Yashiro observaba con muchas emociones mezcladas a sus representados en escena. Odiaba no haber evitado ese ligero choque entre ellos más tiempo, hasta al menos alivianar mejor la situación. Sin embargo, le complacía y divertía verlos ahora. Ah, claro que Ren no podría mantenerse de mal humor mucho tiempo cuando consiguió involucrarse como nuevo personaje en la serie en la que Kyoko es una de las protagonistas.
¡Y qué papel se consiguió!
Era evidente en los ojos de ambos que no se odiaban como ellos desearían odiarse, sino que lo que de verdad odiaban era lo mucho que se deseaban mutuamente y saberse correspondidos pero no poder hacer nada al respecto. Sin embargo, el ritmo del tango los envolvía y la pasión entre ellos era evidente y desbordante.
— ¿Entonces esta vez vas a ser mi aliado? —ella le susurra sonriendo de lado mientras su pierna de forma seductora acaricia la de él— ¿En verdad crees que voy a poder confiar en ti tan fácilmente con esa explicación?
Él la mira con una sonrisa irritada, le da la vuelta y la alza, para finalmente hacerla recostarse ligeramente en sus brazos y acercarse a su oído.
— Tenías razón —le susurra mientras acaricia su muslo—, siempre...
Ella queda perpleja ante estas palabras, pero se recompone y sonríe con ironía.
— Eso no responde el...
Entonces siente que él puso algo en su liguero y siguen bailando.
— Sabes lo que es, ¿cierto?
Ella estaba demasiado sorprendida, jamás se habría esperado algo así... ¡Simplemente no podía ser cierto!
— Ahora que te entrego mi vida supongo que será menos complicado confiar en mí.
Su mirada era sincera, pero al mismo tiempo ocultaba muchas cosas, o al menos lo intentaba. Y uno de esos mensajes odiosos que él inútilmente intentó ocultar pero que se le desbordaron fue: "Si voy a morir será un honor que sea por tu mano".
— ¡Corte! —anunció el joven director, complacido e irritado por igual— ¡Corte! —exclamó de nuevo al ver que los actores no se separaban y parecían a punto de besarse— ¡El beso no va todavía!
Kuon miró al director con una sonrisa triunfal.
Sabía que el joven director estaba anormalmente interesado en Kyoko y por supuesto que este, al ser uno de los pocos en el medio que conoce la verdadera orientación de Kana, se dio cuenta de que Kyoko era con quien en verdad tenía una relación... O mejor dicho, "no relación".
Sin embargo, el director, siendo muy allegado a Kana, pero principalmente a Kyoko, se encargó de cubrirlos y asegurar que ninguno de sus sospechosos acercamientos sea comentado por nadie. Los miembros del staff, maquillistas y todos en general eran personas muy de confianza que se llevarían a la tumba las visitas de Tsuruga Ren al camerino de su respetada y "para nada mil veces especial por sobre las demás" amiga y kohai. Así que la forma en la que se miraban con pasión abrumadora y hasta intimidante quedaría "en secreto" por el momento.
Kuon suspiró y fue hacia Yashiro.
— ¿Está molesta?
— Creo que ahora está más molesta consigo misma por no poder contigo.
— Yo tampoco puedo con ella.
Kuon suspiró, resignado y agotado.
— Has mejorado mucho en la forma en la que manejas el tema de Fuwa-kun, pero creo que todavía...
— Es muy difícil, Yashiro-san...
Kuon volvió a suspirar.
— Para ella también lo es pensar que no confías en ella, pero es comprensible, tienes miedo y...
— ¿Hice muy mal?
— No creo que sea una buena idea, pero al mismo tiempo tampoco creo que hayan muchas opciones, no es bueno dejarla a solas con Fuwa, ya hay demasiados rumores.
Kuon volvió a suspirar con pesadez y se retiró. Por seguridad, de todos modos se molestó en ir con sigilo a donde sabía que estaba la puerta secreta que daba al camerino de Kyoko. En el camino consiguió la bebida favorita de ella, analizando lo que sucedió y la ligera casi pelea que tuvieron.
No le gustaba este tipo de cosas entre ellos y no quería demostrarse a sí mismo que todavía no estaba listo para tener a una mujer como Kyoko a su lado, pero simplemente no podía concebir que se vean en privado una vez más aparte de las que ya se dieron sin su conocimiento.
— Hablaré con Shotaro —sentenció Kyoko.
— Iré contigo —declaró Kuon, bastante decidido, y también controlando bastante mejor de lo esperado su oscuro semblante, mucho más de lo que se podría pedir de él considerando que Fuwa está involucrado.
Kyoko lo miró de una forma complicada.
