Día 6 Público
Pareja: IyaOso
AU: Normal
Palabras: 559
- Son unos idiotas – se quejó con un puchero el mayor de los sextillizos a la par que azotaba levemente su tarro sobre la barra. Osomatsu se encontraba en un bar cualquiera bebiendo en compañía de Iyami.
- Siempre dices lo mismo – contestó su amigo probando un poco de su bebida.
- ¿Qué les cuesta darle amor a su querido onii-chan? - Dio un largo trago que acabó con todo el líquido, no tardo en pedir otra cerveza.
Iyami solamente suspiró y le acompaño bebida tras bebida.
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Las risas de dos hombres resonaban por las solitarias calles, apoyados mutuamente sostenían cada uno en su mano libre una botella, con un canto desafinado trataban de acoplar sus voces.
- ¡Hey! – se escuchó el grito de un hombre cerca de ellos. Al girarse lograron distinguir a un policía. Sus mentes se sincronizaron con el mismo pensamiento: "Correr"
El policía era persistente, pero el par de amigos lo eran aún más.
- ¡Aquí! – gritó Iyami al tomar repentinamente el brazo de Osomatsu y jalarlo consigo, ambos cayeron entre los arbustos.
- ¡Eso do…! – su queja fue interrumpida por el mayor que rápidamente le cubrió la boca.
Los pasos del policía se escucharon acercándose, por fortuna, el uniformado no se detuvo.
- Estuvo cerca… - murmuró Iyami aliviado; pronto recordó a la otra persona que le acompañaba, al posar su vista en el chico que mantenía debajo de sí algo en su interior pareció reaccionar, retiró con lentitud su mano y un hilo de saliva le conectaba con los labios de Osomatsu.
El nini respiraba un poco agitado, la carrera reciente y que le cubrieran la boca tan de repente le habían puesto nervioso, sumado al hecho de que Iyami no se quitaba de encima ni dejaba de observarlo tan atentamente le causaba una extraña sensación.
Por su parte, Iyami sentía su corazón latir más aprisa de lo normal, pero claro, prefería adjudicar aquello a su huida y no al hecho de que no podía dejar de admirar el sonrojo que tenía Osomatsu.
Quizá fue alcohol quien terminó jugando con sus sentimientos, tomando aquella soledad que había en ambos hombres simplemente le pareció el mejor momento para incitarles a dar un paso más allá de la amistad.
Iyami acortó la distancia y besó con suavidad al otro, Osomatsu no opuso resistencia, al contrario, le tomo el rostro con ambas manos para evitar que se alejara, lentamente el contacto fue subiendo de tono, las caricias eran repartidas y recibidas por igual.
- Alguien podría vernos… - murmuró Osomatsu mientras desabotonaba la camisa del mayor.
- Que importa – respondió antes de acercarse a su cuello y succionar la piel, no había duda, no tardaría en aparecer un chupetón.
Osomatsu gimió ante la acción y por instinto cubrió su boca.
Iyami sonrió de lado, acomodándose entra las piernas del menor comenzó un movimiento en el que sus miembros se rozaran, pese a la tela de la ropa, la sensación de placer comenzaba a aumentar. El roce, los besos y caricias llevaron a lo inevitable, ambos terminaron eyaculando dentro de su ropa interior.
- Quiero más – susurró Osomatsu en el oído de su amigo, totalmente extasiado.
¿Qué más daba la razón? Cuando el calor de los cuerpos pide más, rara vez se le puede negar aquella petición.
Iyami se enderezó un poco sólo para asegurarse que no había nadie cerca, al estar seguro se levantó por completo y ayudo al otro, llevándole al interior del parque fueron en busca de algunos árboles que les ocultaran brevemente, lo suficiente para que saciaran aquella necesidad que hasta hace poco desconocían.
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La práctica sexual en un lugar público puede considerarse una parafilia conocida como: "Doogging" que consiste en la excitación sexual al ser observados teniendo relaciones al aire libre o dentro de un auto.
