~Peligro~

Rosie se sentía extraña ese día, no entendía exactamente por qué. Podría atribuirlo a los sueños extraños que habían vuelto hace dos días, pero sentía que era incorrecto entregarles esa responsabilidad.

Cuando se vistió, no lo pensó dos veces ésta vez para colocarse ese conjunto "parecido" al que llevaba puesto cuando la encontraron, Karen comentó en el momento que se lo regaló, que las únicas diferencias eran que los colores estaban invertidos, siendo éste de color rojizo como las rosas en el corsé con listones oscuros con una manga larga gris, con una falda negra como la noche y mallas grises que iban a juego con sus botas negras hasta las rodillas. Rosie no entendió de primeras porque de pronto quería usarlo, y mucho menos entendió porque de pronto quiso prender el broche de rosa plateada que al parecer llevaba en la falda cuando la encontraron, junto a ese cinturón decorado de municiones. No había querido usar esos accesorios. Cuando comenzó a ser la cazadora del pueblo, si bien usaba un bolso en la cintura en la cadera para las municiones de la guadaña, jamás había necesitado llevar todo eso encima, pero algo extraño le gritaba desde el fondo de su cabeza que algo grande sucedería. Llamarlo intuición.

"¿Estás bien?" Preguntó Penny con preocupación, mientras la chica de la capa negra cerraba la puerta de su casa después de despedirse de sus tutores.

—No lo sé —admitió después de haber suspirado mientras caminaba por las calles, colocándose la capucha en el proceso. Con Penny siempre podía ser sincera respecto a sus sentimientos, después de todo, la llevaba consigo en su cabeza desde hace año y medio —. Tengo esa rara sensación desde anoche, algo así como de que algo sucederá. No sé si es malo o bueno, pero me incomoda un poco —explicó su situación en voz baja, mientras saludaba a algunos conocidos en las calles, algunos adolescentes que de pronto le lanzaban un grito o los niños pequeños que corrían a su lado y con los que chocaba los cinco.

"Mmm... Creo que lo entiendo, sería eso que llaman: ¿presentimiento?" Rosie con una pequeña sonrisa asintió en silencio, para después dirigirse al puesto de Karen para su rutina normal, llegar, saludarla, que le diera el almuerzo y después marcharse a las orillas a seguir y acabar con cualquier Grimm ocasional que estuviera rondando por ahí.

[...]

El tiempo transcurría normalmente, las cosas estaban demasiado calmadas para el gusto de Rosie, justo cuando se sentía tan inquieta ese día, que no hubiera un ataque de Grimm, simplemente le ponía los nervios de punta, alimentando más la incertidumbre en su sistema.

—Vamos, Rosie —se regañó a si misma mientras golpeteaba con sus dedos la empuñadura de su guadaña al caminar por los senderos —. Ya casi acabará tu horario, está bien que nada extraordinario pase —lo intentaba. Intentaba que ese extraño presentimiento se alejara de ella, no tenía que pasar nada malo ese día, siempre había podido lidiar con los Grimm y en todo caso tenían un plan de reserva ante cualquier cosa, por tanto, debía dejar de estar tan inquieta.

"¿Y... si vuelves para tomar una siesta?" Preguntó Penny con preocupación y duda mezclados, parecía que su amiga quería atribuir su constante incertidumbre a su falta de sueño.

—Me gusta esa idea, creo que solo necesito recuperar horas de sueño —apoyo con una media sonrisa dibujada en sus labios. Quería en verdad que esa sensación se marchara de una vez, y si tomar una siesta tenía oportunidades de ayudarle, entonces la tomaría.

Justo cuando Rosie se planteó la idea de volver su guadaña a su forma compacta, un graznido llegó a sus oídos haciendo que su cuerpo se tensara al instante. Fue lejano, pero juraba que conocía ese sonido como el de un Nevermore a lo que instintivamente elevó la mirada al cielo, revisado con rapidez para localizar al ave. No miraba nada. No. Venía de un lugar, debía de localizar en dónde. Se concentró, escuchando atentamente su alrededor y pronto el graznido volvió. Ya sabía de qué dirección venía, la llanura.