— ¿Qué? —soltó ante la mirada de ella, casi sin darse cuenta y felizmente pudo controlar su tono para que no suene siniestro.
De todos modos, para Kanae, Tanaka y Yashiro, fue muy claro lo íntimo que se puso el ambiente entre Kyoko y "Ren". Era como si los hubieran dejado para tener una charla privada sobre el asunto. Algo así como un viejo matrimonio que se aparta para discutir un asunto de adultos con la intención de después anunciarle a los niños su veredicto final. Y no era la primera vez que esos dos hacían eso sin darse cuenta frente a "todo el mundo", es decir su recién creado círculo social común o muro humano para disimular su particular unión.
— Es que Shotaro se vuelve más estúpido de lo normal cuando estás cerca, y tú —le decía Kyoko casi en un susurro, acariciando sus manos—... Preferiría poder hablar con él civilizadamente y si tú estás no será posible.
— ¿A qué te refieres? —cuestionó Kuon con un tono complejo de explicar.
Kyoko tenía una mirada afligida, suspiró y cerró los ojos.
— Sabes que no me refiero a... ¡Ren...! —soltó un suspiro de nuevo al notar los pensamientos que seguramente él estaba teniendo— En primer lugar, Shotaro es un asno y se pone más insoportable cuando estás presente, especialmente porque te detesta, quiere enojarte y no quiero que consiga lo que quiere, no quiero que caigas en sus provocaciones, no quiero que le dejes pensar que ha ganado en algo —se dio cuenta de que no era muy prudente, pero ya nada le importaba darle caricias a las frías manos de él frente a todos.
Kyoko tenía una única prioridad ahora, mucho más importante que ocultar lo que sea que tenían ahora de personas de confianza que sabía que en realidad tenían conocimiento de esto desde hace mucho. Lo más importante ahora para ella era calmar el corazón de Kuon, porque le dolía saber que podría haberlo herido sin querer y le enojaba que todo esto era culpa del idiota de Sho. Justamente por eso quería arreglar el asunto ella misma, para que él se de cuenta de que no tiene nada que temer.
— No me preocupa lo que tú hagas, simplemente no me gusta que él arruine —acarició su pecho, se acercó más a él y lo miró significativamente, dejando la frase a medias completada por los susurros de sus ojos—... Además, él realmente es el incivilizado, se pone como un loco cuando se trata de algo relacionado a ti y la última vez...
Kyoko quedó callada en seco. Se dio cuenta en la mirada de Kuon que era tarde y que luego tendría que terminar la historia. Tomó aire y cambió la dirección del tema.
— Lo importante es que ahora el problema es fácil de solucionar porque realmente no creo que a él le guste mucho esta situación que digamos. De hecho, seguramente está tan irritado y asqueado como yo con esto. Este rumor podría ser un bache en su camino para estar con la chica más deseada de Japón o lo que sea, y eso sin mencionar el problema que esto podría traerle con sus fans... Conociéndolo no confirmó ni negó nada porque no quería quedar mal contando que se aprovechó de su amiga de la infancia para hacerla su sirvienta y desecharla cuando ya no fuese necesaria —Kyoko se encogió de hombros con simpleza.
Los presentes la miraron impactados. Ni ellos mismos sabían qué les impactaba más: si el que Kyoko acabara de contar tan relajadamente esa historia como si fuera una anécdota de humor negro, el gesto despreocupado e indigno de la doncella japonesa que se suponía que era o el que ella no se diera cuenta de las verdaderas intenciones de Fuwa y que en verdad crea que él va a aceptar fácilmente sus proposiciones para acabar con las habladurías.
— Así que, si está de buen humor será sencillo llegar a una solución que nos beneficiará a ambos al final, no es necesario preocuparse tanto... ¿Qué?
Kyoko se dio cuenta de las miradas que le dedicaban y miró a todos con intriga. Todos negaron con la cabeza con una expresión de varios sentimientos encontrados.
— Kyoko-chan, tienes que comprender que...
— Ren, él cree que sales con Kana-san, así como todo Japón —Kyoko lo miró con una sonrisa amarga—... Si se entera de la verdad podría ser muy peligroso, y el que vayas conmigo sería muy sospechoso —se sonroja y mira a otro lado—, él se dio cuenta mucho antes que yo de eso, ¿sabías?
Ren se quedó inexpresivo un momento, pero entonces le sonrió de una forma tan intensa como complicada y le tomó con delicadeza del mentón para alzar su rostro y así ella pueda mirarle a los ojos, entonces ambos se perdieron en el otro, como si todo el esplendor del universo se encontrara en las pupilas del otro.