Aunque en el caso de este fic, no fueron atrapados XD
Día 7 Rolplay
Pareja: ChoroOso
Palabras: 529
Choromatsu entró a su casa a paso lento – Estoy de vuelta – anuncio mientras se retiraba los zapatos - ¿Osomatsu? – se asomó a la cocina, pero no lo encontró, avanzó a la sala y dejo su maletín en el sillón, preguntándose en donde podría estar el mayor. Se encamino a la recamara mientras comenzaba a aflojar el nudo de su corbata.
- Bienvenido – se escuchó una voz cantarina al interior de la habitación.
- ¿Osomatsu? – el menor observo con atención a la persona que estaba sobre la cama vistiendo un curioso disfraz; un uniforme de enfermera, medias y cofia* todo en blanco con algunos detalles en color rojo.
- Ya te esperaba – se levantó y camino hasta el otro, paso sus manos alrededor de su cuello antes de acortar el espacio y besarle suavemente – Esta noche tendrás atención especial – murmuro cerca de su oído.
No tardaron en llegar hasta la cama, Osomatsu sobre Choromatsu no dejaba de besarlo apasionadamente, el otro recorría con sus manos la cintura por encima del uniforme.
- Eres un paciente muy atrevido – ronroneo "la enfermera" al sentarse. Comenzando un suave movimiento se encargó de restregar su cuerpo contra la entrepierna del otro. Choromatsu no pudo evitar gemir ante la sensación.
Osomatsu se deshizo de la cofia arrojándola a algún punto de la habitación, el uniforme que portaba tenía un cierre al frente, el cual, lentamente fue bajando, deleitando con la vista a su compañero.
Choromatsu pudo sentir que su erección crecía con tan sólo descubrir que el otro también usaba ropa interior femenina blanca. Cediendo a los impulsos, en u rápido movimiento cambio de posiciones, teniendo al mayor bajó de él se apresuró a retirarse pantalón y calzoncillos.
Osomatsu sonrió de forma maliciosa, orgulloso de ser quien había encendido aquel lado – Me prepare antes de que llegaras, puedes meterla – comentó mientras se quitaba la prenda íntima.
El otro no aguardo más indicaciones, terminó de acomodarse entre las piernas del mayor y no tardó en penetrarlo.
Los gemidos de ambos retumbaban en la habitación. Choromatsu aumentaba el ritmo de las estocadas mientras disfrutaba aquella vista, el traje de enfermera seguía abierto y era la única prenda que portaba el mayor.
- ¡Más fuerte Choro, más! – suplicaba extasiado alcanzando a aferrarse a la espalda de su pareja, logrando así que la penetración fuera más profunda.
El orgasmo llegó primero a Osomatsu y sólo basto de un par de estocadas más para que Choromatsu eyaculara en su interior.
- Chororin~ eso se sintió genial – canturreo de forma melosa mientras intentaba regular su respiración.
- ¿Por qué se te ocurrió vestir de esa forma? – Choromatsu salió del mayor y se inclinó para besar la frente del otro.
- La oportunidad se presentó y simplemente la aproveché – ante la confundida mirada de Choro no pudo evitar reír un poco – esta mañana encontré un paquete a la entrada, alguien se equivocó al hacer la entrega y tenía curiosidad de que había en el interior.
- Eso no es correcto – le reprendió.
- ¿Debo quitármelo entonces? – preguntó con un leve puchero.
Choromatsu lo medito unos segundos – sólo una vez más y ya – declaró volviendo a besarlo, dando pie a una nueva ronda.
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*Cofia: Gorro que es parte del uniforme de enfermera.
Rolplay: El juego de rol consiste en tener relaciones mientras se adopta un personaje como policía, bombero, enfermera, y cuanto se les ocurra. El punto es crearse un papel y divertirse imaginando que son otros.
Día 8 Cuerdas
Pareja: JyushiIchi
AU: Normal
Palabras: 522
¿Cuándo inicio aquello? Quizás ni ellos mismos lo sabían, tal vez fue una apesta perdida, una repentina ocurrencia o simple curiosidad lo que les llevó a dicha actividad.
