MLB PV: Noche de Lluvia.

"Cuando los diálogos estén entre comillas y las letras estén así son pensamientos"

Cuando los diálogos estén así significan que es un recuerdo o algún evento del pasado

Capítulo Dos.

Y aquí está la segunda parte. No tengo mucho que decir excepto ... ¡Vayan a leer y dejen muchos ¡muchos! reviews!

(Hablo en serio: me gusta saber la opinión de los lectores.)


– Quédate donde estás. Justo ahí. – le ordenó Bridgette antes de desaparecer bajo la puertecilla púrpura.

Una vez solo en la habitación, Félix se reclinó en la silla color fucsia en la que su anfitriona le hizo sentarse y paseo con descaro su mirada por toda la habitación púrpura y rosada, analizando cada pequeño detalle ...

Contrario a su habitación minimalista, gris, y ordenada; el dormitorio de Bridgette era como un enorme cubo de Rubik desordenado (el cual se moría por desenmarañar y volver a ordenar) con muchas sorpresas por descubrir.

Ya en una ocasión había puesto los pies en ese pequeño espacio lleno de referencias a la moda y el diseño cuando la señorita Bustier lo asignó como el tutor de matemáticas de Bridgette en un intento por mejorar las notas de su alumna (intento que, más o menos, dió sus frutos). Sin embargo no pudo ver mucho ...

En parte porque cuando su sesión de estudios dio inicio, justo en ese momento, atacó un Akuma. Viéndose obligado no solo a abandonar la habitación sino también a posponer la tutoría hasta el día siguiente (organizandola esta vez en la biblioteca ya que la consideraba más apropiada para concentrarse) ...

Y en parte porque era Félix Agreste, hijo del respetado y orgulloso diseñador Gabriel Agreste, y no hubiera sido correcto que lo vieran a él (en especial siendo un "Agreste") husmeando en la habitación de una chica.

Pero ahora que era Chat Noir, y Bridgette no estaba presente, sentía que podía dar rienda suelta a toda su curiosidad felina. Después de todo era bastante normal que los gatos exploraran sus alrededores cuando llegaban a un lugar nuevo ...

Miró el computador y el teclado (blanco y rosa con calcomanías), el escritorio (sin ningún tipo de organización. Cubierto de cuadernos, libros, lápices de colores, hilos, botones, dibujos y más cosas heterogéneas), la pequeña ventana redonda encima de la mesa (que mostraba un clima nada bonito que elimina cualquier deseo en él de salir afuera) y luego se levantó de la silla para ver más ... sin saber que era vigilado por una criaturita color carmesí de grandes ojos y una manchita en su frente con forma de trébol.

Tikki, que desde la llegada sorpresa del héroe permaneció escondida en un cajón, salió en silencio de su escondite para seguir a Chat Noir mientras este examinaba cada punto del cuarto que llamaba su atención ...

– "Quién lo diría ... Plagg y su portador tienen más en común de lo que creen" – pensó la kwami conteniendo una risa.

Le dedicó un "minuto de apreciación" (por decirlo de algún modo) al enorme mural lleno de fotografías suyas y pósters (en su forma civil obviamente). Varias eran recortes de revistas, entremezcladas con fotos tomadas con el celular de las extrañas ocasiones en las que había acompañado a sus compañeros de escuela en sus picnics y otras salidas recreativas, mientras que las demás eran obviamente sacadas de internet (a menos que Bridgette hubiera estado robando en secreto la memoria de las cámaras de los fotógrafos después de sus secciones para hacer copias de las fotos y él no estaba enterado) ...

– "Me pregunto si debería sentirme halagado o asustado…." – pensó el héroe mirando las fotos cubiertas de brillantina rosa y corazones. – "Esto es muy extraño." "Aunque, ahora que lo pienso, yo también tengo mi propia colección privada de fotos de mi lady en la nube de mi teléfono. Así que quizás no debería juzgar tan duramente a Bridgette…" "Supongo…"

Después de todo, una cosa es guardar fotos de la chica que te gusta en tu teléfono para verlas cuando quieras. Pero otra muy distinta, es convertir una sección de un muro de tu habitación en prácticamente un "santuario" o altar en honor a un chico al que prácticamente persigues cada vez que te lo encuentras en la escuela o por casualidad en la calle.

Un pequeño escalofrío recorrió a Chat Noir, no por estar usando ropa húmeda precisamente, y pasó su mirada del mural a un pequeño librero cerca de su escritorio (con libros de costura y algunos mangas pero principalmente lleno de videojuegos), los baules rosas pastel cerca de su tocador (¿Para quien podrían ser tantos regalos?), los sombreros de colgados del otro lado de la habitación (eran demasiados para alguien que casi nunca usaba siquiera boinas), el diván de color púrpura pastel (¡Que cómodo era!) Y luego, el rincón bajo las escaleras donde estaba todo el equipo de costura de Bridgette (y donde aparentemente la chica se sentaba a hacer algunas de sus creaciones) compuesto por una mesita de madera circular, encima de una alfombra rosa en forma de flor, con una máquina de coser lavanda, cintas de medir, varios frascos de vidrio (algunos grandes y otros de tamaño mediano) llenos de carretes de hilos, lentejuelas, botones, cintas coloridas, joyas de bisutería, entre otros accesorios…

Bajo la mesa alcanzó a ver un esponjoso cojín y retazos de telas de distintas clases, con patrones para vestidos y bolas de papel. En el fondo habían varios rollos de tela pero esto no fue lo que lo impresionó; sino la prenda que lucía el maniquí junto a ellos…

Con cuidado de no pisar ni romper nada, Chat se acercó y admiro el vestido de tirantes que tenía frente a sus ojos. Era de un color rosa cerezo pálido (– "Rosa. Que sorpresa…" – pensó con sarcasmo el rubio) y tanto la parte superior como la de la falda, que llegaba hasta las rodillas, estaban formadas por varias capas de tela corrugada que le daban al vestido un aspecto bastante único.

– "Como si estuviera hecho de papel origami en lugar de tela." – pensó mientras tocaba con cuidado, con la punta de sus dedos enguantados, el borde de uno de los volantes de la falda. – "No recuerdo haber visto algo parecido en ninguna de las colecciones recientes de mi padre... o en la de algún otro diseñador."

