-Ugh mi cabeza- expresó adoloridamente Sherlock mientras se pasaba una mano por sus oscuros cabellos.
Miro a su alrededor y la luz que entraba a través de las cortinas de color crema le molestaba en el rostro. Cuando se hubo acostumbrado toco el costado de la cama y no sintió el tibio cuerpo que pertenecía a su Liam. Entonces entró en pánico ya que no había rastros de este.
-¡Liam!- llamó desesperado en vano ya que en la habitación no había nadie más que él.
Su mente se llenó de toda clases de hipótesis acerca del paradero de su amado, algunas bastante sombrías que prefirió ignorar completamente ya que le causaban mucho dolor, así que decidió pensar que la hipótesis más sencilla tenía más probabilidades de ser la verdadera.
-Seguramente salió a comprar algo y después volverá, si eso debe ser- se dijo a sí mismo para convencerse, aunque no podía evitar sentirse como un marido al cual su esposa había abandonado definitivamente.
Pero sus instintos como detective le llevaron a pensar en la habitación como una escena del crimen en la cual debía encontrar evidencia que le llevara hacia su Liam fugitivo.
-Muy bien primero hay que revisar el lugar en que estuvo por última vez.
Dicho aquello procedió a revisar la cama sin resistirse a hundir la nariz en la almohada en la que quedo la fragancia de su amante, un ligero olor a vainilla mezclado con el aroma personal de este. Aún recordaba cuando pasearon por una feria artesanal a orillas del rio Siena en Francia y Sherlock se interesó por un puesto de perfumes sin resistirse a probarlos todos, ya que su curiosidad lo guio a aquello. De alguna manera decidió que el olor a Vainilla quedaría perfecto en su Liam y a este no le importo darle el gusto, aunque se burló un poco de él diciéndole que era demasiado dulce.
Sherlock miro el desastre en que se había convertido la cama y a su mente vinieron las imágenes de su Liam gimiendo y entregándose completamente a él la noche anterior.
-Debo haber hecho algo muy bueno para merecer a Liam, ¡Él es simplemente encantador! Su cara y su voz ahogada en placer, un día van a hacer que mi corazón se detenga, pero moriré feliz.- pensaba mientras cubría su rostro avergonzado.
Después de estar sumergido en pensamientos de lo lindo que era su Liam, se dijo a si mismo que debía concentrarse ya que no sería bueno que lo encontrara en ese estado.
-Bien, no hay rastros de él por aquí- mientras revisaba debajo de la cama, a pesar de que era muy inteligente a veces era un completo idiota.
No pudo evitar notar que la ropa de su Liam ya no estaba y la suya propia se encontraba pulcramente doblada en una silla.
-Liam- pensó enternecido ya que su amante se preocupaba por él hasta el último detalle.
Fue hacia allá por qué no sería bueno que permaneciera más tiempo desnudo, lo cual significaba que su Liam se había tomado el tiempo de desvestirlo para que durmiera más cómodo. Se coloco sus prendas con rapidez ya que su único pensamiento era saber a dónde se había ido su amante, al principio pensó en esperarlo pero cuando levanto su camisa para colocársela encontró una nota muy curiosa la cual obviamente estaba escrita con la hermosa caligrafía de William.
-Es un hermoso día
Era lo único que decía el pequeño papel lo que descolocó a Sherlock ya que era solamente una frase superficial pero seguramente tenía un significado oculto o algo así, pues Liam no solía hacer comentarios o cosas innecesarias.
-A ver ¿Qué quiere decir con…?¡Que molesta es esta luz!- mientras fulminaba con la mirada a la pobre ventana. Entonces fue como si hubiera recibido una iluminación divina así que casi a tropezones se acercó y corrió las cortinas, pues seguramente su Liam quería que viera algo afuera, grande fue su sorpresa cuando encontró un gran sobre blanco pegado a los cristales de la ventana.
