Harry Potter, pertenece a J.K. Rowling.

Solo nos pertenecen los OC.

Este Fic, está creado (una vez más), con base en el reto de FxRobalino, del capítulo 7 de "Harry Potter y El Retorno del Rey"

Harry debe ser mujer.

Harry mujer, debe gustar de las mujeres.

Harry mujer, debe tener un harem de mínimo siete mujeres, la única obligada es Hermione.

Harry mujer, debe ser alguna criatura mágica como las Veelas (a elección del autor)

La historia debe comenzar en tercero, cuarto o entre esos dos años.

Harry mujer, debe tener una relación incestuosa (relación con su madre o hermana)

Harriet Potter y La Espada Maldita.

Capítulo 2: La aprendiz.

Harriet, por primera vez en su vida, era feliz.

Vivía rodeada de lujos, podía comer tanto como quisiera, decir lo que pensaba, hablar con las personas que la rodeaban, llevaba ropas de su talla, tenía joyas.

Ella era feliz.

Ella no era tonta, sabía que sobrevivió aquel día, gracias a esa rara Katana, con la cual se cortó, luego de que su tío le abandonara, en aquella casa destrozada.

Aun no entendía, como pudo ser posible, que sobreviviera, gracias a aquella Katana, pero sabía, estaba segura, de que... en un momento, estaba casi muerta, estaba entre el desmayo y la supervivencia, y al minuto siguiente, estaba golpeándose, contra el duro sueño de madera de una cabaña, sintió como algo le infringía un corte, en el hombro y eso no solo la despertó, sino que le fortaleció, de una forma que ella misma no acababa de entender.

Salió de aquella casa, y vagó por el bosque.

De no haber sido por la mujer que le había encontrado y auxiliado, entonces no tendría y no sería nada.

Lo primero, fue irse a una casa, asearse, vestirse con otras ropas, de su talla, que la mujer sacó de la nada.

―No es mi nombre real, princesa. Pero puedes llamarme Armelle Lupin. ―Dijo la mujer, con una sonrisa.

La puso en forma, la alimentó, y le dio un hogar.

Más pronto que tarde, quizás solo dos semanas después, la mujer le enseñaría a meditar, a controlar su pulso, a ser sigilosa.

Y al ganarse su confianza, (cosa que le costó su buen tiempo en lograr), Harriet se enteraría de que los lujos de la mujer, eran gracias a sus robos o "golpes", como ella les decía.

Armelle convirtió a Harriet, en su aprendiz.

Le entrenó físicamente.

Aprendió a trotar, fortaleció sus piernas.

(Para escapar)

Aprendió a lanzar puños, correctamente. Pues, si lanzas un puño, con los cuatro dedos, envolviendo el pulgar, acabarás por romperte los dedos.

―Necesitas que tu mano, muñeca debe de estar recta, en paralelo con tu antebrazo, o acabarás por rompértela. ―La aleccionó Armelle. ―Tener la mano dominante, junto al mentón, y la no dominante arriba, firme y adelantada... pero no golpearás con esa mano, sino que, con ella, te defenderás. Flexiona las rodillas, para poder estabilizarte, y crear potencia.

―Entiendo, maestra ―dijo la niña.

―Vestir de forma cómoda, pero también que te permita una infiltración. Y no: los ninjas, no iban vestidos de negro, ¿sabes porque visto de azul oscuro? ―preguntó Armelle.

―No, maestra.

Armelle enseñó una sonrisa. ―En la oscuridad, el negro resalta, pero no el azul oscuro, aunque claro, ¿Qué mejores ropas para un espía, que ropas de calle? ―Harriet asintió, ante aquellas palabras, parecía casi obvio. ―Si deseas robar ropas, necesitas llegar vestida con ropas, que no sean... llamativas, como, por ejemplo: no salir vestida, con una chaqueta o un suéter, ¿entiendes?

―Sí, señora.

―Ahora, saca esa Katana tuya, mi niña ―ordenó Armelle, sonriente.

―Sí, señora ―dijo la niña.

La sonrisa de Armelle, aumentó, cuando vio como el brazo derecho de la niña, era manchado, por un líquido negro y rojo, que pronto se endureció, y luego mutó, con una forma alargada de una espada o cuchilla. Armelle, sacó una navaja de medialuna, y comenzó a lanzar apuñalamientos o lanzar cortes verticales u horizontales.

Le enseñó a protegerse, gracias a su espada, como mover su cuerpo, su pierna dominante y su torso, para que el ataque tuviera un mayor poder, detrás del mismo.

Le enseñó a vigilar los posibles lugares, a los cuales quería robar.

Le enseñó a ser paciente.

Le enseñó a cómo hablar con cortesía, a cómo ponerse de pie correctamente. Le enseñó y refinó sus modales.

Le enseñó a manipular a otros. A convencer a las personas, de hacer cosas por y para ella. Le enseñó, a usar su belleza y una (quizás falsa o quizás real) inocencia, para que las personas, le entregaran cosas por propia voluntad: alimentos, ropas, algunos collares o aretes o incluso maquillaje.

Aprendió sobre su nuevo ser.

La espada, era un arma normal.

Pero los objetos, pueden acarrear los sentimientos de sus dueños.

Y aquella espada, era un arma sumamente sangrienta.

Un arma bañada de sangre, un arma que había pasado de las manos de un guerrero, a otro.

Harriet, desconocía, no solo que la espada estaba maldita.

También desconocía, que ella era mucho más que solo una bruja, incluso si actualmente, ella desconocía que lo era.

O el símbolo que su nombre representaba, para toda una comunidad, a la cual aún era ajena.

Desconocía, el secreto en la sangre de Alison Corvin, su abuela.

Quizás también Alison lo desconociera.

¿Lo pudo haber conocido Lily?

No

Mucho menos, llegarían a conocer algo, cualquier cosa, Petunia o Dudley.

El destino, decidió que fuera para Harriet y solo para ella.

Solo Harriet Berenice Potter Evans Deneuve Corvin.

La sangre del primer inmortal, del padre fundador: Alexander Corvinus, corría por las venas de una niña, quien trataba de sobrevivir, en un mundo el cual ella pensaba, que no la quería.