Kagami Tsurugi se encontraba desde la comodidad de su habitación mirando en su celular fotos de su compañero de esgrima (y gran amor), Adrien Agreste.
Sabía que estaban teniendo un gran problema y necesitaba encontrar una solución lo antes posible. Se rehusaba a decirlo abiertamente pero estaba totalmente consciente de los hechos: el chico no la amaba.
Y eso la carcomía por dentro.
¿Qué puede hacer para que los sentimientos del rubio cambien?
Nada, no puede hacer nada.
Por eso le lloraba que la amara.
"Solo dilo"
Kagami estaba más que consciente de su propio atractivo, también de lo inteligente y dedicada que era. Aparte se estaba volviendo cada vez más amigable con las personas que la rodeaban. Todo por él.
Y aún así, eso no era suficiente para conquistar el corazón de Adrien.
Por favor, ¡ella era perfecta! ¿Por qué no la sabía apreciar?
Tanto era su enamoramiento por el modelo que le comentó esta humillante situación a su madre. Aún recordaba exactamente sus palabras:
"¿Para que te molestas, Kagami? Tantos chicos de los que te pudiste enamorar y lo escoges a él. Necesitas a alguien que te merezca, no andar mendigando por amor"
Pero claro que Adrien la merecía. ¡Estaban hechos el uno para el otro!
Y eso la entristecía más.
Por eso le pedía que la dejara.
"Yo sé que me necesitas, ¿por qué no lo dices?"
Por eso siempre que veía al chico siendo cariñoso con Marinette, corría a su habitación para sacar todas las lágrimas que se guardaba.
Y no era solo un arranque de celos, no.
El modelo cuando veía a su supuesta "mejor amiga" se notaba claramente el gran amor que le tenía y los ojos se le iluminaban, la alagaba por cualquier cosa, siempre tan atentó con ella y la abrazaba con un afecto que Kagami nunca tendría, y eso la derrumbaba en segundos.
Por eso le rogaba que la engañara.
"No importa, hazlo"
Y muchas veces había tratado de impresionarlo, pero parecía que no podía hacer nada para competir contra ella, no después de lo que le había dicho ese día:
"Lo siento, Kmi. Estoy enamorado de otra persona"
Y no sabía cómo, pero encontraría la forma de cambiar su estrategia y triunfar.
Ella siempre triunfaba.
No le importa terminar perdida en la confusión o seguir pasando las noches en vela, mientras Adrien Agreste no se vaya de su vida.
Porque no había persona que le importara más que él.
Por eso lloraba, rogaba y pedía que la amara.
"Porque haré cualquier cosa por ti"
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Apenas estoy conociendo esta plataforma entonces nos e si puedo contestar los comentarios, pero me pone muy feliz leerlos jaja.
Muchas gracias por leerme :)
