorista amante de las explosiones, o descubriendo que el espíritu de su rompecabezas era en realidad un antiguo faraón egipcio.
Quizá por esa razón es que se encontraba hecho un manojo de nervios en una mesa del Burger World, mientras esperaba la llegada de Serenity. Todavía no estaba seguro de cómo había terminado en esta situación. La invitó a pasar el rato porque disfrutaba estar junto a ella y quería pasar tiempo juntos antes de despedirse… ¿De verdad podría considerarse como una cita? Bueno, eso era lo que ella le había dicho...
-¡Hey, Yugi!- Escuchó la inconfundible voz de su compañera de juegos.
Al voltearse vio a Serenity acercándose rápidamente. Iba vestida con ropa sencilla, pero Yugi estaba embelesado al verla acercarse con esa sonrisa, no podía evitar que le parezca adorable y no sabía si continuar viéndola o no mirarla más de lo necesario. Aunque tuvo que controlar sus nervios en cuanto ella se sentó en su mesa.
-Lamento el retraso, estaba con mi hermano. ¿Ya ordenaste algo?- Preguntó ella.
-No te preocupes, acabo de llegar.- Mintió, lo cierto es que estaba tan nervioso que salió de su casa antes de tiempo y terminó llegando demasiado temprano.
-Entonces vamos a comer unos helados, muero de hambre.- Dijo ella, riéndose ligeramente.
Eso fue exactamente lo que hicieron, ordenaron unos helados y comenzaron a charlar animadamente. Por el momento, su supuesta "cita" había tenido un buen comienzo. Al menos no habían sido interrumpidos por algún criminal prófugo u otro lunático (como le sucedió a Yugi en sus antiguas visitas al Burger World). Simplemente estaban sentados en la mesa, charlando de forma amena, mientras disfrutaban de un delicioso helado.
Aun así, se sentía un tanto diferente a las tardes de juegos que acostumbraban pasar juntos durante el último mes. De cierta forma, Yugi se sentía más cercano a Serenity, y aun cuando todavía se sentía nervioso, ya estaba hablándole en confianza y bromeando junto a ella, como si fuera algo natural, mientras compartían algunas anécdotas.
-Lo malo es que mi mamá se enfadó al enterarse que marqué sus calcetines para crear el juego de concentración.- Relató el chico mientras saboreaba su helado.
-Jajajaja, eres muy divertido, Yugi.- Sonrió Serenity.- Puedes convertir cualquier cosa en un juego.
-Vamos, Serenity. No exageres.- El chico bajó su cabeza un tanto sonrojado.
-Y bien, Yugi. ¿Qué planes tienes para que nos divirtamos hoy?- Preguntó ella, tomándolo por sorpresa nuevamente.
-Pues…- El adolescente estaba un tanto exaltado mientras esperaba que se le ocurra alguna idea. Ciertamente había preparado ciertos lugares para su "cita", pero las ideas se le desvanecían por los nervios que sentía.
Afortunadamente, su amiga pareció notar su predicamento y decidió sugerir algo.
-Si quieres, podemos ir a Kaibalandia.
-¿A Kaibalandia? ¿Por qué quieres ir ahí?- Preguntó Yugi, algo confundido.
-Estuve investigando y escuché que tienen una atracción llamada "Death T" llena de juegos interesantes y desafiantes. Podríamos superarlos juntos.- Sugirió de forma inocente.
Al escuchar la palabra "Death T", el chico casi se atraganta con su helado. Ni loco llevaría a Serenity a un lugar tan peligroso como ese, aquella torre del terror que Kaiba construyó específicamente para vengarse de él y terminó presentando al público como si fuera atracción de un parque de diversiones.
La única vez que la visitó, cuando fue a rescatar a su abuelo, él y sus amigos terminaron viéndose expuestos a toda clase de peligros que casi acaban con sus vidas. Pudieron haber muerto electrocutados en ese juego de tiro contra mercenarios contratados por Kaiba o su montaña rusa del terror eléctrico, pudieron perder el brazo en ese peligroso acertijo de la guillotina o pudieron ser aplastados por los bloques gigantes que caían del techo (de hecho, casi perdieron a Tristán en esa última). Eso sin mencionar que Joey tuvo que pelearse contra un asesino serial buscado internacionalmente, al que Kaiba tenía atrapado en un cuarto tétrico… Le tenía respeto a su rival y comprendía su comportamiento, pero no podía evitar preguntarse: ¿Cómo es que aún no lo habían arrestado por haber presentado semejante torre de torturas al público?
-Eh… No creo que sea buena idea, Serenity.- Estaba decidido, Yugi no permitiría que su compañera vaya a un lugar tan espantoso.
