Parte III
Nota: al final encontrarán la información sobre el concurso, ¡por favor lean las notas completas!
No supo cuántas horas o días pasaron antes de recobrar la conciencia. Permaneció con los párpados bajos, tratando de procesar lo que estaba ocurriendo. ¡Había conocido, después de todo, al monstruo de la leyenda! Y nada era como podría haberlo esperado, absolutamente nada… su interior era una maraña indescifrable de emociones. Las corneas le ardían como si hubiera llorado, aunque también podía ser el efecto del agua salada. ¿Cómo se suponía que su cuerpo funcionaba allí abajo, donde fuera que estuviera? ¡Todavía tenía muchas preguntas! Sin embargo, había algo que había desterrado por completo de sí: el miedo. O, más bien, sus miedos habían variado. Sintió la urgencia de abrir los ojos para comprobar que el muchacho que había conocido también seguía allí.
Le alivió mucho descubrirlo enroscado dentro de sus tentáculos en un rincón, mirando hacia afuera de la especie de caverna en la que lo había dejado descansar. ¿Cómo era posible que su sola presencia de pronto le resultara tan acogedora? Estiró una mano hasta rozarlo. El otro se volteó de inmediato hacia él, con una media sonrisa burlona.
"Oh… ya despertaste. Al fin, dormilón".
"Lo siento… ¿me fui mucho tiempo?".
El pulpo se encogió de hombros: "Bastante".
"Ya… ¿y estuviste cuidándome sin cesar? ¿Te crees que soy un bebé o qué?".
"Un poco, sí. Un cuerpo como el tuyo suele tomarse su tiempo para adaptarse a la vida aquí. Por eso tampoco pude llevarte todavía a un mejor lugar para descansar… por muchos años que hayas pasado con la vista clavada en el mar, eso no te hará más llevaderas las cosas aquí, eso tenlo por seguro".
"Ah… ya veo". Se quedó en silencio, enredado en la noción de "un cuerpo adaptándose". ¿Estaba muerto? ¿Dónde estaban realmente? Se perdió en sus pensamientos de nuevo.
"Naruto", lo interrumpió el otro, "¿estás bien?".
Con dificultad, se sentó contra la roca. Trató de aclarar sus ideas. Quería estar bien. En algún punto, presentía que tenía buenos motivos para ello, aunque no terminara de entender cuáles. Entonces, murmuró: "Sí, solo pensaba que… bueno, no es justo que tú sepas mi nombre y yo no sepa el tuyo".
"Creía que nunca preguntarías", respondió el ser, incorporándose para que pudiera apreciar su elegante porte. Llevaba múltiples collares y brillantes que de pronto le hicieron pensar a Naruto en alguna especie de rey antiguo. "Soy Sasuke, pertenezco a la familia divina Uchiha, responsable de los océanos, y fui designado protector de este cuadrante".
"Ay, el señorito pertenece a la realeza…", se burló el rubio, casi molesto al verlo tan creído.
"Definitivamente estoy por sobre los humanos, sí", insistió Sasuke, ofendido.
Naruto encontró entonces su oportunidad para devolver la acusación por haber pasado tantas horas de su vida "mirando el mar".
"No sé qué tan por sobre nosotros estás, si estabas tan solo y aburrido como para andar fantaseando conmigo todos estos años, ¿eh?". Alcanzó encontrarse con un ceño fruncido y una expresión de dolor en el otro para que se arrepintiera de haber llevado la broma hasta ese extremo, por lo que añadió: "por lo menos, estabas tan solo como yo. En algo somos… somos iguales".
Los rasgos de Sasuke se suavizaron y negó con la cabeza, mientras ofrecía una sonrisa leve, casi imperceptible.
"Ser dios no es sencillo. Sí es un poco… solitario. Además, los niños llevan mucho trabajo".
"¿Qué niños?".
"Ven… te mostraré".
Estirando un brazo, Sasuke lo tomó de la mano y tiró de él.
"Avísame si algo te duele… pero creo que ya debes de poder nadar. Inténtalo".
En efecto, nadaron sin inconvenientes fuera de aquella cueva y Naruto comprobó, de forma definitiva, que estaban en el fondo del océano. No sabía cómo interpretar aquello pero menos supo qué pensar de la burbuja de luz hacia la que avanzaban. En la medida en que estaban más y más cerca, identificó allí dentro una especie de hermoso jardín donde docenas de niños y alguna que otra persona mayor jugaban y se reían.
