Hola nuevamente! ¿Como están?

Agradezco de corazón a to que comentaron y agregaron a favorito!

Benani0125, sofito2811, Alexandraaa417, kariiim, JGS, Lu 7u7 y midoribiki. Muchas gracias por sus comentarios.


Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko-sensei.


Advertencias: Ninguna en especial.


El comienzo de un viaje, sin ti.


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Había despertado hace unas horas, era imposible dormir con el ruido de la casa, subían y bajan la escalera, entraban y salían ordenando cosas. Escucho a mucha gente abajo y supuso que eran los conocidos de la familia que venían a despedirse de Akane. Hace un par de horas había entrado su madre a dejarle un poco de arroz con verduras que dejo junto al tazón de ramen intacto que le había dejado anoche. Le pregunto si iría al cementerio y él apenas abrió los ojos, pero su madre supo que no iría. Le acaricio la cabeza con cariño y salió de la habitación mientras limpiaba sus lágrimas. Luego sintió entrar a Nabiki y reclamarle que era un cobarde, que Akane estaría enfadada con él, le dijo un par de cosas más y se fue enfadada.

Ahora estaba todo en silencio, ya se habían ido al cementerio.

Se sentó en la cama y bajo al dojo donde había un pequeño altar con la foto de Akane. Alrededor estaba lleno de flores. Sintió el sonido de unos golpes y volteo para verla, estaba con su gi con el que ejercitaba mientras daba unas patadas y daba pequeños gritos de batalla, la vio secarse el sudor y sonreírle.

- De nuevo andas de perezoso…- Dijo Akane mientras afirmaba la cinta de su uniforme de ejercicio, le sonrió y poco a poco fue desapareciendo. Ranma apretó los labios para evitar gritar.

No tenía tiempo para esto. Debía entrenar para derrotar a la asquerosa criatura que le arrebato la vida y lo dejo en la miseria más grande que podía sentir. Pero no podía hacerlo aquí, no donde estaba el altar de Akane. No era tan fuerte para eso. Fue a su cuarto y tomo un poco de ropa para llevar al cuarto de Akane, le molestaba el saber que alguien había entrado y había sacado ropa de su prometida. ¿Qué ropa le habrán puesto? ¿Habrán recordado que el amarillo era su color preferido y que adoraba los moños? ¿Se vería tan hermosa como cuando duerme? Lanzo su ropa con furia al suelo, ahora solo estaba movido por la rabia, el deseo de venganza. Ya no quería vivir para evitarle sufrimiento a su madre, ahora viviría para vengar a la mujer que amaba para luego morir y poder acompañarla. Tal vez si él apresuraba su propia muerta podría verla más pronto en su otra vida. Incluso si no funcionaba así, vendería su alma y mil almas más para poder verla en otra vida. Sabía que ambos se pertenecían y si ella lo amo tanto como él la amaba a ella sabía que lo esperaría y que sería capaz de reconocerlo en su otra vida.

- Solo un poco más…luego jamás nos separaremos….- Se sobresalto cuando sintió la puerta de la habitación abrirse y vio entrar a Shampoo con una vestido Chino negro.

- Shampoo preocupar cuando no ver a airen en el cementerio. – Indico mientras caminaba a paso lento y se acerba al joven que estaba de pie en medio de la habitación.- Shampoo venir a consolar a airen, él poder hacer con Shampoo lo que desee. – Dijo con un tono bajo tratando de sonar sensual pero se veía bastante insegura.

- .toques. – Murmuro Ranma cuando vio a la muchacha alzar el brazo para alcanzarlo. Sintió nauseas, sintió la bilis subir por su garganta y la rabia acumularse en su pecho. ¿Cómo se atrevía a insinuar tal cosa en el cuarto de su prometida? Con su prometida apenas…Muerta. Vio como ella intentaba acercarse a él nuevamente y la tomo del brazo con rabia. Bajo las escaleras arrastrándola y llego hasta las puertas donde estaba Mousse recién entrando. La arrojo con rabia al cuerpo del Chino y este apenas logro hacer que no cayera al suelo.- Si vuelve a poner un pie en esta casa te juro que la matare, así que mantenla alejada de mi. Estas advertido. – Expuso furioso y volvió a subir las escaleras sin darle tiempo al chico de reclamar, cerró la puerta y tomo su cabeza furioso.

Sabía que Shampoo no tenía escrúpulos pero pensó que al menos respetaría los días de duelo de la familia. Pero era su culpa, él jamás le puso un alto a sus acciones y ahora ella se creía libre de hacer lo que quisiera. Akane estaría furiosa al saber que esa mujer se le insinuó en su propio cuarto. Ahora era consciente del dolor que le causo a su prometida todas esas veces que la joven china se le insinuaba, cuando se metía desnuda a su cama o a la ducha. Era tan estúpido que prefería lastimar a Akane en vez de hacer enojar a Shampoo y aguantar sus embrujos. Se arrepentía tanto de sus acciones, sabía que la mayoría de ella era por ser un adolescente inmaduro que rehuía del amor que Akane le hacía sentir. Por miedo, porque si, estaba aterrado de lo que sentía por su prometida, estaba aterrado de amar y no ser amado, en el fondo sabia que alguien como Akane se merecía a alguien mejor que él, pero al final termino siendo egoísta, termino reconociendo –aunque sea para el mismo- cuanto amaba a esa mujer, pero ya era muy tarde y poco pudo demostrárselo. Si tan solo se hubieran casado aquella vez, tal vez ahora existiría hasta un hijo de ambos. Su corazón dolió al darse cuenta que de aquello jamás sucedería, que jamás tendría una familia con Akane y que por ende jamás tendría una familia, porque si no era con Akane no quería nada.

