CHAPTER 2
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Asta entrenaba arduamente para presentarse al examen de caballería que se celebraría medio año después en la capital del reino. Y Yuno también.
Sakura planeó ayudar a ambos chicos pero el azabache se negó argumentando que entrenaría mejor en solitario.
En cambio, el peligris aceptó gustoso.
Grave error…
¿¡En dónde estaba aquella jovencita adorable que todos conocían!? En el entrenamiento parecía otra persona… ¡Como una vieja malhumorada! Pero nunca se lo diría, no quería terminar con los huesos destrozados.
¿¡Qué clase de entrenamiento tuvo ella para que lo adiestraran con tanta brusquedad!?
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"¡Novecientos noventa y ocho!"
"¡Novecientos noventa y nueve!"
"¡Mil!"
Después de terminar sus flexiones, cayó exhausto. Por si fuera poco, tuvo que soportar el peso de la chica por bastante tiempo.
"¡Ahora a beber jugo de hojas Moguro!". Se levantó en busca de su botella, necesitaba recuperar fuerzas.
"¿¡Quién demonios te dijo que podías descansar!?" Expresó furiosa… ¿La causa de su estado de ánimo? El chiquillo se había robado sus nomobatatas..
"¡Ahora diez mil abdominales!" Le ordenó
"¡Sí señora!" Respondió mientras adoptaba una pose de soldado y reanudaba su entrenamiento.
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Por fin… El día esperado había llegado. Partirían para presentar el examen de caballería.
La kunoichi iba a extrañar a aquellas personas con las que había vivido por largos meses, pero esto solo era el primer paso para regresar a casa. Así que sin remordimientos, emprendió viaje con ambos jóvenes.
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¡La capital era fantástica! ¡Realmente se alegraría la hermana Lily y los niños si estuvieran aquí! La diferencia de clases sociales era muy evidente, hecho que comenzó a incomodarle, era más evidente en ese sitio que en la pequeña Aldea.
Caminaron por un buen rato. Todavía faltaban algunos metros para llegar a su destino final. Este sitio era tan distinto a Konoha…
"¿Comprarán una serpiente morada que encontré por ahí?" Escuchó que una anciana estaba vendiendo comida… Aquel acto le conmovió. En el tiempo que había pasado en Hage experimentó lo que significaba la pobreza. Se estaba muriendo de hambre y por lo visto no era la única. . . .
"¿Donde haremos el examen de caballería?" Asta no lograba ubicar el sitio así que optó por preguntar a su rival
"Es por allí" Hizo un movimiento con su cabeza para indicar el lugar
"¿Qué es eso?" Yuno cuestionó al ver a su rival consumir un alimento de dudosa procedencia
"Serpiente morada asada con salsa de soya" Esta vez Sakura respondió. "Era muy barata". Al menos no era venenosa y sabía bien
"¡Es muy nutritiva!" El peligris la apoyó, estaba deliciosa.
"Es imposible".
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"Siguiente"
"Sakura Haruno, de la aldea Hage" No necesitaba dar información innecesaria, bastaba con dar su nombre y con el lugar de procedencia
"Eres el número 166"
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"¿¡Qué es esto!?" Uno de los aspirantes gritó con clara confusión, estaba siendo picoteado por varios pájaros.
"¡Los famosos antipájaros del recinto del examen!" Le respondió un tipo que estaba a su lado.
"Cuanto menos poder mágico tengas, más se acercan a tí" Continuó hablando
"Mira a esa chica". Uno de los nobles señaló a la pelirrosa. "No se le acerca ninguno". La mujer tenía la mirada perdida, ni siquiera se le veía nerviosa.
"Pero deberías ver su ropa". Ahora fue el turno de otra persona para comentar.
"Tiene un estilo muy extraño" Dijo al ver que su vestuario constaba de un pantalón azul marino, un par de sandalias y una blusa de una manga larga, del mismo color.