"Tengo muchas responsabilidades, como controlar la contaminación que producen los humanos, mantener el equilibrio entre las especies marinas y otras cosas", explicó el dios, "y, además, no me gusta que los humanos mueran en mi playa; cuando puedo, los devuelvo a la orilla. Pero si es demasiado tarde y el agua está en sus pulmones, los traigo aquí. Ya no son, en realidad, humanos… pero con mi poder, pueden permanecer con vida. Y aquí encuentran una forma de felicidad. Me ayudan en tareas pequeñas, como recoger la basura o salvar los pequeños peces que se atoran en bolsas de residuos… pero la mayor parte del tiempo están aquí jugando o descansando".
"Es decir… ¿dedicas tu vida aquí a salvar y cuidar niños? Entre otras cosas, digo. Al final… al final, realmente nos parecemos, Sasuke".
Aunque no le llegó ningún pensamiento, podía ver que al otro le gustaba lo que había dicho. Permaneció durante un momento contemplándolo. Las piezas encajaban, despacio, en su cabeza.
"Un momento… entonces… ¿eso pasó conmigo hace un rato o no sé cuándo? ¿Me ahogué y me trajiste aquí con tu magia?".
"Algo así".
"Eso significa… ¿no podré volver a ver a mi familia y a mis amigos? ¿Estoy muerto para ellos?".
"Ah… es difícil de explicar. Para ellos… será complicado percibirte. Así como tú no me veías cuando yo… bueno, eso de lo que ya hablamos. Podemos acercarnos a la orilla y los verás a la distancia, pero ellos no te reconocerán. Quizás sientan una calidez en su pecho si los piensas… eso será todo".
Naruto reflexionó, dejando que las emociones se asentaran y tomaran forma en él.
"Ya veo… una parte de mí se siente muy triste, pero, ¿sabes? Otra parte de mí siente que… que estoy en el lugar en el que siempre debí haber estado".
Ligeramente ruborizado, Sasuke desvió la vista.
"¿Y eso por qué?".
"¿No te das cuenta? No podré compartir con personas importantes para mí, pero podré cuidar de ellas por siempre. Y no solo de ellas, también de toda la gente que acude a estas playas e incluso de los animales… por siempre, quizás por siglos, no sé cómo se mide esta vida mágica que nos das… pero podré dedicarme enteramente a salvar vidas. Me convertiré en el héroe de mi ciudad… lo que siempre soñé".
El dios ahora lo observaba conmovido y hacía un evidente esfuerzo por disimularlo.
"Y además", agregó Naruto, "tal vez también haya… también haya personas importantes para mí aquí abajo". Soltó una leve risita, acordándose de sus amigos. Ojalá pudiera contarles esto. Tendrían material para burlarse de él por décadas. Los iba a echar de menos, a esos bastardos. Cuando una lágrima se asomó al borde de sus párpados y se perdió en el mar, Sasuke entrelazó los dedos de sus manos, que seguían tomadas desde hacía un rato.
"Aunque ellos ya no te escuchen, sus corazones siempre seguirán unidos".
"Ah… ¿como el tuyo y el mío?", preguntó Naruto, riéndose.
"No seas pretencioso, idiota…", murmuró Sasuke y, atrapando su tobillo con un tentáculo, lo tiró para abajo a velocidad, dándole un buen susto.
"¡Oye, eso no es justo, yo no tengo tentáculos con los que defenderme!".
"Defiéndete con otra cosa, entonces…".
Y, dicho y hecho, Naruto se lanzó sobre el tentáculo que lo aprisionaba hasta ser él quien, ahora, tironeaba, entrando en un juego extraño, una pequeña pelea infantil que les arrancó a ambos algunas risas silenciosas.
Con el tiempo, el cuerpo de Naruto se acostumbró por completo y pudo moverse con destreza y comodidad por todo el cuadrante. Se llevaba bien con los niños y ancianos. Reconocía la mirada complacida de Sasuke mientras les enseñaba técnicas profesionales de nado (y aprendía de ellos todo tipo de piruetas que habían inventado a lo largo de los años allí abajo) o compartía con ellos cualquier otra cosa. Naruto se sabía comprendido y valorado en ese mundo.