Bueno, por supuesto el ver prendas con inspiración en objetos "inusuales" no era nuevo para él ni para nadie que estuviera metido de lleno en el mundo de la moda. Pero el ver una prenda de ese tipo que despertara sentimientos de admiración y deseos por usarlo (y no ridículo y/o vergüenza por el modelo que le había tocado ponerse aquellas cosas que supuestamente eran trajes o vestidos) si era algo digno de tener en cuenta. Después de todo, lo que hace la diferencia entre una mala idea y una buena no es sólo el hecho de que sean buenas o malas, sino la forma en que se llevan a cabo…

Y el vestido frente a él estaba excelentemente elaborado. Con un toque sencillo pero adorable…

– ¿Realmente Bridgette hizo esto?

En ese momento la trampilla del suelo se abrió y la antes mencionada entró a la habitación con una toalla en el cuello, una camiseta blanca de tirantes con puntos rosas y pantalones de algodón del mismo color reemplazando su anterior camisón mojado, su cabello recogido en una coleta baja y una bandeja repleta en sus manos.

– ¿Chat?

Al no verlo en la silla giratoria, por unos segundos creyó que se había ido. Pero el alivio volvió cuando vio que solo estaba bajo las escaleras mirando su vestido…

– Uf… – suspiró Bridgette, caminando hacia su escritorio. – Por favor, no lo toques. Aún no lo termino y tengo que arreglar varios detalles todavía…

– ¿De verdad hiciste tú sola este vestido? – le preguntó Chat Noir señalando al maniquí.

– Si. – asintió Bridgette, tratando de mantener bajo control (y lejos del suelo) la mayoría de las cosas pequeñas que se acumulaban en su mesa de trabajo, en un gran desastre colorido, mientras hacía un espacio para colocar la bandeja. – Es para un baile de la escuela… Vamos a… ehh...

La franco-china quedó sin palabras cuando al mirar de nuevo al minino, noto a su kwami flotando encima, muy cerca, de su rubia cabecita con orejas de gato….

– ¿Vamos a… que? – repitió Chat, alzando una ceja confundido.

– Pues… – pero antes de que el héroe pudiera girarse por completo para mirar tras de él, Tikki voló hacia otro escondite y Bridgette se precipitó hacia su rincón de costura para tomar la mano de Chat. – ¡Vamos a secarte ese cabello mojado antes de que te resfríes!

A pesar de las quejas iniciales, Chat a la final se dejó secar el cabello obedientemente por ella y su secadora (aunque no sin antes darle una advertencia sobre lo que el aire caliente podría hacerle a su traje de vinilo).

– ¿Lo estás disfrutando gatito? – inquirió Bridgette, sentada en el diván, con una sonrisa burlona al sentir unos cuantos ronroneos provenir del chico mientras acariciaba y peinaba las hebras rubias con una mano y con la otra usaba el secador..

La sonrisa de placer en la cara enmascarada de Félix se desvaneció y adoptó una postura recta, agradeciendo mentalmente porque la máscara cubriera el rubor de su rostro…

– Bueno, se siente muy… agradable. – admitió, sentado con las piernas cruzadas en el suelo y secándose con la toalla que le trajo Bridgette mientras ella terminaba de hacer su labor con el secador de cabello. – ¡Ten cuidado con las orejas!

– De acuerdo. Ya falta poco… ¡Listo! – exclamó Bridgette apagando el artefacto y despeinando un poquito la cabellera dorada (ahora seca) de su compañero. – Iré a guardar esto ¿Por qué no vas a comer un poco?

– Si insistes…

Y en un segundo, Chat Noir ya estaba en la mesa comiendo galletas y bebiendo chocolate caliente con la taza repleta de malvaviscos dulces. Bridgette al verlo contuvo una risa…

– (risa) "Es como un niño." Ten cuidado, no te vayas a atragantar.

– ¡Entendido! – dijo Chat, alzando el pulgar arriba con la boca llena de galletas, malvaviscos y chocolate caliente. – (traga) Por cierto, princesa… No sabía que fueras tan diestra con la aguja y el hilo. Eres un verdadero prodigio…

– ¡Muchas gracias, Gatito! Pero si lo que intentas hacer es que te dé una bolsa de croissants gratis, la respuesta es no. La panadería y la cocina están cerradas hasta la mañana… – dijo Bridgette sentándose.

– ¡Hablo en serio! ¡Ese vestido es algo digno de estar en una pasarela de moda! La elaboración es casi perfecta. Como si un diseñador profesional lo hubiera creado. – dijo Chat, olvidándose por unos momentos de su actitud de payaso. – Y por lo que he visto en tu habitación, no es lo único digno de admiración. Lo digo en serio Bridgette, tienes mucho potencial...

– Entonces… estuviste espiando en mis cosas mientras no estaba ¿cierto?

– Solo un poquito. Soy un gatito curioso, princesa. – admitió Chat poniendo una sonrisa de disculpa y sus mejores ojos de gatito triste.

– Jajaja… Lo se. – dijo Bridgette, intentando contener sus carcajadas pero era inútil.

– Señorita ¿Acaso le resultó divertido? – preguntó Chat con aire coqueto, mientras ondeaba su cola en el aire (que de alguna forma podía moverse como una cola de gato real a pesar de ser completamente falsa).

– Un poco. La verdad siempre me haces reír. Por eso eres mi superhéroe favorito…

Y en realidad no mentía, al menos no por completo, en esa parte. Porque aunque siempre se quejara de las tonterías que Chat hacía en las batallas y su falta de seriedad con los akumas, en realidad siempre apreciaba sus malos chistes de gatos y su sentido del humor. Él era la mejor parte de ser Ladybug...

– Le advierto señorita… que el corazón de este gato ya tiene dueña. – dijo Chat Noir fingiendo seriedad y sacando a la chica de sus pensamientos. – Y es una maravillosa chica llamada Ladybug.

– Descuida Chat. Eres lindo pero mi corazón también está reservado para alguien más… – dijo Bridgette sirviéndose ella también una taza de chocolate. – Un chico que también es maravilloso, lindo y con un gran corazón…

– Hablas… ¿De Félix Agreste?

Un rubor repentino cubrió las mejillas de Bridgette. – ¿C-Cómo lo sabes?

– Bueno princesa, ese mural que está detrás de mí me dió una muy buena pista. – dijo Chat intentando contener el sarcasmo de su voz. – Y no quiero sonar cruel pero pensé que tenía mejores gustos señorita.

– ¿Eh?