-Para mí detective- era lo que estaba escrito en la parte de atrás
-Aww es tan dulce- entonces lo tomo y se dio cuenta de que estaba un poco pesado, así que con curiosidad lo abrió y se sorprendió al encontrarse con un par de brillantes esposas lo que hizo que su corazón diera un vuelco.
-¡¿Liam?!- mientras las examinaba más de cerca,
Cuando salió de su asombro se dio cuenta de que había más cosas en el sobre así que las sacó con cuidado.
-¿Qué es esto?- al observar un botón con un diseño particular, una foto y una carta la cual leyó y su boca se abrió mientras sus hombros se sacudían de la emoción.
-Atrápame si puedes, Sherly- era lo que decía aquella pequeña hoja de papel.
Después de asimilarlo sus ojos brillaron con determinación y como si fuera un grito de batalla pronunció las siguientes palabras:
-¡Desafío aceptado, te demostrare que sigo siendo el mejor detective del mundo!
Entonces tomo todos los artículos y los guardo en su chaqueta asegurándose de no olvidar ninguno pues eran las pistas que lo llevarían hacía su preciado Liam. En su interior se encendió una llama pues su amante siempre hacia cosas inesperadas atrayéndolo inevitablemente, logrando que lo amara cada vez más si era posible.
-Qué propuesta más indecente Liam, sabes que adoro los misterios y más si tú estás involucrado. ¿Qué debería hacer contigo cuando te encuentre, hmm? Se me ocurren todo tipo de posibilidades- mientras miraba valorativamente las esposas en sus manos.- Bueno, no debo perder más tiempo entonces.
Termino de arreglarse y como pudo peino su cabello en su habitual cola de caballo, mientras agradables escalofríos recorrían su espina dorsal, ya que no tenía esta sensación desde que resolvía los casos asociados al señor del crimen. Así se apresuró a salir de la habitación y a comenzar su búsqueda. Cuando estuvo en la calle comenzó a pensar detalladamente acerca del botón el cual si no se equivocaba debía pertenecer a algún tipo de establecimiento en particular, pues según había podido observar en Italia existía toda una gama de recintos que les gustaba distinguirse de los demás incluso en cosas tan pequeñas como los botones.
Así que ingreso en su palacio mental en búsqueda de los recuerdos que le llevaran a descubrir exactamente a que establecimiento pertenecía aquel botón, el cual era de un bello color verde que asimilaba a las esmeraldas, además de que tenía detalles dorados formando un elaborado patrón. Según podía deducir se trataría de un establecimiento de gran estatus pues los materiales con los que estaba hecho eran de muy buena calidad. No tardo más de quince minutos en dar exactamente con qué clase de lugar podría hacer que sus empleados vistieran algo tan fino.
-¡El gran hotel Leone! ¡Como no me di cuenta antes!- dijo Sherlock pensando en que como su mente la mayoría del tiempo solo estaba llena de su Liam esta se había oxidado un poco.
Pero había un gran problema como aquella era una gran cadena hotelera tenía al menos cuatro establecimientos a lo largo de toda la ciudad así que esto iba a ser un poco más difícil de lo que pensaba, aunque claro eso lo emocionaba aún más. Pues su Liam no le dejaría las cosas fáciles y eso lo hacía estremecerse al pensar en el momento en que finalmente lo encontrara.
-Espero que estés preparado Liam, porque voy por ti- mientras se relamía.
Sin perder más tiempo vio su siguiente pista que era una foto algo desenfocada pero en la cual se veía un pequeño pedazo de algún canal por el cual corría agua oscura, pero había algo curioso: en la imagen un guardia se veía algo nervioso mientras era iluminado por la luz desde cierto ángulo que según lo cual Sherlock pudo deducir que la fotografía había sido tomada casi al atardecer.
-Si estoy en lo correcto mi querido Liam, tomaste la fotografía a las 17:48 no… 17:49 para más precisión. La pregunta es…¿Fue en el hotel Leone oeste o fue en el Hotel Leone sur?
