Capítulo III:

- Mamá ¡ - gritó Kyle yendo a verla.

- Dirás prima – dijo Rachel yendo a verla igual que el niño.

- Oh bueno sí – la salvó él y Rachel asintió - Rachel Bárbara Berry – se presentó.

- Kyle Fabray – se presentó el pequeño estrechando su mano.

- Ughhh un agarre fuerte

- Sí, mami me dice que al saludar se tiene que mostrar carácter, lo justo y necesario no a lo cavernícola – eso hizo reír a Rachel quién añadió – mi padre dice lo mismo.

Y el nene asintió en reconocimiento.

- Quinn, Quinn despierta por favor – pidió Rachel acariciándole su carita muy despacio.

Kyle fue a buscar el alcohol y a alcanzárselo a Rachel quién lo usó en Quinn.

Ella muy despacio empezó a recobrar la conciencia – tranquila, tranquila, estás bien – le dijo.

Quinn asintió calmadamente viendo dónde se encontraba, siendo las 8am - ¿no vas al colegio? – preguntó Quinn.

- Eh no, me tomé el día libre hoy, papá escribió un permiso.

- Woahhh eso es grande, tu asistencia intacta.

- Bueno sí, tú eres más importante que eso – replicó como si fuese nada, cuando ese acto simplemente era todo y todos en esa sala lo sabían.

Kyle al ver que estaba bien su mamá, se fue a jugar con Beth que curiosa lo miraba despierta – hola bebé – susurró él con gran sonrisa.

- Tiene su sonrisa – pensó Quinn por su niño que cada vez por más que era una copia de ella, a la par, también era una copia de Rachel.

- Se ven muy lindos –apreció con gran sonrisa Rachel.

Beth resultó tener mucha curiosidad con el niño, quién casi de inmediato empezó a hacerle caras tontas y rasgos así para que riera, cosa que Beth hizo haciendo sonreír a ambas mujeres en el proceso.

- ¿Estás bien? – preguntó Rachel

- Eso ya lo preguntaste y sí.

- Bueno tú te desmayaste.

- Pero ya estoy bien, estoy bien Rach.

- Bueno – acotó sonriendo muy bonito por el apocope de cariño.

- ¿Podemos pedir pizza? – pidió Kyle

- Pizza, pizza – coreó Beth y Quinn no pudiéndole negar nada asintió para que él llamara, sorprendiéndose después de estar sorprendida.

No debió estar tan sorprendida al notar que le gustaban los mismos ingredientes que Rachel – es su mami después de todo – se dijo internamente.

- Yeahhh – vitoreó al oírle que agregaran tocino extra.

- Ese es mi Kyle bien hecho ahí – se tuvo que morder la lengua para no decir "hijo"

- Tocino mami, tocino – pidió su Beth y Quinn puso una gran sonrisa, la misma del gato de Alicia.

- Mis genes han predominado está claro – dijo ella haciendo gestos muy adorables que no pasaron desapercibidos por Rachel quién le arrulló y Quinn se sonrojó más.

- Yo también, yo también – pidió Beth estirando sus bracitos para que su mamá y Rachel le abrasen, cosa que hicieron al ser ella de lo más lindo del planeta.

Cuando llegó la pizza, los cuatro disfrutaron de ellas, Kyle disfrutó siendo el hermano mayor enseñándole a comer a Beth su pizza como si fuese un burrito, por trocitos.

- Eres un buen chico Kyle – observó Rachel y el asintió sonriendo, él era el mejor hermano mayor del mundo y eso le encantaba.

- ¿Y Kyle hasta cuando te vas a quedar, o vienes a vivir aquí? – preguntó Rachel y Quinn se mostró intrigada por su respuesta.

- Eh eh venido con una máquina obvio, pero se ha descompuesto, así que cuando la arreglen supongo que puedo irme, pero aún no.

Rachel asintió pensando que el carro de su tío se había malogrado, sin embargo, Quinn lo sabía mejor, con lo que se preocupó eso de estar varado en ésta época.

- No me preocupo, sé que algo se puede hacer y por mientras que mejor que pasar tiempo con Quinn.

- Es verdad – añadió Rachel.

