Capítulo 2
Entre valientes y cobardes
Vivir con el corazón medio roto no es lo más sano del mundo, pero teniendo en cuenta que el mundo pertenece a los muertos, quizá conservar medio corazón sea mejor que no tener ninguno.
Me permito cerrar los ojos por un segundo para simplemente disfrutar de sentir el sol en la cara, antes de comenzar con la que posiblemente sea la tarea más peligrosa a la que me he enfrentado en la vida.
Interesarme por la vida amorosa de una adolescente.
-Oye Gin, ¿sabes que no te he traído aquí solo para pescar verdad?- Ella me dedica una sonrisa desde la orilla recogiendo el sedal con destreza para conseguir su captura.
-Algo me imaginaba.- Desengancha el pez, pone cebo en el anzuelo y vuelve a echar la caña. -¿Tiene que ver con que Merle se meta por medio cada vez que a Carl y a mí nos toca vigilancia juntos?- Pregunta riéndose, pero a pesar de parecer relajada su cuerpo está en tensión, la mano que no sujeta la caña se mantiene cerca de sus cuchillos, y sus ojos no dejan de observar alrededor para asegurarse de que no hay caminantes que puedan tomarnos por sorpresa.
La conocí siendo apenas una niña y no puedo sino sentirme orgulloso de la mujer en la que se está convirtiendo.
-Sí, lo que te voy a decir tiene que ver con porque Merle está tan rarito.-
-Echo de menos que lo llames cariñosito.- Dice de repente cortándome.
-¿Qué?- Pregunto desubicado.
-Sí, antes siempre le andabas poniendo nombres de pastel, lo echo de menos y creo que él también.- Contesta lanzándome miradas de reojo.
-Lo intento.- Digo en un suspiro.
-¿Qué has dicho?-
-Nada Gin, nada.- Me siento a su lado cansado de intentar atrapar en vano peces con la red. –Eso es otro asunto.-
-Vale,- agacha ligeramente la cabeza cuando digo eso. –Lo siento, no quería…-
-No importa,- le aseguro centrando mi vista en la corriente del río, -no tienes que preocuparte por eso, en serio.-
-Es qué pensé que el tío Merle te ayudaría,- eso hace que la mire atento.
-¿A qué?- Ahora es ella quien fija la vista en el río.
-A curarte después de lo de Karen. Sé cuánto la querías, pero como también quieres a Merle… No sé…-
-Y le quiero, seguramente más de lo que él se imagina, pero no de la forma que él necesita que yo le quiera.- Eso la hace fruncir el ceño y mirarme.
-No lo entiendo.-
-Dicho de otro modo, la vida no es justa y las emociones tampoco.- Parece igual de confusa pero no insiste más. –Merle está preocupado porque ahora mismo Carl y tú estáis en una etapa de la vida en la que…-
-¿Vas a darme otra vez la charla sobre sexo?- Pregunta riéndose.
-Merle ha insistido.- Me defiendo encogiéndome de hombros contagiándome de su diversión.
-¿Pero por qué? ¿Qué ha cambiado?- Insiste curiosa queriendo entender tan bien como puede a quienes viven con ella.
-Pues Carl y tú.- Respondo relajado tumbándome en el lecho blando del río.
-No,- niega sin entender, -nosotros seguimos siendo los mismos, solo hemos crecido.- No la contesto, prefiero dejar que la idea llegue sola a su mente, así no podrá acusarme de decir ninguna burrada. –Espera,- por supuesto no tarda demasiado, -¿cree que Carl y yo vamos a hacer eso de…?- La miro y su cara es tal mezcla de sorpresa, incredulidad, asco y curiosidad que no puedo evitar soltar la carcajada de mi vida. –No, ni hablar, Carl… Él es mi amigo.- Recalca mucho la palabra amigo, como si quisiera metérmela a presión en la cabeza a base de pronunciarla de esa manera.
-Lo sé,- digo conciliador, -y puede que eso no vaya a suceder ni hoy, ni mañana, ni pasado mañana, pero quizá algún día al miraros os veáis de una manera distinta.-
-Yo…- Parece asustada, -no quiero que nada cambie.-
-Eh,- me incorporo, -escucha.- Me mira en busca de una respuesta, -lo que quiero decir es que ya sea con Carl con quien tengas sexo o con otra persona, da igual el género, lo que importa es que de verdad lo desees y que seas responsable.-
Gin se queda pensando en ello y poco a poco se va calmando, -o sea que no tiene porqué ser con Carl, ¿no?-
-No.- Digo para tranquilizarla.
