Paranoia:
Primera parte
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—¿Sigues investigando sobre nosotros?
Lincoln asintió. Esta vez había intentado buscar "Baba negra alienígena" en Google a ver si esa vez tenía suerte. Pero nada. Se resignó, después de cerrar la pestaña de Google y la de YouTube que hace poco estaba reproduciendo un vídeo grabado en baja calidad de Spider-Man peleando contra Shocker, tomó su mochila y salió de la casa sin antes decirle a Luna que caminaría y no era necesario esperarlo, y caminó a la escuela. Ese día llevaba una sudadera del mismo color de su camisa, viendo que el día parecia nublado y más sombrio de lo normal, parecía que podría llover. Miró a ambos lados en busca de alguien, al notar que no había nadie, sacó su celular lo colocó en su oído fingiendo una llamada.
—No quieres contarme absolutamente nada de tí, ni de donde provienes, quiero decir, ¿Hace cuánto que estás en mí cuerpo? ¿Cinco días? Vamos, al menos cuéntame de donde provienes.
—Es irrelevante. Solo estoy en tu cuerpo para alimentarme en mi estado de debilidad, y luego, adiós. No merece la pena contarte de dónde provenimos.
—¿Podrías al menos fingir que quieres iniciar una amistad?
—No. No es algo necesario.
Lincoln suspiró dandose a la idea de que sería duro llevar dentro de él un alienígena que ni siquiera intentaba llevarse bien con él. Miró al cielo para fijarse qué tan nublado estaba el cielo y se dio cuenta que parecía que llovería en cualquier momento, pero esperó que no lo hiciera antes de llegar.
—Viejo, rechacé ir en la vanzilla solo para poder conversar contigo y llevarme bien, ¿Te mataría hablar por más de treinta segundos conmigo?
—No. Pero tampoco me mataría no hablar contigo.
Lincoln levantó una ceja, molesto por la actitud de el alien.
—Mira, eh... como te llames, te estoy dejando entrar en mi cuerpo para hacer lo que sea que quieras, lo único que pido es algo de respeto mutuo, ¿Podrías...?
—Espera —El alien salió del cuerpo de Lincoln en forma de una cabeza y miró a su alrededor. —. Estoy sintiendo... es extraño. Hace tiempo que no sentía algo como esto...
—¿Qué, que tienes? Y ya entra o alguien te podría ver... —Lincoln miró a ambos lados, viendo que no había nadie, pero... ¿Realmente era así? Sintió la misma sensación que sentía ese alien, y nada más tener ese pensamiento se sorprendió mientras se preguntaba como es que sabía qué clase de sensación estaba sintiendo su acompañante. —. Tú... ¿Estás viendo algo?
—Estoy sintiendo algo —Corrigió, dirigiendo su mirada por detrás de Lincoln, luego a su derecha, después izquierda, y finalmente volviendo a ver a Lincoln, gruñendo en voz baja. —. Estás sintiendo lo mismo, ¿No es así?
—Eso creo —Respondió, apartando incomodamente la mirada para no tener que ver a esa cosa a los ojos. —, y ya métete, o van a agarrarnos los hombres de negro.
—Bien —Dijo volviendo a dónde estaba antes, al cuerpo de Lincoln. —. Pero ve alerta, yo también estaré vigilando.
—¿Por qué? ¿Qué es lo que sucede? —Preguntó, acelerando el paso y a la vez mirando a varias direcciones, intentado ser lo más discreto posible para que lo que sea que esté cerca de él no note que se dió cuenta. —. Me estoy poniendo nervioso, ¿Vas a explicarme ya lo que es o seguirás haciéndote el misterioso?
—La sensación desapareció. Estaremos bien, por el momento —Respondió, después de unos segundos de espera que a Lincoln se le hicieron eternos. —. No obstante, no puedo decirte con exactitud qué era esa sensación, así que no sé exactamente qué fue eso, así que ve con cuidado e intenta estar alerta ante cualquier cosa inusual.
—Inusual como... ¿Tú?
—Llevo ya pocos días contigo, a este punto yo debería dejar de inu... Oh. Era sarcasmo, ya lo capté.
Lincoln siguió caminando hacia la escuela, le hubiera gustado al menos encontrarse con Clyde para charlar un poco, pero no, tenía que quedarse viendo esos vídeos nuevos de Spider-Man, lo único que agradecía del hecho de que los Sinister Six escaparan es que al menos tenía más material del arácnido para ver, y ese nuevo fondo de pantalla del arácnido dándole una buena patada en la cara a Electro se veía mucho mejor que la de Spider-Man golpeando a Vulture en la cara, o Spider-Man enredando a Rinoh, o Spider-Man...
—Si hay algo que no podemos entender, es qué le ves a ese arácnido —Dijo mientras a Lincoln le quedaba poco para llegar. —. Entrando en el punto de vista de un estadounidense, el Capitán América sería objetivamente un mejor modelo de admiración para un niño viendo todo lo que representa para un país, pero como dijimos, es un punto de vista que va más a lo nacionalista.
—Y claro que me gusta el Capi —Reafirmó con el orgullo que tenía un niño de casi catorce años al hablar de los superhéroes que a él le gustaban. —, pero Spider-Man tiene algo que... no sé, no puedo explicarlo, es chistoso, es más un héroe de vecindario, y su traje es completamente genial...
—"Ridículo" sería un mejor ejemplo al momento de referirse a ese traje.
—Como sea... y no hables ahora, acabamos de llegar y no quiero que me vean como... ya sabes, un loco.
