EL IDIOTA DE AL LADO
Por Niteryde
Traducido por Inuhanya
-.-.-.-.-.-
-.-.-.-.-.-
Capítulo 3: La Prueba de Mamá
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
De: Apartamentos Oak de Ciudad del Oeste
Para: Mi
Asunto: Recordatorios Amigables de la Comunidad
Queridos residentes:
Esperamos que este correo electrónico los encuentre bien! Nos estamos comunicando para enviarles un recordatorio de nuestras políticas comunitarias. Por favor, revise con atención lo siguiente!
Aquí en los Apartamentos Oak de Ciudad del Oeste, creemos firmemente en el reciclaje. Se nos ha informado que se vio a un residente contaminando nuestros terrenos con botellas de agua de plástico. Por favor, deposite las botellas de agua de plástico en los contenedores de reciclaje adecuados (o mejor aún, invierta en una botella de agua de metal que pueda reutilizar!) Hacer su parte puede ayudar a salvar el planeta!
Los cuartos de lavandería deben compartirse con todos los inquilinos de cada edificio. Por favor, coopere con sus vecinos para que todos puedan lavar su ropa a la hora que deseen. Cuando la ropa de todos está limpia, todos se llevarán mejor!
Gracias por ser un residente querido en nuestra maravillosa comunidad. Por favor, comuníquese con nosotros si tiene alguna pregunta o inquietud!
Saludos cordiales,
Su amigable equipo de Administración de vecindarios
Vegeta estaba rechinando sus dientes mientras leía el correo electrónico en su teléfono, su otra mano estaba suelta en su cintura mientras respiraba fuertemente. Se había detenido a mitad de camino durante su carrera matutina para cambiar la lista de reproducción de música, y en su lugar había sido recibido con ese correo de mierda. Los emoticones eran lo suficientemente molestos, pero lo más molesto era que DEBÍA haber sido obra de Bulma. Aunque el correo parecía haber sido enviado a todos los residentes, el contenido en sí estaba demasiado dirigido para ser una coincidencia. En lugar de pelear con él con honor, lo había atacado como una Karen y había ido con la Administración.
Debatió si valía la pena una respuesta. Después de todo, los correos electrónicos pasivo-agresivos eran su especialidad, y este correo electrónico prácticamente lo pedía. Sin embargo, decidió no hacerlo; hacerlo sería admitir culpa, y se rehusó a concederle a Bulma una pulgada. Frunció y volvió a ponerse los auriculares, encendió su lista de reproducción y luego volvió a sujetar el teléfono en el brazo para reanudar la carrera.
Si su vecina idiota quería jugar esos juegos con él, entonces jugaría.
Una hora después, Bulma estaba viviendo su mejor vida, durmiendo cómodamente bajo sus cobijas y almohadas. Solo algunos mechones de cabello azul eran visibles desde la parte superior de su cabeza, ya que estaba bien enterrada. Estaba tranquilo y pacífico, sus cortinas estaban cerradas, estaba teniendo un sueño encantador en el que tenía un suministro de fresas de por vida y la vida era perfecta.
Y entonces, la fuerte música heavy metal comenzó a sonar de repente desde la puerta de al lado.
Sobresaltada, Bulma gritó y rápidamente se cayó de la cama en una maraña de cobijas, por segunda vez esa semana. La vida ya no era perfecta, ahora era un maldito desastre mientras se liberaba furiosamente de su telaraña de cobijas, mirando el reloj. Leyó las 6:45 am. Era criminal, CRIMINAL poner música a esta hora tan impía, y por un momento debatió en llamar a la policía.
Obligándose a levantar, Bulma decidió no hacerlo; dar una sugerencia anónima a la Administración era una cosa, pero este hombre no la derrotaría. Resistió la tentación de agarrar un cuchillo, para no estar tentada a apuñalar al bastardo (aunque se lo merecía, apenas podía escucharse pensar de lo fuerte que era su música—y ni siquiera era un BUEN heavy metal!). Lamentó las estúpidas decisiones del conjunto de apartamentos—las unidades estaban insonorizadas de piso a piso, para que nadie tuviera que escuchar a la gente que caminaba encima de ellos. Pero las paredes eran delgadas entre las unidades del mismo piso. Considerando que ella y Vegeta tenían las únicas dos unidades en el tercer piso, nadie más era torturado excepto ella (por supuesto).
