El hanyou, la humana y el yokai
Habían pasado tres semanas, Aome se preguntaba si todo había sido un sueño, no había tenido ninguna señal de vida de Shippo, Oyuki, Sesshomaru o cualquier ser no humano. Tal vez todo había sido una alucinación, una mentira, un juego macabro de su mente mostrándole una alternativa y feliz continuación de su vida pasada.
Aunque había estado atareada con la universidad, sus trabajos y había intentado buscar sobre Rin, Sango y Miroku, había tenido mucho tiempo de pensar en su pasado y le dolía un poco, el no haber vuelto, el que sus amigos murieran y que ese mundo existiera y ella no supiera, después de todo sentía que estaba conectada, pero de algún modo era como si todo aquello hubiera desaparecido ante su vista.
-Señorita Higurashi- llamó la jovial voz del profesor Azumi cuando salió de clase- La he visto bastante apagada y ya no participa en clase.
-No, profesor, no se preocupe- sonrió Aome sabiendo que el profesor no le creería, era una pésima mentirosa. - Todo está bien, en serio, sólo que he pensado en muchas cosas y no encuentro… la información que busco.
-¿Qué información, señorita Higurashi?- pregunto con amabilidad el hombre de cabellos castaños- ¿Alguna tarea?
-En realidad…es más algo personal- murmuro la miko casi sonrojándose- Busco información sobre la época en que los youkais pisaban la tierra, las dinastías de aquello hasta ahora, los clanes de exterminadores y las batallas que se presentaron.
-¿Le gustan las leyendas, no?- dijo con diversión el hombre que le doblaba la edad - He de decir que a mí también y conozco el lugar donde puede hallar sobre ello.
-¡¿En serio, profesor Azumi?!- dijo nuestra chica emocionada y con unos azules ojos brillando.
-Sí, señorita - sonrió el profesor al verla animada - Pero me temo que no está en la universidad…
-¿Entonces dónde?- pregunto Aome preocupada de que estuviera fuera de su alcance.
-Bueno, mi familia tiene mucho material sobre ello y en el templo del señor Takahashi también- dijo sonriendo cálidamente Azumi - Sé que usted conoce a mi primo, señorita Higurashi, es un hombre bastante amable, seguro nos ayudara con ello.
Aome dejó escapar un suspiro lleno de alivio y esperanza, sí, claro que sabía del templo, si ella había estado viviendo allí todo ese tiempo mientras estudiaba en la universidad.
-Profesor, ¿sería tan amable de permitirme buscar en su biblioteca?- casi suplico Aome
-Por supuesto, señorita Higurashi- asintió el profesor- Mi esposa, Naomi, estará feliz de invitarla a tomar algo esta tarde, a las tres ¿le parece?
-¡Excelente!- dijo feliz Aome casi dando saltitos y luego de anotar la dirección se marchó a sus siguientes clases.
…
Aome llego esa tarde a la casa del profesor Azumi y lo recibió la esposa de este con una taza de té caliente para luego llevarla a la gran biblioteca de la casa.
Habían varios estantes repletos de libros y pergaminos que databan de épocas inimaginables, lo primero que encontró Aome fue un ejemplar de "La cultura japonesa" el cual ojeo por unos minutos para luego encontrarse con otro libro titulado "Los Onis, folclore japonés".
Folclore, por supuesto se dijo Aome abriendo el libro y tomando asiento.
-"Las representaciones de onis varían ampliamente, pero es frecuente mostrarles como gigantescas criaturas de afiladas garras…" – leía Aome en voz alta y entonces llego a su mente la imagen de Sesshomaru quien posee garras muy afiladas.- "La mayoría de las veces poseen formahumanoide, aunque en ocasiones han sido mostrados con características antinaturales, poseyendo gran número de ojos o dedos extra" O muchos pies…- se recordó Aome pensando en el monstruo que la había llevado por primera vez a la época antigua.
Siguió leyendo sin notar que las horas pasaban, había leído que la edad, la sabiduría y el poder de un kitsune son también mayores a medida que aumenta el número de colas, siendo el más poderoso el kitsune de nueve colas. Esto hizo pensar a Aome en Shippo e intento recordar las colas de su amigo pero no llegó a nada.
