3 años no se cuentan fácil, menos aun cuando formas parte de la familia más ruidosa y caótica a varios kilómetros a la redonda.
La vida de Lincoln no ha sido muy diferente durante estos últimos tres años, buenos y malos momentos, como siempre.
La relación con sus hermanas ha cambiado un poco, claro está que cada una de ellas ha madurado a su paso. Lori, por ejemplo, sigue estudiando, ya no visita la casa Loud tan a menudo como antes, pero ha logrado encontrar una forma de equilibrar su vida de la mejor manera. Leni fue aceptada en una escuela de modas, dónde invierte la mayor parte de su tiempo. Luna tuvo una pequeña gira musical hace poco. Las demás no han cambiado mucho.
Pero, Lola… Lola es probablemente la persona que más cambió luego de esos años, sigue dándole mucha importancia a sus concursos de belleza, sin embargo, ya no se obsesiona con ellos de igual forma. Su actitud de princesa caprichosa ha cambiado en menor o mayor medida, y por fin se puede tener una conversación normal con ella sin que termine amenazándote con revelar alguno de tus mayores secretos. Sin mencionar que su relación con sus hermanos ha evolucionado en muchos sentidos. Claro que este cambio radical ha terminado por perjudicarla, principalmente en su escuela, donde la mayoría de sus conocidos o dejaron de hablarle, o ya no le prestan la misma atención, no hace falta recordar que casi todo su grupo le temía, por eso la "admiraban" tanto. Y es justo eso el detonante de una serie de eventualidades que involucrarán al único hermano de la princesa.
El sonido de la puerta de entrada ser azotada rompió con la calma que en ese momento había en la casa de los Loud.
-¡Entonces no iré! -La voz de Lola retumbó por toda la casa, se notaba la frustración que sentía en ese momento.
La joven dirigió su mirada hacia la sala de estar, donde sus ojos algo acristalados chocaron con los de un joven confundido que momentos antes se encontraba viendo la televisión.
-¿Y tú que haces aquí? Le voy a decir a mamá que te esca… -La princesa fue interrumpida por su hermano, quien lo menos que quería era discutir.
-No me escapé, nuestro profesor tuvo una emergencia y terminamos antes, mamá lo sabe.
-Agh, como sea, voy a mi habitación -Dijo mientras se dispuso a subir las escaleras, sin duda no estaba de buen humor.
Lincoln la siguió con la vista por unos segundos, luego giró hacia donde se encontraban sus demás hermanas, quienes hasta ese instante seguían de pie junto al marco de la puerta.
-¿Y ahora qué le pasa? -Preguntó el peliblanco.
-¿Recuerdas que mañana habrá un baile tematizado en su escuela? Mencionó Lynn sin tomarle mucha importancia.
-Algo he escuchado, ¿Qué con ello?
-No pudo conseguir pareja que la acompañe. -Dijo Lana mientras se unía a la conversación. -Todos los chicos ya tenían planes, o al menos eso le dijeron, incluso algunos de años atrás se negaron a ir con ella.
-Yo tampoco iría si fuera mi caso. -Lucy, que hasta ahora no había llamado la atención de los demás, apareció detrás de todos dándoles un pequeño susto como sigue siendo costumbre.
-De hecho, yo me ofrecí a acompañarla, pero como verás, se negó. -Inquirió nuevamente la joven de gorra roja. Una idea surgió en su cabeza, una que en lo personal le resultaba un tanto curiosa y divertida -¡Oye! ¿Por qué no lo intentas tú?
-¿Qué? ¿Yo? -Lincoln parecía no estar tan de acuerdo con esa idea
-En lo personal creo que es probable que tú, al ser un chico, tengas más posibilidades de convencerla -El tono intelectual de Lisa apoyando a su hermana solo hizo que Lincoln comenzara a preocuparse.
-Oh vamos, ¿Qué te hace pensar que yo quiero ir a ese absurdo baile?
-El hecho de que, si no lo intentas, tendrás que ver a Lola triste todo el fin de semana.
No era que no quisiera ayudar a su hermana menor, pero tenía planes para esa tarde, además esa clase de eventos nunca fueron de su total agrado.
-No creo que funcione, además había quedado de ir a la casa de Clyde mañana.
-Como si no se vieran todos los días ustedes dos. -Recalcó Lynn.
-De igual forma ella no va a querer, estoy seguro
-Bien, si estas tan seguro no pierdes nada intentándolo ¿O sí?
Lincoln, resignado, no tuvo otra opción más que subir a la habitación de las gemelas. A paso lento se dirigió a la puerta, golpeó un par de veces esperando respuesta.
-¿Quien? -Una voz apenas perceptible salió desde dentro
-Soy yo, Lincoln.
