El cálido sonido del Jazz me acompañaba en mi camino al trabajo. Algunas personas que me veían al pasar me saludaban con amabilidad. Yo les devolvía el gesto con mi grata sonrisa y mis buenos días. A veces me es difícil lidiar con esto llamado "fama", pero es algo del cual no puedo quejarme.
He vivido en New Orleans toda vida. La gente que antes ni se fijaban en mi presencia, ahora lo hacen. Esas personas de poca relevancia me piden un poco de atención a través de sus llamadas en mi trabajo para desearme los buenos días o en las fiestas más importantes en la ciudad me siguen con la mirada y se acercan a mi pidiendo un pequeño momento para charlar, momento el cual no dura ni dos minutos.
Es divertido ver sus rostros de indignación o vergüenza al ver cómo me alejo de ellos poco a poco.
La voz del hombre gritando en su puesto de periódico me llama la atención. Las personas que rodean el puesto hacen que mi curiosidad salga al aire. Me acerco al puesto viendo como una que otra persona tomando el periódico con el rostro sorprendido. Quizás algo interesante sucedió ayer o quizás sola están pasmados con alguna oferta. Esta gente es muy fácil de sorprender.
— ¿Qué tal, señor Alastor? —Saludo el hombre del puesto quitando la boina de su cabeza.
—Mucho gusto, señor Wilson.
— ¿Comprara el nuevo periódico del dia?
— ¡Por supuesto, amigo mío! No me perdería la asombrosa noticia del dia de hoy.
El hombre tomaba uno de los periódicos colgados. Me extendió el periódico con una sonrisa. Con una simple moneda le pague mientras tomaba aquellos papeles amarillentos. El agradeció y se despidió con apuro, ya que más gente había llegado a comprar el nuevo periódico.
Me dirigí al callejón más cercano y me adentre en él. Me pare en la entrada de este, tome el periódico con ambas manos y me enfoque en la primera plana. Lo leí tratando de no leerlo con rapidez para poder entenderlo mejor. Mi sonrisa se ancho y alce una ceja. Sentí como él se arrastraba por mis piernas hasta separarse de mí.
"Compromiso de los famosos hijos de Antonio Della Fiore y Arturo D'Angelo".
"La emocionante noticia nos sorprendió la noche de ayer. La noticia fue mandada por uno de los periodistas de Milán y fue mandado directo a Donato Rossi, quien no dudo en revelar la noticia ante los periódicos de New Orleans."
"Estos jóvenes están comprometidos hace un poco más de un mes. Se sabe que el segundo hijo de Arturo fue quien le pidió la mano de la cuarta hija de Arturo a el mismo, quien no dudó en aceptar a Anthony D'Angelo en su familia."
Patético.
¿Cuántos años tendrán estos niños? 15, 18. Nunca entenderé el razonamiento de los jóvenes por casarse cuando apenas y pueden separarse de sus padres. Ellos solitos caen en el abismo del fracaso.
Aunque esto suena patético, puede que sea más interesante de lo que pienso. Aún más si viene de la familia Della Fiore y D'Angelo.
Arturo, Antonio y Donato son tres escorias que simulan ser como hermanos, patéticos hombrecillos sin remedio alguno.
Arturo D'Angelo, un famoso político de la ciudad de Milán quien ha hecho mucho por su ciudad más que otras personas. No solo ha ayudado a Milán y cierta parte de Italia, sino también a Luisiana y entre las ciudades del estado esta New Orleans. Muchos lo alaban como su Dios por haber ayudado otro continente y hacer salir adelante a Italia. Esas personas no saben lo estúpidos que se ven.
De tras de su postura de "salvador" esta un narcotraficante que exporta ciertas sustancias ilícitas en este continente. Ha tomado el dinero de su país para exportar y vender aquellos polvos blancos, su gente y la mía ni pueden darse cuenta del robo que esta generando su Dios hacia su país.
Antonio Della Fiore, otro inepto. Un famoso abogado en Italia y Dueño de varios bancos en Italia y New York. No hay mucho que decir sobre él, lo suficiente que se podría decir es que ayuda a Arturo a que salga limpio en sus expedientes. Otro cómplice en los crímenes.
Por último Donato Rossi, vivía en Milán y era parte de la mafia de Arturo, pero hace unos años decidió alejarse de esa vida atareada y llego a New Orleans a vivir. Tiene su propio restaurante en la ciudad (uno de los más lujosos y extravagantes) y trabaja en el periódico "The diares Orleans" como corresponsal y telefonista. Meses después de su llegada, conoció a una mujer y se casaron al poco tiempo, creo que en estos momentos tienen a un pequeño niño en casa.