Menos de un minuto después, Bulma estaba golpeando su puerta como si quisiera derribarla completamente. "Vegeta!" gritó furiosa. Acercó la oreja a la puerta, pero todo lo que podía escuchar era el odiado heavy metal. "VEGETA!" gritó ella, golpeando más fuerte. Pateó la puerta por si acaso.
Dentro de su apartamento, Vegeta estaba tomando tranquilamente una ducha. Vagamente podía escuchar los golpes en la puerta, pero no eran más fuertes que su música. Sonrió y se tomó su tiempo, sin prisa por salir.
Bulma se preguntaba si tenía motivos para demandar a este hombre por el daño emocional de costarle su precioso sueño, cuando la música finalmente, afortunadamente, se detuvo. Momentos después, Vegeta abrió la puerta.
"Buenos días, en qué puedo ayudarte?" Saludó Vegeta con falsa sinceridad goteando de cada palabra, una desesperante sonrisa en su rostro. Bulma contuvo el aliento cuando vio que estaba empapado de su ducha, con solo una floja toalla alrededor de su cintura. Él no era un hombre ciego; vio la forma en que ella admiraba su cuerpo, y por lo tanto, su elección actual de atuendo fue a propósito. Cualquier cosa para darle una ventaja en esta guerra psicológica que ella estaba tratando de entablar con él.
Sin embargo, debido a que no era ciego, tampoco pudo evitar notar SU elección de ropa. Habiendo salido de la cama literalmente, Bulma estaba en shorts cortos y una camiseta sin mangas obscenamente ajustada. Sin embargo, lo que llamó su atención inmediata fue el hecho muy obvio de que no estaba usando brassier.
"Eres el idiota MÁS desconsiderado en todo este planeta, detonando esa horrible mierda que llamas música tan temprano en la mañana! Voy a—" Bulma hizo una pausa cuando vio sus ojos vagando por su pecho. Jadeó dramáticamente, abrazándose a sí misma y cubriéndose los pechos mientras gritaba, "Cómo te ATREVES a comerme con los ojos, TENGO UN NOVIO!"
Sus oscuros ojos inmediatamente se levantaron hacia los de ella, mientras se burlaba. "Mujer, lo haces parecer como que entré a tu habitación mientras te cambiabas! Tú viniste a mi puerta vestida así!"
"Bueno, no tienes que mirar! Soy una DAMA!" Chilló ella.
"Bueno, por qué no le avisas a la Administración?" se burló él.
"Sabes qué?" Bien!" Gritó Bulma, bajando los brazos y apoyando las manos en sus caderas. Enderezó la espalda a propósito para levantar sus pechos lo más alto posible, pero Vegeta se obligó a mantener contacto visual mientras ella lo miraba. "Puedes mirar, porque NUNCA vas a tocar nada tan bueno como estos bebés!"
Vegeta exhaló con brusquedad, y pudo haber jurado que vio un rubor comenzar a aparecer en su rostro. Antes de que ella pudiera decirlo con certeza, él dio un paso atrás y cerró la puerta con fuerza. Bulma pateó su puerta por si acaso, gritando, "Idiota! Mira si no le cuento a mi novio sobre—"
La música heavy metal comenzó a sonar de nuevo, ahogándola. Bulma respiró hondo para resistir el impulso de gritar, antes de marchar de regreso a su apartamento, cerrando de golpe su propia puerta. Regresó a su dormitorio, hurgando en las cobijas como una loca hasta que finalmente encontró su celular. Lo agarró, maldiciendo al mundo cuando el heavy metal de Vegeta siguió entrometiéndose en sus pensamientos. Quizás podría contratar a un sicario! Nadie echaría de menos al idiota de al lado.
No, decidió, obligándose a calmar. Gokú. Él es a quien necesitaba. Inmediatamente comenzó a enviarle un mensaje de texto, sabiendo que era un madrugador y que ya estaría despierto.
Tu "amigo" está poniendo heavy metal en este momento, y apenas son las 7 de la mañana!
