- Lo siento por eso, Lumine… - se disculpó conmigo una vez estuvimos fuera del barco, caminando por las calles de Liyue – ellos pueden llegar a ser muy pesados con sus bromas, pero no son malas personas, estoy segura que no lo decían con malicia.

- No te preocupes, - le contesté. – ya estoy más que acostumbrada con los comentarios sarcásticos de Paimon.

- ¡Oye!

Ella rió levemente ante mi cometario, y gracias a esto se percató que aún estábamos tomadas de la mano.

- Ah, lo siento. – volvió a disculparse, mientras intentaba apartarse, cosa que, nuevamente, no le permití, tomándola de nuevo, ahora no había nadie que me detuviera.

- Xiangling…

- ¿S-si? – contesto nerviosa y un poco ruborizada.

- Hace unos momentos nos interrumpieron, pero… - me acerqué más a ella con confianza, procurando no apartar mi mirada de la suya y tomando su mejilla izquierda con mi mano. – yo… yo quería decirte que...

Me perdí, no supe como continuar por un momento, quedé hipnotizada por sus hermosos ojos color miel.

- Yo... - ella tomó mi mano que posaba sobre su mejilla, y suavemente me apartó de su lado. – Y-yo creo que deberíamos apurarnos en conseguir los ingredientes, no quiero hacerlos esperar mucho… - se alejó un poco más de mí.

- Ah… cierto. – Dije decaída, ¿Acaso acaba de rechazarme?

- ¡Vamos! – me sonrió de una forma un tanto forzada, y comenzó a caminar en dirección opuesta a donde yo estaba.

- Ufff… - exclamó Paimon una vez la pelinegra estaba lo suficientemente lejos para no escuchar. – Ella acaba de rechazarte.

- ¿Eso crees? – pregunte algo triste.

- Bueno, me parece imposible que no se haya dado cuenta de tus verdaderas intenciones, ella no es tan tonta como tú. – encogió los hombros.

- Tienes razón… - ignoré su insulto. -por su rostro pude notar que ella sabía lo que quería decirle… - suspiré hondo, realmente he sido rechazada. – Bueno, supongo que no puedo hacer nada al respecto, - trate de restarle importancia. - vamos Paimon, seguro Xiangling nos está esperando.

- Espera, ¿aun así irás con ella? – parecía confundida.

- Si, ¿por qué?

- Bueno… solo pensé que… ¿estás bien? – preguntó preocupada.

- Si, todo bien, todo bien, de verdad. – intente fingir que no me afectaba, pero estoy segura que Paimon lo notó, después de todo hemos viajado juntas mucho tiempo.

- Pero…

- Conociendo a Xiangling no me sorprendería que llegáramos hasta el Valle Tianchu en busca de algún ingrediente extraño, no podemos dejarla sola en un lugar tan peligroso. – comencé a correr hacia la dirección donde mi amiga cocinera se había ido, con Paimon detrás de mí.

- No puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede ser, - me repetía mientras caminaba de un lado a otro en una pequeña colina a las afueras de Liyue. - ¿¡Qué acaba de pasar!? – dije casi a gritos, y digo casi porque fui capaz de contenerlos gracias a que usé mis manos para tapar mi boca y, solo un poco, el fuerte sonrojo que se extendía por todo mi rostro - Acaso… Lumine… ¿De verdad se iba a confesar?, ¿a mí?, ¿No es solo mi imaginación?

Me puse en cuclillas, esta vez intentando tapar toda mi cara. – No puede ser… y yo lo único que hice fue huir, es imposible que no lo notara, pero estaba tan nerviosa… de verdad que no sabía que hacer…

Pude notar como mi pequeño amigo panda se manifestaba a un lado de mí. – Guoba… - me descubrí el rostro y acaricié su cabeza. - ¿Intentas animarme, cierto? – sonreí. – gracias amiguito, dime, ¿Crees que Lumine iba a decirme lo que imagino?

Gouba simplemente se acercó más a mí, - Ella no vendrá, ¿cierto? – dije, decaída. – Por ahora creo que deberíamos seguir con nuestra búsqueda, no queremos hacer esperar a Beidou. – me levanté. - ¿por dónde deberíamos empezar?

- ¡Oye! ¡Xiangling!

Escuché una voz llamándome, la reconocería donde fuera.

- ¿¡Lumine!? – voltee en dirección de dónde venía la voz y, efectivamente, era ella. Sentí mi rostro comenzar a arder levemente y un sentimiento de felicidad apareció en mi interior.

La rubia dejó de correr cuando llegó a mi lado, estaba sin aliento y procedió a descansar sobre sus rodillas un momento, parece que corrió todo el trayecto hasta aquí.

- Si que eres rápida. – dijo entre jadeos.

- O tal vez tú te cansas demasiado pronto. – la reprendió Paimon.

- Te reto a que intentes correr, Paimon, sin levitar, ya sabes, para que sea justo. – Lumine le mostró una mirada retadora.

- No tengo por qué demostrarte nada. – Paimon solo miró hacia otro lado, desinteresada.

Por mi parte, comencé a reír, las interacciones entre ellas siempre son tan divertidas. Lumine al notarlo, me mostró una linda sonrisa aliviada, yo… pude notar que la hice preocupar, todo por mis estúpidos miedos.

- ¿Y hoy en qué clase de lugares extraños vamos a buscar, Jefa Xiangling? – me preguntó. - ¿Unas ruinas antiguas?, ¿El interior de un volcán? O quizá… ¿¡Una casa embrujada!? – Amo cuando se emociona por cosas como esta, parece una niña pequeña, es tan linda.

