Disclaimers: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, yo solo le doy una vida diferente a algunos de sus personajes. Todas las situaciones que ocurran en la historia son producto de mi imaginación a no ser que indique lo contrario. Historia de categoría M ya que contiene escenas que no son apropiadas para menores de 18 años. No gano dinero haciendo esto, por favor respeten mi trabajo y a mi persona.


Capítulo 2

Luego de un merecido descanso, la mañana en que la verdadera misión comenzaba llegó. El equipo se preparó recogiendo el campamento y cambiando sus atuendos ninjas por la ropa de civiles que habían empacado. Además, Sakura distribuyó los impermeables negros que tenía preparados, lo que disimulaba aún más su aspecto.

— Lo mejor será que activemos un henge no jutsu desde ahora, para no llamar la atención en el pueblo al que vamos. Digamos que rosa, gris, y amarillo no son colores de cabello muy comunes… - explicó el mayor.

— Yo me quedo así - alegó el Uchiha.

— Claro, eres el más corriente de todos, teme. - bromeó Naruto.

— Tsk - sin decir nada más, un molesto Sasuke salió refunfuñando de la cueva.

Sakura optó por usar un cabello castaño, al igual que cambió el color de sus ojos por un marrón oscuro. Kakashi optó por un cabello también castaño y unos ojos verdes opacos. Por último, Naruto se decidió por un cabello gris, casi negro, acompañado de unos ojos del mismo color. Obviamente, también quitó las características marcas de sus mejillas.

Una vez quedaron conformes con sus nuevas apariencias, emprendieron camino hacia su destino. Caminaron a paso regular durante toda la mañana. Desde el exterior se podría pensar que eran tres jóvenes con su sensei en un viaje de aventuras y aprendizaje. Aunque si lo vemos desde la perspectiva ninja, eso era justamente lo que eran.

Cruzaron la frontera que les daba la bienvenida al país de la Lluvia sin mayores problemas. Los papeles que habían presentado venían directamente de la oficina de falsificación de Konoha, quienes como siempre habían hecho un trabajo estupendo.

— El plan es llegar a la posada, descansar un poco y luego encontrarnos con el líder de la organización de aldeanos ¿Está claro? - preguntó el líder del equipo una vez pudieron vislumbrar el pueblo al que se dirigían en la lejanía. Sólo faltaban unos cuatro kilómetros para llegar ahí.

— ¿Habrá aguas termales en la posada? Siento que necesito un buen baño luego de este viaje - Y si Naruto tenía la esperanza de espiar a alguna chica en secreto, eso nunca lo sabremos. Después de todo, el tiempo que compartió con Jiraiya-sama debió afectarlo de alguna manera, sumado a la falta de "atención" femenina que no había podido conseguir de parte de su novia en el último mes.

La mente de Naruto le decía "en mirar no hay engaño", pero otra parte le gritaba "es como serle infiel a Hinata". El joven Uzumaki se decidió por la simple opción de primero esperar la respuesta a las aguas termales y luego decidir qué hacer.

— Supongo que sí, solo recuerden que será un descanso breve. Debemos familiarizarnos con el sector. Identificar potenciales lugares de vigilancia, averiguar el modo en que operan los ladrones…

— Sí, sí, ya lo haremos - esta vez fue el Uchiha quien interrumpió.

Los cuatro se dirigieron a la posada que serviría de refugio para casi todos ellos por el tiempo que les tome llevar a cabo la misión. Una joven de aproximadamente 24 años fue la encargada de atenderlos en la recepción de la posada cuando llegaron.

— ¡Hola! Buenas tardes y bienvenidos a la posada Taiyō ¿Cuántas habitaciones necesitan? - dijo la dulce joven, quien no apartaba su mirada del mayor del grupo. Genial, otra víbora, pensó Sakura para sus adentros.

— Necesitamos una triple y una individual - fue Naruto quien hizo la solicitud ya que su maestro ya había sacado su dichoso libro naranja del bolsillo y lo leía distraídamente, Sasuke nunca se involucra en nada y Sakura estaba muy ocupada decapitando a la chica en sus pensamientos.

Cada vez que el equipo podía darse el lujo de hospedarse en una posada, pedían 2 habitaciones. Una para los tres chicos y una para Sakura, ya que ésta poseía beneficios por ser la única chica del grupo ya que necesita intimidad y bla bla bla. Naruto cree que comenzó a ser así para que no pudiera espiarla, cosa que se avergüenza de haber intentado hacer cuando eran más jóvenes.

— Oh, ¿Acaso el que duerme solo eres tú? - la pregunta obviamente iba dirigida a Kakashi, ya que la chica no había apartado los ojos de él desde que cruzó por la puerta, aunque él lo ignorara por completo.

— No creo que eso sea de tu importancia ¿Le preguntas eso a cada cliente que entra al lugar? Chica, deberías analizarte y entregarnos las llaves - la ahora castaña no pudo contener su reacción e interrumpió la conversación. Naruto, el cual al parecer era el único que se percataba la acidez en el tono de la joven se encogió en su lugar. Insisto, cuando Sakura-chan quiere intimidar, no tiene problemas en hacerlo…

Mientras por la mente de Sakura el hilo de pensamientos iba desde un "No puedo creer que sea tan descarada" pasando por un "es sensei" hasta terminar en un "odio que esta chica sea linda y tenga buenas curvas".

El objetivo de esta guerra de egos escuchaba el intercambio de palabras entre las jóvenes, aunque parecía ignorar todo. Por un momento se le pasó por la cabeza que la guapa chica de la posada podría ser una buena compañera de cama. Después de todo, éstas siempre eran de aldeas o pueblos lejanos a Konoha. Sin embargo, lo pensó mejor y no creía conveniente el involucrarse con una ahora "enemiga" de Sakura, a la que tendrían que ver durante cada día de su estadía en Kirifuri.

— Yo… Si, disculpen. Aquí están sus llaves - y si el rubor en el rostro de la chica le causó a Sakura satisfacción y culpabilidad al mismo tiempo, nadie más lo notó.

Los cuatro subieron las escaleras lentamente, con pereza. Una vez identificadas las habitaciones, las que convenientemente se encontraban una junto a la otra, se despidieron con la promesa de encontrarse en la recepción dentro de una hora.

— Creo que deberías hablar con Sakura - Kakashi miró con pereza al Uchiha parado frente a él en el medio de su habitación.

