Buen Día.
Como prometí, les comparto la segunda parte de esta historia Crossover de Pokémon. Espero de verdad que les guste y muchas gracias por leer.
Disfruten la lectura.
Parte 2
—¡Recuerden que tienen que regresar antes de que anochezca al hotel! —La voz confiada del profesor Kukui resonó en toda la recepción del Hotel Budew—. Deben cuidarse los unos a los otros. El Área silvestre de Galar es característica por tener especímenes Pokémon de todo tipo, y, como saben muy bien, no a todos les gustan los visitantes. Así que sean precavidos y no se alejen mucho de la ciudad.
Al terminar de dar su discurso, el profesor Kukui se alejó de la docena de estudiantes que esperaban impacientes por salir del hotel. Uno a uno salieron hacia aquel paisaje fresco y con un cielo azul pálido. Los olores de un nuevo lugar embriagan el aire; olores metálicos y sintéticos.
En parejas, los estudiantes se perdieron poco tiempo después hasta que solo quedaron en la recepción Eli y Nozomi, y, desde atrás, se escuchó una animada voz.
—¡Apúrense! ¡No querrán que les ganen las mejores cosas! —Dijo repentinamente Nico, saliendo detrás de las dos chicas y corriendo junto a la chica pelirroja y su Litten hacia la entrada del hotel.
—¡No deberías de correr en este lugar! —regañó Eli, pero Nico ni siquiera la escuchó—. Esa chica.
—Te preocupas demasiado, Elichi.
—Me preocupo lo suficiente, Nozomi —Dijo tranquila—. Pero ella tiene un poco de razón, si no nos apuramos, no podremos ver los lugares más ocultos del área silvestre.
—Parece muy emocionada.
—Claro que lo estoy, ¿tú no? —Nozomi le esbozó una sonrisa—. Es decir, en Alola convivimos con muchos Pokémon que están a la intemperie; incluso el bosque está al lado de casa en donde Arisa secuestra Pokémon. Pero estar en el área silvestre tiene que ser una experiencia completamente diferente. Además de que debe de ser enorme y estar llena de Pokémon nuevos —Nozomi, ante el entusiasmo de Eli, solo consiguió reír. La cara de Eli se puso roja, pero no le desagrada ese sentimiento.
—Está bien, está bien… —Nozomi dio unos pasitos frente a ella—. ¡Tenemos que apurarnos porque si no Nicochi se llevará toda la diversión! —Al ver la sonrisa que le esbozaba Nozomi, Eli la tomó repentinamente de la mano, solo para poder caminar a su lado como solían hacerlo en Alola.
—Vamos entonces —Y al tomar su mano, sintió como su piel se ponía rígida, y sus manos, antes tibias, perdían todo su calor— ¿Nozomi…? —Y claro que Eli lo había sentido, y no pudo evitar preocuparse—. ¿De verdad estás bien? Si te sientes mal.
—¡Estoy bien, estoy bien! —Nozomi se soltó repentinamente y sacudió sus dos manos frente a ella—. No te preocupes. ¡Ahora vamos! —Con pasos indecisos, comenzó a caminar frente a Eli sin decir una palabra más.
Eli no fue la única en verla partir y salir del hotel, sino que, a su lado, apareció Misdreavus y liberó un grito preocupado. Al verla marcharse con esa expresión extraña en su rostro, los recuerdos del día anterior regresaron a la cabeza de Eli, y no pudo evitar preocuparse.
—¿Estás preocupada por ella? —Misdreavus liberó un grito acongojado—. Yo también lo estoy. Sé que algo le preocupa. Pensé… —Eli apretó sus manos en dos puños—. Pensé que, como éramos amigas, me contaría lo que le pasa. Pero…
Sin prestarle atención a sus palabras, Misdreavus flotó despacio hacia la salida, como si ni siquiera se hubiera percatado de la presencia de Eli. Siguió a su entrenadora y trató de llamar su atención. Nozomi, en la puerta del hotel, solo le mostró a Misdreavus una sonrisa para después comenzar su camino de nuevo. Al verlas partir, Eli las siguió indecisa y con un mar de dudas dentro de su cabeza que no la dejaban disfrutar del todo el momento.
…
Ese día en particular, en el área silvestre predominaba un clima perfecto para hacer una excursión. El viento era tibio y el cielo estaba completamente despejado. Era notable a simple vista como algunos de los estudiantes que iban en ese viaje poblaban ahora aquel enorme lugar. Algunos se tomaban fotos con Pokémon salvajes que, curiosos, se acercaban a ellos y les daban la bienvenida con ánimo. Otros estudiantes corrían por todos lados, persiguiendo y tratando de atrapar a los especímenes nuevos que no habían visto en Alola. Aquella era una enorme pradera llena de verdor y vegetación. A lo lejos se veía una zona desértica que comenzaba con el causal de un río que murmuraba con violencia; inundando con su sonido todo el lugar. Los Pokémon salvajes deambulaban libremente, acostumbrados quizás a ver a tanta gente cerca.
—¡Sí que es enorme! —Dijo Eli, maravillada del paisaje que tenía frente a ella—. ¿Qué te parece si caminas un poco, Vulpix? No puedes desaprovechar esta enorme área de juegos.
Vulpix, con ánimo, saltó de los brazos de su entrenadora y estiró sus patas cuando cayó a la tierra. Muy animada, comenzó a correr cuando vio, en la hierba alta cerca de dónde estaban, a un par de zorros de su misma especie, pero estos tenían el característico tono carmesí de la región de Kanto.
—¡No te vayas muy lejos! —Le gritó Eli, expresando su preocupación al ver como su Vulpix corría detrás de sus nuevos amigos.
—Parece que se divierte —De la nada, la voz de Nozomi la sobresaltó—. Lo siento, ¿te asustaste?
—N-No es… —Eli desvió la mirada—. Es que, como pensé que te habías adelantado, no espere encontrarte tan pronto.
—Sólo me adelanté para encontrar algún lugar especial.
—¿Y hubo suerte? —Nozomi negó con la cabeza—. ¿Quieres que busquemos juntas?