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"¿¡Es en serio!?" Pensó la pelirrosa al ver a su amigo. Apenas habían ingresado y el chico ya estaba causando revuelo. "No tengo la más mínima duda… Asta es un imán de problemas". Él tuvo la mala suerte de toparse con un tipo que a simple vista parecía poderoso.
"El capitán de una orden no debe matar a un aspirante" Escuchó comentar a uno de sus subordinados. Se trataba de un chico castaño que en definitiva era muy simpático pero sus instintos femeninos le decían que era un donjuán.
"¿El capitán de una orden?" Repitió en su mente. Por lo que Yuno le comentó el otro día, los Capitanes eran tan fuertes como cien magos.
"¡El dios de la destrucción, Yami Sukehiro!" ¿Así se llamaba? Su nombre era el primero con el que se encontraba familiarizada, puesto que era algo común escucharlo en las naciones elementales...
"¿El capitán de la orden de los Toros Negros?"
"Es la orden que destroza más de lo que ayuda, ¿no?"
Todos los comentarios externos se vieron interrumpidos por la señal de inicio. El pelinegro no tuvo otra opción más que soltar la cabeza de Asta y dirigirse a su asiento. El evento estaba a punto de comenzar.
"¿Estás bien?" Sakura se acercó a Asta, debía asegurarse de que el peligris se encontrara al cien para el examen.
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"¿Esos son los Capitanes de Orden de Caballería?" Sakura preguntó. Cada uno desprendía un aura poderosa e intimidante.
Un tipo rubio de cabello rizado se les acercó, de nombre Sekke. No le cayó bien pero al menos se había tomado la molestia de explicarles con detalle sobre las Órdenes de Caballería y sus respectivos Capitanes.
"Pero… El próximo Rey Mago… Es muy probable que sea él". Dijo refiriéndose al tipo de la máscara extraña.
"El capitán de la orden del Amanecer Dorado, la mejor de todas las órdenes. William Vangeance." Añadió con completa admiración.
"Sus caballeros confían en él." Continuó hablando el rubio. "Y se cuenta que en la última batalla fue él quien derrotó al líder enemigo".
"¿William Vangeance?" Desde el momento en que lo observó a los ojos se percató de algo: el hombre desprendía dos auras completamente opuestas. ¿De eso se encargaba su magia o era algo más?
No lo sabía pero de algo sí estaba segura: el hombre era peligroso.
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"Aspirantes" El Capitán Vangeance empezó a hablar. "Disculpen la espera. Yo estoy a cargo del examen este año"
Después de haber pronunciado esas palabras abrió su grimorio e invocó un hechizo.
"¡Descenso del árbol mágico!" ¡Qué increíble! ¡Se parecía al kekkei genkai del Primer Hokage!
"¡Que de inicio el examen de caballería!"
"A partir de ahora se someterán a distintas pruebas. Los nueve capitanes los evaluaremos y finalmente elegiremos a aquellos que queramos en nuestras órdenes. Si son elegidos por una, se unirán a ella." El hombre explicó detalladamente.
"En caso de ser elegidos por varias, ustedes escogerán la que prefieran"
¿¡Cómo saber cuál sería la sede indicada para ella!? Ninguno de los Capitanes parecía tener magia capaz de viajar entre dimensiones o algo parecido.
" Y al contrario, si nadie los elige, es que consideramos que no están capacitados para unirse."
No se permitiría fallar…
"La primera prueba consiste en volar con esas escobas" Ya había visto a la hermana Lily hacerlo, pero jamás lo había intentado.
"Es el método de transporte básico de los magos. Si no saben volar en escoba, no podrán hacer nada".
"¡Empiecen!"
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"Esta prueba nos permite ver la capacidad de cada mago". Analizó la Capitana de las Rosas Azules. "Este año hay bastantes magos hábiles". El joven pelinegro de la Aldea Hage controlaba bien la magia, se desplazaba de un lado hacia el otro con total facilidad.
"Pero… Esa chica es extraña…"
Y sí que era algo raro de ver.
Los capitanes observaban con curiosidad a la pelirrosa. Ella se encontraba a unos cuantos metros.