El razonamiento de Sherlock se basaba en que esos dos hoteles según podía recordar, pues se había recorrido la ciudad en sus ratos libres en los cuales no estaba su Liam, estaban cerca de canales por los cuales circulaba agua tal como aparecía en la fotografía.
-Bueno con eso mis posibilidades son dos, pero tú no lo harías tan fácil tampoco así que debe haber algo más.- dijo Sherlock empezando a poner a trabajar su mente con más fuerza- ¡Ya sé! Tan solo debo encontrar quien es este hombre, ya que tú no lo incluirías en la fotografía solo porque sí, solo tengo que ir a comprobarlo.
Empezando por dirigirse hacia uno de los canales en los que se encontraban unos hombres con sus botes dispuestos a llevar pasajeros por una módica suma de dinero.
-¡Hey! ¿Quién de ustedes me llevará al hotel Leone?- exclamo Sherlock en un italiano no tan bueno como el de su querido Liam, pero se manejaba lo suficiente para poder comunicarse sin problemas. Nunca pensó que tendría que aprender otro idioma pues francamente lo consideraba inútil cuando era detective en Gran Bretaña, sin embargo le agarro el gusto después de ciertas actividades que realizo con su amante, quien se encargó de educarlo muy bien.
- Buongiorno, serán dos liras- dijo un hombre robusto que fumaba un cigarrillo
-Aquí, tiene- mientras le daba aquellas monedas y abordaba con confianza el bote.
Sin decir palabra el hombre comenzó a remar para llevarlo a su destino, Sherlock apenas prestaba atención a su alrededor pues estaba enfocado en sus pensamientos acerca de que estaría haciendo su Liam mientras lo esperaba, se rio un poco al pensar acerca de cómo este seguramente parecía una esposa que espera paciente el regreso de su marido, esa idea le gustaba mucho, a pesar de que no estaba permitido que dos hombres se casasen. Aunque ese pensamiento era lindo, en realidad a él no le interesaba el matrimonio en sí, pues era feliz con la manera en que eran las cosas ahora. Sin embargo cualquier forma de unirse todavía más con su Liam era completamente apetecible, tal vez más adelante le propondría que hicieran una ceremonia simbólica o algo así. Ya que comprar anillos a juego le parecía una grandiosa idea, ya tenía uno el mismo pero imaginar a su Liam con un anillo, su anillo, hacía que su corazón palpitara con fuerza. Tan sumergido estaba en sus pensamientos que no noto que había sido llevado a un pasaje oscuro y ahora era amenazado por el hombre del bote.
-Te ves cómo alguien adinerado- dijo él juzgándolo por sus ropas las cuales solo había utilizado para la cita con su Liam- Entrega todo lo que tienes y no saldrás herido.
-Como si fuera a hacerte caso- mientras se disponía a iniciar una pelea con él.
-¿¡Como…?!- apenas alcanzó al decir antes de recibir una buena patada en su barbilla que lo hizo retroceder.
-No tengo tiempo para esto- mientras le propinaba un golpe en la cabeza que hizo que el hombre se desmayara.
Entones Sherlock comenzó a caminar para llegar a la calle principal. Había gran cantidad de personas, pero para su suerte el hombre lo había llevado cerca de su destino
-Eso fue fácil, ahora a volver a mis asuntos.- mientras se dirigía hacia una plaza frente a la cual estaba el Gran hotel Leone Sur.
Con la vista intento encontrar a alguien que se pareciera al hombre de la fotografía que su Liam había dejado para él. No tuvo mucho éxito así que no tuvo más opción que ir dentro del Hotel a preguntar. Era bastante bonito pero eso era irrelevante, así que con esa actitud confiada suya fue y le pregunto a la recepcionista.
-Hey, ¿Ha visto a esta persona?- dijo él sin demasiada cortesía.
-Disculpe, señor ¿usted es…?- dijo ella un poco avergonzada pues el hombre frente a ella se veía muy bien.
-Eso no importa mucho- dijo él sin ser consciente de cómo lo miraba la chica, pues después de todo nunca entendería a las mujeres y tampoco le interesaba hacerlo.