—Me encantaría encontrar un lugar secreto solo para nosotras dos, Elichi —Nozomi rió tímida y comenzó a caminar frente a la rubia—. ¿Dónde debiéramos ir? Más allá… —con su dedo índice señaló frente a ella—, Magichi encontró un lindo río que conecta con la siguiente área —El Pokémon fantasma gritó con autosuficiencia. Nozomi volteó la mirada a su izquierda y volvió a señalar frente a ella—. Y por ese lugar se encuentra un bosque. Creo que, si queremos encontrar algo especial, deberíamos empezar por ahí.
—Si quieres ir ahí, Nozomi —Eli se acercó un par de pasos más a ella—. ¡Vamos entonces! –Más animada, le esbozó una sonrisa; y fue como si todas sus preocupaciones se esfumaran de pronto.
—¡Claro Elichi! —Nozomi se le adelantó acompañada de Magichi que flotaba y gritaba animada a su lado—. ¿Crees que encontraremos Pokémon fantasma de otras especies?
—¿Por qué tienen que ser fantasmas?
—Puede que vivan en los bosques y duerman de día —Nozomi volvió a ver a Misdreavus—. ¿Tú que piensas, Magichi? habrá Pokémon fantasma nuevos que nos puedan hacer compañía.
—¿Y necesariamente tiene que ser fantasmas? —Dijo Eli con temor—. Mira a tu alrededor, hay muchos Pokémon encantadores en los que pensar en lugar de los fantasmas. Además, si encontramos alguno nuevo, quiero que sea fuerte.
Repentinamente, sin poder seguir la conversación y bloqueando el paso frente a ellas apareció un cúmulo de piedras que formaban un arco. Al principio pensaron que era una más de las edificaciones de ese lugar, hasta que se percataron como los pequeños ojos de ese Pokémon las veían desde la altura.
—¡Lo conozco, lo conozco! —gritó con ánimo Nozomi—. Es un Stonjourner —Nozomi se puso a un lado de sus robustas patas de piedra y tierra y lo abrazo con cariño. El Pokémon hecho de piedras exclamó por la sorpresa y le dedicó una sonrisa a Nozomi—. Parece que es amigable. Tomame una foto Elichi, ¡rápido!
Riendo por el ánimo de Nozomi, Eli sacó rápido su celular y enfocó a la animada chica que se abrazaba de la pierna de Stonjourner y a su compañera Misdreavus que flotaba al otro lado. Al verla sonreír de esa forma, Eli deseó que aquella sonrisa no se borrara de su rostro otra vez como lo había hecho por la mañana.
Las dos chicas caminaron juntas. El Vulpix de Eli correteaba por el campo con dos Pokémon de su misma especie, mientras que Misdreavus, muy animada, las seguía flotando. En su camino al bosque que había señalado Nozomi, se encontraron a muchos Pokémon, y cada que encontraban a alguno que no conocían, no dudaban en acercarse para tomarse una foto con él. En un árbol, había un nido de Rookidee, que piaron apenas las dos chicas se acercaron. Cuando Eli parpadeo por un segundo, Nozomi ya estaba subida al tronco del árbol intentado alcanzar el nido que había en una de sus ramas.
—¡Ten cuidado Nozomi! —Le gritó Eli, visiblemente preocupada.
—¡Está bien! Solo quiero verlos más de cerca. ¡Rápido, rápido, tómame una foto! —Nozomi parecía una niña pequeña que había descubierto un mundo completamente nuevo. Y aquella felicidad que se mostraba en su rostro era contagiosa, haciendo que Eli disfrutará mucho al verla.
Riendo, Eli apuntó con su celular a dónde Nozomi, con un poco de dificultad, trataba de escalar aquel árbol. Sin embargo, repentinamente, el crujir de la madera la alertó. Cuando Nozomi intentó sostener una de las ramas más alejadas de aquel árbol, esta no soportó su peso y se partió en dos. Asustada, Eli se quedó mirando como Nozomi caía sin poder siquiera mover un músculo.
—¡Nozomi! —Eli gritó asustada. Sin embargo, antes de que pudiera apresurarse a ayudarla, una cama de algodón apareció de la nada protegiendo de la caída a Nozomi que fue recibida por una mullida cama; suave y que parecían nubes que habían bajado del cielo.
Nozomi rió con euforia a pesar del susto repentino. Si bien, no era una caída muy alta, era preocupante que lo único que hiciera era reír. Aliviada, Eli se acercó a ella y se puso de rodillas a su lado. Al verla sonreír, no pudo evitar hacerlo también.
—¡Me diste un horrible susto, Nozomi! —reprochó Eli; aunque continuaba riendo un poco.
—Lo siento, lo siento —Nozomi se incorporó para después ver con curiosidad a todos lados.
—Fue bueno que Vulpix se adelantara para salvarte de la caída.
—No creo que haya sido Vulpix —Y en eso tenía razón Nozomi, ya que el Pokémon de hielo estaba al lado de su dueña con una cara desconcertada—. Además, esto no es nieve —Nozomi tomó un pedazo de lo que la había protegido de la caída. Parece algodón —Animada, Nozomi se dejó caer de espaldas en aquella suave cama salida de la nada—. Quien quiera que me haya ayudado, le estoy muy agradecida —Al expresar sus pensamientos en palabras, un dulce grito resonó como contestación.
Al lado de Eli, un tímido Pokémon se acercó a las dos chicas. En su cabeza llevaba una corona de algodón y tenía un rostro afable. Su cuerpo parecía cubierto con un vestido verde de muñeca y en su cuello parecía tener una bufada de color amarillo.
—Creo que él fue quien te ayudo —dijo Eli, sosteniendo al tímido Pokémon en sus manos—. ¡Gracias! Nozomi es alguien muy importante para mí. Si algo le hubiera pasado no me lo hubiera perdonado —El Pokémon de tipo planta le contestó con un grito animado para después saltar de las manos de Eli y seguir su camino—. No sé cómo se llama, pero le agradezco que… —al volver su mirada a Nozomi, se percató de que ella no la veía. Se había recostado de lado, de cara al tronco del árbol del que había caído.
