Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer.
Dejo nota al final!
Capítulo 2: Primeros secretos
Desde el primer recuerdo que tengo con Edward, ya nos considerábamos como conocidos.
Luego de esa salida con Jessica y Angela nos vimos un par de veces más por asuntos familiares... lo que me hizo pensar en todas las veces que nos habíamos cruzado antes pero sin notar la existencia del otro.
Nos vimos en el cumpleaños de Angela pero apenas conversamos, casi nada. Fueron mis padres, mi hermana y gran parte de mi familia. Él era el único Cullen aparte de mis padrinos y primas, también estaban otras sobrinas suyas. Cuando fue hora de las fotos, en una donde salían Angela con los tíos y tías presentes, la mayoría eran parejas y Edward era el único tío soltero.
Llegó el cumpleaños de mi madrina, un par de meses después de esa reunión. Para ser sincera, yo no tenía ni idea de que Edward iba a aparecerse pero tampoco me sorprendió. Mi memoria no era tan buena, pero estaba segura que no lo había visto en tantas reuniones familiares como ese año.
—¡Isabella! —me saludó alegre cuando lo vi. Quienes me conocen bien saben que no me gusta que me llamen Isabella. No sé, me parece un nombre que no va con mi personalidad. Nunca me gustó, así que pedía que me llamen "Bella" a quienes les tengo confianza. Aún así la gran parte de mi familia se les hacía más fácil llamarme "Isa", como mis padres me llamaban. Suena peor que Isabella pero ya no había punto en recordarles cómo prefiero que me llamen.
Edward me caía bien pero "apenas" nos conocíamos por lo que no le corregí.
—Hey, ¿cómo estás? —le pregunté luego del beso en la mejilla que me dio. Para esto yo estaba con Jessica, a quien Edward saludó primero y por eso no fue tan incómodo saludarlo como una persona normal.
Edward no me ponía nerviosa al inicio. Me parecía un hombre atractivo pero nada más. No lo miraba como un hombre con el que podía tener algo… ¡Me dobla la edad! Aparte algo en mí seguía creyendo que era gay. No puede ser tan agradable y estar soltero. Cuando le dije a Jessica lo que creía de su tío después de la primera salida y el cumpleaños de Angela, ella se rió. "Parece, ¿cierto? Pero no lo es, he conocido a enamoradas suyas", me dijo divertida con énfasis en el plural. "Solo es chévere", dijo alzándose de hombros.
Esa tarde-noche Edward, Jessica y yo hablamos varias veces, continuando temas que habíamos tocado anteriormente o sobre algo nuevo. La pasamos super bien, riendo hasta las carcajadas. Esa vez no hablamos solo los dos, aún Jessica era nuestra conexión y si conversábamos eran temas que los tres conocíamos, nada nuevo.
Yo fui la encargada de tomar fotos en la reunión y estuve paseando por toda la casa tomando fotos a los invitados en distintos momentos: mientras conversaban, con mi madrina, sirviendo la cena, riendo, etc. Cuando no hubo mucho que fotografiar, Jessica y yo nos tomamos algunos selfies de puro aburrimiento. No sé en qué momento Edward apareció pero me quitó la cámara de las manos.
—Yo les tomo —nos dijo mientras yo lo miraba sorprendida y fingiendo indignación.
—Hey, yo soy la fotógrafa hoy —comenté riéndome.
—No has salido en ninguna foto. Vamos, ponte con Jessi —me mandó mientras preparaba la cámara y tomó una primera foto. Supe cómo salí: con mi cara de sorpresa y nada preparada para la foto—. Sonríe, Isabella —dijo y volvió a tomar otra foto cuando sonreí junto con Jessica.
Llegó la hora de la foto grupal y todos se reunieron en la sala. Mi familia, familia de Edward, y amigas de mi madrina se agruparon mientras esperaban mi señal. Para aclarar: los Cullen y mi famlia se conocían por décadas; más por el lado de mi padrino (sus hermanos, sobrinos, tíos, etc., no tanto sus primos).
No había trípode, así que yo no iba a aparecer en la foto. Cuando les pedí a todos que miren a la cámara me sentí un poco intimidada. Todos estaban mirándome. Observé el cuadro y note a Edward sonriendo al lado de mi mamá y su hermana.