Aunque se haya marchado de Italia, no quiso decir que dejo por completo el narcotráfico, ya que gracias a él las sustancias logran llegar hasta aquí. Me sorprende que nadie de la mafia de Italia lo haya encontrado aún o que su propia familia se haya enterado de la verdad de aquel hombre, su propia esposa es tan ignorante.
Vaya desperdicio en la humanidad.
Doble el periódico por la mitad. Mire la pared encontrándome con mi sombra, mire hacia el otro lado del callejón y mi seguí con mi caminata que había pausado brevemente.
Este compromiso es más interesante de lo que muchos piensan.
En ese dia lo único de lo que se hablaba era de esas dos familias. Tuve que hablar de ese tema en la radio el cual causo más revuelo en la ciudad para aquellos que no sabían enterado de la noticia.
Los primeros días se podía ver a la gente más emocionados de lo común. La ciudad estaba entusiasmado. Todos creían que era lo mejor que podía pasar, ya que esto significaría la unión de ambas familias y porque no, más apoyo y poder para la ciudad.
A veces me sorprende lo tan estúpido que es la gente de mi ciudad.
Después de unas semanas todo se calmó. La gente ya no hablaba del común compromiso y solo se enfocaba en su vida privada. Un alivio para mí, era tan cansado escuchar a mis compañeros hablando de una simple boda. Además que mi popularidad había bajado visiblemente, algo amargo para mí. Fue una pena.
Pero si creía que todo estaría más tranquilo, las cosas empeoraron.
La boda se celebraría en New Orleans. Eso se supo cuando Donato estaba buscando una nueva casa en la ciudad. Al principio todos creyeron que se mudaría de casa junto con su familia, pero uno de los vendedores casa abrió la boca diciendo que será para los prometidos de Italia.
Donato no tuvo más elección que decir la verdad. Sus palabras y excusas fueron tan tontas que no pude evitar reírme mientras soltaba la noticia en la radio.
Los días y semanas pasaron y ahora estamos a finales del mes. Todo se había tranquilizado nuevamente en la ciudad y la tranquilidad junto con la fama regreso a mí. Comenzaba a cansarme de escuchar aquellos dos apellidos insignificantes.
Caminaba por el pasillo de la empresa de mi trabajo. Estaba metido en mis pensamientos, estaba tranquilo, estaba en paz. Hasta que preste atención al exterior de mi cabeza. Los molestos murmullos se escuchan por todo el pasillo y eso se volvía más agobiado cada vez que daba un nuevo paso.
Entre a la estación tratando de ignorar los murmullos. Posiblemente hubo un nuevo teatro por parte de la secretaria y alguno de mis compañeros. Al entrar al estudio mire a mis compañeros y al igual que afuera estaban murmurando. Ladee la cabeza y fruncí levemente el ceño.
—Alastor.
Mire hacia un lado y era uno de mis compañeros de trabajo. Venia hacia a mí con el periódico en mano.
Con la misma sonrisa y el entrecejo relajado, alce una ceja y pregunte.
—Henry que sorpresa. —Hable con calma. —Tú debes saber la impresión de momento, ¿no es así?
—Correcto. —Se detuvo en frente de mí. Me extendió el periódico en su mano el cual no había visto que traía. —Y tendrás que hablar sobre eso en la radio. —Hizo un gesto de compasión.
Alce una ceja y tome el periódico. Mire la primera plana y estuve a punto de arrugar los papeles en mi mano.
Volvemos al mismo insignificante tema de siempre.
No pude disimular mi exasperación ante la noticia. ¿Tan pronto están aquí?
Mis compañeros me habían dicho que debía de hablar de este tema con interés, ya que ellos habían notado mi falta de interés ante ese compromiso durante semanas atrás.
Lo tome con calma, me tranquilice y entre a mi estudio.
Me senté en la silla y me recargue en él, cuando uno de mis compañeros hizo una señal comencé hablar con naturalidad. Hacía lo mismo que todos los días y daba pequeñas noticias de la mañana. Por el cristal veía a mis compañeros haciendo señales para que hablara sobre el tema. Los ignore, hablare del tema cuando sea oportuno (en una conclusión fácil, cuando yo desee) aunque fue divertido ver sus caras de desesperación, si ellos están así no me imagino como estará la gente que me está escuchando.
Un poco de tortura mental.
La música comenzó a escucharse, dando como indicación la primera pausa del programa. Escuchaba la música ignorando las caras de indignación de mis compañeros. Me divertía a mi manera.