Unos momentos después, su teléfono comenzó a timbrar, y vio la tonta imagen de perfil de Gokú destellar en su teléfono. Incapaz de oírse a sí misma pensar, murmuró para sí y salió de la habitación, dirigiéndose a su balcón. Descalza, salió al cálido aire de la mañana, cerrando la puerta del balcón detrás de ella—pero dejando una pulgada de espacio. A la puerta le gustaba trabarse lo suficientemente fuerte como para que nunca pudiera reabrirla sin ayuda, y no quería arriesgarse a quedarse encerrada en su balcón sin Yamcha a la vista. Pero al menos ahí afuera, podía tener una conversación, el heavy metal era amortiguado de fondo.
"Hola, buenos días," saludó ella a su mejor amigo con un suspiro.
"Hola Bulma, me estoy alistando para el trabajo," saludó Gokú, tratando en vano de cepillar su alborotado cabello en su baño mientras tenía a su amiga en el altavoz. "Qué pasa?"
"Te lo dije en el mensaje de texto! Vegeta está siendo un completo imbécil, poniendo su horrible música, tuve que salir al balcón para hablar contigo!"
Gokú solo rió entre dientes, haciendo que Bulma frunciera con molestia. "Puede que tenga que ver con ese correo electrónico que recibió esta mañana."
"Qué correo electrónico?"
"El del apartamento. Me lo reenvió… tuvo algunas palabras fuertes al respecto. Eso no fue muy amable de tu parte, sabes."
Bulma se dejó caer en una silla que tenía en su balcón, horriblemente cerca de hacer pucheros. "Bueno, él tampoco está siendo muy amable CONMIGO, Gokú!"
"Vegeta es… duro a veces. Sin embargo, es un buen tipo, una vez que lo conoces!" Dijo Gokú animadamente, tratando de hacer su corbata mientras se inclinaba en su espejo. "Los dos son bastantes tercos, los amigos más tercos que tengo. Si pueden superar eso, tal vez también puedan ser amigos!"
Su optimismo a veces era exasperante. Si no hubiesen sido amigos desde la infancia, podría haberlo odiado por eso. "No puedes regresar con Chi-Chi?" Suplicó Bulma. "Tal vez Vegeta pueda intercambiarse con ustedes?"
"Lo siento, no puedo hacerlo! De todos modos tengo que correr—pero te veré en tu cumpleaños! Y aguanta, las cosas mejorarán!"
Ellos intercambiaron despedidas y Bulma suspiró, enfurruñada en su silla de jardín. Gokú tenía una manera de desafiarla a "superarse" y "ser mejor"—una cualidad realmente molesta de él. Incluso si ella QUERÍA comenzar de nuevo con Vegeta, eso requeriría que se diera por vencida y le extendiera una rama de olivo. O peor… una disculpa. Echarse para atrás no estaba en su ADN; al imaginar la sonrisa de triunfo de Vegeta al saber que había ganado, un frunce severo apareció en su rostro. No, se negaba a darle al bastardo la satisfacción—especialmente cuando estaba sentada en su balcón para alejarse del heavy metal que estaba escuchando!
Su teléfono volvió a sonar y lo levantó para ver que tenía un mensaje de texto de su madre. Fue a deslizar la notificación cuando, de repente, se le ocurrió una idea.
Y entonces, una sonrisa se extendió por el rostro de Bulma.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
En retrospectiva, Bulma debería haber sabido que había una razón por la que Yamcha había pasado inesperadamente esa noche. Claro, él era su novio y a ella le habría gustado que fuera todas las noches, pero su fama debido a su equipo de béisbol lo mantenía en círculos sociales a los que ella no estaba interesada en unirse. Después de todo, era la heredera de la compañía más grande del planeta; no necesitaba fama adicional, aunque podía admitir que siempre se veía como una maldita estrella de rock en la televisión. Al darse cuenta de que no iba a dar un paso al frente en la Corporación Cápsula, y que de hecho, estaba más interesada en construir su nombre fuera de la empresa (antes de que inevitablemente se hiciera cargo de ella), los medios de comunicación habían pasado a temas más interesantes y lascivos. Sabía que en el momento en que llamara a su padre y le dijera que regresaría, los medios volverían a ser sus enemigos, pero hasta entonces, mantenerlos a distancia estaba bien. Y así, cuando Yamcha quería interpretar al héroe frente a las cámaras para sus adoradores fanáticos del béisbol, rara vez se le veía con él.
