Capitulo 2
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¿Destino, buena o mala suerte?
Por algo ese hombre estaba aquí,
Por algo, fue el quien me sedujo
Por algo, no me resistí,
Por algo, ese hombre me había cogido como nunca,
Por algo, ese mismo hombre es el prometido de Sakura.
¿Tendría que apartarme?
¿Hacer como que nada había pasado?
¿Me importaba de algún modo?
¿Porque?
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Me mantuve alejada lo más posible hasta que la cena me alcanzo.
No me sorprendió realmente que optara por sentarse frente a mí.
Junto a él, la enamoradísima Sakura, posando sus verdes ojos en cada pupila de los míos, en busca de algo, no sé si lo sabía o si estaba paranoica, pero realmente me esforcé por no voltear a verles.
Quizá por fuera parecía inmersa en mis cubiertos, en la forma del platillo sobre la mesa, quizá me veían un poco apática y con una pequeña incomodidad, pero por dentro estaba realmente ardiendo.
-Hinata- hablo la peli rosa forzándome a verla
-dime que ha sido de ti- se aventuró a preguntar; no pasó desapercibido el gesto que Ten Ten trato de disimular al escucharla y la mirada que Ino le envió en completo silencio.
¿Qué esperaba que dijera?
Me esforcé por sonar neutral
-bueno, Hinata, ella ahora es la encargada de la biblioteca más grande de la ciudad- interrumpió animadamente Ten Ten, desviando la mirada de Sakura que no dudo en abrazar al muchacho de pupilas negras, mas él, ni siquiera se movió.
-empleada- soltó Sakura de pronto, no se notó si fue afirmación o pregunta
-dueña- conteste.
Ella me observo de reojo y al girarse a mí, me sonrió,
-me alegro muchísimo Hinata- TenTen interrumpió al hablar sobre la comida y lo que le había costado elaborarla y demás.
-¿imagino que estas casada?- volvió a interrumpir la Haruno.
De nuevo la incomodidad.
Entonces el chico de ojos negros por un instante me observo.
Mi piel se erizo.
-No, yo…- balbuce un poco, ella solo estaba jugando conmigo –mejor aún- sonreí un poco y la observe a los ojos, pude sentir como Ten Ten me observo con dulzura.
-¿mejor?- preguntó -¿Qué hay de Naruto?-
Esto era absurdo, era obvio que ella sabía de eso, no sé porque fingir su demencia al respecto.
-bueno Sakura- me removí un poco en mi asiento –las cosas cambian ¿no crees? Digo, yo ahora estoy soltera y tú a punto de casarte, cambiaron los papeles amiga mía-
Esperaba que mi voz sonara no tan hiriente como lo planeaba, al final, quien era ella para juzgarme.
-eso creo- fue lo único que dijo para comenzar a concentrarse en los platillos y en el hombre que estaba a su lado, mas este, no le dedicaba miradas de más de 3 segundos, quizá estaba alucinando pero él no parecía muy interesado.
Lo ignore.
La cena termino entre comentarios absurdos y demás.
-Tengo que marcharme Ten Ten, ha sido una velada maravillosa-
-gracia Hinata, siempre es agradable tu compañía sabes que aprecio mucho que aceptaras acompañarnos-
-solo por ti- le asegure. Ella no tenía la culpa de toda la situación que se había formado, es más, quizá ni siquiera se había dado cuenta de nada.
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No logre dormir esa noche.
¿Qué había sido todo eso?
De pronto una sensación de miedo me embargo.
En este lugar las personas me conocían, sabían que no podría ser aquella persona del vestido negro. Nadie imaginaba que ese tipo de deseos sexuales estaban bajo mi piel.
Tuve miedo de las miradas de reproche y de los comentarios que podrían venir a mí.
Peor aún, pensé en aquello que mancharía el apellido de mi familia, poca moral, reputación dudosa, lo expuesta que estaría ante todos los hombres.
En aquella ciudad me lo permití, una noche, solo una y ahora estaba a punto de pagar por ello.
