LA LUNA Y LAS ESTRELLAS
Por: Escarlata
Sailor Moon y Precure pertenecen a Toei, el plot es mío
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PARTE 3
La memoria era vívida pese a haber ocurrido hace más tiempo del que era necesario contar. Para Usagi, ese asunto de las reencarnaciones, su vida como Princesa de la Luna antes de la caída del reino y el estar atada a un destino que a veces parecía imposible de esquivar, era complicado de sopesar en ocasiones. Ya era una adulta, vaya, pero a momentos se sentía como la misma chica de 14 años que comenzó con esa aventura cuando se topó con Luna y la rescató de unos niños.
A veces no sabía qué hacer, a veces se sentía con ganar de llorar y esperar a que Tuxedo Mask llegara a rescatarla, que sus amigas llegaran a echarle una mano para derrotar al enemigo en turno, o eventualmente dejar que su instinto le dijera qué hacer y dejarse llevar por el poder en sus venas para arreglar la situación a como su corazón se lo dictara. Ese mismo poder que ahora tenía su hija. Poder que ambas usaban en ese instante para crear un nuevo Núcleo de Plata.
Chibiusa, que no tenía problema en que aún le llamaran así en casa, concentraba todo su ser en lo que tenía entre las manos junto con su madre: el Cristal de Plata. Entre ambas acunaban el Cristal en sus palmas y dejaban que su propio poder hiciera el trabajo. Era cansado, no lo negaba, y en momentos como ese era que la admiración por su madre subía muchos niveles.
─Respira profundo, deja que tu cuerpo te diga qué hacer y concéntrate en lo que queremos hacer ─indicó la Reina.
─Sí, mamá ─fue la respuesta de la princesa, por mero instinto tomó aire al mismo tiempo que su madre y el poder de ambas se sincronizó mientras sacaban una minúscula cantidad de energía del Cristal. Según indicaciones, necesitaban concentrar una porción pequeña pero densa de energía con sus manos, para luego pasarla al Núcleo en blanco que tenían a un lado. Su madre había hecho eso muchas veces hace años─. Es increíble que hicieras esto tú sola cuando construyeron las Torres.
─Fue muy cansado y desgastante, por suerte Mamo-chan tiene poder revitalizante y me ayudó mucho ─Serenity sonrió─. No te miento, te vas a cansar, pero tu padre nos ayudará luego de esto. Estás resistiendo bien y me estás ayudando mucho, créeme.
La sonrisa de la Princesa fue inmensa, y fue su sincera alegría la que ayudó a que su poder trabajara mejor. Y no falló en notar esto último.
─Mamá, esto...
─Lo sé. Es normal. La anterior Reina Serenity, mi madre cuando vivía en la Luna, me enseñó muchas cosas que ya estás en buena edad de aprender ahora que eres más fuerte ─sonrió de manera linda─... Y mucho más hermosa que nunca.
Chibiusa se sonrojó, recibir halagos de su padre era una cosa, ya fuera su padre actual o el joven del pasado, pero recibir esos mismos halagos de boca de su madre era una sensación muy distinta y plena. ─Quiero aprender para ser aún mejor que tú, mamá.
─Esa es una buena actitud. Ya es momento que te cuente la historia de origen de nuestra familia. Mi madre, la Reina Serenity, me la contó a mi. Y a su vez, su madre se la enseñó a ella y así sucesivamente.
─Te escucho.
Serenity sonrió y dejó que sus memorias afloraran y le contara a su hija la historia más antigua de su familia. Ninguna desatendía lo que estaban haciendo.
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[El Palacio de la Luna estaba al fondo, el planeta azul coronaba el cielo y madre e hija paseaban por las orillas del Mar de la Serenidad. La madura Reina con sus cabellos largos que parecían hechos de plata, miraba a su hija con ternura, notaba lo curiosa que era y cómo constantemente miraba al cielo y al planeta azul sobre sus cabezas con mucha atención.
─¿Crees que pronto conozcamos a la gente que vive ahí? ─preguntó la joven Serenity.
─Es muy posible, por eso nos estamos preparando desde ahora ─dijo la Reina, mirando por igual el planeta azul─. Mars me dijo que muchas cosas nos aguardan cuando la gente del planeta azul se contacte con nosotros ─y que la experimentada sacerdotisa de Marte dijera que el futuro era incierto y podría ser oscuro si tomaban alguna decisión equivocaba, no la tenía del todo tranquila.
Lo mejor era mantener la esperanza, ¿o no? Quizá todo saldría bien, quizá sólo tendrían algunos roces mientras cimentaban una buena relación con el único planeta que les faltaba del Sistema Solar.
─Espero que cosas buenas, mamá, porque es un planeta muy bonito y me gustaría visitarlo alguna vez ─dijo la princesa con una sonrisa amplia, dio una vuelta entre las flores antes de caer sentada entre éstas y de nuevo su vista se fue al planeta azul─. Mercury me dijo que eso azul es un enorme océano, tan grande que nuestro hogar podría caber ahí ─contó con una risa pequeña.
─Sí, nuestras amigas de Mercurio saben muchas cosas ─la Reina también rió ante tal ocurrencia─. Pero nada hará que nuestro hogar se hunda, para eso tenemos el Cristal de Plata ─mismo que traía colgando cual pendiente en su cuello.
La joven princesa de inmediato puso atención a la sagrada reliquia familiar.
─¿De verdad es tan fuerte? ─preguntó. Era normal que tuviera sus dudas, nunca había visto el Cristal de Plata en acción. En clases y de parte de las Senshi mayores había escuchado maravillas del Cristal de Plata, pero no parecía la gran cosa a decir verdad.
Y como si pudiera leer lo que pasaba por la mente de su hija, la Reina echó a reír. ─Te aseguro que es poderoso. Fue creado con la Primera Luz de nuestro Universo. La Luz más pura se concentró en ésta pequeña piedra dentro del primer cúmulo de Estrellas. Demasiado densa como para ser tocada y demasiado pura como para poder controlarla.
─¿Y cómo es que tú puedes controlarla, mamá? ─a la curiosa princesa le gustaban mucho esas historias, era como mejor aprendía.
─Hay muchas formas de vida en éste Universo, vidas que quizá nunca conoceremos por lo enorme que es, pero una de esas primeras formas inteligentes de vida nació en el planeta que se formó alrededor de un primigenio Cristal de Plata. Ni siquiera tenía forma, sólo era una piedra brillante. Por muchas generaciones, ésta raza de personas estuvo expuesta a su poder y eventualmente ganó resistencia al poder del cristal ─explicó la Reina─. Con el tiempo desarrollaron tecnología y una sociedad que se veía bendecida y enriquecida por el mismo poder del Cristal.
─En una ocasión, un ser Oscuro llegó y atacó su planeta. Y fue la primera de nuestra estirpe, la princesa de aquellas personas, la que pidió una forma de salvar su planeta y a su gente. Quizá fue por la fuerza de su corazón o porque su cuerpo estaba en una frecuencia que armonizaba por completo con el poder del Cristal, puede que ambos casos, pero el asunto es que el Cristal de Plata tomó forma y acudió a su llamado. Así pudo destruir al ser Oscuro.