— ¿Y eso por qué? - Kakashi podría hacerse una idea sobre las razones, pero no era como si le importara de todos modos.

— Sus celos respecto a las mujeres que se acercan a ti se están volviendo peor con el tiempo. No me digas que no lo habías notado - Sasuke tenía esa mirada de convicción que podría llegar intimidar a otros, pero no a Kakashi — Hace unos días en Ichiraku se alteró con la simple idea de que tuvieras novia y ahora casi salta sobre la chica de la recepción. Se está volviendo serio ¿Qué pasará con ella cuando de verdad te intereses en alguien?

Para tener 14 años de diferencia con su subordinado, Sasuke siempre lo había tratado y hablado como si fuera su igual. Nunca le dijo "sensei".

— No es como si ella enserio fuera a saltar sobre la chica, no exageres - A Kakashi no le estaba gustando la forma en la que Sasuke estaba hablando sobre el tema. La molestia era palpable en su voz, pero Kakashi no entendía la raíz de la molestia del Uchiha. Se supone que era él el afectado… y no le importaba ¿por qué al niñato si?

— Estoy hablando en serio - el Uchiha no mostraba signos de querer dejar el tema ahí, por lo que Kakashi soltó un suspiro cansado y se enfrentó a él.

— ¿Crees que su actitud podría afectar la misión?

— No. Al menos no ésta.

— Bien, entonces el "asunto" puede esperar. - sin esperar otra respuesta de parte de su alumno, Kakashi buscó un cambio de ropa y salió con dirección a los baños de la posada.

Durante el tiempo asignado al descanso todos tomaron un baño, algunos más largos que otros. En el caso de Sakura, sólo se tomó un baño rápido ya que al parecer no había más chicas en la posada, o no que fueran a bañarse en ese horario. Sakura intenta no recurrir a ese tonto pensamiento de que siempre debía hacer todo sola para que no le digan que se preocupa de cosas carentes de importancia. Pero a veces no puede evitar sentirse apartada en un grupo de otros tres hombres. Por un lado le gustaría un poco de presencia femenina, pero por otro lado esos tres idiotas eran SUS idiotas y no estaba segura de querer que eso cambiará pronto.

Tuvo la suerte de pasar el inicio de su adolescencia junto a Lady Tsunade, ya saben, todo el asunto de la menstruación, "la charla", incluso las clases de seducción que todas las kunoichis debían tomar. Sakura se sentía infinitamente agradecida de que haya sido así, ya que si bien ella tenía una idea de todo eso, el que se lo explicara una mujer con experiencia y sin pelos en la lengua fue más de lo que podría pedir. No podía imaginarse a su padre o incluso a Kakashi-sensei hablando sobre eso… Eso hubiese sido increíblemente vergonzoso.

Lady Tsunade le explicó todo con lujos de detalles, le permitió hacer todas las preguntas que tuvo y le inculcó que nadie podía tocarla sin su consentimiento puesto que ella era única dueña de su cuerpo, y solo en ella, bajo cualquier circunstancia, recaía la decisión de qué hacer con él. Todo esto solo hizo que los lazos que Sakura y hokage estaban formando se volvieran aún más profundos. Sin embargo, la relación que mantenían era más cercana a la de una madre con su hija, que a la de una mejor amiga que es lo que la joven creía necesitar.

Puede sonar algo tonto, pero en ocasiones a Sakura le gustaría tener de esas charlas sin sentido sobre chicos, o sobre ropa interior, o sobre qué shampoo deja un buen aroma en el cabello. Charlas que obviamente no puede mantener con ninguno de los integrantes de su equipo. Aún así no cambiaría de equipo por nada del mundo.

Una vez transcurrido el tiempo de descanso, todo el equipo se encontró en recepción como habían acordado con su henge no jutsu ya activado. Juntos se dirigieron a la dirección que el líder de los habitantes de Kirifuri les había dado. En el camino observaron de manera superficial el funcionamiento y seguridad del pueblo, hasta que llegaron a una casa con un emblema de espadas en la entrada. Los cuatro se miraron entre ellos sin saber si debían entrar o no.

— Oi! ¡¿Hay alguién?! - Naruto como siempre impaciente y lleno de energía. Pero su intervención funcionó ya que a los segundos un hombre se asomó por detrás del emblema.

— Hola ¿Alguno de ustedes es el primo de Uta? - esa era la excusa que habían ideado para infiltrase en el país de la Lluvia. Al estar en territorio "enemigo" no podían decir "Oi, somos los ninjas de Konoha que contrataron a escondidas".

— Sí, este chico es el primo de Uta - Respondió el líder del equipo apuntando a Sasuke. — Yo soy su sensei y éstos sus compañeros de equipo.

El hombre los dejó pasar en lo que intentaba descubrir si algunos ojos indiscretos habían reparado en la situación, pero no fue así. Todo iba bien. El equipo 7 desactivó el henge, puesto que la transparencia con sus clientes era una de las reglas como ninjas de Konoha.

— Muchas gracias por venir. Mi nombre es Fudo, soy el líder de los habitantes de la aldea.

— Esperamos poder ayudarlo. Mi nombre es Hatake Kakashi, y ellos son Uchiha Sasuke, Uzumaki Naruto y Haruno Sakura - Kakashi los presentó a cada uno, mientras ellos asentían y mostraban una pequeña sonrisa para transmitir seguridad. — ¿Nos puede contar la situación? Necesitaremos tanta información como sea posible.

Mientras se acomodaba en un salón, el señor Fudo les ofreció té. El cual aceptaron gustosos mientras se disponían a escuchar.

— Hace aproximadamente 5 meses llegó este grupo, Hikari. Son cinco hombres, supongo que tienen entre 30 y 35 años. Su líder se llama Hiroaki y en un principio sólo se asentaron en la idea como forasteros que venían de paso. Estuvieron calmados por un tiempo, por lo que no hicimos nada. Sin embargo, pronto comenzaron a robar de forma violenta, entraban a nuestras casas y nos golpeaban si intentábamos defendernos. Ahora nos cobran un impuesto por el simple hecho de vivir aquí…

El señor recogió algunas lágrimas que escaparon por sus ojos al relatar su tan desdichada situación. Con compasión, Sakura le tendió un pañuelo que el hombre aceptó agradecido.