—Es un… —Su voz se entrecortaba entre palabra y palabra—. Lo conozco… —una risa nerviosa salió de sus labios—. Se llama Eldegoss —Un suspiro ensoñador resonó repentinamente—. Me hubiera gustado que me tomaras una foto con él. Pero parece que ya se fue y…
—Nozomi… —Musitó Eli, al ver el extraño comportamiento de su amiga—. ¿Pasa algo? —Preguntó de nuevo y, al momento de hacerlo, vio como el cuerpo de Nozomi se tensaba—. ¿Te preocupa algo, no es así? Me gustaría que me contaras para poder ayudarte.
—No me preocupa nada —Dijo Nozomi en una voz muy baja, que pronto se quedó en silencio.
—¿Nada, dices? —Eli, claramente irritada al no obtener de nuevo una respuesta clara, esta vez sí decidió actuar impulsivamente.
Sorprendiéndola, Eli se acercó a Nozomi y se puso encima de ella. Aprisiono con sus brazos a la chica, poniendo sus manos una a cada lado de su cabeza. Impresionada por el repentino comportamiento de Eli, Nozomi solo consiguió abrir grandes los ojos, los cuales brillaban de un agradable color esmeralda a contraluz de los rayos del sol.
—Dime lo que te pasa —Dijo Eli sin titubear.
—N-No me pasa nada —Nozomi desvió la mirada.
—¡Claro que te pasa algo! —Levantó la voz Eli—. Pensé que, al ser amigas, nos podríamos contar todo —Nozomi se quedó muda al escuchar la euforia en la voz de Eli—. Pero ya veo que me equivoque.
Indignada y decepcionada, Eli se quitó de encima de Nozomi y se puso de pie. No la miró a los ojos de nuevo, porque sentía que, si lo hacía, lo único que conseguiría era empezar a llorar por una razón que ni ella sabía. Se sentía mal por haberle hablado de esa forma, pero ya no soportaba su silencio, o la forma tan distante en la que se comportaba. Ya no soportaba verla triste de la nada y que no confiara en ella para poder ayudarla.
—Estoy bien —Repentinamente escuchó la voz de Nozomi cerca de ella y, sin siquiera pensarlo, sintió su tacto detrás de su espalda
Nozomi, con sus manos detrás de su espalda, se acercó a Eli y recargo su frente en su espalda. El viento parecía vibrar contra las copas de los árboles, produciendo un sonido silbante y perecedero. El césped crujía débilmente. Y Eli solo podía sentir a Nozomi cerca de ella.
—Lo siento —Se disculpó Nozomi sinceramente, con una voz susurrante.
Aquella palabra de disculpa fue lo único que resonó entre las dos. En la cabeza de Eli la escuchaba repetirse constantemente, y estaba segura cuando la escuchó que Nozomi ocultaba algo que quizás no le podía decir; al menos no aún.
Nozomi caminó a su lado y se adelantó unos pasos. Mientras tanto, un grito preocupado terminó de romper aquel ambiente tenso que se había creado. Misdreavus, notablemente preocupada, pasó volando a un lado de Eli sin siquiera prestarle atención. Mientras que, a sus pies, su Vulpix aulló débilmente como si llamara a Nozomi con desesperación.
—¡Sigamos, Elichi! —Nozomi trató de fingir en su voz aquella animosidad de antes—. El bosque que quería que viéramos juntas ya no está lejos. Sería una pena no ir juntas… —Nozomi no volteó a verla—. A menos de que ya no quieras acompañarme.
Al escuchar sus palabras, Eli comenzó a caminar. El cuerpo de Nozomi tembló un poco al escuchar el césped crujir bajo los zapatos de Eli, pero, al ver como pasaba por su lado, con una mano extendida para que la tomara, Nozomi levantó la mirada y la vio fijamente a los ojos.
—Claro que quiero ir contigo —Tolerante por lo que ocultaba su amiga, Eli le dedicó una sonrisa amable—. Vamos a ver que otros Pokémon encontramos.
Tímida e indecisa, Nozomi tomó la mano de Eli y juntas caminaron en silencio, acompañadas de sus Pokémon. Misdreavus enlazó uno de sus mechones de cabello en el brazo libre de su entrenadora, mientras que Vulpix caminaba frente a ellas viendo de vez en cuando hacia atrás.
…
Cuando llegaron al bosque que decía Nozomi, fueron recibidas por una tenue penumbra. Entre las hojas de las copas de los árboles se filtraban haces de luz que le daban al bosque un aspecto fantástico y mágico. El viento susurraba tranquilamente, meciendo las copas de los árboles y creando siluetas y sombras a su alrededor.
Ambas continuaron caminando en silencio. Eli quería comprender lo que le preocupaba a Nozomi, pero no podía hacerlo ya que no sabía lo que le pasaba. Aquel pensamiento de que le había dicho algo ofensivo o que la había herido de alguna forma se había quedado ya muy atrás, porque sabía que algo más serio le pasaba a su amiga; algo que quizás no le podía contar.
Mientras caminaban por el bosque, los tenues ruidos que provocaba el viento fueron cesando para dar paso a ruidos más cercanos, como de pasos acercándose a ellas. Al instante, ambas chicas y sus Pokémon se pusieron alertas y dejaron de caminar. Vieron a todos lados y se percataron de que tres juguetones Pokémon risueños y de color rosado las observaban desde un claro que no estaba muy apartado de dónde estaban.
—Esos son… —Nozomi fue la primera en romper el silencio. Pero, al escuchar su extraña voz después de tanto tiempo en silencio, se sintió indecisa si debería continuar.
—¿Sí, Nozomi? —Comprensiva, Eli le esbozó una sonrisa—. ¿Qué son?
—Son muy peligrosos, o quizás no… —Nozomi habló tímida—. Sólo les gusta hacer bromas y se divierten mucho con las personas que no conocen haciéndoles travesuras. Pero, en el fondo, solo lo hacen para llamar la atención.
—Me recuerdan a alguien —Eli sonrió con insinuación, como muchas veces había visto hacerlo a Nozomi.
—¡Elichi! —exclamó Nozomi enfada al notar la insinuación de su amiga. Aunque, al ver la sonrisa burlona en el rostro de su amiga, ella también sonrió.
—¿Cómo se llaman, Nozomi?
