Cuenta Regresiva: 26.280 horas

¿Puedes guardar un secreto?

En casa de Bulma, Oolong, decidió marcharse. Claro que después de devorarse todo lo que quedaba de la fallida reunión en la terraza, ya que pensaba que, si iba a morir, no lo haría con el estómago vacío. Antes de salir se encontró con la madre de Bulma, que llevaba en sus manos un canasto con la armadura completa de Vegeta - ¿No vas a esperar a que vuelvan, querido? – le preguntó, con una sonrisa.

-No, ya han tardado mucho y la verdad tengo cosas que hacer… - comentó, bajando su vista y jugando con sus dedos.

-Está bien, yo les avisaré… - le dijo Bunny, con dulzura - cuídate y no te pierdas por mucho tiempo.

El cerdito comenzó a bajar por la escalera siguiendo a la madre de su amiga, pero se detuvo por una duda que necesitaba aclarar - Oiga, señora ¿puedo preguntarle algo?

- Claro, dime.

-¿Usted no le tiene miedo a ese saiyajin?

-¿A cuál? – preguntó confundida -Tengo entendido que tanto Vegeta como Gokú vienen del mismo lugar…

-Yo me refiero a Vegeta… ¿no le asusta ni un poquito?

Bunny lo miró extrañada y se detuvo un segundo en su marcha. Volvió a descender mientras le respondía - Es extraño que preguntes eso… pero no, cariño ¿por qué tendría que temerle? El joven Vegeta es un encanto, se comportó espléndidamente con nosotros en su anterior visita, es muy considerado… algo solitario eso sí. Lo único malo que hizo fue llevarse la nave sin avisar… al parecer tenía mucha prisa… pero ya la devolvió y eso es lo importante…

-¿Está segura de que estamos hablando del mismo sujeto?

-Pues claro, querido. Él es un príncipe de un lugar muy lejano… sus costumbres son distintas a las nuestras, por eso hay que tenerle paciencia… pero sé que en el fondo es un buen muchacho.

-Oh, ya veo… sin embargo a mí me produce escalofríos…

-Ay, es normal… ¡eso se debe a la mirada tan profunda que tiene! – exclamó la señora con emoción.

Llegaron al primer nivel y se despidieron. Oolong meditaba sobre ese extraño encuentro y en por qué aun no estallaba la Tierra. Por otra parte, la señora Briefs se llevaba el canasto a los laboratorios y depositaba con cuidado la armadura sobre el escritorio de la oficina de Bulma -Mmm, ella sabrá como limpiarla… No sé de qué material será y no quiero dañarla con alguno de los productos – enseguida subió canturreando de vuelta a la casa y se dispuso a preparar mucha comida para la cena, ya que estaba segura de que su hambriento huésped vendría a la casa después del paseo que salieron a dar con su hija y sus amigos. Y para Bunny no había nada que la hiciera más feliz que cocinar para sus invitados y ver sus caras de satisfacción al comer.

Ya era media tarde, el sol comenzaba su camino de descenso. Y en un lejano desierto un grupo muy singular de personas estaban tranquilamente esperando la llegada de alguien aún más especial. Gohan conversaba con Piccoro de cosas que solo ellos entendían. Chaoz y Ten también platicaban, en compañía de Yamcha, el cual observaba disimuladamente a Vegeta y enviándole miradas de odio que el saiyajin ni siquiera percibía.

Bulma, que estaba sentada al lado de Krilin, miraba al muchacho, que se quedó alejado del grupo, al igual que Vegeta. "Es un muchacho muy simpático y se le nota que tiene un carácter muy afable y gentil… pero no puedo evitar pensar que se parece mucho a Vegeta, en sus gestos y en sus facciones… ¿será hijo de él?... Después de todo, Vegeta, o ha viajado mucho por el espacio… tal vez encontró a alguna mujer de una raza similar a la de ellos en el espacio y ellos (Se sonrojó brevemente pero enseguida meneo su cabeza negando) … pero ¿qué estoy pensando? Si ese idiota dijo claramente que no mezclaría su sangre con cualquiera y que no estaba interesado en eso…Es cierto, es muy poco probable… sin embargo…" Decidió compartir su duda -Krilin – dijo en un susurro, asegurándose que solo él la oyera - ¿no lo encuentras parecido a Vegeta? – Su amigo la observó extrañado para enseguida observar lo que ella le comentaba - ¿A ese chico? No, ¿Cómo puedes pensar eso?… Tienen una forma de ser totalmente distinta… Vegeta es un desgraciado y este muchacho es de lo más agradable – Bulma e aclaró - Pero yo te digo físicamente… ¿No te parecen parecidos?

Krilin lo pensó un momento y respondió - Mmm, no lo sé… aparte de la pose en que están, no veo nada más…

Vegeta también analizaba al joven. Pero le molestó sobremanera que lo mirara tan insistentemente, como si lo conociera de antes - ¿POR QUÉ ME MIRAS TANTO? ¡SI FUERAS REALMENTE UN SAIYAJIN NO DEBIERA EXTRAÑARTE ESTAR FRENTE A UN SUPERIOR!

El joven se sobresaltó -L-Lo lamento, no era mi intención, señor… - respondió, volviendo su mirada al suelo, no sin antes darle n último vistazo al saiyajin mayor. Vegeta escupió a un lado, mientras mantenía la mirada en el intruso "este tipo me tiene harto… me gustaría hacerlo trizas… Y esa vulgar terrícola, como se le ocurre callarme hace un rato… Hmn, le haré pagar cara su insolencia e incompetencia, cuando acabe con el idiota de Kakaroto… si es que realmente aparece, no me convence en lo más mínimo este sujeto, con esa cara de niño bueno… eso de que sabe el lugar exacto donde llegará… no es más que un maldito embustero, me enfurece no poder descifrar su objetivo en todo esto…"

Yamcha observaba a su novia de toda la vida "No reconozco a Bulma. Le ha coqueteado descaradamente a este chico que apenas conoce… y con Vegeta, se comporta tan… amable ¿realmente cree que ese bastardo es su amigo?... maldición ¿cómo es posible que me ignore completamente? Llegando a casa le reclamaré esto… no puede estar sacándome celos… ¿o será que sospecha algo?... No, ella siempre ha sido así… Por otra parte, no puedo dejar de agradecer mi buena suerte, podré seguir viviendo como hasta ahora, jeje"...sin querer sus ojos comenzaron a angostarse y se le dibujó una sonrisa en los labios

Bulma miró a Yamcha "Y a este ¿qué demonios le pasa? ¿le habrá afectado el calor?" prefirió virar su cabeza nuevamente hacia la dirección en que estaba Vegeta… no podía creer lo grosero que se comportaba con aquel joven "¿es acaso tanta la necesidad de ser el más fuerte que tiene que tratar mal a este muchacho sólo porque lo sobrepasa? No cabe duda de que a veces puede ser un cretino… ¡No lo sabré yo!… Intentó divertirse a costa mía durante todo el tiempo que estuvo en casa… pero no puedo negar que yo también me entretenía discutiendo y llevándole la contra… Sin contar las jugarretas que nos hicimos… Diablos, cuando aparezca Gokú las cosas se pondrán difíciles… me pregunto ¿qué pasará?"

Llevaban más de dos horas esperando, por lo que Bulma se estiró en su lugar y decidió caminar un poco… su espalda la estaba matando. Apenas se puso de pie y dos pares de ojos la miraron inmediatamente, luego se sumó un par azul, cuyo dueño solo la miró con ternura. Dio un par de pasos y se tomó las manos sobre la cabeza, contrayendo un poco su espalda. Se percató de que estaba llamando la atención, pero lo que más le sorprendió fue ver a Vegeta observándola por el rabillo del ojo. Pero cuando alcanzó a notarlo él volteó su vista hacia el frente. Una pequeña sonrisa adornó los labios de la muchacha "Si, Bulma, no has perdido tu toque, ja, ja" pensó mientras volvía a su lugar.