Soló requerían de un bate y una larga cuerda.
En ocasiones era el mayor quien lo pedía, otras veces era el menor quien lo ofrecía y en contadas ocasiones sólo requerían de una mirada cómplice para saber lo que deseaban hacer.
El gusto por aquella práctica complementaba la necesidad de sus cuerpos.
Ichimatsu sentía gran placer al ser inmovilizado, las cuerdas ejerciendo presión en su piel, rara vez dejando marca alguna, le emocionaba de sobremanera; y sus extremidades, al buscar liberarse de forma inconsciente a pesar de saber que no lo lograría por sí mismo, le causaba un sentimiento mezclado entre la desesperación y la excitación.
Por su parte, Jyushimatsu disfrutaba de la sensación de poder que le provocaba el someter a su hermano, su lado dominante salía a flote con cada nudo que realizaba y se deleitaba con las leves quejas del mayor que en ocasiones se transformaban en sutiles gemidos.
Sin embargo, pese a compartir el mismo tipo de actividad no se permitían ir más allá de lo que la línea sanguínea marcaba, seguían siendo hermanos y aunque no ocultaban la actividad, eran conscientes del posible rechazo de su familia si descubrían el verdadero significado detrás de su "juego"
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Ichimatsu entró a la recamara en busca del quinto hermano, lo encontró terminado de alistarse con su usual trabe deportivo.
- Jyushimatsu… ¿Quieres practicar? – preguntó Ichimatsu de forma monótona sosteniendo la cuerda de siempre.
El menor esquivo la mirada - ¿No te cansas de ello Ichimatsu nii san?
El nombrado se sorprendió ante lo dicho, ¿Acaso su hermanito intentaba decirle algo más con esa pregunta? ¿Por qué ni siquiera le miraba? – Yo… si te ha cansado, lo entiendo… no volveré a pedirlo – dejó caer la cuerda y se giró listo para retirarse del cuarto.
- ¡Aguarda! – Jyushi se apresuró a detenerlo por la muñeca – No es que no quiera Ichimatsu nii san…
- ¿Entonces?
- Ro…
- ¿Ro?
- Rompí mi bate… - confesó bajando la cabeza.
El mayor suspiro frustrado, odiaba cuando su mente se hacía ideas equivocadas por adelantado; ahora entendía que Jyushi quería seguir haciendo aquello, pero no había forma… ¿O sí? la idea cruzo rápidamente por su mente, probablemente no tendría otra oportunidad similar y aunque eso implicaba cruzar la línea, la calidez de la mano que seguía sosteniéndolo le incito a hablar.
- Podríamos, intentarlo sin el bate – tragó pesado, temeroso de la reacción del menor se negaba a mirarlo.
- ¡¿De verdad?!
El grito emocionado le hizo girar para poder admirar el rostro sonrojado de su hermanito, en su mirada podía leer algo más, un sentimiento que conocía como deseo.
La oportunidad se había presentado, no estaba ningún otro integrante de la familia en casa y sabían de antemano que tendrían mucho tiempo para disfrutar la mutua compañía. Sin tiempo que perder se fundieron en un beso, la cuerda pronto sería utilizada.
Bajo el sillón, apenas y era perceptible el bate en buen estado de Jyushimatsu.
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Bondage: Práctica que consiste en atar a la otra persona total o parcialmente a través de cuerdas, esposas, cinta o cualquier cosa que pueda mantener inmovilizada físicamente a la otra persona.
Día 9 Oral
Esta es la segunda parte correspondiente al día 5
Pareja: OsoKara
AU: Profesiones
Palabras: 547
Mientras Karamatsu cerraba con llave la puerta, Osomatsu se encargaba de bajar todas las persianas; por fortuna Karamatsu residía en el piso de arriba de aquella florería, por lo que únicamente tuvieron que subir algunos escalones para llegar a la recamara; en el camino la ropa fue desapareciendo poco a poco, quedando Osomatsu sólo con una camisa blanca y Karamatsu en ropa interior.