Los cuatro pasaron así su día y tarde, un día chévere, Rachel recibía cada tanto mensajes o llamadas de su novio, ella lo estaba evitando.

- ¿Están bien? – preguntó ella después de la décima llamada.

- Estamos bien – respondió ella – sólo, ya sabes – soltó acomodándose su cabello – Finn quiere que fijemos una fecha para la boda y sinceramente no quiero casarme así, todo apurado sin ti ahí.

- ¿Sin mí?

- Sin ti, eso no tiene sentido y sí eso es raro sabiendo que bueno, él es mi novio y no tú – bromeó Rachel y Kyle con Quinn se miraron unos segundos.

Ahí empezó a pensarlo Quinn, si Rachel era su pareja en el futuro, ellas tendrían que llegar a ser novias y después esposas y estaban muy lejos de eso, al menos Quinn sabía que tenía que moverse.

¿Y quería moverse?

¿Quería hacer un movimiento en Rachel?

Eso le pareció raro, ya que a ella la conquistaban no era al revés.

- Así que, ¿estás saliendo con Sam? – preguntó

- Sí, lo estoy.

- ¿Eres feliz? – preguntó sentándose a su lado.

- Lo soy – con gran sonrisa, pero no era por Sam, era por Kyle y por Rachel, eso pensó y eso dijo – soy feliz junto a ustedes, soy feliz.

- Eso es muy bueno – acotó ella.

Ambas se miraron en un silencio cómplice.

Eso, hasta que le entró una llamada a Quinn, era de Puck – no, no, carajo no – soltó Quinn pidiendo perdón a sus niños por la grosería – eres un maldito y no me caes para nada – finalizó casi riendo.

- ¿Qué pasó?

- Pasó que es un imbécil que ha planificado una fiesta en mi casa sabiendo que mi mamá se va de viaje por negocios tres días seguidos.

- ¿Y no le dijiste que no?

- Pues sí, pero ¿cuándo él ha hecho caso? – preguntó sin esperar respuesta Quinn.

- Eso es cierto- replicó Rachel.

Y así, ese mismo día por la noche quedó fijada la fiesta.

- Mamá no te preocupes, no pienso tomar hoy, además estaré rodeada de gente, ¿qué mejor que eso? – pidió y ella estuvo de acuerdo, Quinn estaba lastimada, necesitaba descansar, a la par que estar vigilada y si una fiesta le proveía esas necesidades primarias, ella lo iba a aceptar.

Una fiesta pequeña pensó Quinn al ver llegar a sus amigos del club Glee, pero todo se descontroló rápidamente, en minutos ya eran más, muchos más.

Varios atletas y porristas.

- Joder Puck, y una mierda imbécil, sácalos a todos – pidió ella parada con sus muletas en la cocina.

- Lo siento Quinn, se descontroló todo, no puedo pedirles que se vayan.

- ¿Por qué no?

- Porque ellos trajeron los insumos, mira, un montón de carne y tocino para hacerlo a la parrilla, mucho alcohol de por medio, sodas, incluso un imbécil que no conozco trajo una lata de fórmula para Beth.

- Si rompen algo, lo que sea, tú te encargas – le pidió – tú te encargas ¿promételo?

- Ya vale, vale, lo prometo – se comprometió él.

Y ufa que iban a romper muchas cosas, ambos lo sabían.

Los chicos fueron llegando, Finn apartó a Rachel cerca de la piscina en el jardín trasero para hablar con ella.

Quinn se quedó en la cocina con su hijo mayor, Beth dormía en su cuarto del segundo piso, Puck se había quedado junto a ella cantándole y ahora le observaba dormir plácidamente, Quinn también al tener el monitor en la mano para así cuidarla y verla desde dónde ella esté.

- El segundo piso está vetado ¡ - gritó Puck – el idiota que despierte a mi hija, se va a la mierda y no regresa más – propuso a los fiesteros, él también lo era, pero antes que todo, era papá, y uno muy chocho que adoraba a su niña.

Quinn conversaba con su hijo, deseando ella interrumpir a Rachel en cualquier momento.

- Mamá, si ella no es tu novia ¿cómo planeas que sea tu esposa? – le preguntó su hijo diciéndole lo obvio.