Lincoln entró en la escuela, al mismo tiempo que se estremeció al escuchar un rayo. Un golpe de suerte pensó el, se había puesto a llover justo cuando entró en la escuela. Caminando por el pasillo se sintió incómodo al ver que todos habían entrado y que el era el único ahí, parecía como una película de terror, y el tranquilamente podría lucir como un extra que sería una víctima más del monstruo del filme de clase B. Tragó saliva, algo más nervioso, dándose cuenta que esa sensación de antes había regresado... y así como vino, de fue rápidamente. Sacudió la cabeza, pensando que realmente se había vuelto loco, caminó hacia su salón y finalmente abrió la puerta, y todos voltearon a verlo, incluyendo su maestra.
—Lincoln Loud —Dijo la maestra Johnson, con un tono que reflejaba una clara molestia por interrumpir la clase. —. Es la primera vez que llegas tarde, puedo dejarlo pasar esta vez, pero que no vuelva a suceder, ¿Entendido?
—Sí, señorita Johnson. —Respondió a la vez que asentía, y comenzó a caminar a su silla algo aliviado por la clara amabilidad de su maestra, también ignorando el hecho de que Chandler lo miró y pareció burlarse de él.
—Deberíamos asesinar a ese idiota, sería una molestia menos. —Dijo de la nada, y si bien Lincoln no podía verlo, el sabía que estaba sonriendo al decir eso, pero decidió ignorarlo también.
Se sentó al lado de Clyde, al cuál saludó con un choque de puños y comenzó a prestar atención a la clase.
—Ptss, Lincoln —Lo llamó Clyde en un susurro. —, ¿Ya viste el vídeo filtrado de Spider-Man peleando contra los Sinister Six?
—¿Qué si lo ví? Viejo, nada más me enteré de que escaparon estuve toda la noche viendo esa pelea.
—Y creo que eso explica tus ojeras —Mencionó Rusty, uniéndose a la conversación.
—¿En serio? Oye, Stella —Dijo mientras se volteaba para verla. —, ¿Me pasas tu espejo?
—¿Por qué estás implicando que realmente tengo uno?
—Por favor no me hagas decirlo.
Stella gruñó un poco, antes de pasarle un pequeño espejo de bolsillo que sacó. El albino se miró bien, realmente tenía ojeras demasiado grandes, y no parecían ser de alguien que no dormía, sino de un enfermo, o un anciano que ya llegó a cierta edad. Le devolvió el espejo a Stella, algo preocupado.
—No es nada, con algo de siesta estaré como nuevo —Dijo Lincoln, en un intento por no preocupar, y luego pensó, ¿Realmente era algo preocupante? En realidad no estaba cansado, ni sintió la más mínima pisca de sueño mientras estaba despierto toda la noche, y empezó a meditar al pensar que podía deberse al alien que tenía dentro.
«¿Tendrá el parásito algo que ver con esto?» —Pensó, algo temeroso de que la posibilidad de que realmente esa cosa fuera un parásito que lo consumía por dentro no había sido descartada aún, pero... de ser el caso, ¿Entonces por qué se sentía en tan buena condición y no estaba débil? Tal vez lo estaba pensando demasiado.
Las horas pasaban, y las clases transcurrían normales... O eso era hasta que Lincoln de la nada comenzó a temblar mientras sentía que se le ponía la piel de gallina, y empezaba empezaba a tener frío. Comenzó a mirar a varias direcciones, y finalmente a la ventana. ¿Acaso había visto...? Sacudió su cabeza, no podía ser, se supone que ese alien le había dicho que él era el único en la tierra, así que debió haber alucinado a esa masa morada del tamaño de una persona.
—También lo viste. ¿No es así?
O tal vez no alucinó.
Lincoln se apresuró a sacar su cuaderno de la mochila, dejándolo sobre la mesa, y con un lápiz comenzó a escribir.
"¿Qué era esa cosa? ¿Por qué está en el maldito patio de mi escuela?"
—No lo sé —Dijo secamente. —. Pero es más que obvio que debe estar aquí por nosotros... o por mí.
Lincoln tragó saliva, y comenzando a sudar del nerviosismo que comenzaba a sentir, volviendo a mirar por la ventana. Pero nada. Se limpió el sudor de la frente con su manga y volvió a escribir.
"¿Por tí? ¿De qué estás hablando? ¿Esto es tu culpa? Me dijiste que tú eras el único alien que vino a mi mundo en ese asteroide."
—Y eso es cierto —Afirmó. —. Vine solo a este mundo, pero no te conté que cabía la posibilidad de que habrían más Klyntars aquí. Podría ser que es mi culpa por el mero hecho de que al ser de mi misma especie sintió que yo estaba en este lugar.
Volvió a mirar por la ventana otra vez. No había nada, pero esa sensación de peligro, del hecho de que en cualquier momento pasaría algo tan malo que él ni con la fuerza que le daba el alien podría pararlo. Volvió a temblar, ignorando la clase por completo, pero siguió escribiendo.
"¿Qué va a pasar ahora? ¿Acaso me va a —Lincoln se tomó su tiempo antes de seguir escribiendo mientras un escalofrío recorría su espalda, y ese dolor de cabeza no hacía más que aumentar. — ...matar?"
—Existe la gran posibilidad de que un humano sea huésped de ese Klyntar. No conocemos sus intenciones, pero si se presenta así y no como civil entonces es claro que no viene por una charla amistosa entre huéspedes.
"¿Qué debo hacer?"
