La marea se veía tranquila desde la proa del barco, él demasiado pensativo para darse cuenta de su alrededor.

-Killean, el muchacho…

-Intento, Emma. Solo fue eso-susurró poniendo las manos en su espalda y ocultando los cortes que había en los dorsos.

-¡Tienes que…!-volvió a intentar tomándolo por el brazo, él solo la miró con seriedad.

-Fuese un capitán más severo te tendría prohibida la entrada al barco, la mar se puede enojar-dijo con suavidad.

-Como si creyeras en eso-susurró frunciendo los labios y dándole la espalda-si él muere…

-No le ocurrirá nada, te lo prometo, estará bajo mi cuidado.

-Eso es lo que temo-susurró con suavidad y caminando fuera del navío.

-¡Señor Smee!-gritó Killean sin apartar su vista de Emma-acompañe a nuestra invitada a la salida, sea cortés-dijo con firmeza y volviendo su mirada al mar.

Luego de una hora decidió zarpar, ese era el primer viaje de Peter en su barco, quizás el primer viaje en su vida. Sin embargo, nadie entendía el por qué de sus acciones, por qué tenía una cama aparte en su dormitorio, cuando normalmente los amantes gozaban de dormir entre sus sábanas.

-No soy un niño-dijo el muchacho de forma suave, intentando convencerse de ofrecerse al Capitán Jones.

-¡Ja!-dijo con gracia y mirando el cielo de la noche extrañamente estrellada.

-¡No lo soy!-dijo tomando su brazo con brusquedad, ante lo que el mayor se puso derecho y se aproximó unos pasos a él, mientras el castaño retrocedió.

-¿Y cómo demostrarás que no lo eres?-susurró encerrándolo entre su cuerpo y el borde del barco.

-Yo…-intentó decir, pero estaba sonrojado y nervioso, miraba los labios del hombre, mientras intentaba dejar de temblar. Eso hasta que mordió su labio inferior y Jones simplemente se apartó frustrado.

-¡Uff!-bufó con resignación y caminando a su camarote, pasaba de la media noche y lo mejor era dormir, si es que podía con el problema que llevaba hace meses entre las piernas.

Peter no era un niño, definitivamente jamás se excitaría con uno. Pero aún así no se atrevía a exigir más de él, a pedirle que se arrodillara cuando el dolor palpitante lo descontrolaba.

-¡Capitán!-gritó alguien cuando estaba a punto de conciliar el sueño. Lo único que hizo fue bufar molesto y sentarse en el borde de su cama, desde ahí vio a Peter que estaba recostado en su pequeña cama y lo miraba como un conejo asustado.

-Solo quédate aquí, sabes que puedes comer o hacer lo que gustes, eres mi invitado-dijo vistiéndose y luego calzándose las botas. Se puso su sombrero y salió del lugar, jamás tocaba a Peter, ni un apretón de manos ni un roce descuidado, simplemente evitaba todo contacto físico. Si el muchacho quería algo, tendría que pedirlo o empezar él, pero por su parte no lo asustaría de ese modo.

Jamás fue así con nadie, ni él entendía por qué Peter era tan especial. Sin embargo, no vio que el castaño lo siguió, calzándose sus botas, porque solo eso se sacó para dormir.

-Capitán, lo buscan-dijo Smee con un farol de mano que sólo iluminaba lo que había a un metro de su alrededor.

-Puedes retirarte-susurró haciéndole un gesto para que apagara el farol, el chico de guardia sabía que en esas ocasiones debía dejar la zona en soledad. El Capitán era suficientemente hábil como para cuidarse solo.

Jones se acercó al borde del navío y buscó por unos segundos, hasta que vio la cola de una sirena asomándose, a lo que hizo un silbido largo para alertar que era él quien esperaba.

-Buenas noches Capitán-dijo una chica atractiva de cabello blanco.

-Buenas noches Úrsula-murmuró con suavidad y tomando la mano que se ofrecía desde las olas.

-¿Preparado?-se escuchó una voz cantarina.

-Para ti, siempre-dijo de forma coqueta y fue jalado al mar, una aventura que cada cierto tiempo estaba dispuesto a vivir, arriesgándose a ahogarse o perder la conciencia y ser capturado. El riesgo valía el premio final.

