Hola a todos, puse un pequeño índice al inicio para llevar una especie de orden… Sigo cuestionándome si seguir este fic. Pero bueno comencé adelantar unas partes donde me había quedado… Así que igual y si lo continuo. Aunque aún tengo material como para 10 capítulos más…

Algo que me sorprendió, fue ver la cantidad de visitas que hubo de Estados Unidos. Es la primera vez que me pasa con un fic, por lo general la mayoría que leen historias que hago en fanfiction son de países de habla hispana. Como sea gracias a la gente que hable inglés y otros idiomas que lea este fic, se les agradece. Siéntanse libre dejar un comentario aunque sea en su idioma nativo, se hablar un poco de inglés y pues para todo lo demás existe google traductor. Como sea les dejo el nuevo capítulo.


Capítulo 2 – Un nuevo deseo… (pt2)

Mientras caminaba por el pasillo, el castaño pensaba en algo que no podía entender… ¿Cómo su mejor amiga se ganaba a las personas tan rápido? Todos sus profesores la ponían de ejemplo. Eso a veces le fastidiaba, más por lo que dijo el Croker una vez… De un momento a otro veía que la rubia se detenía y él se detenía para no chocar con ella. Fue extraño para el dueño de la gorra rosa oír que su amiga se presentara de nuevo…

- Hola mucho gusto me llamo Chole Carmichael – Decía alegre la rubia, mientras veía alguien sentada en uno de los asientos del autobús. Era una chica bastante más alta que la pecosa, de piel clara y ojos azules algo rasgados. Con bastante maquillaje para alguien de edad tan joven, pero Chole no juzgaría el uso excesivo de maquillaje en nadie. La chica tenía una gran cabellera negra que le llegaba al coxis y una diadema blanca en el centro de la cabeza. La chica tenía una mezcla de rasgos occidentales y asiáticos. Portaba una playera rosa de tela muy costosa tipo suéter que tenía un cuello de tortuga. Junto a una falda blanca que llegaba encima de las rodillas. Calzaba también un par de botas blancas. Alado de ella, iba una chica rubia tan alta como la pelinegra, con color de piel semejante. Vestía un traje de animadora blanco con una "gran D" rosa en el pecho. También portaba una falda rosa que le llegaba a la altura de las rodillas. Calzando unas zapatillas deportivas rosas que le llegaban al talón.

Para Chole fue interesante que la niña nueva, se refiriera a ella con las palabras: "¿Así que tú eres Chole?". Quizás había oído de ella por su servicio comunitario o por el programa de reciclaje de la escuela. Eso le daba gusto a Carmichael, posiblemente su nueva compañera solo quería formar parte del programa de reciclaje o servicio comunitario. A la rubia le vendría bien que alguien más la acompañara a esas actividades. Ya que su amigo que vestía de rosa no era muy animado de ir a ellas… Además de ser la única en el club de reciclaje de la escuela…

- Veo que eres más enana de lo que me habían dicho… - Concluía la pelinegra, con un tono burlón pero como si lo dijera con muchos modales.

En el autobús se oyó un silencio en seco, era las pocas veces que alguien se refería a Carmichael de forma despectiva... A nadie le gustaba referirse a ella en forma de desprecio, porque fuera del agrado o no de sus compañeros. Como sea la chica intentaba ser buena con todos, lo que hacía que se ganara el respeto de la mayoría…

Aunque por dentro le molesto el comentario, no iba dejarse amedrentar. Pero tampoco iba ser grosera, su madre le enseño que la violencia nunca es la respuesta… Amenos que sea por defender a alguien que no puede hacerlo. – Si es verdad… Pero estoy aun en desarrollo… Las niñas alcanzan su máximo desarrollo entre los 8 y 15 años… Así que aún me falta crecer. – Concluía la chica de vestido amarillo. Con un tono alegre en su voz, viendo a la chica que se acababa de burlar.

- Entonces más vale que te des prisa… Para que no te quedes enana el resto de tu vida… - Algunos chicos en autobús, se comenzaban a reír… Les gustara o no, aunque Chole fuera agradable con todos. El regreso de la chica pelinegra, daba por sentado dejar en claro quién es la que manda en el quinto grado y en la escuela.