— Nosotros hemos estado aquí por años, y a pesar de pertenecer a un país independiente que tiene sus dificultades económicas, podíamos vivir de forma tranquila. Sin embargo ahora vivimos aterrados! Ellos saben todo lo que hacemos, todo lo que tenemos. Además, la delincuencia ha aumentado ya que más y más bandidos entran al pueblo para hacer de las suyas y ellos no hacen nada. Dicen que debemos pagarles si queremos protección, pero nos han robado casi todo. También dicen que ellos llegaron a "iluminar" nuestras vidas, a despojarnos de lo material para que veamos lo importante…

Fue ese último mensaje el que llamó la atención del ninja que copia. Tenía cierta similitud a lo predicado por Pain cuando destruyó Konoha hace un año… Quizás este grupo si está intentando seguir los pasos de Akatsuki...

— La verdad no entiendo mucho, pero como habitantes ya no podemos seguir en esta situación - Todo el equipo sentía algo de lástima por el relato del hombre… Haber vivido de forma tranquila toda su vida para que un grupo de malnacidos vengan a hacerles la vida imposible en su propio hogar...

— ¡Eso es horrible! Tenemos que hacer algo, dattebayo!

— Claro que haremos algo, por eso estamos aquí - lo calmó el líder del equipo — Pero debemos ser cuidadosos.

— Sí… tendremos que mantener un perfil bajo - expresó Sasuke.

— ¿Qué opinas tú, Sakura? - tres pares de ojos se centraron en ella luego de que Kakashi preguntó explícitamente por su opinión. Después de todo, ella es la segunda más observadora del equipo, luego del peliplata.

— Creo que necesitaremos un par de días para mezclarnos con los aldeanos. Deberíamos trazar una ruta con lugares y horarios de conflicto. También debemos identificar a los 5 miembros de la banda y distinguirlos de los "simples" bandidos. Deben tener un modo de operar particular, y una guarida… Sería bueno si somos capaces de encontrar alguna debilidad de su parte que nos dé cierta seguridad para atacarlos o chantajearlos… - Sakura mantenía su ceño fruncido en lo que divagaba sobre sus opciones. — Creo que 2 días serán suficientes, después de eso Sasuke debería quedarse aquí. Después de todo nuestra fachada es ser familiares de usted - Esta vez miraba al mayor en busca de aprobación.

— Es un buen plan, y una gran idea. ¿Todos de acuerdo?

Se escucharon diferentes "Sí" de aprobación, por lo que se pusieron manos a la obra. Siguieron conversando con el señor Fudo por unos minutos más, para luego retirarse al acordar que le entregarían reportes de sus avances en la misión cada dos días.

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Durante horas de la tarde, cada uno de los integrantes del equipo recorrió distintas calles del pueblo teniendo la precaución de no llamar la atención intentando cumplir las pequeñas tareas que se les habían asignado.

Naruto se encargaría de recolectar comida para la semana. Sakura averiguaría con mayor profundidad sobre la relación de la banda y los habitantes del pueblo con la excusa de comprar artículos en distintas tiendas. Kakashi intentaría localizar los lugares que frecuentaba la banda, al igual que las horas en que operaban. Y finalmente Sasuke recolectaría información sobre los delincuentes menores.

Sakura caminó por las calles mojadas del pueblo, y entró en una boutique con la intención de "comprar artículos femeninos"

— ¿Necesitas ayuda con algo? - Una vendedora de unos 45 años se le acercó de inmediato.

— Oh, estoy buscando ropa interior - fingió estar avergonzada, quizás de esa manera removiera algo en el corazón de la mujer y le facilitaría la información que necesitaba.

— ¿Alguna ocasión especial, linda? Tu no eres de aquí ¿verdad? Disculpa la intromisión pero… ¿viniste con tu novio? - ahora la señora lucía algo alerta, lo que llamó profundamente la atención de la muchacha.

— Sí, yo no soy de aquí. Estoy de paso con mi novio y umm… nuestro grupo. Ya sabe, viaje de aventuras.

— ¡Eso es genial! Pero, linda, si tienes chicos que te acompañan no deberías andar merodeando tu sola por el pueblo… Éste lugar ya no es lo que era - la mirada de la mujer se veía igualmente perdida y nostálgica. Por mucho que quisiera empatizar con la señora, Sakura supo reconocer la ventana a la información que necesitaba.

— ¿Enserio? - intentó parecer sorprendida — Ahora tengo algo de miedo… ¿Podría decirme por qué?

— Ay, pequeña. Lamento asustarte, pero creeme de que tengo razones para hacerlo. Desde hace un tiempo la delincuencia es pan de cada día… Y no es que odie a los hombres, de hecho estoy casada y amo a mi esposo. Pero no podemos ignorar que las jóvenes dulces y bonitas como tu son las víctimas más frecuente de esos… malnacidos. Éste último mes han desaparecido ya cuatro chicas, algunas forasteras, otras residentes. - suspiró con tristeza la vendedora.

— Eso… Eso es terrible…

— Oh linda! Este no es un buen lugar para tí… Ni siquiera para visitarlo de paso. Muchos de los habitantes se han ido, buscando un lugar que les ofrezca seguridad. Si tuviera una hija, créeme que también haría lo imposible por irme.

— ¿Y por qué sigue aquí? Perdón la indiscreción… pero si sabe todo esto ¿Por qué seguir? - Sakura se encontraba altamente intrigada por lo que la dulce señora le contaba.

— Porque no puedo… Como los bandidos obligan a algunos a irse, quitándoles sus locales, a otros como a mí nos obligan a quedarnos… Soy la única tienda que queda que vende… ropa interior femenina. Yo casi nunca veo a las chicas, ¿Sabes? Pero ellos vienen a comprarla… para chicas que nunca veo, sólo sé que estuvieron aquí y luego… ya no ¿Entiendes? - La señora la miraba con profundo dolor. Sakura no imagina la culpa que debe sentir al saber que ella prácticamente vestía a las chicas que desaparecen para el… disfrute y quizás qué clase de perversiones que esos malditos les hacen cumplir.

— Yo… la entiendo, señora. Muchas gracias por advertirme. - Sakura tomó las manos de la mujer y le intentó ofrecer una sonrisa cálida.

— Si puedes irte, linda, por favor hazlo. O en su defecto, no salgas sola por ahí. Ahora, dijiste que buscabas algo… ¿Tienes algo en mente?