-¿Señorita Higurashi?- llamó Naomi desde la puerta de la biblioteca- ¿Quiere cenar con nosotros?
La voz de la mujer la tomo desprevenida, alzo la mirada con sorpresa para verla y asintió agradecida, apenas notando que tenía hambre, se acercó a ella luego de dejar los libros en su lugar y la siguió a la cocina para ayudar a servir. La velada con el profesor y su esposa fue tranquila y corta, su maestro le cuestiono acerca de los resultados de su investigación, la cual apenas había iniciado, solo para terminar hablando de cosas banales antes de despedirse de la pareja.
Luego de pasar aquella tarde buscando información se marchó a casa, la ciudad estaba desierta, a pesar de ser hora pico, las calles que cruzaba para ir al metro eran solitarias, más extraño fue cuando notó que la seguían, cuatro hombres altos y con un aura bastante amenazante, la miko decidió alejarse lo más pronto posible.
-¡Hey, preciosa!- llamó uno de ellos acercandose- ¿Qué haces por ahí tan sola?
Aome suspiró y apretó el paso, un par de manos la arrastraron velozmente hacía un callejón.
-¿A dónde crees que vas, muñeca?- dijo un fornido hombre de cabellos oscuros y unas extrañas orejas que le recordaron a un oso- ¿Pretendes dejar la fiesta sin probar el pastel?
-¿Eh?- dijo Aome notando apenas que el hombre era un hanyou y los otros tres tal vez simples humanos, aunque bastante intimidantes- No sé de qué hablan, pero yo me marcho.
Aome hizo ademan de irse, un hombre le cerró el paso y otro la pego contra la pared con más fuerza de la necesaria.
-¿A dónde crees que vas?- dijo el hanyou con malicia, una malicia que Aome aborreció- Eres bastante guapa… ¿cómo te llamas?
-Soy una miko, te purificare si no me dejas ir- amenazó Aome pero lo único que logró fue una sonora carcajada grupal.
-Eres una niña- dijo el hanyou y se lamió el labio- Despójenla de sus ropas.
Hizo un gesto de desagrado sintió tres pares de manos tocar su cuerpo e intento defenderse, en vano. Quiso gritar pero alguien sostuvo con fuerza su cuello como si lo hubiera imaginado.
Aome sintió un ligero frio cuando su vestido cayó a sus pies y su ropa interior empezó a ser rasgada.
-Es muy guapa, señor- dijo uno de los hombres observándola, el hanyou asintió y soltó su cuello para jalar de ella y besarla.
-Te va a gustar- susurro el hanyou a su oído- Preciosa, cierra los ojos.
Gritó al ser empujada contra el suelo, podía sentir tres pares de manos en su cuerpo, intento usar sus poderes de miko en vano, los ojos le ardían y derramaba lagrimas debido al asco, rabia e impotencia, se pregunto si acaso moriría.
-Suéltame- chilló antes de sentir una bofetada de parte de uno de los hombres.
-Cállate- ordenó
-Suéltala- dijo una fría voz tras ellos que haría que cualquiera se helara, una voz que reconoció y nunca creyó estar aliviada de oír - He dicho que la sueltes, hanyou inmundo.
-Lárgate- se escuchó decir al hanyou, Aome intento abrir los ojos para ver si estaba delirando - No es tu asunto.
-Lo es, ella es mi protegida- dijo Sesshomaru quien vestía un kimono blanco con líneas purpuras en los bordes, y para sorpresa de Aome, el youkai sacó su espada- Lárgate y dile a tu gente que si tocan más humanos, perecerán, y si piensan siquiera en la miko desearan no haber nacido.
Para total asombro de todos, el demonio perro hablaba en serio, su aura demoniaca seguía creciendo.
-Esto no acaba- dijo el hanyou colocándose en pie- Vámonos.
Aome se acurruco y observo a los cuatro hombres salir casi despavoridos del lugar, Sesshomaru la observo casi desafiante.