-¡Killean!-gritó Peter una vez fue jalado el hombre. Lo único que interrumpió el silencio fue un grito desgarrador proveniente del mar y luego el Capitán Jones fue lanzado de vuelta al barco.

-¡Capitán!-gritó Smee en cuanto salió de su camarote, todos habían escuchado y se asomaron a ver lo que ocurría.

Killean estaba inconsciente y mojado en el suelo, su piel estaba pálida. Había perdido su sombrero, algo totalmente extraño. Además, sangraba de algún lado que no podían ver.

-¡Traigan al doctor!-gritó Smee dándose cuenta de que solo él podría hacer algo por el Capitán.

Se movió, observaba el cuerpo del hombre inconsciente y en segundos decidió lo que había que hacer.

-Muchacho, ayúdame a llevarlo a la habitación-dijo el pirata tomando por debajo de las axilas a Jones, mientras Peter lo tomó por los pies. En un minuto lo tuvieron dentro del camarote, encendieron las velas y cerraron la puerta.

-Está muy frío-susurró buscando unas frazadas para poner en la cama, sin embargo, primero desnudó a Jones y notó que el corte estaba en su hombro izquierdo.

-¿Es grave?-dijo el castaño culpable, porque provocó a la sirena al gritar el nombre del pirata.

-No, pero está muy débil-dijo vendando la herida con un pedazo de tela que todo pirata debía tener a mano-bien, quédate con él, llámame si notas algo extraño. Vendré por la mañana a revisarlo-dijo arropando a Killean, quien respiraba suavemente y se mantenía pálido e inconsciente.

Media hora había pasado, y Killean Jones no reaccionaba. Se mantenía en esa misma posición, fue por eso que Peter se atrevió.

Se atrevió a acercarse y poner una mano en su rostro, palpar su piel, sentir el frío que aún abarcaba el cuerpo de Jones. Se sintió desesperado, pero no quiso llamar a Smee, simplemente tomó una decisión, ya que fue el culpable, podría ser el salvador.

Se sacó las botas y chaqueta, quedándose solo con una camiseta y pantalones. Abrió la cama y se metió en ella, con una mano tocó la piel del torso desnudo del Capitán, con temor a despertarlo se mantuvo ahí unos minutos.

Cuando notó que no había cambios en la actitud del hombre decidió atreverse a más. En ese momento apoyó su cuerpo contra el del mayor, intentando darle todo su calor, para que no enfermara y volviera con él; pero eso no ocurrió, por ello entrelazo sus piernas con las de Jones y apoyó su rostro en su pecho, escuchando los latidos que le decían que seguía allí, con él.

Fue ese el momento en que se quedó completamente dormido contra el cuerpo del Capitán Killean Jones, quien en cuanto sintió el cambio en la respiración del muchacho se atrevió a abrir los ojos. Eso había salido demasiado bien, aunque sabía que Úrsula no perdonaría el engaño, el que probablemente había descubierto, porque no se podía engañar ni traicionar a las sirenas, sino sería terrible su venganza. Solo esperaba que demorara en notarlo.

En cuanto a Smee, cada día seguía demostrando su lealtad al seguir cada plan que se le ocurría, cada cosa que decidía emprender. Realmente la recompensa para el otro pirata tendría que ser mayor que otras veces, porque esta vez todo había salido demasiado bien.

Aunque Emma lo mataría cuando descubriera su plan, pero no le interesaba, no cuando tenía por su propia cuenta a Peter entre sus sábanas, sin embargo, no se atrevió a tocarlo o hacer algo con él. Realmente lo respetaba demasiado como para aprovecharse en una situación como esa.

Estaba seguro de que había hecho demasiadas maldades en la vida, por ello le ocurrían estas cosas ¡Alguien que no se quisiera acostar con él! ¡No! Eso no era lo peor ¡Alguien que él respetara lo suficiente como para esperar a que decidiera acostarse con él! Todos los que había hecho sufrir debían estar riéndose en ese momento, porque en ninguna ocasión había sido tan noble con alguien, nunca jamás.

Porque a pesar de estar despierto y sintiendo el calor del muchacho contra su cuerpo, no hizo nada, se mantuvo quieto, disfrutando del contacto y durmiendo a los minutos. Toda esa odisea lo había agotado.

Probablemente, el amanecer no sería tan benevolente con él, solo esperaba no sufrir demasiado.