Jamás habían visto a alguien que tuviera la capacidad de pararse en la escoba 'de cabeza' . Como si se encontrara 'adherida' a partir de las plantas de sus pies, puesto que no se caía... Esa posición en definitiva desafiaba la fuerza de gravedad.
"Jajaja" El capitán de los Toros Negros encontró esta situación muy graciosa. "Ella es muy divertida"
"¿Es enserio, Yami-san?" Finral ya conocía la actitud de su capitán, pero mentiría si dijera que no estaba interesado en la joven. . . .
La ojijade estaba tan concentrada. Usar magia y chakra al mismo tiempo era un buen comienzo. Estaba dispuesta a captar la atención de los capitanes… Hasta que alguien la pasó a traer. Eso hizo que perdiera la concentración y el equilibrio.
"¡Ah!" Rápidamente sujetó con fuerza el palo de madera y quedó suspendida con la mano derecha... La persona que le había interrumpido no era otra más que Yuno. Posiblemente cobró venganza por haberse comido las nomobatatas del joven...
Pero ella jamás esperó que la escoba se partiría en dos y que, evidentemente, caería sobre alguien. .
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"¡Apártense!" Emitió un grito para evitar lastimar a los participantes, pero una persona no se movió de su lugar. Inevitablemente, aterrizó sobre el cuerpo de Asta.
"¿¡Estás bien!?" Preguntó preocupada. Si el chico fallaba la prueba sería su culpa y jamás se lo perdonaría.
De inmediato, concentró chakra curativo para sanarlo.
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"¡Gracias, Sakura-neesan!"
"Fue mi culpa". Negó con la cabeza. "Regresemos a la prueba" le sugirió al chico
"¡Por supuesto!" Se levantó como si nada hubiera pasado "¡Aún no me rindo!" se alejó un par de metros y siguió intentándolo…
"No quería malgastar mi poder mágico, puesto que no tengo tan grandes cantidades pero no tengo opción"
Sacó su grimorio y decidió usarlo por primera vez en el examen.
"Magia de Creación de Jade" Después de haber pronunciado las palabras, apareció una escoba con características similares a la primera y reanudó el examen como si nada hubiese pasado.
"Ahora sí me las pagarás… Yuno" y se lanzó con gran velocidad hacia donde estaba el muchacho…
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"¿También posee magia curativa?" El capitán de la Orden de Amanecer Dorado abrió la boca levemente, estaba claramente sorprendido. La escoba que había creado con su magia sin duda era de Jade. Ninguno de los magos con habilidades de recuperación eran tan buenos como ella. "Y ni siquiera ha utilizado su grimorio…"
"No. Eso no es magia". El capitán de los Toros Negros ya había visto esa técnica en algún lado. "Esa forma de curar me recuerda a esa mujer"
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"La siguiente es la última prueba. Será una serie de combates." Todos los participantes escuchaban atentamente al Capitán Fuegoleon.
"Formen parejas y enfréntense". Vermillion ordenó. "¡Muestrenos su fuerza!"
"La prueba terminará cuando uno de los dos se rinda o quede incapacitado. Tenemos usuarios de Magia de Recuperación preparados."
"¡Así que peleen sin reservas!"
Perfecto… Si algo se le pasaba de las manos no sería su culpa… O eso creía…
Sakura no sabía a quién elegir. Asta y Yuno ya habían conseguido a sus propios compañeros. Estaba por acercarse a una chica pero alguien le tocó el hombro y no tuvo otra opción más que aceptar.
"Forma equipo conmigo".
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"¡Yo no entraré a una orden para esforzarme lo mínimo y vivir bien! ¡Me esforzaré a muerte para llegar a ser el Rey Mago!"
Era el primer encuentro. No pudo evitar sonreír al ver como su amigo salía victorioso. Aunque como siempre, existían personas en desacuerdo con lo que acababa de exclamar…
"¡Callense! ¡Dije que seré el Rey Mago y lo seré!" El joven silenció a todos los que murmuraban en su contra.
"¿¡Algún problema!?"