-¿Entonces por qué Merle cree que sí?-
-Pues porque es guapo, dispara de miedo, lucha bien, es el más próximo a ti en edad y además estáis todo el día juntos.- No puedo evitar que una leve sonrisa se dibuje en mi cara al recordar como Merle prácticamente casi se metió en la hoguera anoche por intentar seguirlos a los dos creyendo que se escabullían del campamento, cuando en realidad se limitaron a irse a dormir. –Joder, conociendo a Merle seguramente ya te haya imaginado embarazada de nueve meses.-
-Soy demasiado joven para ser madre.- Dice ella más tranquila, ya tomándose la paranoia del mayor de los Dixon a risa. –Además si Carl… Bueno, ya sabes, si me dejase embarazada el tío Merle le cortaría los huevos.-
-Puedes estar segura de que desde luego lo intentaría.- Ella pesca otro pez y lo echa al cesto con los otros.
-¿Y sí nada de eso llega a suceder nunca?- Pregunta volviendo a lanzar la caña.
-Pues que la vida seguirá su curso, nada más y nada menos.- Digo alborotando su larga melena castaña, que a mí me recuerda bastante a la de Rainbow, antes de ponerme de pie. –Y hablando de seguir, será mejor que volvamos antes de que vacíes el río de peces,- bromeo. -Con esto y lo que haya cazado Daryl podremos apañarnos por hoy.-
-¿Crees que Michonne y Cassidy habrán encontrado algo interesante?- Me pregunta mientras recogemos todo.
-Eso espero, porque de lo contrario están tardando demasiado en volver por nada,- digo serio mirando el cielo con inquietud.
Sé que pueden cuidarse perfectamente solas, pero también sé que nadie es infalible y que la muerte no distingue entre valientes y cobardes.
-Tal vez ya estén en el campamento.- Dice Gin para animarme.
-Sí, tal vez.- Digo forzando una sonrisa para ella mientras lanzo una oración al aire.
Por favor, manteneos a salvo, os queremos, os necesitamos, y seguiremos haciéndolo por muchos años más. Volved pronto.
….
Miro preocupado una vez más en la dirección en que Cass y Michonne deberían estar a punto de aparecer en cualquier segundo, incapaz de mantener mi ansiedad a raya por más tiempo.
Ya sabía que harían noche en el camino, pero contaba con que hubiesen vuelto al medio día.
-¿Quieres calmarte? La rubita sabe cuidar su bonito culo sin necesidad de que tú te andes preocupando de si alguien se lo muerde.- Dice mi hermano en un intento de lo que él considera animarme, dándome una tremenda colleja al pasar.
-No estoy preocupado.- Niego malhumorado volviendo a mirar a la carretera, -es que vuelven tarde, eso es todo.- Aunque en verdad intento convencerme más a mí que a él.
-Ya,- se burla Merle, -y eso por supuesto no es preocuparse.- Insiste mientras no le quito el ojo a los espetones de ardilla. -Podrías cazar un ciervo.- Me recrimina de repente, y es que hace varias semanas que no hago más que atrapar presas pequeñas, es como si los animales grandes estuvieran huyendo, pero no hay ningún rebaño en las cercanías lo suficientemente grande como para haberlos espantado.
-¿Por qué no lo cazas tú y dejas en paz al chaval?- Le pregunto sin mirarle, no me hace falta para saber que acuchilla con los ojos al pobre Carl.
-Es que es hijo del sheriff pelotas de plata.- Se lamenta consternado.
-¿Y?- No entiendo su punto, a pesar de que no trague a Rick, y todos sabemos que nunca lo hará, jamás había tratado así a Carl antes.
-Pues que su padre me dejó atado en lo alto de una puta azotea y tuve que arrancarme la mano para salvar mi vida, ¿te suena de algo?-
-Repito ¿y? Además te la arrancaste por gilipollas, fuimos a por ti pero tú ya te habías largado.- Digo apartando su muñón cubierto con un refuerzo de acero de delante de mi cara.
-No estás prestando atención.- Bufa y vuelvo la vista hacia él. –Ese niñato no va follarse a mi ratita, antes de que si quiera lo intente se la corto.-
-Espera un segundo,- digo comprendiendo por fin porque lleva tan raro los últimos meses. –¿Tú crees que Gin y Carl…?-
-Todavía no, los he tenido vigilados, pero si no fuese porque estoy pendiente de ellos a saber lo que habrían hecho ya.- Se cruza de brazos y mira con tal odio al pobre chico que este termina por levantar la vista al sentirse observado.