─Wow... Entonces... ¿Esa persona es nuestra primera antepasada? ─preguntó la princesa, emocionada por esa historia que nunca había escuchado.
─Sí, se desconoce su nombre porque eso pasó hace mucho, pero todos le han llamado Serenity como a todas nosotras.
─¿Y qué pasó luego, mamá?
─A pesar de derrotar al ser oscuro, su planeta ya estaba en peligro de ser tragado por su estrella que estaba a punto de explotar, así que uso el poder del Cristal de Plata para ayudar a mover el planeta con todo y su gente hasta encontrar un nuevo sitio donde vivir. Y luego de mucho tiempo, llegaron a éste Sistema Solar ─era increíble que se pudieran recordar tantos detalles a pesar de que era una historia demasiado antigua. Apostaba a que esa historia estaba grabada en su sangre y por eso todas las Serenity podían contarla con ese grado de detalle─. Pero no fue esa primera Serenity la que llegó aquí, tardaron mucho, mucho, mucho tiempo en llegar. Los que llegaron fueron sus descendientes.
─Espera, espera... ¿Entonces la Luna, éste sitio, es ese planeta del que me cuentas?
─Sí, al llegar aquí, fue el poder gravitacional del planeta azul el que mejor armonizó, y aquí se quedaron. Y por eso vivimos aquí.
Y si no ocuparon el planeta azul, era porque ya había formas avanzadas de vida ahí y solían respetar los sitios ocupados por muy primitivos que fueran sus habitantes. Eventualmente, la población creciente se repartió en los demás planetas, que por ese entonces eran habitables y carecían de formas de vida inteligente o avanzada como en el planeta azul.
Formaron el Milenio de Plata y ya desde antes se tenía por costumbre que los nobles más prominentes de la Alianza, que tenían una menor pero clara mejora con ayuda del Cristal de Plata, dieran a su mejor y más talentosa doncella para hacer de guardiana y acompañante de la Serenity de su generación. Fueron las familias nobles las que gobernaron en los otros planetas y gozaron de una soberanía que los tenía en paz con la ahora familia de la Luna Blanca.
La historia terminó y la joven princesa Serenity del Milenio de Plata quedó encantada con la historia y la guardó en su corazón.]
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Y ahora la joven princesa Serenity de Tokio de Cristal sabía la historia y ya la tenía en su corazón. Gracias a eso, un nuevo nivel de poder se despertó en su pecho. Poder que le ayudó a completar en tiempo récord el Núcleo de Plata junto con su madre.
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En la zona de la Torre D-01, ésta temblaba desde sus cimientos hasta la punta, víctima de los poderosos puñetazos de la guerrera de la Rosa Azul. Milky Rose sonrió para sus adentros, esas cosas eran duras en serio y admiraba mucho que Black y White las derribaran sólo a golpes. Eso sí, las admiraría en silencio. Tenía que abrir una fisura para poder entrar a tomar el Núcleo. Y mientras Rose hacía el mismo trabajo que una bola de demolición, Cure Aqua usó sus flechas en la menor intensidad posible para dejar inconscientes a todos los guardias.
─¿Necesitas ayuda? ─preguntó Aqua a su novia y sonrió al verla sonreír. Y en ese momento el puño entero de Rose hizo un hoyo en el metal fortificado, con ambas manos comenzó a abrir el hueco como si de una lata de sardinas se tratase. Se notaba que usaba bastante fuerza, pero no se quejaba.
─Estoy bien, gracias, mejor cúbreme la espalda.
No pudo decirlo en mejor momento. Dos de las Senshi llegaron a encararlas y Rose casi soltaba una risa al ver de quiénes se trataban. Eran ellas, siempre eran ellas sin importar las veces que regresaran a ese momento del tiempo. Cure Aqua sonrió por igual al percatar lo mismo que su chica.
Y justo como las veces pasadas, las poderosas Sailor Uranus y Sailor Neptune llegaron directo al ataque, sin dar siquiera las buenas tardes.
─¡Maremoto de Neptuno! ─ese fue el primer saludo de parte de la Senshi aguamarina. Un poderoso torrente de agua salió disparado de las manos de Neptune y pasó velozmente sobre la superficie del lago.
Aqua tomó una profunda bocanada de aire y, usando como apoyo el agua del mismo lago, hizo su propio ataque de agua. ─¡Torrente de Agua! ─en un duelo de agua contra agua, la que tuviera más potencia iba a ganar. Sonrió, ya sabía que su potencia no se comparaba, pero siempre era un honor enfrentarse a la poderosa Sailor Neptune.
Y mientras las guerreras de agua se enfrentaban cara a cara, Sailor Uranus atacó a Milky Rose con su espada, un corte directo y sin miramientos. Su Reina las pidió respirando así que no pensaba matarla, sólo hacer que dejara de demoler la torre ¡a puñetazos! Pero la demoledora Milky Rose estaba preparada, respiró, mantuvo el aire en su pecho y detuvo la espada con las manos desnudas, justo como en las películas y se sintió increíblemente genial por ello. El impacto que llevaba consigo Sailor Uranus, sin embargo, hizo un cráter bajo sus pies de un par de palmos de profundidad. Hasta ese momento Rose pudo respirar otra vez.
─Oh ─la senshi rubia sonrió─. Eres dura.
─Más de lo que crees ─la guerrera de la Rosa Azul mostró una fiera sonrisa, con un movimiento alejó la peligrosa espada de Uranus y trató de conectarle una patada.
Usando su velocidad siempre superior, la Senshi del Viento evadió la patada con un salto y tomó un par de metros de distancia segura. Apenas si fue suficiente, para cuando Uranus levantó la mirada, Milky Rose ya estaba casi cara a cara con ella y lista para darle un buen golpe. Haruka bloqueó el ataque con sus brazos cruzados... Y vaya que dolió, la potencia era tal que sintió el fuerte empuje del puñetazo. Apretó los dientes, la guerrera de morado sonreía y por alguna razón también sonrió. No debería ponerse tan contenta por pelear contra alguien que actualmente podía lograr que sintiera dolor.
Un veloz intercambio de golpes comenzó entre Milky Rose y Sailor Uranus. Cure Aqua lo notó y no era difícil saber que a su novia se le había subido el entusiasmo a la cabeza. Ella misma sentía su agua y su sangre casi hervir por culpa de su instinto guerrero, pero debía controlarse, conocían de sobra la fuerza de las Senshi y no necesitaban (y mucho menos debían) alargar las peleas contra guerreras tan experimentadas, debían conseguir los núcleos a como diera lugar y escapar.
Las poderosas Senshi no lo hacían sencillo. Aqua tuvo que invocar al menos una docena de flechas para bloquear los torrentes de agua de Neptune. La Senshi de los Mares percibía sin problema la potencia de la chica de azul ante ella, era veloz y de tiros certeros, pero de inmediato notó que estaba apurada y constantemente miraba el agujero que la guerrera de morado hizo a la Torre.
Para Michiru era obvio lo que buscaban y no las dejarían, no está vez.
─¡Rose! ─gritó Aqua a su compañera y con una mirada le dio a saber lo que debían hacer, si no se las quitaban de encima al menos el tiempo suficiente, su plan fallaría. No estaban ahí para tratar de derrotar a las Senshi.