Sin pensarlo tanto, Rosie activó su semblanza, atravesando los árboles a gran velocidad y trepando al que más cerca del acantilado estaba. Lo que miró acercándose por el camino que conecta la llanura con el bosque la dejó helada —. Oh no... —el miedo se reflejó en sus ojos plateados, y pronto se volvió en una tormenta de pétalos a una velocidad impresionante.....

Qrow se encontraba junto a los restos del grupo RWBY y con JNOR en las calles del pueblo de Luminas, más específicamente en el área comercial. Los chicos miraban atentos cada uno de los establecimientos, el adulto con ellos les dio la libertad unos momentos, antes de localizar a alguien que le pareciera confiable para hacer preguntas.

—¿Creen que Cinder se escondería en un lugar como éste? —preguntó Weiss mientras con curiosidad, observaba algunos accesorios en un puesto junto a Nora, quien no paraba de hacerle preguntas al dueño del puesto.

—Creo que se escondería donde sea para no ser capturada —respondió Blake encogiéndose de hombros, mientras sus orejas se movían de un lado a otro escuchando atentamente si se presentaba cualquier anormalidad.

—¡Esto es precioso! —exclamó Nora con emoción, mostrándoles una pequeña figurita de madera de un cachorro a sus amigos.

—Aww... Lo es —apoyo Yang con una sonrisa, tocando con su dedo índice la nariz de la figura —, incluso me recuerda al lindo Zwei —la pelirroja pronto se giró al comerciante, pagando por la figura y guardándola en su bolso.

—Nora nos dejará en la ruina —murmuró Weiss con diversión hacia Ren, quien emitió una suave risa mientras se encogía de hombros. Él mejor que nadie sabía que Nora no iba a ser detenida si quería comprar algo que le gustaba.

Una mujer pronto se acercó al grupo de chicos acompañados de un adulto —. Veo que son forasteros, bienvenidos a Luminas, soy Karen —saludó la de cabellos blancos y ojos azules al grupo, una cálida sonrisa se dibujaba en sus labios que provocó una reacción en cadena en los chicos, que devolvieron el gesto.

—Así es, señora. Más exactamente somos cazadores y estamos aquí por trabajo —Qrow tomó la palabra, extendiendo su mano a la mujer en señal de saludo, algo que correspondió Karen enseguida.

—Oh vaya, así que cazadores —la mujer miró por sobre su hombro un momento, esperando quizás localizar a alguien, pero pronto volvió su atención al grupo —. Bueno, ella aun no vuelve, pero seguro les haría bien hablar con nuestra cazadora, quizás pueda ayudarlos con lo que necesitan —sugirió la mujer con su amable sonrisa.

—Esa cazadora, ¿es cool? —preguntó Nora con curiosidad, acercándose a la mujer con esa chispa de energía que la caracterizaba. Debía decirlo, quería conocer a la cazadora de Luminas debido a lo que Qrow les había dicho.

La mujer emitió una suave risa —. Lo es, es alguien muy amable, brillante y puedo decir que es hasta un modelo a seguir para los niños del pueblo, a pesar de ser una chica joven se nota que está bien entrenada —respondió Karen con una chispa de confianza y hasta orgullo.

—Y... ¿de dónde salió esa cazadora? —cuestionó Qrow con seriedad, llevando sus manos a sus bolsillos y arqueando una ceja a la mujer —. En los reportes no se menciona la información de esta persona, ¿cómo es que ha operado todo éste tiempo? —era perceptivo, no podía ser que no se diera información sobre esa chica desconocida en el sistema.