– Quiero decir… – dijo Chat poniéndose en pie y dedicándole una mirada despectiva a la sección del muro tapizada con imágenes suyas en su forma civil. – solo mira a ese chico. La soberbia y lo estirado se le notan a más de 10 kilómetros de distancia. Y por lo poco que he escuchado de él, no es el sujeto más agradable del mundo…

– ¿Acaso te gusta la moda Chat? – preguntó Bridgette provocando que el cabello del héroe se erize. – Por lo que dijiste de mi vestido y lo que recién dices de Félix pareces que conoces un poco del tema...

– Bueno… (risita) no me llaman el gato con más estilo de París solo por ser apuesto princesa. – pero antes de que Bridgette pudiera refutar aquello, Chat continuó hablando; – Pero volviendo al tema, he escuchado que este tal Félix es lo peor de lo peor. Tiene una mala actitud, es odioso, poco sociable, es grosero, siempre tiene la nariz dentro de un libro… si soy honesto no entiendo que es lo que le ven las chicas.

– Fácil: dinero, fama y una cara bonita. – dijo Bridgette, para sorpresa del rubio. – Eso es lo que muchas, en especial chicas como Chloe o Lila, ven en Félix Agreste cuando hablan con él. No les importan sus virtudes o sus gustos, solo que es atractivo y con un padre rico que vive en una enorme mansión….

– ¿Y qué hay de ti?

– ¿Eh? – musitó Bridgette quitando la mirada del fondo de su taza y viendo que Chat la miraba de pronto con los brazos cruzados y una expresión muy seria que le hacía recordar mucho a alguien. Pero no podía recordar a quién…

– Si ni su cara bonita ni su dinero te llaman la atención ¿Entonces qué es lo que te gusta de Félix Agreste? ¿Por qué estás enamorada de él? – le cuestionó Chat Noir, dejando anonada a la chica.

– Pues… – dijo Bridgette, pasando un mechón de cabello tras su oreja. – es un poco complicado explicarlo. O quizás no tanto…

– ¿Qué quieres decir?

– (suspiro) Para empezar… todo lo que recién dijiste de Félix es cierto. Y siendo sincera hay momentos en los que parece que es una peste igual o peor que Chloe "o Lila…" – añadió para sí misma mentalmente.– De hecho esos rasgos fueron los que me hicieron odiarlo en un principio cuando lo conocí…

– ¿Odiabas a Félix? – repitió Chat, sentándose de nuevo, desconcertado por esa revelación.

Su fan número uno, su acosadora personal, la chica que tenía un altar de él mismo, Félix Agreste, en su cuarto y que hace unos momentos acababa de decir (otra vez) que estaba enamorada de él… ¿Acababa de admitir hace 3 segundos que lo odiaba? ¡¿Cuándo sucedió eso?!

– Fue en el primer año de escuela…– comenzó a contar Bridgette. – Había varios estudiantes nuevos y Chloe no paraba de alardear sobre que un tal Félix, su "mejor amigo de la infancia", iba a venir a la escuela. Siendo honesta no tenía idea de quién era hasta que lo ví en persona y lo reconocí como el modelo predilecto e hijo único de mi diseñador favorito: Gabriel Agreste.

– ¿Y eso no te causó una buena impresión?

– Niño mimado, supermodelo adolescente, amigo de la infancia de Chloe... – dijo Bridgette citando las palabras con las que su amiga describió a Félix en el primer día de clases. – y si a eso le sumamos su forma de ser. Siendo honesta, la respuesta es no: Félix no me causó una buena primera impresión. En especial luego de ese malentendido con el chicle…

– ¿Qué malentendido? ¿Y a qué te refieres con "Su forma de ser"?

– Cuando Félix llegó a la escuela era el doble de callado y frío de lo que es actualmente. Nos ignoraba a todos, nos evitaba, no hablaba a menos que fuera para responder una pregunta de la profesora… era casi como un robot.

Ante esas palabras, Chat inconscientemente se removió con un poco de incomodidad en su lugar. Si bien su personalidad no había sufrido muchos cambios desde que su padre lo inscribió en la Françoise Dupont (por insistencia de muchos adultos, entre ellos un par de psicólogos amigos de la familia, "preocupados" por su personalidad en extremo seria e imperturbable) para que socializara con más personas de su edad (como si con Chloe no fuera suficiente) actualmente se daba cuenta que, quizás, su actitud inicial con sus condiscípulos no había sido la mejor. Y ahora que había escuchado el punto de vista de Bridgette se sentía un poco avergonzado…

– Y luego cuando, después del receso, lo encontré al lado de mi pupitre manipulando algo pegajoso en mi asiento y escuche las risas de Chloe y Sabrina; oficialmente concluí que Félix era solo otro mocoso malcriado, egocéntrico y vanidoso que nos trataba de aquella manera tan helada, casi como si no existieramos, solo porque no éramos de su misma clase (como nos dijo Chloe una vez). – Bridgette sirvió un poco más de chocolate caliente a Chat Noir y luego se sirvió lo último a ella. – A raíz de ahí… Félix me pareció en extremo desagradable y no soportaba verlo ni siquiera en los pósters de perfume de la calle.

– Que por desgracia son muchos. – añadió Chat Noir en tono burlón antes de tomar un sorbo de su taza y comer otra galleta (la última de hecho). – (mastica) Así que, en resúmen, Félix se ganó tu completo odio porque creíste que pegó una goma de mascar en tu silla. Wou princesa… nunca pensé que fuera tan rencorosa. Recuérdeme nunca hacerla enojar.

– ¡No era solo por eso! – Dijo Bridgette cuya expresión pasó de molesta a afligida en un segundo. – Es que… desde el primer grado… Chloe junto con Sabrina (su mejor amiga diagonal secretaria), nos ha intimidado y humillado a todos en clase solo porque su padre es el alcalde y su madre la mayor crítica en la industria de la moda. Y cuando creí que Félix pegó ese chicle en mi silla…

– ¿Pensaste que iba a seguir los mismos pasos de su amiga de la infancia?

– Algo así..

– Okey, puedo entender eso. Pero ahora mi mayor duda es: si tanto te desagradaba ese niño bonito con corazón de hielo ¿Cómo fue que te enamoraste de él?

Bridgette sonrió.

– Bueno, con el pasar del tiempo yo, y todos en el salón de hecho, poco a poco fuimos notando que Félix a pesar de ser como era tenía un lado amable. Uno bastante particular, pero amable al final de cuentas… – añadió Bridgette, con una pequeña risa. – Nos trataba con indiferencia y nos ignoraba pero no porque fuera una versión masculina de Chloe, sino porque le gustaba estar solo y sumergido en sus libros. También era super cariñoso con los animales (en especial con los gatitos) y cuando creía que nadie lo veía hacía cosas amables por los demás. Ese tipo de detalles lentamente hicieron que Félix me desagradara menos y entonces...