─¡Entendido! ─la guerrera de la Rosa Azul retrocedió de un largo salto al igual que su compañera, quedaron lado a lado y de inmediato invocaron lo que, a ojos de las Senshi, parecían empuñaduras de espadas muy ornamentadas con diseños florales.
Ambas concentraron su energía y una espada azul y morada respectivamente salieron de las empuñaduras. Sin perder tiempo, Rose fue directo a la Torre y de dos veloces espadazos amplió el hueco para poder entrar. Por su lado, Aqua se colocó frente al hueco para protegerlo.
Las Senshi no se quedaron de brazos cruzados, se movieron al mismo tiempo que ellas y apenas si le dieron tiempo de a Aqua de ponerse en posición de defensa. Su espada floral chocó con la espada de Uranus y ambas empujaron con pura fuerza física para someter a su rival. Y eso no fue todo, Uranus dio una patada que Aqua respondió de igual manera. Tomaron distancia casi enseguida, Aqua casi dentro de la Torre.
Aprovechando el breve espacio, Neptune apuntó su espejo hacia la chica de azul. ─¡Reflejo Submarino! ─el potente ataque casi dio, Aqua colocó su espada al frente a dos manos y un sólido muro de agua detuvo el potente ataque. La Senshi de los Mares sonrió sin querer. ─¿Crees poder resistir a ambas? ─preguntó, casi provocadora.
Aqua sonrió al ver a Uranus y a Neptune lado a lado listas para atacarla. ─Si puedo con ella, podré con ustedes ─respondió mientras señalaba con la vista al interior de la torre. Obviamente refiriéndose a su compañera.
Y hablando de dicha compañera, Milky Rose confiaba en que Aqua resistiría lo suficiente mientras ella se hacía con el Núcleo de Plata. Era imposible no admirar de buena manera el diseño de esa torre, lástima que eran parte importante del problema. Tuvo que colarse entre el esqueleto interno y finalmente pudo verlo. Sonrió y usó su colosal fuerza para abrirse paso entre los soportes del pesado núcleo. Podía escuchar los gritos de batalla. Y de hecho pudo sentir cómo temblaba la torre, apostaba a que era por culpa de los ataques de agua de Neptune. Lo siguiente sí la sorprendió, de repente ya no estaba la punta de la torre, fue cortada limpiamente y era obvio que por la espada de Uranus. Sabía que ellas preferirían destruir el Núcleo en lugar de dejar que se lo llevaran.
Rose sonrió apenas consiguió lo que quería. Ya con la esfera en manos, sintió el potente golpe de energía de ésta. Afortunadamente su propia energía estaba más o menos dentro del mismo espectro y poco y nada le afectaba en realidad, sólo se sentía pesada, pero era algo a lo que estaba más o menos acostumbrada.
─Te tengo ─la guerrera de la Rosa Azul sujetó con firmeza la esfera con su brazo izquierdo, con la mano derecha empuñó su espada y salió por la amplia abertura de arriba. Ni bien asomó la cabeza, recibió un golpe de bienvenida que bloqueó a tiempo con su espada. Era otra espada, Uranus de nuevo.
─No irás a ningún lado ─amenazó Uranus, ya cansada de ese juego. De inmediato comenzó a atacar a Rose con su espada, ésta respondió con su propia arma que parecía estar hecha de luz, pero que era tan sólida como el más duro de los metales.
A pesar de tener sólo un brazo funcional, Rose se defendía lo suficientemente bien, usaba sus piernas por igual en veloces patadas para alejar a la guerrera del viento. De reojo vio que Aqua seguía enfrascada en un combate de agua contra Neptune. ─¡Tenemos que irnos, Aqua, ya tengo el núcleo!
─¡Entendido!
─¡No irán a ningún lado! ¡Maremoto de Neptuno! ─concentrando todo el poder posible, atacó con una gruesa tromba de agua hacia la torre. Uranus rápidamente se hizo a un lado. Aqua se cubrió con ambos brazos, Rose abrazó la esfera con fuerza y plantó los pies lo mejor que pudo.
El agua empujó a ambas y las barrió con la potente corriente. Uranus aprovechó y saltó hacia la chica que ahora sabía era Rose. Si no lograba quitarle el Núcleo entonces lo partiría por la mitad... Así se llevara a esa tal Rose en su camino. Admitía que no siempre obedecía las instrucciones de su Reina.
Aqua notó lo que Uranus estaba por hacer. No pensaba permitir ningún daño en Rose ni en el Núcleo, concentró su poder para controlar aunque fuera un poco del agua que le atacaba y logró arremolinarla a su alrededor. Cambió el agarre de la empuñadura de su espada y la transformó en un arco. Invocó tres flechas de agua, una tras otra, en dirección a Uranus. ─¡Flechas Zafiro! ─Neptune sólo pudo bloquear dos de las flechas que iban hacia su compañera con un muro de agua, la primera flecha sí le dio Uranus, por suerte─. ¡Rose, corre, yo te cubro!
─¡No tardes! ─Milky Rose hizo suficiente distancia con un sólo salto y corrió hacia la periferia de la zona a toda velocidad.
La Senshi del Viento apretó los dientes y estuvo a nada de emprender veloz carrera hacia Rose, pero dos flechas de agua detuvieron su feroz arranque. Aqua no tuvo tiempo de lanzar más flechas, un sólido chorro de agua la golpeó con potencia y la hizo chocar contra una roca. Sintió que ésta se quebraba en su espalda y apretó los dientes. Resistió bien, estaba acostumbrada a impactos de ese calibre y no era algo que la dejase fuera de combate tan fácilmente.
Neptune rodeó a Aqua con su propio poder de agua para evitarle cualquier escape. Su Reina pidió también la oportunidad de saber qué eran lo que querían esas personas, bien, entonces podía llevarle a esa linda guerrera de agua para hacerla cantar. La Cure de azul supo lo que la Senshi del Mar tenía en mente. Todas sabían de la posibilidad de ser capturadas, estaban dispuestas a ello mientras pudieran terminar su misión, pero aún tenían mucho qué hacer y dejar al equipo incompleto tan pronto era una mala idea.
─¡Uranus, Neptune, cuidado, Black va hacia ustedes! ─avisó Saturn desde los comunicadores, pero fue un poco tarde como para que pudieran hacer algo.
Justo Karen barajaba sus posibilidades cuando una familiar figura de ropajes oscuros se atravesó entre Neptune y ella. Algo le sujetó la mano y ese familiar agarre le dio a saber que estaba a salvo.
─¡Black! ─estaban en el aire gracias a un poderoso salto de la Cure de negro─. Gracias.
─Me alegra haber llegado a tiempo ─respondió Nagisa con una sonrisa, soltó a Aqua y ambas aterrizaron bien. Su potente salto fue suficiente para hacer distancia, pero siguieron corriendo a toda velocidad, tenían que alcanzar a Rose o por lo menos quitarle de encima a Uranus. A comparación de la primera vez, no pudieron tomar a las Senshi por sorpresa, que eso ya lo esperaran no quería decir que fuera más fácil.
