CAPÍTULO 3

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Advertencia: Escenas implícitas de violencia física.


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Estaba perdiendo la consciencia.

Y no había alguien más que pudiera ayudarla.

Sintió miedo.

Mucho miedo, por primera vez en tantos años.

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Lentamente comenzó a despertar. No tenía idea de dónde estaba ni cuánto tiempo había pasado. Quiso observar su alrededor, pero sus ojos estaban vendados.

Le dolía mucho el brazo. De igual manera detectó una molestia en la región lumbar.

Trató de zafarse, pero no funcionó. Se encontraba atada con cadenas de acero tanto de las manos como de los pies.

Estaba muy débil. Intentó canalizar algo de chakra, pero la maldita sustancia que le habían inyectado en el plexo cervical hacía su efecto.

La angustia comenzó a inundar su ser. ¿¡Cómo dejó que esto pasara!? Y sobretodo, ¿para qué la querían? ¿Acaso alguien ya se había dado cuenta de quién era en realidad? Miles de preguntas surgían en su cabeza.

Intentó tranquilizarse, pero en su estado era imposible.

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Un shinobi en teoría estaba preparado para todo tipo de situaciones. Pero este no era su caso.

Desde el inicio creyó que era una buena kunoichi. Sí, sus notas eran excelentes en la Academia. También es cierto que contestó el examen de Ibiki sin necesidad de copiar. Y por su fuera poco, fue entrenada por la Quinta Hokage, Tsunade Senju. A pesar de que el entrenamiento con la Princesa de las Babosas fue rudo y salvaje, la situación en la que se encontraba era distinta.

Debido a su entrenamiento como médico, dejó a un lado los deberes shinobi. Aún habiendo ascendido a chunnin se le fueron negadas las misiones, como consecuencia de los efectos secundarios del Sello Yin. Cuando era genin, sólo se le permitían trabajos de rango D o C.

La única encomienda de categoría superior que tuvo con su equipo fue la del rescate del Kazekage. Y cabe decir que en ella perdió la vida, luchando contra un renegado de Clase S.

Por alguna divina razón terminó en un mundo distinto.

Tan sólo tenía cuatro años. No tenía la complexión ni la fuerza que solía poseer en su vida pasada. ¿Cómo podría escapar de allí? No lo sabía. Pero estaba segura de que encontraría la manera de hacerlo. . . .

Fue muy iluso de su parte pensar de esa manera.

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Desde el otro lado del gran cristal, un par de personas observaban detenidamente los esfuerzos inútiles de escape por parte de la niña

"¿Este es el ejemplar del que me hablaste la otra vez?" El hombre de mayor estatura cuestionó al más bajo.

"Efectivamente." Respondió orgulloso de sí mismo. Como si lo que hubiera hecho era una hazaña. "La atrapé yo solito".

"Hay algo muy extraño en su organismo" Una tercera persona interrumpió la conversación

"Hace algunos años, mis antiguos colegas publicaron un artículo acerca de las diferencias anatómicas de personas con quirk con respecto a las que no lo tienen" Los otros al no entender a lo que quería llegar lo dejaron expresarse.

"Los resultados de imagenología arrojaron que la presencia de una sola articulación interfalángica en el dedo meñique del pie indicaría que el sujeto desarrollaría un quirk. En cambio, la presentación de dos articulaciones interfalángicas revelaría que la persona sería quirkless. Esto se ha intentado explicar en base a la Teoría de la Evolución Darwiniana" Explicó mientras se acomodaba los lentes.

"¿Y cuál es el problema?" Uno de ellos preguntó curioso

"La niña debería ser quirkless" Dijo con asombro "Pero aún así posee un don"

"Hace un par de horas codificamos su genoma y encontramos algo interesante" Dicho esto les extiende un papel

"Esto es..." El restante abrió los ojos desmesuradamente

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Sintió como una mano le quitaba la venda de los ojos.

El lugar estaba iluminado. Parecía una habitación de hospital. Recorrió con la mirada la habitación antes de observar a la persona que había osado acercarse. Frente a ella se encontraba un hombre de mediana edad, su cabello era corto y plateado; pero lo más mortificante era que él le estaba dedicando una sonrisa coqueta.

No se pudo sentir más asqueada.

No mostraría debilidad. Haría todo lo posible para no darle el gusto a los imbéciles que se atrevieron a raptarla.

"¡Oh! ¿así que la pequeña dama no está asustada?" Comenzó a hablar el hombre. "¿Mantendrás esa actitud todo el tiempo?" hizo una breve pausa para poder continuar "Incluso después de saber que si no eres útil para mí... Me desharé de tu familia" le susurró al oído

La expresión de Sakura pasó de neutral a ser un rostro levemente horrorizado.

"Hatsume Sakura, Hija de Umeko y Toshino Hatsume" empezó a mencionar la información que recolectó. "Además, tienes una linda hermana que luce ridículamente como tú. ¿Cuál era su nombre?" Fingió no recordarlo. "¡Mei!" ¡Así se llama!, ¿verdad?" Afirmó con diversión.

Se separó de ella y comenzó a caminar en dirección a la salida.