No pasaron ni diez minutos de la exhibición de Bulma, cuando el muchacho se puso de pie y miró al cielo. Todos lo imitaron, pues sintieron un ki aproximarse a gran velocidad. A un kilómetro de distancia aterrizó una nave dejando un gran cráter a su alrededor. Todos corrieron presurosos al encuentro, deteniéndose en el borde, expectantes. Luego de unos segundos la compuerta de la nave se abrió y descendió…

-¡GOKÚ! – gritó la mayoría.

Vegeta sintió una ola de ansiedad al corroborar que efectivamente era Kakaroto el que descendía de la nave "No puede ser… eso quiere decir que este sujeto tenía razón… ¿cuál será la relación que tiene con Kakaroto? Dijo no conocerlo… ahora sabré de que trata todo esto…y después podremos tener nuestra pelea" se metió las manos a los bolsillos y miró satisfecho a su rival.

Gokú los miró sorprendido. A continuación, se aproximó a ellos y después de saludarlos preguntó - ¿Por qué están aquí, muchachos?

-Este muchacho nos dijo que te encontraríamos aquí… - Comentó Bulma, indicándole al joven.

-¿? – Gokú no entendía nada, por lo que se dirigió al muchacho – Hola ¿quién eres?

-¡¿QUEEEEEEE?! – exclamaron casi todos.

-¿Cómo es eso? ¿Seguro que no lo conoces de ninguna parte? - preguntó Krilin

-No. En serio, es primera vez que lo veo…- le aclaró el saiyajin de cabello alborotado.

Vegeta se enfureció - MALDITO, NO JUEGUES CONMIGO. EL DICE CONOCERTE Y SABIA DONDE Y CUANDO LLEGARÍAS A LA TIERRA – pero Gokú de inmediato negó con sus manos al frente – pero Vegeta, es verdad… te juro que no lo había visto nunca. Vegeta chirrió sus dientes - ENTONCES TÚ- apuntó al joven -DINOS, DE QUE SE TRATA TODO ESTO.

- Déjalo en paz, Vegeta. Ya nos explicará… – dijo Gokú - A propósito, gracias por derrotar a Freezer, Vege…

-¡Yo no derroté a Freezer, estúpido! – lo interrumpió Vegeta, fastidiado y cruzándose de brazos. Enseguida apuntó con su barbilla al joven misterioso – fue este chiquillo, que dice conocerte…

-Oh, entonces te agradezco en nombre de todos…- le dijo Gokú al joven, haciendo luego una pausa para agregar - Eh, ¿Cómo dijiste que te llamas?

¡Gotas para todos!

-Disculpen, pero necesito hablar a solas con Gokú…- interrumpió el joven acercándose al recién llegado.

-Oh, está bien… - dijo Gokú, acompañando al muchacho - perdonen, después les cuento… no se enojen… Vegeta no me mires así… y tu Piccoro… en serio les diré después - les dijo, juntando sus manos en disculpa sobre su cabeza.

El par se alejó. Los demás estaban entre confundidos y molestos por tanto misterio. Solo podían observar de lejos. Piccoro no les quitaba la vista de encima, con sus ojos entrecerrados…

Gokú y el joven cruzaron unas palabras y a continuación se transformaron en súper saiyajin. A Vegeta le invadió una ira indescriptible la que fue apaciguada de inmediato al darse cuenta de un detalle que no había considerado "Malditos, como se atreven a superarme… sin embargo, si hay otro súper saiyajin… eso significa que yo también puedo alcanzar ese nivel… esto es una buena noticia, después de todo, ja ja ja… solo debo entrenar más duro. Pero primero derrotaré a ese inútil de Kakaroto y a ese don nadie…debo ser el más fuerte… es mi destino serlo"

Pasaron unos minutos y todos vieron cómo el muchacho emprendió el vuelo. Mientras tanto, Gokú, comenzó a meditar sobre cómo explicarles las noticias que le dio ese joven. Cuando levantó la vista, se encontró a sus amigos con caras expectantes.

-Gokú ¿Qué te dijo? - preguntó Krilin.

-Oh, no es nada… - les dijo él, algo nervioso.

- ¿Nada? Si crees que no es nada que nos matarán en tres años, entonces yo se los diré - sentenció Piccoro, realmente preocupado.

- ¿Escuchaste todo?... pero – cuestionó Gokú

-Sí, recuerda que mis oídos son hipersensitivos... No te preocupes, no diré nada que afecte a ese muchacho…. - le respondió el namekuseijin. Así que Piccoro les relató lo que el joven le había contado a Gokú que unos androides creados por un científico de la patrulla roja atacarían la Tierra y los matarían a casi todos dentro de tres años.

-No son nada más que mentiras…- comentó Yamcha, desestimando las palabras del sujeto verde.

-Bueno el que no crea, que siga viviendo su vida tranquilo… Yo sí voy a entrenar- respondió Piccoro, sin dejar de mirar al hombre de la cicatriz.

Un ruido en el cielo los hizo alzar la vista, encontrándose con una extraña máquina que estuvo suspendida en el cielo unos instantes. Luego desapareció, dejando a todos sorprendidos. Lo que el joven le dijo a Gokú ahora era más que creíble.

-Así que una máquina del tiempo ¿eh? – comentó Bulma, más como para sí misma "¿cómo no se me había ocurrido antes?".

Vegeta en ese instante cambió el orden de sus objetivos "destruiré como sea a esos androides, demostrando que soy el más fuerte y después… Después derrotaré al inútil de Kakaroto y gobernaré el Universo, como debió de ser desde un principio…"

Todos decidieron que lo mejor sería entrenar para estar preparados contra lo que vendría dentro de tres años e iban a comenzar a despedirse, pero el príncipe los detuvo - Un momento, Kakaroto – dijo - tienes que decirnos ¿cómo fue que escapaste de la destrucción de Namekusei?

El guerrero se llevó la mano a la nuca y comenzó su explicación - Después de derrotar a Freezer… Bueno, aunque sinceramente pensé que lo había matado… busqué por todas partes alguna nave… no saben lo desesperado que estuve… yo también creí que moriría… Cuando ya estaba por darme por vencido vi una esfera… ¡igual a la nave que tenías tú Vegeta!... entonces volé a ella y como pude entré y apreté todos los botones que vi… hizo muchos sonidos extraños… - moró a su coterráneo y agregó - ¿Vegeta, cierto que hacen ruidos muy extraños esas naves?

Vegeta, que al principio estaba realmente interesado en su historia, ahora lo miraba con fastidio y una vena comenzó a hacer su aparición sobre su ceja izquierda - Argg, Maldita sea ¡Termina de una vez, Kakaroto! ¡A nadie le interesan tus estúpidos detalles!

-Está bien, no te pongas así… Bueno ¿en que estaba? – dijo, poniendo un dedo en su barbilla.

- ¡Estabas en que encontraste una nave al fin! – le contestó Bulma. Ella también se estaba impacientando por el déficit atencional de su amigo, al igual que todos.

-¡Es verdad! – exclamó, golpeando una mano con la otra - Me subí a la nave y despegó justo a tiempo. Luego de unos días llegué a un planeta muy extraño, donde me cuidaron y me ayudaron a recuperarme. Sus habitantes no eran muy fuertes, pero me hice amigo de ellos y descubrí que tenían unas técnicas sorprendentes…

-Por supuesto… ahora comprendo a la perfección lo que ocurrió – interrumpió Vegeta haciéndose el interesante – Viajaste al planeta Yadorat porque los Ginyu iban a viajar allí. Y dime ¿Qué te enseñaron? No me digas que nada. Te conozco lo suficiente para saber que algo sacaste de ese viaje, de lo contrario habrías regresado junto con los demás ¿o me equivoco?

-Ja, ja, ja, Vegeta. ¡Eres muy listo! – Le respondió su rival – Tienes razón. No estuve mucho tiempo con ellos, pero alcancé a aprender la ¡TELETRANSPORTACIÓN!

-¿QUEEEEE? - preguntaron todos.

-Sí, es una técnica muy útil… - les aclaró el de las muchas necias - pero no puedes ir donde no has estado, solo donde conoces a alguien… funciona sintiendo el ki… les mostraré – Acto seguido se concentró desapareciendo y apareciendo, trayendo con él las gafas del maestro

-WOW, es increíble- comentó Krilin.