Asta siempre sería Asta.
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Yuno también era increíble. Jamás creyó que fuera tan poderoso. Se sentía orgullosa de él.
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Al fín, era su turno. El último par en pasar. Ella no se quedaría atrás. Estaba dispuesta a darlo todo, como lo hicieron ellos.
A paso tranquilo, se dirigió hacia el centro. Su compañero de batalla estaba esperándola. Al igual que Asta y Yuno, tampoco quedó exenta de los comentarios burlescos hacia su persona.
…
"Ríndete ahora. Tu oponente es un miembro de la realeza"
"Ella también una plebeya"
"Eres tan inútil como el enano sin poder mágico"
"Es imposible para tí porque eres una mujer campesina"
…
Un tic apareció en su frente. Decidió que terminaría esto rápidamente.
"Magia de Piedra: Golem de Piedra". Su compañero de batalla realizó el primer movimiento. Del cual emergieron bastantes estructuras humanoides.
"¿¡Qué te parece mi mejor hechizo!?" Preguntó su contrincante con orgullo. Estaba confiado en que ganaría.
Si lograba noquear al joven entonces las figuras cesarían y por lo tanto sería la vencedora del combate.
A una velocidad increíble se posicionó detrás del chico, el cual volteó con incredulidad hacia donde ella.
"No deberías darle la espalda a tu enemigo". Le aconsejó la kunoichi
Inconscientemente una sonrisa y un brillo especial adornaron su rostro. Hace tiempo que no entraba en combate.
Bañó su puño con poder mágico para culminar con el encuentro. "¡Shannaro!"
"¡AAAAAAAA!" Se detuvo a escasos centímetros del rostro del joven. Estaba a punto de asestar el golpe pero el chico se echó para atrás y cayó sentado.
"¿Qué sucede?" Le preguntó la mujer al ver la cara de terror del adolescente. Le tendió la mano para ayudarlo a levantarse pero se dio cuenta de las verdaderas intenciones del joven. Aún así lo dejó efectuar su movimiento.
Sintió como dos creaciones de piedra humanoides le tomaban ambos brazos, con el objetivo de inmovilizarla.
Un tercer golem apareció y golpeó con fuerza el estómago de la ojijade.
El chico de la realeza pensó que todo había terminado, pero abrió los ojos de sorpresa al ver que lo que había golpeado no era más que un clon hecho de… ¿jade? ¿En serio existía una magia así?
Con rapidez Haruno le tomó del mentón y con el dedo índice le golpeó la frente.
El golpe fue tan fuerte que lo mandó a volar hacia el lado contrario y el pobre hombre terminó impactando en una de las columnas del coliseo, rompiéndola durante su paso.
Su compañero cayó en seco. Parecía no moverse. Reaccionó de aquel trance e inmediatamente corrió hacia él para auxiliarlo, estaba preocupada. ¿La culparían de asesinato?
Creo que sólo le había causado una contusión cerebral. Necesitaría atención médica inmediata. Así que se acercó para ayudar.
Antes de que pudiera curarlo, uno de los magos de recuperación se le adelantó. Con cierta culpabilidad esperó una reprimenda por parte de los capitanes.
"Haruno es la vencedora."
¿En serio? ¿No la iban a descalificar? No lo podía creer.
Regresó a donde se encontraba inicialmente pero extrañamente, todo aquel que se cruzaba en su camino o que se encontraba junto a ella la evitaba. . . .
"Jajajajaja" Yami no pudo aguantar la risa, definitivamente había valido la pena el tiempo invertido. "Concentró una cantidad específica de poder mágico en su dedo y lo liberó de golpe… Es algo difícil de lograr incluso para la realeza y nobles." Analizó mientras expulsaba el humo de su boca.
El Capitán de los Leones Dorados sintió un leve escalofrío recorriendo su espina dorsal. Esa manera de pelear… le recordaba a cierta fémina salvaje de la Familia Vermilion.
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"Con esto concluye el examen"
"Avancen al frente cuando digamos su número."