– ¿Entonces?

– ...Entonces un día salí temprano de la escuela.

– ¿Eh?

– Estaba lloviendo al igual que esta noche y había olvidado mi paraguas…

– "Lluvia." – Fue lo primero que pensó Bridgette cuando salió de la escuela y vio las millones de gotas que recién caían del cielo ahora blanco grisáceo.

Llovía a cántaros aquella tarde sobre la ciudad de París.

Las gotas de lluvia repiqueteaban contra el suelo y los tejados de los edificios y casas emitiendo un sonido similar a piedrecillas. Y además soplaba un viento frío y desagradable que podía dejar tiritando a cualquiera que estuviera expuesto a él...

Abrazando la mochila roja con margaritas en donde se ocultaba su kwami, y dando un pequeño paso atrás para esquivar las gotas que caían del techo, una chica bajita (mitad francesa mitad china) con un largo cabello negro azulado recogido en dos coletas, esperaba de pie en la entrada del Collège Françoise Dupont a que la tormenta que recién había comenzado amainara un poco para irse (aunque era obvio que pasaría bastante tiempo para que eso ocurriera) porque sería una locura intentar caminar afuera a pesar de que su casa no se encontraba muy lejos.

Soltando un pequeño suspiro de resignación por su mala suerte, Bridgette oculto el rostro en la tela de su mochila observaba un poco triste a las calles y edificios de la zona ser bañados con la lluvia (que a pesar de haber comenzado hace solo unos minutos atrás caía con fuerza y acompañada de un viento helado y fuerte) pensando que por lo menos tuvo suerte de que empezara a llover cuando estaba a punto de salir de la escuela y no mientras camina a casa. De haber sido así Tikki y ella estarían en esos momentos completamente empapadas.

Los minutos se sentían eternos al esperar sin hacer nada. Al encontrarse tan sumida en sus pensamientos (sumando además su naturaleza distraída), la adolescente no se dio cuenta de la llegada de cierto modelo rubio con ojos azul grisáceo y ropas oscuras que al verla de pie y sola, vagamente resguardada de la lluvia, se paró a su lado mirándola con curiosidad…

¿Qué haces aquí?

¡Uh! – Chillo Bridgette, dando un pequeño salto por la sorpresa.

Y esta sorpresa aumenta cuando ve que el causante de su pequeño susto es nada más y nada menos que Félix Agreste; observándola con el rostro inexpresivo y cargando un paraguas negro sin abrir en su mano derecha.

¿Félix? – musitó, preguntándose qué hacía el rubio todavía en la escuela.

– ¿Y bien? – dijo el aludido como una continuación de su pregunta anterior.

Esto… yo…

La chica se mordió el labio inferior y un sonrojo apareció en sus mejillas.

Bridgette normalmente no tenía problemas para hablar (de hecho era bastante extrovertida) pero los ojos de Félix eran tan intimidantes y penetrantes que, mientras la miraba fijamente, le daban la sensación de que podían ver a través de ella.

Y esto, además de dejarla congelada en su sitio, la ponía nerviosa al punto de que se le trababa la lengua.

Segundos después (luego de apartar la mirada de aquellos ojos azul grisáceo y tomar una bocanada de aire) el cerebro de la franco-asiática por fin recordó cómo formar oraciones coherentes y hablo:

Deje mi paraguas en casa y esperó a que pare de llover. – Explico.

Félix arqueo una ceja tras oír aquello – ¿Dejaste tu paraguas aun cuando pronosticaron tormenta para esta tarde? ¿Acaso eres tonta? – Pregunto.

Al instante, una venita roja apareció en la cabeza de Bridgette al mismo tiempo que su mechón adoptaba una forma similar a un relámpago...

¡No lo deje a propósito, Solo lo olvide! – Grito, parándose sobre la punta de sus pies en un intento por igualar la altura del muchacho.

Ah. Lo siento.

Si bien el joven Agreste fue sincero cuando se disculpó por llamarla tonta, el tono indiferente que uso al hablar y el hecho de que lo dijera mientras se acomodaba el cabello (el cual se despeinó un poco por los gritos de la chica) le dieron a Bridgette la falsa impresión de que Félix le estaba prestando tanta atención como Chloe escuchaba a Sabrina cuando "conversaban" y esto la puso aún más furiosa.

Con los labios apretados en una fina línea, el ceño fruncido y las manos apretadas en puños, Bridgette se debatía internamente entre golpear o no al rubio. Sin embargo, luego de unos minutos de lanzarle miradas de odio al joven modelo (el cual tenía la mirada perdida en la calle bajo la lluvia), la menuda chica dejó escapar un pesado suspiro decidiendo que no valía la pena golpearlo y en su lugar optó por ignorarlo dándole la espalda. Félix, por supuesto, no se inmuto con esto tampoco.

Para ella el hijo de Gabriel Agreste era un completo misterio, nunca había conocido a alguien tan extraño como él.

El rubio más que una persona parecía uno de esos seres artificiales carentes de emociones que salen en las películas y los animes. Nunca sonreía o mostraba otras expresiones (a menos que se lo estuviera viendo en las fotos de las revistas o se lo interrumpiera en la lectura de un libro [En estos casos el rostro de Félix adoptaba una expresión de furia helada que prometía al desafortunado mucho dolor y sufrimiento por interrumpir su lectura a menos que desaparecía rápido de su vista]), nunca hablaba a menos que fuera para responder una pregunta de la profesora o que Chloe le estuviera diciendo algo y siempre trataba de interactuar lo menos posible con todos, comiendo solo y pasando los descansos y las horas libres en la biblioteca.

En resumen: Félix era alguien completamente antisocial y odioso.

Considerando que su mejor amiga era "La Peste"( alias Chloe Bourgeois) y su estatus como hijo único del millonario diseñador, Bridgette sentía que era totalmente natural y obvio que Félix tuviera la actitud engreída y grosera que mostraba todos los días pero…

Había algunas cosas que no cuadraban…

Si bien "Feli-chuu" [como lo llamaba cariñosamente Chloe] era casi una versión masculina de su amiga de la infancia, existían enormes diferencias entre ambos que Bridgette no podía negar aunque detestara mucho al modelo.

Para comenzar: Félix no molestaba ni se aprovechaba de los que estaban a su alrededor.