A este punto el niño ya estaba al borde de las lágrimas por la enorme acumulación de emociones que sentía. Miedo, terror, algo de ansiedad... y adrenalina. Precisamente lo que alimentaba al alien dentro suyo.
—Mantente al margen, tal vez deberías salir de la clase, dile a la maestra que no te sientes bien, y veremos qué podemos hacer.
—¡Maestra! —Dijo Lincoln en voz alta, levantando la mano, sobresaltando a Clyde y un poco a Rusty. —. No me estoy sintiendo muy bien, ¿Puedo ir a la enfermería?
—Hmm, no lo sé... —Dijo con algo de duda. —. La clase acaba de empezar y tú te veías bien cuando... —Su tono de voz comenzó a sentirse apagado cuando su alumno comenzó a hacer ojos de perrito solitario, y terminó cediendo mientras se preguntaba cómo es que eso había funcionado en ella. —. Oh, bien, puedes ir.
Lincoln se levantó rápidamente y con una mano al estómago y una cara que parece tener náuseas para disimular, salió del salón de clases. Rápidamente tomó su postura de siempre para caminar correctamente y se detuvo en la puerta del baño para niños.
—Bien, ya le mentí a la maestra, ¿Qué se supone que haga ahora?
—Déjame pensar... bien, lo tengo —Dijo decidido. —. Sal de la escuela...
—¿Estás loco? —Interrumpió, aún nervioso. —. ¿Qué pasa si me atrapan y me castigan? ¿Qué pasa si lo que sea que esté ahí me...? Ya sabes, eso.
"Matar". Esa palabra ponía a Lincoln con la piel de gallina, y aún más con el mero hecho de que podría pasarle algo como esl a él en esta ocasión.
—No pasará nada —Dijo con total seguridad. —. ¿Acaso no te das cuenta? La sensación desapareció.
Ahora que se daba cuenta, las jaquecas habían desaparecido. Considerándolo un poco, comenzó a caminar a paso lento e inseguro hacia la salida.
—¿Crees que podamos usar estos dolores de cabeza como...?
—¿Un radar? —Interrumpió, sonriendo internamente. —. Eres más inteligente de lo que creí. Funcionará, pero al momento de que esté frente a nosotros...
—¡¿No tienes un maldito plan para deshacerte de esa cosa?! ¿Qué hay de nuestra superfueza? Tal vez...
—No funcionará —Interrumpió nuevamente. —Con lo débil que estoy, aunque usara toda mi fuerza no se compararía a lo que ese otro Klyntar podría hacer considerando de que está en plena forma. No obstante —Agregó, con un tono que Lincoln interpretó como uno engreído. —, tengo un plan.
—¿Estás... seguro?
—De no estarlo no tomaría el riesgo de enfrentarlo cara a cara, después de todo, si tú mueres, yo muero también... duh —Dijo eso último pensando que se había equivocado, Lincoln no era tan listo como creía. —. Ahora comienza a salir, si se acerca, lo sabrás.
Lincoln acató la orden, aún inseguro de si esto realmente funcionaría, pero... ¿Tenía otra opción? Había un monstruo en los alrededores de la escuela haciendo que gente inocente peligre, incluyendo a...
—Mis hermanas... y también Clyde... —Murmuró Lincoln en voz baja. —. Esa cosa... ¡No quiero que ellos salgam lastimados por culpa mía, no quiero...! —Dijo en voz alta, sin saber ni importarle si eso podría ser escuchado desde los salones.
—¡Y no va a pasar, solo cierra el pico y obedece! —Gritó el alien con un tono autoritario mezclado con algo de ira, haciendo que Lincoln se petrifique del susto por un momento antes de tragar saliva y seguir a la salida.
Al abrir la puerta vio que aún seguía lloviendo un poco, así que subió su capucha, con suerte algún conocido que pase por ahí de pura casualidad no lo reconocería... pero claro, se resignó al ver que la sudadera era una de color anaranjado, ¿Por qué sus abrigos eran del mismo color que su camisa en primer lugar? Ni él lo sabía, y tampoco es como si en ese momento importara.
—Bien... no siento que esté cerca... ¿Cual es el plan?
—Sal de la escuela y ve a un supermercado o un lugar donde vendan algún aerosol.
«Rayos» —Pensó, pero sin desobedecer. —«, si me voy por mucho tiempo se darán cuenta que me salí.»
Tembló de frío un poco al sentir la lluvia, empapando toda su ropa, definitivamente cuando vuelva se darían cuenta que salió al verlo así de mojado. Tragó saliva nuevamente, mirando a los alrededores, no sentía que esa cosa siguiera cerca, pero aún así...
—No entiendo. ¿Por qué no viene de frente?
—Solo está haciendo observación... como cazador con su presa.
—¿Cazador y...? Espera, ¿Y si solo quiere hablar? Digo... por eso mantuvo distancia, y...
—No digas estupideces —Su tono reflejaba molestia. —. Si quisiera hablar, entonces habría venido sin estando con el Klyntar expuesto, su sola presencia ya sería suficiente para alertar de que estaba cerca.