-¿Qué pretendías en un lugar así, miko, acaso no te diste cuenta del peligro?- dijo el youkai en tono serió observando el desastre, ropa rota, la miko con algunos rasguños y al parecer a punto de colapsar- Vamos, Shippo y Oyuki aun te están buscando.
…
Sesshomaru había hablado con su madre y los otros guardianes, además de enviar cartas a los humanos que pertenecían al consejo, al parecer había un nuevo exterminador y aprovecharían la ocasión para presentar también a la miko. Él había intentado explicar porque ella era importante, aunque él no lo creía, le daba igual. Para su desagrado el padre de Oyuki, uno de los guardianes, le nombro protector de la miko hasta que esta desarrollara bien sus poderes, le pidió que se ocupara de ella, como si él no tuviera cosas que hacer mejores cosas.
Habían pasado tres semanas, sí, había arreglado los pendientes que tenía como Lord y había aceptado una prometida aunque su madre no sabía que era un engaño. La chica en cuestión había sido su única amiga en la infancia y para bien o mal, estaba enamorada de un hanyou, al igual que él, ella debía casarse con un youkai, fingirían por un tiempo y luego ella huiría con el hanyou, no habría nada en realidad. Esa mentira hacía feliz a su madre, eso estaba bien de momento. El no deseaba a nadie, no desde hace mucho.
-Sesshomaru- llamó Oyuki quien hacía de vocera de su padre- Pronto es la reunión y aun no has querido que busquemos a Aome.
-hm- sólo dijo él, buscarla sería fácil.
-¡Sesshomaru!- dijo fuertemente la yokai- Los humanos se ocupan, debes ser considerado, recuerda que ella no sabe nada de la actualidad con los yokais y es tu deber informarla, además, sabes bien que si los clanes enemigos se enteran podrían asesinarla.
Sesshomaru sabía que la miko sería agredida tarde o temprano y de algún modo Oyuki quería a la miko, quería a todos los humano.
-Iremos a buscarla- anunció Sesshomaru para luego alzar la voz- Jaken
-¡Amo bonito!- apareció el demonio rana de inmediato, corriendo dentro de la habitación en la que se encontraba.
-Compra un apartamento en Tokio, manda a preparar todo para ir a allí, alista las cosas y manda a que busquen a la miko, mañana temprano volamos a esa humana ciudad.
El demonio perro se retiró, sabía que la kitsune se encargaría de contárselo a Shippo y tenía razón ya que el zorro de fuego llego a su lado unos minutos más tarde para informarle que le acompañaría, al parecer había indagado acerca de la vida de la humana miko y quería darle una sorpresa.
..
Al llegar a la ciudad, los kitsunes se habían marchado a buscar a la miko, Sesshomaru por su parte le hizo una visita a los youkais y hanyous d ela zona entregándoles una advertencia, quien tocara a la miko sería torturado y asesinado por él mismo.
Al terminar decidio marcharse al apartamento que apenas había comprado, iba en un costoso auto negro conducido por un joven youkai cuando escuchó un familiar grito miko estúpida pensó Sesshomaru y le dirigió una mirada al conductor.
-Roy- llamó casi imperceptible- Busca a la dueña del grito ahora.
El youkai asintió y giró hacia la derecha con rapidez, Sesshomaru suspiro y salió del carro sabiendo que este le seguiría.
La miko estaba en un extraño y sólo lugar, la miko había estado en peligro, un estúpido hanyou pervertido estaba allí, luego de hacer que se largara como ratas de alcantarilla espero la respuesta de la humana quien parecía entrada en shock.
-Señor- dijo Roy detrás suyo con algo en la mano- Tal vez debería colocarle esto, además ella es humana, debe sentirse vulnerable.
Sesshomaru bufó, no había pedido consejo y no lo asesinaba porque después de todo era su chofer personal, tomo la chaqueta que sostenía el yokai tejón y se acercó con lentitud a la miko para cubrirla.
-Escucha, miko- le dijo con la frialdad que le caracterizaba- Ellos no te harán daño, vendrás conmigo, ¿entiendes?
La miko asintió, Sesshomaru no esperó más y la tomó en brazos para subirla al auto. Nadie hablo por unos largos minutos, Sesshomaru recordó que la chica estaba desnuda y con un movimiento de su mano el auto se detuvo.