A diferencia de Chloe, que se dedicaba a humillar e intimidar a los demás nada más llegar a la escuela (literalmente), Félix no hacía nada de eso y lo únicos comentarios hirientes que salían de sus labios eran por causa de su honestidad brutal.

Tampoco andaba presumiendo todo el tiempo. Ni trataba de usar su estatus como modelo o el dinero de su padre para conseguir algún trato especial.

Incluso una vez regaño a Chloe cuando se estaba pasando de la raya solo porque perdió su brazalete.

Y también estaba el asunto de la goma de mascar…

Todo esto sumado, llevaba a las siguientes preguntas: ¿Félix era bipolar? ¿Era una versión masculina de Chloe con principios morales? ¿O el chico tenía trastornos de doble personalidad?

Echándole un pequeño vistazo al causante de todas esas dudas, a Bridgette se le ocurrió de pronto que tal vez, para romper el silencio que para ella era más que incómodo y aprovechando que solo estaban ellos dos, aquella sería una buena oportunidad para hacerle a Félix unas cuantas preguntas.

Especialmente una….

– "¿Realmente debería? ¿Y si le molesta? Bueno no le veo nada de malo. Lo peor que podría decirme es que no me importa o algo así además él siempre está amargado por todo." – Luego de unos segundos de indecisión, Bridgette decidió dejarse guiar por su lado impulsivo. – "¡Lo haré!" – (Se voltea) Félix, ¿Puedo preguntarte algo?

Sin reaccionar ni cambiar su expresión, el aludido miro despectivamente hacia la chica de coletas preguntándose internamente porque tenía esa expresión tan "decidida" en el rostro...

¿Qué sucede? – inquirió a modo de afirmación

Esto… Es que… (Toma aire) ¿Por qué no me dijiste que la que pegó la goma de mascar en mi silla fue Chloe y no tú?

Al oír aquella pregunta, la expresión sin emociones de Félix se quebró y miró a la pequeña con desconcierto como si esta hubiera descubierto algo que creyó nunca sabría.

Una vez hecha la pregunta Bridgette continúo hablando con más naturalidad…

Hoy en el descanso Nino me dijo que tú no habías tenido nada que ver con Chloe y Sabrina cuando ellas pegaron ese chicle en mi silla y que cuando entre al salón y te vi agachado al lado de mi asiento solo estabas intentando despegarlo. Entonces… ¿Por qué no me dijiste…?

Porque no era necesario. – le interrumpió Félix. – No me importaba si creías o no que yo fui el que pego esa goma de mascar en tu silla. Por eso no te corregí cuando me gritaste por algo que no hice.

(sonrojo) "¿Está molesto?" ¿Solo lo hiciste por eso?

Bueno… también... Conozco a Chloe desde que era un niño. Sé que no es perfecta pero tampoco podía traicionarla. Se podría decir que es la única amiga que tengo. – explicó Félix, sin abandonar en ningún momento su tono de voz inexpresivo.

¡¿Tú única amiga?! – exclamó Bridgette. – P-pero… ¿Acaso no tenías amigos en tu otra escuela?

Nunca había ido a la escuela.

¡¿Eh?!

Desde los cuatro años fui educado en casa por Natalie, la asistente de mi padre, y diferentes tutores especializados en distintas aéreas. Solo salía de la mansión para mis lecciones de esgrima o mis sesiones de fotos. – Y luego de unos segundos agregó: – Siendo sincero, todo esto… Es nuevo para mí.

Ante esta revelación Bridgette se quedó con los labios entreabiertos mirando con ojos muy grandes al muchacho sin saber que decir o que comentar. Afortunadamente esto no duró mucho para ella ya que, en ese momento, el sonido de un claxon interrumpió la conversación y al mirar afuera ambos adolescentes vieron un lujoso auto plateado estacionado al frente de la escuela.

¿L…Llegaron por ti? – Pregunto Bridgette para cambiar de tema pero Félix la ignoro ocupado en abrir su paraguas – Esto…¡Hasta mañana entonces! – se despidió, pero de nuevo fue ignorada. – Hmm…

Bridgette agacho la cabeza sin poder evitar sentirse un poco triste, pero aquella tristeza pronto se convirtió en sorpresa cuando Félix en lugar de cubrirse a sí mismo con el paraguas recién abierto lo extendió hacia ella evitando mirarla.

Toma.

¿Eh?

No lo necesito y si permaneces más tiempo afuera podrías enfermarte.

– "¡¿Eh?!"– Los ojos de la menuda chica se pusieron en blancos del shock al entender que el Agreste le estaba prestando su paraguas. – P-pero… Gracias Félix pero…

¿Hmm?

Bu-Bueno… es nuy… digo, es muy dulce de tu parte p-pero… eh, no es necesario, estaré bien… y tú podrías mojarte de todos modos y…

Entrecerrando los ojos, Félix dio un paso hacia Bridgette, y sin pedir permiso, colocó el paraguas en sus manos provocando que la chica finalmente enmudeciera.

Al observarse fijamente el uno al otro, por una breve fracción de segundo, tanto Bridgette como Félix sintieron que el tiempo se detuvo a su alrededor.

– "Esto… ¿De verdad está pasando?"

Sin embargo, esta sensación desapareció abruptamente cuando (por accidente) Bridgette oprimió un botón en el mango del paraguas provocando que este se cerrara en su cabeza (para gran vergüenza de la chica de coletas).

Al ver esta escena, los ojos de Félix se abrieron como dos platos y a continuación, aunque trató de contenerse, hizo algo que no hacía en mucho tiempo… Se rio.

¡Jajajajaja….!

Con algo de timidez la chica abrió unos centímetros el paraguas y se asomo sintiendo un poco de molestia al ver al modelo riéndose de ella pero dicha molestia desapareció instantáneamente al ver al muchacho, por primera vez, tan feliz y sonriendo y al poco tiempo ella comenzó a reírse también…

Jaja… (Se aclara la garganta) Bueno…– dijo Félix sonriendo – Nos vemos mañana.

Eh, si. ¡Hasta mañana!

Una vez que el Agreste se subió al auto que lo esperaba y este se fue, una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Bridgette al mismo tiempo que el mechón sobre su flequillo tomaba la forma de un corazón.

– Desde ese momento... – dijo Bridgette con una sonrisa. – Me di cuenta que aunque Félix es un chico un poco snob, frío, odioso, grosero, amargado, serio, antisocial…

– ¡Ya entendí! – refunfuño Chat con una venita sobresaliendo de su cabello. – ¡Es un idiota! ¡Lo que recién dije!