—Bueno... ella en realidad —Karen no pudo ni siquiera empezar a explicar, un estallido resonó en los aires provocando el silencio completo de las calles, como si de pronto todos se volvieran fantasmas callados por la muerte. El grupo observó la expresión de Karen, sus ojos abiertos enormemente y girando su cabeza hacía la dirección de donde escuchó el sonido. Pronto otro estallido más, pero esta vez acompañado de una luz que explotó en el cielo —. Oh no... —susurró la mujer, quien después comenzó a mirar hacia las personas en las calles que parecían estar dudando de la señal —¡Todos tienen que moverse! ¡Ya! ¡Evacuen a todos! —gritó dirigiéndose a las personas e ignorando al grupo de cazadores. Las personas comenzaron a salir corriendo de sus puestos y dejando de hacer lo que hacían, las madres tomaban a los niños, los jóvenes ayudaban a los más adultos, todos corriendo hacía una dirección mientras corrían la voz a los demás en el camino.

—¿Qué está pasando? —cuestionó Oscar, tomando suavemente el brazo de Karen para captar su atención, notando que la mujer lucía más mayor debido a la preocupación reflejada en su rostro.

—Esa señal significa que debemos evacuar al búnker de seguridad, hay demasiados Grimm y ella podría tener que retroceder —Karen mordió su labio y llevó su mirada a la dirección de donde la bengala había explotado —. Nos dará tiempo —susurró con un temblor en su voz, para después mirar a los cazadores.

—¿Sabe de dónde ha venido exactamente eso? —le preguntó Jaune de inmediato, acercándose a la mujer y colocando su mano en su hombro —. Iremos a ayudarla, así ustedes acabarán la evacuación y ella estará bien —agregó el chico con seguridad, transmitiéndosela de inmediato a la adulta, quien recorrió con su mirada a cada uno, solo para volver al rubio. Algo le decía que cuidarían de la joven, así que respondió a su pregunta.

....

Rosie lo sabía. Maldición, sí que lo sabía cuándo sintió esa mañana que algo iría mal, y ahora estaba ahí, disparando con una velocidad aterradora las balas de su arma, trepada desde los árboles para mantenerse en alto, mientras que grandes muros de hielo se formaban en barricadas, intentando retrasar a la manada enorme de Grimm en el camino que conecta la llanura con el bosque y del bosque a... el pueblo.

Ella disparaba a los tres Nevermore sobre su cabeza, la barricada estaba intentando ser rota por los Grimm y Rosie sabía que no tardarían en querer rodear el largo bloque de hielo, que si bien, era bastante extenso, eso no evitaba que pudiera ser rodeado.

—Aún no deben de haber evacuado, debo aguantar un poco más —susurró la cazadora con el sudor cayendo de su frente, sus dedos se sentían ardiendo con fiereza. Ella sabía que si calculaba mal su retirada, el Grimm atraparía a la gente que aún no se había resguardado.

Uno de los Nevermore se fue en picada hacia ella, a lo que Rosie uso su semblanza, esparciéndose en ondas de pétalos para después aparecer detrás del ave y accionar su arma convirtiéndola en su guadaña. En cuestión de un minuto, dio piruetas en el aire, arremetiendo contra el cuello de la bestia y cortándolo con el filo de su arma. Volvió a caer sobre la copa de uno de los árboles, solo para lanzarse una vez más hacia otro Nevermore, si tenía que encargarse de ellos uno a uno lo haría aprovechando que los demás Grimm no estorbarían.

Cuando iba a lanzarse al tercero un estallido resonó contra el muro de hielo, desviando su atención a ello para notar como caía a pedazos.

—¿¡Pero qué--!? —Rosie no esperó que el muro se rompiera tan rápido, pero lo más sorprendente era la forma en que cayó... Lo rompieron con ferocidad, y el Grimm avanzó corriendo a gran velocidad por el camino, algunos rodeando el árbol en el que estaba acorralándola, y el resto corriendo en dirección al pueblo —. Maldición —apretó la guadaña, no permitiendo que el pánico la atrapara, por el contrario, tomó una posición de ataque y estuvo lista para lanzarse contra el Grimm, pero sus intenciones se vieron interrumpidas cuando una bola de fuego se dirigió a su rostro, apenas logrando esquivar el ataque.