En cuanto se da cuenta de que somos nosotros y no un caminante que quiera devorarle nos saluda con un gesto amistoso antes de volver a concentrarse en Judith, está empeñado en enseñarla a escribir, es un buen chico.
-Vale, recuérdame exactamente cuándo perdiste tú la virginidad.- Digo esforzándome por mantenerme serio.
-A los trece, pero eso no tiene nada que ver con esto, ese niñato de los cojones no le va a poner la mano encima y punto.-
-Y planeas vigilarlos siempre, ¿no?-
-¿Crees que no puedo?- Me pregunta envalentonado.
-Lo que sé es que cuando sepan porque actúas así lo primero que harán será esconderse detrás de un árbol y lanzar gemidos solo para ver la cara de idiota que se te queda.-
-Como te odio.- Dice acido, pero su actitud cambia por completo en cuanto Ale y Gin entran en el claro.
-Ya hemos vuelto.- Dice Gin alegre, dejando el cesto de peces al lado de la fogata antes de darnos un abrazo. –Vamos carcamal, te toca trabajar.-
-¿A quién llamas carcamal ratita?-
-Pues a ti viejo, ¿a quién más?- Dice Gin sacándole la lengua y corriendo hacia Carl antes de que Merle pueda atraparla.
-¿Lo ves? Acaba de llegar del río y ya está otra vez con él.- Sin embargo a pesar de sus palabras su atención la tiene ahora Ale, quien al darse cuenta de que su camiseta tiene un nuevo desgarrón se la ha quitado para remendarla.
Me gustaría hablar con mi hermano sobre él, sobre ellos en verdad, sobre que ya es hora de que lo deje estar y pase página, porque es dolorosamente obvio que nada va a suceder.
Pero es como si Merle estuviese esperando alguna clase de milagro, como si creyese que un día Ale simplemente se despertará, le mirará y todo cambiará.
Cada día lo mismo y no se rinde.
¿Pero acaso cuando esta locura empezó y todos daban por muerta a Cass yo me rendí?
No, no lo hice.
Porque soy un Dixon igual que él, y eso significa tres cosas, saber soportar el dolor, tomar decisiones estúpidas y la más importante, sobrevivir a pesar de todo.
-Mientras evitas babear recuerda respirar,- digo centrándome en limpiar los peces para la cena.
-Que te den.- Dice golpeándome en el costado y casi provocando que caiga de boca al suelo mientras va muy dignamente hacia el español.
-No tienes remedio, eres un idiota enamorado.- Digo entre dientes, sabiendo que si fuera tan estúpido como para decirle eso en voz alta él me rompería la boca de un puñetazo, y no es lo que más me apetece hoy.
En serio Cass, miro al camino de nuevo, ¿por qué estáis tardando tanto maldita sea?
…..
Merle quiere bromear con él, se muere por hacerlo, por decirle que es un presumido al que le encanta lucir sus estúpidos abdominales, pero calla porque hace ya mucho que no está seguro de lo que puede decir sin causar dolor en las heridas que él mismo abrió en aquel hospital.
-Esto…- Tose para aclararse la garganta cuando Ale le mira, hoy sus ojos parecen más verdes que azules. -¿Has hablado con ella?-
Un amago de sonrisa se le escapa al escuchar esa pregunta. –Sí señor.-
-¿Y?- Siente que los nervios van a comerle vivo.
-Bueno, digamos que la conversación sobre sexo la hizo sentir menos incómoda que haberle insinuado hoy que quizá podría tenerlo con su mejor amigo.-
-Como si los amigos no follasen.- Reniega el mayor de los Dixon de mal humor.
-Merle, es una chica lista, tengo una idea un poco loca, confía en sus decisiones.-
-Confío en ella pero no está preparada para el sexo, y menos si va a tenerlo con el hijo de Grimes.-
-Carl es un buen chico, y además da la casualidad de que no es tonto.-
-¿Qué quieres decir con eso?- Cuestiona esforzándose por parecer de mal humor, pero siempre que están juntos Merle se siente bien, centrado, en calma.
-Que es lo bastante listo como para saber que si tiene sexo sin protección con nuestra peque su padre no podrá protegerle de nosotros dos.-
-¿Eso es lo que te preocupa a ti? ¿Qué usen protección?-
Se le escapa una pequeña risa que sofoca concentrándose en terminar la última puntada de su costura. –Si alguna vez pasa algo entre ellos pasará, así que sí, lo que me preocupa es que se cuiden.-
-Eres idiota.-
-Puede.- Dice Ale mirándole y a Merle se le corta la respiración, porque joder, cuando eso pasa él olvida todas las putadas que ha sufrido en la vida y todo lo que queda son esos ojos tan jodidamente puros. -¿Todo bien?- Le pregunta frunciendo el ceño al notar que se ha quedado estático como un maldito ciervo deslumbrado por los faros de un coche en plena carretera.