-NO SEAN IDIOTAS, SOLO USO SU VELOCIDAD – corrigió Vegeta, a lo que Yamcha respondió - Pero las gafas ¿de dónde más las sacaría?

- Vegeta, ¿ves que si puedo? – dijo Gokú, de manera engreída. El príncipe gruñó un "maldito" mientras apretaba sus dientes. "ese estúpido de Kakaroto, siempre queriendo pasarse de listo"

-Bueno, ya es hora de irnos – comentó Ten, cambiando de tema, ya que no tenía la intención de quedarse de espectador de una batalla más – Nos veremos dentro de en tres años en… – dudó un momento y preguntó - Dinos, Gokú ¿Dónde será la aparición de esos androides? - Gokú lo miró serio un instante para después ponerse la mano en la nuca y responder -Ten… No lo recuerdo, je, je, je…

Piccoro carraspeó y decidió darle una mano, contándoles los detalles del lugar y la fecha. En ese momento a Bulma se le ocurrió una idea y no dudó en hacerla púbica - ¿Y por qué no destruimos ahora el laboratorio de ese científico?

Vegeta al escucharla no pudo evitar intervenir advirtiéndoles - OLVIDALO, TERRICOLA. SI HACEN ESA IMBECILIDAD, ME ENCARGARÉ DE MATARLOS CON MIS PROPIAS MANOS.

Bulma lo miró con furia - NO ES UNA MALA IDEA, VEGETA. TU ERES UN… IDIOTA – Buscó apoyo en su amigo - ¿dile que tengo razón, Gokú? – pero éste la miró a los ojos, sintiendo algo parecido a la vergüenza. Deseaba pelear con todo su ser y no pensaba que fuera justo matar ahora al tal Maki, ya que aún no construía nada, por lo que no había motivo para atacarlo. Él sabía que con esa decisión estaba poniendo en peligro a la Tierra, pero tenía el presentimiento de que ganarían, así que finalmente dijo, con algo de pesar - Bulma, lo siento… pero… yo quiero pelear también.

Vegeta se sonrió "Ja, en tu cara, terrícola… Kakaroto, tal como lo pensé no somos tan diferentes… como saiyajins ambos deseamos combatir con oponentes fuertes…"

Bulma sintió que sus ojos comenzaban a hacer agua. Sin embargo, se contuvo y les dijo a todos - ¡USTEDES DOS SON UNOS SAIYAJINS ESTÚPIDOS Y SIN CEREBRO! – zapateó. A continuación, se giró para decirles a los demás - Muchachos, levanten la mano quienes me apoyan y quieren destruir las instalaciones de ese malvado científico.

Yamcha estiró su brazo y con suerte lo acompañó Krilin. Gohan dudó en hacerlo mientras miraba a su padre, esperando algún gesto de desaprobación. Lo mismo Chaoz, a quien Ten le dio una mirada de comprensión. Él sabía que su amigo tenía miedo de morir tal como pasó en la batalla anterior.

-¿QUEEE? ¿LOS DEMÁS APOYAN A ESTOS BÁRBAROS? – gritó Bulma, exasperada.

- Ríndete – le dijo Piccoro, avanzando hasta quedar detrás de ella – todos quieren luchar y comprobar sus fuerzas.

-Sí. Si no sobrevivimos es porque no éramos lo suficientemente fuertes – agregó Ten.

Ella miró al namekuseijin y dejó que sus brazos cayeran a los lados en consternación. Enseguida respiró hondo y se aguantó la rabia para agregar - Está bien… todos ustedes no piensan más que en pelear ¿Qué importa lo que le suceda al planeta? Total, una batalla es más importante – nuevamente sus lágrimas asomaron, pero las contuvo estoica al decir - Perfecto. No me queda más que apoyarlos y esperar que todo salga bien… una vez más.

Dicho esto, y estando todos de acuerdo en que se encontrarían dentro de tres años en aquella isla, comenzaron a despedirse nuevamente. Vegeta fue el primero en hacerlo, dándole una mirada de desprecio al otro saiyajin puro, mientras le decía - Kakaroto, recuerda que aún tenemos cuentas pendientes que saldar… No por haberte convertido en súper saiyajin significa que seas el más fuerte… ya verás que te derrotaré dentro de poco… -una vez dicho esto, elevó su ki, casi como haciendo una demostración de poder, y alzó el vuelo.

-Nosotros también nos vamos. Debemos empezar nuestro entrenamiento lo antes posible. Adiós – se despidió Ten, emprendiendo también el vuelo junto a su pálido amigo. Gokú los vio marcharse y volteó a ver al namekuseijin, con una idea en mente - Oye, Piccoro ¿por qué no te quedas este tiempo con nosotros? …necesitaremos ayuda con el entrenamiento…

- ¿Por qué no? Me parece buena idea… -respondió el namekuseijin, logrando que Gohan sonriera, volteando a ver a su padre cuando dijo - Krilin, Yamcha ¿Y ustedes que harán? ¿Vienen con nosotros también?

Yamcha miró a Bulma antes de responder - No, gracias. Lo haré a mi propio ritmo… ustedes son demasiado fuertes.

-Pienso igual que Yamcha – comentó Krilin - Le diré al maestro que me ayude.

-Ok. Nos vemos entonces… - les respondió Gokú, que enseguida miró a su amiga y le dijo - Oh, Bulma casi lo olvido… ¡Espero que tengas un bebé fuerte y muy sano! Adiós - dicho esto, se alejó junto con Piccoro y Gohan volando, aunque, unos kilómetros más allá, Gokú recibió sin previo aviso un golpe en la nuca por parte del namekuseijin. El pequeño solo los miró confundido.

Aún en su lugar Bulma miraba el lugar por donde se había marchado su amigo. No comprendía a qué se refería con eso del "bebé" "¿Tal vez estaba insinuando que estoy gorda?"

-Bulma, oye, ¿estás esperando un bebé? - le cuestionó su amigo calvito.

Ella se puso de todos colores y llevó sus manos a la cadera demostrando su enojo. Ya había perdido peso, pero aún le faltaba para perder lo ganado en los meses anteriores - ¿? … ¡NO! Lo que pasa es que Gokú es un despistado y dice muchas estupideces…

Yamcha que ya había imaginado de todo, se unió a la conversación con su ya típica cara de baboso - No es eso… lo que pasa es que Gokú quiere que nos casemos de una vez y comencemos a tener hijos… ya sabes, como debe ser… jajajajaja.

Puar lo miró no comprendiendo y Bulma se acercó y le plantó una bofetada - ¿Cómo se te ocurre pensar en esas cosas? La Tierra estará en peligro y tú pensando en hijos… ¡Yamcha, deja de ser tan imbécil!

- ¿Por qué? – Preguntó el hombre, sobándose la mejilla – si tenemos de nuestra parte a los guerreros más fuertes del universo y más encima entrenaremos… no pienso que sea mala idea…

-Muchachos, los dejo con su discusión de novios… - los interrumpió Krilin - me marcho a entrenar…Tres años pasan volando y cada minuto cuenta… nos vemos y no peleen tanto. – se iba a marchar, pero se detuvo y volteó a verlos antes para decirle - ¡Ah!, Casi lo olvido…. sí por casualidad deciden tener hijos, me avisan cuando nazcan… no sean como Gokú – les guiñó un ojo y también se marchó volando.

Bulma vio molesta la estela de luz que se alejaba a toda velocidad y, acto seguido, sacó de una de sus botas la cápsula de la nave en que había llegado. La activó y, cuando hubo aparecido su transporte, miró a los dos que quedaban – ¿Acaso se van a quedar a disfrutar de la vista? ¿Qué están esperando, suban?

Yamcha y su amigo subieron sin chistar. Cuando ella daba una orden era mejor obedecerla al instante, además ya se veía más molesta que lo habitual.

Una vez emprendieron el vuelo, Yamcha preguntó - Amor ¿en serio dejarás que ese saiyajin subdesarrollado se quede en tu casa? - Bulma suspiró con fastidio antes de decirle - Yamcha, ese "saiyajin subdesarrollado" como tú lo llamas, se quedará en la casa y le ayudaremos a entrenar… ¡Necesitamos toda la ayuda posible, si no queremos estar muertos en tres años!