Sintió ruidos en el dojo y se asomo por la ventana para ver quién era, vio a p-chan correr histérico y decidió bajar para ayudar a su amigo. Tomo una tetera de agua caliente y se acerco a él, quien a verlo se quedo quieto con una mirada triste, se dejo transformar y agradeció cuando Ranma le ofreció una bata para cubrirse.

- ¿Por qué no fuiste? – Le pregunto Ryoga mientras intentaba que sus ojos no se llenaran de lágrimas.

- No tenía ganas…no soportaría verla…bajar. – Respondió con voz baja mientras se sentaba al lado de su amigo.

- Hable con Nabiki…dijo que ni siquiera tú podrías haberlo evitado.- Murmuro mientras lo miraba, intentando darle apoyo y no ponerse a llorar pero el ver a Akane dentro del cajón y luego ver como echaban tierra sobre este le estaba haciendo difícil la tarea.

- Se equivoca…si pude…- Respondió con rabia, se levanto y camino por el dojo mientras apretaba los puños. – Había algo…un no sé que nos vigilaba hace tiempo, trate de no separarme de ella y cuidarla pero…pero esa cosa no se qué hiso, no sé cómo pero provoco el accidente. Lo vi. – Explico de forma rápida.

- ¿Estás seguro? ¿Tenias algún enemigo? – Pregunto Ryoga mientras se levantaba y tomaba a Ranma por los hombros para detener su paseo. - ¿Sabes dónde encontrarlo?

- Si supiera ya estaría yendo donde esta…- Respondió molesto.- Pero lo encontrare y acabare con él o lo que sea esa cosa.

- Te ayudare y no estoy pidiendo tu permiso. – Sentencio Ryoga mientras miraba fijamente a Ranma. – Amaba Akane, quizás no tanto como tu pero no dejare que quien la mato este tranquilo.

Ranma le agradeció con la mirada, sabía que no podría hacerlo solo. De solo pensar en aquella cosa le entraba pánico pero era movido por el dolor y la sed de venganza. Además le serviría para entrenar mientras encontraban una manera de dar con aquella criatura.

- Tomare unas cuantas cosas y partiré, si estás listo puedes venir conmigo.- Dijo Ranma mientras salía del dojo y subía a buscar su mochila de viaje.

Ryoga se quedo solo en el dojo, mirando el retrato de su amada Akane, su sonrisa tan característica y esa mirada llena de amor. Aun no podía creer que estuviera muerta, cuando la vio en aquel cajón sintió que el mismo moriría, por eso no fue capaz de criticar a Ranma. Sabía muy bien por el dolor que este estaba pasando en aquel momento. Más si lo que decía era verdad, si Akane fue asesinada por venganza no podía dejar las cosas así. Se quito la bata y se puso su ropa para esperar a Ranma. Sintió la puerta del dojo abrirse y pensó que era Ranma pero era la señora Nodoka, buscando a su hijo.

- Pensé que Ranma estaría aquí. – Susurro, su rostro se veía demacrado y estaba pálida.

- Está arreglando unas cosas, iremos a entrenar. – Le respondió mientras intentaba sonreír. Escucho un sollozo de la señora Nodoka y se acerco preocupado. - ¿Se encuentra bien?

- Por favor…por favor…cuida a mi muchacho. – Pidió Nodoka mientras se aferraba a los brazos del chico maldito. – Yo he visto su mirada, se que él quiere estar con ella…pero…yo no lo soportaría…-dijo llorando, Ryoga se estremeció al entender de lo que hablaba y maldición ¡Maldición! Él lo entendía! Sabía que él estaba sufriendo y sabia que podría llegar a acabar con su propia vida, lo vio en China. Él se había rendido cuando creyó a su prometida muerta, Ranma se había entregado a la muerte resignado a que su vida sin Akane no era vida. Lo vio en sus ojos en aquel entonces y lo veía ahora, pero ¿Qué podría hacer? ¿Obligarlo a permanecer con vida? Al menos ahora tenía el deseo de vengar a Akane y eso lo impulsaría a seguir viviendo ¿Pero luego?

- Tranquila, yo me encargare de que ese idiota regresa a casa. – Aseguro, aunque sabía que no podría hacer mucho.

Ambos sintieron a Ranma entrar al dojo mientras dejaba en suelo una pesada mochila, el joven miro a su madre y abrió los brazos cuando esta corrió hacia él.

- Estaré bien, lo prometo. – se despidió. – Te amo madre.

- También te amo mi pequeño, por favor regresa a salvo. – Pidió abrazándolo mientras lloraba, beso su rostro unas cuantas veces y lo soltó, se despidió también de Ryoga y luego vio a ambos jóvenes marchar. – Akane, por favor no te lleves a mi hijo. –Pidió mirando el cielo.

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Benani0125, sofito2811, Alexandraaa417, kariiim, JGS, Lu 7u7 y midoribiki. Muchas gracias por sus comentarios tanto en el capitulo 1 como en el capitulo 2.

Ahora comienza lo difícil para Ranma, debera ir aprendiendo a vivir sin Akane y por supuesto, tendrá sus complicaciones.

Nos leemos en el próximo capitulo! Quizás mas ponto de lo que esperan!

fuera!