Lincoln decidió no volver a hablarle por el momento. Caminó por las calles, algo nervioso al ver que no había mucha gente, de hecho en cada calle a lo mucho veía a dos o tres con paraguas, el resto debería estar en su casa resguardandose de la lluvia, en el trabajo, o en la escuela... pero el estaba ahí, expuesto a algo que ni siquiera sabía que era exactamente, algo que podría hacerle daño, que podría matarlo. Y todo porque había aceptado darle alojo a un alienígena en su cuerpo que ni siquiera sabía si podía confiar en... Lincoln sacudió su cabeza, ahora que lo pensaba, ¿Por qué le dijo que sí en primer lugar? ¿Era alguna clase de idiota? Nada aseguraba que no se comería sus órganos desde dentro, ¿Qué pasaba si esa cosa en realidad era una especie de aliado y solo quería ayudarlo a sacarse esa cosa por si quería matarlo? ¿O realmente quería hacerle daño? ¿Qué debía hacer? ¿O qué debía pensar en primer lugar? Sostuvo su cabeza como si estuviera sintiendo dolores... y de hecho era así. La sensación de peligro había vuelto... y nuevamente, como si fuera por arte de magia, volvió a irse.
—No es necesario que mires a cualquier dirección —Dijo, su voz no mostraba preocupación alguna, pero se notaba que esta vez estaba alerta por lo que podría pasar. —, yo ya puedo mirar por tí, solo sigue caminando, no te muestres con miedo, si te ve así solo vendrá de frente a atacar, actúa normal, como si fueras de compras... que de hecho si lo harás.
—Bien... —Dijo temblorosamente, apretando sus puños lo más que podía para no ponerse a llorar en ese lugar. —. Bien... lo haré...
Siguió caminando por la acera, esforzándose por no voltear ni comenzar a correr del miedo. Si no estaba mal, el minimarket debía estar a dos calles, el problema era si podría llegar ahí sin encontrarse con esa cosa.
—Entonces... ¿Cómo nos vamos a librar de esa cosa?
—Le vamos a prender fuego. —Dijo casi al instante.
—¿Qué? —Preguntó, casi riendo por los nervios, esperando que sea una broma.
—Estaba teniendo dudas sobre si contarte una de las debilidades de los Klyntar, pero viendo que no estoy en condición de enfrentarlo, y no parece querer razonar, no tengo otra opción
—Y una de esas debilidades es...
El alien suspiró como si estuviera cansado de hablar con Lincoln.
—El fuego. ¿Acaso no pudiste intuirlo cuando dije que lo íbamos a quemar?
—Oh. —Eso fue lo único que pudo salir de su boca en ese momento.
Para cuando se dio cuenta, ya estaba frente al minimarket, entró empujando la puerta, y miró al rededor mientras se quitaba la capucha. El lugar estaba bastante limpio, como si hubieran pasado la escoba recientemente, había una luz muy blanca le molestaba la vista a Lincoln. A su izquierda, había una adolescente con cara de aburrimiento, de cabello negro que le llegaba los hombros, en la parte izquierda de su pecho había un gafete con el nombre "Betty Brant", la cual miró a Lincoln por un segundo al entrar para después volver a su teléfono. El albino se acercó nerviosamente a ella.
—Disculpe... ¿Sabe dónde están los desodorantes?
—Segundo pasillo —Dijo mientras lo señalaba. —, ¿No eres muy joven para tener mal olor en las axilas? —Preguntó sin dejar de mirar la pantalla de su teléfono.
—¿Y tú no deberías estar en la escuela? —Preguntó algo desafiante, en parte por los nervios que no se habían ido aún.
—Tú también deberías, pero touché. —Respondió seguido de una pequeña risa.
Lincoln decidió dejar la pequeña "conversación" ahí y caminar al pasillo donde estaban los desodorantes. Al encontrarlos vio una gran variedad de estos, incluso de... ¿Diferentes fragancias? ¿Realmente tendría que usar esas cosas cuando entre en la pubertad? Incluso pareció escuchar ligeramente un grito de niña que soltaba su padre cada que los usaba, así que si eso era ser adulto, mejor era quedarse como un preadolescente de trece.
—Entonces... ¿Cuál de todos tengo que tomar?
—Son la misma mierda que evita que las mujeres se alejen de tí por considerarte un mugriento, solo toma el más barato, servirá igual.
—Pues ya qué —Dijo tomando uno pequeño de color blanco para después dirigirse a la caja donde estaba la chica de antes. —. ¿Cuánto cuesta... —Se fijó en el gafete de la chica para ver su nombre. — ...Betty?
—Pide también un encendedor.
Eso estremeció un poco a Lincoln, más por la vergüenza de que un niño pida uno, podría pensar que era un fumador o algo por el estilo.
—Y... ¿Podría darme un encendedor también?
Betty lo miró algo extrañada.
—No estarás pensando en incendiar tu escuela, ¿O sí, pequeño piromano? —Dijo en broma mientras buscaba uno bajo el mostrador.
—No, no lo es, es para pelear contra un alien.
Betty volvió a reír mientras le entregaba todo en una bolsa y le indicaba el precio en la caja. Lincoln pagó y tomó la bolsa, sin antes hablarle otra vez.
—Y... ¿Por qué estás trabajando aquí? No pareces más grande que mi hermana de dieciséis.
—No conseguí entrar a la escuela este año —Respondió, dejando su celular a un lado y mirando a Lincoln, quien tenía una cara de incredulidad. —, mi madre es una irresponsable de mierda y decidió quedarse dormida todos los días en los que tranquilamente pudo inscribirme, así que estoy trabajando aquí hasta el siguiente año, además no es que me moleste mucho. La escuela es aburrida, y creo que tú sabes de lo que hablo, quiero decir, mírate, estás aquí y no en la escuela.
—Sí, buen punto —Mintió, intentando alargar la conversación lo más que pudiera para no tener que salir y enfrentarse a ese monstruo. O eso era lo que él quería.