Y mientras Cure Aqua y Milky Rose, apoyadas por Cure Black, trataban de escapar con ese nuevo Núcleo de Plata. En la Torre cerca de los invernaderos, veloces y afilados discos hechos de energía cortaban de a poco la dura corteza para llegar al interior de la Torre de Cristal. Mientras Mint atacaba, Lemonade tenía la torre rodeada con su cadena, inyectaba energía y halaba para ayudar hacer presión y debilitar los muros; hacerle el trabajo más fácil a Mint era importante.
Unas placas al fin cayeron y tuvieron un hueco lo suficientemente amplio para acceder al interior. Lemonade era quien iba a entrar, pero su paso casi se vio detenido cuando un fino rayo de energía dorada fue disparado en su dirección. El escudo de Mint recibió el impacto.
─Entra, yo te cubro ─indicó Cure Mint, expandiendo un nuevo escudo esférico alrededor de la Torre. A quien tenía enfrente era la Senshi de Venus y ésta vez se veía preparada para lo que fuera, lo sabía.
Minako no esperaba a alguien con un escudo, pero tampoco pensaba dejarles el trabajo tan fácil, frunció el ceño y estiró ambos índices al frente para comenzar a disparar una serie de rayos de energía. Podía ver cómo lograba quebrar ligeramente el escudo y también notó que la guerrera de verde tenía que concentrarse más para reparar los daños. Si seguía atacando, tarde o temprano caería ese escudo, lo sabía.
─¿Son amiguitas de Black y White, verdad? ─no dejaba de atacar, no debía dejar de hacerlo, podía ver el esfuerzo en el gesto ajeno. Admitía haber estado con la guardia ligeramente baja la noche anterior y tenía que redimir su error a como diera lugar, quizá no con las primeras atacantes, pero éstas compañeras suyas no se saldrían con la suya. Se lamió los labios, la chica de verde no respondía─. ¿Ni una palabra? Bien, como quieras ─tomó aire de manera profunda y un rayo más grueso y concentrado casi logró penetrar el duro escudo.
Imposible no notar que la guerrera de uniforme verde igualmente carecía de aura o presencia malvada, al ver su gesto era obvio para la empática Senshi saber que esa chica chica estaba preocupada por algo. Apurada.
Mint estaba consciente de la potencia de Sailor Venus, pero no debía moverse de ese sitio al menos hasta que Lemonade se hiciera con el Núcleo, ya después podrían escapar como mejor pudieran. Bombear constantemente energía a su escudo era agotador, la energía de Venus era inmensa y en serio le sorprendía lo duras que eran Black y White, porque no le hizo un daño de cuidado a Black cuando le dio en el hombro. Miró de reojo a la torre.
Por su lado, Lemonade, aprovechando su delgado físico, pudo colarse con relativa facilidad entre el apretado esqueleto interno de la Torre. Usaba su cadena para abrir los espacios más estrechos y llegar a donde quería. No tardó en ver el núcleo a un par de metros sobre su cabeza y apresuró el paso. ─Ya casi, aguanta, Mint ─murmuró entre labios y nuevamente usó su cadena para aflojar la estructura protectora. Pudo hacerse con el núcleo. Ató la esfera con su cadena y pudo colgarla de manera diagonal en su cuerpo.
Tenía que apresurarse a salir, no sabía cuánto más resistiría Mint o si llegarían refuerzos, su compañera no aguantaría para siempre ahí apostada.
Al asomar las narices, la Cure amarilla apretó los dientes. Cuando entró vio sólo a Venus y, al salir, Mars estaba a su lado y entre ambas atacaban el escudo con energía de luz y largas y ardientes llamaradas. En interior del escudo se sentía como un horno a esas alturas.
─Lo tienes, me alegra ─dijo Mint con una sonrisa, estaba sudando bastante y se notaba temblando. Había aguantado bastante bien hasta ese momento, pero el calor de Mars no era para tomarlo a la ligera─. Tendremos que atacar al menos hasta hacernos espacio y escapar ─o en última instancia, cubrir ella misma la escapada de Lemonade aunque se quedara atrás, ambas estaban al tanto de esa opción por mucho que les desagradara.
─Saldremos las dos de aquí, ¿lista? ─preguntó Lemonade con una sonrisa pequeña, dulce.
─Lista.
Aprovechando el minúsculo momento que Mars y Venus se tomaban para reunir energía antes de volver a atacar, Mint bajó por completo la barrera. El calor afuera era más intenso y éste les golpeó, casi ahogándolas. Mint invocó un disco verde de energía en cada una de sus palmas al momento de ver que las Senshi se lanzaban sobre ellas, Venus con su cadena dorada en manos y Mars con sus puños envueltos en llamas.
─¡Lemonade, corre! ─exclamó Mint mientras recibía con sus escudos de mano los ardientes puñetazos de Mars. Sólo pudo evadir un par antes de saltar hacia atrás lo suficiente y lanzar un disco hacia Sailor Venus, que estuvo a nada de atacar a Lemonade.
A sabiendas que Mint tenía las manos llenas con Mars en ese momento, Lemonade tomó distancia suficiente para invocar una nueva cadena, enredar una roca del paisaje y lanzársela a Venus, pero sin desencadenarla. Sólo necesitaba alejarlas, sólo necesitaban escapar.
Minako evadió la roca con un salto hacia atrás y de nuevo se movió hacia adelante para darle alcance a la chica de amarillo. A ojos de Minako esa chica era como una niña, pero tenía una fuerza de temer y esa cadena se sentía cargada de energía. Lo que no esperó, fue que la chica de amarillo siguiera manipulando la roca. Apenas estuvo cerca, Lemonade traspasó una enorme cantidad de energía a la roca y la hizo explotar, mandando a volar a Venus algunos metros pero sin hacerle demasiado daño.
Mientras Lemonade se las arreglaba con la Senshi del Amor, Mint estaba enfrascada en una batalla mano a mano contra Mars. Podía bloquear sus golpes, pero era como sujetar brazas ardientes con las manos desnudas. Mars estaba ardiendo, literalmente.
─¡Serpiente Llameante! ─Rei, aún perturbada por la idea de que esas chicas no eran malas en su corazón pero que estaban robando sus cristales, no tenía sentido. La flama no le decía nada, esas chicas tampoco querían decir nada. Le invocó el ataque casi en la cara a la guerrera de verde.
Mint apenas tuvo tiempo de invocar un escudo delante suyo para protegerse de las llamas. El ataque la empujó y evitó el daño del fuego, por lo menos, pero Mars no se detuvo ahí. Mint tomó aire y formó un disco con la zurda. Se lo lanzó a Mars con la simple intención de distraerla aunque fuera un segundo.
En lugar de evadir, Mars invocó una esfera de fuego que detuvo el disco y lo desvió. Rei notó que el disco ni siquiera iba con potencia, apenas si hizo algo de daño al suelo. Frunció el ceño. ─No nos quieren lastimar, no son malvadas, ¿porqué hacen esto? ¿Saben lo importantes que son los Núcleos para nuestro mundo? ─cuestionó a la chica de verde, Mint, mientras la rodeaba con un anillo de fuego.