Cuando el chico de gorra reconoció esa voz, tuvo una sensación extraña… Ya hace tiempo que habida dejado de estar obsesionado con la chica pelinegra. Si algo había aprendido de sus cortas salidas con Missy, es: "que te guste alguien y viceversa debe ser reciproco." Y después de hablarlo con Cosmo y Wanda… Quizás más con Wanda… Se dio cuenta que la chica era horrible con todos… Además ayudo el recuento de la madrina rosa, para que tomara nota de todas las veces que ella no era tan agradable por dentro. No importa que le gustara o tuviera en común con alguien, para Trixie Tang la persona más importante era ella misma… Y tampoco quería volver a repetir el tema de Foop, cuando se disfrazó… Así que para el chico de dientes grandes. No era una opción derretirse o volverse a obsesionarse con Trixie. Quedando solo una cosa en su mente… Nadie molesta a su mejor amiga más que él. Es como la regla de los mejores amigos, solo ellos se pueden molestar entre sí. Aunque tenía que pensar en algo el castaño, ya tenía una lista de reportes y detenciones que llevaba a su casa. Pero nunca lo habían castigado por hacerle algo a otra niña. Así que dijo lo único que se le ocurrió sin pensar.

- Ignórala Chole… – Concluía en tono sin gana y algo molesto el chico de playera rosa. Mientras agarraba a su amiga de la mano para llevarla a los asientos que estaban cerca del final de la fila.

Todos los compañeros en el autobús quedaron perplejos por la acción del chico de gorra. Nunca nadie se imaginó que Timmy Turner pasaría de largo de Trixie Tang. Aunque ella dijo algo que ocasiono las risas de algunos… El castaño y la rubia solo lo ignoraron.

Para Chole era esas ocasiones que le agradaba tener a Timmy como amigo. Podía ser irresponsable, flojo y demás… Pero muchas veces tenía esos gestos amables que sacaba sin darse cuenta. La rubia iba responder algo a la pelinegra, no sabía que… Pero después lo arreglaría. Buscaría que tenía en común con la chica que la molesto y la haría ver que no tienen por qué tratarse mal. Aunque no puedan ser amigas, pueden respetarse. El par de mochilas solo sonreía por lo que acababa de pasar, era de las veces que les agradaba ver que Timmy maduraba… A pesar de todo, puede que estuvieran haciendo un buen trabajo como padrinos del chico.

Antes de que Timmy o Chole pudieran decir algo, una voz los sacaba de sus pensamientos. – Timmy, Chole por aquí… – Decía una voz un poco rasposa pero infantil, proveniente de un chico rubio con frenos.

El castaño volteaba a la derecha, dando con sus dos mejor amigos sentados en un asiento y el del frente a ellos estaba vacío. Timmy aprovecho y se sentó alado de la ventana. Cosa que solo hizo suspirar a la madrina internamente… "Los hombres serian hombres, sin importar la raza", pensaba la madrina. Aunque un poco molesta Chole seguía a su amigo, ya que ella quería estar alado de la ventana. Pero dejaría pasar esta… Por lo que sucedió hace un momento. Ambos chicos de once años se sentaban, delante de un chico rubio de peinado de lado con ojos verdes sumado unas pecas sobre la nariz. El chico tenía una piel un poco más oscura que el castaño pero sin ser morena. Tenía unos frenos en sus dientes. Vestía una playera negra y una chaqueta verde con varias coceduras y parches. Además de unos jeans algo rotos de las rodillas y zapatos azules algo gastados. Dando la sensación que el pantalón y zapatos iban pegados. En su asiento de alado que daba con el pasillo, iba un chico con piel de tono chocolate, que no tenía pelo. Pero tenía una enorme cabeza. Poseía unos ojos azules verdosos, vestía una camisa blanca y pantalón blanco. Con unos tenis negros. Sobre la camisa llevaba un chaleco azul. En su mano derecha llevaba un reloj blanco de plástico, con diversas funciones. Ambos chicos tenían una estatura semejante a la de sus amigos.

Aunque las cosas alado de Timmy siempre se ponían raras y a veces se distanciaban los chicos… Como cuando comenzó el quinto año, el dientón y sus amigos se había separado por causas ajenas a ellos… A.J. había tomado una beca para un programa especial… Pero decidió volver a la escuela, extrañaba según el ser niño. Chester por su parte había ido con su padre a otro basurero en otra ciudad lejana. Necesitaban más pepenadores y era mejor salario. Pero finalmente el jefe del basurero de Dimmsdale, decido recontratara al padre de Chester. Por qué las otras personas que contrataba, salían aterrados con las cosas que terminaban en la basura... Además de que le aumento el salario. Cosa que hizo a la familia Mcbadbat volver. Por su parte Sanjai había ido a otra ciudad, porque su padrastro el militar de marina era requerido para un servicio especial… Aunque cuando regreso de esa misión, decidió que el, su esposa y su hijastro volverían a Dimmsdale. Ya que según él era más seguro. Por su parte Elmer, sus padres habían decido cambiarlo de escuela por el bullyng que sufría por su condición… Pero al ver que era peor, lo regresaron a la primaria pública de Dimmsdale. Aunque los dos últimos nunca iban en el autobús, porque según el padrastro del niño hindú era su deber llevar a su hijastro a la escuela y de paso a su amigo porque eran vecinos…