Los dolores de cabeza volvieron, y esta vez era como si los latidos de su corazón los tuviera en su cerebro, o como si escuchara fuertes pisadas en una superficie de madera, una repetición sin cesar de "uno, dos tres. uno, dos tres", y con cada uno se hacía más y más fuerte. Estaba más cerca que nunca.
—En fin... —Dijo con algo de esfuerzo por no tener una reacción errática por el dolor. —. Muchas gracias, B-Betty. —Dijo saludando con su mano mientras que con la otra tomaba la bolsa para retirarse del lugar a paso rápido.
Al salir comenzó a caminar más rápido por la acera mientras volvía a ponerse su capucha, cerrando la bolsa de plástico para que el desodorante y el encendedor no se mojen por las gotas de lluvia, las cuales parecían menos fuertes que antes, como si dentro de nada fuera a dejar de llover.
—Está cerca, ¿Verdad? —Preguntó mientras apretaba los dientes por las fuertes jaquecas.
—Correcto... pero estoy mirando a cualquier dirección, pero no puedo identificar donde está.
—¿De qué estás hablando? —Preguntó, parando justo en una esquina mientras miraba en cualquier dirección posible. No solo no veía al monstruo, sino que tampoco había gente. "Qué maldita mala suerte" dijo para sus adentros, volviendo a respirar pesadamente.
—Espera —Comenzó el alien. —. Creo que ya... Oh, mierda, ¡Atrás! —Gritó en la cabeza de Lincoln, pero este no parecía comprender lo que dijo.
Lincoln sintió como se iba para atrás, pero al darse cuenta, ya estaba siendo jalado por algo, cayendo al suelo unos metros de donde estaba. Miró atrás, asustado, resultando que la cosa que lo jaló fue el propio alien en su cuerpo, soltando algo parecido a un tentáculo que se pegó a un poste.
—G-gracias. —Dijo débilmente mientras se ponía de pie y volvía a mirar en la dirección en donde estaba.
—No agradezcas, si no estuviera en tu cuerpo dejaría que un inútil que no sabe escuchar una advertencia muera.
Lincoln ignoró ese insulto y se fijó bien en frente suyo. Para su sospresa, había una pequeña tapa de alcantarilla comenzó a moverse levemente para finalmente levantarse varios metros al aire y caer al piso con un ruido sordo que hizo que Lincoln se tape los oidos y el Klyntar dentro suyo lance un quejido. Del agujero primero salió un brazo bastante largo, del tamaño de una de las gemelas, después el otro, seguido por dos masas traseras que parecían deformes que Lincoln interpretó como sus piernas... o patas. Y finalmente, su torso y cabeza, Lincoln lo miró con detenimiento, parecía la cabeza del alien que vivía dentro suyo, solo que sin ojos y con una boca más grande, y con más grande, Lincoln se refería a más dientes... muchos más. Vio en su espalda una vez tomó una posición de cuadrúpedo y se fijó en varios tentáculos saliendo de ahí. Tragó saliva, sabiendo que el que tenía dentro aún tenía la fuerza de llevarlo varios metros en el aire, entonces uno que según el otro, estaba en buenas condiciones...
—Mierda. —Maldijo. Odiaba maldecir, pero eso se le había escapado de tan solo pensar que si ese monstruo le ponía un dedo encima entonces estaba muerto.
Aunque le parecía una estupidez enorme, Lincoln salió de la acera, pisando la calle, y posicionándose aproximadamente tres metros de esa cosa con las manos en sus bolsillos. Al estar frente a frente, ambos se quedaron quietos, sin decir nada, solamente mirándose fijamente, aunque Lincoln no estaba seguro si esa cosa podía verlo considerando que no tenía ojos y ni siquiera sabía si había dicho algo en voz baja o siquiera un gruñido por el ruido de la lluvia que él a este punto estaba empezando a odiar. El albino considero que el monstruo aún no se había movido porque estaba observándolo, o simplemente esperaba a que su "presa" haga algo para poder perseguirlo, o contraatacar, en cuanto a él, no sabía a ciencia cierta por qué... hasta que se dio cuenta de que estaba temblando. Estaba quieto porque estaba aterrado, maldijo internamente nada mas se dio cuenta que no había nadie que podría decir "niño, aléjate de esa cosa", tragando saliva nuevamente al ver que el monstruo comenzaba a gruñir. Bien, eso sí había escuchado, y considerando la lluvia, estaba gruñendo muy fuerte, demasiado para su gusto. Dio un paso adelante, sacándose las manos de los bolsillos, pero apretando con más fuerza la bolsa.
—Escucha... —Dijo, levantando medianamente las manos para mostrar que no traía arma alguna más allá de un intento de lanzallamas casero escondido en una bolsa de compras. —. No sé quién eres, pero yo no quiero pelear ni nada por el estilo, ni siquiera estoy hecho para eso, solo mírame, soy un maldito niño de trece —Se bajó la capucha, revelandole que solo era un niño de cabello blanco, uno que tenía una expresión de terror, pero que pese a eso estaba haciéndole frente al estar ahí. —. Si quieres hablar, o algo, no hay problema, yo...
La jaqueca volvió. Y con eso se dio cuenta que no sería escuchado. Uno de los tres tentáculos en la espalda se estiró para golpear al niño, pero de él salió uno mucho más delgado que se pegó a otro poste y lo volvió a jalar a la acera, cayendo con la espalda al suelo. Se levantó rápidamente para ver que esa cosa con el golpe dejó un pequeño cráter en el suelo y volteaba a verlo. Tragó saliva otra vez mientras comenzaba a dar pasos hacia atrás.