-¿Desea algo mi señor?- dijo Roy sin voltear.
-Llama a alguien para que le lleve ropa a la humana y dile a Shippo que la encontramos- dijo con indiferencia Sesshomaru, Roy asintió y lo hizo para luego seguir con su camino.
Un rato después, Sesshomaru se encargó de llevar a Aome a su apartamento sin que nadie notara su desnudez y decidió dejarla en su habitación ya que se había dormido.
El apartamento era amplio y por supuesto estaba en una zona exclusiva de la ciudad, solo para youkais. Sesshomaru observo como rápidamente terminaban de acomodar sus cosas. No llevaba diez minutos allí cuando olió a dos Kitsunes que conocía bien.
-¡Sesshomaru!- llamó Shippo entrando al apartamento rápidamente- ¿Dónde está, Aome?
-¡¿Que le ha pasado?! ¡Huele a sangre!- exclamo Oyuki apareciendo tras su prometido.
-Tuvo un inconveniente- respondió Sesshomaru cruzándose de brazos, en ese momento una joven de cabellos cobrizos entro haciendo una reverencia.
-He traído lo que ha pedido, mi señor- dijo la joven youkai entregándole una bolsa de ropa.
-Muy bien, retírate- comentó Sesshomaru tomándolo sin ninguna expresión en el rostro, la joven youkai asintió y se marchó dejándole con los recién llegados, Oyuki y Shippo lo miraban con confusión y preocupación en el rostro debido al aroma de aquel lugar- La humana no tiene ropa.
-¡¿No tiene ropa?! – exclamó la kitsune d ecabellos plateados cada vez más confundida pero antes que nadie dijera más se escuchó un quejido humano.
.
Aome abrió los ojos y sintió un poco de dolor, se sentía confundida, lo último que recordaba era a Sesshomaru.
-¿Qué paso después?- dijo para sí misma y observo la majestuosa habitación-¿Dónde estoy?
-Cálmate, humana- dijo la fría voz de Sesshomaru del otro lado de la puerta la cual se abrió dejando entrar a dos jovencitas, afuera Sesshomaru y Shippo observaban, el primero con desinterés y el segundo con preocupación.
-¿Aome, cómo te sientes?- preguntó Oyuki preocupada acercándose a la cama- Sesshomaru dice que tuviste un accidente.
-Algo así- dijo Aome temblando un poco mientras observaba el lugar.
- Oyuki-sama - murmuro una joven de cabello azul celeste que se mantenía detrás y con la cabeza un poco gacha- Con todo respeto, debería hacer que la joven sacerdotisa se bañe y use las ropas, parece un poco perturbada.
-Miyuki, tienes razón, pero deja el "sama" para papá- dijo la chica de cabellos plateados sonriendo- Aome, está es Miyuki, me ha ayudado desde que tengo memoria, papá me obliga a andar con ella –rio bajito Oyuki- Miyuki, ayúdame a llevar a Aome al baño.
-Tranquilas- dijo Aome intentando colocarse en pie pero las yokais fueron más rápidas y en un segundo la chica de cabellos celestes ya la había alzado y la llevaba al baño- Gracias.
-Señorita, está es la ropa que Sesshomaru- sama ha comprado para usted- dijo Miyuki entregándole una caja y sonriendo en sus rojos ojos- Permítame prepararle la bañera.
-No tienes porque- dijo Aome pero fue en vano, la contraria ya había comenzado a hacerlo.
-Es parte de su contrato – explico Oyuki, Aome la miró confundida- Es una antigua tradición, yokais poderosos tienen sirvientes o vasallos personales desde su nacimiento, mi padre me ha facultado tres, me he negado, así que me ha hecho prometer que Miyuki siempre estará conmigo, al final hemos hecho una especie de contrato, es terrible, aunque debo admitir que es un alivio en tiempo de guerra tener alguien con quien contar.
-Ya veo- murmuro Aome de repente notando cuan solitaria podía ser esa vida- Ella se ha vuelto en una gran amiga, ¿verdad?
-Sí- sintió la chica de cabellos plateados- como una hermana, pero no me es permitido decirlo públicamente.