A.J. por su parte había conoció a Chole en un campamento de las ardillas exploradoras. No pudo conocer bien a la chica, más allá de que ahora la veía muy cercana a su amigo y que era muy obsesiva… En su momento no pudo hablar mucho con Timmy al respecto. Solo cuando regreso, el castaño le dijo que se había vuelto su mejor amiga... Cosa que se le hizo raro al afroamericano, Timmy por lo general no intimaba mucho con el sexo opuesto. Pero con el tiempo acepto la amistad de su amigo y que la chica se volviera una parte más del grupo… A diferencia de Chester, que rápidamente se readapto de nuevo a todo en la escuela y la ciudad sin problemas. También acepto a Chole de buenas a primeras. Aunque al chico genio le costó más aceptarla, no le agradaba que cuando se fue. Ella había tomado el lugar de la más aplicada de la clase… Aunque él era otra vez el más aplicado. Aunque si le incomodaba el favoritismo del Croker por Chole y de otros maestros.

- Viejo eso que hiciste fue genial… - Concluía el rubio viendo a su amigo castaño.

- ¿Qué? – Respondía Timmy confuso.

- Lo de Trixie, viejo fue genial… Eso de ignorarla… - Concluía el de los frenos.

- Bueno tú fuiste el primer chico en dejarla… Y eso también fue genial… - Respondía el castaño animado.

- Si es cierto… Aunque, según lo que dijo, fue ella la que me dejo… Y eso es lo que pensó toda la escuela… - Concluía el rubio.

- No veo donde está el alboroto… – Decía el niño de chaleco azul.

- Oigan Trixie sigue siendo una chica, no hay que hablar así de ninguna persona… - Comentaba molesta la rubia. La mochila rosa solo reía internamente por el comentario de su ahijada.

- ¿No te acababa de molestar? – Preguntaba el chico de chaqueta verde.

- Si… Pero eso no es excusa… De tratar a otra chica como poca cosa o que no se dé a respetar… Sigue siendo una persona y tiene sentimientos como todos… – Concluía la chica del pañuelo morado.

Timmy solo suspiraba, no entendía por qué Chole intentaba ser agradable con todos… Aun con los que no se lo merecieran.

- Bueno como sea chicos… ¿Que entregaran para su proyecto? – Concluía el niño de playera blanca.

- Yo hice un gran proyecto, sobre el estudio del medio ambiente y como puede ser usada la tecnología de forma natural y más efectiva… Sin contaminar tanto, generando más energía renovable y a si ser menos dañina para el planeta. – Concluía la rubia, con un tono feliz.

- Oh interesante… - Concluía el niño afroamericano en tono de introspectivo.

- Genial… De seguro a ti y A.J. les darán una "A más" – Concluía el chico de playera negra.

- ¿Tu qué hiciste Chester? – Preguntaba la rubia, bastante animada.

- Oh si… Hice un trabajo sobre… La comida y como se desperdician muchos alimentos que pueden ser útiles… O que aún están en buen estado – Concluía el chico de frenos.

- O suena muy bueno… Eso puede ser usado para concienciar a las personas sobre no desperdiciar comida. Hay muchas personas que son indigentes y no tienen nada que comer. – Concluía la chica de ojos azules claros.

- Viejo ¿Por qué vas a entregar un trabajo así de al señor Croker? – Preguntaba el chico de dientes grandes bastante intrigado. Su amigo no es que fuera flojo como el… Pero sus trabajos por lo general eran menos elaborados.

- Simple viejo… Quede con mi papa que si mejoro mis notas… Me inscribirá a clases en el centro comunitario de Dimmsdale… - Concluía feliz el rubio.

- ¿Mas clases? - Decía con desgana el vástago de la familia Turner.

- Si… - Respondía aún más alegre el chico de frenos.

- Que bueno que mejores tus notas… Y te vuelvas alguien responsable, Chester – Concluía la vástago de la familia Carmichael.

Timmy veía la doble intención en el comentario de su amiga… Pero como siempre, simplemente lo dejaría pasar… Cosa que noto la chica e hizo que pusiera un ceño fruncido. Por más que intentara con Timmy ser todo el tiempo amable, por alguna razón siempre terminaba teniendo todo tipo de emociones. Desde enojo, molestia, diversión, alegría, empatía… Pasaba por la mayor parte del espectro emocional con su amigo.

- ¿Y tú A.J. Que hiciste para tu proyecto? – Preguntaba el niño de ojos verdes a su amigo afro.

- Ah, es un complejo análisis de cómo la energía nuclear puede ser usada en beneficio de dar energía a grandes metrópolis. Dejándola en un solo lugar del globo. De esa forma usar la energía sin peligro para ciudades y producir energía de bajo costo. Además que al estar en un punto seguro, no habría problema de que los desechos nucleares fueran afectar a personas que vivan cerca de las ciudades o al medio ambiente… - Decía bastante satisfecho y un tanto presuntuoso. El niño de sin pelo.