No pasó mucho antes de que trabajara por aquel sitio a la par de Sasuke. En los ratos libres, que eran muchos, recorrían juntos la zona, contemplando la increíble belleza de la naturaleza; jugaban y se reían, como si hubiesen sido hechos para acompañarse así, toda la eternidad. En ocasiones, salía a la superficie y buscaba a las personas que había conocido en su vida humana. Pocas veces los reconocía: los cambios en ese mundo se daban a otro ritmo y él no siempre podía seguirlos. De todos modos, le gustaba enviar pensamientos de amor hacia todos ellos. Sabía que les llegaban, de alguna manera, y eso lo reconfortaba.
Su nueva vida lo hacía feliz, aunque, por momentos, tenía la impresión de que todavía le faltaba descubrir algo más. Podía percibir sobre sí los ojos de Sasuke, expectantes. ¿Qué esperaba de él? No lo sabía pero, en cambio, sentía que el dios le daba todo lo que él necesitaba. En su compañía, todas las cosas cobraban sentido y las horas se volvían luminosas.
Fue una noche de tormenta, mientras el mar, en su confusión, sacudía violentamente sus bordes, que acabó de tomar conciencia de ello. Junto con Sasuke, vigilaron durante un rato un cardumen de peces que se había desorientado, hasta que retomó su camino. Cuando lo perdieron de vista, se sentaron uno al lado del otro, contemplando a los niños que jugaban a dejarse llevar por las corrientes. Sus meñiques, apoyados en la piedra, se rozaban levemente. Como si fuera sin querer, el dios fue acercándose a su mano, hasta tomársela. Naruto lo observó. Era tan hermoso que podría quedarse así, solo viéndolo, durante horas. Entonces, algo hizo click en su interior. De pronto, todo estaba claro. Sus rostros estaban cada vez más cerca.
"Naruto…".
"¿Sí…?".
"¿Estás seguro de esto?".
Naruto separó los dientes en una risa silenciosa.
"A decir verdad, antes de llegar aquí nunca pensé que fuera a hacer algo así, pero… en este momento, estoy convencido de lo que quiero". Y tras dedicarle aquel pensamiento, lo tomó del hombro y se inclinó para besarlo en los labios.
"Ya creía que nunca lo dirías, idiota", murmuró en su mente Sasuke, e intensificó el beso, aproximando sus cuerpos.
A pesar de los colmillos, no era una boca muy diferente de las que Naruto había conocido en el mundo humano y, además, besaba muy bien, había que decirlo. Una sensación agradable lo invadía y se dejó llevar por esta emoción nueva. Sasuke lo rodeó, primero solo con los brazos pero luego también con los tentáculos. Al fin, después de tanto, logró saciar su curiosidad y metió un tentáculo dentro del pantalón anaranjado de Naruto.
"¿Qué haces? Ahí están los niños…".
"La mayoría vive conmigo hace años, ya pueden entender cosas de adultos".
"¿O sea que ni siquiera me llevaras a tu palacio de dios o algo así? ¿Todos los Uchiha son así de atrevidos o solo tú?".
"Ya te voy a llevar a un palacio a ti, ya vas a ver…"
Sasuke sí tenía un palacio, de hecho. Era una construcción de coral, piedras preciosas y perlas que soltaba destellos ocasionales y daba la impresión, a quienes lo habitaban, de estar en un sueño. Allí, había una enorme ala llena de habitaciones para las personas rescatadas; luego había un depósito, una sala de trabajo, espacios para el juego… y en la parte superior, se hallaba el enorme y lujoso sitio donde Sasuke descansaba. Naruto tenía asignada una pieza abajo, pero no tardó mucho en abandonar ese lugar.
La cama de Sasuke era definitivamente más cómoda y grande y, aunque no la necesitaran en verdad, ya que sus cuerpos dormidos flotaban, no dejaba de agradarle aquel vestigio de vida humana. Al principio era quizás un poco… raro, digamos, despertar enredado entre tentáculos; pero acabó por habituarse, como a todo en su nueva vida. Y luego, más que por costumbre, tuvo que admitir que se quedaba allí porque le gustaba.
"Ahh…".