— Yo… sí. Pensaba en algo blanco.

— Sí… definitivamente el blanco es tu color. - La vendedora le mostró diferentes conjuntos mientras seguían conversando de manera calmada. Al notar que posiblemente estaba tentando su suerte y la de la señora que ahora sabía se llamaba Mikoto, Sakura decidió comprar 2 conjuntos y se despidió prometiendo que se cuidaría.

Cómo esa tienda, visitó otras cuatro. Compró diferentes artículos tanto para ella como para los chicos de su equipo. No era como si los necesitara, pero bueno… Konoha paga. Algunos lugares le brindaron suerte y uno en particular, no tanto. Esperaba que la información que había recaudado fuera fructífera para la misión.

En lo que caminaba notó varios ojos mirándola con curiosidad. La mayoría de la gente que vió eran adultos y el género que predominaba era definitivamente masculino. Si no fuera porque era una kunoichi, Sakura se hubiese sentido intimidada.

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En distintos lugares del pueblo, cada uno de los integrantes de su equipo cumplían sus misiones. Naruto fué el primero en terminar, por lo que se limitó a comer un poco mientras estaba encerrado en la habitación que compartía con Kakashi-sensei y Sasuke. Éstos dos últimos completaban sus misiones a un ritmo más lento puesto que dos varones desconocidos no eran los candidatos ideales a quienes revelar información.

Cuando dieron las 19:00 hrs, los cuatro miembros del equipo se reunieron para cenar en un restaurante junto a su posada tal y como habían acordado para socializar la información que lograron reunir.

— Les traje algunas cosas que pude conseguir - Sakura repartió una bolsa a cada uno de sus compañeros.

— ¿Shampoo con aroma a frutos del bosque? ¿Es enserio, Kiki-chan? - Se quejó el Uzumaki, fastidiado mientras usaba el nombre falso de la chica.

— ¿No lo quieres? ¿Prefieres seguir lavándote el cabello con jabón? ¡Vamos! Me lo recomendaron en la tienda - Sakura intentó hacer un puchero que según Sasuke era un desastre, pero para Naruto y Kakashi era simplemente adorable.

Naruto levantó la tapa del shampoo y lo olió. — Tienes razón, Kiki-chan. Huele rico, muchas gracias. - Sakura sonrió complacida por la respuesta que obtuvo.

— Eso pensaba. Si alguien más tiene alguna queja, se la mete en el culo. Gracias. - nadie dijo nada al respecto, solo pusieron sus respectivas bolsas a sus pies para que no les estorbaran durante su cena.

— Jm.. ¿Y bien? ¿Qué información pudieron recolectar? - el líder del equipo rompió el tenso silencio mientras seguían comiendo con lentitud. Intentaban aparentar que mantenían una cena normal.

— Algunos vendedores de tiendas me comentaron que la banda principal, nuestro objetivo, se adueñó del mejor hotel del pueblo y que hicieron que los dueños escaparan a otra aldea. - hablo la pelirrosa.

— Yo también oí eso, también dijeron que alojan a algunos bandidos… - complemento Kakashi.

— Exacto - confirmó Sakura.

— Hay un grupo de bandidos que buscan atacar principalmente a mujeres jóvenes, y ancianos. - comentó Sasuke — Incluso escuché que ya habían desaparecido dos chicas.

— No sólo eso, la mujer de la tienda de lencería me comentó que sólo en el último mes han desaparecido cuatro. No quiero exponerla, pero según me dijo hay algunos locales que siguen siendo atendidos por sus dueños ya que les prohíben irse. Los mismos bandidos van a comprarles. Al parecer no sólo hablamos de secuestro, sino que de prostitución forzada, e incluso puede ser trata humana - Sakura confesó sus sospechas a sus compañeros.

— ¡Vaya! ¡Son unos mal nacidos! Ahora me siento un inutil. Yo solo conseguí comida instantánea. - se quejó Naruto.

— Tranquilo, Menma. Sabes que cada paso y tarea es importante para la misión. - intentó consolarlo Kakashi-sensei. — Para ser el primer día fue bastante provechoso.

Todo el equipo estuvo de acuerdo con el mayor. Cuando estaban por retirarse del restaurante, se les acercó el mesero, quién era un señor de unos 40 años aproximadamente.

— Perdón la interrupción. Solo quería saber si se les ofrecía algo más. Después de las 20:00 horas estamos autorizados a funcionar como bar, por lo que si quieren alguna bebida pueden avisarme y la traeré. - luego de la promesa de pensarlo, el hombre se retiró.

— Quizás sea una buena oportunidad… ver si el pueblo se transforma mucho de noche - sugirió el Uchiha.

— También lo creo. Vamos a quedarnos por máximo dos horas, y les advierto, ninguno podrá beber más de una copa ¿Oyeron? - amenazó Kakashi.

— Sukea-sensei, usted es muy aburrido - se quejó el rubio.

— Menma, te recuerdo que este no es un viaje de placer - lo reprendió su amiga.

— Además de que sabemos que ninguno de ustedes es mayor de edad. Estoy siendo muy flexible al permitirles beber una copa - añadió Kakashi.

— Ustedes siempre se ponen de acuerdo para estar contra mí - los acusó injustificadamente el Uzumaki.

— No es como si nos hicieras la tarea muy difícil, Menma - lo molestó el mayor.

El mesero volvió a su mesa cuando vió la leve seña que le hizo el Uchiha. Kakashi-sensei decidió comprar dos botellas pequeñas de sake para compartir con Sasuke y Naruto. Mientras, Sakura pidió un jugo de frutas ya que realmente odiaba el sake.

El equipo seguía manteniendo una conversación amena para no llamar la atención de los clientes que comienzan a llegar. En una mesa ubicada en el centro del local, había dos hombres que sorpresivamente ya se habían emborrachado pese a haber bebido solo tres copas. En una de las esquinas, podían observar a tres hombres que misteriosamente los estaban observando desde hace un tiempo.

Este último grupo fue el que llamó la atención de Kakashi. No se veían peligrosos, pero Kakashi notaba como su mirada recaía cada pocos minutos en la mesa del equipo 7. Considerando esto, en conjunto con la clara falta de clientes nocturnos en el lugar es que decidió que era un buen momento para marcharse.

— Ya deberíamos irnos, es un riesgo seguir aquí. Dudo que encontremos lo que buscamos.

