Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: This story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. Gracias, Ronnie, por permitirme compartir tu historia en español :)


Inspiración musical: Foo Fighters - Everlong, Daft Punk - Get Lucky


Capítulo 3

Al Diablo

~o~

AHORA

~o~

Departamento en Capitol Hill. Seattle, Washington. Viernes, 24 de mayo del 2013.

Isabella da vueltas alrededor de la sala, llamando al teléfono de Edward por lo que parece ser la centésima vez. Este va directo al buzón de voz de nuevo y ella suelta un gruñido.

Cuando finalmente escucha llaves en la puerta, se apresura hacia la cocina.

Edward entra, fresco de la ducha pero de apariencia cansada.

—¡Edward! ¿Dónde has estado?

Él parece sorprendido ante su tono urgente, lo que lo detiene en la puerta.

—Estaba en el gimnasio —dice con calma.

—¡¿Por cinco horas?!

—Sí... —Él echa un vistazo al reloj—. Supongo que perdí la noción del tiempo. —Él toma una bolsa de hielo del congelador y lo coloca sobre su hombro, haciendo una mueca de dolor.

—Te dejé mensajes. —Ella lo observa preocupada, preguntándose qué tan herido realmente está su hombro.

—Lo siento, mi batería se murió. —Él enchufa su teléfono y lo coloca sobre la encimera—. ¿Qué pasa?

—Tyler llamó. —Ella sonríe ampliamente—. ¡Tenemos el concierto esta noche, después de todo!

—¿Qué? —Sus ojos se ensanchan, alarmados. Ni bien se mudaron a Seattle, Edward y Bella habían conocido y reclutado a Tyler Crowley, quién tocaba el bajo medianamente decente. Aunque no tenía habilidades musicales excepcionales, sí tenía muchos contactos, lo que siempre se traducía en conciertos. Ellos habían deseado tocar en este bar por demasiado tiempo, y Bella estaba emocionada de finalmente tener la oportunidad.

Sin embargo, un vistazo a Edward, y sintió preocupación; él lucía exhausto.

—Sí. Es de último momento, pero es nuestro si lo queremos. ¿Te encuentras bien para tocar? —pregunta, preocupada.

—Bueno, mierda. —Edward inhala profundo, como si estuviera considerando sus opciones, mientras frota su hombro debajo del hielo—. ¿Quieres ir? —Sus ojos la estudian mientras ella señala a su atuendo. Está lista para salir.

—Siempre dijiste que aprovecharíamos cualquier oportunidad para mostrarnos. —Ella mira a su hombro de nuevo y la manera en que sus dedos siguen presionándolo. Es una gran oportunidad, pero si él está herido, no debería tocar.

—Claro. Supongo que iremos entonces. —Su tono no es del todo convincente, y ella se pregunta si simplemente deberían echarse atrás.

—¿Qué hay con tu hombro? —pregunta ella, acercándose.

—¿A qué hora comienza? —Él evita su pregunta así como su mirada inquisitiva— ¿Es toda una serie?

—Necesitamos estar allí en una hora. Sí, es toda una serie.

—Mierda —masculla él por debajo de su aliento—. ¿Tyler vendrá a ayudarme a cargar todo en la camioneta o...?

—Lo dudo. Dijo que nos vería allí.

Él se detiene para tomar aire profundo, como si estuviera preparándose mentalmente para todo lo que necesita hacer.

—De acuerdo, déjame cambiar y podemos ir —dice él, lanzando la bolsa de hielo en el fregadero.

—Oye. —Isabella lo detiene con una mano en su brazo—. ¿Pero estás bien para tocar? —Sus dedos picaban con el calor del bícep de él, expuesto por su camiseta de entrenamiento.

—Estará bien. —Con una sonrisa rápida, él se libera de su toque y se dirige hacia su cuarto.

Ella observa su puerta, preguntándose si realmente él se encuentra bien, si realmente esto es por su hombro y el cansancio después de su sesión de entrenamiento ridículamente largo, o si hay algo que le está molestando. Han pasado un par de semanas desde que se acostaron, y aunque él ha estado un poco distante, en su mayor parte, las cosas han vuelto a la normalidad, o eso ella pensaba.

~o~

Una taberna de rock llena en South Lake Union, Seattle. La noche del concierto.