Tomé dos o tres fotos hasta que Edward dijo:
—Isabella, ahora tomo yo para que salgas en la foto —y caminó hacia mí. Lo estaba haciendo otra vez.
—Eh, ¿en serio? —pregunté torpemente porque sentía la mirada de todos los presentes ya no solo en mí sino en ambos. Edward asintió mientras recibía la cámara.
—A ver, sonrían —dijo Edward. Yo me fui al mismo lugar donde estuvo él unos segundos antes—. 1, 2… —y salió un flash—. Linda foto —dijo sonriendo y todos celebraron.
Jessica y yo estuvimos hablando las dos solas cerca a la salida de su casa. Edward no estuvo con nosotras todo el rato sino conversando con su familia presente o conociendo a la mía que había ido. Sus hermanos, Alice, Emmett y Jasper, también habían ido por su propia cuenta, pero no los vi conversar en ninguna ocasión. Tampoco es que haya estado pendiente de Edward todo el tiempo.
De pronto vimos a Edward apurado acercándose a la salida y se alegró de vernos.
—Chicas, tengo que irme —hizo ademán de despedirse pero mi madrina apareció detrás suyo.
—Eddie, ¿ya te vas? Falta el postre —dijo ella con la cámara en manos.
—Lo siento, es solo que recordé un asunto urgente —dijo apurado y con algo de pena—. Prometo que saldremos a cenar con mi primo y las chicas —se acercó a mi tía para despedirse.
—Bueno, está bien. Entonces una foto con las chicas antes de que te vayas! —mi tía apuntó el lente de la cámara hacia nosotras. Edward apurado se paró entre Jessica y yo y esa fue la primera vez que lo sentí tan cerca de mí. Puso su mano en mi espalda y yo estaba literalmente apoyada en su cuerpo.
Esa vez, debo admitir, me puse un poco nerviosa. Mis dudas de si era gay o no se iban disipando, así que "ya no era gay", solo un hombre soltero y atractivo. Encima con una personalidad agradable y buen humor: oscuro y sarcástico como me gusta.
Mi madrina terminó de tomar la foto y Edward ya estaba con un paso fuera de la casa.
— ¡Te debo esa salida, eh! —se despidió con la mano— ¡Lindo verlas! —y se fue casi corriendo. Sí que estaba apurado.
Una tarde fui donde Jessica para quedarme a dormir. No recuerdo cómo empezamos a hablar de Edward pero mencionarlo no era nada nuevo, excepto lo que me dijo: "Le gustas a Eddie", dijo divertida pero sin esperar gran reacción de mi parte. "¿Qué hablas, estúpida?", me reí de su incoherencia. ¿Se estaba escuchando? Su tío podría ser mi padre. "En serio", se rió y noté que solo estaba molestando, "Deberías agregarlo a Facebook", dijo echándose a mi lado. "Lo haría solo porque me cae genial", dije mirándola y agarré mi celular. "No creo que este como 'Eddie' en Facebook, no?", reí. Siendo sincera, no entendía cómo Edward no tenía problema con que le llamen así. "No, búscalo como Edward".
Estoy segura que hasta el día de hoy, Jessica se arrepiente de haberme dicho eso.
Esa simple acción fue la que hizo que Edward y yo conversemos solo entre ambos. El primer tema que tocamos tuvo que ver con Jessica, eso sí, pero consistía sobre planear una salida al museo. Jessica estaba encargada de elegir el museo y yo del lugar donde comeríamos después, él estaba encargado de llevarnos a donde elijamos. Fui la primera en escribir, debo decir, y fue porque Jessica aún no hacía su "tarea". Edward lo tomó con buen humor y me dijo que le diga a Jess que no se demore sino iremos a un lugar que ella no querrá. Al inicio Jessica prácticamente sabía sobre lo que Edward y yo hablábamos, pero con el tiempo él y yo conversamos temas personales que no tenían nada que ver con ella o mi familia. Nos empezamos a conocer por chat, prácticamente.
Admito que en un inicio yo era la más emocionada o quien iniciaba las conversaciones porque, como he mencionado tantas veces antes, Edward me parecía una persona interesante y con un humor similar al mío. Eso era suficiente para llevarme bien con alguien. En una de esas conversas me mencionó que iba a viajar por unos días y que para su regreso el museo y lugar para comer tenían que estar decididos. También me contó que había perdido su celular (o robado, nunca supo), y me escribió por un par de días desde un antiguo y pequeño iPod. Sus fallas ortográficas debido a sus grandes manos me resultaron graciosas más que indignantes.