Komachi apretó los labios. ─Lo sabemos... Sabemos lo que hacemos ─era todo lo que podía decir, era todo lo que debía decir.
─¡Ya les dijimos que escucharemos todo lo que quieran y lo arreglaremos, nuestros Reyes las escucharán! ─exclamó Venus mientras trataba de atrapar con su cadena a Lemonade y ésta repelía esas cadenas con las propias. se lanzaban cosas del paisaje a momentos, mayormente rocas de variados tamaños.
─¡Lo sabemos! ─respondió Lemonade con los puños fuertemente apretados en sus cadenas, la esfera que colgaba de su espalda era pesada en serio─. ¡Pero no servirá...!
Lo mismo que habían dicho Black y White la noche anterior.
─¡Si hablan así no podemos entenderles! ¡Maldición, hablen claro! ─reprochó Mars, el par de chicas lucían angustiadas por alguna razón que simplemente no podían comprender.
─Lo sentimos, pero hacemos esto porque así debe de ser ─era la única manera, pero Mint no pudo agregarlo, debía amarrar su propia lengua y no decir más de lo debido, no debían, no querían volver a repetir todo de nuevo. Les quedaban pocas chances de cumplir su misión, pero no lo podían decir, no lo debían decir─. ¡Lemonade!
─¡Sí!
Cure Mint invocó un disco más, uno con un brillo más intenso y lo mantuvo en el aire lo suficiente para que Lemonade sujetara el disco con su cadena. Todo sucedió en menos de dos segundos y de pronto era la espigada rubia la que tenía en manos una especie de morningstar. La hacía girar velozmente mientras Mint se colocaba a su lado, listas para escapar.
Mars y Venus no perdieron el tiempo. Mars atacaba con su fuego y dejaba que éste fuera repelido a propósito, era Venus la que necesitaba espacio para atacar. La Senshi del Amor concentró su Rayo Creciente en ambos dedos y atacó dentro del primer hueco en la defensa ajena.
Mint se colocó frente a Lemonade para bloquear el ataque, invocó un escudo más y claramente vio cuando el rayo de luz quebró su escudo y se siguió de largo. Estuvo a nada de que el ataque le diera en el rostro, pero algo se atravesó entre su cara y el rayo, una mano de blanco guante. Sonrió, era White.
Honoka recibió el ataque en su mano y sintió ese intenso ardor. No hubo más daño que el de una especie de quemadura parecida a la de un cigarro. Cure White podía agradecer tener más resistencia física que sus compañeras, seguramente una forma de compensar su falta de ataques individuales como las demás. Incluso Bloom y Egret podían invocar ataques por separado. Nagisa y ella no, pero al menos podían resistir impactos y ataques de ese calibre.
─¡Mint, White, ahora! ─indicó Lemonade.
Venus y Mars no sabían qué sucedía, ¡ni siquiera notaron cuando White llegó a escena! Y lo siguiente que sucedió no lo vieron, literalmente. Lemonade hizo brillar su cadena que a su vez hizo brillar el disco verde y las energías se mezclaron y explotaron en una cegadora luz. Y ante la indicación, Mint y White se cubrieron los ojos.
La técnica combinada le pedía bastante energía a la Cure de amarillo, sintió su cuerpo sin fuerzas y agradeció con una sonrisa estar de repente en la espalda de White mientras corrían para perderlas.
─Nos siguen los drones, me deshice de los que pude en el camino, pero...
─Yo me encargo, White ─Mint rápidamente notó los drones vigilantes y con una docena de discos más pequeños los destruyó a todos.
Mientras tanto, en la Torre A-03 de la zona de bosques, Rouge usaba sus manos al rojo vivo, literalmente, para debilitar las placas de la torre y hacerse un espacio para entrar. Dream permanecía en vigilia y tampoco las hicieron esperar tanto, sonrió al sentir una extraña sensación en el aire, el bosque parecía hacer eco y ya sabía de quién se trataba. Y por suerte ya se hacía de una idea de cómo lidiar con ella sin tener qué tocarla.
─¡Centella Relampagueante! ─fue el inmediato ataque de Jupiter a la Torre.
Un potente rayo estuvo a nada de impactar en la torre, seguramente buscando destruirla junto con el cristal, pero Dream evitó el ataque con su espada floral, la tenía en manos desde que llegó. Lanzó su espada al rayo y logró desviarlo varios metros lejos de la Torre y de Rin. ─Yo me encargo.
─Ten cuidado ─respondió Rouge con una sonrisa y un gesto suave─. No vayas a abrir tu gran boca, ¿entendido?
─¡Entendido!
Rin pudo entrar al interior para poder hacerse de la esfera mientras Dream encaraba a la alta y poderosa Sailor Jupiter.
─Ésta vez no estoy de humor para lidiar con ustedes ─no de nuevo, no quería que se les escaparan una vez más. Y para sorpresa propia, la guerrera de rosa que tenía justo a unos metros al frente, sólo le sonrió. Una sonrisa hermosa, una sonrisa suave, una sonrisa que le hizo saltar el corazón porque le recordaba muchísimo a la dulce sonrisa de su querida Usagi.
¿Cómo alguien con una sonrisa así podía hacer esas cosas? Titubeó pero sólo un poco, la noche anterior eso les costó un Núcleo de Plata.
─Lo sé, nos iremos rápido apenas acabemos ─dijo Dream sin siquiera preocuparse por ponerse en guardia.
Eso era demasiada confianza, eso pensó Jupiter. Frunció el ceño, cargó su cuerpo con su propia electricidad y se lanzó a atacar cuerpo a cuerpo a esa nueva oponente. Y para sorpresa propia, ésta recibió su ataque y su único signo de incomodidad ante la electricidad fue apretar los dientes.
Dream tenía concentrada su energía de manera interna, lo suficiente para repeler la electricidad tanto como le fuera posible. Los puños de Jupiter dolían en serio, pero no sería la primera ni la última vez que sentía ataques tan demoledores contra su cuerpo. De momento defendía, no permitiría que se acercara a la Torre, Rin era más susceptible a la electricidad porque su fuego era puro ataque, no tenía nada que le permitiera defenderse y menos resistir.
Que no tuviera ganas de atacar no la hacía menos peligrosa. ¿Qué iba a saber Jupiter que Dream era una guerrera de temer? Rápidamente la Cure de rosa se acopló a la velocidad de Jupiter para responder los ataques de la Senshi, imitaba cada golpe y cada patada con la perfección de un espejo. En potencia sin duda Jupiter era superior, pero en resistencia, Dream tenía todo el derecho de presumir a sus anchas. Makoto apretó los dientes, entre más tiempo pasaba peleando contra esa chica, más tiempo tenía la de adentro de tomar el Núcleo. Podía sentir el calor incluso a esa distancia. Ese era el fuego del que Rei le advirtió... Y estando en una zona de bosques...
No quería ni pensarlo.
Lo único cierto era que esas chicas estaban en su territorio justo ahora. Su energía se encendió en un suave verde y el bosque hizo eco con ella, con su poder.
─¡Ataque de Hojas de Roble! ─fue el siguiente ataque de Jupiter justo en el pecho de la guerrera de rosa.