—Así que sigues igual de escurridiza, pequeña rata —Rosie giró la cabeza de inmediato, encontrándose con la mirada de la persona que la atacó, notando a una mujer de vestimentas oscuras como su cabello y con un ojo envuelto en llamas amarillentas y naranjas simulando fuego. Rosie lo notaba, el nudo en su estómago se lo gritaba, nada bueno venía de esa desconocida.

"¡Aléjate de ella, Ruby! ¡Es peligrosa!" Gritó Penny en su cabeza con desesperación, transmitiendo todo el miedo que pudiera estar sintiendo y congelando unos instantes a la cazadora... ¿Cómo la había llamado? Ni siquiera le dieron la oportunidad de pensarlo un poco más, otra bola de fuego pasó por un lado de su rostro, obligando a la chica concentrarse en su oponente.

—La verdad, me sorprendí cuando descubrí que estabas viva, incluso llevas una maldita capucha como de costumbre —ese tono petulante irritaba a Rosie, no sabía porque, pero dada la actitud de la mujer, se notaba que se conocían de antes y para nada estaban en buenos términos, eso era claro —. Eres una rosa que no se marchita y eso es irritante —gruñó la pelinegra con total desdén hacia la joven.

—¿Quién eres? —cuestionó seriamente la cazadora, mirando con suma determinación a la mujer, aun si algunos Grimm la rodeaban en un círculo no dejaría que la intimidara. Maldición, solo deseaba que la gente ya se hubiera resguardado por el Grimm que había ido en esa dirección.

—¿En serio no sabes quién soy? —una risa burlona escapó de sus labios, mientras con su mano creaba una nueva esfera de fuego —. Bueno, no es como si necesitaras saberlo, después de todo, te arrebataré lo que es mío —la de reflejos rojizos no lo entendió a la primera, pero la precipitación de la mujer volando frente a ella para atacarla activó todas sus defensas, bloqueando los ataques con su arma y llevando su semblanza al máximo.

Penny habló en su cabeza, le pidió que en cuanto pudiera retrocediera, ya que esa mujer era la doncella del otoño y estaba reclamando más poder... El poder de la doncella del invierno.

[...]

Yang y Blake se lanzaron de inmediato hacia las dos manticoras que venían de frente a ellos, bloqueando su paso a la ciudad y haciéndolos añicos en el proceso. Nora no se quedó atrás y fue contra esa Quimera que solía irritarla por esa facilidad que tenía para librarse de los golpes, pero definitivamente no escaparía del martillo de la pelirroja que sonreía enérgica. Jaune y Oscar se encargaron de cubrir a Weiss que realizó la invocación de su caballero el cual se lanzó de inmediato contra las criaturas cortándolas en dos con facilidad. Ren y Qrow cubrieron las espaldas de la rubia y pelinegra al notar como tres monstruos les llegaban por la espalda.

—Al menos 15 aquí —Qrow cortó uno de ellos a la mitad, mientras su mirada se paseaba entre los Grimm —. Llegaron aquí muy rápido y en manada, pero ni siquiera son especies iguales entre si —el hombre gruñó con irritación.

—Los trajeron aquí —fue más una afirmación de Oscar, complementando las ideas del cazador mayor, atacando a otra manticora.

—Y sabemos exactamente quien —dijo Weiss con seriedad mientras su invocación desaparecía al matar un último Grimm. Obtuvo las miradas del equipo rápidamente, a lo que levantó su espada señalando una dirección que siguieron todos sin chistar, notando como un remolino de fuego se alzaba entre los árboles, amenazando con comenzar un incendio masivo.

—¡Hey, rubio! —llamó Qrow a Jaune quien de inmediato se volvió hacia él —¡Ustedes vienen conmigo a encargarse de ella! —el joven asintió con determinación, deshaciéndose del Grimm que tenía casi encima y corriendo hacia aquella dirección con Ren y Nora siguiéndole apartando a los monstruos que se cruzaban en su camino. El hombre volteó a ver a las chicas y a Oscar.