-¿Qué quieres?
-Solo hablar un poco ¿Puedo pasar?
-Adelante.
Lo primero que puedo apreciar Lincoln fue a su pequeña hermana recostada en su cama, ocultando su rostro y abrazando a su preciado Sprinkles, que sigue siendo algo importante para ella a pesar del paso del tiempo. Una escena que lo conmovió de sobremanera. Lola jamás se mostraba tan sentimental, puesto a que siempre tenía una actitud narcisista y egocéntrica. Extrañamente ese día era diferente, pero ¿Por qué le daba tanta importancia a ese baile? Simple, para una persona como ella que siempre consigue lo que quiere y que requiere constantemente de aceptación social resulta un duro golpe para su ego que nadie aceptara acompañarla.
El hecho de verla así hizo que lo que en un principio resultara una obligación para Lincoln cambiara a algo totalmente diferente. Realmente quería ayudarla, no soportaba ver a ninguna de sus hermanas así de triste.
-Escuché lo del baile.
-¿Y eso a ti qué? -El tono tan indiferente con que lo dijo casi le dio escalofríos.
-¿Y eso a mí qué? Que no soporto ver a mi hermana tan mal. Así que haré algo al respecto. -Dijo completamente decidido.
-¿Qué harás tú? ¿Crees que no intenté amenazar a alguno de los chicos?
Lola finalmente giró sobre su cama, permitiendo a Lincoln ver sus mejillas húmedas a causa de las lágrimas que había derramado anteriormente.
Lincoln se arrodilló frente a ella y le extendió una de sus manos.
-¿Quieres ir al baile conmigo?
-¿Lo dices enserio?
-Claro que lo digo enserio.
-Pero, ¿Por qué?
-Oh vamos, solo di que sí, mi brazo no resistirá mucho en esta posición.
Dicho lo anterior, Lola con algo de duda le dio la mano, en señal de que había aceptado su propuesta, y cuando lo hizo un pequeño rubor se formó en su rostro, cosa que no pasó desapercibida por el peliblanco.
-¡Genial! Al fin podré mostrar mis fantásticos pasos de baile. -Dijo él, reincorporándose y comenzado a bailar de una manera muy singular, lo que provocó una pequeña risa en su hermana.
-Sí, creo que tenemos mucho trabajo por hacer -Dijo ella en tono divertido, sabiendo que debía enseñarle algunos pasos si no querían hacer el ridículo
Y así fue como pasaron el resto del día, practicando algunos pasos de baile, el evento sería ambientado como en la década de los 80's, por lo que tuvieron que valerse de internet para aprenderlos, afortunadamente estaban muy bien conectados y no resultó para nada difícil el coordinarse correctamente.
Extrañamente estaban sincronizados, aun cuando no compartían mucho tiempo juntos parecía que tenían una gran conexión.
Poco tiempo pasó antes de que se llegara la hora de la cena, todos se sentaron en la mesa y se dispusieron a degustar la comida que su padre había cocinado.
Lincoln notaba la mirada de Lola sobre él en algunas ocasiones, pero cuando la observaba ella desviaba la mirada, eso le resultaba muy curioso, pero supuso que era por lo mucho que se habían divertido esta tarde. Aunque tampoco podía negar que le parecía graciosa la forma en que su hermana trataba de disimularlo, por lo que prefirió mejor no hacer ningún comentario al respecto.
Al terminar de cenar todos se dirigieron al baño, y eventualmente a sus respectivas habitaciones, dando así por terminado este día en la casa Loud…
La mañana siguiente continuó sin ningún contratiempo, y al fin la hora del baile había llegado.
Lola había elegido un vestido color rosa que llegaba algo más arriba de las rodillas, collar y pendientes de perlas, sus característicos guantes de un rosa más intenso que hacían juego con sus zapatos, y para terminar un moño del mismo color en su cintura y uno más en su cabello; totalmente suelto, ondulado y esponjado.
Por otro lado, Lincoln optó por un look un poco más casual, pantalón y chaqueta de mezclilla, una camiseta blanca desabotonada de la parte superior, y para terminar un peinado al más puro estilo ochentero, acompañado de unas gafas para el sol.
Cuando estuvieron listos se dispusieron a subir a la camioneta, donde su madre y Lana los estaban esperando, ya que serían los únicos en ir. Condujeron hasta la escuela, al llegar pudieron notar todas las parejas que entraban y en ese punto se podía apreciar a la perfección la música que estaba en el interior del gimnasio, lugar en el que se desarrollaría el evento.
Lana fue la primera en bajar del vehículo, ya que había localizado al chico que la acompañaría. El siguiente en descender fue Lincoln, quien viendo el nerviosismo de su hermana optó por abrirle la puerta y tenderle el brazo. Lola tomó su antebrazo y bajó del auto.