Entonces, cuando dijo que iba a salir esa noche con su equipo, y que la vería al día siguiente por su cumpleaños, Bulma lo había tomado al pie de la letra. Por eso se sorprendió cuando Yamcha llamó a su puerta esa noche. Sus ojos azules brillaron mientras sonreía con satisfacción. Por qué no pasaría a verla? Un hombre tenía que mostrar aprecio por su hermosa novia, especialmente cuando fácilmente era la mujer más hermosa del planeta (tenía las revistas enmarcadas como prueba, después de haber sido nombrada "la mujer más sexy del mundo" tres años seguidos; estaba apuntando para diez seguidas, porque eso era lo que se merecía).
Yamcha se sentó pesadamente en su sofá, levantando los pies sobre su mesa de café. Bulma entró de la cocina y le dio una mirada, y tontamente bajó los pies. Le entregó una botella de cerveza y se sentó junto a él con la suya.
"Y cómo estuvo el trabajo?" aventuró él.
"Bien. Estoy pensando que probablemente estaré a cargo del lugar antes de fin de año," musitó Bulma en voz alta, antes de recostarse con su botella.
"Emocionada por mañana?"
"Sí. Tengo mañana y el viernes libres de trabajo, y Chi-Chi ya ha hecho los arreglos para el bar al que vamos a ir una vez que salgamos del trabajo, y luego el club al que vamos a ir después. 6 en punto, asegúrate de estar ahí!" exclamó ella, con los ojos brillantes. Antes de salir con sus amigos, iba a dormir hasta tarde, almorzar con sus padres, luego a relajarse todo el día en ropa interior y ver sus películas favoritas hasta que llegara la hora de salir esa noche. Sería glorioso.
Yamcha rió nerviosamente y, de repente, Bulma empezó a sospechar. Antes de que pudiera comentar, él comenzó, "Bueno… sobre mañana…"
Ella entrecerró los ojos peligrosamente y él tragó saliva. "Mañana, mi trigésimo cumpleaños? Sí, qué pasa con eso?" demandó ella.
"Um… bueno…"
Justo entonces, alguien llamó a la puerta. Bulma lo fulminó con la mirada, diciéndole en silencio que esto no había terminado, y luego se levantó para ir a responder. Ella sonrió al ver que era su mamá y abrió la puerta.
"Hola, cariño!" Saludó Bunny animadamente, abrazando a su hija con un brazo. Su otro brazo sostenía dos cajas. "Bien, la caja de encima es para ti, un regalo pre-cumpleaños! Tengo otro para ti mañana cuando vengas a almorzar! Ahora bien… dónde está tu nuevo amigo vecino?" Preguntó ella con una risita.
Bulma sonrió, tomando la caja superior para ella. "Está justo al lado. Deberías ir a saludar!"
"Oh, pero por supuesto, querida, no debemos ser groseros!" Bunny soltó una risita. Saludó a Yamcha, "Hola, querido, qué bueno verte!"
"Es bueno verla también!" Gritó Yamcha. Bulma cerró la puerta mientras Bunny se dirigía al apartamento de Vegeta y regresaba para sentarse junto a su novio. "Qué es todo eso?" Susurró Yamcha.
"Shh, solo escucha," le susurró Bulma. Estaba a punto de ver si Gokú tenía razón sobre su opinión de Vegeta. Ella y su madre eran uña y mugre; le había contado a su madre todos los problemas que estaba teniendo con su nuevo vecino y entonces le había pedido que viniera a "evaluar" la situación. Bunny era una gran jueza de carácter y nunca le había fallado a Bulma en ese sentido.
Vegeta se estaba aflojando la corbata con una mano después del trabajo mientras buscaba en su refrigerador con la otra mano. Quería algo ligero, porque pronto se cambiaría a su ropa de entrenamiento e iría a correr por la noche, su última carrera en un par de noches mientras se tomaba algunos días de descanso.
Inmediatamente comenzó a sospechar cuando alguien llamó a su puerta, ya que no esperaba a nadie. Podía escuchar que Bulma tenía compañía, y por lo tanto no estaba tratando de ser desagradable con su heavy metal, a menos que le diera una razón para serlo—lo cual estaba seguro de que lo haría, por molesta que fuera. Vegeta frunció el entrecejo, cerró la puerta de su refrigerador, luego caminó hacia la puerta principal que conducía a su apartamento mientras seguía aflojando su corbata y desabrochaba los primeros botones de su camisa.