—¡Ve! ¡Estamos justo detrás! —le gritó Yang rompiendo la mandíbula de uno de ellos, la rubia y sus amigos debían encargarse de esos Grimm antes de alcanzarlos, así no entrarían al pueblo. El adulto asintió y se transformó en un ave, volando rápidamente para alcanzar a los chicos. Yang recargó su arma, Blake, Weiss y Oscar tomaron posición a su lado, mientras los 5 Grimm restantes los rodeaban —. Hagamos esto rápido —murmuró mientras sus ojos lilas se tornaban rojos como la sangre.

[...]

Nora llegó primero al lugar al correr más rápido que su equipo, en un punto, los árboles yacían derrumbados creando mucho más espacio. La pelirroja notó a Cinder lanzando ataques hacía una persona que además de estar rodeada de las llamas que no llegaban a ella sino a la vegetación, también estaba rodeada por criaturas Grimm. Nora de pronto notó el arma que la chica llevaba en sus manos, y sintió el frío recorrer su cuerpo quedando en total shock. Ella reconocía esa arma. Ella la vio infinidad de veces, la conocía de pies a cabeza y no podía creer que hubiera un arma igual en todo el mundo más que la de ella.

—Rayos, ¿esa chica está loca? —gruñó Qrow apareciendo al lado de la pelirroja, quien no se había percatado que ya estaba junto a su lado como Ren y Jaune por igual. Se había quedado absorta mirando a la cazadora que llevaba una capa negra. Parecía que la chica estaba tan familiarizada con esa arma, hasta que Cinder la obligó a soltarla en uno de sus ataques, sacando a volar a la cazadora de un golpe contra un árbol.

Ellos no habían visto lo que Nora, por lo tanto, no lo pensó dos veces, ni siquiera escuchó la advertencia de Ren, simplemente corrió mientras convertía su martillo en su forma compacta y comenzaba a disparar hacia Cinder para alejarla de la chica de capa negra, quien se intentaba levantar con dificultad del suelo. La pelirroja patinó al frenar, quedando frente a la chica que era casi de su estatura y apuntando su arma a la doncella del otoño.

—¿¡Por qué no te metes con alguien que conoces!? —gruñó Nora totalmente furiosa. No lo entendía, esa chica no podía ser ella, pero una parte de su ser le gritó que debía protegerla al verla usar aquella guadaña y asociarla a su compañera caída. Quizás sus remordimientos le estaban pasando factura y estaba viendo cosas, pero no pudo evitar actuar tan imprudente.

—Vaya... Esto es interesante —una sonrisa sádica apareció en el rostro de Cinder, mientras veía como Qrow y los chicos se ponían delante de Nora listos para atacar a la doncella, quien comenzó a reír con cierta histeria. La pelirroja del grupo ignoró eso y se dio la vuelta de inmediato hacía la chica en el suelo, agachándose a su altura para verificar que estuviera bien —¡Incluso ahora tienes suerte, maldita bastarda! —la rabia se reflejó en su tono, llegando incluso a poner nerviosos a Jaune y Ren.

—Hey, ¿estás bien? —le preguntó Nora a la chica que mantenía la mirada escondida en la capucha, quien asintió en silencio, parecía estar recomponiéndose del impacto. Un disparo se escuchó llamando la atención de todos.

Yang apareció sobrevolando contra Cinder, golpeando los brazos de la doncella quien se había cubierto la cara a tiempo, saliendo volando lejos de los chicos. La rubia aterrizó justo frente a su tío y amigos, mientras Blake, Weiss y Oscar llegaban detrás de ella.

—¡Eso fue estúpido! —le reprendió Weiss con preocupación, apenas pudo procesar cuando la temeraria rubia se lanzó hacia Cinder. La rubia iba a protestar con alguna broma, pero de pronto una llamarada de fuego fue lanzada a ellos, obligándolos a dar un salto para apartarse debido a su tamaño. Nora ni siquiera lo pensó y tomó a la encapuchada en su brazo como costal de papas y las apartó a ambas de camino, alejándose del resto.

Cinder entonces voló hacia ellos hecha una furia, lanzando llamaradas de fuego histéricas a los entrometidos que estaban en su camino. Los cazadores las esquivaban, pero al hacerlo permitían que el bosque comenzará a incendiarse, preocupándolos.