-¿Por qué no?- Preguntó confundida.
No podía contarle lo aterrador que era aquel lugar o lo peligrosos que eran sus "juegos", pero tampoco podía llevarla ahí. No estaba seguro si su rival había reformado la torre desde su última visita, pero no quería correr riesgos. Además, tampoco quería que su cita se vea arruinada por algún conflicto con Kaiba y sus cuatro Game Masters.
-Porque… Seguramente estará muy lleno y no quiero que perdamos todo el día haciendo fila.- Se inventó esa excusa en el último momento y esperó que Serenity se la creyera.
-Oh, supongo que tienes razón.- Respondió un tanto decepcionada, mientras inflaba ligeramente sus mejillas.
-Pero conozco otro lugar, bastante divertido, donde podremos completar juegos juntos.
La chica levantó su cabeza, más animada y claramente interesada por la propuesta de Yugi, preguntándose a qué lugar la llevaría.
…
El Rey de los Juegos decidió llevarla a un salón de videojuegos Árcade que Joey le había mostrado hace un buen tiempo, y Serenity estaba encantada mientras escogía alguna máquina de videojuegos. El lugar había cambiado un poco desde la última vez que Yugi y sus amigos habían venido a divertirse. Pues además de los juegos clásicos, había otros que tenían lo último en tecnología, gracias a los aportes que Kaiba Corp, Ilusiones Industriales, SIC o Schroeder Corp habían implementado en los años más recientes.
Inclusive contaban con juegos de verdadera realidad virtual, como "Kingdom" o "Duel Monsters Quest", pero Serenity se negó tajantemente a probarlos, pues le traían malos recuerdos de aquel mundo virtual donde los Cinco Grandes los capturaron.
En lugar de eso, la chica lo arrastró a distintos juegos, un tanto más clásicos. Disfrutaron bastante uno de conducción, y también bailaron con el juego "Súper Dancer", donde, si bien Serenity no era tan buena como Tea, si era lo suficientemente buena como para derrotar a Yugi con facilidad en ese complicado juego de baile.
-¡Eso fue muy divertido! ¡¿Cuál quieres probar ahora, Yugi?!- Preguntó la chica a su compañero, quien apenas estaba recuperando el aliento tras el Super Dancer.
-Pues… Intentemos con un juego de peleas.- Sugirió Yugi.- El Virtual Vs es uno de mis favoritos.
-No estoy segura, nunca lo he probado.- Respondió con un poco de duda.
-Ah, no te preocupes por eso. Los controles son sencillos y te acostumbras rápido, es muy intuitivo a la hora de sacar combos.- Dijo Yugi.- Además, si llegamos con el jefe final sin sufrir ninguna derrota, entonces podremos acceder a un jefe secreto.
-¡Eso si me suena a un reto! Vamos a intentarlo.- Exclamó la chica, un tanto más motivada.
Ambos se sentaron en el clásico Árcade de peleas conocido como "Virtual Vs", del cual Yugi era prácticamente un experto, e insertaron una moneda para poder jugar.
-¡Wow! Hay bastante variedad de personajes. Me pregunto cuál debería escoger.- Se dijo la chica mientras observaba el panel de selección.
-Yo te recomiendo esté de aquí, es Bruce Ryu, uno de mis favoritos.- Dijo Yugi, mientras apuntaba al personaje.
-Que gracioso, ese Bruce Ryu es igualito a Bruce Lee.- Sonrió Serenity.
-Sí, soy un gran fanático de Bruce Lee.- Admitió Yugi, un tanto avergonzado.
-Recuerdo que mi hermano veía sus películas cuando éramos pequeños.- Comentó la chica.- Sí este Bruce Ryu es así de fuerte, entonces creo que lo escogeré.
Serenity escogió su personaje y comenzó a jugar contra la computadora, bajo la atenta guía de Yugi. Pronto, se dio cuenta de que su amigo tenía razón, los controles del juego eran bastante intuitivos y se acostumbró rápidamente a ellos, ganando unas cuantas batallas y pasándoselo en grande. Pero a medida que avanzaba en el juego, la dificultad se incrementaba y sus nuevos oponentes la estaban poniendo contra las cuerdas. De hecho, estaba teniendo bastantes problemas peleando contra una especie de ninja que le disparaba hielo y congelaba a su personaje para luego atacarlo sin parar.
-¡Cuidado, Serenity! ¡Debes cubrirte!- Advirtió Yugi.
-¡No puedo! ¡No deja de atacarme!- Exclamó la chica mientras hacía retroceder a Bruce Ryu para evitar los ataques del ninja.
-¡Ahora, usa un gancho!