— ¡Ok! - el grupo se puso de pie luego de pagar la cuenta para volver a sus habitaciones en la posada.

— Sakura-chan, ¿podrías guardar tu la comida? Tu tienes mas espacio al tener una habitación para tí sola - preguntó Naruto en lo que atravesaban la puerta del restaurante.

— Está bien, Menma. - No era de sorprender que Naruto olvidara el uso de nombres falsos, pese a tener el henge no jutsu activado.

Una vez en la posada, el equipo siete se despidió de la joven kunoichi afuera de su habitación, sin imaginar lo que esa noche les tenía planeado.

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El reloj marcaba las 3:00 AM cuando un trío de hombres desconocidos se colaba en las instalaciones de la posada que alojaba al equipo Kakashi. Con cuidado y en silencio subieron las escaleras mientras ocultaban su chakra, lo que nadie esperaba es que aquellos tres hombres fueran los shinobis, de bajo rango vale aclarar, que observó con interés al grupo de cuatro proveniente de Konoha mientras horas antes compartían charla y bebida en el bar.

En un descuido, escucharon parte de su conversación llamándoles la atención el que aquella extravagante chica Sakura estaría sola esa noche… sin protección alguna.

Aunque a simple vista podrían ser fácilmente catalogados como idiotas, no lo eran. Sabían que no tendrían oportunidad si se enfrentaban con el mocoso chillón de cabello oscuro, el depresivo de cabello azabache, o el perezoso castaño. ¡Claro que no! Por eso es que necesitaban ser cuidadosos y silenciosos si querían concretar su cometido.

Con lentitud llegaron al segundo nivel de la posada, y con extremo cuidado abrieron la primera puerta de la izquierda esperando tener suerte. Para su desgracia, ésta se encontraba vacía. Conteniendo el aire en sus pulmones volvieron a cerrar la puerta en lo que uno de ellos se acercaban a la próxima habitación.

Aún entre penumbras, el hombre de aproximadamente 35 años de edad reconoció con facilidad la silueta femenina situada en la cama, sin embargo la llamativa melena rosa los puso alerta. Podrían asegurar que las facciones de la chica, ya que justamente está volteada hacia la puerta, eran las mismas que las de aquella chica del restaurante. Sin embargo, su cabello era completamente diferente.

No pudo evitar preguntarse si ese era su color de cabello natural, y si otros rincones de su cuerpo lo poseían también. No había dudas, esta era la chica que buscaban.

El hombre hizo un leve movimiento de cabeza indicando a sus cómplices que la habían encontrado… mientras tanto, el sueño de Sakura seguía imperturbable y ajeno al peligro que la acechaba. Por otro lado, en la habitación contigua, tres shinobis descansaban de su ajetreado día en un sueño igualmente profundo, sin prever la amenaza.

El trío de desconocidos ingresó a la habitación de la única chica del equipo 7, cada uno acercándose a ella desde un extremo de la cama: derecha, izquierda, y a sus pies. El de la derecha localizó un pañuelo húmedo sobre la boca y nariz de la joven, en lo que el de la izquierda vendaba sus ojos, y el tercer involucrado sujetaba sus piernas con fuerza.

Sakura despertó de manera inmediata, aunque algo confundida y desorientada. Su cerebro recién despierto no entendía el porqué sus ojos no lograban ver nada pese a estar abiertos. Tampoco entendía el porqué sentía unas manos desconocidas en sus piernas y algo húmedo en su rostro… cuando las mismas manos que anudaron la venda que inutilizaba sus ojos bajaron a su cadera para empujar la parte baja de su pijama por sus piernas, lo entendió todo… estaba en peligro. Ese peligro que tantas veces Tsunade-sama le dijo al que era propensa por el simple hecho de ser mujer.

— ¡Mmmh! - intentó gritar en alarma, pero sólo producía balbuceos leves e inteligibles. "Necesito ayuda, necesito a Kakashi-sensei". La única meta que figuraba en la mente de la pelirosa era el lograr crear alguna alerta que expusiera su situación a sus compañeros en la habitación contigua.

Al momento siguiente, sintió como un nuevo trozo de tela era impulsado bruscamente dentro de su boca. Cualquier sonido que hubiese podido emitir con anterioridad, ahora quedaba en el olvido. Ahora la única opción que consideraba medianamente viable era la de utilizar chakra para protegerse.

Su pijama ya se encontraba por sus pantorrillas cuando almacenó chakra en su pie derecho para impulsarlo contra el cuerpo del hombre que la sostenía con brusquedad por sus tobillos. El hombre trastabilló, pero no la soltó y Sakura sintió que había cometido un gran error puesto que ahora su pijama fue fácilmente alejada de su cuerpo. El pánico la invadió e intentó buscar nuevas formas de alertar a sus compañeros.

La desesperación comenzaba a nublar su juicio. No puede ser, no a mí, no ellos, no ahora sus pensamientos en conjunto con imágenes desagradables de lo que estaba por ocurrirle invadieron su mente.

Ahora las manos de los tres hombres recorrían su cuerpo sin reparo, un par seguía sujetando sus tobillos, otro apresaba sus muñecas, y el tercer par recorría sus piernas.

— ¡Date prisa! El sedante no parece hacerle efecto, ya debió haberse dormido.

¡Eso es! No estoy en blanco, estoy siendo drogada. Al ser aprendiz de la quinta y poseer un perfecto control de chakra, tenía una gran resistencia a variedad de drogas y venenos, pero no era inmune a ellos.

— Quiero disfrutar esto, no me apresures. - respondió el idiota que recorría sus piernas sin pudor, cada vez más cerca de sus muslos e ingle.

— Pues todos queremos, pero recuerda que no está sola!

Kakashi-sensei, debo alertar a Kakashi-sensei. Sakura sentía sus ojos cada vez más pesados, pero recobró un poco de consciencia cuando sintió ese desagradable par de manos tomar la banda elástica de su ropa interior. "No, no, no" En un acto de locura, impulsó la parte superior de su cuerpo para golpear con su cabeza al hombre a su derecha. Logró atinarle en la barbilla, lo que hizo que la soltara al mismo tiempo que dejaba escapar un gemido de dolor. El que bajaba su ropa interior tomó la posición de su compañero herido con rapidez para inmovilizar a la pelirrosa.