Dream tuvo tiempo de protegerse con ambos brazos, pero sólo eso, su cuerpo salió disparado hacia el pequeño prado a sus espaldas y con un giro pudo aterrizar sin demasiado problema. En todo momento evitó pisar las hermosas flores de la zona, las miró. Sonrió. ─Algún día...
Jupiter pudo escuchar su murmuro, pudo ver que ella miraba las flores con amor y de inmediato corría hacia la torre para cubrir y proteger el hueco por donde había entrado su compañera. La Senshi del Trueno estaba desconcertada pero no por ello distraída. Los núcleos eran la prioridad para ambos bandos y destruiría la torre con todo y núcleo de ser necesario. Ese último pensamiento se plantó en su cabeza y en lugar de seguir atacando a la chica de rosa, concentró su energía en una gran esfera eléctrica y se alejó de su oponente de un salto alto.
En pleno aire, la Senshi lanzó la esfera hacia la torre.
Dream apretó los dientes, ya sabía lo que la senshi intentaba y concentró su poder por igual, lanzó un fiero grito de batalla por dos simples razones: envalentonarse y resistir con más dignidad lo que estaba por pasarle. De un salto se atravesó entre la torre y la esfera y recibió ésta última de lleno. Su poder le ayudó a minimizar la electrocución lo suficiente para tener control de sus movimientos. Con un lance a dos brazos repelió la esfera y la lanzó al aire. Hizo que impactara en uno de los drones que les estaban grabando.
─¡Dolió! ─Dream dio saltitos, sacudió los brazos y también todo su cuerpo para sacarse la fea sensación de estática que le quedó en el cuerpo.
─¡Ya estoy aquí, Dream, vámonos! ─exclamó Rouge saliendo del hueco, esfera en manos.
Al ver eso, Jupiter cargó de nuevo su cuerpo con electricidad y se preparó para embestir de nueva cuenta, pero una fría sensación que le llegó desde la espalda le hizo sonreír ampliamente. El viento sopló de cara a las Cure, un viento demasiado frío mientras una neblina se levantaba desde el suelo, alta, cubriendo por completo la visibilidad de la zona.
Dream y Rouge se tomaron de la mano, ya sabían de quién se trataba.
─Mercury ─dijo Makoto con alegría apenas la chica de azul se colocó a su lado, le dio un veloz y dulce beso en los labios, mismo que la genio correspondió. Se sonrieron.
Mercury ya tenía su visor activo y su computadora holográfica de muñeca trabajando. Podía ver perfectamente al otro par gracias a su visor. ─Yo te guiaré, Makoto.
─Lo que tú mandes ─Jupiter estaba más confiada. Ella tampoco veía nada, pero todas sabían cómo trabajaba Mercury y le tenían total confianza cuando era ella la única que podía ver todo en la helada niebla.
Rouge y Dream estaban espalda con espalda, tomadas de una mano mientras la Cure de fuego sujetaba la esfera bajo su otro brazo. En determinado momento se desorientaron porque la niebla subió tanto que incluso les tapó la luz del sol. Rouge gruñó un poco y Dream estrechó su mano para calmarla.
─Corramos, cualquier dirección es igual, ¿verdad? ─comentó Rouge con una sonrisa que de a poco se volvía fiera.
─Sí, ella puede vernos de todos modos y tiene a Jupiter consigo ─dijo Dream con una sonrisa resignada, pero sonrisa al fin y al cabo.
─¡Vamos!
Sin soltarse de la mano, el par corrió por su lado izquierdo. No podían ver más allá de sus propias narices, corrían a ciegas básicamente y la zona que eligieron era un poco accidentada. Un torpe tropezón de parte de Dream la hizo caer, culpa de una piedra en el camino, jaló a Rouge consigo y ambas fueron a dar al suelo... Y justo a tiempo, una gruesa esfera eléctrica pasó por encima de sus cabezas y a saber contra qué se estrelló porque lo destruyó, el sonido se los dio a saber.
─Adoro cuando eres torpe en el mejor momento ─murmuró Rouge besando la mejilla de Dream y ayudándole a ponerse en pie. Le dio el Núcleo─. Tómalo y sal de aquí usando tu técnica.
Dream estuvo a punto de reprocharle semejante plan, pero se mordió los labios y sólo asintió. Debían salir de ahí pronto, el frío comenzaba a entumecer sus cuerpos, estaba temblando y no se había dando cuenta de ello. De nuevo sintieron esa sensación de peligro en el aire y una sombra enorme casi se les va encima, Rouge empujó a Dream y recibió a Jupiter con su cuerpo envuelto en llamas y sus brazos cruzados.
Fuego y electricidad chocaron, creando una pequeña explosión que apenas si despejó un poco sus alrededores. Dream apretó los dientes e hizo caso de las palabras de Rin, si se quedaba a ayudarla, se iba a enfadar mucho con ella y podrían perder el Núcleo en el proceso. Ya antes todas habían caído en la idea de salvar a su compañera en turno, pensando que las esferas podían esperar, pero no. Eso les costó caro en cada ocasión, no podían volver a titubear.
Mientras Rouge y Jupiter peleaban mano a mano envueltas en sus mejores energías, Dream concentró su poder. Sujetando el Núcleo de Plata a dos brazos, estuvo a dos segundos de hacer estallar su energía para salir disparada de ahí, pero no tuvo tiempo. Un chorro de agua helada casi le da de lleno, evitó el ataque por escasos milímetros, uno de sus mechones de cabello sí se mojó y quedó congelado al instante. Sabía que Mercury estaba estacionada e inmóvil en el centro de la niebla, entonces debía estar en dirección de donde vino el ataque. Se quedó encarando esa misma dirección, desconocía la distancia pero al menos tenía idea de dónde estaba el centro de la niebla.
Tenía dos opciones, volver a intentar escapar o deshacerse de la niebla para aumentar sus posibilidades de escape. Eligió lo segundo. Volvió a concentrar su energía y evadió un segundo chorro de agua desde esa misma dirección. Podía escuchar pero no ver a Rouge y a Jupiter peleando.
─Aquí voy ─ésta vez se disparó a sí misma contra el centro de la niebla y rezaba a todos los dioses que la potencia fuera suficiente para llegar hasta Mercury y sacarla de balance.
Por su lado, Mercury no perdía de vista la pelea entre Makoto y la guerrera de fuego. Jupiter estaba protegida del frío de la niebla, Mercury elegía a quien congelar pero la guerrera de fuego se encontraba prácticamente en llamas, era complicado sofocar ese fuego sólo con la niebla fría, para eso necesitaba usar su "Rapsodia Acuática" pero la prioridad era el Núcleo, la otra chica lo tenía y la estuvo atacando sin éxito hasta el momento. La analizaba, guardaba sus datos y trataba de buscar un punto débil, pero no lo encontraba, tampoco en la chica de fuego. Buscaba algo, lo que fuera, pero el que ellas buscaran escapar y no quedarse a pelear le hacía complicado el trabajo.
─Vamos, vamos ─Ami se mordió un labio pero no pudo hacer más, su visor detectó un peligroso aumento de energía en la chica de rosa y cómo ésta iba directamente en su dirección a una velocidad demasiado alta.