El olor a cerveza caliente llena el aire mientras Isabella baja su micrófono. Ellos se encuentran a mitad de su repertorio y por tocar "Everlong" de Foo Fighters. Es una donde Tyler usualmente canta e Isabella vocaliza y toca la guitarra. Es una de las canciones preferidas de ella—especialmente por cómo Edward la toca en la batería.

Ella se gira para chequearlo por un instante, mientras ella afina su guitarra después de ajustar los pedales. Él ha estado arrasando durante toda la serie, y a pesar de sus preocupaciones, él realmente parece estar pasándola bien.

Edward se seca el sudor de su frente con una toalla y vuelve a colocarse su gorra. Él toca el borde de su gorra con la punta de uno de sus palillos, señalándole que está preparado.

Durante el puente de la canción, hay un descanso de la batería, y solo se encuentra Bella en la guitarra. Ella le da la espalda a la audiencia y mira a Edward, como se ha vuelto costumbre para ellos ya, esperando una cara graciosa, o un truco con los palillos, o algo. Solo que esta vez, él no la está mirando—su cabeza cae entre sus hombros, mientras sacude sus brazos y muñecas en un esfuerzo por aliviarlos.

Antes que ella termine su solo de guitarra, él finalmente levanta la mirada y estira su hombro, haciendo una mueca, preparándose para el último verso.

—Volveremos en cinco —Isabella anuncia una vez que la canción terminó, sabiendo muy bien que Edward necesita un descanso.

Ella lo encuentra en el cuarto del fondo detrás del escenario, tratando de abrir una ventana. Una vez que lo logra, se recuesta contra ésta, suspirando en alivio.

Ella se acerca más a él y le tiende una botella de agua, la cual él bebe de inmediato.

—Hace demasiado calor allí. —Se seca su boca con la parte posterior de su mano.

—¿Puedes continuar?

—Sí, solo necesito un maldito minuto. ¿Cuántas más nos queda?

Ella toma un pedazo de papel del bolsillo de sus jeans.

—Cuatro... —cuenta—. Cinco.

Él echa un vistazo a la lista, tomando aire profundo. Su camiseta se estira sobre su pecho, mientras respira bruscamente a su lado. Bella intenta no imaginar los músculos estirándose por debajo de la camiseta, pero falla.

—Podríamos cambiarlo y terminar con unas canciones acústicas sino... —Ella lo observa con preocupación—. O simplemente podríamos terminar antes.

—Nah... puedo terminar. "Everlong" es simplemente una perra para tocar. —Él se seca el rostro con su toalla—. Mis antebrazos ya ardían para el primer estribillo...

Él se detiene, notando que Bella lo sigue mirando.

—¿Qué?

—¿Estamos bien? —Tyler asoma su cabeza, distrayéndolos.

—Sí, ya vamos —dice Edward, frotando su hombro—. Estoy bien, Bella. Vamos.

~o~

Departamento en Capitol Hill en Seattle. Después del concierto.

Jazz está pasando música desde su teléfono y hacia los parlantes en la sala mientras Isabella baila con él.

Edward sale de su cuarto, después de ducharse y cambiarse, esperando pasar desapercibido, tomar una bolsa de hielo del congelador, y dar por terminada la noche.

—¿Cerveza o Smirnoff Ice? —Bella se para frente a él después de cerrar la puerta del congelador, con una botella en cada mano.

—Es obvio, usualmente, pero no esta noche. Esta noche, ninguna para mí.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunta ella, decepcionada.

—Me iré a dormir, Bella. Estoy exhausto.

—Vamos, ¿una cerveza? —Ella levanta la botella para él. Él la toma mientras coloca la bolsa de hielo sobre su hombro.

Él cruza la sala con ella siguiéndolo y se deja caer en el sofá con un gruñido, exhalando fuerte a través de su nariz. Todo su cuerpo duele. Espalda, hombros, brazos...

—¡Esta noche fue genial! —Exclama ella, tomando un sorbo de su trago después.

—No sé cómo te gusta esa mierda. —Él señala a la bebida, riéndose, y ella se encoje de hombros.

—Pero, en serio. Fue muy bien, ¿cierto? ¡Paul, el tipo del bar, estaba muy emocionado! Él dijo que definitivamente pensará en nosotros para la próxima vez. También es un productor musical, ¿sabes?