—Impidim —contestó Nozomi mientras veía a los tres duendecillos con orejas puntiagudas y antifaces de color púrpura en sus ojos—. A pesar de ser traviesos, son muy amigables.
—Lo sabes todo, ¿no es así?
—Solo estudié un poco para este viaje. No es nada —Dijo Nozomi, notablemente tímida—. Al contrario, me sorprende que tú no vengas tan preparada.
—Bueno, no he tenido mucho tiempo de estudiar con todo el trabajo que me da Kukui y lo que tengo que hacer en el concejo estudiantil.
—Ya te dije que yo te puedo ayudar en eso.
—No quería molestarte con mis asuntos.
—Tus asuntos son mis asuntos. Recuerda que soy la vicepresidenta del…
Un tenue crujir de ramas secas interrumpió las palabras de Nozomi. En el claro, los Impidim salvajes comenzaron a verse con preocupación para después, inmediatamente, salir corriendo cada uno por su lado. Algo o alguien los había asustado, y eso fue obvio cuando los crujidos de las ramas se escucharon con más fuerza.
—¿Crees que sea otro Pokémon salvaje? —Pregunto Eli, aferrándose con más fuerza a la mano de Nozomi— Uno de tipo fantasma —Misdreavus flotó a su lado y entornó los ojos para comprobar si los miedos de Eli eran ciertos. Sin embargo, al no ver nada nuevo en el claro, solo se puso a regocijarse por la cara de susto que se le había puesto a Eli.
—Lo más probable es que sea otro Pokémon salvaje que…
Silenciando de nuevo las palabras de Nozomi, cerca de un frondoso arbusto en el claro, apareció un gorro color rosa pastel con blanco que se mecía de un lado a otro. Nozomi retrocedió un paso al ver aquella misteriosa aparición.
Poco después, aquel sombrero, pequeño como el de una bruja, se removió más hasta que por fin, iluminada por los rayos del claro, pudieron ver al tierno Pokémon salvaje que apareció.
—Eso es…
—Vámonos Elichi.
—¿Por qué? ¿Qué tiene de malo? —Eli esbozó una sonrisa al ver al tierno Pokémon—. Pensé que te gustaban ese tipo de cosas. No parece peligroso; es del tipo lindo como a ti te gustan, parecido a Misdreavus —Misdreavus gritó ofendida.
—Es peligroso.
Nozomi parecía de verdad asustada, pero para ojos de Eli ese Pokémon no era para nada aterrador ya que, al verlo detenidamente, no pudo evitar pensar en que se parecía mucho a su amiga que ahora firmemente la sujetaba de la mano. Era un Pokémon pequeño que se sostenía con las dos coletas que le salían del gorro de bruja que llevaba en su pequeña cabeza. Una dulce sonrisa le iluminaba el rostro y sus ojos parecían amables y tiernos. Su gorro era de un color azul, rosa y blanco pastel, que brillaba como un dulce puesto debajo del sol.
—Vamos a acercarnos más —dijo Eli, ya que no podía evitar pensar en la similitud que tenía con Nozomi—. Quiero una foto con él —Sin embargo, Nozomi se rehusó, tomándola de la mano con firmeza y sin pretensión de moverse—. ¿No me digas que le tienes miedo? —Nozomi se quedó en silencio y volteó la mirada cuando sus ojos se encontraron con los de Eli. Claramente Nozomi tenía miedo, pero, por alguna razón, Eli de verdad deseaba en ese momento acercarse al misterioso Pokémon que la esperaba paciente en el claro.
Era como si tuviera como único objetivo acercarse a ese Pokémon; como si todo su cuerpo se lo pidiera a gritos. Quizás era presa de un hechizo, pero lo único que pensaba era que, quizás, si Nozomi lo veía de cerca, ella se pondría feliz.
—Si le tienes tanto miedo entonces yo iré primero y, cuando pueda saludarlo, lo traeré aquí contigo.
—No, en serio Eli. No es buena idea —Pero Eli no la escuchó más.
—¿Sabes cómo se llama? —Nozomi no respondió—. ¿No crees que si lo seguimos nos pueda mostrar algún lugar especial para nosotras?
—Elichi, escúchame… —Pero Eli ya caminaba intrigada hacia aquel Pokémon con mirada fija y sin pretensión de retroceder.
Su Vulpix, indeciso en si seguirla o no, se puso frente ella, igual de intrigada que su dueña. Escudriño a aquel dulce Pokémon de apariencia amable. Por su parte, el Misdreavus de Nozomi voló precavida hacia ella para protegerla ya que, recelosa, veía al Pokémon del claro con precaución.
Las hojas secas que había en el camino crujieron y reprodujeron un constante sonido cada que los pasos de Eli caían a la tierra. El pequeño Vulpix de Alola tenía las siete colas levantadas y estaba preparada por si tenía que atacar para defender a su dueña o a ella. Sin embargo, el Pokémon con el sombrero de bruja no se movió ni un centímetro, al contrario, comenzó a impulsarse con sus coletas dando brinquitos animados.
—¡Elichi! —Gritó una última vez Nozomi a lo lejos, claramente preocupada.
Y cuando el grito resonó en el bosque, el Pokémon del sombrero se abalanzó hacia Eli y, poniendo frente a ella sus coletas, estas se engulleron en una luz oscura que parecía desprender una energía corrosiva.
Un fuerte estruendo se escuchó de pronto, seguido de Eli cayendo de espaldas en la tierra. El Pokémon del sombrero saltó sobre sus hombros al mismo tiempo que Vulpix lo perseguía. No era a Eli a la que quería atacar, sino que…
—¡Bola sombra, Magichi! —Gritó repentinamente Nozomi, al ver como el Pokémon salvaje se acercaba peligrosamente hacia ella.
La Bola sombra de Misdreavus salió disparada al instante que la voz de Nozomi resonó, pero la Pokémon con sombrero la golpeó con sus coletas engullidas con esa luz oscura y esta se quebró al instante.
