Capítulo 2

Abriendo sus ojos púrpuras muy lentamente y con su cuerpo completamente adolorido, Morgan Lowell empezaba a despertar de lo que se podría decir "una larga siesta" dentro de una habitación que parecía de huéspedes

Cuando su mente se encontraba un poco mas activa, abrio los ojos con miedo mirando hacia los lados buscando su espada.

-(Donde esta la falchion?!).- dijo en miedo cuando no encontró la espada de su familia.

En eso, entrando por la puerta que había pudo ver la figura de una mujer joven con un traje habitual de campesina con una mirada de sorpresa.

-Haz despertado, eso me alegra.- dijo con un tono calmado mientras se acerca a la chica, cuando la adulta le toco el hombro hizo que la pelimorada se asustará.

-Mi espada! donde esta mi espada?!.-

-Tranquila, esta en el comedor. mi esposo decidió darle una ligera limpieza y buscarle una nueva vaina.- dijo buscando una manera de tranquilizar a la Lowell que esta simplemente se relajo junto al ambiente.

-Donde estoy?.-

-Sigues en nuestro pueblo, llevas inconsciente por una semana tras tu pelea contra los bandidos.-

-Bandidos?...- pregunto, en eso las memorias llegaron, cuando todo se oscureció y los gritos de terror se escucharon.

-Si, gracias a ti esos bandidos no volverán a dañarnos; hemos perdido mucho por sus supuestas "cuotas".- dijo con lágrimas la señora pudiendo respirar en paz.

Cuando fue a la sala, encontró a Falchion sobre una mesa estando bastante limpia junto a una vaina con el patrón púrpura de la gabardina.

-No pude levantar mucho esa espada por lo que tuve que ponerla ahí pero diré, tiene un excelente filo.- dijo el marido de la señora mientras se encontraba sentado.

Morgan solo hizo una ligera referencia y se acercó a su espada para mirarla, el brillo del sol hacia verla hermosa su espada.

Tomo la vaina colocándolo sobre su cinturón y envaino el arma, también noto un mapa enrollado que lo tomo guardandolo.

-Te vas? es muy temprano para que te vayas y apenas haz despertado señorita.- dijo la voz de un niño pequeño al ver a Morgan colocándose su equipo.

-Lo sé pero no debo dejar de viajar, tengo una misión y de paso ayudar a pueblos como ustedes de bandidos que les quiera hacer daño. Muchas gracias por aberme cuidado- con una sonrisa y capucha encima puesta, volteo hacia la familia y se retiró del hogar.

vió que apenas estaba amaneciendo por lo que pocas personas estarían despiertas, por lo que solo sonrió y se fue del lugar sin que nadie más se diera cuenta.

...

Saliendo del pueblo, saco el mapa que agarro y noto la gran área que representaba el continente.

Ella noto que la lengua era muy similar a su mundo por lo que logro entender, aunque solo noto las 4 áreas marcadas.

En rojo estaba el [Imperio Adrestiano] siendo una gran zona del mapa, junto un numero puesto en la esquina inferior siendo "Año imperial 1180"

En azul estaba el [Reino Sagrado de Faerghus] notando también una porción considerable

En amarillo estaba la [Alianza Leicester] siendo un área grande pero para los que fueron los demás, era pequeño.

la Lowell estaba confusa sobre todo encontrar, ya que tuvo la suerte de aparecer en un bosque y a ver tenido que vagar por mucho tiempo; aunque su cuerpo pudo resistir tras haberlo hecho muchas veces cuando estaba los "Pastores" con si abuelo Chrom, su madre Lucina y...

Su padre Robin.

Mordiéndose el labio inferior, los bonitos recuerdos que tenía con el jugandole bromas y jugando con los juegos de mesa llegaron a su mente; paso un ligero tiempo así hasta que soltó un suspiro y miro al cielo despejado.

-Te encontraré padre y volverás con mamá...te lo prometo.- dijo con su determinación y su camino empezó desde aquí.

Aunque esté camino...estará más lleno de piedras que le harán ver su determinación.

-Oye, haz estado más distraído de lo normal ¿pasa algo?.- la voz grave de Jeralt se hizo presente cuando vió a su hijo: Byleth, con la mirada perdida...más de lo habitual.

-No es nada, solo algo raro.- dijo de manera cortante mientras caminaban por una zona del imperio.

En la iglesia de Seiros, se podía ver a Lady Rhea mirando al cielo con una emoción de poca comprensión.

Cuando había caído la noche, sintió algo oscuro surgir de la nada para luego apagarse tan rápido como apareció.

Pensó en un momento mandar soldados a investigar pero decidió desistir al desaparecer rastro.

Lo que no sabía la Arzobispa...es que una amenaza más allá de lo que podía pensar llegó...como un parásito.