—¿Ya ves lo que pasa por querer dialogar? Estoy gastando energías a lo tonto por salvar a un niño que claramente es idiota... Pero volviendo a lo principal, no podemos prenderlo fuego aquí, busca un lugar abierto y dónde no haya lluvia, tienes una idea, ¿Verdad?
Lincoln dio otro paso hacia atrás al ver que la criatura daba uno hacia él. Y cuando más se acercaba, Lincoln daba otros pasos atrás, sabiendo que si comenzaba a correr, esa cosa iría trás él y muy seguramente lo alcanzaría. Entonces sin previo aviso, el monstruo de un salto se posicionó frente a Lincoln, el cual se sobresaltó cayendo con su trasero a la acera, haciéndose para atrás.
—¡¿Cómo diablos me libró de esta cosa?!
—Corre —Dijo al momento en el que Lincoln terminó su pregunta. —. No va a alcanzarte, si te hago más fuerte también puedo hacerte más rápido, ¡Así que aléjate de ese Klyntar ahora!
Lincoln se levantó rápidamente y comenzó a correr nada más le dio la espalda al Klyntar, y rápidamente se dio cuenta que lo que le había dicho el alien era cierto, iba más rápido de lo que debería, incluso podría fácilmente ganarle a Lynn en una... se sacudió su cabeza, pensando que ese no era el momento de pensar en eso, y al escuchar lo que pasaba trás él confirma que claramente no lo era. Podía oír como esa cosa iba tras él, y por la cantidad de pisadas que daba se dio cuenta que, en efecto, el monstruo iba a cuatro patas, como si no fuera una persona, sino como un animal salvaje. Pensó rápidamente, ¿En qué lugar podría entrar que esté vacío y lo suficientemente abierto como para...?
—¡El gimnasio de la escuela! —Gritó, acelerando el paso, haciendo esfuerzos inhumanos para no mirar atrás.
Lincoln aceleró aún más, rogando para que no pudiera ser alcanzado, con el pensamieto de: "No quiero morir" repitiéndose en su cabeza una y otra vez cual disco rayado.
No pudo evitar sonreír sin dejar de correr al ver que ya había llegado, así que con rapidez rodeó la escuela y entró en el gimnasio cerrando la puerta, justo después escuchando como si algo muy pesado chocara contra esta. Y estaba ahí, en medio del gimnasio donde su hermana mayor solía jugar basketball, o cualquier deporte que se le ocurriera, temeroso de lo que podría pasar, porque aún con el plan del alien en mente... ni siquiera sabía si iba a salir de esta. Rápidamente sacó de la bolsa el desodorante y el encendedor para comprobar su uso antes. Al apretar el botón la pequeña lata soltaba esa brisa con un olor muy fuerte que a Lincoln no le gustó en absoluto. ¿Tendría que ponerse eso cuando el mal olor empezara a manifestarse? Para eso mejor compraba uno de un olor menos feo. Apretó fuertemente el pequeño botón del encededor, liberando una pequeña llama del orificio donde antes salía el gas. Bien. Todo parecía funcionar, ahora solo quedaba esperar a que lo que sea que sea eso entrara. Y así siguió por cinco minutos, esa cosa seguía golpeando la puerta, ¿Acaso nadie podía escucharlo? Lincoln se llevó la mano a la cara cuando recordó que no por el ruido de la lluvia. De la nada, o tal vez para matar el tiempo, pensó que pasaba si salía todo mal.
¿Qué pensarían sus padre si se enteraban de que su hijo fue asesinado por un monstruo morado? Llorarían, claro está, ¿Y sus hermanas? Lori seguramente intentaría contenerse lo más que pudiera al llegar de la ciudad para calmar a las menores, seguramente las gemelas, y tal vez se daría unos días libres de la universidad para volver a ser la hermana alfa así cuidar de las chicas hasta consolarlas lo más que pueda, finalmente al volver a la ciudad lloraría y descargaría todo a medio camino. Lucy se quedaría encerrada en los conductos dejando salir todo de alguna forma, con Lisa también, pero encerrada en su habitación. Ella nunca fue precisamente una chica sentimental, y no dejaría que vieran ese lado de ella, ni siquiera en una situación que conlleva la perdida de un familia, pero a Lincoln no le importaba, el sabía que ella podía llegar a sentir incluso más que ellos, solo que simplemente no sabía cómo expresarlo a la manera que ellos podría hacerlo. Luna posiblemente no tocaría música por unos días o hasta le dedicaría un pequeño réquiem. Se preguntó si Leni entendería a la primera de que su hermano habría muerto. No, pero al menos le harían saber que el ya no volvería. Lily con suerte se olvidaría de él al tener tan corta edad, y Lincoln pensaba que eso era lo mejor. ¿Luan dejaría por un tiempo los chistes? Lincoln deseaba que fuera así, al menos eso daría algo de descanso a las chicas por la situación. Y Lynn posiblemente descargaría su enojo en objetos inanimados como la pared o un árbol. Lincoln soltó una risa pensando que esa chica jamás fue siquiera una pisca de femenina. Pero creía que eso estaba bien, al fin y al cabo, era su hermana y la quería tal y como era... Entonces Lincoln comenzó a sollozar.
—¿Qué sucede?