Ahora su novio fue el que se cabreó y se cruzó de brazos molesto para decirle – Aun así, creo que no es necesario que se quede a vivir aquí…

Bulma lo miró molesta - ¿Crees que tú serías capaz de mejorar tanto como para enfrentarte a esos sujetos?

Su novio prefirió guardar silencio, mientras Puar lo observaba preocupado. Era obvio que su amigo detestaba al saiyajin, pero también lo era que necesitaban al sujeto ese para poder sobrevivir a los siguientes enemigos. Así que fue un silencioso regreso a casa.

Apenas aterrizaron, salió su madre a recibirlos. Ya estaba calmada y traía una bandeja con refrescos - Muchachos, que bueno que regresan – enseguida los miró extrañada - ¡Oh! ¿Y el joven Vegeta?

-¿Qué no ha vuelto? – le preguntó Bulma.

-No, querida, no lo he visto… Yo creí que regresaría con ustedes del paseo… - comento Bunny, pero Bulma se desesperó y le dijo - Mamá, tú no entiendes nada. Una nueva amenaza está a la vuelta de la esquina… más tarde les cuento todo… ahora necesito ubicar los planos de la nave… Se me acaba de ocurrir una idea.

- ¿Le dirás que se marche a entrenar al espacio? – preguntó su novio, esperanzado.

-No, Yamcha. Es más seguro para nosotros tenerlo vigilado… - le aclaró Bulma.

Yamcha la miró un momento, extrañado, y exclamó al siguiente - ¡ya entiendo! ¿Planeas que se quede a dormir en la nave?

-Ay, tú no entiendes nada… Nos vemos luego – le dijo ella, y emprendió camino a los laboratorios.

Una vez solo con Puar, Yamcha le dijo - ¿Entendiste algo?

-Creo que quiere ayudar a Vegeta a entrenar aquí, Yam…

-No… Ella no sería capaz… - negó él, sinceramente, agregando - Si deja que ese bastardo se quede a vivir aquí soy capaz de terminar con lo nuestro...

Puar lo miró preocupado.

Cuando Bulma llegó al laboratorio secreto, en búsqueda de los planos, encontró a Vegeta cómodamente instalado allí. Estaba sentado en una silla, de brazos cruzados y con los ojos cerrados, posiblemente pensando en todo lo ocurrido durante el día. Ella se sorprendió por un momento, pero luego retomó su enojo que había guardado solo para él. Pero no alcanzó a reclamarle nada, ya que Vegeta dijo - Ya era hora de que hicieras acto de presencia – Bulma lo miró molesta y le respondió con otra pregunta - ¿Qué demonios haces aquí, Vegeta?

Él la miró un instante, medio sonriéndose, para luego ponerse de pie y acercarse a ella, cambiando su semblante a uno serio – Me da lo mismo si lo haces tú o tu padre, pero necesito que me proporcionen un lugar para entrenar, junto con la tecnología necesaria para aumentar la efectividad de dicho entrenamiento… Ah, y obviamente alojamiento, tal como ya habíamos acordado.

Ella pensó que sería excelente idea proponer un nuevo acuerdo, por lo que aprovechó el momento para dejar claro lo de la convivencia con Yamcha - Está bien – dijo con algo de coquetería cruzándose de brazos también - Te ofrecí quedarte en mi casa nuevamente, pero a cambio de la tecnología para entrenar, tendrás que soportar la presencia de Yamcha en la casa. Y me refiero a que no quiero demostraciones de fuerza, además de un mínimo de cortesía…

Al saiyajin no le gustó aquella petición, por lo que gruñó - Argg... Está bien. Pero ¡Él tampoco tiene derecho a ofenderme!… ni a cruzarse en mi camino, si sabe lo que le conviene… - terminó advirtiéndole. Bulma lo observó un momento y evaluó sus palabras para decirle - Yo me encargaré de eso. Sin embargo, debo volver a eso de no matar, ni…

- No necesitaré hacer nada de eso si me proporcionan lo que estoy solicitando – la interrumpió él.

Bulma lo miró ahora algo contrariada - Bueno. En ese caso y viendo que necesitas donde entrenar, te propongo que utilices la nave en que viajaste…

El saiyajin ahora la miró contrariado "¿Me está pidiendo que me vaya?" - No te entiendo, humana ¡Explícate de una vez!

La peli turquesa dio un suspiro cansado y le explicó - Vegeta, la nave que te llevaste tiene un sistema idéntico al que utilizó Gokú cuando viajó a Namekusei… Se trata de un sistema que aumenta la gravedad cien veces - Vegeta se sorprendió, ya que no estaba en conocimiento de eso. Así que le preguntó - ¿Dices que Kakaroto entrenó bajo una gravedad de 100? "eso explica por qué pudo convertirse en súper saiyajin… Necesito esa tecnología… Si yo entreno bajo esa gravedad no tendré problemas en conseguir alcanzarlo y sobrepasarlo. Sin embargo, esa información no la vi en los planos esa vez" - Dime ¿por qué no estaba el sistema incluido en los planos? – preguntó, levantando una ceja. Bulma le respondió, con sinceridad - Si estaba, pero tú te quedaste congelado al ver que era una recreación de las naves saiyajin y te fuiste del laboratorio sin terminar de ver los planos… - ella terminó la frase bajando su vista.

-Comprendo… - comentó él, tratando de obviar aquel incidente - Por cierto, creo que tendrás que reparar esa chatarra…

-No, Vegeta… Solo basta con ponerla en posición… - ella volvió a mirarlo a los ojos. Por un instante tuvo un muy mal presentimiento.

-No, humana. La nave sufrió ciertos… desperfectos… - aclaró el saiyajin, con algo de ironía.

-¿QUÉ? ¿DE QUÉ ESTÁS HABLANDO? ¡ESA NAVE ESTABA EN ÓPTIMAS CONDICIONES! - gritó ella, golpeando la mesa, haciendo saltar los objetos que estaban sobre ésta.

-POR SUPUESTO QUE NO, IMBÉCIL – él también golpeó la mesa, pero solo con una mano, logrando el mismo efecto, pero aumentado - NO VERIFICASTE LA RESERVA DE COMBUSTIBLE, ESO ES ALGO QUE CUALQUIERA CON UN MÍNIMO DE SENTIDO COMÚN HARÍA, MALDITA HUMANA.

-NO ME DISTE TIEMPO, BRUTO – replicó ella.

-NO ERES MAS QUE UNA ESTÚPIDA INCOMPETENTE – relajó la postura, para agregar con un dejo de mofa – Además veo que te gusta hacer el ridículo… ¿Qué se supone que le pasó a tu cabeza? ¿Un accidente en el laboratorio? ¿O al cobarde ese le gustan las mujeres "frondosas"?

-DEJAME EN PAZ, IDIOTA. ¿A TI QUE MÁS TE DA COMO ME VEA? – Dijo ella, terminado la discusión – ahora mismo voy a verificar que tanto daño tiene la nave.

-Eso espero… - comentó con sorna - recuerda ser más minuciosa esta vez…

Ella lo miró con odio mientras se retiraba del lugar, pero mientras avanzaba por el pasillo, se percató de que el saiyajin la seguía un par de metros atrás. Al llegar a la entrada, él habló - Humana ¿Dónde dormiré? Si estás con tu… ¿novio?, no quiero escuchar los ruidos que hagan cuando estén copulando…

Ella quedó helada, por lo que detuvo su marcha. "¿Qué acaso le importa si tengo sexo o no con Yamcha? Le dejaremos creer lo que quiera… después de todo no tiene por qué saber" - Pues ¡Tendrás que aguantarte!… mi madre ya dispuso que durmieras en la misma habitación que la vez anterior que estuviste aquí…

-Ya veo…- dijo sonriente - entonces necesito que me hagas el favor de fornicar fuera de la casa… A menos que quieras que asesine a tu novio por importunarme…. No me importaría hacerte ese favor – terminó diciendo con burla.