Antes de que Chole pudiera decir algo e iniciara otro debate con A.J. Acerca de cómo la energía nuclear pude ser peligrosa. Como llegaba a suceder en ocasiones, esto por sus diversos puntos de vista sobre el avance tecnológico y usar mejor los recursos naturales. El chico que pertenecía a la familia McBadbat, le preguntaba al castaño sobre su proyecto.

- ¿Y tú Timmy que hiciste para tu proyecto? – Concluía el rubio.

El castaño solo sonreía. Sabía que era el momento…

- Bueno… Ahora… - Decía en un tono confiado y haciendo énfasis en su última palabra.

Las mochilas solo se veían, la rosa ponía una cara de preocupación mientras levantaba su correa agarrando una varita. La mochila verde hacia lo mismo, pero él tenía una sonrisa en su lugar. Ambas varitas comenzaban a brillar y sacar destellos e inmediatamente una nube de humo de colores cubría al castaño y a la rubia. De la nube salían unas letras que decían "Frozeen Time", la palabra "Frozen" estaba con tipografía de hielo, mientras que "Time" tenía un tipo de letra en manuscrita. Una onda de energía mágica salía del camión y rápidamente tocaba todo a su paso… En milésimas de segundo cubría toda la ciudad, el estado, el país y se expandía por todo el continente. Para finalmente el mundo… En un país latino se veía a un delincuente correr con una bolsa de dinero que cargaba en un costal en su espalda, mientras un policía algo gordo lo perseguía. En un país oriental, se veía a un señor consumir un plato de fideos con palitos mientras quedaba milímetros de meter su comida en su boca, quedando con una expresión muy chistosa. En un país europeo una señora gritaba con los pelos de punta y sus manos en la cabeza, mientras un croissant gigante atacaba la torre eiffel. En un país de mucha nieve se veía a un esquimal con un perro husky gris alado, mientras pescaba en un círculo de hielo pequeño que él había hecho. A pesar de recibir la onda mágica, ese escenario no cambiaba mucho realmente… Dimmsdale donde inicio todo, no era la excepción. Los autos las personas todos se quedaban quietos, como si se tratase de una película y solo se le diera pausa a esta. Dejando a todas las personas y animales petrificados.

Sin embargo en algún lugar del país de origen de los niños, un arbusto se movía como si un ser fuera a salir de él. Sin embargo solo se asomaba una pequeña nariz rosa que comenzaba a olfatear a su alrededor. Dicha criatura solo lanzaba un pequeño suspiro, como si estuviera olfateando algo delicioso y rápidamente lanzaba una especia de aullido de forma tierna. El cual se comenzaba a oír en la zona donde estaba. Rápidamente varios aullidos comenzaban a salir del bosque y a esparcirse de forma rápida, pero sin saber dónde terminarían…

La nube de humo se disipaba y el chico castaño, veía muy alegre todo. Sus compañeros se habían quedado congelados. Rápidamente se paraba de su asiento, pasando alado de Chole. El chico de gorra caminaba un par de asientos al frente comenzando a picar repetidas veces con su dedo índice a un compañero. Dicho chico vestía una gorra azul, playera blanca y jeans azules. Timmy en realidad no conocía al chico, quizás fuera de de otro año… Al ver que no había respuesta solo gritaba de alegría.

- SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII… - Gritaba el chico levantando sus brazos al aire con una gran sonrisa.

Pero antes de que pudiera continuar con su festejo, oía la voz de su amiga dirigirse a sus padrinos. Los cuales ya habían adoptado su forma de hadas y estaban flotando sobre la chica de pañoleta morada.

En su verdadera forma el hada hombre tenía una cabellera verde con un peinado muy parecido al de su ahijado castaño. En la coronilla le flotaba una corona dorada, su color de piel era claro. El color de sus iris eran verdes con una pupila negra. En su espalda salían de su ropa un par de alas, más pequeñas en proporción al cuerpo del ser de cabellera verde. El ser vestía una camisa abotonada de manga larga, con una corbata negra. Además de un pantalón y zapatos negros. Que daban el efecto de que todo fuera parte de la misma prenda. El ser cargaba una varita con mango negro y estrella de color dorado de cinco puntas en su mano derecha.