Después de unos minutos la música paro, después de poco volvieron hacer la misma señal para que hablara y eso hice. Comencé alagando al músico y felicitando su gran éxito, hable un poco más hasta que hable sobre el clima. Y finalmente llego la parte que todos esperaban.
— ¡Pero eso no es todo! —Los murmullos comenzaron a escucharse. —He de admitir que el periódico de hoy me ha sorprendido. ¡Pero escuchen! La lluvia no fue lo único sorprendente de anoche. —Reí. —La noche de ayer, martes veinticinco de septiembre, nos han sorprendido la llegada de los hijos de Arturo D'Angelo y Antonio Della Fiore. ¡Denle la bienvenida a Anthony D'Angelo y T/N Della Fiore! —Los aplausos y gritos se escucharon.
Reí nuevamente, estaba saboreando las ridículas palabras que solté.
—Felicidades a la pareja de comprometidos. Espero que su futuro matrimonio no termine en desgracia y sea más bien, ¡milagrosa!
Dije en forma de burla. La mayoría de las parejas terminan separándose a los meses o al año de casado. No me sorprendería que suceda igual con este futuro matrimonio.
Ni siquiera sé cómo algo como el matrimonio pueda existir. No es algo importante en la vida del ser humano, sin embargo dichos papeles para firmar y convertirse en "marido" y "mujer" se volvió parte de, lamentablemente, esto llamado vida.
Ridículo.
Las horas pasaron y la hora del almuerzo finalmente llego. El descanso comenzó y en la radio solo se escuchaba la música más reconocida de este tiempo. ¡Oh, el fantástico jazz! Agradezco a Buddy Bolden por habernos traído tan fabuloso melodía.
Junto con mis compañeros nos encaminamos a una cafetería cercana al trabajo. Teníamos una hora de descanso, así que tenemos tiempo de sobra para comprar nuestro alimento y regresar a la empresa a almorzar.
Escuchaba las palabras que salían de mis compañeros, algunos chismes sobre la semana o lo resaltante, la dichosa pareja de comprometidos.
No recuerdo cuando fue la última vez que escuche mi nombre por la ciudad.
Mientras esperaba a mis compañeros a fuera de la cafetería (y saludaba a uno que otra persona que me daba los buenos días) sentí esa sensación debajo de mis pies. Mire abajo y mi sombra era más larga de lo debe estar.
Alce una ceja y mire hacia un lado, viendo la calle contraria. Mi sonrisa se ancho y mi entrecejo se juntó levemente con diversión. Ahí estaba, caminando con tranquilidad. Era ella, no podía estar equivocado. Tenía a alguien que me lo confirmara.
Esa muchachita con clase, se podía ver su elegancia al caminar. Que niña tan problemática. Finalmente, he conocido la descendiente de Antonio. No ha de ser más que la pequeña niña consentida de su padre. Si Antonio la dejo venir sola con su prometido ha de ser porque es su favorita, nunca se había escuchado algún caso sobre que los hijos de Antonio viajaran solos, a excepción de este que es el primero.
Mire de vuelta a la cafetería y vi a Henry acercarse hacia la puerta.
Con apuro mire hacia el frente y chasquee los dedos, sintiendo como se despegaba de mí.
Esa niña podría servirme de mucho.
Al salir Jeremy me pregunto si todo estaba bien. No me había dado cuenta de la fuerza que estaba ejerciendo en el puño. Respondí lo suficiente para asegurarles que estaba todo bien y solo fue un pequeño impulso sobre el puño.
Lo creyeron, lo note en sus rostros.
Al llegar a la empresa nos dispusimos a almorzar. Sin ningún apuro lo hice hasta terminar por completo mi comida.
Al terminar mire el reloj de mi bolsillo, 12:49 p.m., aún hay tiempo.
Fui directo a los baños del tercer piso, en donde está mi estudio de grabación.
Me adentre al último de los baños, cerré la puerta y me recargue en la pared de metal y suspire. Cerré los ojos dejándome entrar a los momentos captados por él.
Ahí estaba caminando, pero detuvo sus pasos, miro hacia atrás encontrándose con la nada. Siguió así por un corto tiempo. Tenía miedo, lo notaba perfectamente. Qué pena por ella, lástima que no estaba por ahí para disfrutar de mejor manera sus expresiones.
Algo que realmente me sorprendió y que de ninguna manera esperaba, era que entrara al emporio de Rosie. Por ahí y pensó que sería su salvación.