Serenity obedeció a las instrucciones de Yugi, consiguiendo quitarse al ninja de encima con un gancho, pero su barra de vida todavía era considerablemente baja en comparación con la de su enemigo.
-No me salen los combos, Yugi.- Le dijo la chica.- Necesito que me ayudes.
-Déjamelo a mí. Juntos podemos derrotarlo.- Respondió el rey de los juegos con bastante confianza.
El muchacho se acercó por detrás de Serenity, extendiendo su mano junto a la de ella para poder sujetar la palanca y controlar al personaje. Con ayuda de Yugi, el peleador comenzó a contraatacar al ninja enemigo con un rápido combo de golpes, en un intento por remontar la partida.
Serenity y Yugi presionaron los botones y la palanca en bastante sincronía, y concentrados en derrotar a su oponente. Se cubrían de sus ataques y contraatacaban con algunos combos, pero tenían problemas cuando ese ninja los congelaba. Estaba a punto de terminar con ellos, cuando Serenity vio su oportunidad y presionó el botón de la patada, haciéndolo retroceder justo antes de que les dé el golpe final.
-¡Ahora es cuando!- Señaló Yugi.- ¡Ya cargamos la barra de energía, debemos finalizarlo con un súper ataque!
-¡Vamos, Yugi!
Serenity no recordaba del todo los comandos que le dijeron para utilizar el súper ataque, pero Yugi estaba junto a ella, guiando su mano. Gracias a ello, Bruce Ryu ejecutó su movimiento especial de combate cercano "One Inch Punch", arremetiendo con un puñetazo certero, que mandó a volar al ninja con efecto de retroceso, drenando por completo su barra de salud. Ambos jóvenes estaban realmente aliviados cuando la pantalla del Árcade los anunció como los ganadores del combate.
-¡Ganamos!- Festejó, Yugi.
-Wow, eso fue realmente intenso.- Suspiró la chica.- Eres mucho mejor en esto de lo que espera…
Serenity se detuvo al darse cuenta de un pequeño detalle, su rostro estaba demasiado cerca del rostro de Yugi. No solo su rostro, sino que sus cuerpos se habían acercado cuando el de cabello puntiagudo acudió a ayudarla en el juego, y aunque en el calor de la batalla no se dieron cuenta, lo cierto es que terminaron en una posición un tanto comprometedora. Sus manos prácticamente se estaban tocando sobre la palanca del Árcade, sus cuerpos tenían bastante proximidad y prácticamente podían escuchar la respiración del otro gracias a la cercanía de sus rostros.
Antes estaban demasiado concentrados en el Virtual Vs para notarlo, pero ahora que se habían dado cuenta de su posición, ambos se sonrojaron repentinamente. Extrañamente, ninguno de los dos se movió o dijo alguna palabra, sino que se quedaron observándose nerviosos y en silencio, sin moverse de su posición.
Extrañamente, cualquier pizca de nerviosismo que pudieran tener desapareció en cuanto Yugi la observó a los ojos, era como si todos los pensamientos de su cabeza se hubieran apagado. Simplemente se observaban el uno al otro, como en una especie de trance, como si estuvieran hipnotizados, ni siquiera el sonido del juego anunciando el siguiente combate fue suficiente para hacerlos reaccionar.
Yugi y Serenity acervaban sus rostros el uno al otro, sin poder dejar de observarse, conscientes de lo que estaban a punto de hacer, pero poco les importaban las consecuencias. Finalmente, fue Yugi quien se inclinó lentamente, con algo de torpeza, y sus labios se unieron suavemente a los de su compañera de juegos, tomándolos a ambos por sorpresa.
Serenity cerró los ojos y se dejó llevar, sintiendo como un extraño hormigueo se extendía desde su pecho por todo su cuerpo, a medida que sentía los labios de Yugi. Como si reaccionará por instinto, ella envolvió sus brazos por su cuello, sin querer separarse de él, mientras este le acariciaba el cabello con dulzura.
Después de unos segundos, que parecieron mucho más largos, ambos se separaron lo suficiente para mirarse a los ojos. Estaban completamente rojos, pero los dos se sonreían con ternura, aunque todavía un tanto nerviosos, pues no sabían que hacer a continuación.
-Yo… No sé qué decir.- Confesó Yugi entre tartamudeos.
-Gracias, Yugi. Me haces una chica muy feliz.- Le dijo Serenity, mientras intentaba disimular su nerviosismo.- Yo siempre te he admirado… Hiciste bastante por mi hermano y es gracias a ti que pude recuperar mi visión. Siempre has sido tan valiente y yo… Yo fui muy feliz cuando pasábamos las tardes jugando. Fueron las mejores vacaciones que he tenido, me divertí mucho y pasábamos juntos tanto tiempo que… Antes de irme a casa, yo…
-Serenity, tú siempre me pareciste una chica linda y dulce. La forma en que afrontaste tus dificultades con valentía y dignidad, como aun con ello seguías preocupándote por todos… En verdad me alegra que pasemos estás tardes de juegos. Gracias a ello pude conocerte mejor, acercarme a ti y… Aunque al principio no estaba tan seguro de mis sentimientos, yo creo que… Te quiero, Serenity.