La apariencia del hada mujer, era una cabellera rosa con un remolino estilo Elvis Presley en su copete y otro remolino en la nuca. Sobre su coronilla flotaba una corona dorada. El hada tenía el mismo tono de piel que el peliverde, además que tenía en las orejas un par de pendientes amarillos y se veía un poco de bilé rosa en la boca. Sus iris eran de color rosa y sus pupilas eran negras. Al igual que el otro hado, le salían un par de alas en la espalda más pequeñas en proporción a su cuerpo. La mujer vestía una playera amarilla y un pantalón negro con zapatos del mismo color, haciendo el efecto visual de que todo fuera una sola prenda. En su mano izquierda tomaba su varita que era igual a la de su esposo.

Algo curioso de ambas hadas, es que tenían un tamaño parecido a sus ahijados en esa forma…

- Deseo que Timmy no pueda usar magia para hacer su proyecto y que tampoco lo puedan ayudar... – Concluía la chica de vestido amarillo, con los ojos cerrados y un tono muy feliz… Ahora ambas hadas ponían una cara preocupada y se veían mutuamente. Sin embargo ambas cerraban los ojos, mientras levantaban sus varitas y cumplían el deseo… Haciendo que una nube de diversos colores rosas se formara alrededor de los seres flotantes. La palabra "poof" aparecía sobre la nube y desaparecía rápido. Dejando ver a las hadas preocupadas por lo que seguía…

- ¿ESPERA QUEEEEE? – Gritaba el castaño de forma desesperada, viendo a su amiga molesta y caminando hacia su asiento rápido.

- Ah y por cierto, no te voy a dejar copiar el proyecto… – Decía en brazos cruzados mientras abría los ojos. La chica de once años.

- ¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? – Gritaban los 3 presentes a la vez, cada uno poniendo su propia cara… El peliverde se veía seriamente sorprendido y con una mueca de genuina preocupación. Por su parte la pelirosa se veía alterada por lo que acaba de pasar, no esperaba que su ahijada reaccionara así. Sin embargo el chico de la gorra solo fruncía el ceño viendo a la rubia.

- Timmy deseaste detener el tiempo… Por lo tanto tienes todo el tiempo del mundo… Puedes hacer bien tu proyecto y sin copiar… Y puedo ayudarte si quieres… - Mientras la chica hablaba levantaba sus dos manos de arriba abajo y cuando concluía la parte de ayudar a su amigo solo le daba una de sus típicas sonrisas.

- No… Simplemente préstame tu tarea la copio y tengo una "D". No es gran cosa… – Decía molesto el chico de playera rosa. Viendo a su amiga.

- Claro que no… Timmy puedes hacer bien tu proyecto… ¿Por qué no aprendes de Chester? El hizo un proyecto bueno… - Decía su amiga, en un tono amable pero con un poco de seriedad debajo de su voz. Mientras veía a al chico de dientes grandes.

- ¿Porque no solo me prestas tu tarea y ya? ¿No va ser ni la primera ni la última vez que pase? – Concluía el chico de ojos azules con un tono molesto viendo a la chica del vestido amarillo.

- ¿Timmy por qué siempre tienes que ser irresponsable? Tus notas mejorarían si te esforzaras más en la escuela… - Concluía la chica de pecas, aunque intentaba evitarlo el tono de molestia de la niña comenzaba aumentar el volumen en su voz.

- eh… chicos… - Comenzaba a murmurar el padrino peliverde.

- ¿Así? ¿Quién dice que quiero que mejoren? Solo lo copio y tengo una D – Contestaba el vástago de los Turner, levantando sus brazos molesto y volviéndolos abajar de forma rápida.

- Porque tienen que mejorar… Si no Timmy, te quedaras estancado y podrás conseguir un trabajo donde te exploten o donde hagas algo que no te gusta… - Decía la niña con ceño fruncido y elevando sin darse cuenta más su voz.

- ¿Así qué diferencia hay? Eh visto personas muy exitosas muy infelices… - Decía molesto viendo a su mejor amiga.

En algún lugar de Estados Unidos, antes de que el tiempo se detuviera… Eran las 7 Am. Una alarma de reloj electrónico comenzaba a sonar sobre un buro bastante costoso alado de una cama matrimonial. Mientras un brazo se acercaba apagando el sonido del aparato, con solo tocar un botón en el centro de este se detenia la alarma.