Él pudo entrar al emporio sigilosamente por debajo de la puerta, ella aún estaba asustada. De un momento a otro Rosie llego y la atendió, sin excusa alguna ella acepto a que la guie por la tienda. Manipulable.
Abrí los ojos regresando a la realidad. Salí del baño no sin antes mirar fuera de la puerta si alguien estaba por el pasillo, sorprendentemente no era así. Camine por el pasillo hasta salir de ahí y dirigirme hacia al estudio de grabación.
A él lo dejare un rato más con ella.
Después de dos horas más mi jornada de trabajo al fin termino.
Salí de la empresa no sin antes despedirme de mis compañeros. Caminaba por las calles de la ciudad hasta alejarme de la zona central y adentrarme a lugares más lejanos.
Llegue hacia una de las zonas más concurridas por mí. Me pare en frente de la puerta y la empuje entrando con facilidad, eso quiere decir que ya llego. Camine por el oscuro cuarto hasta subir las escaleras de la bodega. Empuje la puerta roja que estaba arriba de las escaleras y entre. La luz tenue estaba por el pasillo, me encontré con dos personas de limpieza y las salude. Me sorprende que Niffty no este por aquí.
Llegue al salón principal encontrándome con el desastre de anoche, el resto del personal de limpieza está aquí. A lo lejos vi a Niffty quien limpiaba el piso de madera, ella levanto la mirada y me vio. Movió agitadamente su mano con emoción. Gire mi mano con elegancia en forma de saludo a lo que ella rio.
Mire la primera barra y ahí estaba el de espaldas, acomodando las botellas en su lugar.
Conforme me acerca a el podía escuchar como refunfuñaba. Reí a lo bajo y me senté en una de las bancas de la barra.
— ¡Husker mi buen amigo! ¿Cómo va todo? —Apoye mis brazos sobre la barra.
— ¿Cómo mierda crees que va todo esto? —Contesto entre dientes.
—En muy mal progreso, sin duda. —Escuche sus murmullos de irritación a lo que reí. — ¡Oh pero Husk! Año viejo aún no ha llegado, no hay nada de qué preocuparse aún. —Recargue mi mentón en mi mano derecha.
Sentí el trapo húmedo chocar contra mi cara. Este se mantuvo ahí hasta que lo quite con cuidado de mi rostro. Coloque aquel trapo desecho en la barra y mire a Husk quien no se ha movido de su lugar.
— Se puede saber ¿Por qué estás aquí tan temprano? —Dio media vuelta para mirarme.
— ¿Mimzy se encuentra por aquí?
—No. Y no vendrá hasta dentro de dos días. —Gruño.
— ¿Algo lamentable?
— Ayudara a Rosie en su emporio o ira algún lugar a beber. No le tome tanta atención a su pedido. —Chasqueo la lengua. — ¿Qué querías de ella? —Levanto una ceja.
—Preguntarle algo interesante, nada de importancia. —Moví mi mano con desinterés.
—Últimamente sales mucho con ella ¿no?
— ¿Preocupado, Husk?
—Su vínculo me da mala pista. —Entre cerro los ojos, como si estuviera acusándome de algo. —No me sorprendería que dentro de poco su romance salga a la luz.
Solté una carcajada ante su comentario. No podía parar, sentí como una pequeña lágrima se escapó de mis ojos.
¡Que imaginación!
—No me engañas rarito. —Sentencio.
— ¡Que divertido eres amigo! Nunca había escuchado algo tan cómico de tu parte.
—No finjas ingenuidad, Alastor. —Apoya las palmas de sus manos en la barra para acercar su rostro al mío, me amenazaba con la mirada. —Tú eres la razón por la que Mimzy se escape a mitad de la noche. —Gruño.
—Quizás si, quizás no. —Volví a reír. — ¿Podrías darme un whisky, mi buen amigo Husk? —Agregue.
A regañadientes lo hizo. Giro hacia los estantes de atrás para buscar la bebida de buena calidad.
Ciertamente mi relación con Mimzy era estrecha. La dulce Mimzy trabaja como cantante en el bar de Husk, ella no es la única que trabaja como animadora de espectáculos, pero Husk suele enfadarse por la huida de Mimzy a mitad del show para divertirse. Mimzy tiene muchos admiradores que vienen a verla a sus shows por la noche, pero cuando la joven escapa, el bar se queda sin show principal.
Oh, y yo tengo mucho que ver en eso.
Conozco a Mimzy hace un par de años, fue muy encantadora y dulce cuando se presentó conmigo. Con el tiempo nos hicimos buenos amigos y he de admitir que me divierto mucho cuando estoy con ella. Por esa razón trato de convencer a Mimzy a huir a otro bar a tomar unos tragos, si nos quedáramos en el bar de Husk, el, la obligaría a que vuelva a trabajar.