- Eso ya lo sé genio, sólo no he tenido la oportunidad para hablar con ella o hacer algo más.

- Tienes que hacerlo mamá.

- Lo sé bebé, lo sé, un poco de paciencia con esta viejita que le crujen los huesos – le dijo bromeando y ambos rieron, Quinn tenía 17 años, no estaba vieja.

- ¿Cómo viajaste aquí? – preguntó a su niño, ella sentándose en un taburete, muy dolorida de seguir parada.

- La tía Brittany, estudió en el MIT y construyó una máquina del tiempo usando un proyecto de Tesla de muchas décadas atrás.

- ¿Y al decir que la arruinaste, qué significa?

- Pues que después que ustedes se divorciaran yo le rogué a mi madrina que quería viajar y arreglar todo dónde se rompió, pero cuando ella aceptó finalmente, no la dejé terminar y fui muy impulsivo para viajar sin su permiso, por lo que no oí la parte en la que iba a regresar.

- Rayos – soltó ella.

- Sí, muchos rayos, y si no vuelvo tampoco me preocupo, quiero pasar tiempo con ustedes, sé que la tía Brittany hallará la forma de encontrarme y regresarme a mi tiempo, por eso no tengo miedo, confío en ella.

- Yo también cariño – replicó Quinn – Brittany era más inteligente de lo que le concedían.

- Así que, salí con tu mami – dijo Quinn y el pequeño asintió – y lo arruiné por mi accidente, por las secuelas – el pequeño asintió otra vez – Finn aprovechó y nos estamos divorciando ¿eh?

- Así es – dijo el pequeño triste.

- ¿Y si lo arreglo aquí? Puede que cambie tu línea temporal.

- Así es y todos seríamos felices y nadie me tomará de ti.

- Nadie te tomará de mi, nadie te arrancará de mi lado, eso es una promesa hijo – prometió ella chocando el puño con él.

- Hey baby no te veía desde el accidente ¿estás bien? – preguntó Sam cariñoso con ella.

Quinn observó a su niño que asentía copiando unos gestos que Sam estaba haciendo a la par.

- Él es el padre – concluyó y se lo dijo sin emitir sonido a su niño que asintió mostrándole dos pulgares hacia arriba.

- ¿Bebé estás bien? – pidió Sam siendo muy dulce con ella.

- Terminamos – soltó Quinn.

- ¿Qué? – preguntó el niño

- ¿Qué? – preguntó Sam – así sin más, ¿me cortas? – preguntó enojado.

- Sí, no te amo, no pierdas el tiempo conmigo.

- Eres una puta – soltó enojado – sólo te importa tu persona, vete a la mierda – soltó girándose y cogiendo una cerveza se perdió en la fiesta.

- Eso fue brusco – soltó Quinn.

- Claro que lo fue mamá – se quejó el pequeño.

- ¿Eres invitro o de otro modo?

- ¿Qué? – preguntó Kyle con un gesto de lo más adorable, todo lo que hacía le parecía adorable a Quinn, estaba ya muy enamorada de su niño.

- Apuesto mi vida a que no engañé a Rachel.

- No la engañaste. El tío Sam estuvo de acuerdo y fueron a una clínica dónde me hicieron, así me lo explicaron juntas.

- Oh que bien, no imaginaba acostarme con él, pero por ti lo haría.

- Iughhh mamááááááa – se quejó Kyle y Quinn rió de lo hermosa de su carita.

Afuera Rachel y Finn seguían conversando cada vez más brusco, ambos casi gritando.

- Eso se va a poner feo – susurró Kyle llamando la atención de Quinn, él quería interrumpir, nadie le gritaba a su mami y salía libre y canchero.

Quinn se apresuró con sus muletas, no quería que kyle quede en medio de eso, Finn patee unas sillas y su pequeño quede en medio pudiendo ser lastimado.

- Eh, se pueden callar, están asustando a mi primo – pidió Quinn sin miedo a lo enorme que parecía Finn enojado.

- Tú tienes que ver, seguramente es por ti – culpó a Quinn, ella hizo un gesto de desentendida – sí tú, siempre que pasa algo estás alrededor, como una maldita espinilla.

- Pudiste hacer la conexión e hilar unas ideas, eso me sorprende.