- Buenos días mundo y familia… Hora de trabajar… - Decía alegre el sujeto mientras se paraba, de su cama. Rápidamente volaban sus pijamas hacia el colchón donde momentos atrás dormía. Una vez desnudo entraba a un cuarto conjunto a su recamara, que era un baño personal. Él se dirigía a su regadera…

Momentos después el hombre emergía de su baño. Procedía a cambiarse, además de terminar de arreglar su ropa y volver a tender su cama. Rápidamente soltaba algo al aire – Oh querida… Así que no hiciste la cama… Tranquila… Hoy me toca… ¿Ahora que vamos a desayunar? – Concluía en tono alegre, mientras volvía activar su alarma que estaba sobre el buro alado de su cama. Algo curioso es que se veía una nota que decía pago mensual y una cifra de seis dígitos. Sin embargo el hombre de alrededor de treinta y cinco años, salía caminado de forma veloz de su habitación. La cual era un amplio cuarto de cinco metros por cinco metros y una altura de tres metros y medio. El cuarto estaba pintado de color blanco con un tapete azul. La habitación era muy limpia y tenía un librero enorme, de madera color blanco de cinco pisos. Pero solo tres pisos estaban llenos de libros los otros dos restantes. Tenían figuras de cristal y metal, tales como un caballero con sombrero de paja y un acompañante gordo. Un globo terráqueo de cristal, un reloj de arena bañado en oro de unos diez centímetros de alto y un agila de metal que extendía sus alas como si fuera aterrizar, pintada en negro y bronce. El gran cuarto tenía una puerta que daba a un gran baño de la habitación y otro que daba a un pasillo. En el fondo se veía una vista de un rio y un gran edificio, debido a la perspectiva de este rascacielos se desconocía si era de mayor tamaño al edificio en el que vivía la persona.

El hombre rápidamente pasaba por su sala, donde había una pantalla plana de cuarenta pulgadas dentro de un mueble de caoba a la medida pintado de color gris. El cual tenía un sistema de sonido bastante potente y varias gavetas, donde se podía ver aparatos de "vhs", "dvd" y "blue ray". Además que había ordenadas una gran cantidad de películas según al sistema de video que pertenecieran. Al frente del mueble de caoba había una mesa de caoba también pintada en gris, sobre la mesa había una consola negra con varios cartuchos grises botadas en desorden y tenía conectada un control gris en forma de tridente con una palanca en el medio. No era la consola más potente del mercado actual o la más moderna, pero su valor era sentimental para el dueño del departamento. Además que prefería lo retro... Frente a la mesa había un gran sofá de piel blanco, para cuatro personas y tenía forma de hacerse reclinable. Junto a tres cojines que estaban sobre el sofá. Había unas persianas que estaban a la vista de la sala, pero si se habrían se podría ver la gran ciudad mientras el humo del frio del piso se mezclaba con el smog de esta. Sin embargo la vista era muy agradable en la tarde y noche cuando los edificios se encendían.

El hombre pasó por la otra mitad de la sala, que había adaptado tiempo atrás como su biblioteca personal. Donde se hallaban varios libreros siguiendo los mismos tonos de todos los muebles de la casa, repletos de libros. Solo tenía un cómodo sofá rojo en el centro, además que un foco de luz led blanca estaba sobre el sofá. El hombre giraba a la izquierda de su apartamento mientras hablaba.

- Veamos que me dejo mi nena… - Decía bastante alegre, el hombre de alrededor de treinta y cinco años. Ya iba vestido con un traje de tela costoso color gris bastante elegante, con pantalones del mismo color. Un par de zapatos de mocasín italiano blancos y debajo de su traje llevaba una camisa abotonada blanca. Sobre esta portaba una corbata de color blanca y gris con rayas diagonales. El sujeto tenía una piel clara y pelo de color rojizo, su peinado era uno de raya de lado y tenía una barba bien recortada que iniciaba desde las patillas hasta la mitad del cuello, al igual que un bigote. El hombre tenía ojos verdes.

Al entrar a la cocina dejaba su chaqueta en el respaldo de un asiento alrededor de una mesa circular, dicha acción dejaba ver que en su mano izquierda llevaba un reloj de plata con números romanos. El hombre volvía hablar, mientras habría un refrigerador y veía la hora en su mano derecha.

- 7: 28 Am, me imagino que te adelantaste con los niños a la escuela… - Comentaba el hombre, mientras colocaba un plato de carne con verduras asadas en un microondas y dejaba una jarra de agua pequeña sobre el mueble alado del lavabo. Rápidamente tecleaba un número en microondas. Mientras iba a un mueble blanco de la cocina, que estaba pegado a la pared alado de la estufa. El mueble tenía un cajón en la parte de arriba y una puerta abajo de este, ese era el lugar donde guardaba hoyas y diversos utensilios para la estufa. Pero al abrir el cajón de arriba se topaba con unos manteles y servilletas de tela. Sin perder tiempo se dirigía a un cajón alado mientras cerraba el primero. Una vez que abría el segundo cajón sacaba un tenedor y cuchillo. Para rápidamente cerrarlo, una vez que tenía lo que quería. El hombre acomodaba la parte de la mesa de forma formal, justo donde estaba su asiento con su chaqueta. Mientras colocaba el mantel, con tenedor y cuchara del lado derecho sobre la servilleta de tela. Del lado izquierdo ponía el tenedor. El hombre se volvía a mover mientras, tomaba de nuevo su jarra de agua y vertía el contenido en una cafetera. El hombre colocaba un sobre de azúcar que tenía en una caja alado, con más de la mitad de sobres de estos.