—¡Nozomi! —Gritó preocupada Eli. Inmediatamente, al ver cómo ese extraño Pokémon salvaje perseguía a su amiga, salió corriendo a ayudarla—, ¡Vulpix ve a protegerla! —Corrió desesperada a dónde estaba Nozomi y esa Pokémon salvaje que no la dejaba de ver con sospecha—. ¡Usa Rayo hielo!
El Vulpix de Eli se lanzó de un salto a donde estaba la Pokémon nueva al mismo tiempo que un rayo de hielo salió disparado de su boca hacia todas las direcciones. La Pokémon salvaje se sobresaltó cuando el rayo de hielo la golpeó repentinamente.
—Magichi —Claramente asustada, Nozomi se dejó caer a la tierra sin dejar de ver a esos dulces ojos del Pokémon que, a pesar de ser atacada por la espalda, aun la veía—. Usa…
El Pokémon salvaje, una vez más, saltó peligrosamente hacía ella, pero Misdreavus se apresuró y, al instante, las joyas que tenía en el cuello brillaron de un color carmesí para después ser expulsadas en forma de gemas de luz que flotaron alrededor de la Pokémon que con terquedad quería atacar a su entrenadora.
—¡Vulpix, usa Finta! —Distraída por las joyas de luz que brillaban por todas partes, no pudo prever el ataque de Vulpix el cual, con las patas engullidas de energía oscura, golpeó al Pokémon haciéndolo retroceder—. ¿Qué le pasa a ese Pokémon? Se ve muy lindo por fuera, pero… —Sin embargo, sin la posibilidad de seguir hablando, vio como Nozomi se abrazaba las rodillas y temblaba—. ¿Nozomi? —Eli se acercó a su lado sumamente preocupada—. ¿Nozomi, estás bien? ¿Te hizo algo? Nozomi, contéstame…
Sin rendirse, la Pokémon salvaje, aprovechando el descuido de Eli, se abalanzó de nuevo hacia ellas y, repentinamente, de sus coletas aparecieron llamas de un color azul brillante. Vulpix, que se había puesto frente a Eli para protegerla, retrocedió asustada al ver a aquellas llamas que se acercaban peligrosamente a ella. Sin embargo, antes de que salieron disparadas, Misdreavus la sorprendió con una bola sombra salida de sus mechones de cabello.
—¿Sabes que Pokémon es? —Nozomi no le hizo mucho caso a Eli—. Nozomi, dime lo que te pasa. Si no me lo dices no te podré ayudar. Necesito tu ayuda para poder protegerte —Nozomi, al escuchar la amable petición de Eli, levantó la mirada y se le quedó viendo fijamente a los ojos—. No quiero que nada te haga daño. Déjame protegerte, por favor.
Los labios de Nozomi temblaron. Sus palabras parecían querer salir de su boca, pero eran sólo susurros que se perdían con el ruido a su alrededor. Temblorosa, Nozomi encaró a Eli y por fin, después de un rato, las palabras salieron de su boca.
—La conozco… —Dijo simplemente, mientras veía como, detrás de ella, el Vulpix de Eli volvía a lanzar de su boca un rayo de hielo que hizo retroceder a la terca Pokémon salvaje que pretendía seguir atacando a Nozomi—. Se llama Hattrem —Eli abrió los ojos con sorpresa. Que le dijera eso era al menos un avance después de ver como antes Nozomi temblaba— Es tipo psíquico, pero…
—¿Crees que podamos ganarle? —preguntó con preocupación—. ¿O quieres que salgamos huyendo?
—Ella me quiere golpear a mí.
—¿Por qué querría eso? Tú no le hiciste nada. En todo caso, fui yo la que la molesté primero.
—Es porque es un Hattrem —Las inentendibles palabras de Nozomi desconcertaron a Eli—. Ella busca…
Una explosión se escuchó detrás de las dos chicas, y ambas vieron como Vulpix retrocedía claramente lastimada después de un ataque psíquico del Pokémon salvaje. Mientras tanto, Misdreavus, enfadada de verdad, lanzó de sus ojos ondas psíquicas que golpearon a Hattrem, aunque se resistía al ataque.
—Perdón que lo diga, Nozomi, pero dejaremos los acertijos para después —Eli miró a su Vulpix, el cual se levantaba con dificultad—. Parece que no nos podremos ir sin pelear con ella.
Eli se apartó de lado de Nozomi y le dedicó una sonrisa comprensiva. La chica fue rápidamente a ayudar a su Vulpix que luchaba por permanecer de pie. Preocupada, miró a Hattrem que se veía muy cansada pero que no parecía que fuera a ceder ante el objetivo de acercarse a Nozomi. Y Eli lo sabía porque la Pokémon no veía a nadie más que no fuera a su amiga.
—¿Aun puedes luchar, Vulpix? —El Pokémon zorro emitió un fuerte grito—. Bien, tenemos que ayudar a nuestras amigas. Iremos en serio esta vez —Vulpix saltó en frente de Eli—. Bien, ese pequeño Pokémon logró enfadarme así que, ¡Vulpix, usa granizo!
Al instante, de las siete colas de Vulpix, pequeños fragmentos de hielo comenzaron a flotar para después arremolinarse por todos lados. Asustada por el cambio de temperatura y por las piedritas de hielo que la golpearon, Hattrem retrocedió desconcertada.
—Sabes lo que tienes que hacer, Vulpix. ¡Ocúltate en la ventisca! —El Vulpix de Eli repentinamente desapareció entre el manto de granizo que se amontonaba por todas partes. Cuando vio que Hattrem la vio maravillada y desconcertada, Misdreavus tomó esa oportunidad y flotó veloz hacia dónde estaba Nozomi.
—Estoy bien, no te preocupes, Magichi —Sin embargo, Misdreavus, claramente preocupada, comenzó a gritarle con desesperación a su entrenadora—. Ya sé, estás enojada. Ya sé que debería de haber puesto en claro lo que sentía desde el principio —Nozomi dirigió su mirada hacia Eli, la cual estaba muy concentrada en no perder de vista a Hattrem—. De verdad que soy una idiota, ¿verdad? —Misdreavus abofeteó a su entrenadora con uno de sus mechones de cabello para después, con lágrimas en los ojos, mirar hacía donde estaba Eli y Vulpix peleando contra Hattrem—. Supongo que me merezco eso, Magichi. Después de todo, fui muy injusta con ella… —Y al ver a Eli peleando por ella, sintió como su corazón latía apresurado—. Pero no sabía qué más hacer… —Misdreavus gritó de nuevo, como haciéndole entender algo que era obvio—. ¿Quieres que la ayude en un momento así? Seguro que ella no querrá que la estorbe.