¿Sería ese hombre tan malo, como para revelar aquello?
¿El perdería menos que yo?
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Salí de la cama temprano, incluso antes de que el sol saliera, tome una ducha, prepare un café y tome las llaves de la biblioteca, esperaba no encontrarlo por algún tiempo.
Quizá ambos terminarían por casarse y largarse de una vez.
Solo quizá.
Caminaba por las calles, los faroles comenzaban a apagarse con la aparición de la luz solar.
Como había sido una mala noche, decidí pasar por un pastelillo recién horneado. Ventajas de levantarse muy temprano.
-buenos días Hinata-
-buenos días-
-mala noche, ¿eh?-
-algo así- me avergoncé un poco, quizá debí haberme maquillado un poco las ojeras.
-¿pastelillo?-
-y café latte, por favor-
-en un momento vale-
Se adentró a la cocina, y comencé a ver los carteles sobre la pared, anunciaban un próximo festival.
Por un minuto recordé los festivales que disfrute con Naruto, especialmente el primero.
Esa noche Sakura se había ido de la ciudad, Naruto se encontraba realmente deprimido por su rápida partida, yo realmente quería animarlo, quería que volviera a sonreír, así que me decidí y lo invite, aunque al principio se negó, término accediendo a acompañarme. Realmente me emocione muchísimo, busque mi kimono más bonito, arregle mi cabello, pinte mis labios, realmente quería que me notara, que yo pudiera acabar con esa tristeza en sus ojos.
A pesar de todo, parecía que había disfrutado esa noche, reímos, comimos Ramen, caminamos y disfrutamos de los fuegos artificiales, realmente amaba esa sonrisa, amaba verlo feliz, yo amaba hacerlo sentir feliz. Y luego, lo arruino todo.
-siento que nunca podré olvidarla-
Y sé, que no lo hizo.
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Llegue a la biblioteca, abrí la puerta y entre, justo dos pasos detrás de los míos pude escuchar la campanita que timbraba cada vez que alguien ingresaba.
¿Cómo había llegado hasta aquí?
-así que este es el lugar- hablo adentrándose y revisando cada rincón con su oscura mirada.
-No deberías estar aquí- hable dando vuelta para evitar ver su rostro.
-te equivocas- camino tras de mí, hasta que me vi acorralada entre el escritorio principal y su cuerpo.
-si eres la misma chica de aquella noche, tú eres quien no deberías estar aquí-
Cerré los ojos y lo aparte de mí, no quería que de nuevo esa sensación me embargara
-eres un…-
-¿idiota? ¿Imbécil? ¿Patán? Lo sé, hermosa- se alejó de mi –pero tienes que admitir que ese cuerpo te permitiría por mucho, estar en mejores lugares que este-
Estaba perpleja, ¿Qué trama este tipo?
-¿Quién eres?- pregunte desconcertada
-Sasuke Uchiha, la mejor follada de tu vida-
Y sonrió malamente como si fuera un perverso y sádico chiste.
-No es gracioso- afirme, me aleje para mantenerme segura.
-Hyuuga Hinata- hablaba mientras se dirigía al sofá de lectura más cercano.
-Quiero dejar las cosas en claro-
De pronto la luz solar que se colaba entre las persianas lo hacía ver algo perverso, misterioso.
-Tú no sabes quién soy, más allá de aquella noche, y al parecer yo sé mucho menos respecto a ti-
No pude evitarlo y mis pasos me llevaron hasta el sofá junto a él. Me observo seriamente como la noche anterior.
-puedo ver que no eres esa mujer que conocí, por lo menos no de día- sonrió de medio lado y yo me avergoncé un poco.
-y bueno yo… mi condición no es la mejor- se acomodó un poco en el sofá, para girar y que nuestros rostros quedaran muy cerca uno del otro -Es mejor para ambos que nos olvidemos de ello ¿no crees?-
-bueno yo, yo… creo que es lo mejor- susurre despacio pensando en cómo lograría no pensar en sus manos sobre mi cuerpo, sus labios húmedos rozando mi piel y todas esas cosas que debía admitir, pensaba constantemente.