Finalmente la campana del micro sonaba. El hombre se dirigía de nuevo a su electrodoméstico cuadrado. Mientras dejaba su cafetera encendida. El hombre se ponía un guante y abría su microondas mientras sacaba un pequeño humo, al tomar su plato colocaba su comida sobre su mantel. Mientras procedía a sentarse, dejaba su guante alado de el sobre la mesa. Tomaría su café antes de irse como hacia cada mañana. El hombre pasaba a ver su celular, solo para ver las noticias del día. El pelirrojo procedía a comer, mientras con su mano derecha agarraba el tenedor y con la izquierda el cuchillo. Lentamente cortaba su filete de carne, que tenía salsa café que le daba un tono dulce pero jugoso. El adulto se llevaba su corte a la boca y procedía a masticarlo. Cuando terminaba de masticar y pasar su alimento el hombre veía a su alrededor y sentenciaba…

- Cierto… Yo vivo solo… - Decía con un tono un poco de tristeza, mientras volvía a comer su comida en silencio.

De regreso en el momento que ambos niños habían jugado con las reglas del espacio y tiempo, sumado a que continuaban con su discusión.

- ¿Y eso que tiene que ver? También conozco a muchas personas que tienen poco y sufren, así como personas que también tienen poco y son felices… Eso no te justifica o libera de no cumplir tu responsabilidad… – Decía en un tono molesto la rubia sin ocultarlo ya, viendo a su amigo.

- Timmy… Chole… Quizás sea momento de… - Comentaba la madrina rosada algo nerviosa. Pero los ahijados seguían concentrados en su discusión.

- ¿Oh si? Bien… No estoy, no cumpliendo con mi responsabilidad, si me prestas tu proyecto y lo copio… - Concluía el castaño, también con tono molesto.

- !ENTIENDE QUE TE HARÍA UN MAL! SOLO DÉJAME AYUDARTE A HACER TU TAREA Y HASTA PODRÍAS TENER UNA "B" O "C". – Concluía la chica del vestido nuevamente pero de verdad ya elevando la voz.

- ¿Y DESPERDICIAR EL TIEMPO? NO GRACIAS… SOLO TIENES QUE PRESTARME TU TRABAJO, NO TARDARE MÁS DE 30 MINUTOS Y LISTO – Concluía el chico de dientes grandes ya molesto.

- ¿DESPERDICIAR TIEMPO? TIENES TODO EL TIEMPO DEL MUNDO PORQUE ASÍ LO DESEASTE… – Decía la chica ya parándose de su asiento y quedando frente a su amigo.

- ahahahahahahah – Se reía el padrino verde.

- COSMO –Decía en tono molesto viendo la madrina a su esposo.

- Perdón… Fue gracioso… - Decía el peliverde algo apenado.

- MIRA SOLO ENTIENDE QUE… - Antes de que el castaño pudiera continuar con la discusión y quizás decir algo que pudiera de verdad lastimar a su amiga, la madrina los interrumpía.

- TIMMY CHOLE, ESTO ES SERIO… – Decía la madrina en tono serio viendo a sus ahijados. La reacción fue que el peliverde se intimido un poco cuando se ponía así su esposa y los ahijados al parecer se calmaban… Hasta que empezaban a discutir y gritar al mismo tiempo, señalándose el uno al otro y arremedándose entre sí. Como si intentaran decirle a la madrina de forma infantil que el otro era el culpable…

Wanda ponía una cara frustrada mientras su ojo derecho hacia un tic en repetidas ocasiones. Antes de que ella estallara… Cosmo hacia lo primero que se le ocurría, rápidamente daba vuelta a su varita y ponía la punta del mango sobre su boca. En el rápido movimiento del padrino había aprovechado para generar un en el mango un silbato y boquilla. De inmediato soplaba fuerte haciendo que un chillido saliera de la varita del padrino, haciendo que los dos niños dejaran de discutir y se taparan los oídos con una cara de molestia por el ruido. Al terminar el ruido nocivo solo se oía la voz de la madrina.

- Gracias – decía la pelirosa viendo al hado de camisa blanca.

- De nada amor… Y lo siento chicos… – Decía rápidamente entre una sonrisa para su esposa y después viendo a sus ahijados con una cara de pena.

A la rubia no le gustó nada lo que paso, se sentía apenada. En realidad a ella casi nunca la reprendían, por hacer algo… Esa era de las cosas que no le gustaba cuando estaba con Timmy, salía esa parte de ella relucir y ahora menos. Ya que era de las pocas veces que había ignorado a Wanda. De seguro la madrina estaría decepcionada… Aunque para el chico de rosa era normal que Wanda lo regañara o le dijera cuando hacía algo incorrecto, tampoco le gusto que Cosmo interviniera de esa forma. Cuando el padrino verde intervenía significaba que quizás había metido la pata a fondo.

