Pensar en cómo había cambiado tanto las cosas en estos años. La historia había comenzado con Adrien llendo al colegio por primera vez, Ladybug y Chat Noir recibiendo sus Miraculous, todos los líos amorosos.
Gabriel intentando salvar los restos de su familia y alejando a su hijo. Nathalie dando todo para hacerlo feliz. Y enfermándose.
La llegada de Lila.
La nueva tutela de Marinette.
Las breves y fallidas relaciones que tuvieron Marinette y Adrien con Luka y Kagami.
La crisis de Marinette.
La primera revelación de identidad.
La... Calma.
Marinette empieza a hablar con Adrien (ya sin trabarse tanto) y hasta hacerlo con normalidad.
Y luego un tiempo después.
Gabriel desarrollando sentimientos por su secretaria, empezando a cuestionar sus decisiones del pasado. Adrien distraído por Marinette. Ladybug cariñosa con su gatito.
Y ahora, dos años después de tantos eventos.
Todo estaba mejor. Todo estaba mejor para todos, excepto para Lila.
Casi nadie confiaba en Lila. Gabriel ya no quería trabajar con ella.
Y lo que más le molestaba a Lila:
La intimidad, cercanía innegable entre Adrien y la panadera.
Sentía tanta envidia, tantos celos. Lila siempre sintió que Adrien merecía a alguien mejor que Marinette, alguien elegante y sofisticada como Lila.
Además él sería sin duda una puerta a las riqueza, fama y reconocimiento.
Y esta vez tenía un plan infalible.
Una gota.
Eso dijo la bruja, sólo una gota se necesitaba para hacer a alguien encontrar su verdadero amor. Pero ella tendría que "hacer esfuerzo para ganar su corazón" esa era la parte de molestaba a Lila.
Así que ella no iba a hacer caso a la bruja, ella le daría la botella completa, ella no quería que Adrien siquiera tuviera voz en el asunto.
Ella no lo sabía, pero todo saldría de manera diferente a la que planeó.