Entonces, el fuego azul volvió a salir de las coletas de Hattrem, iluminado todo el bosque de un azul brillante. Eli la miró con precaución. Si llegaba a adivinar en dónde se escondía Vulpix entre el cúmulo de granizo que caía en el campo de batalla, seguro que le haría mucho daño con aquel ataque de fuego.
Al ver que su amiga Vulpix corría peligro, Misdreavus se acercó flotando veloz al campo de batalla y, con desesperación, volteo a ver a Nozomi. La chica se mordió el labio inferior, pero se acerco de poco en poco.
—Está bien, haré lo que pueda —Musitó Nozomi entre dientes—. ¡Magichi, usa Psíquico! —Gritó repentinamente Nozomi y, cuando lo hizo, su Pokémon le esbozó una sonrisa y, al instante, de sus ojos salieron ondas psíquicas que envolvieron las llamas de fuego de Hattrem y las hicieron estallar—. ¡Rápido Elichi! —Le gritó a su amiga cuando estaba a su lado.
—¡Vulpix, usa Finta!
Vulpix salió en medio de la tormenta de granizo y, con sus patas engullidas en oscuridad, golpeó a la Pokémon que retrocedió adolorida por la combinación de ataques.
—¡Estás lista para huir! —Le dijo Eli a Nozomi, impaciente por si tenía que comenzar a correr.
—Ella me perseguirá hasta el cansancio.
—¿Por qué a ti?
—¡Atenta al frente Elichi! —Eli volvió su mirada al campo de batalla, viendo cómo, repentinamente, brillos mágicos color púrpura salían de las coletas de Hattrem golpeando en todas direcciones.
Sin fallar ninguno de sus golpes, tanto Misdreavus como Vulpix recibieron aquel ataque de tipo hada que los hizo caer bruscamente a la tierra. Preocupada, Eli lanzó un grito ahogado al ver a los dos Pokémon caer.
—No podemos huir —Dijo Nozomi y negó con la cabeza—. Ya no puedo huir. Necesito tu ayuda para vencerla —Nozomi, sin pensarlo, tomó de la mano a Eli al mismo tiempo que le mostraba una sonrisa tímida.
—Sabes que siempre te ayudare, Nozomi… —Eli entrelazo sus dedos con los de ella para después, ambas, mirar frente a frente a Hattrem.
—¡Magichi!
—¡Vulpix!
—¡Vuela lejos de ella! —Misdreavus, animada y con más energía que nunca, salió volando velozmente sobre la cabeza de Hattrem.
—¡Vulpix escóndete de nuevo en el granizo y espera! —Vulpix, un poco cansada, se levantó y echó a correr para ocultarse en el manto de granizo que había a su alrededor.
Hattrem no sabía a quién mirar, y no estaba segura en quien enfocarse, si en el Pokémon fantasma que volaba sobre ella o en Vulpix que peligrosamente amenazaba con atacar cuando estuviera desprevenida.
—¡Usa Bola sombra Magichi! —el grito de Nozomi logró estremecer a Hattrem.
Desde el cielo, Misdreavus creó una Bola sombra más grande que de lo normal y, cuando fue lo suficientemente grande, la dejó caer encima de la pobre Hattrem que, sin rendirse, volvió a saltar con sus coletas engullidas en oscuridad y comenzó a dar vueltas a gran velocidad.
—¡Psíquico! —Sorprendida por el repentino grito de Nozomi, Hattrem volteó a verla maravillada, para después ver cómo, encima de ella, se partía en dos la Bola sombra que antes había creado Misdreavus por una fuerza psíquica de colores brillantes que golpeó directo en su pequeño cuerpo.
Hattrem cayó al suelo con fuerza, y parecía que esta vez sí que la habían vencido. Pero, aun sonriendo a pesar de estar ya bastante cansada, se volvió a levantar una vez más.
—¡Rayo hielo al suelo, Vulpix! —De entre el cúmulo de granizo que se amontonaba alrededor, un rayo hielo apareció disparado en todas direcciones y congeló la tierra debajo de los pies de Hattrem.
Precavida, la Pokémon saltó sobre sus coletas y, con desesperación, trató de crear una Llama embrujada que brilló y centelleo cuando se encontró con el hielo de Vulpix.
—¡Utiliza el hielo como impulso y usa Finta! —El granizo desapareció de pronto, y el Vulpix de Eli salió de él corriendo velozmente por el hielo y dando un salto para alcanzar a Hattrem que ya preparaba su ataque.
Sin ningún miedo al fuego que había alrededor del Pokémon psíquico, Vulpix atravesó las llamas y logró golpear la Pokémon una vez más, haciendo que esta vez sí, sumamente cansada, cayera a la tierra para no volverse a levantar.
—¡Y finalmente…! —Nozomi, emocionada por el momento, buscó en la bolsa de su uniforme una Pokeball de color rojo brillante. La hizo rodar entre sus dedos y se la lanzó a la debilitada Pokémon.
La Pokeball golpeó en el sombrero de Hattrem para después engullirla en una luz roja. La esfera cayó a la tierra y, lentamente, poniendo en tensión a las dos chicas, se movió débilmente hasta que, después de un tiempo, dejó salir tres estrellas del botón que había en el centro.
Y cuando la Pokeball se dejó de mover, Eli se lanzó a abrazar a Nozomi, haciéndola caer a la tierra.
—¿Estas bien? —Eli abrazó a Nozomi, esperando a que respondiera—. ¿Te hizo daño? ¿Qué fue lo que pasó? No te hice nada, ¿verdad?
—Elichi… —Sumamente ruborizada por la cercanía de Eli, Nozomi solo pudo desviar la mirada ya que su rostro estaba muy cerca del de ella—. Estoy bien, estoy bien, pero… —Apenada, musitó tímidamente—: ¿Podrías bajarte de encima? —Eli vio fijamente el rostro de Nozomi.