—Genial... —Edward intentó fingir indiferencia, pero no le gustó la forma en que Paul miró a Bella durante toda la noche, como si ella fuera algo para comer.

—Muchas personas pidieron nuestro contacto también. ¡Creo que tendremos un montón de conciertos gracias a este! —Bella continúa.

—¿Nuestro contacto o tu número de teléfono? —Él bufa.

—Como sea... ¡fue genial!

Él la mira y sonríe, sus ojos se pierden en los de ella por un segundo. Ella era tan adorable cuando se emocionaba por la música.

De repente, su atención se mueve hacia Jazz, quien —aún en la sala— ahora sube el volumen de "Get Lucky" de Daft Punk con Pharrell y la legenda Nile Rodgers. Jazz jadea, los mira, señalando con sus manos para que se unan a él.

Los ojos de Bella se ensanchan, y jala inútilmente del brazo de Edward, tratando de sacarlo del sofá.

Edward conoce la canción. A Edward le gusta la canción. Pero no es un bailarín.

—Sí, eso no va a suceder —dice Edward, permaneciendo en el sofá, sacudiendo su cabeza hacia Jazz y Bella.

We're up all night 'til the sun

We're up all night to get some

We're up all night for good fun

We're up all night to get lucky

Mientras Bella y Jazz cantan y bailan, Edward bebe su trago, mirando hacia el techo, evitando a Bella intencionadamente, sus curvas en esos jeans, y cómo su cuerpo se mueve al ritmo de la música.

Hay un silencio después de la canción y Jazz anuncia su retirada hacia su cuarto. Bella vuelve al sofá y se sienta al lado de Edward, quien termina su cerveza.

Bella suspira, dejando caer su cabeza sobre el hombro de Edward, y ubica una mano sobre su pecho. Ella lo acaricia suavemente, deslizando un dedo por debajo de la tela de su camiseta. Ella recorre con sus dedos desde su pecho y hasta su hombro.

Edward cierra los ojos a su lado, inhalando profundo, disfrutando de su toque.

—Creo que mentí cuando dije que no me sentía tan atraída hacia ti —suelta Bella.

Edward de inmediato se espabila; ella nunca le ha dicho eso.

—¡¿Qué?!

—Quizás no te lo dije a ti, o en voz alta, pero me he estado mintiendo.

—Bella, ¿de qué hablas?

—No lo sé... —Los ojos de ella seguían cerrados, y ella seguía moviendo sus dedos sobre él—. Estuve mirándote esta noche, y la manera en que tus brazos se flexionan cuando tocas, o cómo esas venas sobresaltan en tus antebrazos... ¡Cielos, eso fue tan sexy!

—¡Santo cielo, Bella! ¿Cuánto tomaste esta noche?

—¡Lo digo en serio! —dice ella, abriendo sus ojos y enderezándose, mirándolo.

—¿De qué estás hablando? —Él se ríe.

—Simplemente estoy sorprendida de cómo aguantaste esta noche. —Ella le sonríe ampliamente, sus ojos entrecerrados.

—¿Esto va a pasar siempre que estés ebria ahora? —Él agita una mano hacia la de ella, la cual seguían adentro de su camiseta, trazando círculos sobre sus pectorales.

—¿Qué? —Ella levanta la mirada hacia él, confundida, entonces parece darse cuenta y quita su mano de su camiseta—. No estoy ebria, Edward. Simplemente... no lo sé... Siento que quiero cuidarte y hacerte sentir mejor.

—¿Entonces dices que mi apariencia exhausta te pone caliente? —Él sonríe torcidamente, y ella inmediatamente se sonroja—. Rara... —Envuelve un brazo alrededor de ella y la acerca, abrazándola contra su pecho.

Lo que ella hace entonces lo toma por sorpresa. Ella se pone de pie, aferra su mano, y lo levanta del sofá, solo que esta vez él se lo permite. Sin palabras, ella lo lleva hacia su cuarto, cerrando la puerta detrás de él. Ella lo rodea, pasando sus dedos por la espalda de él, alrededor de su brazo, y sobre su pecho, hasta estar parada frente a él. Ahora con ambas manos sobre su pecho, ella las desliza por su torso, hasta que se encuentran en la cintura de los shorts de él.