– Pero… también es alguien amable (a su modo), justo, sensible, honesto y con un corazón muy noble. Félix es mucho más que un modelo o niño rico, es un gran chico con un buen corazón y por eso es que me gusta tanto.

Un tierno rubor cubrió las mejillas de Bridgette, pero Chat, que no había sido del todo impresionado con las palabras dichas por su anfitriona, adoptó un poco del cinismo que lo caracterizaba tanto en su forma civil y dijo lo siguiente:

– Entonces me estás diciendo, en pocas palabras, que te enamoraste de Félix Agreste y sacaste todas esas conclusiones acerca de su persona idealizandolo ¿Solo porque te presto un paraguas?

– Ya te lo dije, antes de que ocurriera lo del paraguas yo y los otros ya habíamos notado que Félix tenía algunas de las virtudes que te mencioné. Y si, se que quizás suene un poco tonto pero es así. – dijo Bridgette, luchando contra la incomodidad que le causó el tono de Chat. – Desde aquella tarde en la que Félix me prestó su paraguas no pude parar de pensar en él. Comencé a sentir admiración por todo lo que él hacía: su talento en esgrima y los deportes, la facilidad con la que se desenvolvia en todas las materias (en especial matemáticas), la forma en que devoraba un libro tras otro…Incluso me digne a admitir que era bastante guapo (cosa que antes me obstinaba en negar hasta el cansancio).

Bridgette suspiro y entonces agregó…

– Mira, sé que no es perfecto pero tampoco es una mala persona. – dijo la franco-china. – Yo… simplemente no puedo evitar que mi corazón se acelere cada vez que estoy junto a él. Además el amor se trata de eso ¿No? Amar a las personas tal y como son... con sus defectos y virtudes.

– Supongo… – fue la respuesta vaga que dió el héroe.

– ¿O acaso tú dejarías de quererla si descubrieras que ella no es tan perfecta cómo piensas?

La taza que Chat Noir sostenía se detuvo cuando estuvo a punto de tocar sus labios y al mirar a Bridgette se dió cuenta que está lo observaba con mucha seriedad…

– Hipotéticamente hablando… si descubrieras que Ladybug, cuando no usa su traje, es una chica común y corriente más del montón. Algo despistada y un poco patosa… ¿Dejarías de quererla? ¿Dejarías de amarla si supieras que ella no es tan increíble como parece cuando no usa su máscara?

Luego de unos segundos procesando la pregunta, y otros más pensando en lo que Bridgette le acababa de decir, la respuesta del superhéroe fue definitiva:

– ¡Claro que no! – Bramó Chat Noir poniéndose en pie mirando furioso a la chica. – ¡Yo amo a mi lady! ¡La amo de verdad! ¡Y la seguiría queriendo incluso si, hipotéticamente, fuera una chica común como tú!

– Chat… – susurró Bridgette sonrojándose.

– Ladybug es la chica con el corazón más puro y hermoso de todo París y eso es lo que me enamoró de ella. – dijo Chat ya en un tono más calmado. – yo... La amo por todo lo que ella es. No por una simple máscara...

– Entonces tú mejor que nadie debes entender mis sentimientos... – le interrumpió Bridgette con una sonrisa decidida. – Porque al igual que tú Chat, yo no amo a Félix por ser un modelo famoso o un chico guapo. Lo amo por ser simplemente él: Félix. Solo Félix.

Aquello dejó boquiabierto al adolescente rubio. Siempre había pensado en Bridgette como una simple chiquilla infantil, irritante, molesta, un poco loca, y con inclinaciones muy peligrosas al acoso.

Pero ahora, la veía bajo una luz totalmente distinta…

No como una niña cabeza hueca, sino como una chica inocente (mejor dicho ingenua) que emanaba cariño y dulzura; y que buscaba transmitir parte de ese cariño a él. Fragmentos de ella invitándolo a alguna cita o ayudando a los demás vinieron a su cabeza y se dió cuenta que siempre había sido así…

Un tenue ardor de vergüenza cubrió sus mejillas enmascaradas al pensar en todas las veces que usó su poder de mala suerte contra ella y tomó asiento de nuevo tomando su taza medio vacía con un nuevo sentimiento de culpabilidad apretando su corazón…

– Pero… mi sexto sentido felino me indica que ese chico no debe ser muy amable contigo. Estoy en lo correcto ¿Cierto?

– Bueno… eeeehhh….

– ¿Lo has invitado a citas? – preguntó, y el mechón de Bridgette decayó en su rostro.

– Miles de veces… – confesó la chica. – pero siempre me dice que no.

– Y supongo que también te evade ¿Cierto? – Una aura negra cubrió a Bridgette que, deprimida, asintió.

Chat dió un suspiro. – Mira… no conozco al tal Félix así que probablemente lo que diga no sirva de mucho pero… en base a lo que me has dicho puedo suponer que tu amor platónico es una persona tranquila a la que no le gusta ni interactuar mucho con los demás ni los ruidos fuertes. Casi como un gato…. – agregó con un deje de diversión. – y a los gatos no les gusta ser acariciados en exceso. Bueno a la mayoría…

Antes la expresión de confusión que tenía Bridgette, Chat volvió a suspirar y continuó hablando…

– Lo que intento decir, es que si tal vez… fueras menos… efusiva… con tus muestras de afecto, no lo interrumpieras cada vez que está en alguna de sus lecturas y respetaras su espacio personal… Félix podría llegar a considerarte una amiga. – termino de decir Chat Noir. Pero por la cara que puso Bridgette esa idea no le gustaba mucho.

– ¿Una amiga? – murmuró la joven diseñadora con cierto desánimo.

Félix comprendía perfectamente el motivo pero también hubiera sido cruel darle falsas esperanzas. Una relación de amistad de amistad era lo único que podía ofrecerle…

Pero entonces los labios de la chica se curvaron en una pequeña sonrisa, su mechón se alzó de nuevo en un resorte (como cuando estaba feliz) y el aura depresiva que la rodeaba fue reemplazada por una resplandeciente y adorable…

– ¿De verdad crees que Félix y yo podamos ser amigos? – preguntó con sus ojos azules brillando como estrellas resplandecientes.