Comenzaron a caminar hacia la entrada, pero Lola se detuvo en seco un par de metros antes. Estaba indecisa ¿Qué iban a decir los demás? ¿Se burlarían de ella?
-Hey ¿Todo en orden?
-No lo sé Lincky, creo que deberíamos irnos a casa
-Bromeas ¿Cierto? Se ve que están muy bien allá dentro
-Pero se burlarán de mí. -Mencionó notablemente desanimada, a lo cual Lincoln se puso frente a ella para verla directamente
-No les hagas caso, este día es para disfrutar ¿No? Además, yo estoy aquí para cuidarte. -Ese comentario hizo que Lola se sintiera mejor y una calidez se apoderara de su pecho. -Entonces, ¿Qué dices Sunshine?
"Sunshine" … la verdad no recordaba la última vez que la había llamado así. Tras pensarlo unos segundos, sabía lo que quería hacer.
-Andando
Así pues, se dispusieron a seguir su camino, entraron al edificio, esta vez con paso decidido. Los murmullos y miradas no se hicieron esperar.
-Todo sigue igual que antes, aún recuerdo mis clases de gimnasia aquí. -Habló Lincoln para atraer la atención de Lola. -En ocasiones yo también fui el rechazado ¿Sabes?
-Era de esperarse. -Dijo ella con un tono de burla.
Lincoln rió un poco, sabía que no lo decía en serio.
-¡Oye!
-Solo bromeo. -Le dio un pequeño codazo en señal de complicidad.
En ese instante se pudo apreciar como la canción "Wake me up before you go-go" comenzó a sonar a través de los altavoces. La tarde anterior era una de las canciones que más les había gustado y que más habían practicado. Así que sin perder tiempo decidieron comenzar a bailar.
Ambos reían, vaya que se estaban divirtiendo, bailaban, e inconscientemente sus miradas se encontraron, había algo en los ojos del otro que hacía que no pudieran separar su mirada.
Se dice que los ojos son un espejo del alma… La vista y la mirada están, más que los otros sentidos, cerca nuestra mente y nuestra conciencia y, por eso, expresan inevitablemente las cosas y sensaciones de las que somos o no conscientes. Sabemos cómo y por qué estamos mirando a una persona de una cierta manera.
Se dice que los ojos son un espejo del alma porque muestran nuestras emociones, nuestros miedos… y nuestros deseos.
En ese momento sabían (o tal vez no) que no solo se estaban viendo, era algo más profundo.
La canción terminó, sin embargo, su conexión continuaba. Inmediatamente el D.J. comenzó con otro sencillo; "Maniac"
Lola sonrió inmediatamente, era una de sus canciones favoritas, por lo que sin pensarlo empezó a moverse.
Lincoln, por su parte, se quedó un tiempo inmóvil, simplemente admirándola.
Y así fue como Lincoln, viéndola bailar en el centro de la pista, sin que nada más importara, con esa sonrisa que le llamaba tanto la atención, comenzó a darse cuenta de algo que probablemente los metería en muchos problemas, se dio cuenta de que algo era diferente, de que cuando la miraba… algo en su interior se sentía distinto… Y se sentía muy bien.
Un sentimiento que desencadenaría muchas cosas… Pero eso es otra historia.
Por ahora Lincoln disfrutará el momento, dejando que los demás existan, pero ellos dos… vivan.
...
Extra
Después de un par de canciones ambos jóvenes estaban agotados, por lo que decidieron alejarse un poco de la ajetreada pista de baile. La cafetería del lugar estaba en servicio, así que Lincoln decidió comprar dos malteadas, ambas de fresa. Luego se dirigieron al patio de juegos, dónde se sentaron en una de las mesas que allí se encontraban. Miraban el cielo e inconscientemente sus manos se encontraron… y se entrelazaron.
Al darse cuenta de ello, se sonrojaron, pero en lugar de apartarse reforzaron el agarre.
Hola a todos, yo de nuevo. Espero les haya gustado este capítulo, como dije fue el que me hizo iniciar con este fic.
Muchas gracias por sus comentarios, me hacen querer seguir mejorando en cada escrito que hago…
Luis Carlos: A penas estoy entrando en el fandom jeje, y de primeras pensé que no había mucho, pero sin duda seguiré buscando. Y justamente me había preguntado lo mismo sobre Lana, pero creo que por las prisas olvidé agregarlo jajaja
J0nas Nagera: De verdad muchas gracias por tus palabras, lo aprecio mucho.
AugustoSpiller1259: Jajaja arriba el norte, así es
Gracias a todos por leer!
Ahora, sin nada más que decir, un saludo y… Adiós.