Bulma apretó una de sus manos frente al saiyajin, en un gesto muy similar a los de él - ¿Sabes, Vegeta? sigues igual de desagradable. Sin embargo, te comento que, si yo no puedo hacer lo que quiera con mi novio en mi cuarto, tú tampoco puedes molestarme en mi oficina, ni en los laboratorios, ni entrar a mi cuarto a destruir mi reloj despertador – terminó dando un manotazo en el aire - Vegeta se sorprendió un momento, pero de inmediato reaccionó, respondiendo con maldad - Es un precio justo… Espero que a tu excusa de hombre no le moleste… Si lo deseas puedo explicárselo yo mismo… - se medio sonrió - lo de que no puede hacer mucho ruido... Me imagino que debe gritar como mujer cuando…

-¡YA DÉJALO! ¿QUIERES?… - gritó ella - ¡Ahora mueve tu estúpido trasero y muéstrame qué es lo que falló!

-Por lo menos mi trasero solo es estúpido… - murmuró entre dientes, sonriendo. Ella lo miró con furia. Había entendido perfectamente la indirecta y no le agradó para nada que le insinuaran dos veces en el mismo día que estaba algo pasadita en kilos. Avanzaron por el jardín a paso veloz, sin dirigirse más palabras.

Yamcha y Puar los vieron pasar desde la terraza del segundo piso. Vegeta les envió una mirada de odio muy poco disimulada, la que fue notada por ambos. Puar miró a su amigo y le preguntó - Yam, esto significa que ¿tendremos que aguantar a Vegeta en la casa?

Yamcha dio un suspiro cansado - Sí, amigo. Pero por lo visto estará ocupado entrenando… Y espero no tener que verle ni la punta de ese peinado tan ridículo…

-Ja, ja, ja… tienes razón… Aun así, hay que tener cuidado. Tiene muy mal carácter. Es mejor no hacerlo enojar… sin embargo, Bulma parece no temerle. Es más, veo que lo trata como a cualquiera de nosotros, Yam…

-¡Lo que pasa es que Bulma a veces es tan abusiva como él!… - sentenció, cruzándose de brazos y cerrando sus ojos un momento con enfado - Pero no me gusta para nada verla tan cómoda a su lado… - terminó comentando el guerrero de la cicatriz.

-Hum… ¿Acaso estás celoso de Vegeta?

El bandido abrió sus ojos de Golpe - ¡Cómo se te ocurre decir esas cosas! Te advierto que esta vez te estas pasando de la raya… Lo que me molesta es que Bulma no parece entender lo peligroso que es ese bastardo… - dejo de hablar, al tiempo que su mirada se dirigía hacia la nave.

Mientras tanto, en la nave, intentando mantenerse en pie por la inclinación, la muchacha del peinado estrafalario miraba atónita la destrucción que había allí. Al suelo le faltaban pedazos y los muros tenían varias trizaduras. De hecho, había un agujero extra hacia el nivel inferior, como si le hubiesen hecho una segunda entrada y lo peor era que la consola de mandos estaba totalmente destrozada. Miró a Vegeta molesta y le reclamó - ¿Por qué demonios destruiste los mandos de la nave, Vegeta? ¿No te das cuenta de que nos tomará mucho tiempo repararlos?

-Eso, terrícola… fue un accidente… - comentó el saiyajin, fingiendo inocencia al tiempo que se encogía de hombros. La muchacha iba a comenzar a gritarlo, pero recordó la llamada que el saiyajin le hizo aquella vez "¿podrá ser que cuando habló conmigo se haya molestado por algo y lo destruyera?... es imposible, no funcionaría la navegación después de eso… y él no es tan estúpido como para hacerlo…" Se sonrió y le dijo, con un aire maternal, dejando de lado sus reclamos por el simple hecho de haber recordado ese detalle que tuvo el saiyajin para con ella - Mmm, ¿sabrás esperar a que esté reparada?

Vegeta frunció ante la demostración de afecto de ella. Le incomodaba en sobremanera cuando ella lo trataba como si fuera un cachorro - No importa el tiempo que les tome… - respondió, desviando la mirada un momento - pero sabes que mientras antes mejor… - volvió a verla para agregar con una sonrisa malvada - A menos que quieran morir a manos de esos androides… Sin embargo, terrícola ¿de cuánto tiempo estamos hablando?

La peli turquesa lo pensó un momento antes de decirle – Mmm… Le haré una revisión exhaustiva… espero que la reparación nos lleve solo un par de semanas…

-Maldición, no puedo esperar tanto… - se desesperó Vegeta - Que la revisión la realice tu padre, él es más eficiente…

-No eres más que un manipulador…- dijo ella, entrecerrando sus ojos, para luego responder con burla - está bien, le diré a papá que la revise ¿conforme, príncipe?

Vegeta se agachó a recoger algo del suelo, mientras respondía de espaldas a ella - Hmn, aunque hayas aprendido modales, te diré que no, y que definitivamente le pediré al anciano que también la repare…- volteó su rostro un momento para mirarla - él sabrá que hacer…

-Haz como quieras – dijo molesta - A ver qué te dice mi padre…- enseguida lo miró de arriba abajo, deleitándose un momento con el cuerpo masculino, sintiendo como que el tiempo que el saiyajin estuvo ausente no hubiera pasado, como si nunca se hubiese ido. Recordaba como si hubiese sido ayer aquel desliz que tuvieron en la sala, tanto así, que deseaba abrazarlo y perderse entre sus brazos y sus besos. Pero eso ya no era posible. Ella estaba con Yamcha, por lo que volvió a la realidad y decidió que era correcto poner sus términos para la nueva estadía de su huésped - Oye, Vegeta - dijo colocando una mano en su cintura – Espero que mantengas tu palabra de comportarte mientras estés en mi casa…

- Por supuesto – la detuvo en seco, mientras se giraba hacia ella y avanzaba unos pasos, amenazante - Se perfectamente que se puede y no hacer. Además, estaré bastante ocupado como para pensar en otras cosas… - volvió a darle la espalda alejándose nuevamente "necesito volverme más poderoso lo antes posible… no puedo dedicar mi tiempo a las actividades que realicé en este miserable planeta la última vez. No debo distraerme de mi objetivo…"

La peli turquesa lo observó contrariada "¿Qué quiso decir con eso? ¿Que solo se dedicará a entrenar y nada más?" Decidió darlo por su lado - Supongo que tienes razón… Pero si haces algo incorrecto no dudes en que te lo reclamaré…

-Lo mismo digo, terrícola… - le advirtió, casi como recordándole su último encuentro. Enseguida decidió cortar la charla y marcharse, no sin antes decirle a modo de recordatorio - A propósito, terrícola, ahora que estás con ese insecto, te recuerdo que no quiero que intentes volver a comportarte como una vulgar conmigo… Ni tú ni yo necesitamos que vuelvas a hacer esa clase de estupideces… Ah, y toma – dijo, girándose hacia ella, lanzándole algo – estaba debajo de uno de los asientos de la nave… -dicho esto, Vegeta salió de la nave y Bulma quedó de piedra sosteniendo un pequeño objeto rectangular y con muchos botones. "¿Qué fue eso? ¿Acaso está celoso? ¿O me lo estoy imaginando? Bulma, bájate de la nube… él ya no quiere que te le acerques... No es más que un imbécil ¿Cómo se le ocurre siquiera mencionar lo que ocurrió? Debo darlo por su lado y continuar mi vida. Ya tomé una decisión y si alguna vez sentí algo por él, fue solo porque estaba sola…" Miró lo que atrapó en sus manos y vio con sorpresa que era el control remoto del estéreo.

-Vegeta… - dio un suspiro y descendió de la nave con lentitud, pensando en cómo sería de ahora en adelante su día a día con ambos hombres viviendo bajo su techo. Yamcha y Puar aún la observaban desde la terraza, atentos a si les dría algo, pero ella los pasó de largo dándoles una mirada fugaz, yendo en busca de sus padres para comentarles lo ocurrido: el aviso que les dio el joven misterioso y la nueva amenaza que se cernía sobre la humanidad.

Y así pasaron 3 años

Y así pasaron los meses. Bulma se fue encariñando más con Vegeta. Descubrió que Yamcha le era infiel. El destino quiso que tuviera un hijo con el saiyajin. Bunny por fin fue abuela. Y vivieron felices... a veces.