Es una mujer muy encantadora, buena amiga y compañera. Pero no va más que eso.
—Toma. —Puso el vaso en frente a mí, dejando escuchar el sonido de madera.
— ¡Muchas gracias, querido Husk! —Levante el vaso seguido de dar un pequeño trago.
—Muchas gracias, querido Husk. —Repitió con una voz aguda. —Ridículo.
Sin decir nada más, dio media vuelta dirigiéndose a la puerta detrás de la barra. Quizás valla a buscar más alcohol en la bodega.
Cuando lo vi entrar, puse el vaso en la barra. Apoye mis codos en la barra y cubrí mis ojos con las palmas de mis manos. Volví a tener su visión.
Ella salía de los vestidores y pudo sentirlo. Incomoda miraba al final de los vestidores en busca de lago, el cual no encontró. Salió de ahí y fue a la caja registradora. Ya encontré a Mimzy. Su cara de sorpresa cuando ella le pregunto si era la prometida de D'Angelo fue todo un poema, incluso cómico.
Rosie fue quien se encargó de despedirse de ella, al final la pequeña niña me marcho. Se veía más tranquila, se podía reflejar al caminar. Él tuvo más cuidado esta vez, estaba alejado para no levantar sospechas en ella. Llego a su casa y no me sorprende el tamaño de esta, los D'Angelo suelen tener casas muy estrambótica.
El decidió entrar, se deslizo por el pórtico de la casa y al asomarse por la ventana esta abrió repentinamente. Arrugue la frente ante eso. Solo fue un pequeño descuido.
—Deja tus cosas raras para otra ocasión, maniático. —Escuche la voz de Husk seguido de un golpe en la mesa.
Despegue mis manos de mis ojos.
Husk decidió ignorar lo sucedido y solo comenzó a quejarse por el bar y como sucedió el desastre. Mientras lo escuchaba con atención y decirle uno que otro comentario que lo sacara de sus cabales, chasquee mis dedos para que el regresara de vuelta y así sucedió.
Después de varias horas en el bar, recibir comentarios vulgares de Husk cada que lo molestara, ayudar en el bar y quedarme a ver los shows de la noche al final decidí irme a casa.
Subía los pequeños escalones de la casa mientras sacaba las llaves de mi bolsillo. Abrí la puerta y me adentre a mi casa. Cerré la puerta detrás de mí y solté un suspiro pesado. Mire el reloj que estaba colgado alado de la puerta, 12:45 a.m., tarde, pero aún hay tiempo.
Me quite mi saco y mi sombrero colgándolo en el perchero. Me encamine en el pasillo hasta llegar a mi oficina. Al entrar inhale hondo, mi sonrisa se ancho y camine hacia el tapete que estaba por debajo de mi escritorio. Me acerque a la punta del tapete y lo levante, descubriendo parte del suelo hasta llegar a la parte interesante. La pequeña puerta en el suelo se había revelado. Deje el tapete de una manera para que este no vuelva a su lugar perteneciente.
Abrí la puerta dejando ver una pequeña escalera. Apoye mis manos en el suelo y metí la mitad de mi cuerpo en el sótano, con cuidado baje las escaleras hasta llegar abajo. Me separe de las escaleras y me dirigí hacia el interruptor, con un pequeño movimiento de dedos la luz invadió el lugar. Sonríe satisfecho. Di media vuelta viendo de mejor manera lo que tenía.
Los muñecos colgados en la pared y techo, pequeñas repisas con frascos de algunas cosas poco agradables, una mesa con algunas cosas importantes, símbolos marcados por el piso, techo y paredes y los más sobresaliente, tres círculos marcados en el suelo con sangre.
—Amicis meis espularer. —Susurre.
Los círculos comenzaron a iluminarse de un color verde. Mi sonrisa no podía ser más grande en ese momento. Eleve mi mano y con seguridad troné mis dedos.
Mi sombra la cual estuvo atrás de esa niña todo el dia, se deslizo de mis pies, hasta pararse atrás mío, como si se tratara de un humano.
—Habemus valde interesting res farece.
Y al final, las sombras salieron de los círculos rodeando las paredes y techo del sótano.
Esto será interesante.
...
Hola chicos ¿Cómo están?
Solo decirles que las palabras que salen en diferente idioma los saco del traductor, ya que quería el latín y francés no es un idioma que manejo. Digo esto por si llega alguien quien sabe estos idiomas y no logra entender algunas palabras :)