—Bella. —Él aferra sus muñecas, mientras ella lo mira por debajo de sus pestañas. Un temblor lo recorre, y su mandíbula se tensa—. ¿Qué me estás haciendo? —pregunta él. Ella se inclina de puntitas de pie, cerrando sus ojos y acercándose a él, plantando un suave beso en sus labios.

—¿Estás segura de que quieres esto? —susurra él. No está seguro de lo que esto significa, o si ella ha cambiado de parecer sobre estar juntos. Él lucha contra esto con todo lo que tiene, la conexión que ella tiene sobre él, pero no cree poder durar más tiempo. Si ella también lo desea, ¿cómo puede rechazarla? Él había esperado que las horas en el gimnasio le ayudaran a aclarar su cabeza, pero en cambio lo habían dejado vulnerable, completamente a merced de ella.

—Mhmm... —Ella medio gime contra sus labios, uniendo su cuerpo completamente al suyo.

—Ah, al diablo... —Aferró sus codos con sus manos, levantándola hacia él, optando por no resistirse más.

Ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura mientras que jalaba su camiseta por su cabeza. Él gruñe contra sus labios, mientras cae sobre la cama, la camiseta de ella uniéndose a la suya en el suelo antes de aterrizar fuertemente sobre las mantas.

Las manos de ella rápidamente trabajan en sus pantalones, y una vez que los baja, una mano lo toma mientras que la otra toma de su cuello y lleva su boca hacia la suya.

Ella tiene una buena ventaja sobre él, ya que él aún lucha con el broche de su sostén, al mismo tiempo que las caricias de ella hacen que sus ojos quieran rodar hacia adentro de su cabeza.

—Bella, con calma. —Él ruega contra su cuello y ella lo suelta.

—Ayúdame o romperé esta mierda.

Su risa es corta mientras se aparta de su pecho, y él se coloca de rodillas. Ella se sienta en la cama, estirando una mano por detrás de su espalda, y al segundo siguiente, ya no tiene sostén puesto.

—Mierda... —La palabra sale de él en un susurro frustrado. Él nunca había tenido problemas con sostenes antes. Él se baja de la cama, con sus pantalones aún enredados alrededor de sus tobillos, y termina de deshacerse de todas sus prendas.

Él se da un segundo para observarla, sentada en la cama, su pecho expuesto, sus mejillas sonrojadas, sus labios hinchados. Se pasa una mano por su cabello, inhalando profundo y exhalando lentamente, tratando de calmarse.

Ella se acerca entonces, hacia el borde de la cama, y lo jala de las caderas con sus manos. Sus ojos encuentran los suyos por debajo de sus pestañas, y ella se lame los labios, casi en advertencia.

Él sisea cuando la lengua de ella lame la punta, y un gemido incomprensible se le escapa cuando envuelve sus labios alrededor de él.

—Serás mi muerte. —Él maldice por debajo de su aliento mientras la cabeza de ella sube y baja sobre su polla y no puede encontrar qué hacer con sus manos.

¡No hay nada a lo que aferrarse!

Sus manos se turnan entre pasar por su rostro, aferrar el cabello de ella, a acariciar sus hombros.

—Bella... Estoy... carajomierdacarajo... —Él intenta formar palabras pero su mente está en blanco, y cuando ella afianza su agarre en sus caderas, llevándolo más profundo dentro de ella, él pierde la batalla.

Él está por caer sobre ella, cuando finalmente lo suelta, plantando besos en sus abdominales y acercándolo hacia ella.

Su boca es brusca contra la de ella mientras la empuja de vuelta hacia la cama.

—Cielos, Bella...

Ella se ríe mientras él besa su cuello, su barba probablemente haciéndole cosquillas, pero las risitas mueren en sus labios cuando él se desliza por sus pechos, y rodean uno de sus pezones.

Una vez que ambos pechos han recibido suficiente atención, él se arrodilla entre las piernas de ella mientras que sus manos se deshacen de sus jeans.

Su boca está de vuelta contra la de ella y su mano se sumerge en sus bragas. Él no encuentra nada más que humedad y no puede esperar a tener sus labios sobre ella.

—Es mi turno ahora —advierte él contra sus labios y ella gime. Ella aferra su cabello mientras él posa besos sobre su pecho, determinado a devolver el favor.


¿Cómo creen que será todo en la mañana? ¿Ya saben a quién van a odiar? Jajaja

Gracias por leer y tengan buen comienzo de semana :)