-Estoy tan contenta… ¡Gracias, Yugi! ¡Estoy muy feliz!- Le dijo con una sonrisa, al tiempo que se lanzaba a darle un abrazo.
Ambos estaban realmente felices, ignorando todo lo que ocurría a su alrededor… Al menos hasta que el sonido del juego los trajo de vuelta a la realidad, pues mientras estaban distraídos, su personaje del Virtual Vs había sido derrotado por una peleadora rubia y ahora debían introducir una moneda para evitar el conteo de Game Over.
-Creo que no vamos a poder enfrentar a ese jefe oculto.- Bromeó Yugi.
-Jajaja, supongo que no. Aunque fue una buena cita.- Le dijo Serenity, al tiempo que guiñaba el ojo, provocando un sonrojo en su nueva pareja.- De verdad que voy a atesorar estos recuerdos cuando regresé a mi casa.
De este modo, Serenity tomó a Yugi del brazo y se lo llevó para probar algún otro juego. Este era el último día que pasarían juntos antes de que ella regrese a su hogar y lo disfrutarían al máximo.
…
Al día siguiente, Yugi y Joey decidieron acompañar a Serenity hasta la estación de trenes de Ciudad Dómino, para despedirse de ella. El Rey de los Juegos mentiría si dijera que no se sentía triste al separarse de ella, en verdad que odiaba las despedidas, pero decidió mantener una actitud positiva para despedirse con una sonrisa.
Ella se despidió abrazándolos con fuerza, tenía sus ojos un tanto llorosos, pero conservaba su sonrisa al tiempo que les decía lo ansiosa que estaba por volver a visitarlos. Fue así, como Serenity Wheeler subió al tren, cargando entre su maleta el Monster Fighter que Yugi le había regalado, y partió fuera de Ciudad Dómino.
Por unos minutos, Yugi y Joey se quedaron en silencio, observando el horizonte, por donde se había ido el tren. Quizá estaba un poco desanimado al verla partir, pero no se preocupaba, pues estaba seguro de que ella volvería a visitarlo más temprano que tarde.
Las despedidas podían ser duras, sean cuales sean sus circunstancias. No importaba si era una mascota virtual, un espíritu ancestral con talento para los juegos, o la compañera de juegos que se había convertido en su novia. Independientemente de eso, las despedidas duelen. Pero… Los recuerdos de todos esos buenos momentos que pasaron juntos se quedarían por siempre.
Yugi tenía la firme creencia de que él y sus seres queridos estaban unidos por un lazo especial que nunca se rompería. Ahora Serenity formaba parte de ese lazo, y siendo ella una persona tan importante para él, estaba convencido de que tarde o temprano volvería a verla y pasarían tiempo juntos, creando nuevos recuerdos.
FIN.
Y eso es todo, con este capítulo concluimos esta pequeña historia. Es interesante, pues este es mi primer fic orientado principalmente hacía el romance y estoy bastante contento con el resultado. Ya en otras de mis historias había tenido escenas o subtramas románticas, pero eran más un complemento para mis historias que el punto central de las mismas. Se podría decir que fue un experimento interesante y ya hacían falta más fics de Yugi con Serenity, aquí está mi pequeño aporte para el fandom de Yugioh.
Aquellos observadores, seguro se dieron cuenta de que hay un gran ausente entre los juegos que Yugi le mostró a Serenity. Se trata del Monster World, aquel juego de aventura que tuvo su propio arco en el manga y la temporada 0, donde Yugi y sus amigos se enfrentaban a Bakura en un RPG bastante interesante y épico (el cual fue reemplazado por un duelo de monstruos casual en el anime que todos conocemos xD).
Lo cierto es que en un principio tenía planeado que la cita de Yugi y Serenity finalice con una partida de Monster World. La idea original era que el Rey de los Juegos lleve a Serenity a casa de Bakura para mostrarle un último juego nuevo antes de que ella se vaya. Ya tenía parte de la escena escrita, pero al final no me convencía del todo, pues no encajaba con la trama, así que tuve que cortar a escena.
En fin, supongo que eso es todo por ahora. En verdad espero que hayan disfrutado leyendo esta historia, tanto como yo disfruté escribiéndola. Sin nada más que decir, yo me despido hasta mi siguiente fic.