-Temo decirle que no lo conozco, pero reconozco el uniforme, es del Banco Piuma, este se encuentra al lado del hotel oeste.
-Ya veo, gracias- mientras rápidamente se daba la vuelta y prácticamente corrió hacia la puerta.
Todavía era muy temprano y ya estaba seguro de donde se encontraba su amante así que se dio el lujo de hacerlo esperar un poco más para ir a buscar cierto artículo que les daría mucha diversión a ambos. Fue al departamento que compartían y extrajo una pequeña botella del armario que había guardado muy cuidadosamente. La metió en el bolsillo de su chaqueta y partió hacia el hotel, se demoró un poco pero logro llegar a tiempo. Ante él estaba el hombre de la foto listo para terminar su turno, tal vez por eso salía tan nervioso en la fotografía tomada por William.
-¡Hey tú!- dijo él mientras se acercaba rápidamente.
Este salto ligeramente por el susto ya que no se esperaba que alguien lo llamara de esa manera tan abrupta.
-¿Si, señor? ¿necesita algo?
-¿Conoce a William?
Este pareció pensarlo por unos segundos hasta que ato cabos decidiendo que este era el hombre que el profesor le había mencionado que vendría.
-El profesor dijo que alguien vendría preguntando por él, ¿de casualidad eres Darling?
-Así es- sintiéndose un poco avergonzado por el sobrenombre, pero a la vez su pecho se inflaba con orgullo al saber que su Liam osadamente lo llamaba así ante los demás, aunque tal vez solo lo hacía para molestarlo. Sin embargo eso solo aumentaba sus deseos de tenerlo entre sus brazos.
-Muy bien- dijo él de buen ánimo mientras sacaba unas llaves de su bolsillo y se las entregaba
-¿Para qué es esto?- dijo Sherlock examinándolas con curiosidad.
-El profesor me pidió que se las diera a quien viniera a preguntarme por él.
-William ¿fuiste descuidado o simplemente estabas seguro de que te encontraría?- pensaba Sherlock mientras le agradecía al hombre que pareció recordar algo.
-¡Se me olvidaba! ¡Tienes que descubrir en que habitación está!
-No será demasiado complicado- dijo con confianza el hombre de cabellos oscuros.
-Suerte, ahora termino mi turno y quiero irme a casa- dijo francamente el hombre quien estuvo gustoso de aceptar la petición del profesor que le había dado clases a su hijo, debido a su naturaleza altruista William lo había hecho de buena gana sin cobrarle ninguna Lira. Por esto mismo el hombre recibió de buena manera la petición de este.
-Si, gracias- dijo sin prestarle la más mínima atención pues estaba analizando la foto y el edificio, intentando descubrir desde donde había sido tomada. No tardo en encontrar exactamente el lugar y sonrió satisfecho
-La tercera habitación desde la derecha, cuarto piso- mientras apretaba las llaves en su mano conteniéndose de entrar corriendo e ir a buscarlo.
Con la calma que no tenía entro al hotel y nuevamente sintió como su Liam se burlaba de nuevo de él ya que en recibidor había un gran modelo del sistema solar elaborado de oro y piedras preciosas.
-Insisto que es irrelevante saber acerca de cómo se mueven los planetas y esas cosas- pensó con cierto fastidio. Para eso tenía a su lindo William quien era como una enciclopedia viviente.
-Señor ¿busca a alguien?- exclamo un mozo de equipajes que se encontraba por allí cerca.
-Sí, ahora mismo voy a mi habitación a encontrarme con mi compañero.- Dijo él astutamente ya que en realidad su Liam era mucho más que eso, pero este le había dicho que debían ser discretos, pues a pesar de que la homosexualidad estaba despenalizada aquí, los prejuicios persistían y era más inteligente que no muchos supieran de su relación. Además un escándalo no les convendría mucho para continuar en el anonimato.
-Entendido- dijo este con un asentimiento de cabeza y se marchó.
