Definitivamente no puede ser, tenía que
haber sido su nueva paranoia.
Aterrado, asustado y con un miedo inhumano pasando por su delgado cuerpo, Oikawa llevó su mirada hacia la entrada de la reciente casa que había estado examinando por unos cuantos minutos, y lo que vio en ese momento era muchísimo peor que ser secuestrado por cualquier extraterrestre, él estaba presenciando a Lucifer en persona, él estaba viendo a un demonio sin cola, él estaba viendo... a una vaca, si, una gran y enorme vaca.
El simplemente sentía que el mundo se le venía abajo.
Aún atónito por lo que acababa de ver, se giró sobre sus talones con la intención de volver por donde habia venido, si no fuera por qué Kuroo lo había agarrado de la parte trasera de su uniforme deteniendo sus pasos.
— ¡NO ME DETENGAS!—. Gritó mientras
intentaba zafarse de su agarre.— ¡SABIA QUE ME IBAN A SECUESTRAR! ¡ÉL!—. Lo apuntó con molestia.— ¡QUIERE SECUESTRARME PARA LLEVARME A SHIRATORIZAWA!
— Oikawa, deberías calmarte, solo es
Ushijima, él no hará eso—. Le aseveró
Sawamura.
— ¡Ese es el problema y claro que lo hará! Me atara a una silla y me dejara amordazado mientras me obliga a escuchar sus estupidos monólogos de equipo para que me lo sepa de memoria, asi yo tendré que hacer lo mismo con los nuevos y asi sucesivamente como si se tratara de una herencia! ¡Si, UNA MALDITA HERENCIA POR PARTE DE ESA VACA!
Ushijima Wakatoshi estaba parado en la
entrada con ropa simple y cómoda con los
colores representativos de su academia.
Lo miró con su típico semblante impasible
sin saber realmente que responderle, a él
jamás se le había pasado un secuestro por la cabeza, y comenzó a preguntarse qué es lo que haría Tendou en ese momento.
Por qué mucho antes de que pasara todo eso, en los dormitorios de Shiratorizawa, el de rizos castaños oscuros se encontraba
sentado en la litera de abajo mientras sostenia un par de papeles que recién acababa de terminar. Ultimamente estaba pensando en que de cierta forma quería
tener un lazo amistoso con los capitanes de
los demás equipos, asi como los tenia con
sus compañeros de Shiratorizawa, no, sus
preciados amigos, asi los veía él a pesar de no ser de muchas palabras.
Repentinamente la puerta de su cuarto fue
abierta en grande dejando ver a un chico alto y delgado, sus rizos pelirrojos estaban hacia abajo mientras los mechones de su frente estaban mal atados hacia arriba por una pequeña goma elástica de color morada que Ushijima había usado en él cuando pareció pensar en que sus rizos le dificultaban el ver correctamente. Traia puesto un suéter ligero de color negro y unos pantalones grises. El estaba sonriendo, parecía bastante feliz.
— ¡Wakatoshi-kun! ¡Le gané a nuestro
pequeño Goshiki en las cartas! Debiste haber vistu su cara, estaba impactado ¿Ves? Te dije que podia ganarle sin importar que tan bueno sea—. Dijo rápidamente el ojiescarlata mientras se adentraba a la habitación con pequeños saltitos demostrando su alegría.
Ushijima levantó la mirada para poder darle
toda su atención y lo vio posar sus ojos en las pequeñas notas sobre su regazo, pasando de un rostro de felicidad a uno de confusión.
— Wakatoshi-kun... ¿Recibiste cartas de
algunas chicas?—. Le preguntó sentándose
a su lado mientras examinaba los sobres
detenidamente aún confuso.
El negó.— Le escribo una carta a mis amigos.
Eso pareció hacer que Tendou se sintiera curioso y que olvidará rápidamente la idea
de que hubieran sido pequeñas notas de sus admiradores.
— Oh~ y ¿a quienes?—. Inquirió con curiosidad mientras Ushijima pegaba su mirada en los sobres tomándose su tiempo en contestar, parecia pensarlo.