—Nada... no es nada —Respondió, intentando retomar su compostura mientras con su manga secaba sus lágrimas. —. Solo me di cuenta que parece que soy más querido de lo que parece... y ahora me siento como un gran mierda por pensar en que pensaría mi familia si yo muriera —Volvió a reír, mientras sacaba su celular el cuál por suerte no se había jodido por la lluvia, y comenzó a revisar los contactos hasta llegar al de su madre. —. ¿Crees que... debería llamar a mi mamá para decirle que la quiero? Por si yo llego a...
Lincoln miró el celular y pensó con más detenimiento. Si el moría, ellas estarían tristes, y aún así estaba llorando, y hasta riendo del hecho de que podría morir. Se sentía realmente patético. Y aún más con el hecho de que parecía haberse rendido como un llorón de forma tan fácil.
—No. —Dijo simplemente mientras contenía sus lágrimas.
—¿"No" qué?
—No voy a llamar a mi mamá, porque no morir en este lugar —Respondió con un tono decisivo. —. Si lo hago entonces yo solo le haría daño a mi familia, los podría poner tristes... y no quiero que eso pase... ¡¿Me oíste, idiota?! —Gritó al monstruo detrás de la puerta, el cuál pareció golpear con más fuerza la puerta. —. ¡Por nada en el mundo me voy a morir aquí, y menos a manos de tan poca cosa como tú! —Apretó el teléfono y lo guardó en su bolsillo, mientras sacaba el encendedor para ponerlo frente al desodorante, encendiendo ambos para comprobar la llama. No era muy grande, pero podría servir, debería servir.
Entonces el monstruo tumbó la puerta, entrando, mostrando sus enormes dientes, dejando ver lo que Lincoln creyó que era una sonrisa. Esta vez no caminó, sino que corrió directamente hacia él. Pero Lincoln saltó hacia la derecha esquivando por un pelo de rana calva la embestida de la criatura, la cual se detuvo justo antes de chocar contra las gradas del escenario. Volteó con un rostro de ira, encontrándose con Lincoln más cerca que nunca, el cuál disparó una fuerte ráfaga de fuego con el lanzallamas hacia él. Lincoln se sorprendió al ver que el fuego realmente era una debilidad para esos aliens, porque las llamas se extendieron en un instante por todo su cuerpo. La cosa comenzó a retorcerse y comenzó a soltar una especie de rugido que a Lincoln hacía recordar a Godzilla por algún motivo. Sin darse cuenta, fue empujado por uno de los tentáculos en llamas del monstruo, el cuál comenzó a correr aún con el cuerpo en llamas hacia Lincoln con intenciones de acabar con él. El niño al ver que el golpe hizo que soltara el encendedor y el desodorante en la otra parte del lugar, cerró los ojos, pensando que todo había terminado mientras se arrepentía profundamente de no haber llamado a su madre para decirme que la quería... pero nada pasó. Abrió lentamente los ojos, para encontrarse al monstruo frente a él, sin vida. Había sido empalado por un tentáculo que salió del pecho de Lincoln, actuando como una especie de lanza que logró penetrar el centro de lo que parecía ser su cráneo. Se hizo para atrás para que el alien dejara a esa cosa caer, y eso hizo.
—Jodete, hijo de perra... —Dijo con pesadez el alien. Ese ataque parecía haber gastado todo lo que le quedaba de fuerzas. —. Y en cuanto a tí, niño idiota, la próxima vez que le prendas fuego a algo, ¡¿Qué tal si te aseguras de hacerte para atrás?! ¡No sé, podría ser una buena idea en vez de quedarse para cuál imbécil!
—Lo siento... mierda. —Dijo presionando su mano sobre la boca. Quería vomitar.
—Traga. Perder nutrientes sería perjudicial.
Lincoln se calmó, mirando el "cuerpo" del monstruo. Pareció disolverse hasta volverse en un charco morado con... nada.
—Espera, ¿No se suponía que debería haber una persona dentro?
—Se supone —Respondió, de pronto, su "cabeza" salió del cuerpo de Lincoln para observar más a detalle. —. Bien, eso lo explica todo... fue consumido.
—¿Consumido?
—Esto explica por qué parecía más débil y murió más rápido por el fuego, el hijo de puta estaba en posesión de un cadáver y lo iba consumiendo de a poco para alimentarse... No. El Klyntar tampoco estaba "vivo" en su totalidad, solo actuaba como un puto zombi, por eso iba cómo animal salvaje... alguien debió haberlo mandado.
—¡Espera, espera! —Dijo en voz alta, alterado. —. Es demasiada información, ¿Posesión de cadáver? ¿Alguien lo mandó? ¿Quien?
—Ni idea, pero alguien que seguramente también es anfitrión de un Klyntar.
De pronto, el alien se convirtió en una masa enorme que se puso sobre todo el charco, absorbiendolo por completo. Al terminar y volver a convertirse en una cabeza, quitó todo rastro de que alguna vez ocurrió una pelea. A Lincoln le había dado un asco terrible ver todo eso, pero al menos estaba aliviado de saber que, de hecho, no había matado a alguien. ¿Spider-Man pasaba por todo eso? No, no debería. De pronto, sintió como si toda su ropa dejase de estar húmeda, y así era. Tocó su cabello para confirmar las cosas. También estaba seco.
—Ya recuperé mi fuerza al consumir a este idiota. Y también absorbí el agua de tu ropa y cabello. Si te ven entrando al salón de clases empapado podrían sospechar.
—Yo... entiendo... ¿Y ahora qué? ¿Vendrán más?