Sherlock rápidamente fue al ascensor y rápidamente subió al cuarto piso. Con cierta impaciencia busco la habitación en la que seguramente su Liam lo estaría esperando.
-La encontré- dijo el con satisfacción y con rapidez metió la llave en la cerradura, la cual cedió y le permitió ingresar.
Ante sus ojos se mostró una de las imágenes más seductoras que tuvo el gusto de apreciar, allí frente a él se encontraba su Liam en una silla leyendo un libro mientras su cuerpo estaba cubierto por una fina bata de seda roja transparente que no dejaba mucho a la imaginación. pero a la vez era demasiado atrayente que Sherlock tuvo que tragar saliva.
-¡Liam!- lo llamó sintiendo sed, tanta sed
-Sherly, llegaste- dijo él mientras se levantaba y dejaba su libro en la mesa señalando lo obvio, pero solo con el objetivo de incrementar el hambre de su amante.
-Estuve buscándote todo el día, profesor.
-¿De verdad? Pensé que demorarías un poco de tiempo solamente, después de todo tú eres el detective.- dijo él mientras batía sus pestañas en un gesto seductor para provocar aún más a su Sherly.
-Creo que merezco una recompensa de todas maneras- dijo él mientras se acercaba más peligrosamente.
-Claro que sí- mientras estiraba sus brazos para abrazarle pero en un rápido movimiento Sherlock le había colocado las esposas.
-Finalmente te atrape.
-Siempre lo haces- dijo él con esa sonrisa cálida ya que sabía que su Sherly siempre estaría allí como aquel al que le confiaría su propia vida y sueños. Se lo había demostrado de todas las maneras posibles así que estaba gustoso de dejarlo conducirlos hacia donde este quisiese.
-Ya que has sido un niño muy malo, es momento de castigarte de la forma que más me gusta, error, nos gusta.- dijo con ese tono de voz sugerente que volvía loco a William.
-Me declaro culpable, ¿Cuál será mi castigo?- dijo William juguetonamente con cierto tono de voz cantarina que sonaba irresistible en él.
-A ver, tus crímenes son muy graves- dijo él pensativamente
-¿podría decirme cuales son las razones por las que se me acusa?, señor detective- dijo él quien a pesar de estar esposado mantenía esa actitud que volvía loco a Sherlock.
-Abandono de la escena del crimen, posesión de sustancias ilícitas, engatusar a un buen hombre y hacerlo beber dicho líquido provocando que este quedara completamente indefenso, además de impulsarlo a perseguirlo a través de toda la ciudad. ¿Creo que eso es todo?- dijo mientras admiraba a su Liam que parecía completamente apetecible al estar usando las esposas, trago saliva porque esta clase de juegos lo encendía demasiado. Después de todo el juego del gato y el ratón era algo a lo que estaban acostumbrados, además de que ambos lo disfrutaban demasiado.
-Ya veo, solo una mente malvada sería capaz de hacer eso- dijo él mientras sonreía con diversión
-Sì y ahora es momento de que pagues por ello, ¿No, Liam?- mientras lo empujaba hacia la cama y hacía que cayera sobre esta. La bata se abrió dejando ver su desnudez mostrando las marcas de la noche anterior que hicieron que Sherlock tragara saliva nuevamente.
-Realmente no llevas nada debajo- dijo pensando en lo osado que podía ser su William y sinceramente no le desagradaba para nada.
-¿Te gusta lo que ves, Darling?- mientras lo miraba con esos intensos ojos escarlatas
-Diablos, sí, maldita sea, claro que si.- sin poder resistirse e inesperadamente se lanzó a abrazar a su amante
-¿Sherly?- preguntó preocupado William.
-Al inicio pensé que me habías abandonado, como intestaste hacer antes de que saliéramos de Inglaterra- Dijo Sherlock haciendo mención de un recuerdo doloroso en el que su Liam aún insistía que debía acabar con su propia vida.
-Shh no lo volvería a hacer- mientras buscaba sus labios con cierto arrepentimiento.