Mercury se agachó y la evadió por un pelo, casi chocaban cabeza contra cabeza. La súbita distracción hizo que la niebla perdiera un poco de densidad y la temperatura subiera un par de grados, haciendo que el manto se desvaneciera ligeramente y hubiera más visibilidad. Jupiter podía ver un poco más a sus alrededores, lo que quería decir que su oponente también.
─¡Dream, vuela! ─gritó Rouge a todo pulmón y sus llamas subieron tanto de intensidad que era imposible estar cerca de ella por culpa de la elevada temperatura.
─¡Te espero, Rouge! ─una confiada Dream volvió a salir disparada usando su poder, ya sabía hacia donde escapar.
Mercury estuvo a nada de usar su agua congelante contra la chica de rosa, Dream, pero un bólido de fuego casi la impacta por el costado. Por instinto apunto su ataque hacia la guerrera de fuego y el choque del fuego y el agua helada creó una cortina de vapor que volvió a tapar toda la visibilidad.
Jupiter vio su oportunidad. ─¡Mercury, haz tierra!
La Senshi del Conocimiento se puso alerta, supo lo que Makoto quería hacer aprovechando el vapor de agua. Se quitó la tiara de su frente, la clavó en el suelo y la sujetó con fuerza. Jupiter hizo estallar su electricidad y el agua en el aire se encargó de dispersar la descarga en los alrededores. Mercury sintió la descarga, pero mucho más leve gracias a la advertencia de su compañera.
Un viento que sopló justo en ese momento se encargó de dispersar el vapor y el resto de la neblina, ésta última porque Mercury ya no se estaba concentrando en ella. Y cuando la vista se aclaró, estaban solas en el área. Ni Dream ni Rouge estaban a la vista.
─¡Rayos! ─Jupiter estaba furiosa. Mercury también pero se lo guardaba mejor.
Saturn maldijo desde la sala de control. El sistema detectó a Black, pero demasiado tarde, y no pudo ver a White si no hasta que está estaba presente en la batalla apoyando a sus compañeras. ¿Cómo pudieron pasar desapercibidas? El sistema ya tenía sus datos biométricos. Las torres de vigilancia y los detectores no podían estar mal, eso era imposible, lo que quería decir que de alguna manera pudieron pasar desapercibidas, alguna especie de camuflaje. Y ahora tenían tres Núcleos más en su poder.
Apretó los dientes mientras presionaba el botón del comunicador. ─¿Están bien?
─No, no estoy bien, se escaparon ─masculló Haruka mientras soltaba un bufido de enojo.
─Y tienen el Núcleo ─agregó Michiru con un suspiro, se sentía igual de frustrada que su compañera.
─Consiguieron los tres que querían ─informó Saturn con pesar y escuchó a todas soltar sonidos de enojo, alguien golpeó algo, también pudo escucharlo─. Ya destruyeron los drones pero el sistema guardó todos los datos biométricos de las seis nuevas guerreras ─aún no entendía cómo pudieron camuflarse Black y White a pesar de ello.
─Volvamos a casa ─dijo Venus mientras se frotaba la nuca. Sintió un apretado abrazo de Mars y un beso en la mejilla y eso al fin la hizo sonreír aunque Rei estuviera refunfuñando aún─. De acuerdo, nada de caras largas. Saturn, manda a los equipos de mantenimiento a recuperar los restos de las torres, por favor.
─Entendido.
─Con suerte no deben estar demasiado lejos, simplemente saben esconderse bien, ¡pero...! Están aquí, cerca, lo sé.
Y Venus no estaba tan equivocada en realidad. Las Pretty Cure podían esconderse y engañar a la tecnología gracias al poder de la naturaleza, gracias a dos personitas en especial que se entendían muy bien con la naturaleza.
Bloom y Egret estaban tomadas de la mano y abrazadas al árbol más viejo de la zona cerca de su escondite. Un ancho e inmenso Cerezo en flor, amplio como ninguno que hubieran visto, no muy alto pero la edad era notoria en la copa y el tronco. Tenían sus frentes pegadas a éste mientras hacían lo que mejor sabían hacer: enlazarse con los Espíritus de la Naturaleza. Debían quedar en paz con los espíritus a los que les pidieron ayuda para camuflar a Black y White. Fue una idea de último momento.
Es decir, si podían cubrir su escondite, entonces podrían cubrirse ellas mismas, ¿verdad? Nunca lo habían intentado en personas, pero que todas estuvieran enlazadas con la vida de una u otra manera lo hizo un tanto más fácil.
─¿Has estado en flor mucho tiempo, verdad? ─preguntó Bloom al árbol, su energía estaba conectada a éste junto con la de Egret. El viento sopló entre la copa e hizo un sonido que sólo ellas dos entendieron.
─No has tenido otoños para cambiar tus hojas ni inviernos para descansar ─la voz de Egret sonó triste al decir eso, el árbol volvió a responder a su modo y ambas asintieron─. Nos encargaremos de ayudarte, lo estamos trabajando justo ahora, ¿puedes sentirlo? ¿Ha habido algún cambio?
Bloom levantó la mirada hacia la copa y vio que las flores seguían ahí, brillantes, llenas de color y aroma. ─Necesitamos más Núcleos hasta que se vea algún cambio ─suspiró hondo─. Gracias por darnos su fuerza, gracias a todos, nosotras haremos nuestra parte para devolver el equilibrio. Hasta entonces, por favor, necesitamos ayuda para que no nos encuentren.
Viento, luz, incluso espíritus de tierra ayudaron a crear un camuflaje en Black y White a manera de que la tecnología las percibiera como quien ve un árbol o una roca, simple parte del paisaje mismo al que uno no siempre le ponía atención. Ni siquiera estaban seguras de que funcionaría, pero lo hizo según se los contaba el viento. Sus amigas ya iban de regreso. Proteger a Nagisa y a Honoka les pidió mucha energía, estaban recuperándola gracias al Cerezo. Ambas sonrieron gracias a una brisa que les dio de costado.
─¿Nos ayudarán a darle la misma protección a Dream y a las chicas? ─preguntó Egret y el viento respondió con un gentil y fresco soplo. Sonrió─. Gracias.
─Gracias, nosotras haremos nuestra parte ─dijo Bloom mientras pegaba su frente al tronco tanto como le era posible.
─Y ésta vez lo haremos bien ─finalizó Egret con gesto serio.
~ o ~
[Lo sucedido en el Palacio de Tokio de Cristal se sentía como un mal sueño. De verdad se sentía como un sueño porque era imposible que hubieran sobrevivido a semejante explosión. Una inesperada explosión. Cada Cure despertó en su propia casa y de inmediato se pusieron en contacto con el resto de sus amigas, tenían que verificar que de verdad había sucedido o si sólo fue un mal sueño...
O una visión del futuro.
Todas tuvieron el mismo sueño, si es que lo era. Lo único cierto era que aún estaba la amenaza de esa inmensa energía que iba a tragarse su mundo y hacer un Caos en dos Universos, la Reina de la Luz se los hizo saber por medio de Hikari. Y también les confirmó que su sueño no era un sueño y que con un poco de ayuda extra las pudo llevar a todas de regreso al momento antes de ir a Tokio de Cristal. Su sueño pasó y no pasó, sucedió y no sucedió. Básicamente estaban viajando al mismo momento del tiempo y entre dimensiones.