Fin.

Era broma. Discúlpenme, pero no pude evitarlo, je.

Más abajo la continuación…

Encontró a sus padres cómodamente bebiendo té, en la sala de estar del primer piso. Pensó que no encontraría un mejor momento que ese para darles las noticias, así que se sentó frente a ellos en un sillón y les dijo - ¡Qué bueno que los encuentro juntos!... Oigan, les tengo noticias muy importantes…

-¿Por fin decidieron casarse? – preguntó su madre, interrumpiéndola.

-¡No, mamá!

-¡Oh! Debe ser porque regresó el apuesto de Vegeta y ahora estás atrapada en un triángulo amoroso y no te decides ¡con cuál de los dos te casarás! – exclamó emocionada.

-¡MAMÁAAAA! ¡¿Me vas a dejar contarles?! - le respondió molesta, pero su padre la animó a continuar - Habla, querida ¿tiene que ver con la salida que hicieron hoy?

-Así es, papá – contestó ella, muy ansiosa, mientras se servía una taza de té – Lo que ocurrió es que Freezer vino a la Tierra a vengarse de Gokú. Por si no lo recuerdan, es el malvado que nos dio tantos problemas Namekusei…

-Oh, pero… - comentó su padre - ¿Él no fue derrotado por Gokú? – Bulma asintió y continuó – Si, eso también es lo que creíamos… pero no fue así… Bueno fue por eso que todos los muchachos se dirigieron a enfrentarlo, pero resultó que apareció un joven, muy guapo y misterioso, ¡que resultó ser saiyajin!, y derrotó a ese malvado de un golpe y ¡también al otro monstruo que lo acompañaba!

-Esas son buenas noticias – dijo Bunny, bebiendo de su te - ¿Dónde está aquel joven? Y ¿Por qué no lo invitas a quedarse un tiempo con nosotros? Sabes que me encantan los invitados… sobre todo si son muy fuertes, como el resto de tus amigos… y si era un saiyajin, mejor aún… - Bulma rodó sus ojos - Ay, mamá, tú y tus cosas… Bueno, como les decía, eso es solo el principio… resulta que ese joven era muy extraño…

-¿Qué tan extraño, cariño… como Krilin? – preguntó Bunny. Bulma ahora alzó una de sus cejas, para enseguida responder algo tensa, mientras una vena comenzaba a notarse en su sien - No, ¿qué clase de pregunta es esa? Pero no era para nada como Krilin… A decir verdad, era un chico muy guapo, de cabello claro y ojos azules, aunque Vegeta dijo que no podía ser, ya que su raza solo tiene el cabello oscuro… El asunto es que este muchacho supo exactamente donde llegaría Gokú. Esperamos junto con él y efectivamente llegó nuestro amigo... Y no van a creerlo pero él viajó en una máquina del tiempo, desde veinte años en el futuro solo para advertirnos de que unos sujetos destruirían nuestra civilización como la conocemos.

-¡Oh! – exclamó Bunny llevando las manos a sus mejillas, para enseguida preguntar – Y ese joven ¿Qué tan joven era?

-¿Eso importa acaso?... – enseguida se llevó un dedo a la mejilla como recordando y le respondió – Eh, creo que dijo que tenía diecisiete, pero por favor ¡podrías poner atención a lo importante y delicado de todo esto! – terminó reclamándole. Bunny pestañeó un par de veces y frunció sus labios, en aparente consternación. Por su parte el padre de Bulma se llevó una mano al mentón en meditación y preguntó - ¿Del futuro dices? Mmm… Conocí a un científico que estaba trabajando en eso… y le fue bastante mal… ¿y cuál es esa advertencia?

Su hija respondió al instante - Vino a avisarnos que dentro de tres años desde ahora aparecerían unos terribles androides y que asesinarían a todos los guerreros… ¡Ven lo terrible de todo esto!

-Androides… - meditó el anciano profesor - Tengo entendido que solo la "RR" había perfeccionado esa tecnología, pero que lamentablemente la usaron para el mal – terminó dando una bocanada a su eterno cigarrillo.

-Así es, papá. Serán creados por un científico llamado doctor Maki Gero y se dedicarán a exterminar a los humanos. Es por eso que necesito que me ayuden… Vegeta se quedará a entrenar acá, en nuestra casa, para ayudarnos a derrotar al próximo enemigo… - El anciano se quedó en silencio meditando. Mientras su madre, con la boca abierta, observaba a su hija - Hasta donde sé, el doctor Maki murió hace unos años… aunque ahora que lo pienso, realmente solo fueron rumores…

Bulma negó y bajo la vista a su té - Sí, al parecer no murió… Eso significa que debe estar por allí, trabajando en su diabólico plan…

-Querida…- por fin pudo sacar el habla su madre, llamándola. La joven la miró extrañada - Dime, mamá. Te veo muy descompuesta por la noticia y eso es raro en ti… siempre te tomas las cosas tan a la ligera, que no pensé que te afectaría tanto la noticia…

Su madre la miró confundida y luego cambió su expresión a una de ternura - ¡Oh! Disculpa … pero olvidé lo que te iba a decir... – se puso de pie y agregó - Bueno será mejor ir a alistar las cosas para la cena… ¡El joven Vegeta debe extrañar la comida casera! – y diciendo esto, se retiró sin más.

Padre e hija la quedaron mirando extrañados. Bulma aprovechó que su madre se había retirado de la sala para encender un cigarrillo y preguntarle - ¿Qué opinas, papá?

-Bueno, hija… Para serte sincero, si hubiera escuchado esta historia hace unos años atrás no la hubiera creído… sin embargo, conozco por todo lo que has pasado junto a los muchachos y te prometo que intentaré ayudar en todo lo que pueda…

-Muchas gracias. No esperaba menos de ti.

-Sabes que no tienes nada que agradecer, hijita… Pero lo que no comprendo es ¿qué le pasó a tu madre…?

-Ni yo, pero ya se le pasará… así es ella – respondió, encogiéndose de hombros. Su padre cerró sus ojos y lo meditó un momento antes de mirar a su hija y decirle - Bueno, ¿entonces que necesitas?

Bulma frunció y le respondió - Para empezar, hay que poner a punto lo antes posible la nave y activar el sistema de gravedad…

-Mmm... – hizo el profesor - Bueno, eso es para Vegeta … ¿qué hay de Yamcha? Él también va a entrenar acá ¿no?

-Sí, papá… pero no sé si él podrá con ese tipo entrenamiento… Después de todo él es un humano, no un saiyajin… Además, no creo que Vegeta lo deje entrenar con él…

-Je, je, je… ¡Eso es verdad! Tal parece que Vegeta no soporta cualquier compañía…

Yamcha estaba en esos momentos en el jardín trasero con Puar. Llevaba un rato haciendo lo imposible por evitar encontrarse con Vegeta. Cuando sintió que el saiyajin salió de su habitación, él se movió a la terraza del segundo piso. Cuando éste volvió al segundo piso, decidió bajar a la cocina y cuando fue a la cocina, decidió pasar al jardín de atrás. Lo que él no recordaba, al parecer, era que Vegeta también supo siempre donde estaba Yamcha, pero después de jugar un rato, perdió el interés en hacerlo huir ya que algo más llamó su atención.

Yamcha al sentir que al fin el saiyajin ya no estaba interesado en él, se acomodó, agotado, en una de las bancas del jardín trasero y su inseparable amigo se sentó a su lado para comentarle - Yamcha, no puedes estar haciendo esto todos los días…

-Puar, trata de entender…- dejó caer sus hombros con hastío – Sabes muy bien que si me lo encuentro a solas es capaz de matarme… lo veo en sus ojos… ¡Desea hacerme pedazos!… Y aunque creí alcanzar su nivel de pelea cuando estuvimos donde Kaio Sama, ahora no sé qué hizo, pero es mucho más fuerte que yo…

-¡Bulma no lo dejará! – trató de hacerlo recapacitar, su amigo.

-Lo sé... Pero no puedo dejar que ella me defienda… - dejó caer su cabeza entre sus manos - es ridículo…

-Oh, Yam… ¿y qué harás?