-Pero luego encontré tu carta y volví a respirar. Eres muy travieso ¿Hmm?
-Quería darte una sorpresa porque… ¡Ah! Al sentir como su miembro era tomado por su Sherly
-Definitivamente lo lograste- dijo convencido- Pero yo también tengo algo para ti.
-¿Ah sí?- dijo mientras se frotaba impaciente contra la mano de su amante, pero sin dejar su actitud desafiante y altiva aunque no podía evitar jadear ante el contacto.
-Lo vamos a disfrutar tanto. Espérame un poco- mientras le guiñaba un ojo y buscaba en el bolsillo de su chaqueta la botella que había traído desde el departamento que ambos alquilaban.
-¿Qué, nnghm, es eso?- dijo este con los ojos brillosos pues su Sherly no había dejado de mover suavemente su mano.
-Tú no me dijiste la verdad sobre el líquido que me diste, eso fue muy malo de tu parte Liam- mientras negaba con su cabeza- Así que solo te diré que sus efectos son muy divertidos ¿Confías en mí?
-Sí- fue su afirmación mientras un ligero hilo de saliva se escapaba por la comisura de su linda boca producto de su excitación.
-Entonces bébelo todo- mientras destapaba el frasco y lo llevaba a los labios de su Liam.
Después de que este lo bebió todo lo miro burlonamente y le señalo que sus palabras se podrían malinterpretar así que Sherlock contrataco.
-Podemos hacer eso después- dijo sugerentemente el de cabellos oscuros- Ahora ¿Cómo te sientes?
-Me siento…caliente- dijo este jadeando e intentado mover inútilmente sus manos que se encontraban apresadas por las esposas- ¿Qué me diste?
-¿Esto? Es una poción de amor casera- mientras le daba un pequeño beso al frasco
-¿Qué?- dijo él sintiendo cada vez más calor en su parte baja.
-Una pequeña preparación, pensaba usarla para tu cumpleaños, pero… las cosas se adelantaron un poco, aunque no me que quejo de este flujo de los acontecimientos ¿No piensas lo mismo Liam?- mientras lo miraba con los ojos oscurecidos ya que adoraba ver a su Liam vuelto un desastre solo por él, ya que este siempre tenía control de sí mismo en la mayoría de las situaciones así que era excitante sacarlo de esa faceta.
-Sí, lo que digas. Pero por favor…- mientras miraba su entrepierna que se encontraba dolorosamente hinchada pidiendo por algo de atención.
-Mi Liam es tan impaciente, me encanta, pero primero juguemos un poco, ya que como a ti te encanta jugar con mi mente yo jugare con tus partes más sensibles ¿está bien?- más que una pregunta era un aviso de que a partir de ahora estaría a su completa merced.
-Si, ¡Hmm!- exclamó con sorpresa pues la boca de su Sherly se encontraba mordiendo con algo de fuerza su pezón izquierdo mientras que con su mano jugueteaba con el otro. William gimoteo pero intento contener sus gemidos pues, a pesar que era consciente de que estaba en las manos de su amante, quería molestarlo ya que sabía lo mucho que este adoraba escucharlo.
-No retengas tu voz- dijo negando Sherlock- como te veo tan duro por mi… ahora te daré la elección ¿Prefieres que juegue con tu pene o con tu entrada? ¿o ambos?
-¿No puede, angh, deducirlo, ¡Ah!, usted mismo señor detective?- dijo entre gemidos William ya sus pezones eran deliciosamente acariciados.
-¿Oh?¿ me está retando, señor del crimen? Me asegurare de hacer una investigación adecuada- mientras deslizaba un dedo por el pecho de su amante.
-Eso, mmm, espero- mientras disfrutaba de las atenciones de su Sherly.
El hombre de cabellos oscuros comenzó a acariciar con más intensidad todo pedazo de piel expuesta y su ceño se frunció al ver la seductora pero molesta bata que su Liam todavía tenía puesta, así que con algo de brusquedad se la quito rasgándola en el acto.