Ese gemido debió ser suficiente, ellos vendrán, lo sé - la verdad es que Sakura no estaba segura de ello, era tarde, no se encontraban al aire libre por lo que no estaban haciendo rondas de vigilancia, pero aferrarse a ese pensamiento la mantenía de cierta forma cuerda…

— ¡Perra! - siseó en voz baja el hombre herido — ¡A la mierda contigo! Haré esto rápido - en un arrebato de ego e idiotez, el hombre chocó con la cama pero lo ignoró completamente para bajar las bragas de la pelirosa hasta sus tobillos.

Quién la sujetaba por los tobillos hizo que separara sus piernas para facilitar el trabajo a su amigo, así como también lograr ver algo que satisficiera su necesidad en lo que Sakura era utilizada por su cómplice.

Mientras tanto, en la habitación de al lado Kakashi y Sasuke abrieron los ojos con pereza al escuchar movimiento en la habitación de su compañera.

— ¿Oíste eso? - preguntó el mayor.

— Creo que chocó con su cama, debe haber ido al baño media dormida. No creo que sea nada - Respondió él siempre desintegrado Uchiha.

— Sí… también lo creo - Kakashi se acomodó para seguir durmiendo, pero su subconsciente le alertaba que había algo más. — ¿Sabes? Sakura nunca va al baño en mitad de la noche… - años de misiones con la chica habían logrado que conocieran cada uno de sus hábitos.

— Mmm… Cierto. Pero si entramos en su habitación, ella va a matarnos. Ya sabes cómo es con su intimidad. - Alegó el Uchiha.

— También es cierto, pero ¿y si pasa algo?

— Ya hubiese gritado, o algo… a no ser…

— ¡Que no pueda! - ambos hombres se levantaron de un salto para correr a la habitación de su compañera, sin esperar la imagen que encontrarían al abrir la puerta.

Sakura había contado hasta 30 después de que el hombre chocara con su cama, rezando a Kami en su cabeza para que su equipo lo haya escuchado. Cuando los asquerosos dedos del sujeto tocaron su centro, simplemente se rindió… sabía lo que vendría y no estaba lista para ello.

Ningún hombre la había tocado ahí antes, de hecho, ni siquiera se había tocado así misma en ese lugar antes… no al menos fuera de la ducha cuando se aseaba. "Ya está, esto va a ocurrir…" Sus ojos se aguaron, expulsando lágrimas silenciosas que descendían por los costados de sus ojos, intentó gritar nuevamente pero ya no tenía fuerzas y por su mente solo transitaba una repetitiva pregunta "¿Habré hecho algo que provocara ésto?"

Cuando su puerta se abrió con brusquedad, pensó que sus plegarias a Kami fueron escuchadas, pero también que había perdido algo que jamás lograría recuperar.

Cuando el peliplata irrumpió en la habitación, los tres desconocidos que acechaban a SU alumna dieron un paso atrás alejándose de su lánguido cuerpo. Y entonces lo vió, vió una mirada suplicante, unos ojos con lágrimas, un cuerpo sin fuerzas, y a una mujer rota. La sangre le hervía de rabia y con rapidez atacó al primer hombre en lo que el Uchiha se acercaba a un segundo.

Unos breves instantes después un rubio soñoliento entraba a la habitación de su compañera sin entender nada, pero no había mucho que entender cuando veías a tu sensei y mejor amigo luchar con dos tipos desconocidos, mientras un tercero saltaba por la ventana, y tú compañera se encogía en su cama llevando sus piernas a su pecho para luego apoyar su frente en sus rodillas y liberar un llanto contenido y desgarrador. La vacilación de Naruto entre perseguir al prófugo y consolar a su compañera duró un instante, inclinándose por la segunda opción.

Se acercó a la pelirrosa con rapidez, los dos intrusos en la habitación habiendo sido reducidos al suelo, y puso su mano con suavidad en el hombro tembloroso de la muchacha.

— Sakura-chan… - intentó llamarla en voz baja.

— ¡NO! ¡No me toques! - explotó la chica, golpeando la mano de su amigo mientras aún estaba en el aire — ¡No me toques! ¡No te acerques! - Naruto nunca creyó llegar a ver verdadero pánico hacia su persona en esos ojos esmeraldas que lo conocían tan bien.

Naruto retrocedió impactado, su mirada encontrándose con otras dos igualmente shockeadas porque sabían que esa no era su Sakura. Esa era una mujer a la que habían herido desde lo más profundo, y no sabían cómo actuar frente a eso. El mayor tomó la iniciativa, acercándose con lentitud a la frágil mujer sobre la cama, a esa mujer que sacudía convulsivamente su cuerpo producto del llanto desgarrador que producía.

— Sakura… soy yo, Kakashi - El peliplata se acuclilló en el lado derecho de la cama, junto al cuerpo de la chica.

— ¿Kaka-shi-sensei? - Su voz sonó débil y rasposa en lo que giraba levemente su cabeza para asegurarse de que fuera él. Una vez comprobado, se lanzó a sus brazos, abrazándolo por el cuello mientras rompía en un llanto más ruidoso y explosivo — ¡Kakashi-sensei!

— Shh… estás bien, estás a salvo ahora - A Kakashi no se le daba bien el consolar a la gente, mucho menos el contacto físico innecesario con las personas, pero era consciente de que en este momento su alumna lo necesitaba. Lo necesitaba a ÉL.

Acariciando el cabello de la muchacha con suavidad, la tomó entre sus brazos para sentarla en la cama, cubriendo la parte inferior de su cuerpo con la sábana. Dirigió su mirada a los otros dos jóvenes del equipo, que no se habían movido ni un centímetro de su posición.

— Quiero a esos 2 fuera de aquí, llevenlos a nuestra habitación. En un momento iré a atrapar al que escapó-

— ¡No! ¡No te vayas! No me dejes sola - Sakura medio gritó entre su llanto mientras se aferraba a él con mayor intensidad.

— Yo puedo traerlo, Kakashi - dijo el azabache.

— Está bien. Sasuke, escúchame - dijo de modo serio el peliplata. - DEBES traerlo, ¿Entiendes? - por su tono de voz, quedó claro para todos que el perder al hombre no era una opción.

— Lo haré - Sasuke lo miró con esos ojos… esos ojos de rencor que hacían que te estremecieras de solo mirarlo, para inmediatamente después girarse sobre sus tobillos y saltar por la misma ventana que el tipo usó como vía de escape.