"Dime que es lo que quieres"

El varón detuvo sus pasos y se giró hacia donde ella.

"Tu actuar no es como el de una niña ordinaria. Me di cuenta desde el momento en el que entré a la habitación. Alguien de tu edad normalmente lloraría y gritaría por sus padres, pero tú… Tú pareces portarte como un adulto"

La pelirrosa lo fulminó con la mirada, esperando escuchar más

"Intenté robar tu don" Confesó. "Pero no me fue posible" Dijo con tristeza fingida. "Así que quiero que cooperes con mis colegas"

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Un documento envuelto en papel color beige llegó a sus manos.

Lo abrió lentamente y comenzó a leer

"El proyecto 'NOMU' ha concluído satisfactoriamente".

Una sonrisa macabra pasó por su rostro. Él ya no la necesitaba. Pero se iba a divertir con ella antes de asesinarla.

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Ni siquiera es capaz de recordar cuánto tiempo en exactitud había pasado.

Las primeras semanas las pasó encerrada en la habitación.

Diariamente recolectaban 15 ml de sangre, siempre al mediodía. En sus brazos y piernas se podían observar pequeños moretones y cicatrices, consecuencia de los pinchazos.

El escaso personal de salud se encargaba de alimentarla y bañarla.

Intentó escapar contadas ocasiones, pero periódicamente la forzaban a ingerir cierta dosis de tranquilizante barbitúrico.

Hasta ahí todo iba bien

Hasta el infortunio momento en el que se atrevieron a sacarla de sus aposentos.

Ella hubiera preferido pasar el resto de su vida allí si hubiera conocido lo porvenir.

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Después de un par de horas despertó. Frunció el ceño. La habían sedado.

Se levantó de la cama en la que la habían dejado reposar para explorar el sitio.

Estaba en un lugar distinto.

El lugar estaba poco iluminado y la recámara era grande, pero no había ninguna ventana.

Había una única salida: la puerta. La cual estaba hecha de acero.

Se acercó a paso lento para intentar abrirla, pero sin necesidad de hacerlo alguien entró.

"…" Expresó con furia contenida la ojijade.

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N/A: Advertencia: Esta escena puede ser incómoda para algunos lectores. Está en tu albedrío leer este fragmento.


La niña observó al hombre que recién había ingresado.

Era el mismo que la había amenazado.

Alto, peliplateado y vestía un traje negro con camisa blanca.

"Han pasado algunos años, mocosa". Jamás olvidaría ese tono de voz. "Aunque ahora debería decir ¿señorita?" La observó descaradamente.

En cambio, ella no se inmutó. Debía mantenerse fuerte. Por lo visto sólo estaban los dos. Volvería a intentarlo. Aún podía escapar.

¡Cuán equivocada estaba!

"Ya no te necesitamos" Le dijo mientras acortaba la distancia entre ambos.

"¿Y qué harás? ¿vas a matarme?" preguntó, tratando de sonar segura.

Él no le respondió. Dirigió una de sus manos a nivel abdominal y comenzó a aflojar su cinturón.

Sakura lo miraba con incredulidad

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No… No podía ser cierto.

Eso NO iba a suceder

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"¿Por qué aún no me has matado?" Su voz sonaba quebradiza. Ni siquiera pensó en su familia. Se sentía sucia.

El hombre sólo se limitó a reír a carcajadas.

Si las miradas mataran, el varón ya estuviera tres metros bajo el suelo.

"¡No me mires así!" Comentó mientras comenzaba a vestirse. "¿¡Acaso no pudiste mantenerte tan estoica como siempre!?"

Del lado contrario, la pelirrosa se limitaba a sollozar.

Con la poca dignidad que le sobraba, la niña comenzó a vestirse.

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N/A: Ya puedes seguir leyendo c:

Su mano tomó el cuello de la joven, y comenzó a estrangularla. . . .

Se le dificultaba respirar. Al menos le daría fin a su sufrimiento.

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Hasta que algo o alguien irrumpió en el sitio.

Ahora la puerta se encontraba destrozada.

Algo monumental estaba ingresando…

Y escuchó una voz.

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Ya está todo bien.

¿Por qué?

¡Porque estoy aquí!


N/A:

¡Gracias por leer!

1. No me odien, la escena anterior era fundamental para la historia.2. Otra recomendación: [Well'be fine- Luz] https/open./track/7KKamdf8oLVz1eFcNRjvnq?si=xQEIBV1OQ0uho6YUNEwpngutm_source=copy-linkcontext=spotify%3Aplaylist%3A37i9dQZF1E4ti4Wub7m8la

Warning this is retard: ¡Me alegra que sí te haya cautivado! Con respecto al caso de Sakura, ella nació quirkless (tal como lo plantee en este capítulo). No creí que alguien leyera aquel fragmento del capítulo 2 tan minuciosamente jsjsjsj. La razón por la cual conserva su chakra es un punto que iré desarrollando a lo largo del fic, por eso no lo he mencionado.

La verdad es que no actualizo tan rápido, pero no pude dormir esta noche y pues me apresuré en editar el capítulo jsjsjsj.

BRB