Cuando Edward mencionó esa "cena con mi primo y las chicas" lo dijo en serio y, sorpresivamente, yo estaba incluida. Mis padrinos y Jessica me dijeron para ir a cenar con él tras su regreso y no tuve problemas en aceptar. Unos días después de la invitación, fuimos a comer pizzas a una pizzería que, según él, era de las mejores en la ciudad.
—¡Isabella! —volvió a saludarme con mi nombre completo y estuve a punto de corregirlo hasta que me abrazó. Él sabía que iba a ir pero parecía sorprendido de que realmente aparecí.
—Hola —saludé algo tímida. Era la primera vez que nos veíamos desde que nos agregamos a Facebook y conversamos solo entre ambos. Los otros presentes no estaban al tanto de nuestra nueva amistad virtual, excepto Jessica.
En la cena era Edward y mi padrino quienes más conversaban, no entre ellos sino contando historias o sacando temas para hablar. Yo aún me sentía con timidez y no podía dejar de pensar en cuándo o cómo tratar a Edward como lo hacía en chat.
Pero las dudas se fueron cuando Edward mencionó que le habían robado el celular.
Estuve a punto de decir "Claro, como me comentaste la vez pasada", pero él reaccionó como si fuese una noticia nueva para todos, por lo que cerré mi boca.
—Anoten mi nuevo número, porque tuve que cambiarlo y todo eso —vi que todos agarraban sus celulares e hice lo mismo aún confundida. ¿No habrá problema si yo lo guardo? Solo éramos amigos en Facebook, no habíamos intercambiado números u otros datos—. 943… —Edward empezó a dictar y notó que yo era la única que no estaba guardando su número— Apunta: 943… 765...—mis mejillas se sonrojaron ligeramente mientras lo guardaba en mis contactos.
—Eddie —dijo mi madrina despues de un rato—, por qué te fuiste casi volando de mi casa el día de mi cumpleaños?
Jessica y yo reímos. Ese día parecía que Edward había visto un fantasma y solo quería escapar de ahí.
—Ok, les contaré —respondió riendo también y dejó los cubiertos al lado de su plato—. Pero solo que quede entre ustedes, ok? —todos, incluyendo mi padrino, lo observamos en silencio— Ese día temprano estuve en un almuerzo del trabajo y era con unos clientes nuevos. Fuimos a comer una comida asiática totalmente extraña, o al menos yo nunca había comido eso ni en China o en Japón, pero el restaurante decía que era "comida asiática" —Edward inhaló y sacudió la cabeza—. Ya estaba con el estómago medio raro cuando llegué a tu casa y la verdad es que no quería comer nada —dijo dirigiendose a mi madrina—, pero me ofreciste comida con tanto cariño que no pude decirte que no, encima era tu cumpleaños.
Angela y mi padrino ya se estaban riendo por lo que iba a contar Edward luego. Jessica, mi madrina y yo estábamos riendonos pero en silencio, esperando que continúe.
—Y a los minutos mi estómago no podía más. Hasta comencé a sudar frío —todos nos reímos al mismo tiempo—, ¡encima cuando me dirijo a la puerta me pediste tomarme fotos! —las carcajadas sonaban por todo el restaurante— Ya estaba viendo borroso y solo quería llegar a mi casa, ¡pero tú querías foto con las chicas! —mi madrina se tapó la boca mientras reía.
—¡Lo siento, Eddie! —se disculpó entre risas— Ni idea de lo que te estaba pasando.
—No, no, felizmente llegué a tiempo —Edward rió—. Sino hubiera tenido que limpiar mi carro al día siguiente.
— Ewww! —dijeron Jessica y Angela mientras reíamos.
La cena continuó por casi una hora más. Esa noche descubrí algo interesante de Edward: era excelente contando historias. Apenas nos estaba contando de su corto viaje y tenía a su público cien por ciento interesado en lo que decía. Era su manera de contar, o tal vez sus gestos y su tono de voz, o quizás porque su vida realmente era interesante, pero nos traía a todos súper involucrados en su historia.