Miró por el ojo mágico y frunció confundido cuando vio a la mujer rubia afuera de su puerta. Ella no vivía en el edificio, lo sabía con certeza. Murmurando para sí mismo, Vegeta abrió la puerta, su frunce empeoró. La miró con leve disgusto como si ella estuviera ahí para convertirlo a la iglesia de Satanás.
"Puedo ayudarte?" preguntó con brusquedad, su tono implicaba que no tenía ningún deseo de ayudar con nada.
"Oh, HOLA querido! Vaya, si no eres guapo! Oh, esos músculos, prácticamente rasgando tu camisa!" Bunny rió, ganándose una desconcertada mirada de Vegeta. "Soy la madre de Bulma, y me contó sobre el nuevo amigo que ha hecho y que vive al lado, y dijo que tenía que venir a conocerte! Oh, por favor hazte a un lado querido, aquí vamos," dijo Bunny con una sonrisa, pasando a Vegeta y entrando a su apartamento mientras él parpadeaba con una desconcertada mirada en su rostro. "Te traje galletas para darte la bienvenida al vecindario!" gritó ella, mientras desaparecía en su cocina.
A lo lejos, creyó oír risas en la puerta de al lado y frunció el entrecejo. Traer a su madre fue un movimiento retorcido, y si bien Vegeta era muy consciente de que era un idiota (y estaba orgulloso de ello), no era un idiota tan asqueroso como para echar a una madre de su apartamento, especialmente una que le traía galletas. Bulma había jugado correctamente y había ganado una vez más, pero no duraría mucho. Suspirando derrotado, cerró la puerta y se dirigió hacia la cocina, solo para ver a la rubia sacando comida de su refrigerador.
"Te gustaría que te prepare una cena? Pareces hambriento!"
Vegeta parpadeó sorprendido, pero luego se encogió de hombros y tomó asiento en la mesa de la cocina. Bien podría sacar algo de esto.
Mientras tanto, en la puerta de al lado, Bulma se reía mientras se inclinaba hacia Yamcha. Él sonreía por su felicidad, y también porque, por el momento, había olvidado su conversación antes de la llegada de su madre.
Pero no fue por mucho tiempo. Finalmente, ella se sentó, riendo mientras tomaba su cerveza. "Oh, desearía haber podido ver su cara," rió, imaginando a Vegeta lidiar con su madre, antes de beber un trago. Sus ojos azules se movieron, como si de repente se diera cuenta de que su novio todavía estaba ahí con ella. Lamió un poco sus labios y entonces la diversión fue reemplazada por sospecha. "Y bien, estabas diciendo?"
Yamcha suspiró y pensó que era mejor quitarse la curita.
"Bueno, hay un gran juego de exhibición mañana en Angel City—"
"Te vas a perder mi CUMPLEAÑOS número 30?!" chilló Bulma.
"Es solo que el entrenador Berry estará ahí y hoy en día es el nombre más grande en el deporte, por lo que no puedo dejar pasar esta oportunidad porque tenemos la oportunidad de conocerlo cara a cara, podría ser reclutado para el mejor equipo en la liga, pero eso significa que tenemos que viajar esta noche," dijo Yamcha en un respiro apresurado, su desesperación crecía mientras la rabia de Bulma aumentaba visiblemente durante su perorata. "Nena, esta es una gran oportunidad para mi carrera! Te compensaré, lo prometo—"
"Cuándo? Este fin de semana?" Desafió ella.
Yamcha hizo una mueca. "Bueno, no estoy seguro si regresemos este fin de semana, pero cuando regrese, te llamaré y pasaré todo el día contigo—"
"Vete."
"Qué? Pero yo—"
"Sabías que quería hacer algo especial para mi cumpleaños número 30 y ahora vienes con esto? No quiero verte ahora, así que vete."
Yamcha parecía desinflado, pero se puso de pie. La miró, pero Bulma no se puso de pie con él, ni siquiera lo miró. Su voz calmada al decirle que se fuera era aterradora. Tragó saliva, pero no queriendo enojarla más, simplemente caminó hacia la puerta.