—No quiero —Eli hizo un puchero y descansó su cabeza en el hombro de su amiga—. No me apartare de tu lado hasta que me expliques que fue lo que pasó. ¿Por qué Hattrem te quería golpear?
Nozomi guardó silencio por un rato. Su corazón palpitaba fuertemente; tan fuerte que temía que Eli se diera cuenta. Sus manos comenzaron a temblar, y en su cabeza solo pensaba en las palabras que por mucho tiempo quería decirle a Eli.
—Si algo te hubiera pasado —Sin embargo, Eli se le adelantó—. Si te hubiera hecho daño, yo no sé… —Eli respiró hondo—. Tenía miedo, Nozomi. Miedo de ver cómo te comportas de manera tan fría y distante. Pensé… —Apenada, desvió la mirada—. Pensé que ya no querías que fuéramos amigas.
Y Nozomi no podía negar que Eli tenía parte de razón. Pero fueron sus palabras las que terminaron por darle el valor que necesitaba para decirle lo que desde hace tiempo quería decir. Despacio, Nozomi enlazó sus brazos a la espalda de Nozomi, atrayéndola más a su cuerpo. Tranquilamente, llevó sus manos a su cabello y la acarició con dulzura.
—Quiero protegerte de verdad. No quiero que nada te haga daño. No quiero verte triste nunca más, Nozomi —La chica de cabello púrpura cerró los ojos y supo que, fuera cual fuera la respuesta de Eli, ya no sentiría arrepentimiento o miedo.
—¿Sabes porque Hattrem me perseguía? —Eli se estremeció sobre el cuerpo de Nozomi—. Es porque ella buscaba a una persona con sentimientos intensos que no pudiera controlarlos —Eli, aun sin comprender, simplemente abrió los ojos—. Yo… —Los labios de Nozomi temblaron—. Desde hace mucho tiempo…, quizás desde que te conocí, he tenido ese tipo de sentimientos por ti… —El pecho de Nozomi latía con más desesperación; esta vez sí que Eli podía sentirlo. Nozomi parecía asustada porque todo su cuerpo se puso rígido, e incluso su piel se había puesto fría—. Yo creo que me gustas, Elichi… —Ante la confesión, Eli no pudo decir nada—. Y no me gustas solo como una amiga, porque eso también. Estoy… —Sin poder soportarlo, algunas lágrimas salieron de los ojos de Nozomi—. Estoy enamorada de ti desde la primera vez que te vi y ya no… —La chica tomó un profundo respiro—, ya no puedo ocultarlo.
Aunque quisiera responder, Eli estaba sin palabras. Lo único que sabía era que sintió un cálido sentimiento recorrer gran parte de su cuerpo cuando escuchó la voz de Nozomi diciendo esa amables y sinceras palabras. Sintió que el nerviosismo, que desde hace tiempo sentía al estar al lado de su amiga, se intensificaba más y más, pero no le desagradaba. Despacio, fue apartándose un poco de su lado, solo para poder ver el rostro sonrojado de Nozomi.
—Nozomi… —Eli sonrió, porque en su pecho el latir de su corazón era algo que nunca había sentido y la llenaba de emoción y felicidad—. No sé muy bien lo que significa que estés enamorada de mí —Nozomi permaneció sin verla en los ojos—. No sé si esto que siento cada que te veo, cada que tomo tu mano, cada que estamos las dos juntas, pueda llamarse amor. Yo nunca… —Eli se mordió el labio inferior—, nunca me había sentido tan feliz al lado de alguien. Solo contigo a mi lado logró ser como en realidad soy; sin ocultar mis miedos, sin ocultar mis inseguridades. Porque tu siempre me has aceptado. Porque siempre has tenido paciencia conmigo y me miras siempre con una sonrisa en el rostro —Eli se derrumbó de nuevo en el hombro de Nozomi—. Y cuando siento eso dentro de mi pecho, no puedo evitar sentirme sumamente feliz de haber encontrado a una persona como tú —Un suave sollozo salió de la boca de Nozomi—. Quiero protegerte por sobre todas las cosas. No quiero nada te haga daño —Disfrutando la sensación que le recorría el cuerpo, Eli cerró los ojos y se dejó llevar por ese sentimiento—. Quiero verte feliz siempre, Nozomi. Si esto es lo que significa que estoy enamorada de ti… quizás…
No hicieron falta más palabras, porque ambas ya conocían la respuesta. Tiernamente, Nozomi abrazó a Eli y ella, por su parte, hizo lo mismo. Se quedaron así por un tiempo disfrutando el silencio que les rodeaba y viendo como los rayos de sol se filtraban entre las copas de los árboles y creaban sombras a su alrededor. Sus dos compañeras Pokémon, muy felices del suceso, no hicieron siquiera un pequeño ruido para no interrumpir. Ambas Pokémon, después de mucho tiempo, parecía que descansaban por fin. Misdreavus parecía que se había liberado de un peso muy grande, mientras que Vulpix simplemente se acurrucó a un lado de las dos entrenadoras y cerró los ojos tranquilamente.
Después de un rato, Eli se levantó del suelo y le tendió la mano a Nozomi para ayudarla a levantarse. Nozomi le sonrió sumamente feliz y Eli, tratando de imitarla, hizo lo mismo. Al sentir su mano junto a la de ella, pensó que no quería soltarla nunca más.
—¿Quieres regresar al Hotel o quieres seguir investigando, Nozomi? ¿De verdad ese Pokémon no te hizo daño? —Eli se puso frente a Nozomi, la cual, trastabillando, se tomó de sus hombros para no volver a caer. Ambas quedaron muy cerca la una de la otra. Eli, completamente roja, desvió su mirada hacia otro lado—. Por cierto, Nozomi… —nerviosa intentó cambiar la conversación—, ¿porque capturaste a Hattrem?
Recordando que aún no recogía la Pokeball que se hallaba en el mismo lugar, Nozomi se apartó un poco de lado de Eli y, sin soltarla de la mano, tomó la Pokeball del suelo.
