Estoy corrigiendo todos los capítulos que tenia escritos, la trama si va a cambiar también, más adelante lo podrán ver.
¡ Gracias por leer !
La brisa de la mañana arremtia contra el rostro de un hombre con rasgos únicos, era alto y su cabello rosa grisáceo — tenía forma de flor.
Su mirada se centraba en la ventana del segundo piso de la casa, allí su esposa se encontraba en labor de parto, eran las 6 y más de la mañana, los nervios y gritos de Mebuki no le permitieron quedarse a su lado, Yaka, su madre ayudaba a la nuera en el parto, sin embargo la presencia de su hijo le estaba acabando la paciencia.
—¡Hombres muy marchitos para otras cosas, pero ponlos en los zapatos de una mujer y no saben que hacer! ¡Largo de aquí!
La última palabra la tuvo su madre y el la acato tal niño regañado por el miedo.
Salió pálido de la habitación, su ritmo cardíaco y respiración se descontrolo, otra razón más para enojar a la madre.
Decidió salir al patio trasero, no sin antes pedir a una de las muchachas que le informará de inmediato cualquier avance respecto al parto.
Estaba ansioso e inquieto daba un par de vueltas sobre su espacio y unía sus manos para mantener calor, un coctel de emociones se instalaba en su pecho, « iba a ser padre» , lo hacía sentir demasiado orgulloso aquel pensamiento que pronto sería una realidad.
—¡Señor, señor¡— la voz de una muchacha lo sacó de sus pensamientos.
— ¡ Ya nació señor! — grito entusiasmada.
Kizashi no espero mas y salió disparado a la habitación. Su ansiedad y emoción creció dentro de sí.
En el pasillo se escucho claramente lo que era el llanto de un bebé, en la puerta de la habitación la servidumbre estaba reunida con la intriga de la situación. Nadie sabía si era una niña o niño, Kisazhi aunque no lo demostraba esperaba en lo más profundo de su ser la llegada de un niño.
Camino hasta estar frente esa bolita de personas, las cuales formaron una reverencia de respeto ante Kisazhi,el cual sólo asintió con la cabeza.
Un nudo en su garganta se formó al tomar la cerradura, un suspiro salió de sus adentros, los llantos del bebé todavía seguían escuchandose, abrió la puerta de inmediato encontrándose con una escena que sería recordada por aquellos ojos, Yaka lloraba de alegría mientras Mebuki tenía la frente llena de sudor, soltaba pequeños sollozitos de dolor y cargaba en sus brazos un bultito pequeño, se aproximó hasta donde ambas esperando conocer a la criatura, Mebuki sonrió cansada y en brazos del padre la deposito, sentía que su corazón se saldría de su lugar retiro la tela que cubría el rostro del bebé, encontrándose con unos ojos verdes como el jade, con la yema de sus dedos recorrió su perfil, una piel nivea blanca y delicada, sus labios suaves como un algodón que se entreabrian, una pequeña nariz y unos mechones color rosa apenas visibles escapaban de su cobija.
Su pecho se oprimido de alegría, lágrimas salían de sus ojos, su pensamiento de desear un niño se esfumó tan rápido al ver el reflejo de una hermosa niña ojos-jade.
Su hija.
La cual protegería y amaría.
La primogénita de la familia Haruno nació un 28 de marzo, fue nombrada Sakura, como las flores de cerezo.