— Saca a esos 2, ¡YA! - Kakashi no estaba de humor como para aligerar su tono de voz, simplemente no podía hacerlo cuando tenía a una Sakura-chan rota entre sus brazos.

— Sí Kakashi-sensei - Naruto puso a cada hombre sobre uno de sus hombros como si fueran costales de papas. Aunque en su estado de inconsciencia eso es lo que parecían…

Una vez Naruto y los hombres desaparecieron, la habitación cayó en un silencio que solo era interrumpido por el llanto de la pelirrosa. Kakashi continuó acariciando su cabello mientras se recostaba levemente para comodidad de ambos. ¿Que debo hacer? ¿Hablar? ¿Callar? pensaba inquietamente. Dejó que los segundos y luego los minutos se consumieran, sin decir una palabra. Una vez transcurridos unos 20 minutos, sintió ruido en la habitación contigua junto con un chakra desconocido. Bien, Sasuke lo atrapó, pensó para sus adentros.

El llanto de la pelirrosa disminuye mientras los minutos pasan y ambas mentes son carcomidas por la culpabilidad ¿Lo provoqué yo de alguna manera? pensaba Sakura, mientras la mente de Kakashi gritaba ¿Por qué no pude evitarlo?

— Sakura, yo-

— No quiero hablar ahora, Kakashi-sensei - Lo cortó de lleno la kunoichi.

— ¿Hay algo que pueda hacer por ti? - Kakashi necesitaba con desesperación el sentir que podía remediar de alguna manera el daño causado por desproteger a su alumna.

— No, solo tú compañía - Duraron abrazados por otros largos 30 minutos. Ambos sosteniendo al otro mientras su mirada y pensamientos se encontraban a años luz de esa habitación.

Fueron regresados a la realidad cuando suaves golpes se sintieron en la puerta, para luego ver asomarse a una mata de cabello amarilla.

— Kakashi-sensei, yo… ellos ya están… - el mayor no necesitó más explicaciones. Los que causaron tanto daño y dolor en su alumna favorita, la única mujer en su vida, estaban despertando y él estaba listo para su venganza.

— Sakura-chan - dejó escapar en lo que se incorporaba en la cama.

— No. - Contestó simplemente la chica.

— Debo hacerlo Sakura… - intentó hacerle entender. Necesitaba hacerlo, por ella.

— Dije que no. - la muchacha no lo soltó en ningún momento, y su mirada seguía perdida mirando fijamente una de las paredes de su habitación.

— ¿Acaso no quieres que-?

— Naruto y Sasuke pueden encargarse de ellos. Tu te quedas aquí… te necesito aquí - su voz nuevamente comenzó a quebrarse.

— Nosotros podemos hacerlo, sensei. Lo prometo. - Acotó Naruto.

A Kakashi no le agradaba la idea. No porque no confiara en sus alumnos, a los tres les confiaba su vida en cada misión. Es solo que no creía poder soportar el no dañar con sus propias manos a quienes habían roto a una de las pocas personas preciadas que tenía… pero ya le había fallado una vez esa noche a su querida pelirrosa, no podía permitirse hacerlo una segunda ocasión.

— Esta bien, no llamen la atención. Recuerden que estamos encubiertos. - instruyó el peliplata. Luego de afirmar en silencio, Naruto se retiró de la habitación para llevar a cabo la tarea encomendada.

Otros breves instantes transcurrieron en calma, y pese a la falta de luz Kakashi notó como los párpados de su alumna se cerraban lentamente.

— ¿Quieres dormir un poco? - preguntó con calma para no perturbarla.

— Creo que necesito un baño…

— Adelante, iré a ver a los chicos en lo que tu-

— No. No vas a dejarme sola… no de nuevo - las lágrimas volvieron a los ojos de la pelirrosa y Kakashi sintió como su corazón se estrujaba de angustia y culpabilidad por ese "de nuevo".

Mientras, la mente de Sakura revivía los hechos vividos una y otra vez. El sentimiento de que a pesar de todos los años que había pasado sometiéndose a arduos entrenamientos ninjas en una situación de peligro extremo no le sirvieron de nada… Ella no servía de nada.

— Shh… shh… Está bien Sakura-chan, me quedaré - tomó su rostro entre sus manos para que lo mirara a los ojos, ambos descubiertos por la falta de su hitae.

Sakura sorbió su nariz, ahora mirando a su alrededor en busca de algo. Sus ojos se detuvieron para mirar un pequeño trozo de tela olvidado en el piso, Kakashi pudo distinguirla como su ropa interior y la rabia volvió a hacer presencia en su cuerpo.

— Mmm… ¿Sensei? - preguntó con inseguridad.

— ¿Necesitas algo?

— Yo… tengo toallas y un cambio de ropa en mi mochila… - Sin nada más que decir, Kakashi la soltó con suavidad para buscar lo que la chica le pidió. Una vez la mochila en sus manos se la acercó a la cama. — Gracias.

La joven hurgó entre sus cosas hasta encontrar lo que buscaba.

— ¿Podrías girarte? - consciente de la desnudez en la parte inferior del cuerpo de la chica, el mayor hizo lo que se le pidió. — En serio necesito un baño, ¿podrías esperarme?

— Prometo quedarme aquí si así lo quieres. - la joven se limitó a ponerse un short holgado, ya que entraría a la ducha de inmediato.

— Bien - con su cambio de ropa y toallas en mano, Sakura se dirigió al baño y una vez dentro de éste cerró la puerta. Al descubrirse sola en esa pequeña habitación el pánico la abordó de nuevo, abriendo la puerta con brusquedad. Sobresaltado por el repentino movimiento, Kakashi se acercó con rapidez.

— ¿Pasa algo? ¿Qué es? - los ojos de la muchacha nuevamente estaban acuosos, por lo que algo debía ir mal.

— No puedo Kakashi-sensei. No puedo entrar aquí sola - decía con angustia. El mayor no sabía qué hacer ¿Qué se supone que significaba eso? ¿Quería que buscara a alguna chica que la acompañe?

— Podría intentar localizar a la chica de recepción... - propuso inseguro, puesto que el último encuentro entre ambas no había sido muy amigable que digamos.