—Como dijiste… —Nozomi vio con vehemencia la Pokeball que brilla bajo los rayos del sol—. Hattrem es del tipo de Pokémon que a mí me gusta —Animada, Nozomi sonrió—. Parece que me conoces bien, Elichi. Cuando te escuché decirlo me hizo muy feliz.
—¿Eso crees? —Eli le devolvió la sonrisa. Se sentía igual de feliz que Nozomi le dijera eso—. Pero, ¿no será mucho problema para ti? —Nozomi negó con la cabeza.
—Hattrem solo me perseguía porque sabía que ocultaba mis sentimientos… —Nozomi se le quedó viendo a la Pokeball como si pudiera ver a Hattrem claramente dentro de ella—. Ella no es un Pokémon malvado. Solo sabía que alguien ocultaba algo y quería que ese sentimiento desapareciera —Nozomi volvió su mirada hacia Eli con una sonrisa encantadora en sus labios—. Además, si no hubiera sido por ella, quizá nunca te hubiera podido confesar lo que siento —una solitaria lágrima se deslizó por su mejilla—. Estoy agradecida con ella por obligarme a confesar mis sentimientos.
—Creo que yo también… —Eli entrelazo sus dedos con los de Nozomi—. Le estoy muy agradecida por haber reforzado más nuestros lazos.
Envueltas de las sombras de aquel misterioso bosque, de los haces de sol que aún se filtraban por las copas de los árboles, del silbido de viento haciendo estremecer las hojas, ambas se miraban fijamente, mientras que sonrisas aparecían en sus rostros. Sin embargo, rompiendo todo el encanto, la pequeña Misdreavus de Nozomi interrumpió el momento gritando con fuerza y emoción. Eli, molesta por haber interrumpido su momento con Nozomi, la vio furiosa, lo que ocasionó que Misdreavus comenzara a reír. Sin embargo, esa contagiosa risa también hizo reír a Eli y a Nozomi. Vulpix comenzó a aullar como si quisiera que le prestaran atención. Eli, animada y sumamente feliz, tomó en brazos a su Pokémon y, tomando de la mano a Nozomi, todas emprendieron su camino fuera de ese bosque.
Espero de verdad que les haya gustado. Creo que era obvio que Nozomi estaba pensativa porque no sabía como confesarle sus sentimientos a Eli pero, afortunadamente, un nuevo pokémon hizo que se arriesgara a decirle a Eli lo que siente. Por cierto, si no saben o no han visto al Pokémon contra el que pelaron Eli y Nozomi, les invito a buscarlo porque de verdad es tiene un aura parecida a Nozomi; además de que es mi Pokémon favorito de la octava generación. En fin, ¿qué les pareció la historia? ¿Se esperaban que pasara eso al fin después de no se cuantos años desde que escribí el primer fic de Nozomi y Eli con Pokémon? Me gustaría leer sus opiniones en los Reviews.
Me sorprendió mucho la aceptación y el apoyo a esta historia. Les estoy sumamente agradecido porque de verdad no me esperaba ese recibimiento. De nuevo se los agradezco como no tienen idea.
nadaoriginal: Muchas gracias por tu review como siempre! Primero que nada, tengo que disculparme contigo porque, desde el mes pasado, me enviaste amablemente un DM y se me olvido contestarte; lo siento de verdad, por eso me apena mucho que tu siento tan buena persona me comentes en los reviews y yo ni siquiera te conteste, lo siento de nuevo. Y bueno, espero que te haya gustado esta historia y al forma en la que se descubrieron los misterios. Como puedes ver, estoy intentando cumplir mi promesa de subir una historia por día. Para mañana no tengo algo claro pensado aún, pero me esforzare por traer otra historia. Muchas gracias de neuvo y cuídate mucho.
ARAMARU-CHAN 26: No tienes nada por lo que disculparte, pero, si te sirve de consuelo, yo te perdono todo por lo que te puedas sentirte mal. De verdad, lo mas importante es que pude volver a ver una review tuya después de un tiempo y, para serte sincero, y a juzgar por tu estado de animo que me expresaste en tus ultimas reviews, me preocupe un poco por si te había pasado algo. Me sentí feliz de ver que estabas bien. Y bueno, yo estoy bien, gracias por preguntar, creo que, aunado a que es el aniversario del Final Love Live! Me siento mejor que nunca, quizás es por eso que me puse a escribir mucho esta semana; Mis musitas siempre me apoyan cuando más lo necesito.
Me alegra leer que dices que amas mis mundos, es algo que aprecio de verdad que me digan, trato de esforzarme para transportar al lector al mundo que esta leyendo, aunque no siempre creo que lo logre. Y bueno, este problema no era tan grave como en linda Locura, pero no por eso es menos importante, solo que Nozomi necesitaba un pequeño empujo, o una golpe de Hattrem para darse cuenta de que tenia que decirle a Eli lo que sentía; a decir verdad, esa parte me gustó mucho escribirla
Finalmente, no te preocupes por leer linda locura, aunque creo que ya lo hiciste y me alegra también que me hayas dejado una Review, pero tengo planeado actualizarla al final; es decir, quizás el vienes si todo sale bien y si mis desvelos no me matan. Por último te agradezco de nuevo, como te dije, quizás mi inspiración, indiscriminadamente, salió porque en esta semana se conmemoran cinco años del Final Love Live y por eso me surgieron las ganas de escribir. De nuevo, te agradezco todo tu apoyo y te deseo lo mejor. Cuídate mucho y deseo que estés muy bien.
SilentDrago: Afortunadamente Silent, acertaste a todo lo que se traba esta historia, por una parte Nozomi y Eli, después de años, ya por fin dieron el siguiente paso y se confesaron; aunque con algunos problemas claro esta. Por otra parte, acertaste con el Pokémon que iba a aparecer, aunque fuera su evolución pero sirvió muy bien para darle a la historia ese toque de dramita junto a lo que significa en realidad Hattrem; que por cierto, como bien sabrás, me base es su entrada de la pokedex para planear toda esta historia. Me alegra verte por aquí, Silent. Espero y estés muy bien y cuídate mucho.
Sin Más, Muchas gracias por seguir esta historia hasta el final. Muchas Gracias por su apoyo y gracias de verdad por todo. Nos leemos luego.