Entonces hizo una pausa, mirando hacia atrás con timidez. "Lo siento, y te lo compensaré cuando regrese, lo prometo."
Bulma resopló y miró hacia su balcón, sosteniendo su cabeza en una mano mientras se sentaba con las piernas cruzadas en el sofá. Yamcha suspiró, luego se fue. Una vez que lo hizo, Bulma alcanzó la caja que había traído su madre y la abrió. Dentro había una variedad de galletas, y sacó una galleta con chispas de chocolate. Todavía estaba caliente así que la engulló. Nada como el chocolate para sentirse mejor, aunque no sabía cómo se sentía respecto al abandono de Yamcha. Decepcionada? No sorprendida? Refunfuñó y puso Netflix, hundiéndose en sus cojines.
Una hora más tarde, su madre regresó a su apartamento, positivamente animada. "Oh querida, ese vecino amigo tuyo, qué chico tan educado!"
"Qué?" Preguntó Bulma sorprendida. Estaba 99 por ciento segura de que su madre volvería diciendo que su vecino era un completo idiota, pero ni siquiera se había dado cuenta de cuánto tiempo lo había visitado Bunny.
"Sí, bastante guapo también," rió Bunny, mostrándole a Bulma la caja vacía. "Se comió todas las galletas y la cena que le hice! Qué apetito tan saludable tiene ese chico."
"Genial," suspiró Bulma, girando sus ojos. "Así que consiguió una cena gratis."
"Dónde está Yamcha? Ya se fue?" Preguntó Bunny mientras se sentaba junto a su hija.
"Síp," murmuró Bulma, enfatizando la 'p' final. "Ni siquiera estará para mi cumpleaños, a pesar de que habíamos planeado durante semanas hacer algo. No sé ni cuándo regresará." Hizo una pausa y luego admitió, "Algunas veces me pregunto si vale la pena o si nos hemos desgastado mutuamente."
Bunny asintió con comprensión, palmeando la rodilla de Bulma. "Bueno, querida, no hay nada de malo en explorar otras opciones si Yamcha no te hace feliz. La vida es demasiado corta!" Dijo ella alegremente, antes de agregar tajante, "Especialmente cuando tienes un vecino tan guapo. También sería fácil salir con Vegeta, con él viviendo al lado y todo."
"VEGETA?!" Gritó Bulma, luego maldijo en voz baja cuando recordó lo delgadas que eran las paredes. Soltó una risa desanimada. "Vegeta y yo? Por favor. Es el PEOR vecino!" Luego se volvió hacia la pared, su voz se intensificó. "Me escuchas? El PEOR de todos los vecinos!" Gritó, esperando que él la escuchara.
Al otro lado de la pared, Vegeta sonrió mientras se amarraba los zapatos para correr.
"No, no, querida—pasé un buen rato con él y me gusta mucho. Deberías darle otra oportunidad," le susurró Bunny a su hija, sabiendo lo delgadas que eran las paredes. "Quizás ustedes dos puedan ser amigos!"
Bulma parecía desanimada porque Vegeta había pasado la prueba de mamá. La prueba de mamá con Bunny nunca—jamás—le había fallado. Incluso cuando presentó a Yamcha a sus padres por primera vez, la reacción de su madre había sido tibia en privado, algo a lo que se preguntó si debió haberle prestado más atención. Su madre ciertamente no había sonado tan entusiasta al conocer a Yamcha como sonaba ahora hablando de Vegeta.
"Sé que Gokú desea que seamos amigos," admitió Bulma. "Pero no puedo hacerlo, mamá. Eso sería ceder, y él ha sido un completo idiota conmigo!"
Bunny solo sonrió. "Bueno, veremos qué pasa, todo a su debido tiempo."
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Continuará…
Nota de Inu: Hola a todos! Espero se encuentren muy bien. Muchas gracias por la espera y por todos los comentarios que me dejan en ambas plataformas, en verdad son maravillosos y me motiva mucho para continuar con estas traducciones. Como siempre, espero que les haya gustado este capítulo y esperamos con ansias el próximo, verdad? Espero que la autora no demore mucho en actualizar porque ya quiero ver un nuevo acercamiento de este par de vecinos, jejeje… Cuídense mucho y hasta la próxima! Besos!