-No sé. Supongo que esperar a que el maldito empiece a entrenar, así no tendrá tanto tiempo libre…y yo podré estar más tranquilo… - volvió a mirar a Puar - Yo no me moveré de esta casa. Pienso inscribirme en un gimnasio del centro…

-Entrenarás duro esta vez ¿eh?

-Sí, pero no seamos exagerados, debo dejar tiempo para Bulma y para… tú sabes – terminó con una sonrisa socarrona.

-Espero que ella no se entere – comentó preocupado Puar.

-No lo creo… He cubierto muy bien mis huellas… A menos que tú… - dijo, entrecerrando su mirada sospechando de Puar.

El gatito flotó, quedando frente al guerrero y negó con manos y cabeza - ¡No, Yamcha!… tú eres mi amigo. ¡Jamás te delataría!… aunque te haya dicho que no me gusta lo que estás haciendo… - terminó agachando su cabeza con vergüenza.

-No te preocupes… - le dijo, con seguridad, el guerrero - Yo debo estar listo para ella…

-¿Mmm? Si quieres puedo vigilar a Bulma mientras entrenas… - le ofreció Puar.

-Es verdad – comentó con entusiasmo - Necesito saber si es cierto que ese bastardo es su amigo, como ella dice… y qué tan cercanos son…

Los dos amigos se miraron y quedaron de acuerdo.

Bunny entró en la cocina y se encontró a Vegeta sacando una botella de agua del refrigerador - Joven Vegeta, en media hora estará la cena… Espero que nos acompañes.

Él miró algo molesto a su interlocutora - Hmn… como sea ¡Estoy anclado a este maldito lugar otra vez!

-¡Qué bueno! – exclamó Bunny – Pero ahora, si me disculpas, voy a ir a poner la mesa - comenzó su paseo de la cocina al comedor, llevando cosas por unos minutos. Cada vez que volvía no podía evitar sonreírle a Vegeta, el que entrecerró su mirada sobre ella con rabia "¿Cómo va a ser bueno? Parece que las cosas no han cambiado nada… ¡sigue igual de loca!… Aunque, para ser honestos, es la única que me atiende como me merezco… Ciertamente estoy otra vez varado en este lugar, a la espera de una batalla… ¿Qué curioso? Desde que volví a este estúpido planeta, no he vuelto a sentir esa extraña falta de aire… Hmn, debo haberme acostumbrado demasiado a la atmosfera de este estúpido planeta… Pero eso no debe preocuparme ahora. Los terrícolas me entregarán donde entrenar y al fin podre vengarme de ese estúpido de Kakaroto…"

Pasaron unos minutos. Vegeta aún estaba sentado bebiendo su agua y una imperceptible sonrisa adornaba su boca, sumido en sus pensamientos hasta que entró Yamcha a la cocina. Los dos hombres solo se miraron un segundo, sin dirigirse palabra alguna. Yamcha fue el primero en apartarse, yendo a un estante para sacar de allí un frasco que le había solicitado Bunny. Antes de salir, miró a Vegeta y le dijo - Ya que estás de allegado podrías ayudar un poco…

Vegeta no lo miró, solo soltó una sonora carcajada - JA, JA, JA… te equivocas - le miró, sin voltear su cabeza - Yo soy huésped en esta casa… Y si tanto te molesta, puedes marcharte si quieres.

Yamcha se tensó por completo, sin embargo, juntó valor y le respondió - Sabes que solo te aguantan aquí porque eres un mal necesario…

-Por lo menos soy necesario…- respondió el saiyajin, manteniendo su sonrisa.

El joven de la cicatriz, sin saber que más decir, le dio una última mirada de odio y salió de la cocina. No se quería arriesgar a una pelea con el saiyajin.

Vegeta frunció el ceño y esperó. No pasaron ni treinta segundos y entró Bulma a escena.

-¡Oh! ¡Aquí estás! Veo que te cambiaste de atuendo… - comentó la muchacha, aguantando una risilla.

Vegeta arqueó una ceja y le dijo con ironía - Solo faltabas tú en el paseo de los locos. ¿Qué mierda quieres?

-¡Qué bien que estés de buen humor! – exclamó ella con sarcasmo - Vengo a comentarte que mi padre ya realizó la evaluación de los daños…

-¿Cuánto tiempo? – le cortó él.

-Oye, ¡No tienes que ser tan grosero! – se calmó un momento y le aclaró - Bueno, le tomará solo 6 días, con ayuda de algunos técnicos…

Vegeta la miró de forma desconfiada - Me parece correcto ¿algo más?

-Es cierto, casi lo olvido… toma – le dijo la muchacha, estirando su mano, en la cual tenía una tarjeta.

Vegeta no la recibió. La miró muy serio y a continuación, con un gesto, le indicó que lo dejara sobre la mesa - No necesito ese artefacto.

-No seas así…- le dijo contrariada - es por si necesitas algo… así no tendrás que ir conmigo y …

-¡No, humana! – exclamó, poniéndose de pie - Si llego a necesitar algo te lo haré saber…- diciendo esto se marchó al jardín.

Bulma se quedó en su lugar, observando la tarjeta que su padre le había entregado para el saiyajin mientras se sentía algo decepcionada "Sigue igual de orgulloso… pero si no lo fuera, no sería Vegeta…" Con esos pensamientos cogió la tarjeta y decidió guardarla.

Media hora más tarde, estaban todos sentados a la mesa. Incluso Puar, a quien la madre de Bulma consideraba más bien una mascota, pero igualmente dispuso un puesto para él, ya que le gustaba ese lado excéntrico de Yamcha. Los puestos quedaron así: en una de las cabeceras el señor Briefs y a su derecha Bunny, al lado de ella Vegeta, frente a él Bulma, y Yamcha al lado de ella, junto al científico. Puar se instaló con temor en la cabecera contraria.

Comenzaron a cenar y Yamcha quiso iniciar la conversación - Cariño, en dos semanas comienza la temporada…

Bulma volteó a verlo - ¿Estás pensando en volver a jugar, Yamcha? pero ¿Qué hay de los androides?

Vegeta que estaba comiendo en silencio, puso atención a la plática "¿Hmn?… ¿Qué será eso de jugar? Debe ser algún estúpido trabajo de este planeta"

-No, linda. Solo te lo mencionaba…- le respondió el guerrero con una amplia sonrisa - por ahora me dedicaré solo a entrenar para defender a la Tierra…

-Ja – se le salió a Vegeta. Bulma lo miró enojada y Yamcha no pudo quedarse callado, interrogando al saiyajin - ¿Qué estás insinuando, Vegeta?

-Nada que tú no sepas, sabandija… - respondió el aludido, agarrando su décimo trozo de carne.

-¿Podemos comer en paz? – preguntó Bulma, notablemente molesta.

-Pero, Bulma, él empezó… - intentó su novio, sin embargo, fue interrumpido por la voz furiosa de Bulma - ¡Y yo lo termino!… No te lo había comentado aún, pero Vegeta se quedará a entrenar a cambio de soportarte y lo mismo va para ti, si quieres permanecer en esta casa – dijo muy seria, para después beber un poco del vino que su madre les había servido para celebrar, para enseguida advertirles - Espero que los dos se comporten como caballeros…

-Ya que estamos todos de acuerdo, propongo un brindis por el futuro – dijo Bunny, intentando distender el ambiente.

"Casi" todos levantaron sus copas y brindaron. A partir de eso, la cena transcurrió con normalidad. Los padres de Bulma conversaban animadamente sobre lo bueno que era poder ayudar a proteger la Tierra y, aunque había dos comensales que solo se miraban con rencor de vez en cuando, todos disfrutaron mucho lo que había preparado la señora. Una vez terminada la cena, pasaron a la sala del primer nivel a una sobremesa. Bunny sacó un licor del bar y llenó las copas, con exacerbado entusiasmo - ¡Qué feliz me siento teniéndolos aquí!

