Solo podía ver como Obelia caía lentamente a pedazos como ese glorioso Reino que levante con esfuerzo se desmoronaba... Volvía a ser como lo era en el gobierno de mi Padre y Hermano ¿acaso este es es el Karma? Por haber matado a mi única hija, la única que me amo incondicionalmente la que siempre estuvo ahí, la que hasta al final suplico que le dijera algo amoroso antes de morir... Realmente fui un idiota total.
—Princesa, Su Majestad no pasará de esta noche -dijo aquel medico encargado de mi salud desde hace meses- el cuerpo de su Majestad esta muy debilitado.
—Haga lo que tenga que hacer por mi Padre -dijo la voz de esa perra fingiendo lastima ¿que te haces maldita? ya lograron su objetivo... Lograron verme caer- para que no siga sufriendo por su enfermedad.
—Jennette debemos hacer la coronación pronto -contestó ese perro tal vez el medico se fue de la habitación y por eso ladra como quiere- así nuestros planes irán perfectamente y tu podrás reunirte con tu madre en la frontera.
—Si Tío, sin tu ayuda incondicional esa maldita iba a tomar mi puesto -dijo... Tu eres la maldita y sentí como se acerco hasta mi oido su asquerosa respiración- gracias padre, gracias por haber matado a esa bastarda y dejarme el puesto que tanto anhelaba... Mi madre será una buena Emperatriz de ahora en adelante.
Sentí como esa Magia Negra aumentaba en mi cuerpo haciendo que me quejara de un intenso dolor, como si me estuviesen quemando por dentro ¡esto lo merezco! Por haberme cegado de dolor cuando falleció mi Sol... Por haber dejado abandonada a mi preciada hija, por haberla asesinado sin compasión y no decirle palabras de amor... Lo merezco sin duda alguna... Sentía en cada momento como caía por un oscuro hoyo.
—Majestad.
¿Félix? ¿Has venido a verme antes de morir Félix? Como puedes venir a ver a una basura como yo... Pero lo extraño de esto es que ya no siento el ardor de mi cuerpo ni mucho menos la presencia de esa basura en la habitación, es más me siento como nuevo como si nunca hubiera caído enfermo por culpa de la Magia Negra.
—Majestad es hora de la audiencia con el Duque -me volvió a llamar ¿que es lo que acaba de decir? Abrí mis ojos y mire a Félix quien parecía preocupado- ¿o quiere cancelarla?
—No, retirate en un momento ire -negué sentándome y él hizo una reverencia saliendo de mi habitación- ¿como demonios estoy vivo? Esa perra estaba matándome con su Magia Negra...
Me levante hacia un espejo cercano donde pude ver mi reflejo note como mi aspecto es cuando estaba joven cuando tenía 25 años... ¿acaso escucharon mis ruegos? ¿Me dejaran tener una nueva oportunidad para remediar mis errores? Si es así, no la desaprovechare para nada, cumpliré con la promesa de mi Sol... Cumpliré cuidando de nuestro hermoso regalo.
—Félix -le llame e inmediatamente entró a mi habitación- trae a esa niña a la oficina de audiencias.
—Su Majestad... -dijo sorprendido y ya sabia lo que iba a preguntar- ¿puedo saber para que?
—No, solo traela a mi oficina.
—¡A sus ordenes Majestad!
Parecía realmente feliz por la orden... Se que siempre tuvo la intención que le mostrara afecto a Athanasia él lo intento muchas veces, intento que tuviera encuentros con ella para mostrarme lo inteligente y amable que es mi amada hija, después de varios minutos camine fuera de mi habitación hacia la oficina de audiencias cuando llegue ahí ya se encontraba ahí mi pequeña Athanasia siendo cargada por Félix a su lado se encontraba su nana quien parecía nerviosa y pálida.
—Gloria y bendiciones al sol de Obelia -saludo Lilian York temblando haciendo una reverencia- ¿puedo preguntar para que llamo a la Princesa?
—Silencio -ordene acercándome a Félix extendí los brazos para tomar a Athanasia- damela desde ahora yo la cargare y pueden retirarse.
—Majestad usted... -pronuncio Lilian sorprendida mirando a Athanasia quien parecía ilusionada y feliz al ver que estoy por cargarla- ¿la cargara?
—¿Hay algún problema?
—No Majestad.
Él me la dio, al tenerla en mis brazos ella se aferro a mi cuello como si dependiera de ello ¿como pude maltratar a esta niña? Me odio a mi mismo por todo el daño que le cause...
—Pueden retirarse, Félix quedate afuera de la oficina -ordene nuevamente entrando al salon de las audiencias y una vez dentro vi que ese perro aun no llegaba aprovecharé para preguntarle a ella todo lo que le gustara- Athanasia ¿como te gusta que te llamen?
—Me llaman Atthy -dijo en un susurro muy pequeño- Su Majestad, me gusta que me digan Atthy.
—Atthy -pronuncie con curiosidad a ella le mostrare todas mis facetas, mientras con los demás seguiré frío sacare a todas esas ratas de este lugar- ¿que te gusta comer?
—Todo lo que me sirvan -dijo más confiada mientras me sentaba en mi silla con ella en mis piernas- pero amo comer mucho las fresas y el chocolate.
—¿Te gustaría comer conmigo después de esta audiencia? -pregunte recargandome en el respaldo.
—Si a su Majestad no le molesta...
—Llámame papá -le interrumpí y ella al momento me miro con sus ojos iluminados- no me llames Majestad, llámame papá sin ningún problema.
Ella asintió feliz dándome un abrazo se que esto no recompensa lo idiota que fuí en el futuro, pero tratare de darle todo el amor que ella merece, ahora entiendo lo que sucede me dieron la oportunidad de volver hacia atrás cuando ella tiene diez años.
—Gloria y bendiciones al Sol de Obelia -saludaron y volteé a ver al Perro frente a mi escritorio ¿en que momento llego? Y miro a Athanasia quien jugaba con mi cabello- Su Majestad parece que hoy esta acompañado.
—Te faltó saludar a la Princesa, Duque -dije fríamente y ella miro sorprendida por mi orden- ¿que no piensa saludar?
—Lo siento Majestad -tartamudeo asustado y se volvió a inclinar- Gloria y Bendiciones al sol naciente de Obelia.
—Empecemos con la audiencia -ordene dejándola en mi silla y quedándome a un lado- ¿que tiene que informar Duque?
—Los impuestos del pueblo -informó mirando a Athanasia quien solo miraba curiosa la audiencia- y sobre algunos forasteros que han querido entrar a Obelia de forma ilegal...
—¿Mi hija tiene algo en su rostro para que no la deje de ver? -cuestione furioso provocando un susto en él.
—No Majestad... -dijo asustado mirando los papeles- solo he visto que la Princesa es muy bella...
No dejare que la pisotes como lo hacías antes, haré que sea respetada por todos y no solo eso, mataré a esa perra que sigue viva... Gracias basura me has dejado un pista de donde podría estar escondida... Solo espera maldita que ni tu y tu bastarda se saldrán con la suya.
Continuará...