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"Tú. Eres muy divertido". Yami saltó de su lugar y se enfocó en Asta. "Únete a nuestra orden".
"¿¡Qué!?" El ojiverde no entendía lo que estaba sucediendo.
"Digo que te acepto en los Toros Negros. Y no tienes derecho a negarte" Le amenazó con un porte intimidante.
"¡Hai!"
"Aprovechando que estoy aquí". Ahora dirigió sus pasos hacia la pelirrosa.
"También quiero al número 166". Exclamó tomando a la muchacha de la cabeza y mostrándola al resto de Capitanes, como si se tratase de un objeto a la venta.
"¿¡Tienen alguna objeción!?" Preguntó a sus camaradas desde el sitio en donde estaba. Los muy desgraciados ya se habían llevado a muy buenos candidatos y no quería desperdiciar la oportunidad tan única que se le estaba presentando.
"Como suponía, tiene mucha fuerza física". Concluyó la chica con los ojos en blanco. Si no fuera porque se encontraba dirigiendo chakra a esa región, estaba segura de que su cráneo ya estaría hecho pedazos por tanta presión.
"Las normas del examen indican que el aspirante elegirá la orden que le sea de su agrado". Respondió el caballero organizador del examen.
"Está bien". Contestó con simpleza la ojijade. Todos dirigieron su mirada hacia ella. "No tengo objeción alguna en unirme a los Toros Negros".
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"Con esto finaliza el examen. Pueden retirarse".
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"Yuno-kun" La kunoichi corrió en dirección al azabache.
"¿Sucede algo, Sakura-san?"
"¿Sabes a dónde fue Asta? Nuestro capitán nos debe estar esperando". Preguntó. Estaba buscando a su compañero, pero no lo veía en ningún lado.
"Fue al sanitario".
"Oh. Probablemente la serpiente le sentó muy mal jajaja"
Yuno simplemente se limitó a sonreír tenuemente.
"Por cierto" la chica dirigió su atención al joven. "Tu batalla fue muy buena". El joven confesó. Sabía que era una mujer poderosa pero la demostración que dio hace unos momentos fue impresionante.
"¿Tú crees eso?" El rostro de la Haruno cambió al recordar al chico de la realeza. "No estoy segura si él sigue con vida." Se sentía mal por el hombre, lo había dejado en mal estado.
"Una vez que estés allí lo comprobarás".
Ambos jóvenes se volvieron hacia el origen de la tercera voz que había osado intervenir en la conversación.
"Capitán Vangeance". Murmuró el pelinegro con leve sorpresa.
"Es un placer tenerte con nosotros, Yuno" Le comentó el hombre enmascarado, saludándolo cortésmente.
Sakura entrecerró los ojos, mostrando su evidente desconfianza.
"Lamentablemente Yami se nos adelantó contigo". Le tendió la mano a la muchacha y le sonrió afectuosamente. "William Vangeance".
La pelirrosa no tuvo otra opción más que devolver el gesto. "Haruno Sakura. Es un placer, Capitán Vangeance".
"El gusto es mío, Haruno-san".
"Sakura está bien". No estaba acostumbrada a que la llamaran por su apellido.
"Con su permiso". La chica realizó una breve reverencia para salir de ese ambiente tan sofocante. Tenía un mal presentimiento y lo mejor era alejarse lo más rápido posible.
"Espera". El hombre la detuvo con un toque en el hombro… Y la sintió tensarse. "Necesito hablar contigo en privado". Le confesó amablemente. "He obtenido el permiso de tu Capitán".
"De acuerdo". ¿¡En qué diablos se había metido ahora!? ¿Ya se habían dado cuenta de dónde venía? ¿O tal vez el chico contra el que luchó había perdido la vida y ahora querían culparla de homicidio?
Desde su punto de vista, todo esto pintaba mal.
No tuvo otra alternativa más que seguirlo, dejándole liderar el camino.
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N/A:
¡Gracias por leer! :)-Aproveché este tiempo libre para publicar en conjunto el Capítulo 2
BRB