Vegeta que, sorprendentemente los acompañó, frunció brevemente. Como aún no podía comenzar a entrenar como debía, pensó que lo mejor sería relajarse esa noche a pesar de que la compañía no era de su agrado. Sin embargo, sus verdaderas intenciones eran desesperar o en el mejor de los casos sacar de quicio a Yamcha, por lo que preguntó repentinamente, buscando más una excusa para burlarse - Humana… ¿Qué es eso de jugar que comentaron hace un rato?

Bulma lo miró un momento no entendiendo, pero pronto reaccionó y le respondió - ¡Oh! Disculpa… Con jugar se refería a que él – indicó a Yamcha – es parte de un equipo de beisbol, lo que es una clase de competencia donde… - Comprendo – la interrumpió - He leído sobre eso…Bastaba con que dijeras que era jugador de un equipo de beisbol "Si era algo estúpido... este gusano no tiene otras habilidades"

Yamcha se molestó porque Vegeta interrumpió a Bulma. Pero optó por quedarse callado "Cómo pudo invitarlo a vivir aquí otra vez... no es más que un desgraciado"

-Se me había olvidado de que habías leído la biblioteca casi completa…. – dijo ella, sin enojarse siquiera, con una sonrisa.

-Humana, deberías dejarlo jugar… - comentó Vegeta, con mofa - después de todo, para la batalla se necesitarán verdaderos guerreros…

Los padres de Bulma miraron al hombre de la cicatriz. Se le notaba demasiado que quería golpear al saiyajin. La muchacha, en cambio, miró con mala cara a Vegeta. Iba a responderle, cuando Yamcha intervino, poniendo un brazo por delante de ella - No, Bulma. No necesito que me defiendas… - fijó su mirada en el saiyajin y comentó - Vegeta, quieras o no, yo también lucharé y veras que seré útil – dijo en un tono que intentaba ser relajado.

-Sí, a veces se necesitan carnadas… - comentó con sorna, el saiyajin.

-Eres un… - se contuvo Yamcha apretando sus puños.

-Basta, ¡Se supone que se comportarían! – les llamó la atención Bulma, a punto de estallar.

-No he dicho nada que no sea verdad… - comentó por lo bajo el saiyajin, buscando encender la mecha, pero Bunny decidió intervenir para cambiar el tema de conversación antes de que se saliera de control - Joven Vegeta, dime ¿en tu lugar de origen como elegían esposa?

Todos quedaron congelados un segundo. Bulma se aguantó el ahogo, su padre carraspeó, Yamcha y Puar se quedaron mirando a Vegeta. Éste no movía ni un músculo, manteniéndole la mirada a la señora. Los demás temieron por sus vidas y aunque Bunny solía ser bastante metiche, ninguno esperaba que le preguntara aquello. El saiyajin no parecía molesto, por el contrario, evaluó su respuesta y miró a los presentes. Decidió hacer un silencio dramático unos segundos más, gozando con el temor que infundía en el novio de Bulma. Así que, cuando estimó que era suficiente, dijo - Le responderé solo esa pregunta… señora… - Vegeta estaba realmente disfrutando con la situación – En mi planeta las hembras se elegían por su fuerza, valor y otras "cualidades"… - cerró sus ojos y no dijo nada más. Había decido que esa era suficiente información para todos. Los demás suspiraron en alivio. Pero para Bunny no era suficiente - Oh… ¿pero no se enamoraban, ni cortejaban, ni nada?

Otra vez los demás quedaron tiesos, los ojos como platos. Pero Vegeta amplió su sonrisa y respondió -No.

-Pero eso… - insistió la señora.

-¡Mamá! – interrumpió Bulma – No incomodes a Vegeta… Sabes perfectamente que no le gusta hablar sobre sus costumbres - Su madre miró a Vegeta esperando que le diera una esperanza de seguir con la conversación. Sin embargo, este frunció el ceño - Está bien, querida. No fue mi intención incomodarlo… es solo que no puedo imaginarme un mundo sin amor… - terminó llevándose el dorso de su mano a su frente en un gesto melodramático. Yamcha no soportó que el saiyajin fuera el centro de atención por lo que comentó - Bulma, aún es temprano… podríamos ir al cine - ella lo observó un momento, indecisa. Vegeta sin quererlo volteó su vista hacia la muchacha, atento a lo que diría, pero esta vez fue el señor Briefs quien respondió - No creo que pueda, muchacho… Mañana tenemos mucho que hacer y la necesito descansada, je, je – dijo, dejando su copa en una mesita, recordándole la empresa a contratiempo que tenían entre manos.

-Sí, es verdad, papá… Cuanto lo siento, Yamcha. Mañana tenemos que levantarnos muy temprano. Es más, ya debería estar durmiendo, así que me despido… Buenas noches.

-Está bien, cariño – la acercó por la barbilla y la besó levemente en los labios – que descanses.

Vegeta, al ver está acción, sintió como que algo oprimía su estómago, sin embargo, lo atribuyó a otra cosa "Bah, parece que mi estómago se había acostumbrado a comer menos… no debí devorarme los últimos seis filetes…" Decidió que lo mejor era salir a hacer algo de ejercicio antes de dormir para bajar un poco la comida.

Los padres de Bulma también se despidieron para ir a dormir. Bulma subió las escaleras y entró a su habitación con una sonrisa en su rostro. Se recostó un momento en la puerta y pensó "Mañana empezaremos con el proyecto de reparación… ¡Qué emoción!" Caminó hacia el balcón y salió, dándose cuenta de que las luces estaban apagadas en la habitación contigua, por lo que dedujo que Vegeta no se encontraba ahí. Así que, más tranquila, encendió un cigarrillo, se apoyó en el barandal y sus ojos se elevaron al cielo - Me pregunto si esta emoción que siento por comenzar a reparar esa nave será la misma que sienten los muchachos por una pelea con alguien más fuerte… Argg, soy Bulma y te repararé, maldita chatarra… - dijo imitando la voz de Vegeta – Jajajajaja… siempre termino riéndome de él… aunque no esté. ¿Dónde se habrá ido? ¡A mí que me importa!… ¿acaso cree que no me di cuenta de que quería sacar de sus casillas a Yamcha? Nunca va a cambiar… eso es lo malo…

Apagó su cigarrillo y entró a su habitación, esperando que llegase cuanto antes el siguiente día.

Yamcha, una vez que vio que todos se habían marchado, fue a la cocina por un poco de agua para justificar su paseo por la casa, ya que tenía en mente escaparse con alguna de sus amigas. Sin embrago, apenas ingresó a la cocina, tomó su teléfono y marcó. Cuando le respondieron habló lo más bajo que pudo - Hola, Mako ¿estás ocupada?... ¿No? Bueno, hay una película que muero por ver y no tengo con quien ir… Sí. Te recojo en media hora. Adiós – Colgó con una sonrisa y fue a su habitación a alistarse para salir. Quince minutos después accedió al jardín y se elevó hasta alcanzar la calle. Caminó unas cuadras y activó la capsula de su coche. Si todo iba bien, su noche no terminaría tan mal.

Ya era bastante entrada la noche cuando Vegeta regresó a la Corporación. Había estado sobrevolando las montañas a toda velocidad para gastar algo de energía y aprovechó de destruir un par de montañas en un desierto, solo por diversión.

Descendió suavemente en su balcón, pero cuando iba a ingresar a su dormitorio, algo llamó su atención: vio a Yamcha entrando sigilosamente a la casa. Lo encontró sospechoso, así que se mantuvo quieto en su sitio, observando al hombre que parecía avanzar lo más sigilosamente posible "Hmn, ¿Por qué mierda se oculta?... Seguramente ese imbécil también salió a ejercitarse… ¿Quién lo diría? Pensaba que era uno más de esos humanos que solo les gusta descansar y desperdiciar su tiempo… Vaya si es ridículo ¿Quién en su sano juicio entrena con esos atuendos?… ¿me pregunto que le habrá visto esa humana vulgar?... Ja, ja, ja, sí que me afecta estar en este planeta de locos… Lo mejor será descansar. Mañana empezaré a entrenar nuevamente y además debo supervisar los avances de la reparación de mi nave" Entró y se duchó con calma, pero al salir del cuarto de baño frunció su ceño al darse cuenta de que no estaba solo en la habitación.

Continuará…