- Cállate, no soy estúpido ¡ - gritó.

- Nadie lo es, para Finn – pidió Rachel.

- No te metas Quinn, esto no es asunto tuyo.

- Me meto porque quiero, y que grites a Rachel es mi asunto.

- Es mi Rachel, no tuya.

- No es de nadie, ella no es una cosa, imbécil –replicó Quinn.

- No soy de nadie, ya basta – Rachel agitando los brazos.

- TÚ TIENES LA CULPA QUE ELLA NO QUIERA CASARSE CONMIGO ¡- gritó Finn

- Y eso es genial entonces, te felicito Rachel.

- No me jodas, si fueses un chico ya te hubiera partido la cara.

- ¿Y qué te detiene?

- Basta, basta no la toques ¡ - la defendió Rachel.

- Eres una mierda Quinn y todo lo que tocas lo haces mierda, ¿quieres jugar a la casita? ¿a la pareja gay? Todo se irá a la mierda en tus manos, igual que tu padre arruinarás la vida de otros y la tuya. Rachel no es gay.

- Yo no soy gay tampoco Finn – soltó Quinn muy segura de sí misma, ella adoraba a Rachel, en tal caso sería ¿Rachelsexual?

- Y más importante, Rachel no es gay, así que aleja tu mierda de ella – pidió él.

Ambos se quedaron discutiendo, ninguno quería perder, Finn estaba muy agresivo, a Quinn le encantaba picar a Finn, lo disfrutaba por lo que fósforo y gasolina se mezclaron ahí mismo.

Rachel en vano trató de detenerlos, Kyle observaba todo de lejos, ese siendo la imagen en tiempo real de su línea de tiempo, sólo que Quinn lucía más desesperada y que Rachel estaba saliendo con Finn y se iban a mudar a otro estado con todos sus hijos, pero sin Quinn.

- No le gustas a Rachel, tú maldita lesbiana, ella me ama a mí.

- Te sorprendería cuánto le puedo llegar a gustar – valiente lo seguía picando ella.

- Basta sólo basta Finn no estoy terminando contigo.

- ¿Por qué no? Deberías – acotó Quinn.

- Vete a la mierda hija de puta ¡ - gritó Finn a Quinn – Rachel jamás te va a hacer caso, jamás.

- No hables por mí, estoy aquí – Rachel.

- Rachel vámonos ya, te va a pegar lo de esta mierda, vámonos ahora o te quedas sin novio ¡ - le exigió.

- Genial puedes irte entonces, déjala conmigo.

- Quinn basta, basta ¡ - pidió ella cogiendo la mano de Finn y halándolo a otro cuarto para seguir conversando más a gusto, más tranquilos.

- Bueno, eso salió bien – soltó Quinn y Rachel la miró con cara de poquer, Finn quería matarla y su hijo estaba triste – Kyle ven aquí, no pasa nada bebé, ven aquí – pidió su mamá abriendo los brazos para abrazarle y contenerlo.

Finn rabioso se fue a otro cuarto con Rachel.

- Mamá si sigues siendo un culo inteligente, mami no se va a acercar a ti, tienes que conquistarla – dijo su hijo abrazándole.

- Pero a los Fabrays nos conquistan cielo, no es al revés.

- Pues tendrás que aprender y muy rápido mamá, sino nuestra familia se va a destruir – soltó preocupado.

- Si mi vida, por mis hijos hago todo cariño, todo.

- No seas un culo inteligente me dice mi bebé, si soy sarcástica de nacimiento – se decía así misma Quinn caminando con sus muletas hacia el cuarto dónde se suponía debía estar Rachel y Finn, al otro lado de la fiesta.

Ella estaba caminando hacia allá, cuando una porrista se acercó a ella, le cogió con ambas manos su carita y le dio un gran beso, separándose ambas con un plop.

- Ves, esa puta ya está en otra y tú preocupada por ella – dijo Finn a Rachel que miraba todo atenta desde la puerta del dormitorio ese.

- Mierda – susurró Quinn mirando a Rachel – suelta, suelta, suéltame Stacy – pidió ella quitándosela de encima, se fue a tratar de interceptar a Rachel quién se quería ir rápido, al menos Finn se fue rápido esperando que su novia le siga.