-Su secreto está a salvo conmigo, Oyuki-sama- dijo Miyuki quien había estado escuchando, Aome y Oyuki sonrieron- Usted también es como mi familia.
-Completamente a salvo- completó Aome sonriendo.
Aome se dio un rápido baño y se sorprendió por el costoso vestido y la costosísima ropa interior que debía usar, se resignó cuando Oyuki quiso peinarla y le contó que debían hablar seriamente. Miyuki fue enviada a avisar a Shippo y Sesshomaru que la sacerdotisa estaba lista para hablar con ellos.
-A fuera todos- dijo entonces Sesshomaru hacía los sirvientes que se encontraban en el apartamento, todos salieron.
-¡Aome!- grito Shippo al ver a su amiga y corrió a abrazarla sintiéndose nuevamente un pequeño niño- ¿Qué ha pasado?
Aome le contó sobre su encuentro con el hanyou y los otros humanos, también sobre su investigación, Shippo preguntó sobre su familia, sobre la universidad, sobre el trabajo, Aome llevaba media hora hablando cuando Sesshomaru bufó e interrumpió.
-Bien, Shippo, ya escuchaste a la humana- dijo Sesshomaru con frialdad- Pero vinimos por otra cosa, no a informarnos de la aburrida vida de los mortales.
Shippo suspiró y observo enojado a su amigo.
-¿Cómo puedes ser tan insensible, Sesshomaru? ¡Llevo años sin saber de su vida!
-¡La viste hace tres semanas!
-¡Y mira lo que ocurrió! ¡Todo por tu culpa! ¡No quisiste que viniéramos!
-Eres libre de andar por el mundo, Shippo- recordó aburrido Sesshomaru
-Tenemos un acuerdo, Sesshomaru, yo estoy ayudándote con el consejo, los humanos, las cosas que te desagradan…
-…Y yo he hecho que el nombre de tu antigua familia, tu casi extinto clan reciba el respeto que pudo tener en antaño- intervino Sesshomaru- Eres de los pocos yokais que tiene completamente las puertas abiertas en mi palacio. Sabes perfectamente que incluso en estos tiempos un yokai como tú necesita buenos contactos.
-¡Déjenlo ya!- casi grito Oyuki con los brazos cruzados-¡Que importa, Sesshomaru, si tú le has salvado el pellejo a Shippo y a muchos kitsunes de fuego y que importa que Shippo se ocupe de todas tus obligaciones simplemente para mantenerse en alto y ser un gran guerrero cuando muchos de su especie, según tú, somos buenos para nada! ¡Esto es una total tontería, ustedes dos son amigos desde hace mucho tiempo y ahora se pelean porque Shippo tiene algo más que hacer, algo que tú no sabes y deberías hacer!
-¿Sí?- dijo Sesshomaru con calma- Según tú, ¿Qué no es capaz de hacer el grandioso Sesshomaru?
-Amigos, principalmente- dijo Oyuki en un suspiro y dirigió su mirada a Aome- Llevamos años intentando que la paz exista entre humanos y Yokais, hay muchos yokais que se pelean entre sí y aún hay clanes de exterminadores, monjes y sacerdotisas que pelean contra nosotros e incluso entre ellos. Así que los cuatro Lores de los puntos cardinales hicieron un acuerdo con un grupo de humanos y entre ellos, cada Lord tiene el cuidado de un grupo de yokais e incluso de humanos y lo mismo con el consejo de humanos ect. Sesshomaru, se supone, es uno de los Lores, pero su capacidad para hacer amigos es nula.
Aome parpadeo sorprendida ante toda la información, Shippo suspiro y Sesshomaru miro a cualquier otro lugar.
-Shippo ha acompañado a Sesshomaru a sus reuniones con todos los yokais y ha sido de mucha ayuda con los humanos- explico la yokai- Yo diría que confían más en Shippo que en el Lord.
-Tonterías- murmuro Sesshomaru aunque sabía que llevaba algo de razón.
-Creo que exageras un poco, querida- murmuro Shippo sonrojado.