Quiere decir que no, que nada está bien desde Ethan, pero en su lugar responde. –Claro, cojonudo, a ti te parece bien que una cría tenga sexo entre matorrales y luego yo soy el bestia.-
-Por supuesto que eres un bestia, menuda boca tienes mamón.- Al menos eso no lo ha perdido, sigue siendo su mamón, algo es algo. –Deja de acosarles, así lo único que conseguirás es que sientan curiosidad por hacer precisamente lo que intentas evitar que hagan, dales margen.- Le aconseja el español levantándose para ponerse la camiseta. –Gin estará bien.- Le asegura poniendo una mano en su hombro.
-Lo que tú digas,- refunfuña mirando a otro lado, fingiendo desinterés ante su tacto.
-Eso en dialecto Dixon quiere decir que no vas a hacerme ni puto caso, ¿no?- Responde en un tono que hiere sus oídos porque Merle nota cuanto se esfuerza en intentar aparentar que está bien, pero la diferencia entre la mentira y la realidad es abismal, al menos para él.
-Que bien me conoces.- Le dice Merle poniendo los ojos en blanco, deseando con todo su jodido corazón que Ale sea capaz de dedicarle una de sus alucinantes sonrisas llena de hoyuelos, pero no sucede. Solo consigue una suave curva de sus labios, nada más.
Mentiría si dijese que no duele, pero ahora esas sonrisas se han vuelto realmente raras de ver, solo Cassidy o a veces Gin consiguen arrancarle alguna, y eso muy de vez en cuando.
-Perdóname.- Lo dice por inercia, sintiendo una vez más que es él quien le ha roto.
Ale parpadea confundido, -¿por qué? ¿Por ser un mamón?- Otra sonrisa suave, -relaja la raja, ya estamos todos acostumbrados y curados de sobra del espanto.-
Merle se pregunta si de verdad no sabe porque se ha disculpado una vez más o si se ha hecho el loco.
Hay ocasiones en las que el mayor de los Dixon está dolorosamente convencido de que Ale es prácticamente una carcasa vacía, y que se pinta esa maldita sonrisa suave para que nadie se dé cuenta de que detrás de ella, lo único que queda del hombre que era, es dolor.
-Por cierto, ¿Rainbow y Mich tardan en volver o es solo paranoia mía?- Le pregunta de repente desubicándole.
-Mi hermano también lo cree.- Al decirle eso el rostro del español se ensombrece.
-Prepararé el Prius, es mejor ir a buscarlas mientras aún hay luz, dile a tu hermano que deje esos peces, cenaremos tarde.- Se da la vuelta dejándole solo y va directo a por el botiquín.
Por mucho que Merle eche de menos a quien Ale solía ser continua amándolo, así que haciendo de tripas corazón hace lo que le ha pedido y avisa a su hermano para que coja su ballesta y se prepare para un viaje de rescate.
…
Me inclino hacia adelante ansiosa por llegar al campamento.
-No deberías estar tan contenta.- Me recomienda mi lady samurai.
-¿Por qué?- Pregunto sin entender, ella hace entonces un gesto con la cabeza a los asientos de atrás. –Oh.-
-Exacto, oh,- niega incrédula por mi optimismo, -¿eres consciente del caos que esto va a provocar verdad?-
-¿Y cuál era la otra opción? ¿Dejarlos atrás y pasar por alto la mejor oportunidad que hemos tenido en años de vivir en un sitio fijo?-
-Nosotros no queremos causar problemas.- Dice Aaron con timidez. –Solo ayudar.-
-Tú cállate,- le dice Michonne apretando el volante entre sus manos mientras me mira de reojo. –¿Cómo puedes estar tan segura de que saldrá bien?- Al escucharla no puedo evitar reír, porque sinceramente hace muchísimo tiempo que yo ya no estoy segura de nada, solo me limito a dejarme llevar.
-No lo sé Mich, solo tengo la esperanza de mi lado y tal vez me equivoque pero,- tamborileo con los dedos sobre mis muslos. –Dime la verdad, ¿acaso no merece la pena intentarlo?-
-Ag,- reniega supuestamente molesta, pero la sonrisa que se dibuja en sus labios lo desmiente. –El marrón de decírselo a Maggie y a los demás es tuyo.- Me advierte.