Nos quedamos en silencio un momento, quizá era lo mejor, a ninguno nos convenía atormentarnos con ello, lastimaríamos a los demás, sería absurdo, tendríamos que dejarlo atrás, después de todo quizá sería normal volverlo a encontrar por la ciudad.
-debo admitir que cuando te vi, por un momento dude que fueras aquella chica- me observaba fijamente
-aquella noche parecías demasiado atrevida, demasiado… decidida- sonrió de medio lado y cerró los ojos –eres toda una sorpresa Hinata- sonrió un poco mientras clavaba sus ojos perversos y fulminantes en mí.
Se levantó sin decir palabra alguna, camino hasta la puerta que al abrirla toco nuevamente la campanilla sobre ella.
-de verdad, ese suéter no te beneficia- sonrió de medio lado y se retiró sin mirar atrás.
Trágame tierra.
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Paso una semana sin que tuviera que volver a encontrarme con ese hombre. Realmente pensé que hablaba en serio, que nada habrá pasado, y aunque era lo mejor, cierta parte de mi estaba… ¿decepcionada?
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Esa mañana inesperadamente, recibi un paquete, imagine que serian aquellos separadores que había encargado hacia una semana atrás, lo deje sobre el escritorio y lo olvide por completo.
Era un poco tarde, comenzaba a oscurecer y aun me encontraba en la biblioteca. Los inventarios me resultaban fastidiosos, pero me mantenían ocupada.
Estaba por termnar cuando tenten llego, habíamos acordado salir a cenar para variar un poco.
-hola, Hinata-chan- saludo animadamente
-hola ten ten, disculpa el desorden estoy por terminar esto-
-descuida, te esperare-
Se sentó en la silla del escritorio principal y comenzó a ver el inventario hasta ese momento.
-Ten ten, podrías pasarme los separadores que llegaron esta mañana, creo que encontré un espacio en este estante para exhibirlos-
-te refieres a este pequeño paquete sobre el escritorio-
-así es, apenas he tenido tiempo de verlo-
Comencé a levantar algunos libros del suelo, los llevaría más tarde al estante de ofertas.
-listo-
Me gire para observar a tente, pero note que su rostro estaba completamente colorado, se giró a verme y parecía que estaba por desmayarse
-que pasa tenten- me asuste un poco
-quizá… quizá deberías verlo antes de exhibirlo-
-pfff deben ser horribles ¿no?- camine hacia ella, pero me detuve instantáneamente al ver como sacaba un pequeño juego de lencería de satín y en la otra mano una especie de dildo.
-¿Quién eres?-
Definitivamente me iba a desmayar.
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-¡Oh por dios!- corrí a quitarle eso de las manos y cerré la caja por completo
-eso, eso no es mío-
Ten ten me observaba divertida
-cielos Hinata, es normal que quieras algo de placer-
-No, no es lo que piensas-
-jamás había visto a alguien de ese color- se reía a carcajadas
-tenten- hice un pequeño puchero
-vamos Hinata, veamos qué es y para quien es- sugirió perversamente -quizá se equivocaron y descubriremos a la pervertida de nuestra generación-
-no lo sé tenten, eso no es correcto-
Arrebato la caja de mis manos y la abrió, debo admitir que yo también sentía curiosidad por ver que contenía.
Una vez más sacamos la ropa interior un modelo hermoso de dos piezas, pero demasiado revelador en satín negro, con un encaje fino en los bordes. El consolador negro, aun en su empaque, grande e incómodo de ver, lo apartamos para encontrar un teléfono celular y junto un pequeño sobre blanco.
Tenten abrió la nota y leyó lo que contenía:
"no pude evitar imaginar lo exquisito que se vería en ti, y también la lencería.
¿Me dejaras esperando? "
Att: S.U
-¿Quién diablos es S?-
Mierda. SASUKE.
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No podía permitir que tenten lo descubriera.