Nadie sabía con exactitud qué había disparado la explosión, apenas si se dieron tiempo de presentarse con la Reina... Quizá era algo que iba a suceder sí o sí en ese momento, tenían que avisarle a la Reina y a sus Senshi del peligro, debían hacerlo. No estaban seguras pero sospechaban que la explosión que vivieron en Tokio de Cristal de alguna manera era la misma que casi se traga su universo la primera vez, o quizá pudieron retrasarla cuando usaron su poder para empujarla de regreso a su universo, era muy, muy posible que su poder ayudara al otro universo a no ser destruido por esa misma explosión.
Era una situación extraña, las chicas aún estaban confundidas con ese asunto del salto al pasado y volver al mismo momento antes de su viaje a Tokio de Cristal, con minutos de diferencia.
Pero si lo que había en el castillo era una especie de bomba de tiempo, entonces debían avisar de inmediato.
Ni siquiera esperaron al día siguiente, pidieron a la Reina de la Luz que las transportara de nuevo a Tokio de Cristal esa misma noche. Y así se hizo. Transformadas en guerreras, las trece chicas aparecieron en la periferia de la cristalina ciudad siempre alumbrada, majestuosa.
─Aquí estamos de nuevo ─murmuró Black con un suspiro de fastidio, gesto que se aligeró un poco gracias a un cariño que White le dio en la espalda. Suspiró.
─¡Pero hoy estamos a tiempo para avisar lo que va a suceder mañana! ─exclamó Dream con confianza y alegría.
─¡Andando entonces, tenemos que volver a casa pronto! ─dijo Bloom, contagiada por el entusiasmo de Dream, tomó la mano de Egret y la animó a entrar a la ciudad primero. Las chicas les siguieron entre sonrisas.
Había guardias apostados en las principales entradas de la ciudad, no lo notaron si no hasta esa ocasión, la vez pasada les dejaron por dentro de la ciudad, ésta vez les dejaron por fuera. Apenas quedaron a vista de los guardias, dos de ellos se adelantaron para recibirlas.
Era obvio que sus uniformes iban a ser muy, muy llamativos. Eso por una parte, por la otra, los sensores de la puerta no sintieron ninguna placa de identidad en las visitantes y dieron el inmediato aviso a los guardias.
─Identifíquense ─dijo uno de los guardias con firmeza.
─Somos las Pretty Cure y estamos aquí para visitar a la Neo Reina Serenity ─fue Aqua quien tomó la palabra, debían ser rápidas y breves.
─Venimos desde otro mundo y tenemos que avisarle de un peligro en su castillo, ¡todo va a estallar mañana! ─dijo Dream en un apuro y sus amigas respingaron por los nervios.
─¡No tienes qué decirlo así, nos encerrarán! ─le regañó Rouge, a lo que Dream hizo un puchero.
─¡Pero es urgente, tenemos que decirle!
Los guardias no terminaron de escuchar lo que ellas decían, ya estaban llamando a su jefa y le informaban con apuro de la singular situación con esas visitantes. Mientras las Cures trataban de ponerse de acuerdo en cómo soltar la información sin parecer criminales, Sailor Jupiter se puso en camino por el teleportador.
Desde que las Cure pisaron ese planeta, fueron percibidas por cada una de las Senshi. Su presencia era ajena a ese mundo.
─Manténganse en su sitio, por favor, y esperen a que Lady Jupiter venga. No hagan ningún movimiento sospechoso ─dijo otro guardia mientras les apuntaba con su arma.
─Hey, venimos en paz, no hay necesidad de apuntarnos con esas cosas ─dijo Bloom con nerviosismo.
─Creo que lo mejor será hacer como ellos dicen, para que sepan que venimos en paz ─comentó White con un poco más de seriedad y levantó los brazos, animó a sus amigas a hacer lo mismo. Miró al guardia─. Esperaremos aquí.
De todos modos los guardias no se relajaron y eso era de felicitar. Ninguno de ellos bajó la guardia, ni siquiera cuando Sailor Jupiter llegó a escena.
─¿Son éstas personas? ─preguntó la Senshi a los guardias, venía acompañada de un dron de vigilancia que Ami manejaba desde la Sala de Control, sus compañeras y Majestades veían lo que ella veía. Miró a esas chicas de arriba a abajo, vestían de manera llamativa, pero imposible no darse cuenta que esos eran uniformes que asemejaban a los propios de alguna manera. Todas estaban con las manos arriba, pero eso no evitó que frunciera el ceño─. ¿Quiénes son y qué es eso de que algo va a explotar?
Mint le tapó la boca a Dream y asintió a Aqua. Entre pucheros, Dream se dejó hacer; no bajó los brazos, por cierto.
─Lamentamos mucho presentarnos de ésta manera, Lady Jupiter, pero es importante ─dijo Aqua, miró de reojo el dron, sabía que les miraban y eso era muy conveniente─. Venimos de otro mundo. Una energía que proviene desde aquí se va a tragar a nuestro universo y al suyo si no hacemos algo para evitarlo.
Jupiter frunció el ceño. Ellas sonaban serias y no tenían una presencia amenazante. ─Las escuchamos.
─La explosión sucederá mañana alrededor de mediodía, se los podemos asegurar por que nosotras ─pero White no tuvo tiempo de decir más─... Ah.
Todos los presentes en esa zona y en la Sala de Control sintieron un escalofrío en la espalda, una clara señal de peligro, el sonido de algo que retumbaba y seguido a ello... El estallido de la Gran Luz.
Y de nuevo la nada.]
~ o ~
Egret abrió los ojos de golpe, rememoró la segunda incursión a Tokio de Cristal y lo hizo despierta. Las visiones eran cada vez más claras y más vívidas. Podía asegurar esto último porque tenía la piel de gallina y la respiración agitada, también sudaba mientras estaba aferrada al Cerezo. No tardó en sentir el cálido cuerpo de Bloom en su espalda, sintió sus brazos en la cintura y cómo se pegaba a su cuerpo. Básicamente estaba acorralada contra el Cerezo.
─Estás conmigo y estás aquí ─le dijo Saki al oído con tono suave, procuraba poner la suficiente presión para hacerla sentir segura, no era brusca, sólo firme─. Respira, Mai, estás conmigo y estás aquí.
Bloom comenzó a hacer ejercicios de respiración que Egret imitó con torpeza, al menos al principio. Conforme los minutos pasaban, sus respiraciones ya sonaban acompasadas, profundas. La dibujante finalmente volvió a sus cabales y quedó recargada en el tronco. Soltó un enorme suspiro que hizo sonreír a Saki.
─Estoy contigo... Y estoy aquí...
─¿Mejor?
─Mejor.
Y pese a la visión que le descompuso los sentidos, tanto Mai como Saki estaban con sus energías recobradas. No tardaron en sentir las presencias de sus amigas, ya no debían tardar en llegar. Saki besó breve y dulcemente a Mai antes de sujetarla por los hombros.
─Debemos recibirlas. Vendrán heridas y necesitarán ayuda.
─Sí, vamos, Saki.
Continuará...