-¿Estás impaciente, annngh, Sherly?- pregunto nuevamente.
-No más que tú, dear- contradiciendo sus palabras se encontraba bastante desesperado tomando cada respiro de su Liam al besarlo incansablemente. Acariciaba firmemente el miembro del rubio haciendo que este se derritiera con cada toque.
Siguió un buen rato dándole sus atenciones a su querido amante, ya que este merecía aquello y mucho más. Ya que su Liam era la persona más inteligente, hermosa y encantadora que tuvo el privilegio de conocer. Así que al verlo gimiendo por él y prácticamente rogándole con la mirada que siguiera hizo imposible que pudiera contenerse más ya que ver sus propios dedos salir y entrar en el agujero de su amado rubio lo volvía completamente loco.
-Liam, ya- gruño Sherlock
Este solo lo miro con los ojos brillantes dándole permiso de hacer lo que quisiera con él por lo cual su Sherly lo tomo entre sus brazos y lo sentó en su regazo.
-Pon tus brazos alrededor de mi cuello, yo me encargaré del resto- pidió dulcemente mientras se encargaba de besar el pecho de su Liam.
-Sí, mmnh- haciendo lo que Sherlock le había dicho.
Las cosas se volvieron más intensas cuando el hombre de cabellos oscuros tomo con fuerza el trasero de su amante y lo empujó hacia su necesitada erección arrancándole un delicioso grito a su Liam quien al estar bajo los efectos de la opción de amor se encontraba mucho más sensible lo que sin duda seria aprovechado por su amante. No demoro en comenzar a dar embestidas en su interior enloqueciéndolo de todas las maneras posibles.
-¿Te gusta?- mientras con rudeza lo tomaba pero sin dejar de demostrarle su amor en cada beso y movimiento.
-Sí, más- suplicaba el rubio que ya no se encontraba pensando en nada más que en el placer que le daba su Sherly.
-Este hombre, es mi perdición y única salvación- mientras gemía al sentir como su Liam lo apretaba fuertemente en su interior. Lo besaría hasta que ambos no pudieran más y lo tomaría incansablemente sin darle tregua alguna.
-Sherly ¡Ahí!- dijo él con lágrimas de placer debido a que su punto más sensible estaba siendo abusado sin misericordia.
-Adoro este ángulo tuyo- mientras sin poder resistirse daba una palmada en el apetecible trasero de su amado.
-¡Ah!- exclamo debido al suave pero firme golpe.
-Sí me permites observar mejor ese bello rostro que tienes- dijo juguetonamente tomando un mechón de su rubio cabello apartándolo para ver mejor aquellos tentadores ojos escarlatas, pensando en que haría cualquier cosa por el dueño de estos.
Este se avergonzó un poco y desvío la mirada, ya que él también era débil ante las palabras de amor. Pero su Sherly tomo su mentón y volteo su rostro para mirarlo directamente.
-No apartes tus ojos de mí, ni si quiera por un segundo, concéntrate en esto que te estoy haciendo- dijo como una dulce advertencia.
-Angh, sí, yo siempre te estoy viendo- sintiendo como nuevamente era embestido pero con más dureza pues su Sherlock se encontraba cerca de su límite también.
Las esposas hacían un excitante tintineo metálico debido al movimiento de ambos cuerpos, pero ya era suficiente pues Liam quería abrazar a su Sherly cuando alcanzara el clímax.
-Por favor Sherly…las esposas.- dijo el suplicante entre jadeos debido a el inmenso calor que sentía al ser embestido por la virilidad de su amante.
-¿Está seguro de que cumplió su condena profesor?- mientras maliciosamente arremetía contra la próstata del rubio.
-Sí, sí, sí, por favor…- dijo él al límite de su cordura.
-Muy bien , pásame tus muñecas- dijo él ya que a pesar de que le encantaba torturar de aquella manera a su amante no le gustaba verlo sufrir.