– Ah… "¿Qué idea se le habrá pasado por la mente ahora para animarse de esa forma?" P-Por supuesto que sí… – dijo el héroe con timidez. – Bueno, hay una posibilidad si sigues mis consejos. De lo contrario supongo que todo seguirá igual…

Él quería a la Bridgette que estaba delante de él: la chica calmada, dulce, y un poco adorable, con la que estaba teniendo una conversación en esos momentos. No a la chiquilla chillona y fanática que siempre lo perseguía cada vez que llegaba a la escuela.

– "Conversando con Bridgette..." – pensó, parpadeando con cierta incredulidad. – "wow… nunca creí que eso llegaría a ocurrir algún día."

Normalmente cuando la franco-china se le acercaba se alejaba lo más rápido que sus pies se lo permitían o (en el peor de los casos) la ignoraba y se concentraba el doble en las páginas del libro de turno que leía en esos momentos…

Bridgette entonces se puso en pie, con un aspecto insoportablemente lindo (¿cuando ocurrió eso?), y sin más envolvió al héroe con sus brazos…

– ¡Gracias Chat! – dijo abrazando al enmascarado con su mejilla presionada contra la de él, quien se quedó inmóvil (con los ojos muy abiertos), aguantando la respiración para no soltar un ronroneo. – ¡Gracias en serio!

– Ah… – balbuceó con la cara ruborizada, de nuevo. (En serio ¿Cuantos sonrojos podía provocarle esa chica en una noche? ¡Esto era inaudito!)

Buscando una excusa para salir de esa incómoda situación (para él) dijo lo primero que se le ocurrió al mirar el celular de Bridgette en medio del escritorio…

– Brid- ¡Señorita! ¿Puede decirme la hora? Miau… es que, ya hace mucho que estoy en su habitación y siento curiosidad por saber qué hora es… – explicó cuando Bridgette se separó y lo miro un poco confundida por la repentina pregunta.

– Pues… – Bridgette tomó el celular y encendió la pantalla. – Son las… ¡OH POR DIOS! – grito de repente con su mechón enderezandose alarmado, asustando a su invitado.

– ¡¿Q-Qué sucede?! ¡¿Ocurrió algo malo?!

– Olvide hacer mi tarea de matemáticas. – dijo provocando que Chat casi se caiga de espaldas.

– ¡¿Todavía no las has hecho?! – le reprochó indignado. Esa tarea era para mañana (y la profesora había dado mucho tiempo para hacerla).

– Es que he estado muy ocupada. – dijo la chica mientras buscaba su cuaderno entre la pila de cosas en el escritorio (junto con un lápiz y un borrador). – Iba a hacerla en la tarde pero… surgió algo, y la tuve que posponer hasta ahora. ¡Lo encontré! – exclamó sosteniendo un cuaderno anillado color rojo con flores amarillas que luego abrió: – Voy a estar un poco ocupada con esto. Mientras tanto ¿Por qué no vas a descansar un poco en el diván? Puedes quedarte ahí todo lo que quieras hasta que pare de llover.

Un par de venitas rojas aparecieron en la cabeza de Chat Noir, que miraba molesto a la chica, y quiso gritarle que no debía ser tan confiada con los extraños (en especial los que tenían poderes) aunque estos fueran superhéroes. Pero al ver a Bridgette casi durmiendose mientras miraba el cuaderno abierto (posiblemente intentando resolver los problemas) la sombra de una idea relacionada con ayudarla apareció en su mente….

Pero de inmediato la rechazó.

Ella debía hacer su tarea sola o de lo contrario no aprendería nada.

Se arrojó en el diván y cerró los ojos. Sin embargo, pasado cinco minutos aproximadamente, el repentino silencio en la habitación comenzó a incomodarlo y tras darle un segundo vistazo a su anfitriona que no parecía estar avanzando mucho en su tarea decidió que darle una pequeña ayuda no le haría daño….

Apoyando la cara en el dorso de la mano, Bridgette hacía uso de todas sus fuerzas para concentrarse en la serie de ejercicios frente a ella que no entendía y evitar que sus ojos se cerraran. Pero apenas enfocaba la vista en el papel, su mente quedaba en la nada y su cabeza se iba abajo al igual que sus párpados y el lápiz que intentaba sostener.

Un delgado hilo de baba ya resbalaba de sus labios cuando de repente alguien se sentó a su lado; provocando que despierte de golpe…

– ¿Qué es lo que no entiendes?

– ¿Chat? – musitó Bridgette restregandose un ojo.

– Aunque no lo parezca este gatito es muy bueno con los números. – afirmó con una sonrisa confiada. – Dime que es lo que no entiendes y te ayudaré.

– Hmmm…. Pues… – Bridgette miró su cuaderno. – Creo que todo… – respondió provocando que una gotita bajará tras la cabeza de Chat

– "Esta será una noche muy larga…" – pensó Félix.

Durante las siguientes horas, Chat se encargó de asesorar a su compañera de clases en las cosas que no comprendía (osea todo) y a mantenerla despierta para que escribiera (porque él no pensaba hacerle su tarea). Y a las 6:00 a.m, momento en que la lluvia por fin se había apaciguado para dejarlo salir a las calles sin peligro de sufrir otro accidente, una figura estilizada y vestida de negro aterrizó en el tejado de la mansión Agreste y sigilosamente se deslizó por una de las paredes para entrar a través de una ventana abierta al interior de una enorme habitación de dos niveles conectados por una larga escalera de barandilla negra con escalones transparentes. La parte baja poseía una enorme cama cuadrada de dos piezas con sábanas y almohadas blancas, un largo sofá gris oscuro, un gran televisor de plasma que ocupaba casi una pared completa, una pequeña cancha de baloncesto, entre otras cosas suficientes para hacer feliz a cualquier adolescente. Y en la parte superior tenía una extensa biblioteca repleta de libros de todo tipo (con algunos mangas y videojuegos camuflados).

– Plagg destransformacion.

Al instante el traje de vinilo, la máscara y las orejas de gato desaparecieron para dar lugar a una camisa de seda gris con chaleco, corbata y pantalones negros a juego…

– ¡Por fin! – lloriqueo Plagg de forma lastimera hacia una de las almohadas de la cama. – Creí que nunca saldría de allí… (tose) oh, creo que este es mi último día en…

– Cállate y come. – le interrumpió Félix dejando un plato con queso Camembert en la mesita junto a su cama.

– ¡Mi amor! – gritó Plagg lanzándose sobre el queso oloroso. Félix hizo una mueca al verlo devorar su comida.