La madrina solo suspiraba, antes de poder comenzar a hablar – Miren chicos, tenemos que darnos prisa… Timmy es cierto lo que dice Chole, debes ser más responsable con tus deberes… Pero necesitamos cancelar o terminar el deseo cuanto antes… - Decía preocupada la madrina.

- Bien lo terminare en cuanto Chole me preste su tarea… - Decía serio el chico de gorra.

- ¿QUÉ? YO NO PIENSO TERMINAR EL DESEO HASTA QUE TIMMY HAGA SU PROYECTO COMO DEBE SER… - Concluía aun molesta la chica de pañoleta morada.

- Chole por favor… Deja que Timmy copie tu tarea… Para acabar con esto – Decía con un tono preocupada la hada de playera amarilla.

- ¿Qué? – Decía sorprendida la chica de vestido amarillo viendo a su madrina.

- Si lo ves… Wanda esta de mi lado… - Decía el chico dientón con un tono triunfante.

Antes de que cualquiera pudiera reclamar la madrina hablaba – Chicos, detuvimos el tiempo… Hacerlo por periodos prolongados es peligroso. Hay muchas criaturas mágicas que aún no conocen, no es por estar de lado de Timmy… Por que como dije: "Chole tiene razón", pero si prolongamos más el deseo puede ser peligroso… - Concluía Wanda.

- Es que no es justo Wanda, Timmy siempre se sale con la suya… Siempre que algo así pasa… - Decía molesta la hija de los aventureros, con un tono molesto y cortado.

- Oh por favor… No siempre me salgo con la mía… - Decía en tono molesto, el castaño. Ese comentario si le había molestado.

- Chicos cuando piden un deseo se les permite que vean las consecuencias de este, para que aprendan de ellos… Y Chole… Timmy la ha pagado caro en más de una vez, cuando desea algo de forma irresponsable… - Concluía la madrina.

- Más de siete mil deseos irresponsables… - Decía levantando las manos con un tono feliz, el padrino verde.

El chico de gorra rosa volvía a ver a su padrino de forma molesta. Mientras este volvía silbar viendo a otro lado.

- Solo por esta vez… O si no nos meteremos en problemas… Serios – Decía la hada, viendo a su ahijada.

Chole solo suspiraba, sabía que si Wanda pedía algo así… Era porque debía ser serio… Aunque aún tenía la molestia de que su amigo le copiara… Tendría que calmarse y hablar con el después. Pero lo importante era terminar los deseos, no sabía a qué se refería Wanda con criaturas mágicas desconocidas y que tan peligrosas podían ser. En un rápido movimiento la vástago de los Carmichael, abría su mochila y sacaba su proyecto se lo daba a su amigo de forma brusca sobre su pecho, este rápidamente tomaba las hojas que venían engargoladas sobre una hoja de plástico trasparente por el frente y blanca en el reverso. A pesar de estar hecho a mano el proyecto, este estaba engargolado. Ella solo caminaba un poco para sentarse en el piso del pasillo dándole la espalda a todos, con una sensación de furia y de derrota. Pero no quería que la vieran así…

Para Timmy Turner, era una sensación extraña. Siempre pedía sus deseos irresponsables sin medir mucho las consecuencias. Pocas veces se ponía reflexionar o a veces cuando lo hacía… Aun así volvía a cometer el mismo error… Pero ahora sentía esa extraña sensación en su estómago, de que algo no estaba bien y de que alguna forma estaba lastimando a su amiga… Pero tenía que acabar el proyecto, si en algo tenía razón Chole. Que si no lo entregaba aunque fuera con una nota de "D". Croker le iba a ser imposible el resto del año…

Ambos padrinos se vean un poco incomodos, era una sensación extraña. Quizás esta vez sus ahijados si habían pelado de forma seria… Ninguno se atrevía a decir nada. Se podía sentir la tensión en el aire. Rápidamente el chico de gorra, se sentaba en su asiento del bus. Mientras sacaba varias hojas en blanco y comenzaba a copiar ideas importantes del proyecto. Además de cosas que pudiera adaptar. Solo se oía el ruido del lápiz contra el papel, cosa que incomodaba a la niña de la pañoleta morada.

Lo que ocasionaba que los padrinos quedaran a la espera de lo que hacían sus ahijados, para poder terminar con el deseo.


Oseas 8:7

La Biblia de las Américas

7 Porque siembran viento,
y recogerán tempestades[a].
El trigo no tiene espigas[b],
no da grano[c],
y si lo diera, se lo tragarían los extraños.