- Yo… ¿de verdad siempre busco en lugares tan raros? – nunca me había puesto a pensar sobre como veían los demás mi búsqueda de ingredientes fuera de lo común. Ambas simplemente movieron sus cabezas en señal de afirmación, a lo que solo reí nerviosa. – Si que me gustaría explorar esos lugares con ustedes, pero tendrá que ser otro día, hoy no cuento con mucho tiempo así que solo quiero conseguir algunas flores chingxin frescas y carne de jabalí.

- Eso suena… - comenzó Lumine.

- Bastante normal para ti, Xiangling. – completo Paimon.

¿Qué imagen tienen estas chicas sobre mí?

- Bueno, ya saben, - comenté – siempre que Beidou regresa trae consigo un sinnúmero de ingredientes raros, desde peces provenientes del fondo del océano hasta plantas extrañas de islas desiertas, y me los da a cambio que les preparé algo delicioso con ello.

- Eso ya suena más como tú. – comento Paimon.

- ¿Gracias?

- Entonces… - hablo Lumine, con un semblante pensativo en su rostro. – si buscamos flores chingxin recuerdo haber visto un lugar donde crecían en la cima de una montaña cerca de aquí, y sobre los jabalíes, los iremos encontrando en el camino. – alzó su pulgar hacia arriba en señal de aprobación. – regresaremos antes de la puesta del sol, para que así te de tiempo de preparar la cena.

- Gracias, Lumine, aunque, ¿sabes? No tienes que forzarte a ayudarme, este es mi trabajo después de todo, - le comuniqué mis preocupaciones. - me hace sentir mal que siempre haces demasiado por mí, y yo no tenga con que pagarte.

- Está bien, está bien, - intentó tranquilizarme. - me gusta mucho pasar tiempo contigo, con eso tengo más que suficiente.

Ante su respuesta yo solo pude sentir como los colores me regresaron al rostro, podría jurar que estaba casi del mismo tono que mis lazos para el cabello.

No supe que contestarle y solo miré al suelo avergonzada, ella lo notó y se alejó un poco de mi.

- Ah… lo siento… - se disculpó mientras posaba su mano en su cuello nerviosamente. La hice hacer sentir mal de nuevo, ¿¡Qué estás haciendo, Xiangling!?

- No, no tienes que…

- ¡C-como sea! – exclamó nerviosa, intentando terminar la incomoda atmósfera – la montaña es por aquí, sígueme. – fingió su sonrisa… de verdad, ¿qué se supone estoy haciendo?

Durante el camino, Lumine me mostró los lugares donde normalmente ella y Paimon vencían Hilichurls para que no se asentaran cerca de la ciudad, esto a petición de Ninguang. También me enseñó donde solían hacer campamentos y los lugares de caza que utilizaban.

Una vez llegamos a la montaña, ella se ofreció a ir por las flores sola, yo me negué al principio pero me convenció cuando me dijo que así sería más rápido, y tenía razón, no pasó mucho tiempo cuando ya estaba de vuelta con varias flores frescas.

Regresamos a Liyue en menos de 4 horas, dejándome el tiempo suficiente para pasarlo en la cocina.

Apenas habíamos puesto un pie en el puerto cuando Lumine habló.

- Te lo dije, antes del atardecer, - decía orgullosa. – será mejor que te dejemos aquí por hoy, aún tienes trabajo por hacer en la cocina. Fue… agradable volver a verte, Xiangling. – sonrió nerviosa. – vamos Paimon.

- Nos vemos luego Xiangling. – también se despidió de mi.

Lumine dio media vuelta con intención de irse de mi lado, lo cual, para ser sincera, no quería, así que antes de que diera un paso más tome su brazo con ambas manos y lo abracé, pude notar como comenzó a sonrojarse por mi acto.

- ¿¡Eh!?

- Aún no puedes irte. – dije, con una voz más suave de lo normal debido a la vergüenza que sentía en ese momento, pero ya no puedo huir, si Lumine realmente siente lo mismo que yo… quiero saberlo. – me ayudaste con mi trabajo, al menos déjame recompensártelo con una buena cena.

- N-no te preocupes. – ella intentaba de forma desesperada mirar hacia otro lugar que no fuera yo, definitivamente la puse nerviosa. – ya bastante trabajo tienes al prepararle a toda la tripulación, n-no quiero que seamos una molestia.

Apreté un poco más mi agarre en su brazo, haciendo que mi pecho la rozara un poco a propósito, provocando que su nerviosismo creciera. - P-para mi jamás serías una molestia. - ¡Waaa! ¿Pero qué estoy haciendo? Podría morir de vergüenza en este mismo momento.

¡Waaa! ¿Pero qué está haciendo? ¡Esto no es típico de ellla!

Miré a Paimon en busca de alguna respuesta, pero ella solo se encogió de hombros en señal de que tampoco sabía que pasaba.

Podía sentir su pequeño pecho rozar levemente mi brazo, esto solo hacía que se nublaran más mis sentidos, así que decidí aceptar y terminar con esto.

- ¡E-esta bien! ¡Iremos! – dije casi gritando.

- ¡Perfecto! – Xiangling parecía feliz, así que supongo hice lo correcto. – Vamos. – tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos, y me llevó en dirección al barco.

No sabía que estaba pasando, ¿por qué Xiangling cambió su actitud hacia mí tan drásticamente? Esto me tenía muy confundida.