Aunque no emitía ningún sonido, Sasuke sabía interpretar los gestos de su boca abriéndose muda y sus párpados apretados. A Naruto le gustaban sus besos pero más le gustaba sentir aquellas extremidades viscosas tanteando todo su cuerpo, tirando de él, bordeando todos sus orificios… y a Sasuke le encantaba verlo así, a su merced: después de tanto tiempo de solo observarlo a la distancia, finalmente lo tenía todo para sí y podía hacerlo gozar y reír y ser feliz por él.
Inventaron formas propias de hacer el amor, ni humanas ni divinas, en las que el único horizonte era el placer y el deseo de llevar al otro hasta su máxima plenitud; el deseo de transmitirle un afecto que a menudo se parecía a la devoción.
Y así fue como el sueño de Naruto Uzumaki vino a cumplirse de la más extraña forma y pudo dedicarse por los siglos de los siglos a salvar vidas y a dejarse amar por su tan esperado dios de los océanos.
* * * FIN DE "EN LAS PROFUNDIDADES"* * *
Notas: Y… ¡llegamos al final! ¿Qué opinan? Me costó mucho y no termina de convencerme, pero la decisión definitiva la tienen ustedes: ¿creen que ha valido la pena? Les cuento que cuando estaba escribiendo esto (el año pasado) se me dio por ver Ponyo (una linda peli de Ghibli, que les recomiendo si les gustan las cosas tiernas) y bueno… no podía dejar de pensar en Sasuke con su burbuja de ancianitas y niños en el fondo del mar XD Así fue como surgió esta parte. De hecho, tengo un bonito fanart hecho por Silima (búsquenla en Tumblr!) que retrata a Naruto y Sasuke en versión Ponyo (aunque al revés como yo los pensé, aquí Naruto es el ser mágico). Lo compartiré en mi Facebook.
Bueno, ahora sí… ¡el CONCURSO!
- Objetivo: escribir un drabble o one-shot que se ubique en el universo de este fic y que por lo tanto respete todo lo que ha pasado en él. Puede estar ubicado en cualquier momento de la historia.
- Ejemplos: puede ser sobre cómo Sasuke pasaba el tiempo viendo a Naruto en la playa mientras era guardavidas; o puede ser sobre cómo Naruto se adaptó a la vida en el mar y fue conociéndose con Sasuke poco a poco; o puede ser cuando ya se han besado y, desde la perspectiva de los niños, contar que piensan que son esposos porque van de la mano; o puede ser una escena de sexo desenfrenado random… lo que quieran.
- Extensión: puede tener entre 500 y 5000 palabras.
- Premio: el texto que más me guste será publicado aquí como un anexo. Además, promocionaré la página o el usuario de quien gane desde mi página de Facebook.
¿Cómo inscribirse?
* En la publicación de Facebook correspondiente a esta parte del fic, deben dejar un comentario indicando la idea sobre la que van a escribir. Al dejar el comentario, quedan automáticamente inscriptas. Luego, pueden variar la idea, no hay problema, pero si es posible déjenme un aviso.
* Pueden hacerlo a partir de hoy, pero si necesitan tiempo para pensarlo, recibiré ideas hasta el lunes 10/05, siempre en la publicación de Facebook.
¿Cómo enviar el fic terminado?
* Deben enviármelo a mi casilla de correo en formato word o pdf: una . lila .negra (arroba) gmail . com (sin los espacios y con un arroba de verdad je).
* Fecha límite para el envío: lunes 24/05.
* NO LO PUBLIQUEN POR SU CUENTA. Si después de terminado el concurso y seleccionado el ganador o ganadora, desean publicar el fic en su propia cuenta, pueden hacerlo siempre y cuando mencionen que se inspiraron en este fic escrito por mí (y en la imagen de Sakurada Momo). Si es posible (por ejemplo, si lo publican en Wattpad), etiquétenme. Pero esperen a que haya dado los resultados del concurso, por favor.
NO SE PREOCUPEN SI TIENEN FALTAS DE ORTOGRAFÍA Y ESE TIPO DE COSAS. Si me mandaron el texto en Word, yo puedo corregirlo antes de publicarlo. Lo importante es que la historia sea buena y que respete las personalidades de los personajes y el universo que les creé.
¡Anímense a participar! Me pondría muy triste si no recibiera ninguna historia u.u
Y eso es todo, ¡ojalá esta dinámica les resulte divertida!
Les dejo un abrazo muy grande *echa corazones*