— ¿Recuerdan que seguimos aquí? —Kanae murmuró con irritación a un escandalizado Tanaka y a un emocionado Yashiro.
Kyoko dio un brinco y los volvió a observar.
— Hablaré con Shotaro, pero creo que sería bueno que, de a cuerdo a cómo resulte esa conversación, se contacten con su representante —toma su celular y les envía el número de Shoko, tanto a Takano como a Yashiro.
— Kyoko-chan, ¿estás segura de esto? Es decir, estoy de acuerdo que quizás Ren no sea el mejor acompañante pero no es bueno que te reúnas a solas con Fuwa-kun...
— Pero...
— Creo que debes comprender realmente cómo es la situación —Tanaka sacó su IPad y comenzó a mostrarle una presentación de diapositivas llena de diagramas y de gráficos.
— ¿Qué es esto?
— Es la representación gráfica de lo que hemos tenido que batallar —Yashiro soltó un suspiro—, verás Kyoko-chan, tus fanáticos te aman pero están preocupados por ti y para nada aprueban los rumores que, gracias al internet, no se han quedado solo en el círculo del showbiz.
Kyoko puso una expresión de pánico.
— Hasta ahora tu supuesta relación con Fuwa quedó como una leyenda lanzada por supuestos insiders de la que actualmente ya casi no hablan, porque no es oficial y ellos no quieren tomarlo como algo oficial, no les gusta ese rumor y les preocupa, por lo que prefieren ignorarlo lo más que puedan... Pero las fans de Fuwa-kun y de Ren son una historia diferente...
— ¿Mis fans?
Kuon palideció ligeramente, el rumbo de esta conversación ya comenzaba a asustarle.
— Ah, Ren, tranquilo, de hecho deberías tenerle más miedo a los fans de Kyoko-chan que a los tuyos —Yashiro soltó una risita.
— ¿Mogami-san?
Kyoko abrió de inmediato, lo jaló dentro del camerino y cerró la puerta detrás de él de un portazo, para luego apoyarse en la pared, cruzarse de brazos y mirarlo de una forma complicada.
— Yo...
Kuon de pronto no sabía qué decir, primero porque no sabía cómo manejar el ligero conflicto que de todos modos le afectaba bastante, segundo porque estaba nervioso de arruinar las cosas y, por último, porque Kyoko estaba endemoniadamente sexy.
— Nii-san no podía quedarse tranquilo, ¿no es cierto? —bromeó usando la entonación de Setsu, pero pronto volvió a la normalidad y bajó la cabeza.
Kuon suspiró.
— No estoy enojada, si eso es lo que te preocupa...
Kuon se acercó a ella, con cara de cachorrito.
— Si en verdad no quieres que vaya...
— No, está bien, es lo más prudente después de todo...
— Pero...
— Pero me gustaría que hubiera menos dudas entre nosotros —Kyoko bajó la cabeza— y también me gustaría poder darle paz a tu corazón definitivamente...
Kuon puso las manos de ella en su rostro y las besó lentamente mientras la miraba de ese modo que la hacía perder la estabilidad de su cuerpo.
— Te amo, Kyoko-chan, te confiaría mi vida...
Kuon soltó sus muñecas y la tomó de la cintura para acercarla y juntar su frente con la suya.
— Lo sé —Kyoko intentó reprimir un gemido cuando con su nariz, Kuon rozó levemente su cuello, tratando de acercarse más a su oído.
— Solo tengo miedo de perderte, por más que esté sea irracional...
Kyoko suspiró, tomó delicadamente el rostro de Kuon y lo atrajo hacia ella.
— Kuon...
Antes de que pueda completar la frase, él le robó un beso en la punta de la nariz.
— Pero yo voy a derrotar ese miedo y trabajaré duro para ser el hombre que merece el cielo entre tus brazos...
Kyoko estaba demasiado roja para este momento, pero de algún lado sacó la fuerza y le dio un beso casto y rápido en los labios.
Ya no aguantaba más, ese es el motivo de su arrebato.
Kuon quedó sorprendido en el mismo lugar por unos segundos, hasta que el emperador de la noche surgió. Pero, antes de poder tomar los labios de Kyoko como el hambriento desquiciado de amor que era, la maquillista tocó la puerta y él tuvo que esconderse en el armario.
Entonces, cuando Kyoko se sentó en el tocador y la maquillista se distrajo, Kuon huyó del camerino, no sin antes dedicarle una mirada traviesa y llena de dicha a su reina.
Sho salió de su departamento con una sonrisa engreída y de satisfacción que nada ni nadie podría deshacer. Cuando llegó al estacionamiento se sintió orgulloso de encontrar esa limusina negra que había estado esperando desde que recibió esa curiosa invitación.