El mayor no tardo en recostarse sobre la cama, en espera de que el otro subiera para poder penetrarlo de inmediato; contrario a lo que esperaba, el florista se hinco casi a la orilla de colchón y le observaba de forma lujuriosa.
- ¿Qué ocurre Karamatsu? – se apoyó en los codos para verle mejor.
- Se me ocurrió que podía agradecerte por el masaje – gateó lentamente, con movimientos delicados cual felino acechando a su presa. Osomatsu trago pesado, emocionado.
- ¿A si? ¿Y que se te ha ocurrido?
- Resulta que vi un interesante artículo en internet sobre la sensibilidad de cierta parte del cuerpo – antes de que el otro pudiese preguntar algo, su pene fue aprisionado por la diestra del florista – creo que sería interesante comprobarlo ahora – tras sonreír de forma maliciosa, se acomodó entre las piernas del mayor y comenzó a recorrer con su lengua el miembro; a la par usaba la mano izquierda para masajear con suavidad los testículos.
Osomatsu se estremeció ante aquello recostándose nuevamente, si bien, no era la primera vez que recibía una felación, esta vez era diferente, su compañero se estaba dando el lujo de ir lento con los movimientos y eso le estaba enloqueciendo, el placer estaba a un nuevo nivel.
Karamatsu trazaba círculos con su lengua en la punta del pene, jugando con el glande; sentía gran satisfacción al escuchar los gemidos que comenzaban a inundar la habitación.
Osomatsu se levantó un poco, lo suficiente para ver al florista y deleitarse con aquella vista; Karamatsu no dejaba de estimularle mientras le dedicaba una mirada penetrante, llena de deseo.
El florista se detuvo al notar el líquido seminal y la constante palpitación del miembro.
- ¿Por qué te detuviste? – se quejó el mayor.
- Necesito algo – sin tiempo que perder se estiró hasta el buró y del primer cajón saco un pequeño aro de plástico; regresó a su posición original.
- ¡E-espera, ¿Qué haces?! – cuestionó alarmado mientras el otro sonreía ampliamente comenzando a pasar el aro por el su miembro.
- ¿Qué demonios es eso?
- Un anillo para el pene, siempre quise intentarlo, ahora parece buena oportunidad.
- ¿De qué hablas? ¿Por qué justo ahora?
- ¿Eh? No lo estas disfrutando – preguntó con un semblante triste.
Las defensas del mayor cayeron de inmediato - ¡Lo disfruto! P-pero…
- Entonces no hay problema – sonrió triunfante continuando con su tarea y colocando al final el anillo en la base del pene del mayor.
Osomatsu se maldijo internamente por haber caído en aquella treta, en ocasiones olvidaba que si el menor se lo proponía podía actuar muy bien. Aquel objeto ejercía una tortuosa pero placentera presión.
- Parece que está listo – se acomodó a horcadas sobre el mayor y se inclinó hasta quedar a milímetros de su rostro – Osomatsu, ya puedes hacerlo.
Un interruptor pareció encenderse en el otro y una sonrisa lasciva se extendió por su rostro.
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Al final tendrá una tercera y última parte en el día 18 dn_n
La felación, o mejor conocido como un "oral" no sólo consisten en introducir en la boca el pene; si no también en la estimulación previa del miembro y testículos; esto puede generar un mayor placer.
El juguete que se menciona es un anillo para el pene; sirve para mantener mayor tiempo la erección y ofrecer otra experiencia durante la eyaculación
Día 10 Castigo
Pareja: KaraJyushi
AU: Drag Queen
Palabras: 665
Un joven mesero de gran sonrisa, cruzaba la puerta de empleados para dar comienzo a su descanso; estirando sus brazos busco algún rincón para dejar caer su cansado cuerpo, ¿Quién pensaría que ese club era tan popular?, cuando vio el anuncio en la entrada solicitando, no dudo en entrar y pedir el puesto, grande fue su sorpresa al descubrir que las "lindas chicas" del lugar eran finos caballeros; pero al final, trabajo era trabajo y él era hábil para llevar bandejas llenas de bebidas. Andando por el pasillo logró divisar un pequeño sofá oculto tras un perchero de ruedas que cargaba con bastantes vestidos coloridos; el mesero no dudo en arrojarse al lugar.