Realmente era fascinante escucharle hablar. Eso fue una de las cosas que más me atraían de él.
Al parecer, ese año iba a cruzarme con Edward en más reuniones familiares que nunca. O al menos que yo recuerde. Pero creo que ese año sí fue un récord porque no me hubiera olvidado de su cara si nos hubiésemos visto tantas veces los años anteriores.
Un tiempo después hubo una misa por un familiar suyo pero que mi familia también conocía.
Llegué con mis padres cuando la misa ya había comenzado así que nos sentamos sin hacer mucho ruido. Pude notar que Edward y su familia estaban sentados en las primeras filas de asientos.
"Isabella", fue su primer mensaje de la noche y felizmente mi celular estaba en silencio. "Al final no viniste", reclamó y cuando estuve a punto de decirle que estaba presente, escribió: "O sí?"
"Estoy a 10 filas detrás de ti", respondí. Aún no se me presentaba la oportunidad de decirle que me llame "Bella" pese a que hablábamos casi todos los días por Facebook incluso teniéndonos en WhatsApp.
Edward giró la cabeza disimuladamente pero sin poder encontrarme.
"En serio? No te vi al entrar"
"Mmm, vivir lejos hace que llegues un poco tarde"
Vi que giraba la cabeza en otra dirección y ahí pudo encontrarme. No sonrió ni nada, solo me mandó otro mensaje mientras el sacerdote hablaba.
"Ya te vi. No pudiste sentarte más lejos?"
"Por algo hay asientos en esta zona, no?"
Todos nos pusimos de pie y mi mamá me miró con desaprobación.
—Apaga eso —señaló con la mirada a mi celular. Lo bloqueé antes de seguir lo que el sacerdote indicaba. Todo lo hacía automáticamente por haber estudiado en una escuela católica, aún así no era practicante del catolicismo.
Pude ver que Jessica, Angela y mis padrinos estaban sentados cerca de Edward. Todos ajenos al intercambio que él y yo teníamos.
"Escríbeme porque estoy a punto de quedarme dormido, por favor", me dijo luego de unos minutos. No era el único.
"Por qué usamos facebook si nos tenemos en wsp?", pregunté de la nada.
"Cierto… es más práctico por ahí, no?"
"Exacto"
"Te tengo como contacto pero no sé cómo escribirte por ahí", reí por lo bajo.
"En serio? Solo abre la app, me buscas y me mandas un mensaje"
"Ok, pero cómo te busco?"
"Edward… estás bromeando?"
"Isabella… hablo en serio, admito que soy tonto para estas cosas"
"Debiste quedarte con un beeper, creo"
"Jajaja, ya sé que estoy viejo, no es gracioso"
"Mejor te escribo yo por ahí, para evitarte el ardúo trabajo"
No me tomó ni medio minuto escribirle por Whatsapp. La misa seguía y seguía.
"Hola! Te escribo por aquí o prefieres señales de humo?"
"En mi época ya existía el fax, te cuento"
"En mi época también y mírame usando whatsapp sin problemas", reí en silencio mientras observaba su espalda. Lo divertido era que yo podía mirarlo pero él no a mí, y estoy segura que me hubiera ahorcado con la mirada de ser posible.
Luego de 20 minutos, parecía que la misa iba a llegar a su fin.
Edward me miraba desde su asiento. Todos estaban abrazándose y deseándose la paz. Yo traté de ignorarlo pero mi celular vibraba con el mensaje que me había mandado. "La paz esté con usted", me había puesto. Me sonrojé al pensar que éramos los únicos "pecadores" burlándose de la misa por chat.
"Si no te deseo la paz, significa que estamos en guerra?" fue su siguiente mensaje.
Observé que Jessica fue donde él para abrazarlo, luego giró a buscarme y me saludó a lo lejos. Levanté la mano con una sonrisa mientras mi celular volvía a vibrar.
"Es obligatorio abrazar para desear paz?", quise lanzarle el celular por la cabeza.
"Basta", le contesté.
"Me iré al infierno"
"Nos vemos ahí" le dije antes de bloquear mi celular.
Terminó la misa y mis padres fueron a saludar a mis padrinos y otros familiares. Esperé a Jessica a mitad del pasillo para saludarla y conversar. Tenía ganas de ver a Edward también.