-olvida eso- le mencione –se nos hace tarde para cenar- dije mientras guardada todo en aquella caja y la cerraba.
-¿en serio no quieres descubrir quién es S?-
-¿y perder toda la noche? No tengo tiempo para eso-
Ten ten no insistió más, quizá después de todo, resultaba increíble que ese paquete fuera para mí y que la persona que lo había andado fuera el mismísimo Sasuke Uchiha.
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-Lo imagine, pero resulto mejor de lo que esperaba- sonrió satisfecho -acaso ¿no eres feliz?-
-bien, entonces te hare feliz- se acercó a paso lento.
-tómalo y ponlo entre tus piernas- lo dejo en mis manos y recostándome en la cama lo coloque ahí.
-vamos hermosa, déjame ver como lo deseas-
Mientras el dildo comenzaba a sentirse lento, vibrando en mí. No pude evitar pensar, que definitivamente deseaba estar aquí, expuesta a este hombre que me observaba con lujuria desde aquel sofá donde lentamente tocaba su miembro, mientras me veía masturbarme con el consolador que envió para mí, vistiendo la lencería que eligió.
Por eso llame después de despedirme de Ten Ten, por ello, le permití entrar al sótano de la biblioteca. Lo deje observarme mientras me desvestía, le permití ayudarme a poner esa pequeña ropa.
Y debo admitir que mientras llegaba al orgasmo por mí misma, no me detuve a pensar por ningún minuto en la chica que era fuera de esa puerta, lo que tendría que inventar, como justificaría todo esto, me sentí libre, libre y plena.
Se acercó a mí, me beso con demanda, nos dejó sin aliento, me desvistió por completo, no solo físicamente.
-¿puedes apresurarte?- le incite
-tenemos toda la noche- sugirió
-pero lo necesito ahora- lo bese y me correspondió al instante.
-bien, entonces tómalo- se giró y se recostó junto a mí. Pude ver su miembro erecto, resaltando sobre su anatomía, me acerque y no dude en sentarme sobre su miembro, al sentir el roce de nuestros sexos algo en mí se estremeció por completo un gemido escapo de mi boca.
-maldición- hablo mientras sonreía de satisfacción
Tome su miembro y lo dirigí a mi entrada, antes de entrar me permití sentirlo de arriba abajo con pequeños movimientos sobre el. Gruño ante el contacto.
-veo que nos gusta torturarnos-
Entonces tomo mis caderas y detuvo mi movimiento.
-necesito sentirte ahora-
Me levante un poco y en un rápido movimiento me penetro haciéndome gritar del repentino dolor.
-lo siento, princesa- se detuvo y yo me deje caer sobre su pecho.
-espera- me queje pues aun punzaba un poco el dolor. Pero esa sensación me embargaba lo suficiente como para que mis caderas por instinto comenzaran a moverse. Y se convirtió rápidamente en un movimiento acelerado que me permitía sentir esa erección dentro de mí, caliente, punzando y satisfactoria.
-realmente me extrañabas- sonreía mientras me miraba desde abajo e intentaba controlar los gestos de satisfacción que se apoderaban de su rostro.
-más de lo que imagine- sonreía mientras nuestros cuerpos chocaban una y otra vez, dejando escapar gemidos movimiento tras movimiento.
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No sé si fue buena o mala suerte, o si por algo nos cruzó el destino aquella noche en la fiesta o en esa cena en casa de Ten ten.
No sé porque no me resisto
No entiendo porque fingimos olvidar todo y hacer como que no sucedió, si ahora estamos jodiendo de lo más lindo.
No puedo pensar que tan malo será esto en el futuro.
Si traerá algo positivo o me jodera mas.
No comprendo porque me llama princesa, si con él me siento la jodida reina.
No entiendo ni un poco aquello que llaman destino, pero si de algo estoy segura es de una sola cosa.
¿Quién soy yo para cuestionarlo?
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Lamento la demora, pero espero con ansias sus comentarios. Besos!
ANYMEX1