No había pasado ni un minuto desde que el chico se acomodó cuando escucho algunas voces al otro lado de la pared de ropa; curioso, se inclinó un poco para poder observar, dos "chicas" estaban frente a él listas para despojarse de sus vestidos, claramente, ignorando su presencia.
El chico no podía apartar la vista, se fijó primero en quien tenía una gran peluca lila, se estaba retirando del sostén lo que parecían dos bolas de cañón; no pudo evitar perderse en la tersa piel blanca del pecho. Paso después su vista a la otra chica, quien resaltaba por su cabellera rosada con puntas amarillas, la misma estaba desabrochando una de sus ostentosas botas grises, el mesero se deleitó con aquellas piernas largas.
- ¿Qué haces?
El chico saltó ante una repentina gruesa voz, asustado se giró de inmediato para toparse con un joven de ojos azules y cabellera oscura que vestía una gabardina café.
- ¡No es lo que parece! – Se defendió de inmediato al colocarse de pie, revelando así su presencia ante todos - ¡S-soy Jyushimatsu, el nuevo mesero! – agitaba sus brazos de forma nerviosa.
- Eso no te da derecho de espiarlas mientras se cambian – el de gabardina se cruzó de brazos claramente enojado.
- ¡Lo siento, no era mi intención! – Jyushimatsu se inclinó rápidamente en busca del perdón.
- No seas duro con él – la de peluca rosa se acercó y palmeo sobre el cabello del mesero – Sólo tenía curiosidad, es normal, ¿Cierto Shiny? – miró a su compañera.
La peli-morada sonrió de forma maliciosa – Así es, Lady tiene razón, de hecho, quizá debería hablarlo con Monroe, ella se encargara de todo.
- Eso suena bien – el chico de ojos azules sonrió de lado colocando una mano en su barbilla, llévenle en 10 minutos – solicitó antes de darse la vuelta y desaparecer.
Shiny y Lady compartieron una mueca divertida, el mesero no entendía nada.
Tras un rato, Jyushimatsu aguardaba en una especie de camerino, le indicaron esperar y no preocuparse si su descanso se extendía por más tiempo; por más que preguntó el significado de lo último solamente obtuvo risas.
La puerta se abrió y lo primero que capto su vista fue una gran peluca azul, sólo le basto bajar un poco la mirada para reconocer unos hermosos ojos azules.
- Llámame Monroe – solicitó quien traía puesto un vestido blanco con una abertura en el pecho que llegaba hasta la cintura, un decolorado en azul llegaba hasta el final, la abertura a un costado dejaba ver su pierna derecha y el tacón azul, para finalizar el atuendo llevaba al cuello una estola blanca.
Jyushimatsu quedó prendido de tal belleza, pese a saber que era el mismo joven que le había regañado anteriormente, por su mente no dejar de rondar el mismo pensamiento: "Es hermosa"
- Bien, chico mesero, ya es hora de tu castigo – Jyushimatsu ladeo la cabeza confundido. Monroe camino hasta un baúl y del mismo saco una especie de látigo que terminaba en varias cuerdas delgadas.
La gran sonrisa de Jyushimatsu amenazaba con desaparecer mientras le veía acercarse lentamente, sin embargo, aunque adivinaba de qué iría su castigo, se comenzaba a sentir emocionado por recibirlo.
Shiny y Lady escuchaban tras la puerta unos leves gemidos, al parecer, otro mesero cayó ante el trato de la inigualable Monroe.
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Los castigos durante el sexo tienen como fin una reprimenda física que causa placer a quien recibe el dolor y a quien domina la situación. Entre los objetos más comunes utilizados en dicha práctica se encuentran las fustas y látigos.
Quizá se pregunten en donde quedo el limón, ni yo lo se XD cuando me di cuenta ya había rebasado las 500 palabras base… pero prometo más detalles de la acción en otros capítulos ;)