— No. ¿Podrías entrar tú conmigo? Tú… podrías sentarte en el retrete… de espaldas a la ducha. Solo necesito saber que estás aquí. - la idea parecía algo absurda e inapropiada, pero su alumna acababa de vivir una situación traumática mientras estaba bajo su cuidado que no debió ocurrir nunca, y él estaba dispuesto a hacer lo que sea por su bienestar.

— Claro. - con incomodidad, pasó junto a ella y bajó la tapa del retrete para sentarse sobre ella. Cómo le indicaron, con su cuerpo hacia la puerta, y de espaldas a la ducha — ¿Aquí?

— Sí, yo… dejaré la puerta del baño abierta. - La pelirosa pasó junto a él y entró en la ducha con su ropa puesta, para luego cerrar la puerta de cristal opaca que difuminaba su anatomía para no ser vista desde fuera. Lograba ver la cabeza del peliplata por sobre el vidrio, por lo que sabía que seguía ahí.

Una vez segura, retiró sus prendas y dejó que el agua tibia recorriera su cuerpo. Esperó quitar la sensación de manos desconocidas recorriendola mientras tallaba su cuerpo con brusquedad con la esponja exfoliante.

Intentó borrar los olores y dolor de su cabeza mientras masajeaba su cabello con shampoo. Pero sabía que todo era inútil, lo supo la segunda vez que debió voltear para asegurarse que el peliplata estaba ahí protegiéndola, aún luego de no haber transcurrido más de un minuto dentro de la ducha. Lo supo cuando sintió su piernas al rojo vivo luego de haberse tallado con una fuerza exagerada. Y lo supo cuando su cabeza seguía repitiendo la sensación de dedos intrusos tocando su centro sin su permiso…

¿De qué sirve sentirte dueña de tu cuerpo cuando viene un idiota a tocarlo sin permiso no respeta tu "no"? ¿De qué te sirve ser ninja si no puedes defenderte a ti misma de un abuso? ¿De qué sirve un perfecto control de chakra si no pudiste emplearlo cuando más lo necesitabas? Una y mil preguntas invaden su mente…

— ¿Sakura-chan? ¿Estás bien? - La voz de su sensei la sacó de su mundo, y supuso que había transcurrido el suficiente tiempo como para que el se preocupara y su cuerpo temblara producto al agua fría que lo recorría.

— Sí, salgo ahora. - cerro la llave del agua y envolvió su cabello con una toalla. Con la otra comenzó a frotar su cuerpo, con la mayor suavidad que sus pensamientos le permitían. Una vez seca, tomó el cambio de ropa que consistía en un short de algodón y una polera ancha y salió de la ducha — Ya estoy lista - informó.

— ¿Necesitas algo más? - preguntó el peliplata poniéndose de pie, pero sin acercarse a ella.

— No, solo lavare mis dientes. - dicho y hecho. Kakashi la dejó sola en el baño para que se aseara. Se sentó en el borde de la cama mirando hacia el baño, que conservó su puerta abierta y miró a su alumna con atención.

Vió que rehuía su propio rostro del espejo, vio su corporalidad saltona, vió como sus ojos se desviaban cada pocos segundos hacia su posición para asegurarse de que seguía ahí… Vió a una chica desconocida… una chica que era lo contrario a su Sakura-chan. Una era fuerte, con inseguridades, pero orgullosa. Esta nueva Sakura era frágil, carente de vida… Su Sakura era luz y energía. Ésta parecía muerta en vida… ¿Qué voy a hacer? Se preguntó angustiado.

— ¿Vas a quedarte, verdad? - preguntó con timidez. Timidez… creo que Sakura-chan nunca me había hablado así antes. Siempre fue con reclamo, con respeto, con enojo, o con cariño.

— ¿Quieres que me quede? - interrogó de vuelta. La joven se limitó a asentir con la cabeza — Bien, puedo dormir en el piso y así tu-

— No - volvió a los monosílabos de antes. Kakashi no entendía, no entendía porque una chica que había experimentado lo que Sakura-chan vivió esta oscura noche quiere a un hombre cerca de ella — Yo duermo en el lado derecho y tu-

— Sakura-chan, no estoy seguro de que eso sea lo mejor…

— Necesito saber que estás aquí, Kakashi-sensei. Necesito verte aquí. - Es como en el baño… ella también pidió que Kakashi se quedará en un punto visible

Y así es como Kakashi lo entendió. Entendió de alguna u otra manera que Sakura en serio necesitaba verlo ahí para sentirse medianamente segura. No le bastaba saber que estaba junto a ella, porque él estaba en la habitación junto a la suya cuando todo ocurrió. No lo necesitaba cerca… lo necesitaba con ella. Y así fue como Kakashi, consumido por su cariño, comprensión y también culpabilidad, se recostó del lado izquierdo de la cama y posó sus manos sobre su abdomen en lo que la chica apagaba la luz y se recostaba del lado derecho.

Breves minutos transcurrieron en silencio, y ninguno de los 2 ninjas lograba conciliar el sueño.

— ¿Sensei? - había duda en su voz.

— ¿Si?

— No puedo verte. - simplemente respondió.

— ¿Quieres que encienda la luz? - un breve silencio se mantuvo en lo que la chica sopesaba sus opciones.

— ¿Podrías tomar mi mano? - Sakura ni estaba segura de lograr dormir, pero sabía que la luz encendida haría esa tarea aún más difícil. La respuesta de Kakashi llegó en forma de un gesto, ofreciéndole su mano a Sakura para que ésta la tomara — Gracias, sensei.

Sin nada más que decir, una mezcla entre la intensidad de lo vivido y la droga en su sistema le permitió a Sakura caer en un profundo sueño luego de breves 15 minutos. Por otro lado, un maestro miraba a su alumna de reojo, pensando el cómo iba a remediar el daño provocado. En algún lugar a las afueras del pueblo, un molesto Uzumaki y un perturbado Uchiha lanzaban tres cuerpos por un barranco…

Cada uno de los integrantes de su pequeña familia llamada equipo 7, tenía la esperanza de que la mañana les devuelva a su Sakura, que los acontecimientos ocurridos en esta noche oscura sean solo un mal sueño, y que todo quede en el olvido.

Pero también sabían que solo se engañaban a sí mismos…


N/A: Y aquí está. Este hecho lo tenía pensado como el desencadenante de todo... Es a partir de aquí que la historia comenzará a desarrollarse ¿Qué les pareció?

Gracias por leer! Y nos leemos en el próximo capítulo 3 Manténganse a salvo

Moonlight.