-Lo asumo,- me giro para mirar a Eric, -¿cómo va tu tobillo?-
-Me duele, aunque es bueno ir en coche.- Mira a Aaron ansioso y el asiente antes de preguntarme.
-¿Crees que serán violentos?- Cuestiona queriendo saber a lo que tendrán que enfrentarse antes de lograr convencer a mi familia para que confíen en ellos.
-Si os viesen a vosotros primero sin lugar a dudas, por eso os quedaréis en el coche con Michonne mientras yo les doy la comida, esperemos que esa ofrenda de paz les suavice lo suficiente como para que quieran escucharme y echar un vistazo a vuestras fotos.-
Aaron mira preocupado el tobillo de Eric ante mi respuesta, seguramente temiendo que si le sacan a la fuerza del vehículo pueda hacerse mucho más daño y empeorar su lesión.
-Tranquilos chicos, estáis en buenas manos, si se tratase de mí no estoy convencida de que fuera a jugármela por vosotros, pero cuando Rainbow cree en algo ni la muerte la para.-
Cierro los ojos y sonrío ante lo acertado del comentario. –Desde luego, y eso que ya lo ha intentado más de un par de veces.- Digo para mí misma más que para los demás.
-Gracias a ella os escucharán, aunque puede que aun así no vayamos a irnos con vosotros, eso tenedlo claro, si recibís un no, no insistáis.- Les alecciona seria, -limitaos a agradecer el hecho de que os dejen marcharos en paz y de una pieza.-
-Pero yo no puedo caminar hasta a casa así.- Dice Eric angustiado.
-Es mejor volver a rastras que recibir un tiro en la cabeza.- Realmente Michonne está disfrutando de aterrorizarle.
-Deja de meterles el miedo en el cuerpo, a ver chicos, está claro que las cosas van a ponerse tensas, pero mientras os quedéis dentro del coche con Mich todo se mantendrá controlado.-
-Eso es lo que esperas.- Dice mi hermana sonriendo, es malvada cuando quiere.
-Sí, es lo que espero,- le pongo morritos, - por cierto, si la situación se desborda… ¿Me echarás un cable o me dejarás ahogarme?-
-Me lo pensaré,- aminora la marcha cuando solo queda un kilómetro para llegar.
-Por fa.- Le ruego en busca de un poco de apoyo.
-¿Domaste a un Dixon y te preocupa Maggie?- Me pregunta con sorna.
-Más que domar diría amansar, y no del todo, pero sí, si no la convenzo a ella todo está perdido y es demasiado importante.-
-Lo harás bien.- Me asegura y yo la miro con los ojos entrecerrados, no muy convencida de si me está animando o de si quiere escurrir el bulto.
-Vas a dejar que me ahogue.- Digo rotunda decantándome por esa opción.
-No exactamente, solo voy a divertirme con el numerito que montes.-
-Eso es cruel.- Digo viendo como mi unicornio está cargando el Prius.
-Te las apañarás para capear el temporal, siempre lo haces.- Me palmea el hombro con suavidad mientras respiro hondo antes de bajarme del coche y dirigirme hacia mi familia.
Es hora de comprobar si nos hemos curado lo suficiente como para volver a confiar en los demás, o si estamos condenados a seguir arrastrándonos por la carretera entre polvo y caminantes.
….
Hola almas corsarias.
Aquí estamos un jueves más, momento de terapia, estoy mejor, no bien, pero si más tranquila con la decisión de mi ex, a fin de cuentas por mucho que le quiera no puedo darle amor propio que es lo que realmente necesita. Así que, en fin, poco a poco.
En cuanto a Ale, cada persona gestiona los traumas a su manera, y él es alguien que tiene muchos demonios, lleva toda su vida luchando contra la bestia que se esconde en su cabeza y lo que pasó con Ethan, más haber perdido a Karen le agotó. Imaginaos a alguien que a pesar de no saber nadar bien lucha durante horas por mantener la cabeza a flote sobre el agua, llega un momento en que se agota y se hunde, pues Ale desde el hospital está peligrosamente cerca de ese punto, aun así sigue luchando, pero no con las mismas fuerzas de antes, no le quedan.
¿Creeis qué Rick golpeará a Aaron en el siguiente capítulo? ¿Ale y Daryl se pondrán sobreprotectores con Cass? ¿Maggie acabará con dolor de cabeza escuchando las opiniones dispares del grupo o le bastará una mirada para callarlos a todos?
Como siempre espero que el capítulo os haya gustados, besototes for all.