—¡Holaaa! —Jessica me abrazó y justo Edward venía detrás suyo pero un par de personas lo detuvieron para saludarlo.
—Sorry por venir tarde pero hubo mucho tráfico y sabes que desde mi casa es peor —le dije a mi prima.
—No hay problema, al menos vinieron. ¿Saludaste a mis papás? —me preguntó.
—Lo haré después de que saluden a medio mundo —le respondí señalando al pequeño grupo de gente rodeando a mis padrinos. Busqué a Edward pero ya no estaba donde lo vi por última vez. ¿Se habrá ido?, pensé. Revisé mi celular por medio segundo y no vi ningún mensaje suyo.
—Vamos afuera, mejor —Jessica me tomó del brazo y salimos. Mejor porque adentro ya me estaba dando algo de claustrofobia con todas las personas acercándose a la salida.
Estuvimos conversando un rato y luego Edward apareció. Más gente iba saliendo de la iglesia.
—¡Isabella! —me saludó como si no hubiésemos estado hablando durante toda la misa—. Jessi.
—Oye, te vi en el celular a cada rato —Jessica le habló antes de que yo pudiera responder—. Mal, mal —sacudió la cabeza y ambos rieron. Yo no sabía qué hacer.
—Me estaba escribiendo con Dios para que me confirme si lo que decía el sacerdote era cierto.
Esa fue su gran respuesta y los tres reímos juntos esta vez.
—Estás loco —dijo Jessica sin saber lo que realmente había ocurrido— Irás a cenar con nosotros, ¿no? —le preguntó.
—Claro, si quieres vienes conmigo. Pregúntale a Angela también —respondió sacando las llaves de su bolsillo—. Puedo llevarte también, si gustas —se dirigió a mí y Jessica se mordió el labio algo incómoda.
—Uhm, no sabía que había cena después de esto —miré a Jessica y ella torció el gesto.
—No fue algo organizado, la familia de mi papá quedó para comer algo luego de la misa —se encogió de hombros.
—Oh, ya veo —asentí. Pude notar la decepción en la cara de Edward.
—Pero no creo que haya problema si se quieren unir, ¿no? —dijo mirándonos a ambas.
—Voy a preguntarle a mis papás, ya vuelvo —se fue y nos dejó solos.
—Pensé que estaban invitados… —parecía que quería encontrar una solución para que mi familia y yo vayamos a esa cena.
—No, no te preocupes. Es entre tu familia y lo entiendo —sonreí.
—Pero sí nos veremos este miércoles, ¿verdad? —preguntó. Por fin Jessica, Edward y yo habíamos coordinado fecha y lugar para esa salida al museo que habíamos planeado, no podía faltar.
—Estaré ahí de todas maneras —respondí y observé que mis padres salían de la iglesia justo cuando alguien llamaba a Edward para saludarlo.
—Te escribo luego, ¿va? —me dijo tomándome de los hombros para despedirse con un beso en la mejilla.
—Ok, Eddie —dije en tono burlón el nombre con el que lo llamaron y se fue riendo.
Me acerqué a mis padres que estaban buscándome entre los invitados.
—¿Vamos ya? —le pregunté a mi mamá.
—Vamos. Hablé con tu tía y van a cenar con todos los Cullen ahora —me contó.
—Algo así me dijo Jessica —respondí mientras la buscaba con la mirada y nos dirigíamos al auto.
—Pensé que nos diría para unirnos pero es solo entre ellos, creo. Me puse guapa solo para la misa —me comentó caprichosa y rodé los ojos.
—Es algo entre ellos, mamá —sacudí la cabeza.
—¡Chau, Bella! —escuché a Jess a lo lejos despidiéndose antes de subir al auto de Edward, quien me miró serio y levantando solo la mano.
Giré y me despedí de ambos.
Una hora después, Edward me mandó un mensaje.
"Esto está aburrido sin ti".
Hola! Han pasado 10 días desde el primer cap, así que les dejo un cap dos veces más largo jaja :) Espero que les guste! Si encuentran fallas ortográficas es porque el teclado de mi laptop está configurado al inglés y trato de corregir lo más que pueda pero algunas cosas se me escapan :(
Me gustaría saber qué les parece o qué creen que va a pasar!
Un abrazo