— El capitán de Karasuno, Daichi, Bokuto de Fukurodani, Kuroo de Nekoma.. y a Oikawa de Aoba Johsai—.Contestó y casi al instante se escuchó como su acompañíante soltaba una carcajada.
— Eso a de estar mal, es imposible que el líder de Aoba Johsai sea tu amigo, realmente no le agradas—. Comentó a la vez que negaba con su cabeza, era imposible, Satori no conocía perfectamente a Oikawa, pero se podia notar a kilómetros de distancia su mirada de rechazo hacia su capitán, incluso parecía tenerle miedo.
El pelimarron levantó la mirada viéndolo con su habitual semblante, solo que parecia un poco dolido por sus palabras.
— ¿Yo no le agrado? ¿hice algo mal?—. Murmuró sin comprender realmente lo que le habia dicho. Tendou rápidamente se arrepintió de lo que dijo al ver esa mirada, asi que lo rodeó con sus largos brazos y lo estrujó contra su pecho con cariño.
— ¡Olvida lo que dije! ¡Es imposible que
alguien no quiera a Wakatoshi-kun!—.Chilló
mientras lo sacudía de un lado a otro con
suavidad, siempre le pareció que Ushijima
era muy abrazable, al igual que un oso de
felpa. El castaño curvó sus labios en una pequeña sonrisa y le correspondió el abrazo, acomodándose entre la curva de su cuello y se permitió relajar en ese calido lugar mientras aspiraba el agradable aroma a jabón de coco impregnado en su piel.
Pero fueron interrumpidos por una
simulación de arcadas junto con una tos.
Ambos voltearon hacía la puerta sin dejar
de abrazarse, encontrándose con las
miradas asqueadas y enternecidas de sus
compañeros.
— Por favor, no hagan eso delante de los
pobres
Satori sonrió ladino ante sus palabras y se
apegó mas al castaño, este último solo cerró los ojos mientras dejaba reposar su mentón sobre el hombro del pelirrojo, ignorando completamente las quejas de sus amigos al verlos darse un simple abrazo. Estaba demasiado adormilado en ese momento como para querer moverse. Así que se dedicó a escucharlos en silencio mientras se acurrucaba a su fuente de calor.
Pero volviendo al presente, ahora los cinco se encontraban sentados en el suelo alrededor de una gran mesa rectangular con diversos alimentos que Ushijima había pedido para poder cenar, este ultimo estaba en una de las puntas. Daichi estaba a su derecha mientras comia en silencio un plato de ramen, y a su izquierda estaba Kuroo seguido de Bokuto, los cuales no perdian tiempo en devorarlo todo como si fueran dos indigenas que jamás habian probado aquel tipo de alimento.
Después estaba Oikawa junto a Daichi, quién miraba la comida como si intentara buscar algún tipo de defecto para poder quejarse de Ushijima, el cual se encontraba mirándolo pacientemente, esperando que probara algún bocado asi ya podria empezar él, tenia la costumbre de esperar que los demás empezaran a comer para después unirse a ellos.
— Es una especie de soborno?—. Preguntó
Oikawa con desconfianza mientras picaba
la comida con los palillos, quizás comenzó
a pensar que la comida podia llegar a tener
cloroformo, al menos en la suya.
— Oikawa, eso es imposible—. Le dijo el
pelinegro a su lado.— Vamos, come antes de que se enfrie.
El frunció sus labios mientras asentía y
miraba su plato de comida. Bueno, realmente estaba hambriento y el olor era demasiado bueno como para poder resistirse.
Suspiró antes de llevarse el primer bocado de ramen a sus labios.
Y maldición.
¡Estaba delicioso! ¡Pero no! Osea, si pero no ¡El Gran Oikawa Tooru jamás lo admitiría!
¡Jamás!
Asi que solo se dedicó a comer mientras
arrugaba la cara.
— Oiwawa, pareces una abuelita—. Fue lo que le dijo Bokuto por su extraña expresión.
Kuroo expulsó la bebida que se encontraba
tomando por la nariz y Oikawa casi se ahoga con un fideo.