—Es lo más seguro —Respondió, volviéndose a meter en el cuerpo de Lincoln. —. Todo lo que nos queda hacer, es defendernos. No obstante, vamos a intentar buscar al hijo de perra que está haciendo esto, ¿O acaso quieres dejar literalmente un intento de asesinato así como así?
—Yo...
—¿O acaso quieres que vayan por tus hermanitas también?
—¡No quiero! —Gritó, con un tono de enojo.
Después de unos segundos se calmó, entrado en el pasillo de la escuela, esperando que no lo relacionen con el hecho de que la puerta del gimnasio había sido tumbada. Pensó qué pasaría después, y quién era la persona que mandó ese monstruo en su contra, ¿Querrá al alien? Lincoln nuevamente quiso llevarse la mano a la cara, era más que obvio que quería el alien. Volvió a preguntarse, ¿Spider-Man pasaba por esto? De ser el caso, al menos había descubierto dos cosas: Primero, tener superpoderes si era genial. Segundo, ser un superhéroe... no necesariamente tan genial. Ignorando todo lo que le dijo el simbionte después, abrió la puerta de la clase, y todos voltearon a mirarlo.
—Vaya, estás de vuelta —Comenzó su maestra. —, ¿Cómo fueron tus veinte minutos de descanso?
—¿Veinte minutos? —Preguntó, con una sonrisa incrédula. —. Parecieron horas para mí.
—Bueno, el tiempo puede ir algo lento para los que la pasan mal.
«Y vaya que la pasé mal.» —Pensó, comenzamos a caminar hacia su asiento para sentarse.
Suspiró, aún tenía mucho en qué pensar, y pese a eso no sabía qué hacer exactamente. De pronto, escucho como la puerta volvía a abrirse, dejando ver a un pelirrojo que saludaba con la mano a la maestra.
—Lo siento —Dijo mientras se dirigía a su silla. —. Si que me tomé mi tiempo en el baño.
Lincoln no dio importancia alguna a esa. Los párpados le pesaban, tal vez podría tomar una pequeña siesta.
—Ptss, Lincoln, despierta —Dijo la voz de Clyde, el cuál le tocaba el hombro. —. La clase ya va a terminar, despierta antes de que la maestra se de cuenta.
Lincoln levantó la cabeza rápidamente, y justo al momento, sonó la campana.
—Viejo, eso estuvo cerca —Bromeó Rusty, tomando su mochila. —, por poco y no la cuentas.
—Sí... sí, claro —Respondió Lincoln, aún con algo de sueño producto de la enorme odisea por la que tuvo que pasar antes.
Tomó su mochila y salió del salón, y ya en el pasillo, empezó a fijarse en todos lados a ver si podía verlas. De pronto, escuchó una voz detrás de él.
—Oye, Apestoso —Lo llamó la voz de Lynn. —. ¿Estabas buscando algo?
—De hecho, sí. —Respondió dándose la vuelta y comenzando a caminar a su dirección.
—Vaya, ¿Y qué...? Oye, ¿Qué haces? —Para cuando la deportista se dio cuenta, su hermano la estaba abrazando lo más fuerte que podía... incluso con más fuerza de la que ella creía que él tenía. —. Oye, ¿Cuando te volviste tan fuerte? Debería retarte a unas luchas para ver cuánto puedes aguantar contra la campeona —Agregó, correspondiendole el abrazo con una sonrisa. —. Por cierto... hoy estás extrañamente más amable y cariñoso de lo normal, ¿Sucedió algo bueno?
—Nada en especial —Respondió, aguantando las lágrimas de saber que estaba vivo y había podido volver a ver a un miembro de su familia. El estaba aliviado, y no le importaba en absoluto las miradas y las risas a su alrededor... de hecho algunos tenían que conocían a Lynn tenían algo de lastima por él, pensando que ella lo golpearía fuerte por abrazarla así, el cual no fue el caso. —. Bien, andando —Dijo, soltandola finalmente y señalando con el pulgar a la salida que tenía detrás. —. A este punto Luna y Luan deberían haber dejado de discutir sobre quién debería conducir el día de hoy.
Lincoln salió de la escuela junto a su hermana, dándose cuenta que había dejado de llover. Respiró el aire fresco del lugar con una enorme sonrisa mientras entraba en la vanzilla. Mientras Luna conducía comenzó a pensar nuevamente. ¿Y si venían más, o el propio sujeto que mandó esa cosa en primer lugar? Apretó los puños, sabiendo que esta vez no lloraría, sino que intentaría proteger a sus hermanas a toda costa, sin importar qué. Después de recoger a las menos y llegar a la casa, Lincoln se bajó después de que su hermana estacione el auto. Se estiró un poco, subiendo las escaleras y abriendo la puerta de su casa entrando en la sala, sentandose en el sillón sin antes dejarle espacio a Luna, la cual lo miró con algo de extrañes, comenzando a tocar su cabellera.
—¿Hay algún problema, Luna? —Preguntó confundido.
—No diría problema, pero... tienes unos pequeños cabellos negros, bro —Mencionó, soltandolo para tomar el control de la tele y encenderla. —. Aunque como dijo Lisa, seguro es una coloración post... meh, las cosas que dice ella.
—Sí... supongo que debe de ser eso. —Agregó inseguro, prestándole atención a la tele.
Luna puso el canal de las noticias, el cual comenzó con una nota que a Lincoln le provocó un fuerte escalofrío leerla.
"El Green Goblin fue encontrado muerto en un almacén en los muelles de New York."