Con un rápido movimiento saco una horquilla que tenía guardada en su cola de caballo, siempre era útil tener una de esas por algún tipo de imprevisto. Ambos se sentían desesperados por continuar pues casi alcanzaban el clímax, pero Sherlock tal como prometió le quito las esposas al rubio, quien inmediatamente envolvió la espalda de su amante con sus brazos aferrándose fuertemente.
-Sherly, ya casi. Sigue moviéndote- dijo él como un ronroneo dando su lasciva orden.
-Entendido- sin contener un jadeo excitado y prosiguió embistiendo con más fuerza.
Continuaron así hasta que no pudieron más y llamando el nombre del otro se corrieron abundantemente. Sus corazones agitados encontraron calma cuando se acurrucaron juntos en la cama, después se encargarían de limpiarse y ordenar un poco.
-Eso fue fantástico ¿Sabes que te amo?- dijo Sherlock completamente complacido
-Lo sé, yo también Darling-fueron las suaves palabras del rubio
-¡Liam!- mientras lo abrazaba fuertemente pues su amante no le decía eso demasiado a menudo.
Estuvieron dándose mimos por un rato hasta que el sueño los venció.A la mañana siguiente Sherlock se levantó satisfecho, pero nuevamente se asustó cuando no vio a su Liam al lado suyo. Sin embargo se calmó cuando lo vio en el balcón fumando un cigarrillo y al verlo se le antojo uno también, así que se acercó por detrás y lo abrazo por la cintura.
-¿Sucede algo, Darling?
-¿Sabes que te ves especialmente hermoso en este momento?
-Ante tus ojos todo lo que hago es hermoso- dijo el con una risita llena de felicidad
-Es que Liam eres hermoso por cualquier lado en que se te mire- dijo el justificándose y metiendo su mano en el bolsillo de su amante en busca de un cigarrillo y encendedor, los cuales tomo.
Se separo tan solo un poco para poder fumar cómodamente, mientras observaban el hermoso día soleado propio de la toscana italiana.
-Sabes me he estado preguntando una cosa…¿a qué se debió este juego? No es que me queje.
-Bueno, estaba pensando que tal vez estabas un poco aburrido, ya que no hay grandes misterios que puedas resolver sin tener que salir del anonimato- dijo con un poco de culpa William, ya que sentía que le había quitado una parte importante de sí mismo.
-Liam ya te lo dije: No me arrepiento de estar contigo. Para serte sincero no hay nada mejor que un buen misterio, pero me encanta mi vida a tu lado y no la cambiaría por nada.- mientras le daba una calada a su cigarrillo.
-Pero…
-Te lo dije, no me empujes lejos. Pues aunque lo hagas definitivamente volveré a ti.
-Sherly- entonces aparto el cigarrillo de la boca de su compañero y beso sus labios, pues cuando hacia ese tipo de declaraciones solo hacía que sus rodillas temblaran. El beso con sabor a nicotina tenía cierto tinte embriagador que enloquecía a ambos. Terminado el contacto Sherlock se lamio los labios.
-¿Oh, tan atrevido al iniciar el día?
-Solo fue una ligera muestra de mi afecto- dijo inocentemente
-¿Qué te parece una..?- pero sus labios fueron silenciados ya que William puso un dedo sobre ellos.
-Te tengo una propuesta, hay cierto caso que me comento uno de mis alumnos, el cual la policía no ha podido resolver.
Sherlock lo miro con interés pues intuía hacia donde se dirigía su Liam y aquello lo emocionaba de sobremanera.
-Apostemos quien lo resuelve primero. Podemos dejar la información en la estación de policía de manera anónima. ¿Qué dices, se apunta señor Gran detective?
-Por supuesto pero… ¿Qué recibiré si gano?- dijo el dando por seguro que se llevaría la victoria.
-Lo dejo a tu imaginación, Darling- dijo mientras le guiñaba un ojo.
-¡Liam!- reclamo Sherlock.
Definitivamente nunca habría un día aburrido entre aquellos dos, ya que ninguno permitiría que su relación se tornara tediosa.