– Intenta no dejar migajas… – le dijo al kwami tras ver los pequeños trocitos de queso que volaban fuera del plato en distintas direcciones. – (suspiro) Estoy agotado…

– Claro. – dijo Plagg, parando de comer y mirando a su portador de forma traviesa. – Debe ser agotador estar hasta muy tarde en la noche en la habitación de una linda chica mientras comes tus dulces favoritos y escuchas lo mucho que te aman con todo y tus defectos.

– Plagg…

– Debes estar muy cansado. Especialmente después de ayudar a la linda damisela con su tarea y luego llevarla en brazos hasta la cama como todo un príncipe azul…

– ¡Cállate, gato estupido! Solo me comporte como se esperaba que lo hiciera Chat Noir. Además hubiera sido un acto de negligencia dejarla subir las escaleras medio dormida porque con lo torpe que es se podía tropezar y romper el cuello. – dijo Félix casi gritando.

Pero Plagg no se inmutó, y tras lanzar un trozo de queso a su boca mientras reposaba acostado en el plato respondió con cierta coquetería:

– Vamos, no te avergüences. Esas son el tipo de cosas que los novios hacen por sus novias.

– ¡Ella no es mi novia! – gritó Félix y la sonrisa traviesa del pequeño Kwami negro creció.

– Pero eso no fue lo que sugeriste cuando la arropaste y luego le susurraste dulcemente "Buenas noches, princesa"

– ¿C-Co-Como… lo…? – balbuceó el joven modelo con la cara tan roja como un tomate maduro.

– ¿Que cómo lo sé? Te oí decirlo. Los kwamis no podemos ver pero sí podemos escuchar lo que sucede en el exterior cuando estamos dentro de los miraculous… – explicó Plagg divertido.

La mano de Félix se cerró en un puño y por unos segundos estuvo tentado de ir al armario donde el kwami ocultaba sus quesos y tirarlos todos por la ventana para borrar esa molesta sonrisa socarrona que tenía en sus labios. Pero tras pensarlo mejor, decidió que aquello sería un poco cruel y en su lugar sólo retiró bruscamente el plato (arrojando al Plagg el suelo en el proceso) y tiró los restos de Camembert a la basura para horror del pequeño ser…

– Me voy a duchar… – anuncio para luego dirigirse al baño ignorándolo lloriqueos de Plagg y sus lamentos.

Tres días después, el salón entero quedó en shock (Chloe incluso se desmayó) y Bridgette extasiada cuando Félix Agreste por fin aceptó ir al cine con ella un sábado luego de una sesión de fotos.

FIN


¡Y por fin! ¡Al fin! ¡Publique esta historia completa! ¡Me siento realizada! XD (Una menos, quedan 24 fanfics [de distintos fandoms] que espero algún día completar y publicar si la inspiración y mi propia pereza lo permiten)

Ahora una larga explicación de cosas que inspiraron este fic que ya se que no es una gran cosa pero para mí sí lo es porque era una de las razones por la que estaba tan desesperada por salvar la información de mi computadora cuando está falleció inesperadamente (lo único que sobrevivió fue el motor y el disco duro) entre otros detalles...

Como había dicho en el capítulo anterior la inspiración para este fic vino del capítulo "lluvia" del fanfic "Miraculous Ladybug: Esperanza en París" de Sonrais777 (si por alguna inexplicable razón no la conocen vayan a su perfil ya. Ella es todo lo que podemos pedir de cualquier escritor de fanfics en cualquier fandom) pero otra inspiración para este fic fue la razón por la que Thomas Astruc desecho al personaje de Félix.

Si son súper fans de Miraculous sabrán que cuando estaban haciendo la serie, Félix estuvo planeado como el crush inicial de Marinette, pero después de hacer unas cuantas historias Thomas decidió desecharlo no solo por considerarlo un cliché de anime sino también porque no lo consideraba un personaje muy agradable al punto de preguntarse "¿Por qué Marinette está enamorada de este tipo?" (Y así nació Adrien. Un personaje agradable con el que si era entendible el porqué Marinette estaba enamorada de él)

Y de esa pregunta fue que nació esta historia. Quería hacer una historia que más o menos explicara el enamoramiento de Bridgette y además mostrar que Félix tiene un lado bueno. En parte porque yo en la vida real también soy odiosa y en parte porque no quería que Bridgette y Félix fueran versiones francesas de Kotoko y Naoki de Itazura na Kiss (si ven el anime o lo conocen entenderán mejor lo que digo).

Ahora… Datos que quizás sean de su interés:

Este fic lo escribí apegandome lo más posible al PV y a la información que tenemos de la serie antes de que se convirtiera en la serie que todos conocemos y amamos (y que algunos odian)...

1) El anillo de Chat Noir: si ven el PV se darán cuenta que el anillo de Félix y el de Adrien en la serie es muy diferente. Así que para esta historia se me ocurrió que el color de la joya cambie para indicar distintas cosas. Que sea de color púrpura brillante cuando esté cargada y roja cuando ya esté sin energía.

2) El bolso de Ladybug: en el PV es muy difícil de notar pero según leí en la Wikia una vez, lo que vagamente se ve colgar de la cintura de la Ladybug del tráiler versión anime no era su yoyo sino un bolso. La única explicación que le puedo dar es que de ahí Ladybug podría guardar y obtener sus armas cada vez que las necesite.

3) La habitación de Bridgette: en la serie el color firma de Marinette es el rosado. En este fanfic (y en próximos quizás) decidí que fuera el rosado y el púrpura porque si ven con cuidado el PV se podrán dar cuenta que este último color esta muy presente en la habitación de Bridgette.

4) El traje de Félix: según la Wikia el traje de Chat Noir no está hecho de cuero pero sí de un material parecido. Y como en el PV me parece que el traje de Félix es un poco brillante decidí que estuviera hecho de vinilo como un homenaje al traje de la Gatubela favorita mía y de muchos (la interpretada por Michelle Pfeiffer en Batman Regresa)

5) El vestido de Bridgette: el vestido que admira Félix cuando Bridgette se va es el "vestido de papel" que Marinette dibujo en el webisodio "inspiración"

6) La maldición de Félix: a diferencia de Adrien, en la versión original que se tenía de la historia, Félix no sé podía quitar el anillo a menos que recibiera un beso de Ladybug. Y mientras usará el anillo Félix estaba maldecido con mala suerte.

7) La mala suerte de Félix: Félix aparentemente tenía un poco de control sobre este "poder" incluso sin estar transformado ya que en un arte conceptual se lo puede ver tocando un árbol (con su mano cubierta de un aura oscura) para provocar que una manzana caiga sobre la cabeza de Marinette / Bridgette.