-Como sea, Sesshomaru, se te encargo la tarea de velar por la miko y entrenarla y Shippo nuevamente se preocupa más por ella que tú. Él tiene muchas cosas que hacer como para que le dejes eso también- dijo Oyuki mirando acusadoramente al Lord- ¿Recuerdas al monje y a la exterminadora?
-Sí, comprendo- dijo Sesshomaru mirando fríamente a la chica que de no ser hija de uno de los Lores ya estuviera muerta- Me haré su "amigo" esta vez…
-¿El monje y la exterminadora?-preguntó Aome tímida de entrar en la discusión.
-Nuestros últimos miembros del consejo- explico Shippo- era un hombre y una mujer bastante amables, murieron lastimosamente.
-Oh- murmuro la miko pensando en sus amigos.
-Miko- dijo Sesshomaru colocándose en pie y dirigiéndose a una ventana, Aome le observó- Pasado mañana hay una reunión del consejo y es de vital importancia que asista.
-¿Qué?- murmuro Aome haciendo una mueca- ¡Pero yo no sé nada…!
-Se presentará ante los yokais y habrá una recepción, Shippo encontró un nuevo exterminador que también será presentado- dijo Sesshomaru ignorándola- Es en mi palacio…
-¡Ni siquiera tengo dinero para ir! ¡No sé dónde queda!- murmuro para sí misma la humana
- Mañana, pasaremos por usted, estará de vuelta en tres días a lo mucho, no tiene de que preocuparse, todo está pago. Conocerá gente importante y aprenderá cosas- dijo el youkai y se volteo para verla- No acepto un no por respuesta.
Aome se cruzó de brazos y frunció el ceño enojada. ¡¿Qué se cree ese youkai para mandarla?!
-¡Escúcheme Lord de pacotilla! –dijo Aome colocándose en pie- ¡Tengo una vida! ¡trabajo, universidad, amigos! ¡No puedo correr cuando se le venga en gana!
-Le dije que los humanos se ocupaban- intervino Oyuki, Sesshomaru las fulmino con la mirada
-Me importa un…- gruño el Lord- Le pagaré el triple de su trabajo, a sus amigos los verá luego, además, esto es algo bueno para ellos, en cuando a la universidad, según entiendo usted no estudia en fin de semana.
-No me venga con eso- Aome frunció el ceño más aun y sus poderes empezaron a salir lentamente- En la casa en la que vivo, debo hacer cosas algunos fines de semana…
-¿Qué cosas?- alzó una ceja el Lord
-Cuido de una niña cuando sus padres están de viaje- suspiró Aome- Ellos me descuentan de lo que pago de los servicios… es mi trabajo alterno.
Sesshomaru ni respiro, en su mente estaba Rin en ese momento, la recordaba, de pequeña tan inocente y más madura tan protectora e independiente. ¿Cómo será esa niña? Se preguntó, así como se había preguntado ¿Qué habría averiguado Aome de Rin?
-Aome, ¿no hay alguien más que cuide de ella?- preguntó Shippo tomando la mano de su amiga.
Aome lo pensó, era posible, Eri podría cuidar de ella si no se hubiera marchado a cierta montaña con su novio el día anterior. En cuanto a los padres de la niña, se encontraban viajando en ese momento en algún lugar de Europa y la pequeña Mei Ling se quedaba con ella o con sus vecinos mientras ella llegaba.
-No, Eri está cerca al valle de los youkais y sus padres están de viaje- dijo Aome con un suspiro- Es una niña de seis años, no puedo dejarla en cualquier lugar.
-Tráela contigo- solucionó Sesshomaru observando sin interés
-¡¿A un lugar lleno de youkais?! – Exclamo Aome - ¡Estás loco, Sesshomaru!
- El palacio es grande, no será la única humana y además tendrán gente a su servicio que no dejará que ocurra algo grave- murmuro fríamente y agregó para sí y mataré a cualquiera que ose tocar a una niña que, al igual que muchas otras niñas, podría ser descendiente de Rin
-Sesshomaru tiene razón- dijo Oyuki pensativa- Estarán bien, yo puedo pedirle a mis sirvientes que la cuiden de otros youkais.
Aome suspiro entre nerviosa y resignada.