Rosie miró aquello con horror, ese bosque servía para crear una división entre el pueblo y la llanura, ayudando a que no fuera visible a los Grimm tan fácilmente. No entendía que pasaba a su alrededor, ni que rencor personal se cargaba esa tal "Cinder" con ella, ni quiénes eran esas personas que se abalanzaron contra la doncella del otoño, o... quién era la chica que la había protegido tan ferozmente. Tampoco entendía ese nudo en el estómago al escuchar las voces de esos desconocidos y esa extraña sensación de querer llorar, otro de los motivos por los cuales aún no podía recomponerse del ataque de la bruja. Pero ahora no tenía tiempo de estar holgazaneando, esta era su pelea y aquella mujer amenazó a su pueblo, así que debía ponerla a raya, quizás su arma ahora estaba en el suelo a espaldas de Cinder, pero no era con lo único que podía pelear.

—Es suficiente —dijo Rosie con seriedad, ya harta de la situación. Un escalofrío recorrió a Nora, quien había estado alerta a la pelea, pero pronto volvió su mirada a la encapuchada mientras unas lágrimas se acumulaban en sus ojos al haber reconocido aquella voz.

Rosie ni siquiera se percató del efecto que ocasionó en la chica de ojos aguamarina, se puso de pie dando unos pasos hacia delante, con una cortina de cabello ocultando su mirada mientras sentía el frío recorrer su piel con rapidez, y sin más, alzó su brazo con la mano abierta, provocando que una oleada de picos de hielo se dirigiera a Cinder de improviso cuando estaba en su línea de trayectoria, obligando a la doncella de otoño esquivarlos para después llevar su mirada furiosa a la chica.

Las miradas atónitas de los cazadores fueron a la chica, quien dejó que su capucha cayera hacía atrás al hacer un movimiento con su cabeza, revelando sus ojos plateados bañados en fuego del mismo color rodeándolos. Un rostro familiar era el que los cazadores tenían frente a ellos, con una lluvia de emociones comenzando a emerger en su sistema ante la conmoción.

Las nubes en el cielo comenzaron a volverse grises mientras el viento helado se hacía presente acompañado de nieve, comenzando a crear remolinos que apagaban las llamas en el bosque con una fuerza abrumadora que helaba la sangre. Rosie estaba furiosa, y si Cinder quería los poderes de doncella, entonces pelearía con ellos.

La chica pronto activó su semblanza, volviéndose una lluvia de pétalos rojiza y blanca que aterrizó detrás de Cinder para tomar su guadaña, con la cual le apuntó a la pelinegra sin titubear y sin dejar de usar su poder —. O te vas... O te obligaré a irte —amenazó fríamente la de ojos plateados mientras los remolinos helados que parecían tomar cada vez más fuerza, encargándose incluso del Grimm que había cuidado de Cinder.

La doncella del otoño podía dar pelea, pero no lo haría ahora, si saltaba sobre la chiquilla sería acorralada por sus asquerosos amigos, más aún cuando ahora sabían quién era ella —. No has ganado aún, mocosa —gruñó para después impulsarse y salir volando hacía la llanura, para alejarse del campo.

"Está bien, relájate y controla". Le dijo Penny a Rosie en sus pensamientos, logrando que la chica cerrara sus ojos y suspirara, mientras su poder cedía hasta no dejar rastro, terminando rodeada de un enorme silencio. "Lo hiciste bien". Felicitó, y Rosie podría jurar que podía ver una sonrisa en la chica.

Finalmente, la de ojos plateados abrió sus ojos, notando como las miradas de los cazadores estaban sobre ellas y parecían en shock. La joven sonrió tímidamente —Emm... Creo que han visto algo raro, ¿no? —murmuró mientras dejaba que su guadaña volviera a su forma compacta y la enganchaba a su cintura sin perder de vista a las personas frente a ella, planeando esperar a que hablaran, ya que incluso sus propios nervios se dispararon. Silencio es lo único que había.

[...]