— ¿Pero qué mierda...?—. El pelinegro se
apresuró en agarrar una servilleta de la mesa para limpiar los restos de su fuente nasal.— Bo, no digas cosas a si de repente—. Le reprochó.— O lo próximo que va a salir por mi nariz será un pulmón entero.
Tooru tosió un par de vez mientras Daichi
le palmeaba la espalda para ayudarlo a
recuperar el oxígeno. Ushijima comía en
silencio su plato de soba.
— Ustedes... realmente quieren acabar
conmigo— Declaró el castaño con dificultad, aún intentando controlar su respiración.
— En fin, Ushijima—. El capitán de Nekoma llevó su mirada al pelimarron mientras seguía con la servilleta en su nariz.— ¿Por qué nos citaste a todos nosotros aquí?
Entonces todas las miradas recayeron en el nombrado, quién dejó de comer para después limpiarse la boca con una servilleta de manera educada.
— Ay no pues, el fino—. Expresó Oikawa con mala cara.— ¿No quieres que también te pase un vaso con ag-
— Cállate—. Kuroo le había lanzado su servilleta usada en la cara.
— ¡Ew, no! ¡wacala!—. Se horrorizó el armador mientras tiraba aquel papel lejos de él.— ¡Tus feos gérmenes se me pegaran en la cara!
— Ni modo que fueran lindos—. Dijo con ironía pero rápidamente su cara cambió.— ¡¿Gérmenes?!—. Boqueó ofendido.—¡Deberías sentirte bendecido! ¡algo de mi hermoso ser cayó sobre tu horrible rostro!
— Querrás decir maldecido.
— ¡Ustedes dos ya deténganse!—. Los reprendió el capitán de Karasuno.— Dejen que Ushijima hable.
— Bueno...—. Empezó mientras reposaba sus manos sobre sus piernas.— Estuve pensando en que sería bueno formar lazos amistosos con ustedes.
— Oh ¿cómo yo y mi bo?—. Señaló Kuroo a Bokuto quien seguia metiéndose trozos de carne en la boca a pesar de que parecía no poder acumular más.
Wakatoshi asintió en respuesta, la verdad es que ese dúo enérgico siempre le pareció interesante.
— Claro—. Se unió Oikawa a ellos asintiendo.— Y a mi no me gusta el mate.
Los chicos estaban a punto de mirarlo mal si no fuera por que se habían dado cuenta de que algo no encajaba en su conversación.
— ¿Ma...te?—. Repitió Sawamura con confusión, la palabra sonaba rara a sus labios, eso no era japonés.
— ¿Qué esfeso? ¿se wome?—. Preguntó Bokuto aún masticando ruidosamente mientras lo miraba con ojos curiosos.
— Tú termina de "womer" eso—. Le reprochó su bro con una mueca asqueada.
Por otro lado Oikawa se había quedado perplejo... ¿mate? Ni siquiera él sabía lo que significaba esa palabra. Por una extraña razón la había dejado salir.
— Yo... no lose—. Logró decir aún sorprendido de si mismo.
— ¿Como que no sabes? ¿Entonces para que lo dices?
— Es difícil de explicar... es como si algo me hubiera poseído durante unos milisegundos—. Sus ojos chocolate se abrieron en grande.— ¡NO PUEDE SER! ¡LOS ALIENÍGENAS QUIEREN POSEER MI SEXY CUERPO!
— ¿Poseer? ¿Alienígenas?—. Daichi estaba demasiado perdido, incluso parecía estar adentrándose a una conversación inhumana.
— Ignóralo—. Le dijo el pelinegro mientras volvía su mirada a su plato casi vacío.— Es solo Oikawa siendo Oikawa, solo que un poco más extraño, que no te sorprenda.
— ¿Entonces no se come?
Tooru soltó un gruñido de advertencia.— No, nose que es, nose si esta viva y no, nose si se come—. Le replicó de mala manera al pelimarron que se había animado a unirse a esa extraña conversación.
Ushijima le dio una mirada a Bokuto quien le asintió con un pulgar hacia arriba, parecía estar agradeciéndole por haberle dado una respuesta a su pregunta. El más alto también le asintió complacido de poder ayudarlo.
Hacer amigos era interesante.
